el reto de la integración monetaria en el mercosur

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EL RETO DE LA INTEGRACIÓN
MONET ARIA EN EL MERCOSUR
Julio 2004
nº 08
Eva Medina Moral
El proceso de integración del MERCOSUR, registra desde el año
1998 una fase de estancamiento debido, entre otros factores, a la
elevada volatilidad cambiaria registrada en los últimos años tras
la adopción de sistemas cambiarios flexibles en los estados
miembros. En este contexto, la adopción de una Unión Monetaria
entre las economías integrantes del bloque, como medida para
eliminar la inestabilidad cambiaria, contribuiría a incrementar la
probabilidad de éxito del proceso. Con este objetivo se examina
si el grado de sincronía entre las economías de los socios es
suficiente como para que los beneficios de la adopción de una
moneda única supere a los costes derivados de la pérdida de
soberanía en materia de política monetaria.
Edita:
Instituto L.R.Klein – Centro Gauss
Facultad de CC.EE. y EE.
Universidad Autónoma de Madrid
28049 Madrid
Teléfono y Fax: 913974191
Correo Electrónico: [email protected]
Página Web: www.uam.es/klein/gauss
ISSN 1696-5035
Depósito Legal: M-30165-2003
© Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o
parcial de esta publicación sin la previa autorización escrita del editor.
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
I.-
INTRODUCCIÓN
En marzo de 1991 se firma el Tratado de Asunción por el que
los gobiernos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay inician un
proceso de integración conocido con el nombre de Mercado Común
del Sur o MERCOSUR. El objetivo del tratado es conseguir la
formación de una Unión Aduanera como paso previo a un Mercado
Común.
Sin embargo, el proceso de integración adolece, actualmente, de
ciertas debilidades que están deteriorando las relaciones existentes
entre los países. En este sentido, la implantación de sistemas
cambiarios flexibles en las principales economías del área, supone el
inicio de un periodo caracterizado por una elevada volatilidad
cambiaria que explica una parte importante del fracaso actual del
proceso de integración.
Esto ha sido así debido a que la mayor variabilidad cambiaria ha
venido acompañada de fuertes devaluaciones de las monedas que han
incrementado la desconfianza entre los países, por ser captadas como
comportamientos oportunistas, y han conducido a la adopción de
medidas proteccionistas contrarias a los objetivos básicos de todo
proceso de integración.
Con todo, y dado que en la actualidad dominan los sistemas
cambiarios flexibles, es necesaria la coordinación de las políticas
monetarias entre los países, en aras a limitar parte de esa variabilidad
cambiaria. Sin embargo, la coordinación monetaria exige el
cumplimiento de ciertos requisitos de partida, en las economías
integrantes, para que los beneficios de la misma sean superiores al
coste que supone el abandono de la soberanía nacional sobre la
política monetaria en aras a los intereses comunitarios.
En este estudio se pretende analizar las posibilidades que
actualmente existen en las economías integrantes del MERCOSUR
para abordar la construcción de un Área Monetaria Óptima, como
mecanismo para eliminar la volatilidad cambiaria y con ello, suprimir
algunos de los obstáculos que actualmente suponen un freno para el
proceso de integración iniciado hace más de 12 años.
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
El informe está estructurado en tres grandes apartados: en el
primero, se evalúa el proceso de integración del MERCOSUR desde
sus inicios hasta la actualidad desde el punto de vista del grado de
integración comercial alcanzado, así como se profundiza en una de las
principales causas del fracaso del mismo, la elevada volatilidad
cambiaria; en el segundo apartado, se contrasta el grado de
cumplimiento de los requisitos mínimos que exige la construcción de
un Área Monetaria Óptima en las economías del MERCOSUR, con el
objeto de cuantificar en qué medida estas están preparadas para
abordar el proceso de coordinación monetaria que permitiría aumentar
el éxito del proceso de integración; por último, el informe se cierra
con un breve detalle sobre las principales conclusiones.
II.-
EVOLUCIÓN DEL PROCESO DE INTEGRACIÓN
II.1. ¿ÉXITO O FRACASO DEL MERCOSUR?
En marzo de 1991 se firma el Tratado de Asunción por el que
los gobiernos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay inician un
proceso de integración conocido con el nombre de Mercado Común
del Sur o MERCOSUR. El objetivo del tratado es conseguir la
formación de una Unión Aduanera como paso previo a un Mercado
Común.
En los primeros años de su inicio, los resultados de dicho tratado
se reflejaron en un incremento considerable del comercio
intrarregional, sin embargo, a partir de 1995, el proceso de integración
comienza a estancarse, y ha sido a partir de los últimos años, dentro de
un contexto de menor fortaleza macroeconómica regional, cuando las
debilidades del proceso de integración han comenzado a hacerse más
evidentes.
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Gráfico 1: Peso del comercio intrarregional sobre el total
60%
50%
40%
30%
20%
10%
Argentina
Brasil
Paraguay
20
03
20
02
20
01
20
00
19
99
19
98
19
97
19
96
19
95
19
94
19
93
19
92
19
91
0%
Uruguay
Fuente: Ministerio de Economía de Argentina, Banco Central de Brasil, Banco Central de Paraguay y Banco
Central de Uruguay
El análisis de la evolución del peso del comercio intrarregional
sobre el total (gráfico 1), medido como la suma de exportaciones e
importaciones, permite cuantificar el impacto que sobre el comercio
ha tenido la creación del MERCOSUR y con ello el grado de éxito del
tratado. Dicha evolución se ha caracterizado por dos etapas
diferenciadas. En una primera etapa, que abarca los primeros años tras
la firma del tratado, se observa un crecimiento de las relaciones
comerciales intrarregionales. Sin embargo, esta tendencia se ve
frenada a partir del año 1998, fecha que supone el inicio de la última
crisis económica que ha vivido la región, donde se observa un
deterioro en la evolución del comercio intrarregional sobre el total en
todos los países, excepto Paraguay. Con todo, la integración regional
no se ha traducido en un incremento del intercambio comercial entre
los países miembros del área, siendo los niveles de participación
intrarregionales sobre los totales similares a los registrados en el inicio
del MERCOSUR, e incluso, ligeramente inferiores en la mayoría de
los casos.
II.2.- CAUSAS DEL FRACASO
Entre las causas que explican el poco éxito que a día de hoy ha
tenido la creación del MERCOSUR se encuentran razones políticas
(poca credibilidad en la aplicación de las políticas por parte de los
países miembros, falta de un país que lidere el proceso de integración,
etc.) y económicas. Dentro de estas últimas destacan la falta de
reputación macroeconómica de los países integrantes, la dependencia
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
del capital externo de la región (lo que genera incentivos entre países
para diferenciarse del socio con problemas), y la inestabilidad del tipo
de cambio entre los socios.
Dado que los dos primeros factores económicos implican
cambios en las políticas económicas aplicadas por el gobierno en el
largo plazo, centraremos el análisis en el último factor, variabilidad
cambiaria, sobre el que los gobiernos tienen un mayor grado de
control para actuar a través de sus políticas de corto plazo.
En el gráfico 2 se muestra la evolución que han tenido los tipos
de cambio bilaterales entre los países miembros desde la creación del
MERCOSUR. Es posible distinguir dos etapas diferenciadas. En una
primera, que comprendería desde 1992 hasta 1997, se observa una
cierta estabilidad en las paridades cambiarias, que sin embargo tiende
a desaparecer a partir de esta fecha. Es, en concreto, la crisis asiática,
que posteriormente se contagia a las economías latinoamericanas, la
que marca el inicio de un periodo de mayor inestabilidad, que termina
con los modelos cambiarios existentes tanto en Argentina como en
Brasil. En este sentido, en 1999 el real brasileño abandona el sistema
de “crawling peg” instaurado desde 1994 con el Plan Real, mientras
que en el año 2002 el peso rompe el sistema de convertibilidad que
había mantenido desde la implantación de su Plan de Estabilidad en
1992. La sustitución de los sistemas cambiarios fijos y semi-fijos por
flexibles incorpora una gran volatilidad en los tipos de cambio
bilaterales entre países.
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Gráfico 2: Tasa de crecimiento del tipo de cambio bilateral entre
socios
% cto. de las tasas de cambio bilaterales
250
200
Crisis Argentina
150
100
Crisis Brasil
50
0
-50
-100
1992
1993
1994
A_B
1995
1996
A_P
1997
A_U
1998
1999
B_P
2000
B_U
2001
2002
2003
P_U
Fuente: Banco Central de Argentina, Banco Central de Brasil, Banco Central de
Paraguay y Banco Central de Uruguay
El cálculo de las desviaciones típicas de la tasa de crecimiento
de cada tipo de cambio bilateral (tabla 1) permite establecer una
medida del grado de volatilidad existente. Se observa que en todos los
casos, la volatilidad es muy inferior en el periodo que va desde 1991
hasta 1997, respecto a la registrada en la segunda etapa (desde 1998
hasta la actualidad). Las diferencias más grandes se encuentran en los
cambios bilaterales con el peso argentino, lo que se explica por la
devaluación registrada en 2002 que supuso una depreciación
cambiaria superior al 300%. En estos casos, la volatilidad del
peso/real es 9 veces superior en el segundo periodo que en el primero,
la del peso argentino/guaraní 43 veces superior y la del peso
argentino/peso uruguayo 26 veces mayor.
Tabla 1: Volatilidad registrada en la variación del tipo de cambio
bilateral
A_B
A_P
A_U
B_P
B_U
P_U
1991-1997
9,6
1,7
2,4
6,9
6,6
4,8
1998-2003
84,2
74,4
60,9
16,4
21,2
10,5
Fuente: Banco Central de Argentina, Banco Central de Brasil, Banco Central de
Paraguay y Banco Central de Uruguay
Con el objeto de cuantificar el efecto que esta mayor volatilidad
cambiaria ha tenido sobre el comercio intrarregional se calculan las
correlaciones entre ambas magnitudes (tabla 2) distinguiendo dos
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
periodos: desde el inicio de MERCOSUR hasta la actualidad, y desde
1998 hasta la actualidad. Si la volatilidad cambiaria ha impactado
negativamente en el comercio, deberían registrarse valores absolutos
de los coeficientes más altos en el segundo periodo que en el primero.
Los resultados de este ejercicio se muestran en la siguiente tabla:
Tabla 2: Correlación bivariada entre tipo de cambio y comercio
intrarregional
Argentina Brasil Paraguay Uruguay
1991-2003
-0,6
-0,5
-0,3
-0,5
1998-2003
-0,9
-0,9
-0,1
-0,8
Fuente: Ministerio de Economía de Argentina, Banco Central
de Brasil, Banco Central de Paraguay y Banco Central de
Uruguay
En primer lugar se observa una correlación negativa en todos los
casos, lo que confirma el hecho de que la volatilidad cambiaria reduce
el comercio intrarregional. Por otro lado, todos los coeficientes de
correlación resultaron superiores a 0,5, excepto en el caso de
Paraguay, donde su mayor apertura comercial explica la no existencia
de relación entre la volatilidad cambiaria y la evolución del comercio
intrarregional, esta es, por otro lado, la razón de que Paraguay haya
sido el país que más se ha beneficiado de la integración en el
MERCOSUR en términos de incremento del comercio. Por último, es
importante destacar como las correlaciones resultan muy superiores en
la última etapa de análisis, frente a las registradas para el total de años.
Este hecho confirma, nuevamente, como la mayor volatilidad
cambiaria registrada a partir de 1998 está siendo una de las principales
causas del “fracaso” del proceso de integración.
II.3.- ¿POR QUÉ LA VARIABILIDAD CAMBIARIA EXPLICA
LA
REDUCCIÓN
DEL
COMERCIO
INTRARREGIONAL?
En el caso del MERCOSUR hemos asistido a tres importantes
crisis cambiarias en los últimos años, que corresponden dos al real
brasileño (en 1999 y en 2002) y la otra a la ruptura de la
convertibilidad del peso (en 2002). En la tabla 3 se cuantifica la
evolución del comercio durante los dos periodos de crisis y durante el
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
periodo de mayor estabilidad cambiaria, diferenciando entre el
comercio mundial del comercio intrarregional.
Tabla 3: Impacto de las crisis cambiarias sobre el comercio
Promedio cto. % cto. % cto.
1992-1998
1999
2002
Argentina
Total
11,4
-14,8
-26,1
MERCOSUR
16,0
-22,4
-35,5
Brasil
Total
9,7
-10,7
-5,5
MERCOSUR
15,3
-26,2
-33,3
Paraguay
Total
41,5
-29,2
MERCOSUR
21,9
-37,4
Uruguay
Total
28,2
-15,0
-25,3
MERCOSUR
13,2
-22,5
-29,0
Fuente: Ministerio de Economía de Argentina, Banco
Central de Brasil, Banco Central de Paraguay y Banco
Central de Uruguay
Frente a los años de mayor estabilidad cambiaria, donde se
registran crecimientos positivos del comercio medido como suma de
las exportaciones más importaciones (en torno al 20% en promedio),
la crisis de Brasil y Argentina se traducen en bruscas caídas en todos
los casos. Se observa, además, que éstas caídas son superiores cuando
la medición se realiza para el comercio intrarregional (dentro del
MERCOSUR) frente al total, es decir, las devaluaciones de monedas
tienen un mayor impacto sobre el comercio realizado con los países
pertenecientes a un mismo bloque. Por otro lado, se observa como el
impacto de la crisis argentina es superior, caídas del comercio
intrarregional en torno al 30%) al de la crisis brasileña (caídas del
25% en promedio). Este hecho estaría justificado por la cuantía de la
devaluación muy superior en el caso del peso (en torno al 300%) que
en el del real (del 65% aproximadamente).
Desde un punto de vista teórico, son varias las razones que
explican la relación existente entre la variabilidad del tipo de cambio y
la evolución del comercio destinado a otros países de un mimo bloque
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
económico. En primer lugar, se debe a la existencia de “bienes
regionales” que difícilmente pueden ser exportados fuera de la región.
Es decir, hay una cierta especialización regional y un problema de
diversificación que acentúa el peso de la variabilidad cambiaria sobre
el comercio entre países cuando éstos pertenecen a un mismo área.
En segundo lugar, otra de las causas que explica como la volatilidad
cambiaria reduce el comercio, analizada en la literatura teórica, es la
existencia de aversión al riesgo por parte de los agentes económicos.
Así, dentro del abanico de actividades productivas, se potenciarán más
aquellas asociadas a rentabilidades seguras, frente a otras con un
mayor grado de incertidumbre sobre su evolución futura, como es el
caso del comercio intrarregional.
Por último, dentro de un área, las devaluaciones son captadas
como comportamientos oportunistas por el resto de los países, lo que
debilita la colaboración dentro de la región, e incrementa la adopción
de posturas proteccionistas que perjudican el crecimiento del
comercio. Estas devaluaciones tendrán un menor impacto sobre el
comercio en un contexto de crecimiento económico regional, y cuando
el país que devalúa no tiene un peso elevado dentro del total de la
región. Sin embargo, en el caso del MERCOSUR, las crisis han tenido
lugar en un momento de debilidad macroeconómica regional y, han
sido abanderadas por las dos economías con mayor peso en la región,
lo que ha incrementado el impacto de las mismas sobre el comercio
intrarregional.
II.4.- SOLUCIÓN: EVITAR LA VARIABILIDAD CAMBIARIA
Dado que la volatilidad cambiaria reduce la probabilidad de
éxito de los procesos de integración, parece que como condición
indispensable se debe buscar la estabilidad entre los tipos de cambio
de las monedas que componen el área integrada. A este respecto
existen algunos ejemplos que corroboran dicha afirmación. La
experiencia de Europa, primero con la “serpiente en el túnel” en 1972,
luego con el “mecanismo de tipos de cambio” en 1979 y finalmente
con la integración monetaria iniciada a partir del acuerdo de
Maastrich, es una prueba de la importancia que tiene en todo proceso
de integración evitar la volatilidad cambiaria.
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Por su parte, existen estudios empíricos que demuestran como la
adopción de una moneda común tiene un impacto positivo sobre el
comercio, al eliminar la incertidumbre sobre el tipo de cambio y
reducir los costes de transacción. En este línea de investigación se
encuentran los trabajos de Rose (2000), López-Córdoba y Meissner
(2003), Estevadeoral, Frantz y Saez (2001), y Micco, Stein y Ordóñez
(2002).
De todo ello se podría concluir que en el proceso de integración
que se está llevando a cabo en el MERCOSUR, el talón de Aquiles se
asocia a la elevada volatilidad cambiaria de la región, por lo que una
coordinación de políticas monetarias entre los países integrantes
reduciría la incertidumbre cambiaria y favorecería el éxito del proceso
de integración. En este sentido, la pregunta que habría que realizar es
si los países integrantes están en condiciones de abordar la
coordinación de sus políticas monetarias, ya que en caso afirmativo la
creación de una Unión Monetaria supondría la eliminación absoluta de
las volatilidades cambiarias.
III.- VIABILIDAD PARA LA CREACIÓN DE UN ÁREA
MONETARIA ÓPTIMA EN EL MERCOSUR
III.1. UN ÁREA MONETARIA ÓPTIMA DESDE EL PUNTO
DE VISTA TEÓRICO: COSTES, BENEFICIOS Y
REQUISITOS
Una Unión Monetaria implica un tipo de cambio fijo entre los
miembros pero flexible con otras monedas. Se puede llevar a cabo a
través del uso de una moneda común o por la fijación de un sistema de
tipos de cambio irrevocablemente fijo. Esta segunda opción, no
elimina los mercados de divisas ni los costes asociados a ellos, así
como tampoco elimina por completo la expectativa de devaluación
futura de alguna de las monedas que participan en el bloque, por lo
que es preferible la adopción de una moneda común. En este contexto
los mercados cambiarios entre los países miembros desaparecen, y las
políticas monetarias nacionales también, dando lugar a una política
monetaria común.
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Si bien el principal coste de adoptar una moneda comunitaria es
la pérdida de independencia en la política monetaria, son muchos los
beneficios que se asocian a este tipo de procesos de integración, entre
los que destacan: la eliminación de los costes1 de transacciones
asociados con los cambios de moneda en las transacciones
comerciales y financieras; mayor atractivo para el inversor extranjero,
ya que se reduce la incertidumbre vinculada con la existencia de
varias monedas y con el riesgo de tipo de cambio, lo que genera una
imagen de mayor estabilidad; esta mayor estabilidad económica y
financiera y la eliminación de la volatilidad cambiaria reducen las
expectativas de inflación, con la consecuente baja de tipos de interés
en la región; se elimina la posibilidad del contagio cambiario regional;
y, por último, incrementa el peso de los países en las negociaciones
internacionales cuando estos se presentan como un bloque en vez de
cómo países aislados, lo que cada día cobra más importancia debido al
contexto de elevada globalización en el que nos encontramos
inmersos.
Dado que todo proceso de integración monetaria lleva asociados
unos costes y unos beneficios, los países estarán interesados en
integrar sus políticas monetarias siempre y cuando los beneficios
obtenidos en el proceso sean mayores a los costes asociados al mismo.
En este sentido, cabe preguntarse cuáles son los requisitos que se
deben cumplir en las economías para que los beneficios obtenidos en
la integración monetaria sean superiores a los costes.
Han sido varias las teorías que se han ido desarrollando con el
paso del tiempo sobre las condiciones que deben reunir las economías
para crear un área monetaria. El primer estudioso de esta materia fue
Mundell (1961) quien defiende que es conveniente una moneda
común cuando hay movilidad de factores productivos y flexibilidad de
precios y salarios. Si esto así, cuando una economía sufre un shock
que conduce a una recesión, la flexibilidad en los precios permitiría
bajar los salariso y con ello disminuir el desempleo; mientras que la
movilidad de factores productivos permitiría que ante caídas en los
niveles de actividad y empleo, los trabajadores y el capital se
desplazasen a otras regiones evitando el efecto recesivo. En caso de no
1
Los costes relacionados con la comisión por operaciones en divisas y operaciones de cobertura de
riesgos.
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
haber flexibilidad de precios y/o movilidad de factores el ajuste
debería realizarse a través del tipo de cambio nominal.
La siguiente aportación es la que realizó McKinnon (1963) al
enunciar que el coste de fijar el tipo de cambio se reduce a medida que
aumenta el grado de apertura de la economía. De acuerdo con su
razonamiento, en países con un amplio grado de apertura de sus
mercados, el uso del tipo de cambio nominal como herramienta de
ajuste ante shocks externos afecta a la mayoría de los precios de
manera equivalente, por lo que una política de tipos de cambio no
genera cambios de precios relativo.
Kenen (1969) completa la aportación de McKinnon
incorporando el grado de diversificación de las economías. Así, los
países con producción altamente diversificada están en mejores
condiciones de integrar áreas monetarias comunes, ya que un país con
fuerte dependencia en una clase de bienes se ve fuertemente afectado
por un shock que afecte precisamente a esa clase de bienes.
Otras aportaciones más recientes destacan como ventajas para optar
por un área monetaria común:
- Concentración geográfica del comercio: a mayor concentración
mayor es el beneficio de fijar el valor de la moneda a la del
principal socio comercial.
- Coordinación de políticas macroeconómicas: la coordinación
macroeconómica evita los shocks internos asincrónicos y,
además, reduce el impacto de los shocks externos.
- La similitud en las tasas de inflación: ya que en este caso los
objetivos de la política monetaria comunitaria coincidirán con
los interese nacionales.
- La creación de mecanismos fiscales comunes para ajustar los
desequilibrios regionales de ingresos.
De todo ello se deduce que a los países les interesará integrarse
en un área monetaria si los shocks que afectan a la región son
similares (sincronía de ciclos económicos) ya que si esto ocurre los
mecanismos de ajuste vía tipo de cambio serán similares entre los
países miembros por lo que perder la soberanía de la política
monetaria no reportará ningún coste. Cuando esto no ocurre y la
región enfrenta shocks asimétricos sólo será conveniente prescindir
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
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El reto de la integración monetaria en el Mercosur
del tipo de cambio nominal como mecanismo de ajuste, si existe una
amplia movilidad de capital y trabajo dentro de la región, o
alternativamente, flexibilidad de precios y salarios, ya que estos son
mecanismos alternativos al tipo de cambio para permitir que la
economía recupere el equilibrio.
III.2. ¿SE CUMPLEN EN EL MERCOSUR LOS REQUISITOS?
Sincronía de los ciclos económicos
Para analizar el grado de sincronía existentes entre los países
integrantes del MERCOSUR se ha realizado un análisis gráfico
(gráfico 3) y el cálculo de las correlaciones bivariadas entre las tasas
de crecimiento del PIB real de los países miembros (tabla 4). Para
cuantificar en que medida la sincronía existente podría calificarse
como elevada, se comparan los resultados con un análisis similar
realizado para las principales economías de la Unión Europea,
incluyendo también a la economía española.
Gráfico 3: Evolución de la tasa de crecimiento del PIB real
En la Unión Europea
En el MERCOSUR
14
12
10
8
6
4
2
0
-2
-4
20
15
10
5
0
-5
-10
Alemania
Francia
Italia
España
19
61
19
64
19
67
19
70
19
73
19
76
19
79
19
82
19
85
19
88
19
91
19
94
19
97
20
00
20
03
19
61
19
64
19
67
19
70
19
73
19
76
19
79
19
82
19
85
19
88
19
91
19
94
19
97
20
00
20
03
-15
Argentina
Brasil
Uruguay
Paraguay
Fuente: Banco Mundial
De la comparativa gráfica se extraen dos conclusiones
principales: más dispersión y menor sincronía en la evolución del PIB
de los países integrantes del MERCOSUR. En primer lugar, mientras
que las tasas de crecimiento en la Unión Europea se han movido en la
banda del +12% / -2%, aunque ésta ha tendido a reducirse con el
tiempo, la banda de fluctuación se amplia para el caso del
MERCOSUR hasta +15% / -10%, sin una clara tendencia a
estrecharse en la actualidad. Estas diferencias se explican por el mayor
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
14
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
impacto que tienen los shocks en las economías latinoamericanas
frente a las europeas, lo que exige un mayor grado de sincronía en las
primeras.
Por otro lado, a partir de la década de los 80 se observa una
perfecta sincronía entre la evolución del PIB de los países europeos,
en parte justificada por el mayor avance en el proceso de integración
regional, que no termina de observarse de forma clara en el caso del
MERCOSUR, ni siquiera en los últimos años del análisis.
El análisis de las correlaciones bivariadas permite cuantificar de
una manera más exacta el grado de sincronía existente. Este cálculo se
ha realizado en distintos momentos del tiempo para comprobar si la
tendencia evolutiva es hacia un mayor grado de sincronía, lo cual se
asociaría con valores de los coeficientes de correlación más elevados
en los cálculos referidos a los últimos años.
Las correlaciones son muy elevadas entre todos los países de la
UE y para todos los periodos considerados, excepto en el caso de
Reino Unido, donde se observa que en los últimos años las sincronías
han tendido a disminuir. Este comportamiento podría explicarse por su
no incorporación a la UEM, de lo que se extraería una relación entre la
existencia de un área monetaria y la reducción de las sincronías.
Entre los países del MERCOSUR se observan correlaciones
muy bajas, que además tienden a disminuir. Tan sólo entre Argentina
y Uruguay se observa una fuerte correlación que además se mantiene
con el tiempo, pero sin embargo, entre las dos economías más
importantes del área (Argentina y Brasil) no se observan correlaciones
significativas en ninguno de los periodos analizados, e incluso se
observa una tendencia a reducirse el grado de correlación.
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15
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Tabla 4: Correlaciones divariadas
(tasa de crecimiento del PIB real)
AL-FRA
AL-ITA
AL-UK
AL-ESP
FR-ITA
FR-UK
FR-ESP
IT-UK
IT-ESP
UK-ESP
AR-BRA
AR-URU
AR-PAR
BRA-URU
BRA-PAR
URU-PAR
1960-2003 1970-2003 1980-2003 1990-2003
0,7
0,7
0,6
0,7
0,8
0,8
0,7
0,8
0,5
0,5
0,2
-0,2
0,4
0,4
0,6
0,6
0,8
0,8
0,7
0,8
0,4
0,4
0,3
0,2
0,8
0,8
0,8
0,9
0,3
0,3
0,3
0,3
0,7
0,7
0,7
0,8
0,3
0,3
0,4
0,2
0,2
0,5
0,1
0,2
0,4
0,4
0,2
0,5
0,1
0,2
0,4
0,5
0,1
0,6
0,0
0,4
0,3
0,5
0,0
0,9
0,3
0,1
0,2
0,4
Nota: En color azul oscuro las correlaciones significativas al 99% de
confianza y en azul claro al 95%.
Fuente: Banco Mundial
Perturbaciones externas simétricas
La falta de sincronía en los ciclos económicos no resulta tan
grave si las perturbaciones externas son sincrónicas y si tienen efectos
similares en los distintos países. Las perturbaciones externas que
interesa analizar en este contexto, son aquellas que generan ajustes vía
tipo de cambio, de tal manera que si la volatilidad que registran dichas
magnitudes entre los países del área son similares, esto implica que las
alteraciones cambiarias también lo serían y la unificación de la
moneda no generaría problemas.
En este contexto interesa analizar la evolución en las distintas
economías de los términos de intercambio (precios de importaciones y
exportaciones) y de los flujos financieros, ya que éstas son las
magnitudes que generan ajustes vía tipo de cambio. En las siguientes
tablas se muestran los resultados del cálculo de las correlaciones
bivariadas entre países.
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
16
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Tabla 5: Correlaciones bivariadas entre el % cto. del precio de importaciones
AL-FRA
AL-ITA
AL-UK
AL-ESP
FR-ITA
FR-UK
FR-ESP
IT-UK
IT-ESP
UK-ESP
AR-BRA
AR-PAR
AR-URU
BRA-PAR
BRA-URU
PAR_URU
1960-2000
0,9
0,9
0,9
0,9
1,0
1,0
0,9
1,0
1,0
0,9
1970-2000
0,9
0,9
0,9
0,9
1,0
1,0
0,9
1,0
1,0
0,9
1980-2000
0,9
0,9
0,9
0,8
1,0
0,9
0,9
0,9
0,9
0,9
1990-2000
1,0
0,9
0,9
0,9
1,0
0,9
1,0
0,9
1,0
0,9
0,0
-0,1
0,0
0,3
0,4
0,6
0,1
-0,2
0,1
0,5
0,8
0,6
0,0
-0,2
-0,3
0,2
0,7
0,4
0,7
-0,8
0,7
-0,6
0,7
-0,4
Nota: En color azul oscuro las correlaciones significativas al 99% de confianza
y en azul claro al 95%
Fuente: Ministerio de Economía de Argentina, Banco Central de Brasil, Banco
Central de Paraguay y Banco Central de Uruguay
Tabla 6: Correlaciones bivariadas entre el % cto. del precio de exportaciones
AL-FRA
AL-ITA
AL-UK
AL-ESP
FR-ITA
FR-UK
FR-ESP
IT-UK
IT-ESP
UK-ESP
AR-BRA
AR-PAR
AR-URU
BRA-PAR
BRA-URU
PAR-URU
1960-2000
0,96
0,87
0,70
0,89
0,92
0,80
0,90
0,85
0,89
0,79
1970-2000
0,96
0,87
0,70
0,89
0,92
0,80
0,93
0,86
0,92
0,82
1980-2000
0,97
0,88
0,63
0,88
0,95
0,76
0,94
0,80
0,92
0,77
1990-2000
0,97
0,81
0,81
0,90
0,91
0,87
0,95
0,87
0,95
0,88
0,26
-0,01
-0,04
0,17
0,02
0,31
0,21
-0,02
-0,07
0,40
0,52
0,35
-0,06
-0,28
-0,40
0,29
0,41
0,58
0,56
0,00
0,06
0,05
0,25
-0,05
Nota: En color azul oscuro las correlaciones significativas al 99% de confianza y en azul
claro al 95%
Fuente: Ministerio de Economía de Argentina, Banco Central de Brasil, Banco Central de
Paraguay y Banco Central de Uruguay
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
17
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Si bien las correlaciones que se registran tanto para los precios de
importaciones como para los de exportaciones (tabla 5 y tabla 6) son
positivas y altamente significativas entre los países UE, en el caso del
MERCOSUR no se aprecia este comportamiento. Como dato más
significativo se aprecia una tendencia hacia la correlación tanto en los
precios de exportación como de importación en el último periodo
analizado (1990-2000) entre Argentina y Brasil. En la mayor parte del
resto de casos las correlaciones son no significativas e incluso con
signo negativo.
Tabla 7: Correlaciones bivariadas entre la entrada de IDE en %
del PIB
AL-FRA
AL-ITA
AL-UK
AL-ESP
FR-ITA
FR-UK
FR-ESP
IT-UK
IT-ESP
UK-ESP
AR-BRA
AR-PAR
AR-URU
BRA-PAR
BRA-URU
PAR-URU
1970-2000 1980-2000 1990-2000
0,71
0,72
0,81
0,72
0,75
0,91
0,84
0,86
0,89
0,86
0,89
0,92
0,61
0,59
0,72
0,84
0,83
0,88
0,78
0,74
0,68
0,63
0,71
0,83
0,75
0,77
0,88
0,84
0,84
0,81
0,75
0,30
0,17
0,41
0,21
0,11
0,82
0,37
0,30
0,43
0,37
0,11
0,81
-0,14
0,55
0,20
0,71
-0,12
Nota: En color azul oscuro las correlaciones significativas
al 99% de confianza y en azul claro al 95%
Fuente: Ministerio de Economía de Argentina, Banco
Central de Brasil, Banco Central de Paraguay y Banco
Central de Uruguay
Para el caso de la inversión directa (tabla 7), nuevamente entre
los países de la UE todos los cruces muestran una correlación
significativamente elevada. En el MERCOSUR se observa una
correlación significativa para todos los periodos analizados entre
Argentina y Brasil, pero entre el resto de los países, tan sólo destaca la
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
18
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
correlación registrada entre Brasil y Paraguay cuando el análisis se
realiza entre los años 1990 hasta el 2000.
Sin embargo, el análisis se ha realizado con datos hasta el año
2000, por no disponibilidad de información estadística más actual.
Para poder estimar la evolución registrada en la inversión en los
últimos años se puede obtener una aproximación siguiendo la
evolución del riesgo país, ya que aquellas economías con elevado
niveles de riesgo resultarán poco atractivas para el capital externo y
tenderán a registrar menores entradas de capital.
Gráfico 4: Evolución del riesgo-país (EMBI)
Entre 1995-2000
Entre 2001-2004
1600
8000
1400
7000
1200
1000
6000
800
600
4000
5000
3000
2000
400
200
en
e-9
5
ma
y-9
5
se
p-9
5
en
e-9
6
ma
y-9
6
se
p-9
6
en
e-9
7
ma
y-9
7
se
p-9
7
en
e-9
8
ma
y-9
8
se
p-9
8
en
e-9
9
ma
y-9
9
se
p-9
9
EMBI+
Argentina
Brasil
en
e-0
1
ab
r-0
1
jul
-0
1
oc
t-0
1
en
e-0
2
ab
r-0
2
jul
-0
2
oc
t-0
2
en
e-0
3
ab
r-0
3
jul
-0
3
oc
t-0
3
en
e-0
4
ab
r-0
4
1000
0
0
EMBI+
Argentina
Brasil
Fuente: J.P. Morgan
Del análisis de la evolución del riesgo-país (gráfico 4) se
observa una elevada correlación entre el EMBI de Argentina y Brasil
en el periodo 1995-2000, lo que justifica la elevada correlación
obtenida en la entrada de inversión directa para este periodo. Sin
embargo, en el periodo que va desde 2001 hasta la actualidad se
observa un desacoplamiento entre ambas economías, justificado por
los efectos que la entrada en “default” de la economía argentina ha
tenido sobre su participación en los mercados financieros
internacionales. Es por ello que esta la sincronía entre los flujos
financieros registrada entre 1970 y el año 2000 podría estar
desapareciendo en la actualidad, donde se observa un comportamiento
en los mercados internacionales tendente a diferenciar entre
economías.
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
19
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Flexibilidad de precios y salarios y movilidad de factores
productivos
El coste asociado a la unificación del tipo de cambio ante la no
existencia de sincronías en los ciclos económicos se reduciría en la
medida en que existiesen otras alternativas al tipo de cambio nominal
para realizar el ajuste económico, como son la flexibilidad en precios
y salarios, ya que a través de estas variables se modificarían los
precios relativos, y así se ajustaría el tipo de cambio real sin ajuste del
tipo de cambio nominal.
En el MERCOSUR los salarios no son más rígidos que en la
Unión Europea, y además la existencia de una elevada informalidad
en el mercado laboral introduce un mayor grado de flexibilidad
salarial. Sin embargo este grado de flexibilidad, mayor que en Europa,
no es suficiente para enfrentar shocks asimétricos que en estas
economías, como se comentó anteriormente, son mayores que en las
europeas.
En esta situación, un sustituto para la baja flexibilidad de precios
y salarios sería la movilidad de la mano de obra y de capital ya que, en
esta situación, ante un shock negativo se produciría un desplazamiento
de trabajadores y capital hacia zonas no afectadas, permitiendo un
ajuste en el salario real que reduciría los efectos recesivos.
En cuanto a la movilidad de capital la pregunta a responder es si
la interdependencia de inversiones entre estas economías es alta o no.
En el gráfico 5 figuran los pesos que representan cada país en el total
de inversión directa que llega a Argentina y a Brasil. Si bien se
observa que los pesos de cada país en el vecino (Argentina en Brasil y
Brasil en Argentina) son muy bajos, este hecho queda justificado por
el perfil inversor de ambas economías, eminentemente receptores.
Utilizando como alternativa otra medición del grado de
interdependencia inversora entre ambos países, como podría ser el
peso que representa la inversión sobre el PIB del país emisor, la
situación cambia aunque no mejora en exceso. Brasil pasa de ocupar
la posición 10 cuando lo que se mide es el porcentaje de inversión que
emite sobre el total que recibe Argentina, a la 7, cuando lo que se
mide es el porcentaje de inversión sobre el PIB de Brasil, mientras que
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
20
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Argentina pasa de la posición 21 a la 14 según se realice una u otra
medición.
Gráfico 5: Inversión recibida por país de origen (% s/ total)
Argentina
Brasil
22. Korea, Rep.
14. Uruguay
21. Argentina
13. Japón
20. Uruguay
19. Bahamas, The
12. Suiza
18. Bermuda
11. México
17. Sweden
16. Luxembourg
10. Brasil
15. Belgium
9. Holanda
14. Panama
13. Virgin Islands (U.S.)
8. Alemania
12. Italy
7. Canada
11. Canada
10. United Kingdom
6. Reino Unido
9. Switzerland
5. Italia
8. Japan
7. Germany
4. Chile
6. Portugal
3. Frandia
5. France
4. Isle of Man
2. España
3. Netherlands
1. Estados Unidos
2. Spain
1. United States
0
10
20
30
40
50
0
5
10
15
20
25
30
Fuente: Econolatin
En cuanto al mercado de trabajo, si bien unas afinidades
culturales y lingüísticas en el MERCOSUR superiores a Europa
fomentaría la movilidad, este hecho no ha ocurrido, tal y como se
desprende de los datos que figuran en la tabla 8.
Las diferencias salariales existentes entre Argentina y Brasil
demuestran la escasa movilidad del factor trabajo entre ambas
economías. Una de las razones que explica este comportamiento es el
hecho de que los años de contribución de un trabajador en otro país no
cuentan en el cálculo de la jubilación en el país de origen, lo que
supone un coste adicional para el trabajador que piensa cambiar de
país. Una armonización legal en este sentido o un incentivo
económico para el trabajador que cambia de país, incrementaría la
movilidad de trabajadores entre estas economías.
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
21
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Tabla 8: Salario medio anual en dólares americanos
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Argentina
941
924
914
924
937
941
932
981
1.082
Brasil
546
618
624
599
382
442
364
316
-
Fuente: Ministerio de Economía de
Argentina, Instituto Brasileño de
Geografía y Estadística (IBGE).
Interrelación comercial
Dado que una Unión Monetaria reduce la incertidumbre y los
costes de transacción entre los países miembros, resultará más
ventajosa esta opción cuanto mayor sea el grado de interrelación
comercial existente entre los países miembros. Por otro lado, la no
sincronía existente entre los ciclos económicos, tenderá a reducirse a
medida que incremente la interrelación comercial entre las economías
ya que los problemas macroeconómicos internos tenderán a
contagiarse a través del comercio a los principales socios comerciales,
trasmitiéndose los ciclos positivos y negativos entre países.
Para medir el grado de interrelación comercial se calcula el peso
que representan las exportaciones e importaciones intrarregionales
sobre el producto interior bruto de cada país (gráfico 6). Los niveles
que se registran en MERCOSUR en la actualidad, situados en torno al
15%, son similares a los que registraba la Unión Europea en 1990, por
lo que en conjunto podría considerarse un grado de apertura elevado.
Sin embargo, la distribución por países no es homogénea, y así, son
las economías con menos peso dentro de la región las que registran un
mayor grado de apertura, mientras que en Argentina y Brasil éste ratio
se sitúa en tan sólo un 8% y 2% respectivamente.
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
22
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
Gráfico 6: X+M intrarregionales en % del PIB
X+M intrarregionales en % del PIB (Año 2003)
24
25
22
20
15
15
14
Uruguay
MERCOSUR
UE 1990
15
10
8
5
2
0
Argentina
Brasil
Paraguay
UE 2003
Fuente: Ministerio de Economía de Argentina, Banco Central de Brasil,
Banco Central de Paraguay y Banco Central de Uruguay
Sin embargo, un dato más preocupante que la asimetría existente
entre países es el que resulta de analizar la tendencia evolutiva del
ratio calculado (gráfico 7). Así, mientras que el total de exportaciones
más importaciones del área en porcentaje del PIB ha mantenido una
tendencia evolutiva creciente, se observa que el comportamiento para
los datos de comercio intrarregional es el contrario. Es decir, la
apertura interregional alcanzó un máximo del 23% en 1998, iniciando
a partir de dicho año una tendencia descendiente que sitúa el grado de
apertura intrarregional en el 15% actual.
Gráfico 7: Evolución del grado de apertura total e intrarregional
en el MERCOSUR
Evolución del grado de apertura total e intrarregional
30
25
20
15
10
5
0
1994
1995
1996
1997
X+M
1998
1999
2000
2001
2002
2003
X+M intrarregionales
Fuente: Ministerio de Economía de Argentina, Banco Central de Brasil,
Banco Central de Paraguay y Banco Central de Uruguay
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
23
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
De todo lo anterior se desprende una estructura asimétrica por
países y una evolución descendente para el ratio de apertura del área
en su conjunto, por lo que la región, y especialmente Argentina y
Brasil, deberán mejorar estos indicadores para poderse beneficiar
plenamente de las ventajas que les reportaría la construcción de una
Unión Monetaria.
III.3. DIAGNÓSTICO Y PERSPECTIVAS DE FUTURO
El principal escollo con el que cuenta el MERCOSUR en la
actualidad para la creación de una Unión Monetaria, es la falta de
sincronías entre los ciclos económicos de los países, en un contexto en
el que aunque los impactos de las perturbaciones externas son
relativamente simétricos tienden a distanciarse, y donde existe una
escasa flexibilidad de precios y salarios, baja movilidad en los
mercados de los factores productivos, y un deterioro en el grado de
interrelación comercial. Esta situación se agrava al tener en cuenta la
escasa credibilidad que en materia de política económica tienen las
economías integrantes del área, y la ausencia de disciplina fiscal que
permita ajustar desequilibrios cuando desaparezca la soberanía sobre
la política monetaria.
El objetivo, por tanto, que debe plantearse es la coordinación
macroeconómica entre países que permita asemejar los ciclos
económicos. En este sentido, se ha comentado como la mayor
integración comercial favorece, en el largo plazo, la sincronía de
ciclos, ya que los efectos de los shocks externos tienden a transmitirse
a los mercados internos de manera similar cuanto mayor es el grado de
interdependencia comercial. Dado que la mayor integración comercial
pasa por una reducción de la volatilidad cambiaria, y teniendo en
cuenta la inviabilidad de una Unión Monetaria en la actualidad, una
meta más realista sería, como paso previo, la coordinación entre
políticas monetarias dirigidas a reducir las volatilidades cambiarias.
En este sentido, los datos tienden a tomar valores positivos a partir de
la devaluación del peso argentino, tal y como se muestra en la
siguiente tabla.
La variabilidad cambiaria ha tendido a reducirse entre los países
miembros desde el año 2002 (tabla 9). Así, la diferencia entre los tipos
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
24
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
de cambio bilaterales máximos y mínimos, expresada como porcentaje
del promedio anual mantiene esta tendencia. Por otro lado, la banda de
fluctuación, que resulta de calcular el valor promediado del
crecimiento máximo y mínimo respecto al promedio anual, corrobora
también esta afirmación, al pasar desde un +/- 46% en el año 2002
para el tipo de cambio bilateral entre Argentina y Brasil, a un +/- 4%
en el 2004. En general, todas las bandas de fluctuación en la
actualidad se sitúan por debajo de +/-5%, exceptuando el caso de
Brasil y Paraguay, donde el tipo de cambio bilateral registra la mayor
volatilidad.
Tabla 9: Tipos de cambio bilaterales entre países del
MERCOSUR
Argentina / Brasil
2002
2003
2004
Argentina / Uruguay
2002
2003
2004
Argentina / Paraguay
2002
2003
2004
Brasil / Uruguay
2002
2003
2004
Brasil / Paraguay
2002
2003
2004
Uruguay / Paraguay
2002
2003
2004
Máximo
Mínimo
Diferencia
Banda de
(% s/ promedio) fluctuación
1,3201
1,0249
1,0068
0,6333
0,8878
0,9333
66%
14%
8%
+/- 46%
+/- 7%
+/- 4%
0,2034
0,1173
0,0995
0,1069
0,0974
0,0957
65%
19%
4%
+/- 38%
+/- 10%
+/- 2%
0,0007
0,0005
0,0005
0,0003
0,0004
0,0005
64%
16%
8%
+/- 46%
+/- 8%
+/- 4%
0,1687
0,1270
0,1052
0,1135
0,0989
0,0981
38%
26%
7%
+/- 22%
+/- 13%
+/- 4%
0,0006
0,0005
0,0005
0,0005
0,0004
0,0005
31%
19%
14%
+/- 16%
+/- 10%
+/- 7%
0,0047
0,0049
0,0052
0,0030
0,0039
0,0047
47%
22%
8%
+/- 26%
+/- 12%
+/- 4%
Fuente: Banco Central de Argentina, Banco Central de Brasil, Banco Central de
Paraguay y Banco Central de Uruguay
En el gráfico 8 se recoge la banda de fluctuación total para la
región, que queda representada por el área interior de los polígonos,
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
25
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
donde se observa la brusca reducción de la variabilidad cambiaria
bilateral entre las monedas de los países integrantes del MERCOSUR.
Así la banda del 2003, representada por la línea granate, es unas 10
veces inferior a la del 2002 (de color azul), mientras que la del 2004,
representada por la línea verde, es aproximadamente 50 veces menor a
la del año 2002.
Sin embargo, si bien la tendencia que se ha registrado en los
últimos años permite ser un poco optimistas, ya que la menor
variabilidad cambiaria hace pensar en el inicio de un periodo de
aceleración del proceso de integración entre los países del
MERCOSUR, hay que interpretar los datos con cautela. Esta
evolución favorable del tipo de cambio se ha debido más a la
casualidad que a la búsqueda ordenada y coordinada de políticas
tendentes a la consecución de este objetivo. Es necesario que la
estabilidad cambiaria se apoye en bases sólidas que sólo se darán
cuando exista voluntad política. Sin la existencia de este consenso
político, la fragilidad en la que se apoya la actual estabilidad
cambiaria no permitirá sustentar el proceso de integración en caso de
la presencia de nuevos shocks externos. Se hace necesaria, por tanto,
la puesta en marcha de políticas coordinadas entre las economías lo
que debería apoyarse en la construcción de organismos
supranacionales que doten de consistencia a todo el proceso
integrador.
Gráfico 8: Evolución de la banda de fluctuación de los tipos de
cambio bilaterales
Argentina / Brasil
50
40
30
Uruguay / Paraguay
Argentina / Uruguay
20
10
0
Brasil / Paraguay
Argentina / Paraguay
Brasil / Uruguay
2002
2003
2004
Fuente: Elaboración propia
Instituto L.R. Klein – Centro Gauss. U.A.M. D.T. nº 8. Julio 2004
26
El reto de la integración monetaria en el Mercosur
IV.- PRINCIPALES CONCLUSIONES
La evolución del MERCOSUR, en materia de integración
comercial, no ha sido todo lo exitosa que se esperaba, observándose a
partir de 1998 una reducción en los intercambios comerciales. Si bien
en parte este comportamiento esta justificado por una mayor
volatilidad cambiaria entre las monedas de los países integrantes, lo
que genera recelos políticos que conducen a adoptar medidas
proteccionistas, parece lógico pensar que la reducción de esta
volatilidad permitiría el éxito del plan de integración.
La construcción de una Unión Monetaria, o adopción de una
moneda común entre los países miembros, es en este sentido la
solución óptima ya que elimina el riesgo de inestabilidad cambiaria y
suprime los costes de transacción entre países. Sin embargo, para
poder iniciar este proceso es necesario partir de unas mínimas
condiciones en los países miembros relacionadas con las sincronía de
sus ciclos económicos, ya que sino los costes de suprimir la soberanía
sobre la política monetaria son mayores a los beneficios obtenidos por
la creación de la moneda común.
En este sentido, los países del MERCOSUR adolecen de dicha
sincronía, lo cual no es tan importante siempre que los shocks
externos a los que están expuestos los países sean simétricos. En este
sentido, la tendencia evolutiva muestra una cierta correlación entre los
precios de importaciones y exportaciones y el flujo de capitales de las
economías integrantes, sobre todo entre Argentina y Brasil. Sin
embargo, tras el default en el que entró Argentina en el año 2002, y
que le ha cerrado el paso a los mercados internacionales, los agentes
económicos han comenzado a establecer diferencias entre el riesgopaís de las distintas economías.
Si los shocks externos tienden a reducir su simetría, es necesario
reforzar los mecanismos alternativos que permiten ajustar los
desequilibrios económicos sin alterar el tipo de cambio nominal, es
decir, es necesario que exista flexibilidad en precios y salarios y
movilidad en los mercados de los factores productivos. Si bien las
condiciones de partida hacen que esta flexibilidad sea en las
economías latinoamericanas superior a la que se registra en las
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europeas, los niveles no son los suficientes dado que los tipos de
shocks a los que se enfrentan las primeras tienen un mayor impacto
sobre sus economías que el caso de la UE.
En este contexto, la única opción posible para avanzar en el
marco de la integración económica es obtener en el largo plazo la
sincronía de ciclos a través de un mayor grado de interrelación
comercial, ya que con ello, las perturbaciones externas tenderán a
transmitirse de la misma manera entre economías. En este sentido, los
niveles de apertura intrarregional son inferiores a los que
potencialmente se podrían alcanzar debido, principalmente, a una falta
de voluntad política por la desconfianza generada en los últimos años
de mayor inestabilidad cambiaria. Es por ello, que la estabilidad de los
tipos de cambio se presume como el primer objetivo a conseguir para
poder lograr el éxito buscado con el acuerdo de integración.
Desde la devaluación del peso argentino, parece que las
economías del MERCOSUR, e incluso la región entera
latinoamericana ha entrado en una nueva etapa de estabilidad
cambiaria, observándose una tendencia a la reducción de las bandas de
fluctuación de los tipos de cambio bilaterales. Es precisamente este
comportamiento, la nota positiva que hace pensar en la posible
consecución de las condiciones necesarias que marcan el inicio de una
Unión Monetaria aunque, eso sí, en el largo plazo.
Aún con todo la tarea es aún mayor, y el avance pasa
necesariamente por el consenso político para coordinar políticas
tendentes a la integración. En este sentido la eliminación de barreras
arancelarias, la adopción de reglas de competencia comunes, la
supresión de ciertas barreras legales a la movilidad de factores, y la
coordinación de políticas macroeconómicas tendentes a buscar la
disciplina fiscal y la credibilidad económica, son pilares claves sin los
que el proceso de integración no llegará a buen puerto.
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