México, D.F., 7 de febrero de 2014 IFAI/008/14 PROMULGA EL

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México, D.F., 7 de febrero de 2014
IFAI/008/14
PROMULGA EL PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO LA REFORMA
CONSTITUCIONAL EN TRANSPARENCIA, QUE OTORGA AUTONOMÍA Y
MAYORES ATRIBUCIONES AL IFAI
El presidente Enrique Peña Nieto firmó este viernes el Decreto de Promulgación de la
Reforma Constitucional en Transparencia, ante los comisionados del Instituto Federal
de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), representantes de los poderes
de la Unión, servidores públicos federales y autoridades de los órganos garantes de los
estados en ceremonia que tuvo lugar en Palacio Nacional.
El comisionado presidente del IFAI, Gerardo Laveaga, expuso en la ceremonia que con
la reforma se busca que los mexicanos estemos oportunamente informados de qué
hacen y qué dejan de hacer las dependencias y entidades de la Administración Pública
Federal, los partidos políticos y sindicatos, los organismos constitucionales autónomos,
las cámaras legislativas y el Consejo de la Judicatura.
“Se trata de una reforma que coloca a México a la vanguardia. Ningún otro país del
mundo cuenta, a partir de hoy, con un sistema tan afinado en materia de Derecho de
Acceso a la Información”, subrayó.
En el evento hicieron uso de la palabra el comisionado presidente del IFAI, Gerardo
Laveaga; el presidente Enrique Peña Nieto, y el presidente de Transparencia
Mexicana, Federico Reyes Heroles, cuyos discursos son los siguientes:
PALABRAS DE GERARDO LAVEAGA, COMISIONADO PRESIDENTE DEL IFAI:
Licenciado Enrique Peña Nieto,
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Señoras y Señores:
Una de las historias más inquietantes de entre las que refiere Platón en La República
es la de Giges, aquel pastor que encontró un anillo que, al girar alrededor de su dedo,
lo hacía invisible. A partir de entonces, su vida cambió: podía hacer lo que le viniera en
gana sin que nadie le exigiera cuentas.
¿Qué haríamos nosotros si tuviéramos en nuestras manos un anillo como éste? En la
versión de Platón, Giges termina apoderándose del trono y convertido en tirano.
Si hay una lección que podamos sacar de esta leyenda es que, cuando cualquiera de
nosotros puede actuar sin restricción, cuando podemos desviarnos sin rendir cuentas
de nada a nadie, el abuso es casi natural. El terreno para que prospere la corrupción se
vuelve fértil.
“En el arca abierta”, sermoneaban nuestras abuelas, “el justo peca”. Y de Aristóteles a
Thomas Hobbes, de El Federalista de Hamilton y Madison a Norberto Bobbio, los
cerrojos de las arcas han ocupado las mentes políticas y jurídicas más brillantes de
cada época. Y si algo se ha comprobado es que las ventanas abiertas suelen ser
candados insuperables.
De aquí que, entre las mejores prácticas de las democracias contemporáneas se hallen
la transparencia y la rendición de cuentas: todos aquellos que manejemos recursos
públicos, estamos obligados a informar lo que hacemos, cómo lo hacemos, por qué lo
hacemos y cuánto cuesta hacerlo; a proceder no sólo con honestidad y apego a la ley,
sino con inteligencia e imaginación. La mirada atenta de la sociedad nos obliga a
proceder de esta manera.
Es el espíritu de la reforma que hoy se promulga: dotar a la sociedad de nuevas
herramientas para que pueda evaluar, proponer, calibrar: en suma, avanzar, hombro
con hombro, con sus autoridades. Es la filosofía de la Alianza para el Gobierno Abierto;
es el eje fundamental en la construcción de ciudadanía.
Se busca que los mexicanos estemos oportunamente informados de qué hacen y qué
dejan de hacer las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal; los
partidos políticos y sindicatos; los organismos constitucionales autónomos y los
fideicomisos públicos; las cámaras legislativas y el Consejo de la Judicatura. A partir de
que la reforma entre en vigor, ninguna persona física o moral que reciba recursos
públicos quedará exenta de escrutinio.
La historia nos demuestra que mientras mejor distribuidos estén el poder político y
económico, siempre bajo un gobierno eficiente y eficaz –las condiciones para forjar
instituciones inclusivas a las que se refieren Robinson y Acemoglú, en su libro Por qué
fracasan los países–, más próspera será una sociedad.
Y, en este marco, el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos
–el IFAI– ha sido y debe seguir siendo un detonador de la participación ciudadana. Un
detonador independiente y hasta audaz. Pero un detonador institucional. Un tribunal
administrativo, un órgano del Estado que debe conducirse bajo los términos
constitucionales y legales, actuando siempre con serenidad.
De la rendición de cuentas, digámoslo claro, se benefician tanto la sociedad como los
sujetos obligados: la primera, porque puede participar de forma activa en la
construcción de nuestro Estado Democrático de Derecho; los segundos, porque
fortalecen su legitimidad. Esto los vuelve confiables.
Y, de cara a las formidables reformas constitucionales que vive México, la confianza
entre sociedad y gobierno será invaluable. Ella permitirá que las reformas en los
ámbitos político y electoral, fiscal y financiero, de energía y telecomunicaciones, de
educación y competencia económica, puedan ser implementadas con mejores
resultados. Con mucho mejores resultados.
En esto, la trasparencia jugará un papel relevante. Usted, Señor Presidente, tuvo esto
claro desde un principio. Tanto es así que, desde que usted era presidente electo, la
impulsó con vigor. Se trata de un afortunado vuelco constitucional que coloca a México
a la vanguardia. Ningún otro país del mundo –ningún otro– cuenta, a partir de hoy, con
un sistema tan afinado en materia de Derecho de Acceso a la Información.
Esta mañana, pues, quiero felicitar al Presidente de la República por su visión, así
como a las Cámaras, tanto de Senadores como de Diputados, y a las legislaturas
locales por haber dado vida a este proyecto tan ambicioso.
Quiero destacar, asimismo, el papel que jugaron aquellas asociaciones de la sociedad
civil organizada, que se comprometieron y lucharon denodadamente para que esta
reforma viera la luz en los términos actuales.
Hacia adelante, queda un largo camino por recorrer: el Congreso tendrá que elaborar,
muy pronto, las leyes secundarias en materia de acceso a la información, protección de
datos y archivos. El IFAI, refrenda su compromiso para participar en este esfuerzo que,
sin duda, está transformando a México. Estoy convencido de que esta reforma rendirá
frutos más pronto de lo que imaginamos.
Muchas gracias.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, ENRIQUE PEÑA NIETO:
Muchísimas gracias.
Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Señor Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Señor Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Señor Presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección
de Datos.
Agradezco que en este acto nos acompañe Federico Reyes Heroles, Presidente de
Transparencia Mexicana, que se han distinguido, precisamente, por acompañar este
impulso renovador, transformador de nuestra cultura, en favor de una mayor
transparencia y una mayor rendición de cuentas desde el ámbito de la sociedad civil.
Quiero saludar la presencia de muy distinguidas Senadoras de las República,
Senadores de la República; Diputadas y Diputados Federales; servidores públicos que
están hoy, aquí, entre nosotros.
Agradezco a los miembros del Gabinete que están entre nosotros.
Señores representantes de los medios de comunicación.
La transparencia y la rendición de cuentas son esenciales para la democracia.
La población tiene derecho a saber cómo y en qué se gastan los recursos de los
mexicanos; cómo deciden las autoridades y cuáles son sus resultados.
Por ello, celebro que este día nos reunamos para promulgar la Reforma Constitucional
en Materia de Transparencia. Con esta reforma, México renueva los mecanismos de
acceso a la información pública y la protección de datos personales.
Ahora, como se prevé en el nuevo ordenamiento constitucional, todos los organismos e
instituciones que reciben fondos públicos, o que realizan algún acto de autoridad serán
sujetos obligados a transparentar el ejercicio de esos recursos.
Una sociedad bien informada será siempre más participativa, y estará en mejores
condiciones para contribuir al logro de las grandes metas nacionales.
Con información y cuentas claras, la ciudadanía podrá evaluar de mejor forma a sus
gobernantes y representantes.
A su vez, la transparencia fomenta que las autoridades se desempeñen con mayor
honestidad, responsabilidad y eficacia.
A final de cuentas, la mejor garantía para que los gobiernos den resultados es actuar
bajo la observancia de la ciudadanía.
Por todas estas razones, como Presidente electo, como aquí se ha dicho ya, me
comprometí a impulsar una reforma que fortaleciera la transparencia en todos los
poderes y órdenes de Gobierno.
Entonces, con el apoyo de los Senadores del PRI y del Partido Verde Ecologista de
México, se presentó una iniciativa al Congreso de la Unión. En el proceso legislativo,
ésta se sumó a otras iniciativas presentadas por legisladores del PRD y del Partido
Acción Nacional.
Gracias al trabajo responsable de Senadores y Diputados, así como a las aportaciones
de organizaciones de la sociedad civil, se concretó una reforma que establece un
andamiaje legal e institucional de avanzada.
Con esta reforma, la transparencia acompañará y reforzará la transformación que
estamos impulsando de nuestro país.
Como toda reforma constitucional, su proceso legislativo fue intenso y complejo. Tras
su aprobación en el Congreso de la Unión, siguió la correspondiente a la mayoría de
las legislaturas estatales.
Finalmente, el pasado 22 de enero, la Comisión Permanente hizo la declaratoria de
reforma constitucional, y la remitió al Ejecutivo para su publicación.
Los principales componentes de esta Reforma Constitucional se pueden ubicar en tres
apartados.
Primero. El fortalecimiento del derecho de acceso a la información pública.
Con la Reforma se amplía el universo de sujetos obligados, al incluir a nuevas
personas físicas y morales, entidades, organismos y dependencias.
Particularmente, da respuesta a una sentida demanda social, ya que ahora también
son sujetos de esta materia los partidos políticos y sindicatos que reciban recursos
públicos, al igual que los órganos autónomos, fideicomisos y fondos públicos. De esta
manera, se cierran espacios de opacidad y discrecionalidad en el ejercicio de la
actividad pública.
Segundo apartado. La creación de nuevas y más sólidas instituciones de transparencia.
En los últimos años nuestro país ha realizado importantes esfuerzos para construir el
marco institucional que tutela el derecho a la información.
Hoy, México da un nuevo paso para hacer realidad este derecho humano, con la
creación del nuevo órgano garante de la transparencia y el acceso a la información
pública.
Se trata de una institución con autonomía constitucional, para hacer que prevalezca el
interés general de los mexicanos por encima de presiones, influencias o
consideraciones particulares.
Sus determinaciones serán definitivas e inatacables, salvo en casos que pongan en
riesgo la seguridad nacional.
Cabe destacar que los recursos del Instituto Federal de Acceso a la Información y
Protección de Datos, el IFAI, así como el personal adscrito, se transferirán a este nuevo
organismo, lo que asegura los derechos de los trabajadores y evita erogaciones
adicionales.
Además, la Reforma sienta las bases para crear organismos locales autónomos,
garantes del derecho de acceso a la información pública y la protección de datos
personales en las 32 entidades federativas.
Y tercer apartado. Se establecen nuevas facultades para el organismo garante
nacional.
Esta nueva institución tendrá, entre otras, las siguientes facultades:
Interponer acciones de inconstitucionalidad contra leyes mexicanas o tratados
internacionales que vulneren el derecho al acceso a la información pública y la
protección de datos personales.
También, podrá revisar las determinaciones que emitan los organismos locales, a fin de
homologar criterios de transparencia en los tres órdenes de Gobierno.
Ejercer un procedimiento de atracción para conocer los recursos de revisión en el
ámbito local que, por interés o trascendencia política, así lo ameriten.
Podrá, también, estandarizar los procesos de seguimiento y archivo de información de
los sujetos obligados, a fin de mejorar el cumplimiento de las resoluciones.
En suma. Esta Reforma representa un cambio cualitativo, al establecer y articular en su
conjunto todo un sistema nacional de transparencia.
Qué sigue hacia adelante.
Corresponde ahora al Senado de la República proponer e iniciar el proceso de
selección de los Comisionados del nuevo organismo garante.
Asimismo, el Congreso de la Unión expedirá las leyes generales reglamentarias que
permitan consolidar esta nueva etapa de transparencia y rendición de cuentas en
México.
Posteriormente, tendrán que armonizarse las legislaciones locales, a partir de la
normatividad que aprueben los Senadores y Diputados Federales.
Por su parte, el Gobierno de la República está decidido a realizar una gestión pública
abierta y cercana a la gente. Está comprometido a ser un Gobierno moderno, eficaz y
transparente, que actúe con base en resultados.
Por eso, no sólo hemos asumido el reto de cumplir la Ley de Transparencia, sino ir más
allá; al ofrecer información útil para la sociedad, a través de diversos medios digitales.
Con ello, buscamos brindar nuevos elementos a la población para que ejerza
plenamente su ciudadanía.
Señoras y señores:
La presente Reforma Constitucional en Materia de Transparencia forma parte de la
agenda de reformas transformadoras que ha emprendido nuestro país.
Me refiero a las Reformas Laboral, Educativa, de Competencia Económica, de
Telecomunicaciones, Financiera, Hacendaria, Energética y Político-Electoral.
Este ímpetu reformador demuestra la capacidad de nuestro país para transformase en
democracia. Demuestra, también, que la pluralidad no es obstáculo para construir
acuerdos en favor de la República.
El desafío ahora es lograr que las leyes secundarias mantengan ese espíritu audaz y
de vanguardia que ya comienza a distinguirnos en el mundo.
Los mexicanos de hoy estamos decididos a cambiar, a transformar las leyes y a
actualizar nuestras instituciones en beneficio de toda la sociedad.
Para mover y ser el país que todos anhelamos, la transparencia y la rendición de
cuentas, son esenciales.
Quiero, una vez más, agradecer los testimonios que aquí hemos escuchado de quien
es hoy Presidente del IFAI y del Presidente de Transparencia Mexicana, a quien por
cierto, le solicito, nos ha compartido ya, nos haga esta propuesta que habremos de
recoger para seguir fortaleciendo nuestro andamiaje institucional.
Sólo quiero concluir mi intervención señalando que pareciera que hubiese una
contrariedad entre el andamiaje institucional que hoy tenemos, la fortaleza institucional
que exige transparencia, ahora mayor entre poderes y órdenes de Gobierno, y la
percepción que hay sobre la transparencia que hay en nuestro país.
Y esto es algo que tendremos que ir cambiando en la medida que, también, vayamos
fomentando la cultura de transparencia y vayamos creyendo realmente, estando
convencidos de que estamos avanzando en esta ruta.
De que seamos autocríticos, pero, también, podamos ser voceros, todos, de los
avances que nuestro país está teniendo en esta materia.
Aquí recojo algo que escuché en voz de Federico Reyes Heroles es, pareciera
inconsistente, cómo México teniendo un ordenamiento legal o un andamiaje
institucional de mayor avanzada al que tienen otros países, de mayor desarrollo y con
mayor transparencia, o que exige mayor transparencia a quienes tienen el deber de
informar a la ciudadanía sobre el destino de los recursos públicos, no se tenga la
misma percepción entre la ciudadanía.
Creo que tenemos que ir fomentando, también, dentro de esta cultura que entre todos
estamos cultivando, de la transparencia y la rendición de cuentas, también estar claros
y conscientes de los avances que nuestro país está teniendo en esta materia.
Nuevamente, muchas felicidades.
Me congratulo de ejercer esta facultad constitucional, de promulgar este nuevo
ordenamiento, este cambio constitucional que, sin duda, refuerza nuestro andamiaje
institucional en materia de transparencia y de rendición de cuentas.
Muchísimas gracias.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE TRANSPARENCIA MEXICANA, FEDERICO
REYES HEROLES:
Agradezco la distinción que entiendo a título institucional.
¿De verdad queremos un país más próspero? Tenemos que combatir la corrupción.
¿Queremos un país más justo? Tenemos que combatir la corrupción.
¿Queremos sentirnos más orgullosos de nuestro México? Tenemos que combatir la
corrupción.
Vamos paso a paso. El paradigma cambió.
Primer punto. Prosperidad. Los bueyes están ahora delante de la carretera. Antes se
decía: no tienen corrupción porque son desarrollados.
Había que esperar, entonces, a que el PIB per cápita se incrementara, y así, también,
el nivel general de educación. Sólo así disminuía la sangría.
Hoy, sabemos que es a la inversa. Son desarrollados, porque, en parte, combatieron la
corrupción a tiempo.
Las cifras sobre el costo para nuestro país de este flagelo, han oscilado del dos al
ocho por ciento, dependiendo del estudio. Tomemos una cifra intermedia, cinco por
ciento; es el equivalente a lo que gastamos en educación año tras año.
Imaginemos el acumulado, el interés compuesto, como dirían en el medio bancario.
La suma incluye los condicionamientos a los ciudadanos de los servicios públicos; los
dineros públicos para obras y servicios, que van a dar a bolsillos privados; los costos
incrementados para la planta productiva y los servicios, y finalmente lo más difícil de
medir; las inversiones ahuyentadas por el factor corrupción que impactan la generación
de empleo y el bienestar.
Segundo punto. Justicia. Esa palabra tan manida y tan poco asumida.
La corrupción es el impuesto más regresivo que hay. El condicionamiento de un
servicio público afecta mucho más a las familias de escasos recursos y, por lo tanto,
invierte la prioridad de tratar de lograr mayor igualdad.
Por eso, condicionar una pipa de agua o la recolección de basura, es una afrenta a
toda la sociedad.
Tercer punto. El orgullo.
Algo estamos haciendo mal los mexicanos, pues a pesar de todos los avances
institucionales, el hecho concreto es que la percepción sobre nuestro país está, en este
rubro, destrozada; lugar 106 de 177 países en el Índice de Percepción de
Transparencia Internacional, debajo de naciones que tienen un grado muy inferior de
desarrollo en sus instituciones.
Es cierto. Se trata de un flagelo internacional que no tiene fronteras. También lo es que
la lucha frontal en contra del mismo, sin tapujos ni ocultamientos, cuando más, tiene
tres o cuatro décadas.
No hace demasiado en los organismos internacionales se hablaba del Factor C, para
así evadir la palabra corrupción, que era vista como algo políticamente incorrecto.
No sólo hablamos de un mandato ético. Hablamos, entonces, de bienestar, de justicia y
de dignidad frente al mundo.
Por todo lo anterior, hoy, es un día muy importante para México. La Reforma
Constitucional que hoy se promulga es un gran avance.
El proceso fue complicado, como en todo cambio de fondo, hubo resistencias.
Pero hay que decirlo: en el ir y venir de la iniciativa, los legisladores evitaron caer en las
desviaciones, hicieron muchas consultas, la sociedad civil fue escuchada, y organismos
como el Colectivo por la Transparencia y la Red para la Rendición de Cuentas
participaron y tuvieron un papel relevante. El resultado es muy bueno.
Se rompen mitos y tabúes. El órgano garante obtiene autonomía constitucional y sus
resoluciones son inatacables. Los sujetos obligados abarcan todos los ámbitos:
fideicomisos, sindicatos, gobiernos estatales, municipales, los legislativos locales y el
Federal, universidades y el Poder Judicial, entre otros.
Por fin, la rendición de cuentas y la transparencia abrazan a toda la República. Hemos
aprendido las lecciones.
La rendición de cuentas no es una exigencia malintencionada en contra de un
destinatario predeterminado. Es un mandato ético, una cultura. En las cuentas
personales ante el fisco, en las empresas ante los socios, en la sociedad civil, y por
supuesto ahí, donde se manejan dineros públicos.
La rendición de cuentas es, debe ser una forma de vida.
Todo aquel ciudadano que tiene el privilegio de administrar o recibir fondos públicos,
tiene la responsabilidad de explicar a la sociedad el destino de los mismos.
Señor Presidente.
Señores legisladores.
Sí. Hoy, es un día muy especial para la República. Pero mi papel no puede quedarse
en el regocijo por lo logrado.
Por azares de la vida, fui a caer en esta responsabilidad; una labor filantrópica en la
que jamás me imaginé a mí mismo, pero que asumo ahora con pasión. Además, soy
optimista.
Cuáles son los próximos pasos.
Permítanme insistir en un punto. No se preocupen, no se necesitan reformas de ley.
El Estado mexicano carece de políticas nacionales para enfrentar el flagelo y los
abusos que se cometen en contra del interés público.
Es por ello, que hemos propuesto un Consejo Nacional de Probidad, en el cual, con
todo respeto al Federalismo, se generen consensos entre el Gobierno Federal y los
gobiernos estatales, y que de ahí nazcan las políticas nacionales.
Tres. Cuatro reuniones al año, presididas por el Ejecutivo Federal y con la presencia de
los Gobernadores, el Jefe de Gobierno, los representantes del Legislativo, el
Procurador o futuro Fiscal, el encargado de la Comisión Anticorrupción y otros
servidores.
Un Consejo donde, por ejemplo, se analicen las mejores fórmulas para la compra de
medicamentos o equipos para entrar al área digital. Más bienes para los estudiantes a
mejor precio. Pero también la homologación de normas de todo tipo; de tránsito, de
salud, de sanidad, de registro público de la propiedad, donde tenemos un problema
serio. Normas que han resultado exitosas.
Con frecuencia no conocemos las experiencias de éxito de nuestro propio país.
El Consejo, sin duda, ayudaría a dejar atrás la visión fragmentada que debilita al
Estado mexicano como actor preponderante en muchas áreas. Además, permitiría
transmitir la imagen de una lucha común que va más allá de enconos personales, de
los partidos políticos o de intereses coyunturales.
Esa ausencia de políticas nacionales nos lacera.
La percepción son hechos, en tanto que la gente cree en ellos, decía Berkeley.
Combatamos la corrupción, y también la percepción que indigna.
Termino.
La corrupción, como los adultos mayores, es un asunto poco atractivo. Tiene poco sex
appeal, como se solía decir, pero una vez adentro uno se apasiona y empieza a ver al
buen Gobierno como una buena edificación producto del esfuerzo, de la creatividad, de
la imaginación, de la voluntad.
De pronto, lo que resultaba vergonzante se convierte en algo que inyecta estímulo y
vigor.
Caminemos al Gobierno abierto, a parlamentos abiertos. Desatemos una sana
competencia a favor de fórmulas imaginativas que las nuevas tecnologías nos facilitan.
Mostremos que México se puede convertir en un país de vanguardia en estos temas,
que nada hay genético, y que mucho podemos enseñar al mundo.
Me pregunta un colega de Transparencia Internacional, no diré el nombre de su país,
pero es un país desarrollado: Cómo es posible que estén en el lugar 106 si su
estructura institucional es mucho mejor que la nuestra.
Eso fue antes de esta Reforma. Duele escucharlo.
Demos un giro a la discusión.
Involucremos al ciudadano tanto como sea posible. Es nuestro mejor aliado.
Propongámonos mostrar al mundo que los avances en los que hemos todos participado
en muy diversos terrenos, son ejemplo para el mundo en muchos sentidos.
Dejemos atrás lo que ha sido en el pasado un asunto de descalificaciones cruzadas.
Logremos que la corrupción y su combate se conviertan en un punto de encuentro, que
nuestros hijos puedan andar con la frente en alto, sabiendo que su país es protagonista
en esta lucha.
Más prosperidad, más justicia y un orgullo crecido. De eso se trata, se puede, y esta
Reforma nos facilita el camino.
Enhorabuena, y felicidades.
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