Acto previsional firme. Desafío criterio "Villegas". Acto

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Acto previsional firme. Desafío
esencialmente favorable. Prescripción.
criterio
"Villegas".
Acto
A y S, tomo 27, pás. 384/89
En la ciudad de Santa Fe, a los 14 días del mes de marzo del
año dos mil doce, se reunieron en acuerdo los señores Jueces de la
Cámara de lo Contencioso Administrativo N° 1, doctores Luis Alberto
De Mattia y Federico José Lisa, con la presidencia del titular doctor
Alfredo Gabriel Palacios, a fin de dictar sentencia en los autos
caratulados “PELLINI, Adelaida Lía contra PROVINCIA DE SANTA FE sobre
RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO” (Expte. C.C.A.1 n° 240, año
2009). Se resolvió someter a decisión las siguientes cuestiones:
PRIMERA: ¿es admisible el recurso interpuesto?; SEGUNDA: en su caso,
¿es
procedente?;
TERCERA:
en
consecuencia,
¿qué
resolución
corresponde dictar?. Asimismo se emitieron los votos en el orden que
realizaron el estudio de la causa, o sea doctores Lisa, Palacios y De
Mattia.
A la primera cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Lisa
dijo:
I.1. La señora Adelaida Lía Pellini interpone recurso
contencioso administrativo contra la Provincia de Santa Fe tendente a
obtener el pago de los retroactivos generados por el reajuste de sus
haberes, desde la fecha del cese de servicios, con más intereses y
costas.
Al efecto relata que obtuvo la jubilación ordinaria el
9.10.1991, a través de la resolución 4878/91, emanada de la Caja de
Jubilaciones y Pensiones de la Provincia.
Explica que el 6.3.1992 presentó una nota ante el organismo
previsional mencionado, adjuntando una constancia de servicios
emitida por la Directora de la Escuela Particular n° 19 de la ciudad
de Esperanza, por la cual solicitó “se corrija en la liquidación de
sus haberes, la omisión del cómputo de esos servicios”.
Expresa que el 27.10.1992 requirió el reajuste de su haber, con
fundamento en los servicios prestados en la institución referida; y
que la Caja provincial hizo lugar al pedido mediante la resolución
315 del 2.2.2007, en la cual se fijó como fecha inicial de pagos el
día 6.3.1992.
Señala que impugnó sin éxito dicha resolución en sede
administrativa, en razón de considerar errónea la fecha computada
para el comienzo del reconocimiento.
Luego de argumentar acerca de la admisibilidad del recurso
interpuesto, refiere a la imprescriptibilidad de los beneficios
previsionales, citando el artículo 82 de la ley 18.037.
Al respecto, asevera que el derecho a solicitar el beneficio
previsional nunca prescribe, pero sí son susceptibles de prescripción
los haberes que no fueron percibidos, en caso de transcurrir el plazo
establecido por el citado artículo de la ley 18.037.
Asegura que en materia de reajuste de haberes el retroactivo
debe abonarse desde los 2 años previos al reclamo administrativo, o
desde la fecha de cese de servicios si ocurrió antes de ese plazo.
Concluye que en el presente caso el pago de retroactivos debe
iniciarse desde que cesó de prestar servicios.
Considera que las conclusiones de la Corte nacional in re
“Villegas” (Fallos, 289:185) no pueden trasladarse a este caso, pues
en dicho precedente existió “un pedido expreso del actor, para que no
se le pague el retroactivo generado por el reajuste de haberes”.
Plantea la cuestión constitucional y pide -en suma- se declare
procedente el recurso interpuesto, con costas.
2. Declarada la admisibilidad del recurso (f. 18), comparece la
Provincia (f. 29) y contesta la demanda (fs. 43/45).
Después de formular una negativa general y de reseñar los
antecedentes de la causa, dice que es correcto el criterio aplicado
por la Caja de Jubilaciones al momento de determinar la fecha desde
la cual se reajustaron los haberes de la recurrente.
Advierte que la actora consintió el acto de otorgamiento de la
jubilación ordinaria en las condiciones en que fue determinado el
haber inicial, en razón de no haberlo impugnado en tiempo y forma.
Afirma que “por tal motivo y al reclamarlo a posteriori, dicho
reajuste debe ser reconocido desde la fecha de su solicitud y sin
proyecciones retroactivas”, citando jurisprudencia de la Corte
federal (“Villegas”) y del Máximo Tribunal provincial (“Francioni”,
“Hechim” y “Galleto Morvan”).
Plantea la cuestión constitucional y solicita -en síntesis- el
rechazo del recurso, con costas.
Abierta la causa a prueba (f. 50) y producidas las que constan
en el expediente, alegan las partes sobre el mérito de la causa (fs.
69/vto. y 70/71 vto.).
Dictada (f. 80) y consentida la providencia de autos, queda la
presente causa en estado de ser resuelta.
3. De conformidad al artículo 23, inciso a), de la ley 11.330,
corresponde emitir pronunciamiento sobre la admisibilidad del
recurso.
Al respecto, no se han invocado, ni se advierten, razones que
autoricen a apartarse del auto obrante a foja 18 (A. y S. T. 19, pág.
299).
Así voto.
A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores
Palacios y De Mattia coincidieron con lo expresado por el señor Juez
de Cámara doctor Lisa y votaron en igual sentido.
A la segunda cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Lisa
dijo:
II.1. Según surge de las constancias obrantes en el expediente
administrativo n° 25101-0002258-4,
la señora Pellini obtuvo la
jubilación ordinaria el 9.10.1991 (f. 39), en virtud de lo dispuesto
en la resolución 4878/91 de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de la
Provincia, decisión que le fue notificada en fecha 15.10.1991 (f. 39
vto.).
Posteriormente, acompañó una certificación de servicios,
suscripta por la Directora de la Escuela Particular n° 19 “Nuestra
Señora del Huerto” de la localidad de Esperanza, en fecha 6.3.1992;
y, el 27.10.1992, solicitó el reajuste de su haber previsional con
fundamento en los nuevos servicios denunciados (fs. 52 y 58, expte.
adm. cit.).
La Caja provincial hizo lugar al reajuste pretendido, a través
de la resolución 315 del 2.2.2007 (fs. 65/66, expte. adm. cit.),
reconociendo el pago retroactivo de las diferencias de haberes
devengadas a partir del 6.3.1992.
Contra la citada resolución, la actora interpuso recursos de
revocatoria y apelación en subsidio (f. 83/vto., expte. adm. cit.),
agraviándose de la fecha computada para el inicio del pago de los
rubros retroactivos, los cuales deben reconocerse -a su criteriodesde “que adquirió el derecho al beneficio”.
El organismo previsional rechazó lo solicitado por la
recurrente mediante la resolución 3986 del 20.6.2007, la cual fue
impugnada por la señora Pellini el 7.10.2008 (fs. 1/2 vto., expte.
adm. n° 00101-0182198-9), sin obtener respuesta por parte de la
Administración.
2. Se adelanta la suerte favorable del recurso.
En efecto, si bien es cierto que el criterio jurisprudencial
invocado por la demandada -ya en los actos impugnados- ha sido
invariablemente mantenido tanto por la Corte local (“Benitez
Zubelzu”, A. y S. T. 94, pág. 41; “Francioni”, A. y S. T. 96, pág.
159; “Boulliet”, A. y S. T. 96, pág. 251; “Rodríguez”, A. y S. T. 98,
pág. 26; “Galletto Morvan”, A. y S. T. 98, pág. 82; “Premet”, A. y S.
T. 98, pág. 277; “Basabilbaso”, A. y S. T. 104, pág. 196;
“Antonini”, A. y S. T. 104, pág. 386; “Vanni”, A. y S. T. 111, pág.
241; “Santa Cruz”, A. y S. T. 111, pág. 366; “Recalcatti”, A. y S. T.
116, pág. 68; “Villarroel”, A. y S. T. 119, pág. 195; “Rivera”, A. y
S. T. 128, pág. 117; “Sovrán”, A. y S. T. 131, pág. 90; “Retamar”, A.
y S. T. 140, pág. 403; “Farulla”, A. y S. T. 147, pág. 158;
“Manzoli”, A. y S. T. 154, pág. 13; “Sanseovich”, A. y S. T. 158,
pág. 268; entre muchos otros) como por esta Cámara desde su
constitución (“Vrillaud”, A. y S. T. 2, pág. 325) hasta fecha
reciente (“Barreto”, A. y S. T. 27, pág. 204), también lo es que -al
menos en lo que se ha podido examinar- no se registran antecedentes
relevantes en los que se haya desafiado dicho criterio y en los que
el respectivo Tribunal contundentemente lo haya confirmado.
Y bien, analizado el caso la luz de los criterios delineados
-también inveteradamente- por la Corte federal y la local en materia
previsional, en particular en torno a que, en ese ámbito, “lo que
importa es el reconocimiento exacto de los derechos declarados por
las leyes” (Fallos: 228:186; 249:156; 278:85; 281:244; 302:342;
etc.), se concluye en la ya adelantada procedencia del recurso.
Es que, en primer lugar, no puede soslayarse la circunstancia
-adecuadamente destacada por la actora- según la cual en la causa
“Villegas” (Fallos 289:185) el allí recurrente había limitado
expresamente su pretensión, solicitando que se “adecuen las bases de
su liquidación con el objeto de que, para el futuro, el monto de su
haber se ajuste estrictamente a lo que la ley previsional dispone”
(considerando 5.g.; la cursiva sí es del texto), razón por la cual
tal reconocimiento se efectuó “sin proyecciones retroactivas”
(considerando 11).
En segundo lugar, observo que ninguna consideración se efectúa
en ese precedente que permita extraer que, a juicio de esa Corte, el
reconocimiento de diferencias en supuestos como el allí juzgado deba
serlo siempre y en todos los casos “para el futuro”.
En tercer lugar, entiendo que ni el consentimiento de la actora
al acto de otorgamiento del beneficio (resolución 4878/91), ni por
ende su firmeza, constituyen óbices válidos al reconocimiento
retroactivo pretendido.
Afirmar lo contrario, implicaría a la par exigir que la
peticionaria haya debido impugnar el mencionado acto de concesión,
siendo que le era esencialmente favorable, lo que -en principioobsta a predicar a su respecto carga impugnativa alguna (criterio de
“Petrucci”, S. T. 2, pág. 463; “Biaggini”, S. T. 4, pág. 66; “Leno”,
A. y S. T. 2, pág. 62; “Marinoni”, A. y S. T. 9, pág. 304;
“Riemersma”, A. y S. T. 14, pág. 370; “Brizzio”, A. y S. T. 22, pág.
471; “Vázquez”, A. y S. T. 24, pág. 423; etc.).
Por ello, aunque debe sostenerse que en el sistema de la ley
previsional -al igual que en el resto de los ordenamientos localesel principio es el de la carga impugnativa contra los actos de la
Caja (arts. 42 y ss., ley 6915), tal carga -se reitera- no puede sin
embargo extenderse a los actos favorables en general, ni en
particular a los que, como en el caso, acuerdan nada menos que un
beneficio previsional ordinario, mediante un acto en el que -ademásno se desestima expresamente pretensión alguna del beneficiario, ni
se rechaza alguna cuestión propuesta por él que hubiese permitido
arribar a un beneficio mayor.
En suma, no habiendo en el caso carga impugnativa respecto al
acto de concesión, no puede oponerse su consentimiento por la actora
ni la firmeza de dicho acto a los fines de denegar las diferencias
reclamadas.
Desde luego, así considerarlo no implica admitir la posibilidad
de reclamos de diferencias de haberes previsionales sin límite
temporal alguno, el que, por el contrario, está igualmente impuesto
por las respectivas normas de prescripción.
Corresponde, pues, declarar procedente el recurso, lo que -de
prosperar este voto- así se dispondrá con costas por su orden, por
cuanto los criterios jurisprudenciales mencionados pudieron generar
en la demandada la convicción de que tenía razón suficiente para
resistir a la pretensión de la actora (art. 24, primer párrafo, ley
11.330).
Voto, pues, por la afirmativa.
A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores
Palacios y De Mattia expresaron similares fundamentos a los vertidos
por el señor Juez de Cámara doctor Lisa y votaron en igual sentido.
A la tercera cuestión
el señor Juez de Cámara doctor Lisa
dijo:
Atento el resultado obtenido al tratar las cuestiones
anteriores, corresponde declarar procedente el recurso interpuesto y
anular los actos impugnados. En consecuencia, condenar a la demandada
a pagar en legal forma a la recurrente -según liquidación que deberá
practicar aquélla en un plazo no mayor de treinta días de quedar
firme esta sentencia- las diferencias de haberes reclamadas desde el
9.10.1991 al 5.3.1992, con más intereses desde la fecha del reclamo
-27.10.1992- a la tasa pasiva promedio mencionada en el artículo 10
del decreto nacional 941/91. Costas por su orden. Diferir la
regulación de los honorarios profesionales hasta tanto se practique y
apruebe la liquidación pertinente.
Así voto.
A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores
Palacios y De Mattia dijeron que la resolución que correspondía
adoptar era la propuesta por el señor Juez de Cámara doctor Lisa, y
así votaron.
En mérito a los fundamentos del acuerdo que antecede, la Cámara
de lo Contencioso Administrativo Nº 1 RESOLVIÓ: Declarar procedente
el
recurso
interpuesto
y
anular
los
actos
impugnados.
En
consecuencia, condenar a la demandada a pagar en legal forma a la
recurrente -según liquidación que deberá practicar aquélla en un
plazo no mayor de treinta días de quedar firme esta sentencia- las
diferencias de haberes reclamadas desde el 9.10.1991 al 5.3.1992, con
más intereses desde la fecha del reclamo -27.10.1992- a la tasa
pasiva promedio mencionada en el artículo 10 del decreto nacional
941/91. Costas por su orden. Diferir la regulación de los honorarios
profesionales hasta tanto se practique y apruebe la liquidación
pertinente.
Registrarlo y hacerlo saber.
Con lo que concluyó el acto, firmando los señores Jueces de
Cámara por ante mí, doy fe.
Fdo. DE MATTIA. PALACIOS. LISA. Di Mari (Sec)
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