RODRIGO GIL DE HONTAÑON EN SEGOVIA

Anuncio
M A R Q U E S DE L O Z O Y A
RODRIGO
GIL
DE HONTAÑON
E N SEGOVIA
PUBLICACIONES
DE LA
UNIVERSIDAD
INTERNACIONAL
MENENDEZ
PELAYO
18
00
SANTANDER
1962
(!)
; >.
P U B L I C A C I O N E S DE
LA
UNIVERSIDAD
INTERNACIONAL
MENENDEZ
PELAYO
Pregón de la Universidad
I n t e r n a c i o n a l Menéndez
Pelayo, J a i m e Delgado.
Posición psicológica y pedagógica de E s p a ñ a ante
los valores del espíritu, P e dro Font P u i g .
Justa retribución del trabajo, F r . A l b i n o G. Menéndez-Reigada.
Consideraciones en torno
de la poesía y de su esencia, L u i s Morales Oliver.
Isabel la Católica. Sus retratos, sus vestidos, sus joyas, Diego Á n g u l o Iñíguez.
Isabel y Fernando, Reyes
de Castilla, y M e n é n d e z
P e l a y o , Académico de l a
H i s t o r i a , Ciríaco Pérez-Bustamante.
¿Una tercera guerra u n i versal?, Pedro Gómez A p a ricio.
Los orígenes de las literaturas románticas a la luz
de u n descubrimiento reciente, Ramón M e n é n d e z
Pidal.
Cantabria romana, A n t o nio García y Bellido.
Una experiencia cultural
en Santander, F r a n c i s c o
Sintes y Obrador.
Presencia de España en
el arte moderno y Problemática del arte contemporáneo, José Camón A z n a r .
Sobre el arte r u p e s t r e
c a n t á b r i c o , L u i s Pericot
García.
L a u n i d a d de la lengua
en los pueblos hispánicos,
Julio Casares.
(Pasa a la solapa posterior)
G-CL..
4
RODRIGO
DE
GIL
HONTAÑON
E N SEGOVIA
MARQUES DE LOZOYA
RODRIGO GIL
DE HONTAÑON
E N SEGOVIA
PUBLICACIONES
DE LA
UNIVERSIDAD
INTERNACIONAL
MENENDEZ
PELAYO
18
SANTANDER
1962
Depósito l e g a l : M . 10902/1962
IMPRENTA NACIONAL DEL BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
r. ns&s
RODRIGO GIL D E HONTAÑON E N SEGOVIA
Contemplada desde cualquiera de los alcores que
rodean la ciudad de Segovia, coronando el peñón
histórico, entre los socavones de los dos arroyuelos,
la catedral produce la impresión de una obra de arte
perfecta, concebida de un solo impulso y ejecutada
en breve tiempo, en una coordinación de esfuerzos
que responden, sin vacilaciones n i titubeos, a un plan
rigurosamente impuesto. Es algo tan personal como
un cuadro o una escultura. E n nuestra admirativa
contemplación del edificio habremos de prescindir de
todo lo anecdótico, de todo lo que no sea el edificio
mismo en su integridad. N o hemos de ponderar
ahora la posición admirable del monumento, situado en la cúspide del conjunto urbano, dominando el
apiñado caserío que se derrama por las laderas, apenas contenido por las murallas con su teoría de almenas y de torreones. Reiteradas veces, a partir del ero-
MARQUES D E LOZOYA
nista D i e g o de Colmenares, se h a comparado l a ciud a d con u n navio que endereza su r u m b o h a c i a el
m a r de l a l l a n u r a , c o n el A l c á z a r por castillo de proa
y con l a torre de l a C a t e d r a l por palo m a y o r . Incluso
en nuestra visión de ahora no tendremos en cuenta el
color que adquiere, a l reflejar e l i n c e n d i o de los ocasos segovianos, matices inefables de oro y de rosa,
porque el color n o es cosa del arquitecto, sino del
tiempo. « T a m b i é n el tiempo pinta», decía d o n F r a n cisco de C o y a . V a m o s a estudiar la catedral de Segov i a sin considerar otra cosa que la creación de u n
artista.
U n a catedral no es templo cualquiera, aunque
sea cabeza de u n a diócesis y tenga en ella su cátedra
u n prelado. U n a catedral, en el sentido puramente
arquitectónico de l a palabra, h a de ser u n a iglesia de
tal capacidad que pueda acoger a u n p u e b l o ; dispuesta c o n tal m a g n i f i c e n c i a que el culto católico pueda desplegar la p l e n i t u d de su maravillosa escenog r a f í a ; con a m p l i a capilla m a y o r , que h a de ser l a
scaena del d r a m a sacro; naves capaces de cobijar a
u n a m u c h e d u m b r e , bóvedas que a m p l i f i q u e n l a m ú sica del órgano y los cantos litúrgicos. U n a catedral
supone u n esfuerzo tan grande que no es posible por
u n a i n i c i a t i v a p r i v a d a , n i siquiera p o r l a v o l u n t a d
de u n a generación. E s necesario el a f á n colectivo de
u n pueblo durante siglos. D e aquí el que, frecuen-
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
temente, se alteren las líneas del p r i m i t i v o proyecto
de acuerdo c o n los cambios en l a sensibilidad de las
diversas épocas. L a catedral de Burgos, por ejemplo, consta, en realidad, de dos fábricas superpuestas:
l a u n a , de acuerdo c o n l a severidad d e l gótico p r i m a r i o del siglo xnr, y l a otra — f l e c h a s de las torres,
capilla del Condestable, c i m b o r r i o — , en el barroquismo delirante de fines d e l x v y comienzos del x v i .
L a construcción de l a catedral de Segovia se desarrol l a a lo largo de casi tres centurias. D u r a n t e este período d o m i n a n en l a arquitectura española las soluciones del ú l t i m o g ó t i c o ; el r e n a c i m i e n t o en sus
diversas fases, el barroco. Pero el edificio parece const r u i d o de u n a v e z , con arreglo a u n solo p l a n . T a n
sólo l a c a p i l l a d e l Sagrario, a l mediodía, viene a alterar la u n i d a d de este c o n j u n t o con su chapitel
dieciochesco, pero se trata, en realidad, de u n edificio diverso, agregado sin relación alguna c o n el
p l a n p r i n c i p a l . P o r esto interesa conocer l a personal i d a d del arquitecto que dejó l a obra tan perfectamente p l a n e a d a que n o se pudo hacer otra cosa que
seguir exactamente sus instrucciones, c o m o si el d i rector de l a obra, vivo durante estas centurias, siguiese presidiendo l a l a b o r de los canteros. E s cierto
que en l a catedral de Segovia el gótico no es puro,
sino que se altera c o n soluciones plenamente renacentistas, pero es el m i s m o arquitecto, absoluto señor
M A R Q U E S D E LOZOYA
del edificio, el que realiza la fusión con tal acierto
que los elementos más diversos—pináculos y arbotantes góticos, cúpulas de severidad escurialense— se
compenetran en un conjunto de admirable belleza,
que no admitimos pueda haber sido concebido de un
modo diverso.
Los maestros de la catedral de Segovia, según los
documentos, fueron dos, padre e hijo: Juan y Rodrigo G i l de Hontañón, de la montaña de Santander. N o es posible separar la labor de los artistas
compenetrados en un taller familiar, y, sin embargo, yo creo la catedral de Segovia concebida por
un solo cerebro y dibujada por una sola mano, y
ésta sería la de Rodrigo G i l de Hontañón, una de
las «águilas» —acaso en su vuelo superada solamente
por Juan de Herrera— de la Arquitectura española;
uno de estos artistas cuya capacidad parece sobrehumana, ejemplar ciertamente incomprensible de
energía vital y de inexplicable poder de adaptación.
10
L A R E A C C I Ó N P U R I S T A E N E L GÓTICO
ESPAÑOL
Uno de los fenómenos más singulares en la Historia de la Cultura Española es la reacción purista
que adviene en los últimos años del siglo xv, sobreponiéndose a los delirios barrocos de la agonía del
gótico europeo, para crear el sistema que, en todo
el proceso de la Arquitectura española, está más de
acuerdo con la espiritualidad de Castilla; el que
mejor expresa el afán de Eternidad, el concepto
ascético de la vida, la elegancia señoril de la meseta castellana. Suele suceder en la historia de nuestra cultura el que los estilos que nos parecen más
genuinamente españoles, más representativos del
alma hispánica, tengan origen fuera de nuestras
fronteras. Así la Mística, que penetra en la Península desde Alemania, así la escultura de madera
policroma que responde al impulso exótico de Fe11
M A R Q U E S D E LOZOYA
lipe de Borgoña, de J u a n de J u n i , de Jacopo F l o rentino. D e l a m i s m a m a n e r a , en m o n u m e n t o s que
nos parecen tan representativos de l a c u l t u r a espa^
ñola de fines del siglo x v c o m o l a f a c h a d a y el patio
de S a n Gregorio, de V a l l a d o l i d , el i m p u l s o es u l t r a m o n t a n o , y a u n lo que m o d i f i c a su concepto
estético centroeuropeo t a m b i é n tiene su origen fuera
de l a Península, en el cercano O r i e n t e . E l p u r i s m o
d e l ú l t i m o gótico en la m i t a d septentrional de E s paña es u n a reacción m i l i t a n t e de C a s t i l l a , que en
el siglo x v i combatía a l a v e z contra alemanes y
neerlandeses, contra los turcos de E s t a m b u l y contra los moros de T ú n e z y de A r g e l . A c a s o el m o n u m e n t o más representativo de esta reacción n a cionalista de l a España del norte sea la obra de
R o d r i g o G i l en l a c u m b r e de l a alargada roca segov i a n a . L a catedral de Segovia parace construida en
el espacio de pocos años. E n pleno siglo x v n i , c u a n do y a se levantaba en «estilo internacional» el palacio
de San Ildefonso, los canteros segovianos seguían i n terpretando pacientemente los planos que, dos siglos
antes, había d i b u j a d o R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n .
P o r esto es, sin d u d a , el ejemplar más perfecto
de l a reacción purista del ú l t i m o gótico cántabrocastellano, que significa, después de l a invasión centroeuropea del barroquismo goticista, u n retorno a l
12
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
ascetismo de C a s t i l l a . L o s neerlandeses, franceses,
borgoñones y alemanes d e l sur que vienen a E s paña penetrados del espíritu barroco d e l gótico «florido» (naturalismo, p r o f u s i ó n o r n a m e n t a l , a m o r a
lo exótico, especialmente a lo salvaje, que los descubrimientos de los portugueses ofrecían a l a cansada sensibilidad europea) se encuentran en l a P e n ínsula con u n m u n d o oriental, el de lo morisco,
que es u n nuevo aliciente para las imaginaciones
románticas de l a agonía de l a E d a d M e d i a . L a síntesis del norte c o n el oriente, que l l e v a a J u a n Guas
a emplear el mocárabe y el arco de h e r r a d u r a y a
repetir r í t m i c a m e n t e los motivos ornamentales, es
maravillosa, pero deprimente, c o n el encanto morboso de las «épocas inciertas», c o n el r o m a n t i c i s m o
sensual de los cantares eróticos y de las novelas de
caballerías. E l reinado de los Reyes Católicos es u n a '
reacción v i r i l contra la corte d e l «Rey Salvaje»,
enamorado de l a espesura de las selvas y a q u i e n
«todo canto triste causaba deleite». E s t a reacción
se advierte en l a severa arquitectura de A v i l a , con
sus desnudos paramentos de granito. E s u n fenóm e n o semejante a l que había ocurrido, tres siglos
antes, con l a r e f o r m a cisterciense. E n su f a m o s a
carta a l A b a d G u i l l e r m o , S a n B e r n a r d o a b o m i n a de
l a p r o f u s i ó n o r n a m e n t a l de l a p l e n i t u d del románico, cuando se l l e n a n de historias sagradas y pro13
MARQUES D E LOZOYA
fanas, de mitos paganos y de quimeras de oriente
archivoltas y capiteles, y exige en las iglesias de los
monjes blancos l a p u r e z a arquitectónica, no alterad a por l a p r o f u s i ó n del adorno.
E n u n o y en otro caso, l a carencia de ornato
había de compensarse con e l atrevimiento y l a perfección de l a arquitectura. L o s canteros h a n de esmerarse en l a e x a c t i t u d d e l corte de l a p i e d r a desn u d a . Y adviene e l t r i u n f o de los canteros del norte
de España sobre l a m u c h e d u m b r e de extranjeros,
diestros en el arte de hacer florecer l a p i e d r a —jardineros en p i e d r a se les podría l l a m a r — y sobre los
alarifes y los carpinteros moriscos, silenciosos y sobrios, que con pobres materiales e r a n capaces de
levantar fábricas suntuosas, cubiertas por alfarjes y
techumbres de lacerías estrelladas, c o n sus racimos
de mocárabe, que excitan, c o n su d i f í c i l geometría,
a l a inacción y a l ensueño.
E s u n p r o b l e m a en l a H i s t o r i a d e l A r t e Hispánico l a aparición de estas primeras generaciones de
habilísimos canteros, de tanta trascendencia, no solamente en l a arquitectura p e n i n s u l a r — t a m b i é n a
P o r t u g a l a f l u y e n maestros d e l norte de l a Peníns u l a — , sino en l a del i m p e r i o u l t r a m a r i n o de los
H a p s b u r g o . L a m o n t a ñ a de Santander, el país vasco, las vertientes d e l norte de Burgos y de l a R i o j a ,
no t u v i e r o n , en l a E d a d M e d i a , u n a g r a n t r a d i c i ó n
14
G I L D E H O N T A N O N E N SEGOV1A
de cantería. E l r o m á n i c o santanderino es de const r u c c i ó n pobre, a u n en sus obras más suntuosas,
como l a colegiata de S a n t i l l a n a o l a iglesia de Cervatos. L a catedral de Santander es u n a versión prov i n c i a n a de u n gótico indeciso, u n poco desmañado.
Todavía es más m o d e s t a — r u r a l , a ú n más que prov i n c i a n a — l a arquitectura m e d i e v a l d e l país vasco.
P o r esto sorprende l a aparición de cuadrillas de expertísimos canteros d e l N o r t e que se dispersan p o r
toda l a Península y por los virreinatos de A m é r i c a
en los ú l t i m o s años d e l siglo x v , e n todo e l x v i y en
la p r i m e r a m i t a d del x v n . P r o b a b l e m e n t e — n o antes de mediados d e l siglo x v — l a p o b r e z a de las
tierras norteñas, donde las parcas herencias no
d a b a n posible sustento a proles numerosas en los
fecundos hogares, algunos m u c h a c h o s acudieron en
busca de trabajo a las comarcas de C a s t i l l a , de E x t r e m a d u r a y de A n d a l u c í a , e n donde las magníficas
construcciones ofrecían estipendios seguros, de la
m i s m a m a n e r a que otros m o z o s , obligados p o r l a
necesidad, se ajustaban c o n los fabricantes de paños
segovianos, t o m a b a n u n a p i c a en los tercios, o cuando se abrieron las rutas oceánicas se trasladaron a
las Indias nuevas. L a m a g n i f i c e n c i a de los prelados,
de las órdenes religiosas y de los magnates h a b í a n
atraído a España cuadrillas de los más expertos
canteros d e l ú l t i m o gótico e u r o p e o : los C o l o n i a , en
15
MARQUES D E LOZOYA
B u r g o s ; J u a n G u a s y los Egas, en Segovia y T o l e d o ,
tantos y tantos artífices d e l centro de E u r o p a cuyos
nombres saltan a cada paso en los libros de fábrica
de las iglesias españolas. A su lado estos obreros
aprenderían los ú l t i m o s secretos d e l oficio, y formar í a n en sus comarcas nativas cuadrillas capaces de
t o m a r p o r su c u e n t a las obras más difíciles.
E n estos grupos locales, cuyos componentes estaban unidos p o r lazos de parentesco o de í n t i m a
vecindad, se educarían los canteros, m e j o r que en
los gremios, de tan tardía aparición en l a corona
de C a s t i l l a , y c o n l a experiencia a c u m u l a d a llegaron
a u n a perfección en e l arte de cortar l a p i e d r a , no
superada y a p o r los m i s m o s maestros u l t r a m o n t a nos. « L a emigración —escribe P e r e d a de l a Reguera, refiriéndose a los m o n t a ñ e s e s — l a efectuaban reunidos en grupos o cuadrillas de trabajo, f o r m a d a s
en su m a y o r parte por maestros consumados. S u
p a r t i d a para C a s t i l l a , según anota Sojo haber leído
en algunos documentos, a c o s t u m b r a b a n a realizarl a en el mes de m a r z o , p a r a regresar con tiempo a
pasar en casa l a i n v e r n a d a , cosa que ocurría cuando
el v o l u m e n de l a obra contratada les p e r m i t í a darle
fin durante los cortos meses que m e d i a b a n . S u r u m bo, por lo regular, era i n d e t e r m i n a d o ; a lo más,
los g u i a b a el renombre de las más florecientes c i u dades, donde presuponían abundante trabajo, pero
16
GIL DE HONTAÑON E N SEGOVIA
m u c h a s veces n o llegaban a ellas, pues son solicitados a su paso por las pequeñas villas donde en
busca de descanso se detienen después de l a jornada de largo c a m i n a r . N a d a i m p o r t a que en ellas
sean desconocidos; su origen es crédito y garantía
de la perfección de su arte. Juntos contratan, cost u m b r e que aún subsiste, y rara v e z es u n o solo el
que suscribe el d o c u m e n t o de c o m p r o m i s o . L a herm a n d a d es perfecta entre ellos, y a u n entre unos y
otros grupos, como lo demuestran las garantías y
fianzas que m u t u a m e n t e se prestan». E s t o sería en
tiempos todavía m e d i e v a l e s ; en l a prehistoria de l a
cantería norteña. Después, los maestros principales
se a v e n c i n d a b a n en las ciudades donde tenían alg ú n encargo de g r a n i m p o r t a n c i a y acudían desde
ella para otras obras menores a diversos puntos más
o menos lejanos, requeridos frecuentemente p a r a
juntas de arquitectos, tasaciones o peritajes. E n casos de g r a n c o m p r o m i s o , estos maestros «estables»
a d m i t i r í a n el a u x i l i o de las cuadrillas trashumantes.
L a t r a s h u m a n c i a siguió hasta nuestro tiempo para
trabajos rurales, de escasa i m p o r t a n c i a .
Estos son los hombres que l l e v a n consigo, c o m o
los talladores de piedra y los magons de tres siglos
antes, los secretos del g ó t i c o ; de u n gótico que es
p u r a y sabia arquitectura de c o n j u n t o de elementos activos y pasivos, de equilibrios, empujes y con17
MARQUES D E LOZOYA
trarrestos, como lo era a finales d e l siglo x n , antes
que viniesen de Inglaterra los arcos conopiales
y carpaneles. N o es posible, sin embargo, volver a
las bóvedas de simple crucería, pues l a desmesura
de los templos exige, para sostén de los plementos,
l a c o m p l i c a d a r e d de nervios de las techumbres de
terceletes y de ligaduras, en las cuales l a p e r i c i a de
los canteros d e l N o r t e llega a soluciones de u n a
complicación indescriptible. L o s pilares son robustos, de p l a n t a c i l i n d r i c a , abocelados p o r i n f i n i d a d
de m o l d u r a s verticales, que d a n a l sostén e l aspecto
de u n h a z de juncos rematados, a d i v e r s i d a d de
alturas, p o r d i m i n u t o s capiteles de hojarasca o que
se c o n t i n ú a n , s i n solución de c o n t i n u i d a d , en los
nervios de l a bóveda. L o s arcos son de m e d i o p u n t o
o apenas apuntados, Pero e n el p l a n o de los templos,
en el juego bellísimo de nervios y apoyos, contrafuertes y arbotantes, gárgolas y pináculos, siguen
de cerca l a t r a d i c i ó n m e d i e v a l , que q u i z á llegaba
hasta ellos p o r cuadernos de dibujos transmitidos
como u n tesoro de generación en generación y copiados m u c h a s veces, a l estilo d e l de V i l l a r d d ' H o n necourt.
N a t u r a l m e n t e , estos expertos cortadores y talladores de l a p i e d r a no eran impermeables a l a alegría
t r i u n f a l del R e n a c i m i e n t o , que lo invadía todo y
que era l a pasión de magnates y clérigos eruditos.
18
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
Montañeses y vascos i n t e r p r e t a n c o n rara pericia
los grutescos y los elementos ornamentales de lo
que ellos d e n o m i n a b a n «romano», a u n cuando sus
modelos hubiesen sido dibujados en F l o r e n c i a o en
B o l o n i a u n siglo antes. R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n
compone, c o n P e d r o M a c h u c a , D i e g o Siloé y A n drés de V a n d e l v i r a , el cuarteto de genios d e l R e n a c i m i e n t o hispánico. Pero, en general, solamente
se acuerda de esta g r a n corriente i n t e r n a c i o n a l en
algún elemento de puro ornato. Siempre los grandes m o v i m i e n t o s artísticos h a n penetrado en u n
país p r i m e r a m e n t e p o r lo decorativo, de conocim i e n t o e i n t e r p r e t a c i ó n más fáciles que lo constructivo. L o que es más desconcertante a p r i m e r a vista
es la estrecha compenetración d e l ú l t i m o gótico
arcaizante c o n l a versión del R e n a c i m i e n t o austero,
a lo V i g n o l a , que ciertamente se c o b i j a bajo e l n o m bre de u n g r a n m a t e m á t i c o y cantero m o n t a ñ é s :
J u a n de H e r r e r a , n a c i d o y criado en l a M o n t a ñ a
( M o b e l l á n , 1530), acaso e l h o m b r e más perito en el
arte d e l corte de l a p i e d r a que h a conocido el m u n do. E s u n o de los problemas más interesantes en
l a H i s t o r i a d e l A r t e Español l a compenetración de
u n gótico arcaizante que pretende conservar el sistema m e d i e v a l en toda su p u r e z a c o n l a más i n t r a n sigente y rígida i n t e r p r e t a c i ó n d e l R e n a c i m i e n t o
vitrubiano. L a f u s i ó n es posible porque ambos sis19
MARQUES D E LOZOYA
temas tienen, en realidad, u n espíritu análogo. L a
reacción herreriana quiere i n f u n d i r el sentimiento
católico, la elegante austeridad castellana contra los
excesos barrocos del plateresco, de l a m i s m a manera que l a reacción del gótico purista i n t e n t a depurar
los templos d e l barroquismo centro-europeo del x v .
« A c a s o — h e m o s escrito en otro l u g a r refiriéndonos
a J u a n de H e r r e r a — e n su aprendizaje en las cuadrillas de canteros transmeranos que l a b r a b a n los
severos edificios del ú l t i m o gótico se f o r m ó su afán
depurador. E n Segovia y en S a l a m a n c a R o d r i g o G i l
de H o n t a ñ ó n podaba el gótico de adornos superfinos, como H e r r e r a había de hacer c o n el R e n a c i miento.» N o h a y n i n g ú n estilo absolutamente orig i n a l en la H i s t o r i a d e l A r t e , sino que todos son
síntesis, logradas con u n fuerte acento de personas,
tiempos y lugares, de elementos de procedencias
m u y diversas. F e r n a n d o C h u e c a tiene c o m o u n a de
las fórmulas de más p u r a c o n f o r m i d a d c o n el sentir
hispánico esta síntesis del gótico franco-germánico
con el R e n a c i m i e n t o a lo V i g n o l a . H o n t a ñ ó n y sus
seguidores consiguen c o n ella su realización más
l o g r a d a : la catedral de Segovia. R a r a es en Castilla
la c i u d a d o v i l l a importante en donde no p r e d o m i n e
sobre el chato caserío el ábside esbeltísimo, de p l a n ta p o l i g o n a l , c o n contrafuertes en los ángulos y
bolas en vez de pináculos, con cúpula sobre el cru-
20
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
cero, de u n templo de este estilo. R e c o r d e m o s San
A g u s t í n de Segovia y de V a l l a d o l i d , S a n Sebastián
de V i l l a c a s t í n y tantos otros. E n el país vasco las
iglesias de este tipo son l a nota característica del
suave paisaje.
21
Vi
EL
ARQUITECTO
M i costumbre es comenzar toda biografía por
una genealogía, pero no conocemos la de Rodrigo
G i l de Hontañón. Relacionarle con los innumerables arquitectos de todas las épocas que llevaron el
apellido G i l , o con los Giles que en la E d a d Media
peleaban con los Negretes, como hace Pereda de la
Reguera, no me convence, pues el apellido G i l es
un patronímico que se deriva de los innumerables
Giles que en el mundo han sido, como sucede con
los Rodríguez, los Pérez o los Fernández, de los
más diversos orígenes. Parece que los antecesores
inmediatos de Rodrigo G i l eran vecinos de Rasines,
no lejos de la comarca de Trasmiera, gran vivero
de canteros trashumantes, y oriundos de un barrio
llamado Hontañón, adjunto a la aldea transmerana
de Carasa. Probablemente formarían parte de las
cuadrillas de constructores que todas las primaveras
23
M A R Q U E S D E LOZOYA
se d e r r a m a b a n por C a s t i l l a . E l linaje c o m i e n z a
realmente en J u a n G i l de H o n t a ñ ó n , que en 1498
era y a arquitecto famoso, pues en este año fué convocado c o n J u a n de A v i l a y J u a n de B a d a j o z , constructores de m á x i m a categoría en este tiempo, para
d i c t a m i n a r sobre l a catedral de Plasencia. J u a n G i l
tuvo tres h i j o s : J u a n el M o z o , M a r í a y R o d r i g o .
Este, según los documentos de u n pleito, a d u c i d o
por Pereda, era bastardo, nacido acaso en el b a r r i o
de H o n t a ñ ó n — p u e s en el pleito referido se dice
vecino de é l — , q u i z á porque fuese de allí su m a d r e ,
incógnita. Podemos fijar l a fecha de su n a c i m i e n t o
hacia el 1500. E n u n ambiente de constructores
— l o eran, además de su padre, de su h e r m a n o y de
sus cuñados, los sucesivos esposos de M a r í a y todos
sus parientes y a m i g o s — , R o d r i g o G i l no podía ser
otra cosa que arquitecto. A pesar de su c o n d i c i ó n
de bastardo, era m u y bienquisto de su h e r m a n a
y de sus parientes, y acabó siendo el a u x i l i a r p r i n c i p a l de su padre, acaso porque superaba en capacid a d a su h e r m a n o J u a n G i l el M o z o . S u escuela
serían desde n i ñ o las m i s m a s obras, el ejercicio de
todos los oficios que con l a construcción se relacion a n , con pobrísimos medios (recordemos a A n d r é s
J u l i a , de T o r t o s a , que trazó los planos d e l famoso
M i g u e l e t e , de V a l e n c i a , en u n a huerta, con a y u d a
solamente de cuerdas y estacas), pero con l a m a r a -
24
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
villosa i n t u i c i ó n , c o n l a seguridad a d m i r a b l e que
d a n l a experiencia de u n oficio a c u m u l a d a en m u chas generaciones y l a p r o p i a práctica personal día
por día, bajo l a dirección de maestros expertos. A ú n
así nos resulta i n e x p l i c a b l e a los que estudiamos h o y
estas cosas cómo se p u d i e r o n c a l c u l a r sin el más
pequeño error los cortes de l a piedra de u n a bóveda
del ú l t i m o gótico. Q u e fué e l p r i n c i p a l a u x i l i a r de
su padre en las grandes empresas de que éste se
había hecho cargo lo demuestran los documentos,
pero sin d u d a sus avances f u e r o n extraordinarios,
pues le vemos p r e m a t u r a m e n t e obrando por su
cuenta. A l a muerte de J u a n G i l el V i e j o (en los
últimos días de 1525 o primeros de 1526) es R o d r i g o
G i l el Bastardo el que continúa sus obras y llega
a superar l a f a m a de su padre.
S u f o r m a c i ó n en este tiempo debió de ser y a
extraordinaria n o solamente p o r el c o n t i n u o ejercicio de los oficios de construir y por el trato c o n los
grandes maestros de l a época, sino por lecturas, estudio de dibujos y de grabados de los grandes arquitectos de F r a n c i a , de F l a n d e s y de los Países Bajos,
y acaso por viajes, que no conocemos. R o d r i g o G i l
de H o n t a ñ ó n es el único tratadista de E u r o p a de
quien se conserva u n tratado sobre el gótico, y su
i m p o r t a n c i a en este c a m p o es i n m e n s a . Pero a l mismo tiempo es u n a de las «águilas» d e l R e n a c i m i e n t o
25
MARQUES D E LOZOYA
en España. Parece i n v e r o s í m i l que l a m i s m a m a n o
dibujase l a catedral de Segovia, l a f a c h a d a de l a
U n i v e r s i d a d de A l c a l á de Henares y el P a l a c i o de
M o n t e r r e y , de S a l a m a n c a . E l empleó su c o n o c i m i e n to en los diversos estilos acudiendo a sus copiosos
conocimientos según el asunto lo requería. Pereda
de l a R e g u e r a h a señalado l a f i n a sensibilidad de
H o n t a ñ ó n para buscar en e l arca de sus recursos,
como el padre de f a m i l i a s del E v a n g e l i o , lo viejo
o lo nuevo, según más conviniese. « N o es extraño
que R o d r i g o — e s c r i b e — , a u n i m p e r a n d o e l R e n a c i miento, siga c u l t i v a n d o el estilo gótico n o porque
fuera arcaico, n i por desconocimiento del nuevo estilo, sino porque l a m a y o r parte de sus obras son
iglesias, y respeta y valora p o r e n c i m a de las nuevas
tendencias y de las nuevas líneas l a relación lógica
de su obra y del f i n a que se destina, a sabiendas de
que solamente el viejo estilo, con sus proporciones,
su sentido ascensional y l a i n m a t e r i a l i d a d de que
parecen estar dotados sus elementos consigue i n f u n dir en ellas esa mística esencia que eleva y expansiona el espíritu.» H a y , además, otra r a z ó n : según
sus escritos y sus dibujos, es el gótico, t a l c o m o él
lo interpreta, e l sistema que mejor se adapta a l h u m a n i s m o de su teoría; a l a adaptación de las formas arquitectónicas a l a suprema arquitectura que
es el cuerpo h u m a n o , según los esbeltos cánones
26
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
manieristas que y a en su tiempo i m p e r a b a n . D e que
e l sentir d e l arquitecto estaba de acuerdo c o n el
sentir de C a s t i l l a es testimonio, además de los i n n u merables encargos, u n párrafo de l a H i s t o r i a de
Segovia, de D i e g o de C o l m e n a r e s , refiriéndose a l a
catedral de S e g o v i a : « E n t r e m u c h a s trazas se avia
escogido l a de R o d r i g o G i l de O n t a ñ ó n , famoso artífice de aquel siglo. Y salió a c e r t a d a ; p o r que aunque no es de las cinco ordenes de l a arquitectura
G r i e g a , y R o m a n a ; es arquitectura Gótica, que
n o n b r a r o n M a z o n e r í a ; fábrica fuerte, capaz, b i e n
dispuesta y de agradable vista.»
D e b i ó de ser R o d r i g o G i l u n o de esos prodigios
de h u m a n a energía que t a n frecuentes fueron, bajo
diversos signos, en su país y en su tiempo. Recorría
continuamente toda l a meseta central, c o n escarceos
hacia el l i t o r a l del N o r t e , h a c i a E x t r e m a d u r a y h a cia A n d a l u c í a l l e v a n d o a l m i s m o tiempo distintas
obras y repartiendo trabajo entre varias cuadrillas.
Según Pereda, las obras en las cuales aparece docum e n t a d a u n a i n t e r v e n c i ó n más o menos intensa del
maestro son, dejando aparte lo segoviano: colegio
del A r z o b i s p o F o n s e c a , en S a l a m a n c a (1521); catedral de V a l l a d o l i d (1527); c a p i l l a del D e á n Cepeda,
en Z a m o r a (1528); iglesia de Santiago, en M e d i n a
de Ríoseco (1533); S a n E s t e b a n de C a s t r o m o c h o ,
Santa E u g e n i a de B e c e r r i l y S a n J u a n de V i l l a u m 27
MARQUES D E LOZOYA
brales, en F a l e n c i a ; iglesia de Santa M a r í a de V i Uafranea del B i e r z o ; Sacristía M a y o r de l a catedral
de S e v i l l a (1535); catedral de C o r i a (1536); fachada de l a U n i v e r s i d a d de A l c a l á (1538); claustro de
l a catedral y h o s p i t a l de Santiago de C o m p o s t e l a
(1538-1577); catedral de S a l a m a n c a (1538-1577);
iglesia de V i l l a m a y o r de los Escuderos, en S a l a m a n ca (1538); p a l a c i o de M o n t e r r e y , e n S a l a m a n c a
(1538); claustro de l a catedral de P a l e n c i a (1541);
iglesia de Santa C r u z de M e d i n a de Ríoseco (1543);
catedral de Plasencia (1544); iglesia de l a A s u n c i ó n
de Guareña ( B a d a j o z ) ; iglesia de Santiago, en Cáceres (1550-1553); catedral de A s t o r g a ; iglesia de l a
M a g d a l e n a , en M e d i n a d e l C a m p o (1552); palacio
de los G u z m a n e s , en L e ó n ; iglesia de S a n J u l i á n
de T o r o (1560-1569); iglesia de l a M a g d a l e n a , en
V a l l a d o l i d (1566); iglesia de San B e n i t o e l R e a l ,
en V a l l a d o l i d ; colegio de l a Compañía, e n V i l l a garcía de C a m p o s , en V a l l a d o l i d (1572). T o d a s éstas
son fábricas de gran i m p o r t a n c i a , capitales en l a
H i s t o r i a de l a A r q u i t e c t u r a española. D e j a m o s aparte las que le son atribuidas, con toda v e r o s i m i l i t u d ,
y las de poca m o n t a , esparcidas p o r parroquias r u rales. T o d a v í a F r a n c i s c o I ñ i g u e z A l m e c h le asigna
u n a p a r t i c i p a c i ó n importante en l a obra de E l E s c o r i a l , en l a c u a l , sin d u d a , fué ú t i l su sabiduría en
el arte de cortar la p i e d r a .
28
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n , a j u z g a r p o r los proyectos que de él se conservan, d i b u j a b a m a l , como
d i b u j a b a n m a l todos los constructores españoles
hasta el siglo x v n , que es el de los arquitectospintores. L o a d m i r a b l e es que de t a n torpes diseños
saliesen t a n bellas obras. L a t r a z a servía tan sólo
para dar u n a i d e a a los que encargaban l a tarea y
a los que h a b í a n de ejecutarla, de los designios del
maestro. T a n t o él como sus auxiliares d i b u j a b a n
mejor sobre l a p i e d r a m i s m a que sobre el papel.
29
L A C A T E D R A L D E SEGOVIA
N o vamos a hacer la historia de la catedral
nueva de Segovia, reiteradamente escrita (por mí
mismo en diversos lugares). Sería útil un gran libro
en el cual, a base del riquísimo archivo catedralicio,
de las trazas que en él se conservan y, sobre todo,
del gran libro abierto que es la misma catedral,
se documentase totalmente la magna obra que fué
durante tres centurias la obsesión de los segovianos,
pero no hay tiempo n i lugar para este trabajo. Nos
limitaremos a un resumen de los datos que figuran
en todas las guías. L a catedral vieja de Segovia, del
siglo xn, terminada por Juan Guas en el xv, y que
se puede reconstruir con bastante exactitud por los
inventarios antiguos, estaba situada ante el Alcázar,
donde hoy se levanta el monumento a Daoíz y Velarde. Esta peligrosa vecindad ocasionó su ruina,
pues por su posición fué utilizada por los comuneros
31
MARQUES D E LOZOYA
para atacar l a fortaleza, d e f e n d i d a por los i m p e r i a les, y quedó m a l t r e c h a e n l a durísima l u c h a . C a r los V ordenó l a construcción de u n a catedral n u e v a ,
y se eligió p a r a e m p l a z a r l a l a meseta c u l m i n a n t e del
peñón a m u r a l l a d o , donde estaba el convento de Santa C l a r a . L a idea no era nueva y, en realidad, se
aprovecharon las circunstancias p a r a satisfacer u n a
vieja aspiración c i u d a d a n a . L a s obras p r e l i m i n a r e s
—expropiaciones y derribos del viejo convento y de
las casucas aledañas— se v e r i f i c a r o n c o n m a r a v i l l o s a
rapidez, y el 8 de j u n i o de 1525 e l O b i s p o d o n
D i e g o de R i v e r a pudo colocar solemnemente l a p r i mera piedra. L a catedral de Segovia es u n testimon i o del espíritu m e d i e v a l que p r e d o m i n a b a todavía
en l a c i u d a d . C o m o las del siglo x n , es l a obra de
todo u n pueblo y n a d a t a n c o n m o v e d o r c o m o leer
en las actas capitulares los incidentes de aquel m a g no esfuerzo c o l e c t i v o : los caballeros, honrándose en
cavar los cimientos, c o n f u n d i d o s c o n los menestral e s ; las damas, entregando sus j o y a s ; las solemnes
procesiones de los diversos oficios p a r a llevar su
ofrenda, el trabajo gratuito de los obreros a l t e r m i nar su j o m a d a ; la cooperación de los religiosos y
a u n de los niños. Se comenzó l a obra por los pies,
porque, como l a catedral vieja, a r r u i n a d a , no era
u t i l i z a b l e c o m o en S a l a m a n c a , urgía h a b i l i t a r el brazo m a y o r de l a gran c r u z proyectada, para que fuese
32
wmm
A l z a d o de la capilla mayor de la Catedral y seis
proyectos de cimborrio. (Archivo de la Catedral
de Segovia.)
•
. " í ;
|ií,,, ••;,:•;-.•«:,.s>:•<,
:
-^
-
•
:---m:
.
.
.
,
,
. . . .
•
.
•
.
•
• •
• . •'
í¡I:":>*3.,!W^:>W^
Plano de la cabecera de l a Catedral de Segovia
y alzado de las capillas ahsidales. (Archivo de l a
Catedral de Segovia.)
¡
I
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
dispuesto rápidamente para el culto (recordemos
que en l a catedral i n c o n c l u s a de V a l l a d o l i d es todavía este b r a z o m a y o r el teatro para las ceremonias
capitulares y que u n pensamiento análogo h a m o t i vado el m i s m o sistema en l a n u e v a catedral de M a drid). Diéronse los canteros tanta prisa en labrar y
esculpir piedra que en 1558, apenas pasado u n cuarto de siglo, estaban acabadas las tres naves del b r a z o
m a y o r hasta el c r u c e r o ; se erguía en toda su altura
l a bellísima fábrica de l a t o r r e ; se h a b í a n trasladado
de l a antigua el claustro de J u a n Guas y los sitiales
del coro y se había agregado a aquél l a suntuosa
sala capitular. A q u e l año se celebró y a el culto en
l a «iglesia nueva», cuyos blanquísimos muros d a b a n
a la c i u d a d su silueta d e f i n i t i v a . L a torre era y a el
palo m a y o r de l a nave de p i e d r a .
¿Quién dio l a t r a z a para el g r a n templo, tan
rápidamente construido? Se viene diciendo que J u a n
G i l de H o n t a ñ ó n , el c u a l inició los trabajos de l a de
S a l a m a n c a en 1513. L a catedral n u e v a de Salamanca y l a de Segovia son, e n efecto, dos iglesias h e r m a nas, y su aspecto es tan semejante que a p r i m e r a
vista n o es f á c i l e l d i s t i n g u i r en las fotografías la
u n a de la otra. C o m e n z a d a l a s a l m a n t i n a en 1513
y l a otra doce años más tarde, l a p r i o r i d a d de
aquélla parece evidente. Y , sin embargo, acaso no
se h a y a reparado bastante e n que quizá por l a m a 33
MARQUES D E LOZOYA
y o r urgencia — p u e s S a l a m a n c a conservó sabiamente
su vieja c a t e d r a l — , l a de Segovia estaba prácticamente t e r m i n a d a a fines d e l siglo x v i , e n tanto que
en l a s a l m a n t i n a no se trazó l a cúpula d e l crucero
por José C h u r r i g u e r a hasta 1705, y p o r entonces se
t e r m i n ó l a torre. H a y , pues, u n a p r i m a c í a en l a
catedral de Segovia, cuyas experiencias h u b i e r o n
de tomarse en cuenta e n S a l a m a n c a .
E l espíritu e n ambas obras es m u y distinto, en
su aparente s i m i l i t u d . L a catedral de S a l a m a n c a es
i n f i n i t a m e n t e más rica en adorno que l a segoviana.
Sus portadas son tapices recamados y sus arquerías
angreladas, encajes de p i e d r a . E l arquitecto, recordando siempre a sus maestros centroeuropeos, sitúa
por todas partes primoroso ornato. E n c a m b i o , l a
catedral de Segovia es, c o m o E l E s c o r i a l , arquitectura p u r a , y e l arquitecto prescindió casi totalmente
d e l concurso de los escultores. N o cabe m a y o r auster i d a d geométrica que en las portadas de P o n i e n t e
y de M e d i o d í a . L a rapidez de l a ejecución h i z o posible e l p r e d o m i n i o d e l i m p u l s o i n i c i a l , e n tanto que
l a l e n t i t u d m o t i v ó en S a l a m a n c a cambios radicales
de criterio, c o m o el de l a p l a n t a p o l i g o n a l de l a cabecera por u n a simple t r a z a rectangular. Y a estaban
doradas por e l tiempo las piedras segovianas cuando
u n cantar d e l siglo x v í n l l a m a b a «Salamanca l a
blanca» a l a c i u d a d d e l T o r m e s , por l a a l b u r a de
34
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
los sillares recién labrados e n el c i m b o r r i o de l a C a tedral y en las torres de este edificio y del de la
Clerecía, que d e t e r m i n a n el contorno urbano.
A m i j u i c i o , y a expresado en otros lugares, l a
traza de l a catedral de Segovia es de R o d r i g o G i l
de H o n t a ñ ó n y no de J u a n . Y a consigna esta opin i ó n el cronista D i e g o de C o l m e n a r e s , tan p r o f u n d o
conocedor del archivo catedralicio y tan cercano a
los sucesos que h i s t o r i a b a : «Entre m u c h a s trazas
se avia escogido l a de R o d r i g o G i l de O n t a ñ ó n ,
famoso artífice de aquel siglo.» Y , en cierta m a n e r a ,
los albaceas de R o d r i g o c o n f i r m a r o n esta hipótesis
al redactar l a laude sepulcral, a que luego haremos
referencia. E l error que supone a J u a n G i l , director
de los trabajos de l a catedral de Segovia, está basado en l a f e c h a equivocada que se venía señalando
para su f a l l e c i m i e n t o : 1531 (Ceán Bermúdez). L a s
nuevas investigaciones l l e v a n esta f e c h a a l año 1525,
que es el m i s m o en que se coloca l a p r i m e r a piedra
en l a catedral de Segovia. E s seguro, naturalmente,
que R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n el bastardo manejase trazas y dibujos de su padre, singularmente las
que se venían u t i l i z a n d o en l a catedral de S a l a m a n ca, pero suyo es e l concepto general del edificio, y
debió de quedar tan preciso que sus sucesores lo
c o n t i n u a r o n c o n rara y ejemplar f i d e l i d a d .
A l planear él solo u n m a g n í f i c o templo, empla35
MARQUES DE LOZOYA
zado en u n solar sabiamente elegido p a r a que el
edificio tuviese l a m á x i m a v i s i b i l i d a d , R o d r i g o , gran
tratadista del gótico y g r a n conocedor d e l renacim i e n t o , tuvo e n cuenta su interpretación personal
de l a teoría h u m a n i s t a de V i t r u b i o , e l c u a l alude a
u n legendario congreso de arquitectos de todos los
países para f i j a r l a p r o p o r c i ó n de los edificios. «Y
siendo todos juntos b i n i e r o n a decir que los edificios fuesen repartidos por e l m e n o r m u n d o que era
el cuerpo del h o m b r e , p o r que en e l a l l a v a n todas
las razones y m e d i d a s de m a c h i n a s orgánicas y en
el aliaron dos cuerpos regulares que es cuadrado y
redondo. Y asi dice B i t r u b i o que f u é m a n d a d o en
este concilio que desde a l l i adelante todos los artistas labrasen y rijiesen p o r l a m e d i d a del cuerpo h u mano.» E l que c o n t e m p l a desde u n o de los m i r a dores que r o d e a n l a c i u d a d l a catedral de Segovia
se sorprende de l a a r m o n í a perfecta que g u a r d a n
entre sí todos los elementos que i n t e g r a n el t e m p l o .
E s t a i m p r e s i ó n aumenta cuando se penetra en e l
interior, en donde t o d o : las medidas de las naves,
del crucero, de las capillas absidales; l a p r o p o r c i ó n
de a l t u r a y de a n c h u r a entre l a nave m a y o r , las
laterales y las c a p i l l a s ; el grueso de los p i l a r e s ; l a
l u z , perfectamente graduada, que penetra por los
rosetones y por las triples ventanas, a través de los
vidrios policromos, constituye u n a a r m o n í a perfec-
36
GIL DE HONTANON E N SEGOVIA
ta. L a explicación está en la relación de este edificio,
tan «humano», c o n las medidas del cuerpo del h o m bre, d e l c u a l f u é D i o s e l arquitecto. C o m o hemos
dicho, R o d r i g o G i l encontraba en el gótico, mejor
que en los órdenes grecorromanos, esta d i v i n a armonía, pero no en el gótico ascensional del x i v , sino en
el clasicismo del 1200, c u a n d o los canteros franceses
corrían toda E u r o p a l l e v a n d o en sus ¡mochilas cuadernos de dibujos semejantes al de V i l l a r d d ' H o n necourt. P a r a esta «humanización» de l a arquitectura R o d r i g o G i l acudió, c u a n d o le c o n v i n o , a l renac i m i e n t o r o m a n i s t a . E s este í n t i m o pensamiento el
que funde, sin disonancia, el goticismo de l a fábrica
con las cúpulas a lo V i g n o l a .
R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n se encontró en l a
catedral de Segovia c o n l a p o s i b i l i d a d — q u e tan
rara v e z se presenta e n l a v i d a de u n arquitecto—
de expresar su concepto de l a arquitectura en toda
su a m p l i t u d . N a d a sería tan interesante — a m í m e
falta competencia para h a c e r l o — como el estudiar la
adaptación del t e m p l o a las teorías y a los dibujos
de R o d r i g o G i l en el m a n u s c r i t o i n d i c a d o . E n s a y e mos u n esbozo en l a torre, que es, a m í juicio, presc i n d i e n d o de toda anécdota, u n o de los más bellos
edificios que p u e d a n contemplarse en E u r o p a . P a r a
R o d r i g o G i l u n a torre h a de adaptarse exactamente
a las proporciones de u n cuerpo v a r o n i l , desprovisto
37
MARQUES DE LOZOYA
de brazos. E l a l z a d o se reparte h o r i z o n t a l m e n t e en
cuatro partes, de las cuales l a i n f e r i o r llega hasta
las r o d i l l a s ; l a segunda, hasta el extremo i n f e r i o r
del v i e n t r e ; l a tercera, hasta el estómago, y l a cuarta, hasta e l arranque d e l busto. E l remate h a de
tener las proporciones de busto y cabeza. E l aplicar
los dibujos con que el tratadista ilustra su teoría a
l a torre de l a catedral de Segovia es m u y f á c i l . E s
curioso notar que el cálculo h a de hacerse m i r a n d o
l a torre en su aspecto actual, c o n su remate, tan
acertado, de cúpula y l i n t e r n a . E n el siglo x v i su
cubierta era u n agudo chapitel de m a d e r a recubierto
de p l o m o , no de traza gótica, c o m o se h a dicho,
sino, sin duda, semejante a los de E l E s c o r i a l . E s t e
remate fué destruido por u n rayo el 18 de septiembre de 1614, y entonces J u a n de M u g a g u r e n const r u y ó l a c u p u l i l l a y l a l i n t e r n a actuales; pero, a
m i juicio, a l hacerlo se l i m i t ó a copiar alguna vieja
traza de R o d r i g o G i l .
E l arquitecto de la catedral de Segovia m u r i ó
en 1577. A su muerte l a catedral estaba prácticamente acabada. F a l t a b a n solamente alguna capilla
y el cerramiento del crucero, c u y a cúpula escurialense trazó en 1615 J u a n de M u g a g u r e n , ciñiéndose
a uno de los dibujos de R o d r i g o que se conservan
en el archivo capitular. L u e g o , hasta mediados del
siglo x v i i i , se suceden diversos maestros, pero el
38
GIL DE HONTANON EN SEGOVIA
estilo del transmerano permanece siempre, m o t i v a n
do u n a u n i d a d que es u n a de las mayores bellezas
del templo. Solía titularse vecino de S a l a m a n c a ,
pero Segovia debió de ser el l u g a r preferido de su
residencia. A d e m á s de l a catedral dejó en l a c i u d a d
numerosas o b r a s : fachadas y portadas palacianas
en u n a versión del R e n a c i m i e n t o i n c o n f u n d i b l e : el
palacio episcopal, l a casa l l a m a d a «del Secretario»,
que perteneció a G o n z a l o Pérez, que lo fué del E m perador y de F e l i p e I I ; l a de los G u e v a r a , l l a m a d a
vulgarmente «Casa de las M o n a s » , en l a calle de
San A g u s t í n . T r a b a j ó t a m b i é n en l a cartuja de E l
Paular, y m e parece obra segura de su m a n o el
gran arco de ingreso a l monasterio. E n el valle de
L o z o y a , entonces tierra de Segovia, de donde fué
vecino J u a n G i l de H o n t a ñ ó n , construyó R o d r i g o
una obra, que, por el estilo, m e parece de a t r i b u c i ó n
segura: l a iglesia de l a v i l l a de L o z o y a , casi totalmente destruida en l a guerra c i v i l de 1936, pero
en l a c u a l permanece l a típica f a c h a d a . E s posible
que fuese t a m b i é n obra de su equipo el palacio de
los Suárez de l a C o n c h a , señores de l a v i l l a , en
esta m i s m a l o c a l i d a d .
E n m i s constantes paseos por Segovia suelo
hacer que m i s acompañantes se detengan, en silencio reverente, ante u n a lápida en el claustro de l a
catedral, en l a que, bajo u n tosco escudo de armas,
39
MARQUES D E LOZOYA
se lee esta i n s c r i p c i ó n : « A q u í yace R o d r i g o G i l de
H o n t a ñ ó n , maestro de l a obra de esta santa iglesia.
Falleció el 31 de mayo de 1577. E l q u a l asentó l a
p r i m e r a piedra que a q u i puso e l O b i s p o d o n D i e g o
de R i b e r a en 3 de j u n i o de 1525 años. D e x ó su
hacienda para obras pias.» A c a s o responda a u n
excesivo fervor montañés el párrafo f i n a l de Pereda
de l a R e g u e r a , que a f i r m a que aquella modesta
laude cubre e l cuerpo de quien fué quizá el más
grande arquitecto de todos los tiempos. Pero es
exacto el decir que R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n no
tiene r i v a l en l a H i s t o r i a de l a A r q u i t e c t u r a E s p a ñola.
40
BIBLIOGRAFÍA
Es siempre ú t i l l a consulta de la H i s t o r i a de Segovia, de
D i e g o de C o l m e n a r e s (i.a edición, Segovia, 1637), como
t a m b i é n de los repertorios de L l a g u n o y de Ceán B e r múdez.
F u n d a m e n t a l el estudio de José M a r í a Q u a d r a d o en el
tomo S a l a m a n c a , A v i l a y Segovia, de la colección «Esp a ñ a : sus m o n u m e n t o s y artes», 2.a edición, Barcelon a , 1884. L a s numerosas guías de Segovia se l i m i t a n
a copiar los datos consignados en estos autores.
M . P e r e d a de l a R e g u e r a : R. G i l de H o n t a ñ ó n . Santander, 1951. (Publica los primeros capítulos, atribuidos
a R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n del C o m p e n d i o de A r c h i tectura y Simetría de los templos, compendiado en 1681
por Simón García, manuscrito en l a B i b l i o t e c a N a c i o n a l ,
y apéndices documentales.)
Sojo y L o m b a : L o s maestros canteros de T r a n s m i e r a .
F . C h u e c a G o i t i a : L a C a t e d r a l nueva de Salamanca. Salam a n c a , 1951.
M . de L o z o y a : H i s t o r i a d e l A r t e Hispánico, II. Barcelon a , 1934.
41
M . de L o z o y a : L a capilla M a y o r de la C a t e d r a l . «Estudios
Segovianos», III, i953_ L a casa d e l Secretario. «Estudios Segovianos», V I , 1954.
A . M a r t í n e z A d e l l : A r q u i t e c t u r a plateresca en Segovia.
«Estudios Segovianos», V I I , 1955.
T. A g a p i t o y R e v i l l a : U n laborioso arquitecto castellano
del siglo x v i ; R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n . A r q u i t e c t u r a ,
1923.
42
ÍNDICE
Páginas
R o d r i g o G i l de H o n t a ñ ó n e n Segovia
7
L a reacción p u r i s t a e n e l g ó t i c o español
n
E l arquitecto
23
L a c a t e d r a l de Segovia
31
Bibliografía
41
Se terminó de i m p r i m i r
en M a d r i d
el día 19 de agosto de 1962
en l a
Imprenta N a c i o n a l
del
Boletín O f i c i a l del Estado
(Viene de la solapa anterior)
M i s t e r i u m doloris, Pedro
L a í n Entralgo.
L a H i s t o r i a y el Presente,
José A n t o n i o M a r a v a l l .
Vigencia actual de M e néndez Pelayo, José Corts
Grau.
Menéndez Pelayo en el
S a n t a n d e r de su tiempo,
José M a r í a de Cossío.
L a canción m o z á r a b e ,
Francisco Cantera.
A u t e n t i c i d a d y formalismo en la l a b o r docente,
Carlos Jiménez Díaz. (Agotado.)
L a arquitectura española
en la época de C a r l o s V ,
Modesto López Otero.
L a lengua española en l a
época de Carlos V , M a n u e l
García Blanco.
Los c a m i n o s escabrosos
de la E u r o p a posbélica, C a milo B a r c i a Trelles.
L a revolución científica,
Gregorio M i l l á n B a r b a n y .
Velázquez o la salvación,
de la circunstancia, E n r i que Lafuente Ferrari.
Nuevo escorzo de
gora, Gerardo Diego.
Gón-
E l Museo del P r a d o ,
Francisco J a v i e r SánchezCantón.
Lope de Vega como novelador, Francisco Y n d u rain.
Rodrigo G i l de H o n t a ñ ó n
en Segovia, Marqués de L o zoya.
DI S T R I B U I D 0 R.A:
Sociedad 6eneral Española
de Librería. Evaristo San
Miguel, 9. M A D R I D (8)
• r
o
o
LU
un
z
LU
z
o
CE
<
z
o
X
UJ
0
o
2
S
0
2
o
N
O
Descargar