M A R Q U E S DE L O Z O Y A RODRIGO GIL DE HONTAÑON E N SEGOVIA PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENENDEZ PELAYO 18 00 SANTANDER 1962 (!) ; >. P U B L I C A C I O N E S DE LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENENDEZ PELAYO Pregón de la Universidad I n t e r n a c i o n a l Menéndez Pelayo, J a i m e Delgado. Posición psicológica y pedagógica de E s p a ñ a ante los valores del espíritu, P e dro Font P u i g . Justa retribución del trabajo, F r . A l b i n o G. Menéndez-Reigada. Consideraciones en torno de la poesía y de su esencia, L u i s Morales Oliver. Isabel la Católica. Sus retratos, sus vestidos, sus joyas, Diego Á n g u l o Iñíguez. Isabel y Fernando, Reyes de Castilla, y M e n é n d e z P e l a y o , Académico de l a H i s t o r i a , Ciríaco Pérez-Bustamante. ¿Una tercera guerra u n i versal?, Pedro Gómez A p a ricio. Los orígenes de las literaturas románticas a la luz de u n descubrimiento reciente, Ramón M e n é n d e z Pidal. Cantabria romana, A n t o nio García y Bellido. Una experiencia cultural en Santander, F r a n c i s c o Sintes y Obrador. Presencia de España en el arte moderno y Problemática del arte contemporáneo, José Camón A z n a r . Sobre el arte r u p e s t r e c a n t á b r i c o , L u i s Pericot García. L a u n i d a d de la lengua en los pueblos hispánicos, Julio Casares. (Pasa a la solapa posterior) G-CL.. 4 RODRIGO DE GIL HONTAÑON E N SEGOVIA MARQUES DE LOZOYA RODRIGO GIL DE HONTAÑON E N SEGOVIA PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENENDEZ PELAYO 18 SANTANDER 1962 Depósito l e g a l : M . 10902/1962 IMPRENTA NACIONAL DEL BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO r. ns&s RODRIGO GIL D E HONTAÑON E N SEGOVIA Contemplada desde cualquiera de los alcores que rodean la ciudad de Segovia, coronando el peñón histórico, entre los socavones de los dos arroyuelos, la catedral produce la impresión de una obra de arte perfecta, concebida de un solo impulso y ejecutada en breve tiempo, en una coordinación de esfuerzos que responden, sin vacilaciones n i titubeos, a un plan rigurosamente impuesto. Es algo tan personal como un cuadro o una escultura. E n nuestra admirativa contemplación del edificio habremos de prescindir de todo lo anecdótico, de todo lo que no sea el edificio mismo en su integridad. N o hemos de ponderar ahora la posición admirable del monumento, situado en la cúspide del conjunto urbano, dominando el apiñado caserío que se derrama por las laderas, apenas contenido por las murallas con su teoría de almenas y de torreones. Reiteradas veces, a partir del ero- MARQUES D E LOZOYA nista D i e g o de Colmenares, se h a comparado l a ciud a d con u n navio que endereza su r u m b o h a c i a el m a r de l a l l a n u r a , c o n el A l c á z a r por castillo de proa y con l a torre de l a C a t e d r a l por palo m a y o r . Incluso en nuestra visión de ahora no tendremos en cuenta el color que adquiere, a l reflejar e l i n c e n d i o de los ocasos segovianos, matices inefables de oro y de rosa, porque el color n o es cosa del arquitecto, sino del tiempo. « T a m b i é n el tiempo pinta», decía d o n F r a n cisco de C o y a . V a m o s a estudiar la catedral de Segov i a sin considerar otra cosa que la creación de u n artista. U n a catedral no es templo cualquiera, aunque sea cabeza de u n a diócesis y tenga en ella su cátedra u n prelado. U n a catedral, en el sentido puramente arquitectónico de l a palabra, h a de ser u n a iglesia de tal capacidad que pueda acoger a u n p u e b l o ; dispuesta c o n tal m a g n i f i c e n c i a que el culto católico pueda desplegar la p l e n i t u d de su maravillosa escenog r a f í a ; con a m p l i a capilla m a y o r , que h a de ser l a scaena del d r a m a sacro; naves capaces de cobijar a u n a m u c h e d u m b r e , bóvedas que a m p l i f i q u e n l a m ú sica del órgano y los cantos litúrgicos. U n a catedral supone u n esfuerzo tan grande que no es posible por u n a i n i c i a t i v a p r i v a d a , n i siquiera p o r l a v o l u n t a d de u n a generación. E s necesario el a f á n colectivo de u n pueblo durante siglos. D e aquí el que, frecuen- GIL DE HONTANON E N SEGOVIA temente, se alteren las líneas del p r i m i t i v o proyecto de acuerdo c o n los cambios en l a sensibilidad de las diversas épocas. L a catedral de Burgos, por ejemplo, consta, en realidad, de dos fábricas superpuestas: l a u n a , de acuerdo c o n l a severidad d e l gótico p r i m a r i o del siglo xnr, y l a otra — f l e c h a s de las torres, capilla del Condestable, c i m b o r r i o — , en el barroquismo delirante de fines d e l x v y comienzos del x v i . L a construcción de l a catedral de Segovia se desarrol l a a lo largo de casi tres centurias. D u r a n t e este período d o m i n a n en l a arquitectura española las soluciones del ú l t i m o g ó t i c o ; el r e n a c i m i e n t o en sus diversas fases, el barroco. Pero el edificio parece const r u i d o de u n a v e z , con arreglo a u n solo p l a n . T a n sólo l a c a p i l l a d e l Sagrario, a l mediodía, viene a alterar la u n i d a d de este c o n j u n t o con su chapitel dieciochesco, pero se trata, en realidad, de u n edificio diverso, agregado sin relación alguna c o n el p l a n p r i n c i p a l . P o r esto interesa conocer l a personal i d a d del arquitecto que dejó l a obra tan perfectamente p l a n e a d a que n o se pudo hacer otra cosa que seguir exactamente sus instrucciones, c o m o si el d i rector de l a obra, vivo durante estas centurias, siguiese presidiendo l a l a b o r de los canteros. E s cierto que en l a catedral de Segovia el gótico no es puro, sino que se altera c o n soluciones plenamente renacentistas, pero es el m i s m o arquitecto, absoluto señor M A R Q U E S D E LOZOYA del edificio, el que realiza la fusión con tal acierto que los elementos más diversos—pináculos y arbotantes góticos, cúpulas de severidad escurialense— se compenetran en un conjunto de admirable belleza, que no admitimos pueda haber sido concebido de un modo diverso. Los maestros de la catedral de Segovia, según los documentos, fueron dos, padre e hijo: Juan y Rodrigo G i l de Hontañón, de la montaña de Santander. N o es posible separar la labor de los artistas compenetrados en un taller familiar, y, sin embargo, yo creo la catedral de Segovia concebida por un solo cerebro y dibujada por una sola mano, y ésta sería la de Rodrigo G i l de Hontañón, una de las «águilas» —acaso en su vuelo superada solamente por Juan de Herrera— de la Arquitectura española; uno de estos artistas cuya capacidad parece sobrehumana, ejemplar ciertamente incomprensible de energía vital y de inexplicable poder de adaptación. 10 L A R E A C C I Ó N P U R I S T A E N E L GÓTICO ESPAÑOL Uno de los fenómenos más singulares en la Historia de la Cultura Española es la reacción purista que adviene en los últimos años del siglo xv, sobreponiéndose a los delirios barrocos de la agonía del gótico europeo, para crear el sistema que, en todo el proceso de la Arquitectura española, está más de acuerdo con la espiritualidad de Castilla; el que mejor expresa el afán de Eternidad, el concepto ascético de la vida, la elegancia señoril de la meseta castellana. Suele suceder en la historia de nuestra cultura el que los estilos que nos parecen más genuinamente españoles, más representativos del alma hispánica, tengan origen fuera de nuestras fronteras. Así la Mística, que penetra en la Península desde Alemania, así la escultura de madera policroma que responde al impulso exótico de Fe11 M A R Q U E S D E LOZOYA lipe de Borgoña, de J u a n de J u n i , de Jacopo F l o rentino. D e l a m i s m a m a n e r a , en m o n u m e n t o s que nos parecen tan representativos de l a c u l t u r a espa^ ñola de fines del siglo x v c o m o l a f a c h a d a y el patio de S a n Gregorio, de V a l l a d o l i d , el i m p u l s o es u l t r a m o n t a n o , y a u n lo que m o d i f i c a su concepto estético centroeuropeo t a m b i é n tiene su origen fuera de l a Península, en el cercano O r i e n t e . E l p u r i s m o d e l ú l t i m o gótico en la m i t a d septentrional de E s paña es u n a reacción m i l i t a n t e de C a s t i l l a , que en el siglo x v i combatía a l a v e z contra alemanes y neerlandeses, contra los turcos de E s t a m b u l y contra los moros de T ú n e z y de A r g e l . A c a s o el m o n u m e n t o más representativo de esta reacción n a cionalista de l a España del norte sea la obra de R o d r i g o G i l en l a c u m b r e de l a alargada roca segov i a n a . L a catedral de Segovia parace construida en el espacio de pocos años. E n pleno siglo x v n i , c u a n do y a se levantaba en «estilo internacional» el palacio de San Ildefonso, los canteros segovianos seguían i n terpretando pacientemente los planos que, dos siglos antes, había d i b u j a d o R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n . P o r esto es, sin d u d a , el ejemplar más perfecto de l a reacción purista del ú l t i m o gótico cántabrocastellano, que significa, después de l a invasión centroeuropea del barroquismo goticista, u n retorno a l 12 GIL DE HONTANON E N SEGOVIA ascetismo de C a s t i l l a . L o s neerlandeses, franceses, borgoñones y alemanes d e l sur que vienen a E s paña penetrados del espíritu barroco d e l gótico «florido» (naturalismo, p r o f u s i ó n o r n a m e n t a l , a m o r a lo exótico, especialmente a lo salvaje, que los descubrimientos de los portugueses ofrecían a l a cansada sensibilidad europea) se encuentran en l a P e n ínsula con u n m u n d o oriental, el de lo morisco, que es u n nuevo aliciente para las imaginaciones románticas de l a agonía de l a E d a d M e d i a . L a síntesis del norte c o n el oriente, que l l e v a a J u a n Guas a emplear el mocárabe y el arco de h e r r a d u r a y a repetir r í t m i c a m e n t e los motivos ornamentales, es maravillosa, pero deprimente, c o n el encanto morboso de las «épocas inciertas», c o n el r o m a n t i c i s m o sensual de los cantares eróticos y de las novelas de caballerías. E l reinado de los Reyes Católicos es u n a ' reacción v i r i l contra la corte d e l «Rey Salvaje», enamorado de l a espesura de las selvas y a q u i e n «todo canto triste causaba deleite». E s t a reacción se advierte en l a severa arquitectura de A v i l a , con sus desnudos paramentos de granito. E s u n fenóm e n o semejante a l que había ocurrido, tres siglos antes, con l a r e f o r m a cisterciense. E n su f a m o s a carta a l A b a d G u i l l e r m o , S a n B e r n a r d o a b o m i n a de l a p r o f u s i ó n o r n a m e n t a l de l a p l e n i t u d del románico, cuando se l l e n a n de historias sagradas y pro13 MARQUES D E LOZOYA fanas, de mitos paganos y de quimeras de oriente archivoltas y capiteles, y exige en las iglesias de los monjes blancos l a p u r e z a arquitectónica, no alterad a por l a p r o f u s i ó n del adorno. E n u n o y en otro caso, l a carencia de ornato había de compensarse con e l atrevimiento y l a perfección de l a arquitectura. L o s canteros h a n de esmerarse en l a e x a c t i t u d d e l corte de l a p i e d r a desn u d a . Y adviene e l t r i u n f o de los canteros del norte de España sobre l a m u c h e d u m b r e de extranjeros, diestros en el arte de hacer florecer l a p i e d r a —jardineros en p i e d r a se les podría l l a m a r — y sobre los alarifes y los carpinteros moriscos, silenciosos y sobrios, que con pobres materiales e r a n capaces de levantar fábricas suntuosas, cubiertas por alfarjes y techumbres de lacerías estrelladas, c o n sus racimos de mocárabe, que excitan, c o n su d i f í c i l geometría, a l a inacción y a l ensueño. E s u n p r o b l e m a en l a H i s t o r i a d e l A r t e Hispánico l a aparición de estas primeras generaciones de habilísimos canteros, de tanta trascendencia, no solamente en l a arquitectura p e n i n s u l a r — t a m b i é n a P o r t u g a l a f l u y e n maestros d e l norte de l a Peníns u l a — , sino en l a del i m p e r i o u l t r a m a r i n o de los H a p s b u r g o . L a m o n t a ñ a de Santander, el país vasco, las vertientes d e l norte de Burgos y de l a R i o j a , no t u v i e r o n , en l a E d a d M e d i a , u n a g r a n t r a d i c i ó n 14 G I L D E H O N T A N O N E N SEGOV1A de cantería. E l r o m á n i c o santanderino es de const r u c c i ó n pobre, a u n en sus obras más suntuosas, como l a colegiata de S a n t i l l a n a o l a iglesia de Cervatos. L a catedral de Santander es u n a versión prov i n c i a n a de u n gótico indeciso, u n poco desmañado. Todavía es más m o d e s t a — r u r a l , a ú n más que prov i n c i a n a — l a arquitectura m e d i e v a l d e l país vasco. P o r esto sorprende l a aparición de cuadrillas de expertísimos canteros d e l N o r t e que se dispersan p o r toda l a Península y por los virreinatos de A m é r i c a en los ú l t i m o s años d e l siglo x v , e n todo e l x v i y en la p r i m e r a m i t a d del x v n . P r o b a b l e m e n t e — n o antes de mediados d e l siglo x v — l a p o b r e z a de las tierras norteñas, donde las parcas herencias no d a b a n posible sustento a proles numerosas en los fecundos hogares, algunos m u c h a c h o s acudieron en busca de trabajo a las comarcas de C a s t i l l a , de E x t r e m a d u r a y de A n d a l u c í a , e n donde las magníficas construcciones ofrecían estipendios seguros, de la m i s m a m a n e r a que otros m o z o s , obligados p o r l a necesidad, se ajustaban c o n los fabricantes de paños segovianos, t o m a b a n u n a p i c a en los tercios, o cuando se abrieron las rutas oceánicas se trasladaron a las Indias nuevas. L a m a g n i f i c e n c i a de los prelados, de las órdenes religiosas y de los magnates h a b í a n atraído a España cuadrillas de los más expertos canteros d e l ú l t i m o gótico e u r o p e o : los C o l o n i a , en 15 MARQUES D E LOZOYA B u r g o s ; J u a n G u a s y los Egas, en Segovia y T o l e d o , tantos y tantos artífices d e l centro de E u r o p a cuyos nombres saltan a cada paso en los libros de fábrica de las iglesias españolas. A su lado estos obreros aprenderían los ú l t i m o s secretos d e l oficio, y formar í a n en sus comarcas nativas cuadrillas capaces de t o m a r p o r su c u e n t a las obras más difíciles. E n estos grupos locales, cuyos componentes estaban unidos p o r lazos de parentesco o de í n t i m a vecindad, se educarían los canteros, m e j o r que en los gremios, de tan tardía aparición en l a corona de C a s t i l l a , y c o n l a experiencia a c u m u l a d a llegaron a u n a perfección en e l arte de cortar l a p i e d r a , no superada y a p o r los m i s m o s maestros u l t r a m o n t a nos. « L a emigración —escribe P e r e d a de l a Reguera, refiriéndose a los m o n t a ñ e s e s — l a efectuaban reunidos en grupos o cuadrillas de trabajo, f o r m a d a s en su m a y o r parte por maestros consumados. S u p a r t i d a para C a s t i l l a , según anota Sojo haber leído en algunos documentos, a c o s t u m b r a b a n a realizarl a en el mes de m a r z o , p a r a regresar con tiempo a pasar en casa l a i n v e r n a d a , cosa que ocurría cuando el v o l u m e n de l a obra contratada les p e r m i t í a darle fin durante los cortos meses que m e d i a b a n . S u r u m bo, por lo regular, era i n d e t e r m i n a d o ; a lo más, los g u i a b a el renombre de las más florecientes c i u dades, donde presuponían abundante trabajo, pero 16 GIL DE HONTAÑON E N SEGOVIA m u c h a s veces n o llegaban a ellas, pues son solicitados a su paso por las pequeñas villas donde en busca de descanso se detienen después de l a jornada de largo c a m i n a r . N a d a i m p o r t a que en ellas sean desconocidos; su origen es crédito y garantía de la perfección de su arte. Juntos contratan, cost u m b r e que aún subsiste, y rara v e z es u n o solo el que suscribe el d o c u m e n t o de c o m p r o m i s o . L a herm a n d a d es perfecta entre ellos, y a u n entre unos y otros grupos, como lo demuestran las garantías y fianzas que m u t u a m e n t e se prestan». E s t o sería en tiempos todavía m e d i e v a l e s ; en l a prehistoria de l a cantería norteña. Después, los maestros principales se a v e n c i n d a b a n en las ciudades donde tenían alg ú n encargo de g r a n i m p o r t a n c i a y acudían desde ella para otras obras menores a diversos puntos más o menos lejanos, requeridos frecuentemente p a r a juntas de arquitectos, tasaciones o peritajes. E n casos de g r a n c o m p r o m i s o , estos maestros «estables» a d m i t i r í a n el a u x i l i o de las cuadrillas trashumantes. L a t r a s h u m a n c i a siguió hasta nuestro tiempo para trabajos rurales, de escasa i m p o r t a n c i a . Estos son los hombres que l l e v a n consigo, c o m o los talladores de piedra y los magons de tres siglos antes, los secretos del g ó t i c o ; de u n gótico que es p u r a y sabia arquitectura de c o n j u n t o de elementos activos y pasivos, de equilibrios, empujes y con17 MARQUES D E LOZOYA trarrestos, como lo era a finales d e l siglo x n , antes que viniesen de Inglaterra los arcos conopiales y carpaneles. N o es posible, sin embargo, volver a las bóvedas de simple crucería, pues l a desmesura de los templos exige, para sostén de los plementos, l a c o m p l i c a d a r e d de nervios de las techumbres de terceletes y de ligaduras, en las cuales l a p e r i c i a de los canteros d e l N o r t e llega a soluciones de u n a complicación indescriptible. L o s pilares son robustos, de p l a n t a c i l i n d r i c a , abocelados p o r i n f i n i d a d de m o l d u r a s verticales, que d a n a l sostén e l aspecto de u n h a z de juncos rematados, a d i v e r s i d a d de alturas, p o r d i m i n u t o s capiteles de hojarasca o que se c o n t i n ú a n , s i n solución de c o n t i n u i d a d , en los nervios de l a bóveda. L o s arcos son de m e d i o p u n t o o apenas apuntados, Pero e n el p l a n o de los templos, en el juego bellísimo de nervios y apoyos, contrafuertes y arbotantes, gárgolas y pináculos, siguen de cerca l a t r a d i c i ó n m e d i e v a l , que q u i z á llegaba hasta ellos p o r cuadernos de dibujos transmitidos como u n tesoro de generación en generación y copiados m u c h a s veces, a l estilo d e l de V i l l a r d d ' H o n necourt. N a t u r a l m e n t e , estos expertos cortadores y talladores de l a p i e d r a no eran impermeables a l a alegría t r i u n f a l del R e n a c i m i e n t o , que lo invadía todo y que era l a pasión de magnates y clérigos eruditos. 18 GIL DE HONTANON E N SEGOVIA Montañeses y vascos i n t e r p r e t a n c o n rara pericia los grutescos y los elementos ornamentales de lo que ellos d e n o m i n a b a n «romano», a u n cuando sus modelos hubiesen sido dibujados en F l o r e n c i a o en B o l o n i a u n siglo antes. R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n compone, c o n P e d r o M a c h u c a , D i e g o Siloé y A n drés de V a n d e l v i r a , el cuarteto de genios d e l R e n a c i m i e n t o hispánico. Pero, en general, solamente se acuerda de esta g r a n corriente i n t e r n a c i o n a l en algún elemento de puro ornato. Siempre los grandes m o v i m i e n t o s artísticos h a n penetrado en u n país p r i m e r a m e n t e p o r lo decorativo, de conocim i e n t o e i n t e r p r e t a c i ó n más fáciles que lo constructivo. L o que es más desconcertante a p r i m e r a vista es la estrecha compenetración d e l ú l t i m o gótico arcaizante c o n l a versión del R e n a c i m i e n t o austero, a lo V i g n o l a , que ciertamente se c o b i j a bajo e l n o m bre de u n g r a n m a t e m á t i c o y cantero m o n t a ñ é s : J u a n de H e r r e r a , n a c i d o y criado en l a M o n t a ñ a ( M o b e l l á n , 1530), acaso e l h o m b r e más perito en el arte d e l corte de l a p i e d r a que h a conocido el m u n do. E s u n o de los problemas más interesantes en l a H i s t o r i a d e l A r t e Español l a compenetración de u n gótico arcaizante que pretende conservar el sistema m e d i e v a l en toda su p u r e z a c o n l a más i n t r a n sigente y rígida i n t e r p r e t a c i ó n d e l R e n a c i m i e n t o vitrubiano. L a f u s i ó n es posible porque ambos sis19 MARQUES D E LOZOYA temas tienen, en realidad, u n espíritu análogo. L a reacción herreriana quiere i n f u n d i r el sentimiento católico, la elegante austeridad castellana contra los excesos barrocos del plateresco, de l a m i s m a manera que l a reacción del gótico purista i n t e n t a depurar los templos d e l barroquismo centro-europeo del x v . « A c a s o — h e m o s escrito en otro l u g a r refiriéndonos a J u a n de H e r r e r a — e n su aprendizaje en las cuadrillas de canteros transmeranos que l a b r a b a n los severos edificios del ú l t i m o gótico se f o r m ó su afán depurador. E n Segovia y en S a l a m a n c a R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n podaba el gótico de adornos superfinos, como H e r r e r a había de hacer c o n el R e n a c i miento.» N o h a y n i n g ú n estilo absolutamente orig i n a l en la H i s t o r i a d e l A r t e , sino que todos son síntesis, logradas con u n fuerte acento de personas, tiempos y lugares, de elementos de procedencias m u y diversas. F e r n a n d o C h u e c a tiene c o m o u n a de las fórmulas de más p u r a c o n f o r m i d a d c o n el sentir hispánico esta síntesis del gótico franco-germánico con el R e n a c i m i e n t o a lo V i g n o l a . H o n t a ñ ó n y sus seguidores consiguen c o n ella su realización más l o g r a d a : la catedral de Segovia. R a r a es en Castilla la c i u d a d o v i l l a importante en donde no p r e d o m i n e sobre el chato caserío el ábside esbeltísimo, de p l a n ta p o l i g o n a l , c o n contrafuertes en los ángulos y bolas en vez de pináculos, con cúpula sobre el cru- 20 GIL DE HONTANON E N SEGOVIA cero, de u n templo de este estilo. R e c o r d e m o s San A g u s t í n de Segovia y de V a l l a d o l i d , S a n Sebastián de V i l l a c a s t í n y tantos otros. E n el país vasco las iglesias de este tipo son l a nota característica del suave paisaje. 21 Vi EL ARQUITECTO M i costumbre es comenzar toda biografía por una genealogía, pero no conocemos la de Rodrigo G i l de Hontañón. Relacionarle con los innumerables arquitectos de todas las épocas que llevaron el apellido G i l , o con los Giles que en la E d a d Media peleaban con los Negretes, como hace Pereda de la Reguera, no me convence, pues el apellido G i l es un patronímico que se deriva de los innumerables Giles que en el mundo han sido, como sucede con los Rodríguez, los Pérez o los Fernández, de los más diversos orígenes. Parece que los antecesores inmediatos de Rodrigo G i l eran vecinos de Rasines, no lejos de la comarca de Trasmiera, gran vivero de canteros trashumantes, y oriundos de un barrio llamado Hontañón, adjunto a la aldea transmerana de Carasa. Probablemente formarían parte de las cuadrillas de constructores que todas las primaveras 23 M A R Q U E S D E LOZOYA se d e r r a m a b a n por C a s t i l l a . E l linaje c o m i e n z a realmente en J u a n G i l de H o n t a ñ ó n , que en 1498 era y a arquitecto famoso, pues en este año fué convocado c o n J u a n de A v i l a y J u a n de B a d a j o z , constructores de m á x i m a categoría en este tiempo, para d i c t a m i n a r sobre l a catedral de Plasencia. J u a n G i l tuvo tres h i j o s : J u a n el M o z o , M a r í a y R o d r i g o . Este, según los documentos de u n pleito, a d u c i d o por Pereda, era bastardo, nacido acaso en el b a r r i o de H o n t a ñ ó n — p u e s en el pleito referido se dice vecino de é l — , q u i z á porque fuese de allí su m a d r e , incógnita. Podemos fijar l a fecha de su n a c i m i e n t o hacia el 1500. E n u n ambiente de constructores — l o eran, además de su padre, de su h e r m a n o y de sus cuñados, los sucesivos esposos de M a r í a y todos sus parientes y a m i g o s — , R o d r i g o G i l no podía ser otra cosa que arquitecto. A pesar de su c o n d i c i ó n de bastardo, era m u y bienquisto de su h e r m a n a y de sus parientes, y acabó siendo el a u x i l i a r p r i n c i p a l de su padre, acaso porque superaba en capacid a d a su h e r m a n o J u a n G i l el M o z o . S u escuela serían desde n i ñ o las m i s m a s obras, el ejercicio de todos los oficios que con l a construcción se relacion a n , con pobrísimos medios (recordemos a A n d r é s J u l i a , de T o r t o s a , que trazó los planos d e l famoso M i g u e l e t e , de V a l e n c i a , en u n a huerta, con a y u d a solamente de cuerdas y estacas), pero con l a m a r a - 24 GIL DE HONTANON E N SEGOVIA villosa i n t u i c i ó n , c o n l a seguridad a d m i r a b l e que d a n l a experiencia de u n oficio a c u m u l a d a en m u chas generaciones y l a p r o p i a práctica personal día por día, bajo l a dirección de maestros expertos. A ú n así nos resulta i n e x p l i c a b l e a los que estudiamos h o y estas cosas cómo se p u d i e r o n c a l c u l a r sin el más pequeño error los cortes de l a piedra de u n a bóveda del ú l t i m o gótico. Q u e fué e l p r i n c i p a l a u x i l i a r de su padre en las grandes empresas de que éste se había hecho cargo lo demuestran los documentos, pero sin d u d a sus avances f u e r o n extraordinarios, pues le vemos p r e m a t u r a m e n t e obrando por su cuenta. A l a muerte de J u a n G i l el V i e j o (en los últimos días de 1525 o primeros de 1526) es R o d r i g o G i l el Bastardo el que continúa sus obras y llega a superar l a f a m a de su padre. S u f o r m a c i ó n en este tiempo debió de ser y a extraordinaria n o solamente p o r el c o n t i n u o ejercicio de los oficios de construir y por el trato c o n los grandes maestros de l a época, sino por lecturas, estudio de dibujos y de grabados de los grandes arquitectos de F r a n c i a , de F l a n d e s y de los Países Bajos, y acaso por viajes, que no conocemos. R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n es el único tratadista de E u r o p a de quien se conserva u n tratado sobre el gótico, y su i m p o r t a n c i a en este c a m p o es i n m e n s a . Pero a l mismo tiempo es u n a de las «águilas» d e l R e n a c i m i e n t o 25 MARQUES D E LOZOYA en España. Parece i n v e r o s í m i l que l a m i s m a m a n o dibujase l a catedral de Segovia, l a f a c h a d a de l a U n i v e r s i d a d de A l c a l á de Henares y el P a l a c i o de M o n t e r r e y , de S a l a m a n c a . E l empleó su c o n o c i m i e n to en los diversos estilos acudiendo a sus copiosos conocimientos según el asunto lo requería. Pereda de l a R e g u e r a h a señalado l a f i n a sensibilidad de H o n t a ñ ó n para buscar en e l arca de sus recursos, como el padre de f a m i l i a s del E v a n g e l i o , lo viejo o lo nuevo, según más conviniese. « N o es extraño que R o d r i g o — e s c r i b e — , a u n i m p e r a n d o e l R e n a c i miento, siga c u l t i v a n d o el estilo gótico n o porque fuera arcaico, n i por desconocimiento del nuevo estilo, sino porque l a m a y o r parte de sus obras son iglesias, y respeta y valora p o r e n c i m a de las nuevas tendencias y de las nuevas líneas l a relación lógica de su obra y del f i n a que se destina, a sabiendas de que solamente el viejo estilo, con sus proporciones, su sentido ascensional y l a i n m a t e r i a l i d a d de que parecen estar dotados sus elementos consigue i n f u n dir en ellas esa mística esencia que eleva y expansiona el espíritu.» H a y , además, otra r a z ó n : según sus escritos y sus dibujos, es el gótico, t a l c o m o él lo interpreta, e l sistema que mejor se adapta a l h u m a n i s m o de su teoría; a l a adaptación de las formas arquitectónicas a l a suprema arquitectura que es el cuerpo h u m a n o , según los esbeltos cánones 26 GIL DE HONTANON E N SEGOVIA manieristas que y a en su tiempo i m p e r a b a n . D e que e l sentir d e l arquitecto estaba de acuerdo c o n el sentir de C a s t i l l a es testimonio, además de los i n n u merables encargos, u n párrafo de l a H i s t o r i a de Segovia, de D i e g o de C o l m e n a r e s , refiriéndose a l a catedral de S e g o v i a : « E n t r e m u c h a s trazas se avia escogido l a de R o d r i g o G i l de O n t a ñ ó n , famoso artífice de aquel siglo. Y salió a c e r t a d a ; p o r que aunque no es de las cinco ordenes de l a arquitectura G r i e g a , y R o m a n a ; es arquitectura Gótica, que n o n b r a r o n M a z o n e r í a ; fábrica fuerte, capaz, b i e n dispuesta y de agradable vista.» D e b i ó de ser R o d r i g o G i l u n o de esos prodigios de h u m a n a energía que t a n frecuentes fueron, bajo diversos signos, en su país y en su tiempo. Recorría continuamente toda l a meseta central, c o n escarceos hacia el l i t o r a l del N o r t e , h a c i a E x t r e m a d u r a y h a cia A n d a l u c í a l l e v a n d o a l m i s m o tiempo distintas obras y repartiendo trabajo entre varias cuadrillas. Según Pereda, las obras en las cuales aparece docum e n t a d a u n a i n t e r v e n c i ó n más o menos intensa del maestro son, dejando aparte lo segoviano: colegio del A r z o b i s p o F o n s e c a , en S a l a m a n c a (1521); catedral de V a l l a d o l i d (1527); c a p i l l a del D e á n Cepeda, en Z a m o r a (1528); iglesia de Santiago, en M e d i n a de Ríoseco (1533); S a n E s t e b a n de C a s t r o m o c h o , Santa E u g e n i a de B e c e r r i l y S a n J u a n de V i l l a u m 27 MARQUES D E LOZOYA brales, en F a l e n c i a ; iglesia de Santa M a r í a de V i Uafranea del B i e r z o ; Sacristía M a y o r de l a catedral de S e v i l l a (1535); catedral de C o r i a (1536); fachada de l a U n i v e r s i d a d de A l c a l á (1538); claustro de l a catedral y h o s p i t a l de Santiago de C o m p o s t e l a (1538-1577); catedral de S a l a m a n c a (1538-1577); iglesia de V i l l a m a y o r de los Escuderos, en S a l a m a n ca (1538); p a l a c i o de M o n t e r r e y , e n S a l a m a n c a (1538); claustro de l a catedral de P a l e n c i a (1541); iglesia de Santa C r u z de M e d i n a de Ríoseco (1543); catedral de Plasencia (1544); iglesia de l a A s u n c i ó n de Guareña ( B a d a j o z ) ; iglesia de Santiago, en Cáceres (1550-1553); catedral de A s t o r g a ; iglesia de l a M a g d a l e n a , en M e d i n a d e l C a m p o (1552); palacio de los G u z m a n e s , en L e ó n ; iglesia de S a n J u l i á n de T o r o (1560-1569); iglesia de l a M a g d a l e n a , en V a l l a d o l i d (1566); iglesia de San B e n i t o e l R e a l , en V a l l a d o l i d ; colegio de l a Compañía, e n V i l l a garcía de C a m p o s , en V a l l a d o l i d (1572). T o d a s éstas son fábricas de gran i m p o r t a n c i a , capitales en l a H i s t o r i a de l a A r q u i t e c t u r a española. D e j a m o s aparte las que le son atribuidas, con toda v e r o s i m i l i t u d , y las de poca m o n t a , esparcidas p o r parroquias r u rales. T o d a v í a F r a n c i s c o I ñ i g u e z A l m e c h le asigna u n a p a r t i c i p a c i ó n importante en l a obra de E l E s c o r i a l , en l a c u a l , sin d u d a , fué ú t i l su sabiduría en el arte de cortar la p i e d r a . 28 GIL DE HONTANON E N SEGOVIA R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n , a j u z g a r p o r los proyectos que de él se conservan, d i b u j a b a m a l , como d i b u j a b a n m a l todos los constructores españoles hasta el siglo x v n , que es el de los arquitectospintores. L o a d m i r a b l e es que de t a n torpes diseños saliesen t a n bellas obras. L a t r a z a servía tan sólo para dar u n a i d e a a los que encargaban l a tarea y a los que h a b í a n de ejecutarla, de los designios del maestro. T a n t o él como sus auxiliares d i b u j a b a n mejor sobre l a p i e d r a m i s m a que sobre el papel. 29 L A C A T E D R A L D E SEGOVIA N o vamos a hacer la historia de la catedral nueva de Segovia, reiteradamente escrita (por mí mismo en diversos lugares). Sería útil un gran libro en el cual, a base del riquísimo archivo catedralicio, de las trazas que en él se conservan y, sobre todo, del gran libro abierto que es la misma catedral, se documentase totalmente la magna obra que fué durante tres centurias la obsesión de los segovianos, pero no hay tiempo n i lugar para este trabajo. Nos limitaremos a un resumen de los datos que figuran en todas las guías. L a catedral vieja de Segovia, del siglo xn, terminada por Juan Guas en el xv, y que se puede reconstruir con bastante exactitud por los inventarios antiguos, estaba situada ante el Alcázar, donde hoy se levanta el monumento a Daoíz y Velarde. Esta peligrosa vecindad ocasionó su ruina, pues por su posición fué utilizada por los comuneros 31 MARQUES D E LOZOYA para atacar l a fortaleza, d e f e n d i d a por los i m p e r i a les, y quedó m a l t r e c h a e n l a durísima l u c h a . C a r los V ordenó l a construcción de u n a catedral n u e v a , y se eligió p a r a e m p l a z a r l a l a meseta c u l m i n a n t e del peñón a m u r a l l a d o , donde estaba el convento de Santa C l a r a . L a idea no era nueva y, en realidad, se aprovecharon las circunstancias p a r a satisfacer u n a vieja aspiración c i u d a d a n a . L a s obras p r e l i m i n a r e s —expropiaciones y derribos del viejo convento y de las casucas aledañas— se v e r i f i c a r o n c o n m a r a v i l l o s a rapidez, y el 8 de j u n i o de 1525 e l O b i s p o d o n D i e g o de R i v e r a pudo colocar solemnemente l a p r i mera piedra. L a catedral de Segovia es u n testimon i o del espíritu m e d i e v a l que p r e d o m i n a b a todavía en l a c i u d a d . C o m o las del siglo x n , es l a obra de todo u n pueblo y n a d a t a n c o n m o v e d o r c o m o leer en las actas capitulares los incidentes de aquel m a g no esfuerzo c o l e c t i v o : los caballeros, honrándose en cavar los cimientos, c o n f u n d i d o s c o n los menestral e s ; las damas, entregando sus j o y a s ; las solemnes procesiones de los diversos oficios p a r a llevar su ofrenda, el trabajo gratuito de los obreros a l t e r m i nar su j o m a d a ; la cooperación de los religiosos y a u n de los niños. Se comenzó l a obra por los pies, porque, como l a catedral vieja, a r r u i n a d a , no era u t i l i z a b l e c o m o en S a l a m a n c a , urgía h a b i l i t a r el brazo m a y o r de l a gran c r u z proyectada, para que fuese 32 wmm A l z a d o de la capilla mayor de la Catedral y seis proyectos de cimborrio. (Archivo de la Catedral de Segovia.) • . " í ; |ií,,, ••;,:•;-.•«:,.s>:•<, : -^ - • :---m: . . . , , . . . . • . • . • • • • . •' í¡I:":>*3.,!W^:>W^ Plano de la cabecera de l a Catedral de Segovia y alzado de las capillas ahsidales. (Archivo de l a Catedral de Segovia.) ¡ I GIL DE HONTANON E N SEGOVIA dispuesto rápidamente para el culto (recordemos que en l a catedral i n c o n c l u s a de V a l l a d o l i d es todavía este b r a z o m a y o r el teatro para las ceremonias capitulares y que u n pensamiento análogo h a m o t i vado el m i s m o sistema en l a n u e v a catedral de M a drid). Diéronse los canteros tanta prisa en labrar y esculpir piedra que en 1558, apenas pasado u n cuarto de siglo, estaban acabadas las tres naves del b r a z o m a y o r hasta el c r u c e r o ; se erguía en toda su altura l a bellísima fábrica de l a t o r r e ; se h a b í a n trasladado de l a antigua el claustro de J u a n Guas y los sitiales del coro y se había agregado a aquél l a suntuosa sala capitular. A q u e l año se celebró y a el culto en l a «iglesia nueva», cuyos blanquísimos muros d a b a n a la c i u d a d su silueta d e f i n i t i v a . L a torre era y a el palo m a y o r de l a nave de p i e d r a . ¿Quién dio l a t r a z a para el g r a n templo, tan rápidamente construido? Se viene diciendo que J u a n G i l de H o n t a ñ ó n , el c u a l inició los trabajos de l a de S a l a m a n c a en 1513. L a catedral n u e v a de Salamanca y l a de Segovia son, e n efecto, dos iglesias h e r m a nas, y su aspecto es tan semejante que a p r i m e r a vista n o es f á c i l e l d i s t i n g u i r en las fotografías la u n a de la otra. C o m e n z a d a l a s a l m a n t i n a en 1513 y l a otra doce años más tarde, l a p r i o r i d a d de aquélla parece evidente. Y , sin embargo, acaso no se h a y a reparado bastante e n que quizá por l a m a 33 MARQUES D E LOZOYA y o r urgencia — p u e s S a l a m a n c a conservó sabiamente su vieja c a t e d r a l — , l a de Segovia estaba prácticamente t e r m i n a d a a fines d e l siglo x v i , e n tanto que en l a s a l m a n t i n a no se trazó l a cúpula d e l crucero por José C h u r r i g u e r a hasta 1705, y p o r entonces se t e r m i n ó l a torre. H a y , pues, u n a p r i m a c í a en l a catedral de Segovia, cuyas experiencias h u b i e r o n de tomarse en cuenta e n S a l a m a n c a . E l espíritu e n ambas obras es m u y distinto, en su aparente s i m i l i t u d . L a catedral de S a l a m a n c a es i n f i n i t a m e n t e más rica en adorno que l a segoviana. Sus portadas son tapices recamados y sus arquerías angreladas, encajes de p i e d r a . E l arquitecto, recordando siempre a sus maestros centroeuropeos, sitúa por todas partes primoroso ornato. E n c a m b i o , l a catedral de Segovia es, c o m o E l E s c o r i a l , arquitectura p u r a , y e l arquitecto prescindió casi totalmente d e l concurso de los escultores. N o cabe m a y o r auster i d a d geométrica que en las portadas de P o n i e n t e y de M e d i o d í a . L a rapidez de l a ejecución h i z o posible e l p r e d o m i n i o d e l i m p u l s o i n i c i a l , e n tanto que l a l e n t i t u d m o t i v ó en S a l a m a n c a cambios radicales de criterio, c o m o el de l a p l a n t a p o l i g o n a l de l a cabecera por u n a simple t r a z a rectangular. Y a estaban doradas por e l tiempo las piedras segovianas cuando u n cantar d e l siglo x v í n l l a m a b a «Salamanca l a blanca» a l a c i u d a d d e l T o r m e s , por l a a l b u r a de 34 GIL DE HONTANON E N SEGOVIA los sillares recién labrados e n el c i m b o r r i o de l a C a tedral y en las torres de este edificio y del de la Clerecía, que d e t e r m i n a n el contorno urbano. A m i j u i c i o , y a expresado en otros lugares, l a traza de l a catedral de Segovia es de R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n y no de J u a n . Y a consigna esta opin i ó n el cronista D i e g o de C o l m e n a r e s , tan p r o f u n d o conocedor del archivo catedralicio y tan cercano a los sucesos que h i s t o r i a b a : «Entre m u c h a s trazas se avia escogido l a de R o d r i g o G i l de O n t a ñ ó n , famoso artífice de aquel siglo.» Y , en cierta m a n e r a , los albaceas de R o d r i g o c o n f i r m a r o n esta hipótesis al redactar l a laude sepulcral, a que luego haremos referencia. E l error que supone a J u a n G i l , director de los trabajos de l a catedral de Segovia, está basado en l a f e c h a equivocada que se venía señalando para su f a l l e c i m i e n t o : 1531 (Ceán Bermúdez). L a s nuevas investigaciones l l e v a n esta f e c h a a l año 1525, que es el m i s m o en que se coloca l a p r i m e r a piedra en l a catedral de Segovia. E s seguro, naturalmente, que R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n el bastardo manejase trazas y dibujos de su padre, singularmente las que se venían u t i l i z a n d o en l a catedral de S a l a m a n ca, pero suyo es e l concepto general del edificio, y debió de quedar tan preciso que sus sucesores lo c o n t i n u a r o n c o n rara y ejemplar f i d e l i d a d . A l planear él solo u n m a g n í f i c o templo, empla35 MARQUES DE LOZOYA zado en u n solar sabiamente elegido p a r a que el edificio tuviese l a m á x i m a v i s i b i l i d a d , R o d r i g o , gran tratadista del gótico y g r a n conocedor d e l renacim i e n t o , tuvo e n cuenta su interpretación personal de l a teoría h u m a n i s t a de V i t r u b i o , e l c u a l alude a u n legendario congreso de arquitectos de todos los países para f i j a r l a p r o p o r c i ó n de los edificios. «Y siendo todos juntos b i n i e r o n a decir que los edificios fuesen repartidos por e l m e n o r m u n d o que era el cuerpo del h o m b r e , p o r que en e l a l l a v a n todas las razones y m e d i d a s de m a c h i n a s orgánicas y en el aliaron dos cuerpos regulares que es cuadrado y redondo. Y asi dice B i t r u b i o que f u é m a n d a d o en este concilio que desde a l l i adelante todos los artistas labrasen y rijiesen p o r l a m e d i d a del cuerpo h u mano.» E l que c o n t e m p l a desde u n o de los m i r a dores que r o d e a n l a c i u d a d l a catedral de Segovia se sorprende de l a a r m o n í a perfecta que g u a r d a n entre sí todos los elementos que i n t e g r a n el t e m p l o . E s t a i m p r e s i ó n aumenta cuando se penetra en e l interior, en donde t o d o : las medidas de las naves, del crucero, de las capillas absidales; l a p r o p o r c i ó n de a l t u r a y de a n c h u r a entre l a nave m a y o r , las laterales y las c a p i l l a s ; el grueso de los p i l a r e s ; l a l u z , perfectamente graduada, que penetra por los rosetones y por las triples ventanas, a través de los vidrios policromos, constituye u n a a r m o n í a perfec- 36 GIL DE HONTANON E N SEGOVIA ta. L a explicación está en la relación de este edificio, tan «humano», c o n las medidas del cuerpo del h o m bre, d e l c u a l f u é D i o s e l arquitecto. C o m o hemos dicho, R o d r i g o G i l encontraba en el gótico, mejor que en los órdenes grecorromanos, esta d i v i n a armonía, pero no en el gótico ascensional del x i v , sino en el clasicismo del 1200, c u a n d o los canteros franceses corrían toda E u r o p a l l e v a n d o en sus ¡mochilas cuadernos de dibujos semejantes al de V i l l a r d d ' H o n necourt. P a r a esta «humanización» de l a arquitectura R o d r i g o G i l acudió, c u a n d o le c o n v i n o , a l renac i m i e n t o r o m a n i s t a . E s este í n t i m o pensamiento el que funde, sin disonancia, el goticismo de l a fábrica con las cúpulas a lo V i g n o l a . R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n se encontró en l a catedral de Segovia c o n l a p o s i b i l i d a d — q u e tan rara v e z se presenta e n l a v i d a de u n arquitecto— de expresar su concepto de l a arquitectura en toda su a m p l i t u d . N a d a sería tan interesante — a m í m e falta competencia para h a c e r l o — como el estudiar la adaptación del t e m p l o a las teorías y a los dibujos de R o d r i g o G i l en el m a n u s c r i t o i n d i c a d o . E n s a y e mos u n esbozo en l a torre, que es, a m í juicio, presc i n d i e n d o de toda anécdota, u n o de los más bellos edificios que p u e d a n contemplarse en E u r o p a . P a r a R o d r i g o G i l u n a torre h a de adaptarse exactamente a las proporciones de u n cuerpo v a r o n i l , desprovisto 37 MARQUES DE LOZOYA de brazos. E l a l z a d o se reparte h o r i z o n t a l m e n t e en cuatro partes, de las cuales l a i n f e r i o r llega hasta las r o d i l l a s ; l a segunda, hasta el extremo i n f e r i o r del v i e n t r e ; l a tercera, hasta el estómago, y l a cuarta, hasta e l arranque d e l busto. E l remate h a de tener las proporciones de busto y cabeza. E l aplicar los dibujos con que el tratadista ilustra su teoría a l a torre de l a catedral de Segovia es m u y f á c i l . E s curioso notar que el cálculo h a de hacerse m i r a n d o l a torre en su aspecto actual, c o n su remate, tan acertado, de cúpula y l i n t e r n a . E n el siglo x v i su cubierta era u n agudo chapitel de m a d e r a recubierto de p l o m o , no de traza gótica, c o m o se h a dicho, sino, sin duda, semejante a los de E l E s c o r i a l . E s t e remate fué destruido por u n rayo el 18 de septiembre de 1614, y entonces J u a n de M u g a g u r e n const r u y ó l a c u p u l i l l a y l a l i n t e r n a actuales; pero, a m i juicio, a l hacerlo se l i m i t ó a copiar alguna vieja traza de R o d r i g o G i l . E l arquitecto de la catedral de Segovia m u r i ó en 1577. A su muerte l a catedral estaba prácticamente acabada. F a l t a b a n solamente alguna capilla y el cerramiento del crucero, c u y a cúpula escurialense trazó en 1615 J u a n de M u g a g u r e n , ciñiéndose a uno de los dibujos de R o d r i g o que se conservan en el archivo capitular. L u e g o , hasta mediados del siglo x v i i i , se suceden diversos maestros, pero el 38 GIL DE HONTANON EN SEGOVIA estilo del transmerano permanece siempre, m o t i v a n do u n a u n i d a d que es u n a de las mayores bellezas del templo. Solía titularse vecino de S a l a m a n c a , pero Segovia debió de ser el l u g a r preferido de su residencia. A d e m á s de l a catedral dejó en l a c i u d a d numerosas o b r a s : fachadas y portadas palacianas en u n a versión del R e n a c i m i e n t o i n c o n f u n d i b l e : el palacio episcopal, l a casa l l a m a d a «del Secretario», que perteneció a G o n z a l o Pérez, que lo fué del E m perador y de F e l i p e I I ; l a de los G u e v a r a , l l a m a d a vulgarmente «Casa de las M o n a s » , en l a calle de San A g u s t í n . T r a b a j ó t a m b i é n en l a cartuja de E l Paular, y m e parece obra segura de su m a n o el gran arco de ingreso a l monasterio. E n el valle de L o z o y a , entonces tierra de Segovia, de donde fué vecino J u a n G i l de H o n t a ñ ó n , construyó R o d r i g o una obra, que, por el estilo, m e parece de a t r i b u c i ó n segura: l a iglesia de l a v i l l a de L o z o y a , casi totalmente destruida en l a guerra c i v i l de 1936, pero en l a c u a l permanece l a típica f a c h a d a . E s posible que fuese t a m b i é n obra de su equipo el palacio de los Suárez de l a C o n c h a , señores de l a v i l l a , en esta m i s m a l o c a l i d a d . E n m i s constantes paseos por Segovia suelo hacer que m i s acompañantes se detengan, en silencio reverente, ante u n a lápida en el claustro de l a catedral, en l a que, bajo u n tosco escudo de armas, 39 MARQUES D E LOZOYA se lee esta i n s c r i p c i ó n : « A q u í yace R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n , maestro de l a obra de esta santa iglesia. Falleció el 31 de mayo de 1577. E l q u a l asentó l a p r i m e r a piedra que a q u i puso e l O b i s p o d o n D i e g o de R i b e r a en 3 de j u n i o de 1525 años. D e x ó su hacienda para obras pias.» A c a s o responda a u n excesivo fervor montañés el párrafo f i n a l de Pereda de l a R e g u e r a , que a f i r m a que aquella modesta laude cubre e l cuerpo de quien fué quizá el más grande arquitecto de todos los tiempos. Pero es exacto el decir que R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n no tiene r i v a l en l a H i s t o r i a de l a A r q u i t e c t u r a E s p a ñola. 40 BIBLIOGRAFÍA Es siempre ú t i l l a consulta de la H i s t o r i a de Segovia, de D i e g o de C o l m e n a r e s (i.a edición, Segovia, 1637), como t a m b i é n de los repertorios de L l a g u n o y de Ceán B e r múdez. F u n d a m e n t a l el estudio de José M a r í a Q u a d r a d o en el tomo S a l a m a n c a , A v i l a y Segovia, de la colección «Esp a ñ a : sus m o n u m e n t o s y artes», 2.a edición, Barcelon a , 1884. L a s numerosas guías de Segovia se l i m i t a n a copiar los datos consignados en estos autores. M . P e r e d a de l a R e g u e r a : R. G i l de H o n t a ñ ó n . Santander, 1951. (Publica los primeros capítulos, atribuidos a R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n del C o m p e n d i o de A r c h i tectura y Simetría de los templos, compendiado en 1681 por Simón García, manuscrito en l a B i b l i o t e c a N a c i o n a l , y apéndices documentales.) Sojo y L o m b a : L o s maestros canteros de T r a n s m i e r a . F . C h u e c a G o i t i a : L a C a t e d r a l nueva de Salamanca. Salam a n c a , 1951. M . de L o z o y a : H i s t o r i a d e l A r t e Hispánico, II. Barcelon a , 1934. 41 M . de L o z o y a : L a capilla M a y o r de la C a t e d r a l . «Estudios Segovianos», III, i953_ L a casa d e l Secretario. «Estudios Segovianos», V I , 1954. A . M a r t í n e z A d e l l : A r q u i t e c t u r a plateresca en Segovia. «Estudios Segovianos», V I I , 1955. T. A g a p i t o y R e v i l l a : U n laborioso arquitecto castellano del siglo x v i ; R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n . A r q u i t e c t u r a , 1923. 42 ÍNDICE Páginas R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n e n Segovia 7 L a reacción p u r i s t a e n e l g ó t i c o español n E l arquitecto 23 L a c a t e d r a l de Segovia 31 Bibliografía 41 Se terminó de i m p r i m i r en M a d r i d el día 19 de agosto de 1962 en l a Imprenta N a c i o n a l del Boletín O f i c i a l del Estado (Viene de la solapa anterior) M i s t e r i u m doloris, Pedro L a í n Entralgo. L a H i s t o r i a y el Presente, José A n t o n i o M a r a v a l l . Vigencia actual de M e néndez Pelayo, José Corts Grau. Menéndez Pelayo en el S a n t a n d e r de su tiempo, José M a r í a de Cossío. L a canción m o z á r a b e , Francisco Cantera. A u t e n t i c i d a d y formalismo en la l a b o r docente, Carlos Jiménez Díaz. (Agotado.) L a arquitectura española en la época de C a r l o s V , Modesto López Otero. L a lengua española en l a época de Carlos V , M a n u e l García Blanco. Los c a m i n o s escabrosos de la E u r o p a posbélica, C a milo B a r c i a Trelles. L a revolución científica, Gregorio M i l l á n B a r b a n y . Velázquez o la salvación, de la circunstancia, E n r i que Lafuente Ferrari. Nuevo escorzo de gora, Gerardo Diego. Gón- E l Museo del P r a d o , Francisco J a v i e r SánchezCantón. Lope de Vega como novelador, Francisco Y n d u rain. Rodrigo G i l de H o n t a ñ ó n en Segovia, Marqués de L o zoya. DI S T R I B U I D 0 R.A: Sociedad 6eneral Española de Librería. Evaristo San Miguel, 9. M A D R I D (8) • r o o LU un z LU z o CE < z o X UJ 0 o 2 S 0 2 o N O