Iv EI Tribunal Arbitral de Seguros del Campo EL TRlBUNAL ARBITRAL DE SEGUROS DEl CAMPO L ^ posibilidad que se ofrece tanto a los asegurados comu a la Entidades aseguradoras de que puedan dirigirse a un organismo que, constituído por elementos competentes e imparciales, estudie y resuelva gratuitamente las discrepancias que surjan con motivo de las operaciones concertadas, es una garantía que repercute eficazmente en favor del prestigio de Ios seguros agrícolas. Esta es la importancia del Tribunal Arbitral de Seguros del Campo, que tuvo su fundación en el núm. 5 del art. 4" del Decreto de ii de enero de i934 p se rigió posteriormente can arreglo a los resultados de la experiencia, por el Reglamento de 10 de enero de i936. En i940 se dictó el Decreto que regula actualmente los seguros del campo, y en el núm. 7 del art. 9.° se establece la forma de8nitiva del Tribunal ; éste se rigió entonces por el Reglamento provisiónal de ii de abril de i940 y él mismo elaboró el Reglamento definitivo, que fué aprobado por el Ministerio de Agricultura por Orden de 26 de mayo de i9&2, publicada en el Boletín Ofícíal del F,stado de i8 de abril siguiente. El Tribunal estA constituído por un Inspector del Cuerpo Técnico de Seguros y Ahorro, que lo preside ; un Abogado del Estado afecto a la Asesoría Jurídica del Ministerio de Agricultura y un representante de los asegurados, nombrados los tres por Orden ministerial ; actúa de Secretari^: thi un funcionario del Servicio Nacional de Señuros del Camp^ y los Vocaíes son substituídos, en caso de imposibilidad de asistir a las sesiones, por suplentes que reúnen las mismas condiciones legales que los titulares. Entiende el Tribunal en las cueStion^es que con carácter obligatorio se le someten, derivadas del cumplimiento de los contratos de seguro entre las entidades que practiquen las riesgos agropecuarios y forestales protegidos por el Estado y sus asegurados en estos riesgos ; en los que con igua,l r,arácter se presenten originados por la interpretación y cumplimiento de los contratos de reaseguro, colaboración directa, retrocesión o cualquiara otro análogo entre las entidades que lo hayan concertado y el Servicio Nacional de t5eguros del Campo ; y, finalmente, en las que voluntariamente le sometan para informe o dictamen tanto aquel ^Servicio l^tacional como algiín Centro oflcial, las enti dades aseguradoras y los propios asegurados, referentes a los seguros agrícolas. Se advierte, ^u^es, que en los dos primeros casos el Tribunal tiene una función r,ontenciosa y en el tercero una función consultiva. En funcibn consultiva, el Tribunal no está, sujeto a reglamentación alguna ; en función contenciosa dispone de su p*^opio procedimiento que, fundado por semejanza en la ley de Enjuiciamiento Civil, tiene la amplitud v elasticidad adecuadas. Sus sentencias, según el art. 1á, tendré.n en cuenta «lo alegado y probado y el car^icter arbitral del Tribunal, para procurar un arreglo en la cuestión planteada». Sus fallos son inapelables; pero los que no estén conformes con ellos pueden acudir posteriormente a los Tril^unales ordinarios de Justicia. El Tribunal funciona normalmente y c.on gran eficacia, de lo que ^es evidente prueba que todos sus fallos han sido hasta ahora acatados, y ni uno sola de los interesados en ellos ha acudido a la vía nrciinaria de nrocedimiento judiclal. 'íi2