rendimientos bajos por falta de nutrientes en los años de alta pluviosidad, resultando en una baja EUAr (Passioura, 2006). De la misma manera, aplicaciones subóptimas de fertilizantes en cultivos de riego, llevan también a bajos valores de EUAr. El control de malezas es un punto esencial en la EUAr, especialmente en cultivos y frutales en hileras. El exceso de evapotranspiración en frutales, bajo condiciones de suelo cubierto de malezas contra suelos libres de malezas, varía de 20% para los de hoja caduca hasta 80% en especies CAM, como la piña (Allen et al., 1998). Condición superfical del suelo La evaporación del agua desde la superficie del suelo, sin pasar a través de la planta, es el factor ambiental más relevante en la reducción de la EUAr en secano, y también puede ser importante en cultivos de riego que no cubran completamente el suelo. Para reducir esta pérdida, se debe incrementar el cubrimiento del suelo, vía densidad de siembra y/o distancias de siembra. Esto es especialmente gravitante en cultivos de arraigamiento superficial (hortalizas) donde en los primeros horizontes (10-15 cm) del suelo se produce competencia entre procesos de evaporación y transpiración (Allen et al., 1998). Muchas veces, la aplicación de tiempos de riego cortos lleva a una concentración del agua y de las raíces muy cerca de la superficie del suelo, con lo que la que la EUAr disminuye. Además en los frentes de mojamiento del agua de riego se pueden acumular sales que inhiben el crecimiento de raíces a mayor profundidad. Un manejo en base a riegos profundos, dentro del rango de penetración de las raíces, produce incrementos en la EUAr por la reducción de esta zona de competencia evaporación-transpiración. El uso de mulch es una forma muy eficiente de incrementar la EUAr, ya que reduce la evaporación a valores cercanos a cero, de manera que las raíces pueden utilizar el agua más superfical suelo para satisfacer la demanda de la atmósfera, sin que haya competencia con el proceso de evaporación. La cero labranza, combinada con mantención de residuos vegetales sobre el terreno, conduce a una reducción de la evaporación y a una reducción del escurrimiento superficial, por lo tanto a un incremento de la EUAr (Turner, 2004). Al respecto, para una rotación trigo-lupino, García de Cortázar (2003) estimó una reducción de 30% en las necesidades de riego si los rastrojos de los cultivos se dejaban sobre el suelo, lo que atribuye fundamentalmente a la disminución de la evaporación. Otra característica positiva de la cero labranza es el mejoramiento de las propiedades físicas del horizonte superficial de los suelos, a través del incremento de los contenidos de materia orgánica y su efecto protector contra erosión. Ambas características reducen la posibilidad de escurrimiento superficial, favoreciendo la tasa infiltración, lo que en zonas áridas y semiáridas se traduce en un incremento de EUAr. No obstante, en zonas de alta pluviosidad esto no ocurre, porque la mayor infiltración se traduce en una mayor posibilidad de percolación y de pérdida de nutrientes (García de Cortázar, 2003; Turner, 2004). Eficiencia de aplicación La eficiencia de aplicación (Ea) se define como la proporción entre la cantidad de agua que queda en la zona radical después de un riego, con respecto a la cantidad de agua entregada por el sistema de riego. El sistema de riego es el principal factor que afecta a este parámetro. En el caso de los riegos tecnificados (aspersión, goteo, microaspersión) se alcanzan valores altos de Ea (85-100%), mientras que en riego por surco no va más allá de 50% a 70%. 142