Discurso del Presidente Electo Vicente Fox Quesada en la sesión

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Discurso del Presidente Electo Vicente Fox Quesada en la sesión de
instalación de la Comisión de Estudios para la Reforma del Estado, el 21 de
agosto de 2001.
Muy buenas tardes a todas y a todos. Muchos amigos y amigas, caras conocidas
aquí presentes. Respondiendo a esta invitación la presencia de ustedes que
mucho nos honra. Quisiera yo darles un saludo afectuoso y asegurarles que el
cambio del 2 de Julio va profundizándose día con día. No fue solo un cambio de
gobierno, un cambio de partido, un cambio histórico. Sino fue la puerta de entrada
de nuestro país hacia el siglo XXI, y fue sin duda la puerta de entrada hacia la
participación de la sociedad entera en la definición del proyecto nacional, en la
definición de la reforma política y del Estado y en la definición de las tareas que
enfrentamos día con día. En poco tiempo hemos abierto muchos frentes, unos de
corto plazo que tienen que ver con el proyecto específico del próximo año en el
cual se trabaja intensamente, por un lado con el gobierno federal actual, pero por
otro lado con la sociedad, con los grupos de expertos, con los ciudadanos, en
recoger ideas, en debatir programas y en reflexionar cada uno de las decisiones
que se van a tomar. De igual manera está en marcha la configuración del Plan
Nacional de Desarrollo, que tendrá amplísimas consultas sector por sector, tema
por tema, y el proyecto en su conjunto.
Este foro es el punto de partida para profundizar en lo trascendente, para recoger
todo lo que quedo en el camino, y para plantearnos un verdadero proyecto de
nación para este siglo XXI. Quiero hacerles sentir que de mi parte es real y total la
voluntad de compartir el poder, de compartir la toma de decisiones, de asegurar la
inclusión de las ideas y las propuestas de todos y cada uno de los mexicanos y las
mexicanas.
Las propuestas que se van a realizar en este foro y a través de ustedes no va a
quedar en el camino, vamos a poner toda la voluntad y el compromiso para que se
convierta en hechos, en hechos reales, para que con voluntad política y empeño
se convierta en cambios legislativos, en cambios constitucionales y para que al
final sea la guía real por la cual avanzamos y recorremos este retador siglo XXI.
Por esto agradezco la presencia de todas y de todos ustedes en este acto con el
que se inician formalmente los trabajos de la Mesa de Estudios para la Reforma
del Estado que abrirá un espacio de reflexión en torno a los diversos temas que
conforman la agenda de este asunto fundamental para la transición mexicana.
Sabemos que aunque todavía persiste alguna controversia en las definiciones
conceptuales de la reforma del estado, lo que no está en duda es el lugar central
que ocupa en la modernización política de las sociedades contemporáneas.
Su misión será recabar y ordenar sistemáticamente los distintos puntos de vista y
propuestas que existan en relación con los cambios que deben darse en el actual
proceso de transición. Si bien esta no es una instancia de negociación política si
es un espacio para el análisis y el encuentro de las posiciones que caracterizan al
escenario mexicano. La elección del pasado 2 de Julio fue contundente en cuanto
a que expresó la voluntad irrevocable en favor de un cambio político profundo, que
destierre el autoritarismo, la corrupción, la ineficiencia, el centralismo y todos
aquellos vicios que se generaron a lo largo de los años.
El compromiso de la administración que encabezaré será fomentar la iniciativa
ciudadana y facilitar su inserción en el proceso de transición política. Se que todos
ustedes comparten la convicción de que es necesario encarar el siglo que viene
con instituciones remozadas y con nuevos equilibrios entre el Estado y la sociedad
que nos permitan encarar con éxito los enormes problemas y aspiraciones de los
mexicanos.
No basta la alternancia de los partidos en le poder para construir un sistema
democrático de gobierno. La transición política en nuestro país, a diferencia de
otras que ocurrieron en la segunda mitad del siglo anterior, radica en la superación
de un sistema político caracterizado por su alta concentración del poder y su
reemplazo por otro de naturaleza eminentemente democrática, fundado en el
Estado de Derecho.
Conozco bien la calidad y la representatividad que distinguen la integración de
esta Comisión. Se trata de una membresía del más alto nivel que conjunta
vocaciones, especialidades y sensibilidades políticas, reflejo a su vez de la
pluralidad ideológica del país. Están aquí reunidas personalidades que han dejado
una huella en las actividades de que se ocupan. Como se ha recordado, asisten y
participan por sí mismas y sin que representen formalmente a las entidades o
agrupaciones a las que pertenecen. Provienen del mundo académico, de la vida
política, de la gestión gubernamental, de la empresa y de los movimientos
sociales. Todos y todas ustedes han hecho aportaciones sustantivas en alguno o
algunos de los numerosos aspectos que cubre la reforma del Estado. Por lo que
hace a los frutos intelectuales que se esperan, se que el éxito de sus trabajos está
asegurado.
Nuestro país ha experimentado sucesivas y constantes reformas institucionales
que no siempre han correspondido a los principios y valores democráticos que
consagra nuestra mejor tradición constitucional. Es necesario hoy revisar con
objetividad y con la mayor serenidad en qué hemos acertado y en qué nos hemos
equivocado.
La Agenda tentativa que ha sido puesta a su consideración es sin duda ambiciosa
pero contiene un panorama incluyente de las principales propuestas de reforma
formuladas por la sociedad civil, por los partidos políticos y por sus parlamentarios
y candidatos. Recoge además preocupaciones de nuestro tiempo y avances
observados en las más recientes experiencias de la modernidad política.
La responsabilidad de las reformas que el país habrá de emprender corresponderá
al equilibrio de sus factores de poder, pero también a la demanda social en favor
del cambio que, en mi criterio, es la energía positiva surgida de las últimas
elecciones que no tenemos derecho a defraudar. Las conclusiones a las que
ustedes lleguen y las propuestas que decidan formular ayudarán a esclarecer los
caminos y alternativas del cambio que viene y serán de gran utilidad además de
que contarán con todo nuestro respaldo y voluntad política de llevarlas adelante.
Todos estos son asuntos definitorios para el modelo de sociedad que habrá de
construirse. Serán los poderes públicos, el Congreso de la Unión, los congresos
de los estados y los partidos políticos quienes deberán en su momento tomar las
decisiones que correspondan en las cuestiones fundamentales que comprende la
reforma del Estado.
Por mi parte confío en que las aportaciones que resulten de esta comisión sean
representativas de los sentimientos de la nación y prolonguen la voluntad de
cambio que durante todos estos meses he recogido de nuestros compatriotas.
Espero, sobretodo, que nos ayuden a tener mayor claridad e información sobre el
sentido específico y el alcance de las reformas que es necesario emprender.
Nuevamente muchas gracias por su participación, sé que en todos los casos es
una participación por México, por este México exitoso y triunfador que queremos
pronto ver en este ya iniciado siglo XXI.
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