PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA 6 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA La política argentina se encuentra fuertemente influenciada por el pensamiento Keynesiano. Esta influencia se ha vuelto evidente a partir del 2007, cuando la economía argentina comienza a mostrar menores tasas de crecimiento y mayores presiones inflacionarias. Se ha visto al gasto público, y no a inversiones de mercado, como el factor necesario para dar nuevo impulso a la economía argentina. Estudios críticos del análisis Keynesiano abundan (Buchanan & Wagner, 1977; Hayek, 1931a, 1931b, 1932, 1972; Hazlitt, 1959; Hutt, 1939, 1974; Mises, 1952). En este capítulo no busca discutir el pensamiento keynesiano de manera amplia, sino que el énfasis se encuentra en algunos puntos que considero centrales. El capítulo se divide en cuatro secciones, (1) macro (nivel de precios) versus micro (precios relativos), (2) la Ley de Say, (3) el problema de la ilusión estadística, y (4) Kirchnerismo versus Keynesianismo. Antes de continuar, sin embargo, un breve resumen de la postura de Keynes es útil a fines de dar contexto al resto del capítulo. La obra de (Keynes, 1936) surge en el contexto de la Gran Depresión como una propuesta de política económica para lidiar con la crisis y desempleo de aquella crisis. Según Keynes la causa de la Gran Depresión es una caída de la demanda agregada (PBI), en lugar de ser la crisis lo que produce una caída en la demanda agregada. El origen de esta crisis, según Keynes, se encuentra en los llamados espíritus animales, un comportamiento “irracional” que lleva a los inversores y consumidores a reducir sus gastos. La propuesta de Keynes consiste, por lo tanto, en compensar dicha caída con un aumento del gasto público de modo tal que la caída en gasto privado coincida con al aumento del gasto público manteniendo el nivel de demanda agregada estable. El análisis de Keynes, basado en agregados económicos Página 118 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA (PBI, nivel de precios –en lugar de precios relativos– oferta y demanda agregadas, etc.) es lo que da origen a la macroeconomía. Hayek eleva dos críticas centrales a Keynes. En primer lugar, que el uso de agregados económicos no es como debe proceder el análisis económico, dado que dichos agregados esconden las causalidades económicas invitando a confundir causa con efecto. En segundo lugar, que al apelar a espíritus animales sin explicar su origen o naturaleza Keynes de hecho no tiene una explicación de las crisis económicas y esto le lleva a poner el carro delante del caballo en lo que respecta su propuesta de política económica. Eventualmente Milton Friedman reemplaza a Hayek en el debate con Keynes. Friedman, sin embargo, lleva adelante una estrategia distinta a la de Hayek. En lugar de cuestionar la nueva economía de Keynes como método, toma el marco keynesiano para cuestionar la política económica del keynesianismo. Es decir, contra-argumenta con las mismas herramientas propuestas por los seguidores de Keynes. En un conocido pasaje, Friedman sostienen que en un sentido somos todos Keynesianos, pero en otro sentido ya no somos Keynesianos. Todos somos Keyenesianos en referencia a que los economistas han adoptado el marco teórico y modelos de Keynes, peor ya nadie es Keynesiano en el sentido que la política económica propuesta por Keynes ya no es aceptada en la profesión.48 48 La frase de Friedman, “[i]n one sense, we are all Keynesians now; in another, nobody is any longer a Keynesian”, fue fruto de erroneas interpretaciones. Ver la columna y comentario de Friedman en la revista TIME del 31 de diciembre de 1965 y del 4 de febrero de 1966. Página 119 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA 6.1 MACRO VERSUS MICRO, O AGREGADOS VERSUS PRECIOS RELATIVOS En el esquema Keynesiano son los agregados económicos, no los precios relativos, el foco central de análisis económico. La necesidad de series económicas durante la Gran Depresión para conocer la situación económica motivó el desarrollo de mediciones macroeconómimcas. Es importante tener en cuenta que estas mediciones se desarrollaron siguiendo los conceptos de la economía Keynesiana. Es decir, las series posee un confirmation bias en su propio diseño. Posiblemente la serie económica más importante sea la del producto bruto interno (PBI). El PBI mide el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos dentro del país en un período de tiempo dado, como puede ser un año. El PBI es, entonces, la suma de cantidades producidos por sus precios de mercado: 𝑃𝐵𝐼 = 𝑃 · 𝑄 (donde P es el vector de precios y Q el vector de bienes y servicios de consumo.) Dadas las dificultades prácticas observar todos los precios y cantidades producidas, el PBI se calcula y expresa con otras dos metodologías. El PBI por gasto y el PBI por ingresos. El PBI calculado por gasto es la conocida expresión: 𝑃𝐵𝐼 = 𝐶 + 𝐼 + 𝐺 + (𝑋 − 𝑍), donde C es consumo privado, I es inversión privada, G es gasto público, X es exportaciones, y Z representa las importaciones. Nótese que la semántica de esta expresión del PBI pone el énfasis en el gasto, cuando lo que se mide en realidad es producción. Esta semántica puede llevarnos a concluir que es el gasto, no la producción, el motor de la economía. Todos los bienes producidos deben encontrarse en uno de estos componentes. Aquellos bienes producidos pero que no han sido vendidos figuran en la cuenta de inversiones como un cambio en el nivel de stocks o inventarios. Las exportaciones buscan agregar el valor de Página 120 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA mercado de los bienes produciros que, al ser vendidos al exterior, no figuran en consumo, inversión, ni gasto público. De modo similar, las importaciones buscan descontar los gastos en bienes no producidos domésticamente. No se debe interpretar, entonces, que las exportaciones son algo bueno para el PBI y las importaciones son algo malo dado que las primeras suman y las segundas restan. Esa no es la interpretación correcta de estos dos términos, que lo que hacen es ajustar o corregir el PBI para que efectivamente refleje la producción doméstica. De esta expresión también surge que el PBI equivale a la demanda agregada, dado que es la suma de todos los gastos de bienes y servicios de consumo. El PBI según ingresos surge de sumar todas las fuente de ingresos: 𝑃𝐵𝐼 = 𝑠𝑎𝑙𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠 + 𝑔𝑎𝑛𝑎𝑐𝑖𝑎𝑠 + 𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎𝑠 + 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑒𝑠𝑒𝑠. Salvo errores estadísticos y ajustes contables, ambas expresiones son equivalentes. La lógica es que el valor de mercado de lo producido debe ser igual a la suma de todos los ingresos, que a su vez debe ser igual a todos los gastos realizados. Entonces: 𝑠𝑎𝑙𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠 + 𝑔𝑎𝑛𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎𝑠 + 𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎𝑠 + 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑒𝑠𝑒𝑠 = 𝑃𝐵𝐼 = 𝐶 + 𝐼 + 𝐺 + (𝑋 − 𝑍). Según esta expresión, el PBI también representa los ingresos a nivel nacional. La lógica es la siguiente. Un individuo sólo puede consumir más que su ingreso si desahorra o toma un préstamo. De lo contrario, su consumo no puede ser superior a sus ingresos. A nivel nación sucede lo mismo. La única manera de que un país en su conjunto consuma más de lo que produce es desahorrando o emitiendo deuda externa. Las crisis económicas, según el esquema Keynesiano, se debe a una caída de gasto en el sector privado (C + I) y por lo tanto la solución es incrementar el gasto público (G) en la misma medida: 𝛥𝐺 = −(𝛥𝐶 + 𝐷𝐼). De este modo el nivel de gasto total, es decir, el nivel de demanda agregada, se mantiene constante. Lo que importa no es tanto en qué se gasta, sino Página 121 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA el nivel de gasto total. Los planes de estímulo basados en gasto público parten del supuesto que la caída en la demanda agregada es el problema, y no un síntoma de la crisis, y que lo importante es el nivel de gasto y no qué bienes producir. Al presentar este esquema Keynes también plantea un cambio de concepción respecto al origen de los ingresos. La expresión 𝑃𝐵𝐼 = 𝐶 + 𝐼 + 𝐺 + (𝑋 − 𝑍) puede leerse tanto de izquierda a derecha, como de derecha a izquierda. Es decir, o es un aumento en ingresos lo que permite aumentar los gastos, o es un aumento de gastos lo que produce un aumento de ingresos. Keynes da vuelta la relación causa respecto al pensamiento clásico al sostener que son los gastos los que producen ingresos, y no los ingresos los que permiten aumentar los gastos. El uso de matemáticas en economía no es gratuito. Expresiones como la del PBI son mudas respecto a la dirección causal de las variables económicas. Es factible construir un modelo económico matemáticamente consistente cuyas relaciones causales del fenómeno económico se interpretan de manera inversa.49 No es sorpresa que un aumento del gasto público lleve a un aumento del nivel de ingreso (PBI) dado que la construcción de las variables económicas sigue la concepción de que los gastos son el origen de los ingresos. En este esquema hay un bien ausente, el bien dinero. En este esquema la demanda de dinero no es un gasto y por lo tanto no produce ingresos. De allí que los ahorros no invertidos sean un mal, un costo, o una pérdida en el flujo de gastos-ingresos. Por 49 Para una discusión más detallada de este y otras dificultades en la economía matemática ver (J. C. Cachanosky & Cachanosky, 2016; J. C. Cachanosky, 1985a, 1985b; Leoni & Frola, 1977; Morgenstern, 1972). Página 122 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA construcción, una caída de la demanda agregada equivale a un aumento en la demanda de atesorar dinero que no es capturado en el PBI. En la concepción de los clásicos el diagnóstico es distinto. El problema no es incrementar el gasto público, sino corregir los precios relativos. El problema no es simplemente producir, sino producir los bienes y servicios demandados por los consumidores para lo cual es necesario disponer de precios relativos confiables. Las inversiones dependen de las rentabilidades esperadas, no del nivel de consumo como parece sugerir el esquema Keynesiano. La figura 18 captura estos dos puntos de vista. La línea curva es la frontera de posibilidades de producción (FPP) de una economía con dos bienes, x e y. Es decir, la FPP es la capacidad productiva de un país que produce sólo dos bienes. La economía se encuentra en el punto A con capacidad ociosa (se puede aumentar la producción tanto de x como de y sin tener que disminuir la producción del otro bien). El valor de mercado de cualquier punto sobre la FPP sería el PBI de esta economía. Si lo que importa es el nivel de gasto y no en qué se gasta, entonces lo importante es posicionarse sobre la FPP sin importar dónde particularmente. Si lo que importa en cambio es producir la correcta combinación de x e y, entonces no da lo mismo cualquier punto sobre la FPP. La combinación de x e y que se produce depende de los precios relativos. La solución de mercado libre a una crisis económica sostiene que al no intervenir en los precios relativos la economía se va a mover del punto A el punto E. Si hay, en cambio, una política de estímulo por parte del estado, entonces los precios relativos pueden verse afectados en mayor o menor medida y la economía se moverá al punto E’ en lugar del punto E. Ambos puntos sobre la FPP muestran pleno empleo, pero implican una diferente composición de actividad económica. Página 123 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA Figura 18. Salida de una crisis; política Keynesiana y de mercado libre bien x FPP E' política keynesiana A c E mercado libre bien y La política de estímulo Keynesiana no deja de sufrir de una curiosa contradicción. Por un lado, Keynes critica a la mano invisible del libre mercado al sostener que la misma falla y produce crisis económicas. Pero por el otro sugiere aumentar el gasto en cualquier concepto, dado que el flujo de gastos generará ingresos y pondrá nuevamente de pie a la economía. Pero al enfocarse en el nivel de gasto dejando de lado precios relativos la propuesta de Keynes depende implícitamente de la mano invisible que critica en primer lugar. En la medida que el problema económico sea producir la combinación correcta de bienes, enfocarse en el gasto en lugar de precios relativos obvia el problema central a resolver asumiendo que de alguna manera el mismo será resuelto siempre y cuando exista un nivel dado de gasto. 6.2 LA LEY DE SAY Dado que en el esquema Keynesiano el gasto, en lugar de la producción, el motor de la economía, Keynes necesita objetar la Ley de Say. Según esta ley, es la oferta la que genera Página 124 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA demanda, y no la demanda la que genera oferta (producción.) El motivo es que la demanda surge de las necesidad y preferencias de los consumidores más un poder de compra. Si el consumidor no tiene nada que ofrecer a cambio, entones no está demandando bienes y servicios. Mi preferencia por un Aston Martin no implica que afecte su demanda si efectivamente no tengo el dinero suficiente para intentar comprar uno de estos vehículos. El poder de compra es el valor de mercado de los bienes y servicios ofrecidos en el mercado. Por lo tanto, sin oferta no hay poder de compra (demanda). En primer lugar, la Ley de Say no sostiene que es la producción de un bien la que genera su propia demanda, sino que el valor de mercado de lo producido permite efectivizar demanda de bienes y servicios en el mercado. En segundo lugar, de esta ley se desprende que a nivel agregado la demanda agregada es igual a la oferta agregada. A nivel micro, los distintos mercados pueden estar en desequilibrio, algunos con exceso de demanda y otros con exceso de oferta, pero a nivel agregado demanda y oferta agregadas son iguales dado que el valor del total del producto es el valor del total de bienes y servicios demandados. Si extendemos las implicancias de la Ley de Say, entonces no se pueden explicar las crisis económicas por un exceso de oferta agregada respecto a la demanda agregada como hace Keynes. Esto se ve más claramente en el caso de trueque, donde los intercambios son entre bienes sin dinero de por medio. La única manera de demandar naranjas es ofreciendo manzanas a cambio. La única manera de que la demanda agregada caiga es si la oferta agregada también cae. Si la Ley de Say es válida, entonces el esquema Keynesiano cae dado que su Página 125 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA cimiento es erróneo; la relación causal sugerida es la inversa a la real. De las crisis se sale produciendo, no consumiendo o gastando. En el sistema Keynesiano la Ley de Say se quiebra al no considerar al dinero como un bien económico. La contracara de una caída en el consumo es un aumento en la demanda de dinero. Pero si el dinero no es considerado un bien económico, entonces un aumento en la demanda de dinero figura como una caída en la demanda agregada sin la contrapartida de una caída en la oferta agregada. El dinero, sin embargo, posee las características típicas de cualquier bien económico. Posee una demanda y una oferta, y por lo tanto posee un precio. Que el bien dinero sea utilizado como medio general de intercambio no quiere decir que no sea un bien económico. De hecho, no podría ser un bien de cambio sin ser un bien económico en primer lugar.50 No sólo es cuestionable no considerar al dinero un bien económico, sino que el modo en que (Keynes, 1936, p. 18) intenta refutar la Ley de Say no es la más rigurosa. En su crítica a la Ley de Say, Keynes no cita al mismo J. B. Say, sino que se basa en un pasaje de J. S. Mill. Más aún, el pasaje que Keynes cita de Mill sobre la Ley de Say es incompleto. La parte del pasaje de Mill que Keynes deja afuera es justamente la explicación de por qué puede haber desequilibrios parciales donde algunos mercados tienen exceso de demanda y otros mercados exceso de oferta pero esto no es una violación de la Ley de Say. Al modificar la Ley de Say, la crítica de Keynes refuta un enunciado que no es representación fiel de lo que 50 Para una discusión más detallada de la Ley de Say ver (Baumol, 1999; Horwitz, 2003; Hutt, 1974). Página 126 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA esta ley efectivamente sostiene (J. C. Cachanosky, 1989, pp. 30–31; Hazlitt, 1959, pp. 368– 371). 6.3 EL PROBLEMA DE LA ILUSIÓN ESTADÍSTICA Las políticas Keynesianas llevan a lo que podríamos denominar un problema de ilusión estadística. Por ilusión estadística me refiero a confundir buenos indicadores económicos con una buena situación económica. Una economía sana lleva a tener buenos indicadores económicos, pero al observar buenos indicadores económicos no podemos concluir que la economía este en buenas condiciones, del mismo modo que una persona con buena salud no se siente enfermo, pero no sentirse enfermo no quiere decir que la persona no tenga efectivamente alguna enfermedad. No es casualidad que el médico le pida algunos estudios a pesar de que le diga que se siente bien. El problema es, de nuevo, el énfasis en agregados macro por sobre la estructura micro. El énfasis de Keynes en el gasto es tal que si es necesario sugiere como solución al desempleo contratar a los desempleados para cavar y tapar pozos. Este ejemplo hace explícito el concepto Keynesiano donde lo que importa es el gasto, no qué se produce. Difícilmente se pueda salir de una crisis económica produciendo pozos. De las crisis económicas se sale produciendo bienes cuyo valor de mercado es mayor a su costo de oportunidad. Durante los doce años de gestión Kirchnerista se pueden encontrar casos de ilusión estadística. Uno de los casos más claros es el de empleados públicos. Según (Ferreres, 2015) entre el 2002 y el 2015 el empleo público (Nación, Provincias, y Municipios) pasó de 2.387.193 a 4.430.955. El empleo público que no produce riqueza es símil a contratar desempleados para cavar pozos. En definitiva, este tipo de empleo público es como un subsidio de Página 127 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA desempleo de lujo que hace figurar a sus beneficiarios como empleados por más que no cree valor económico. Al seguir esta sugerencia, todos los desempleados que son contratados para cavar y tapar pozos figuran en las estadísticas como empleados, por lo que se produce el efecto estadístico de hacer caer la tasa de desempleo. Si se utiliza el costo de producción (es decir el salario del cavador de pozos) como el valor de mercado del pozo, entonces se puede computar en el PBI. La economía parece estar saliendo de la crisis. Los indicadores económicos parecen darle la razón al sistema keynesiano: el desempleo cae y el PBI sube. Si esta fuera una genuina solución a los problemas económicos, salir de las crisis sería muy sencillo. De las crisis económicas no se sale creando trabajo, se sale creando valor agregado. Sin embargo, el político o Ministro de Economía no tiene mejor información que el mercado sobre cómo crear valor agregado. Su rol no es crear valor económico, sino asegurar las condiciones de mercado (seguridad jurídica, libertad económica, bajos impuestos, etc.) para que los agentes económicos en el mercado puedan explotar las distintas oportunidades. El ejemplo de los pozos cumple el rol de resaltar lo absurdo de la propuesta. Claramente las políticas de estímulo no se concentran en construir pozos, sino en inversión pública en infraestructura o e subsidiar la producción de bienes y servicios. Pero el principio sigue siendo el mismo. Quizás el estímulo público produce la imagen de personas que antes estaban desempleadas construyendo rutas, o puentes, o trabajando en oficinistas, pero eso no quita que detrás de esta visualización productiva no se esté financiando el equivalente a pozos en términos económicos. El valor económico no depende de qué tan productivo se ve Página 128 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA una actividad productiva, sino de su efectivo valor de mercado. Es posible que la ruta, el puente, o el oficinista estén produciendo bienes cuyo valor de mercado es menor al costo de oportunidad, lo cual hace de esta actividad productiva el equivalente a los pozos de Keynes. En otras palabras, no debemos dejarnos confundir por el efecto psicológico de una imagen que parece ser productiva e ignorar si el empleo público efectivamente crea valor o es destrucción de valor detrás de puestos de trabajo improductivos. Lo importante, entonces, no es tanto si el PBI sube, sino por qué sube. La Falacia de la Ventana Rota de (Bastiat, 1848, pp. 2–4), que precede a Keynes por casi un siglo, ilustra este problema. En su relato, Bastiat cuenta como un niño rompe la ventana de un sastre al arrojar una piedra. La reacción inicial de las personas que presenciaron el evento es de rechazo. Sin embargo, alguien observa que ahora el sastre deberá comprar una nueva ventana, incrementando los ingresos del vidriero. Gracias a haber vendido una nueva ventana el vidriero, a su vez, incrementará su propio consumo adquiriendo, por ejemplo, un nuevo par de zapatos. De este modo se concluye que el haber roto la ventana produce un flujo de gastos y por lo tanto de ingresos mejorando la situación económica en general y que por lo tanto deberían felicitar en lugar de poner en penitencia al niño. Todos están de acuerdo hasta que alguien resalta que, de no haber roto la ventana, el vidriero iba de todas maneras a gastar ese dinero en algún otro bien, como puede ser un nuevo par de zapatos. El flujo de gastos es el mismo con o sin la rotura de la ventana, con la diferencia de que gracias a la piedra la sociedad es más pobre por el valor de la ventana que se ha roto. La conclusión es que no se puede crear riqueza destruyendo riqueza. Este costo de oportunidad, el valor de la ventana y la compra del par de zapatos, es el efecto invisible que se suele dejar de lado. Página 129 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA El ejemplo de los pozos y la falacia de la ventana rota capturan el razonamiento de posturas que sostienen que desastres naturales son buenas para las economías porque elevan las tasas de crecimiento del PBI. También ilustra el argumento en la postura que sostiene que Estados Unidos salió de la Gran Depresión gracias a la Segunda Guerra Mundial. El PBI es la riqueza creada (flujo) en un año, no es el stock de riqueza. El PBI es su ingreso anual, su riqueza es su saldo bancario y el valor de mercado de sus propiedades (casa, etc.) sostener que romper una ventana, sufrir un desastre natural, o ir a la guerra mejora su situación económica es como decir que usted va a estar mejor si un terremoto destruye su casa y entonces usted debe trabajar horas extras para compensar su pérdida. Su PBI sube, pero su riqueza cae. Por otro lado, así como se puede llegar a pleno empleo contratando cavadores de pozos, también se puede llegar al pleno empleo enlistando soldados durante la Segunda Guerra Mundial. 51 Como su denominación sugiere, los indicadores económicos son indicadores, no son la realidad en sí. Es importante, por lo tanto, interpretar los indicadores más allá de los números concretos y preguntarse el por qué los indicadores suben o bajan. Las políticas Keynesianas tienen el problema de hacer que los indicadores económicos se comporten como si la economía estuviese efectivamente saneándose, aunque ese no sea el caso. 51 Para una discusión más detallada de efectos de ilusión estadística en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial ver (Higgs, 2006). Página 130 of 189 PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA KEYNESIANA 6.4 KIRCHNERISMO VERSUS KEYNESIANISMO Más allá de las críticas que se puedan elevar al esquema Keynesiano, podría decirse que el Kirchnerismo, que tanto ha defendido sus políticas en el pensamiento de Keynes, ha hecho una errónea aplicación de sus ideas. La obra de Keynes es en el contexto de una crisis económica, es decir, con desempleo y capacidad productiva ociosa. Keynes sugiere, dada la presencia de recursos ociosos, ponerlos a trabajar a través de un mayor gasto público. El Kirchnerismo, sin embargo, extendió este principio a cuando la economía está cerca de pleno empleo. En principio, una vez que la economía llega al pleno empleo la política de estímulo debe ser descontinuada para no generar presiones inflacionarias. Si las ideas de Keynes son correctas, entonces la economía debería poder seguir funcionando sola sin tener que requerir de subsidios dado que se ha invertido de manera ineficiente. En la versión Kirchnerista de Keynes, sin embargo, se puede seguir haciendo crecer la economía vía gasto público incluso cuando la economía está en pleno empleo. Si ese fuese el caso, Argentina no hubiese llegado a una situación de estanflación a partir del 2011. El Kirchnerismo bien podría haber aprendido de la experiencia internacional de fines de los 70 y del análisis de (Buchanan & Wagner, 1977). Página 131 of 189