1 COMENTAR EL SIGUIENTE CLIMOGRAMA, APLICANDO LA

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COMENTAR
EL
SIGUIENTE
CLASIFICACIÓN DE KÖPPEN.
mes E
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CLIMOGRAMA,
A
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S
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N
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APLICANDO
D
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año
498
18,2
CONSTRUCCIÓN DIAGRAMA OMBROTÉRMICO:
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0
0
Temperatura ºC
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80
E
Precipitaciones
Climograma
Tª media: 18,2 ºC
Pmm. totales: 498
Se trata de un climograma inequívocamente perteneciente al tipo BSh de la clasificación
de Köppen. El total de precipitaciones, 498 litros, es escaso (recordemos que son
precipitaciones típicas de climas ecuatoriales y monzónicos más de 1.500 litros, 1000 litros es
un valor característico de los climas oceánicos, cerca de 600 litros pueden alcanzar los climas
mediterráneos costeros, mientras 350 l. es considerado el umbral absoluto de los climas
áridos).
Sin embargo, pese a la escasa precipitación, la evaporación es ligeramente menor que la
precipitación total: si aplicamos la fórmula de Gaussen para medir la evaporación (evaporación
mensual es igual al doble de la temperatura media mensual en ºC; evaporación anual total es
igual al doble de la temperatura media anual multiplicada por doce), obtenemos:
Evaporación total anual = 18,2 12 x 2 = 436,8 litros
Pero si aplicamos la fórmula de Köppen/Patton para medir la necesidad de agua, y
teniendo en cuenta que entre octubre a marzo las lluvias, 283 litros, son el 56,82% del total
anual:
E= (20 x 18,2) + 490 – (7 x 56,82)= 456,26
El total de lluvias es inferior a la necesidad de agua, por lo que es un clima BS.
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
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Si aplicamos el índice de Lang:
L= 436,8/18,2= 24, lo que le clasifica en la categoría de clima árido
Si aplicamos la clasificación de De Martonne:
I= 436,8/(18,2+10)= 15,48, perteneciendo a la categoría de clima árido.
Si establecemos la fórmula modificada por Köppen para este mismo índice
I= 436,8/(18,2+14)= 13,54, perteneciendo a la categoría de clima árido.
Por eso, aunque según el índice de Gaussen no puede hablarse de un clima árido, sí lo es
en la clasificación de Köppen, y tal como reflejan los índices de Lang y De Martonne.
La distribución de las precipitaciones es muy irregular a lo largo de todo el año: presenta,
según vemos en el diagrama ombrotérmico, una estación seca muy larga, de cinco meses, que
abarca de mayo a septiembre (cuantitativamente, y con independencia de la evaporación,
podemos considerar meses secos a los que tengan menos de 30 litros de precipitación total):
por eso puede clasificarse el clima como “s”, es decir, clima con estación seca en verano. En
cambio, presenta un máximo de otoño–invierno muy acusado, especialmente entre noviembre
y marzo (5 meses se reparten más de 70% de la precipitaciones totales).
La escasa pluviosidad, y la acentuada sequía estival, con un mínimo que casi llega a 0
litros, son dos rasgos característicos de un clima mediterráneo.
Las temperaturas también corresponden con lo afirmado. La temperatura media anual es
bastante alta, 18,2ºC, y la amplitud térmica (diferencia entre la máxima temperatura y la
mínima) es relativamente baja para tratarse de un clima mediterráneo (los climas ecuatoriales
apenas llegan a los 5ºC, los tropicales hasta 10ºC de oscilación, lo mismo que los oceánicos,
mientras los mediterráneos suelen presentar cerca de 15ºC de oscilación, y los continentales
por encima de 30ºC): unos 13ºC. Las temperaturas del verano son especialmente calurosas, y
vemos cómo más de cuatro meses presentan temperaturas superiores a los 22ºC. Por eso hemos
afirmado que se trata de un clima “a” en la clasificación de Köppen.
En cambio, las temperaturas del invierno son muy suaves, no bajando en ningún caso de
los 10 grados centígrados. Como punto de comparación, digamos que es la isoterma de los 6ºC
la que marca las diferencias entre inviernos frío o suaves.
Las características que estamos describiendo son las típicas de zonas costeras (baja
amplitud térmica) situadas en el sur peninsular, y, dada la tendencia a la aridez (clima
mediterráneo con degradación semiárida), podemos ubicarlo en el sudeste peninsular. En
concreto se trata de Huelva (aunque existe una amplia gama de lugares con características
similares, situados en latitud y proximidad al mar análogas)
Por .tanto, podemos concluir que se trata de un clima mediterráneo costero, situado en la
costa suratlántica, que está afectada por el paso temporal de las borrascas atlánticas. La sequía
del verano, muy acentuada en dos meses, es debida a la influencia casi permanente durante
esos meses del potente anticiclón de las Azores, a cuya acción se agregan las advecciones de
aire seco proveniente del norte de África, que redunda en la escasez de las precipitaciones.
El medio natural correspondiente es el característico medio mediterráneo, con una
vegetación compuesta fundamentalmente por bosque perennifolio de encina o alcornoque,
maquia y garriga. Los ríos, previsiblemente, van a ser de escasa caudalosidad (caudal relativo
próximo a los 2 l./s/Km2), y caracterizados por una gran irregularidad, dada la distribución
comentada de las lluvias.
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
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Los suelos son muy diversos, siendo generalmente importante el efecto de la erosión:
suelos castaño–rojizos, pardo–rojizos, así como costras calcáreas.
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CLASIFICACIÓN DE KÖPPEN.
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CLIMOGRAMA,
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2,5 3
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año
262,5
18,1
DIAGRAMA OMBROTÉRMICO
0
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Temperatura ºC
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Precipitaciones
Climograma
Tª media: 18,1 ºC
Pmm. totales: 262,3 mm.
Se trata de un clima BS, como trataremos de justificar:
Para la determinación de los clima BS podemos aplicar un doble criterio:
– Que la precipitación total esté entre 250 y 350 mm.
– Que la evaporación sea mayor que la precipitación, pero no mayor que el doble de las
precipitaciones.
En es climograma que comentamos, la evaporación será, según la fórmula de Gaussen:
Evaporación = 2 x 12 x 18,1= 434,4
Si aplicamos la fórmula de la necesidad de agua de Köppen (sabiendo que entre octubre y
abril caen el 52,23% de las precipitaciones):
E= (20 x 18,1) + 490 – (7 x 55,23)= 465,39 litros, por tanto, cantidad superior a las
precipitaciones, pero no al doble de las precipitaciones (en cuyo caso sería BW).
Por tanto, la evaporación es mayor que las precipitaciones, pero no mayor que el doble
de las precipitaciones (cifra que equivale a 524,6, según la fórmula de Gaussen).
El índice de De Martonne será:
I= 262,5/(18,1 +10)= 9,34, lo que equivale a clima estepario.
Según este índice, adaptado por Köppen, el valor sería:
I= 262,5/(18,1 +14)= 8,17, igualmente correspondiente a un clima estepario.
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
4
Las características comunes de los climas B son las siguientes:
• fuertes oscilaciones térmicas diurnas
• precipitaciones escasas e irregulares
• sufren una fuerte evaporación
• la humedad relativa es inferior al 50%, pudiendo llegar incluso al 20%
Se trata de un clima templado, con una precipitación total muy escasa, y una distribución
muy irregular a lo largo del año de las precipitaciones (presenta 9 meses con precipitaciones
inferiores a 30 litros), siendo la primavera y el otoño las épocas con mayor precipitación. El
tipo de temperaturas y precipitaciones, por tanto, corresponden a un clima mediterráneo
estepario o subdesértico.
En el comentario de las temperaturas hay que destacar que la media anual, 18,1ºC, es
muy alta, presentando igualmente una elevada amplitud térmica (superior a los 15ºC), con un
verano muy caluroso (hasta cuatro meses superan la temperatura crítica de los 22ºC: junio,
julio, agosto y septiembre, y un invierno suave, ya que ningún mes baja de los 10ºC. Estas
características nos hablan inequívocamente de un lugar situado en el interior, pero no
excesivamente alejado de la costa, y, por supuesto, en una latitud meridional de la Península
Ibérica.
Si comentamos la interrelación entre temperaturas y precipitaciones, podemos ver que la
aplicación del índice de aridez de Gaussen denota que hay 10 meses de mayor evaporación que
precipitación (dado que en el climograma las temperatura coinciden en el otro eje con el doble
de precipitaciones, basta mirar qué meses la temperatura supera a los rectángulos que marcan
la precipitaciones), por lo que podemos suponer que se trata de un clima semiárido extremado.
Este tipo de climas, mediterráneo estepario o subdesértico, se sitúa específicamente en el
sudeste peninsular. Esto es así por el efecto que tiene sobre la zona situada a su este la
Cordillera Bética, que impide en gran medida que accedan hasta dicha ubicación las borrascas
atlánticas. Por otra parte, las borrascas mediterráneas, menos activas, llegan igualmente con
dificultad al interior peninsular, y son en cambio más frecuentes las advecciones de aire seco
africano, que proporcionan situaciones sinópticas tendentes a la sequía y tiempo soleado.
Únicamente las perturbaciones borrascosas que penetran por el Estrecho de Gibraltar, o las que
se forman “in situ”, en el mar de Alborán, provocan finalmente precipitaciones. En cambio, y
paradójicamente, por ser una zona con una clara tendencia a la sequía, es un área que puede
sufrir grandes situaciones de gota fría con efectos catastróficos.
El climograma corresponde a Lorca, en la provincia de Murcia, situada a 335 m. de
altura.
Lógicamente, el medio natural resulta de la adaptación a la sequía y elevadas
temperaturas, siendo un tipo de vegetación esteparia, con plantas xerófilas como los arbustos
espinosos, nudosos, bajos y discontinuos, con suelos tendentes a la desertificación. Los ríos, de
escaso caudal y altísimo índice de irregularidad, pueden llegar a permanecer secos durante la
parte del año de mayor sequía, especialmente en julio y agosto.
Los suelos son muy diversos, siendo generalmente importante el efecto de la erosión:
suelos castaño–rojizos, pardo–rojizos, así como costras calcáreas.
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EL
SIGUIENTE
CLASIFICACIÓN DE KÖPPEN.
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
CLIMOGRAMA,
APLICANDO
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mes E
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Tª
5
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9
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31
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22
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año
427
13,4
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Temperatura ºC
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M
30
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Precipitaciones
Climograma
Tª media: 13,4ºC
Pmm. totales: 427 mm.
En general, el clima mediterráneo presentan un verano cálido y seco, y un invierno suave
y lluvioso. La nubosidad es escasa, y depende de la mayor o menor continentalización el total
de lluvias y temperaturas que experimenten.
Las causas son el balanceo estacional de las altas presiones subtropicales, así como la
invasión de masas de aire frío en invierno. Son también producto de las características térmicas
del Mediterráneo, así como de las corrientes frías fuera de la cuenca del Mediterráneo (masas
de aire polar marítimo o continental, y ocasionalmente ártico), influyendo igualmente las
oscilaciones del Jet (por ejemplo, en la formación de situaciones de gota fría) y la circulación
del Oeste.
Existen variaciones en función de la ubicación: el Csa es propio de la cuenca
mediterránea; el Csb se da en las costas afectadas por corrientes frías; y existe una degradación
hacia el interior del continente.
Se trata de un clima de tipo Csb, según la clasificación de Köppen. Es un clima “C” o
templado porque varios meses presentan temperaturas por debajo de los 18ºC y ningún mes
con temperatura inferior a –3ºC, presentando una breve estación seca que se extiende en los
meses de julio y agosto (dado que en el diagrama ombrotérmico la curva de las temperaturas,
que mide la evaporación al seguir el modelo de Gaussen, supera a los rectángulos que miden la
precipitación), siendo en estos dos meses la precipitación total inferior a los 30 litros.
La precipitación total anual es escasa (dado que se encuentra entre 800 y 300 litros), y
además se distribuye de forma muy irregular a lo largo del año, con un mínimo muy acentuado
en verano y un máximo absoluto en primavera y otro menos acusado en otoño. El total de
precipitaciones, e incluso las temperaturas elevadas, son las correspondientes a un clima
mediterráneo característico.
Si aplicamos el índice de De Martonne:
I= 427/(13,4+10) = 18,24; por tanto, pertenece al tipo “clima árido”, aunque está
próximo a la categoría “clima humedo” (que presenta índices superiores a 20)
Según el índice de Lang:
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
6
I= 427/13,4= 31,86, estando por tanto dentro de los climas áridos (pero también no
excesivamente alejado a los 40 que corresponde al límite inferior de los climas húmedos)
La necesidad de agua, según la fórmula de Köppen(Patton (habiendo calculado que
entre octubre y abril llueve el 50,35% del total anual):
E= (20 x13,4) + 490 – (7 x 50,35) = 423; cantidad, por tanto, inferior a las
precipitaciones, por lo que no es un clima B.
La tempera media anual, 13,4ºC, junto con una amplitud térmica elevada (16ºC) son
indicativos de que se trata de un lugar situado lejos de la costa, y en una latitud, dentro de la
Península, no meridional.
El verano es cálido, dado que ningún mes supera la barrera crítica de los 22ºC de
temperatura, por lo que hemos otorgado la letra “b” para la tercera en la clasificación de
Köppen. El verano es frío, dado que presenta dos meses por debajo de los 6 grados de
temperatura (enero y diciembre), lo que también confirma la hipótesis de un climograma
característico de zona situada en el interior y mitad norte peninsular. En concreto, podemos
identificar el climograma con lugares como Logroño, con una degradación del clima
mediterráneo hacia ciertos rasgos de continentalidad.
Como conclusión, podemos decir que se trata de un clima mediterráneo continentalizado,
situado en la mitad norte peninsular, cuyos aspectos climáticos básicos son explicables por una
sequía estival provocada por el ascenso en latitud del anticiclón de las Azores, provocando una
merma de las borrascas que llegan, mientras que al estar situado en el interior ningún mes
presenta precipitaciones elevadas (las borrascas del Frente Polar, cuando acceden a dicho lugar,
llegan ya parcialmente debilitadas, con menor pluviosidad que en lugares situados en la misma
longitud pero latitud más septentrional)
El tipo de vegetación que va asociado a este clima consiste fundamentalmente en
matorral mediterráneo, siendo los ríos de régimen irregular, con aguas bajas en verano.
Los suelos son muy diversos, siendo generalmente importante el efecto de la erosión:
suelos castaño–rojizos, pardo–rojizos, así como costras calcáreas.
COMENTAR
EL
SIGUIENTE
CLASIFICACIÓN DE KÖPPEN.
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Pmm 21 47
Tª
25,9 27,3
CLIMOGRAMA,
M A M J
J
A S
124 128 173 135 185 225 185
27,4 26,7 26,6 25,9 25,1 25,1 25,4
APLICANDO
LA
O N
D
año
202 101 34 1560
25,5 25,5 25,6 26
Construimos, en primer lugar, el climograma ombrotérmico, teniendo en cuenta la
aplicación del criterio de Gaussen (nota: si los datos climatológicos que se debe comentar
vienen representados en forma de climograma, es preciso en primer lugar comprobar la
“escala” de representación, para asegurarse que se contrapone cada temperatura en el eje Y con
el doble en precipitaciones en el eje auxiliar Y’):
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
7
250
120
200
100
Pmm
60
TªC
80
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100
40
50
20
D
N
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S
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J
J
M
A
M
F
0
E
0
Desde el punto de vista de la clasificación climática de Köppen, se trata de un clima de
tipo Aw (la tercera letra, “a” aplicando el criterio de Köppen, no es necesario especificarla,
porque los climas de tipo “A” o cálidos, son indefectiblemente “a”). Podemos clasificar el
clima como CLIMA DE SABANA TROPICAL, aunque no se ajusta en todos los extremos a
las características de dichos climas tropicales, como vamos a tratar de justificar.
Se trata de un clima “A” porque todos los meses tienen una temperatura superior a 18ºC,
presentando una estación seca que afecta, como se ve en el diagrama ombrotérmico, a los
meses de enero, febrero y diciembre (con una matización: desde el punto de vista funcional,
teniendo en cuenta la evaporación potencial según el criterio de Gaussen, es un mes seco, con
déficit hídrico; pero desde el punto de vista del valor absoluto de las precipitaciones, se
considera clima seco a aquel que tiene menos de 30 litros, siendo el caso del mes que
comentamos 34 la cifra de pluviosidad mensual). Dado que el total de precipitaciones es
elevado (1560 litros al año), podría tratarse de un clima de tipo monzónico, opción que vamos
a analizar. Si fuera monzónico, cumpliría la condición:
Pmm anual> 2500 – (25xPmm. mes más seco)
1560> 2500 – (25x21)
1560>2500 –525
1560<1975
Por tanto, no cumple el criterio para ser considerado como clima Am.
Si aplicamos el índice de Lang:
I= 1560/26= 60; y por tanto es un clima húmedo.
Las características típicas de los climas Aw o de sabana tropical son una temperatura
durante cualquier mes del año superior a 18ºC; amplitud térmica anual hasta 10ºC, y
precipitaciones estacionales con una alternancia de estación húmeda y seca.
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
8
En el caso que comentamos, las temperaturas medias de todos los meses son muy
elevadas, con una mínima de 25,1ºC, muy similares por tanto a las de los climas ecuatoriales.
Por otra parte, el total de lluvias es muy elevado, superior a 1.500 litros, como también es usual
en los climas ecuatoriales o Af.
La tercera característica aludida, la oscilación térmica, también presenta unos valores
muy bajos, 2,1 grados. Los climas ecuatoriales presentan generalmente valores inferiores a
5ºC, y los tropicales ordinariamente entre 7 y 10ºC.
Como vemos, excepto la existencia de una breve estación seca, se ajusta perfectamente a
los climas ecuatoriales. Debemos señalar que los climas ecuatoriales o de selva tropical se
producen en una estrecha franja alrededor del ecuador terráqueo, que abarca aproximadamente
entre 7ºN–5ºS (por la asimétrica distribución de tierras y continentes en ambos hemisferios).
Sin embargo, en cuanto existen algunos matices respecto a las condiciones ideales, como pueda
ser cierta matización en altura, o la distancia al mar, el clima ecuatorial comienza a presentar
una estación seca, siendo por tanto clima de sabana tropical. Este sería un buen ejemplo de lo
dicho.
La escasa oscilación térmica y las elevadas temperaturas nos advierte de su ubicación
próxima al ecuador terráqueo (como vemos, realmente no se pueden distinguir estaciones
térmicas). Sin embargo, durante un único y breve período de tres meses, de diciembre a
febrero, los anticiclones tropicales se instalan en el lugar, impidiendo las abundantes
precipitaciones de los restantes meses. A los climas que presentan ese gran contraste entre las
lluvias de la estación seca y la pluviosa se les denomina clima tipo sudanés.
No puede afirmarse que exista una relación directa entre las precipitaciones y las
escasísimas variaciones térmicas presentadas: si bien, en sentido estricto, la letra “w”.en la
clasificación de Köppen designa la existencia de una estación seca en invierno, en este
climograma la hemos aplicado por descarte: no es un clima de bosque húmedo o Af, ni, como
hemos visto Am, siendo por tanto la tercera de las opciones definidas por Köppen la que debe
clasificar este clima.
Fuera de ese período, tdodos los meses presentan precipitaciones superiores a 100 litros
(muy copiosas, propias de climas hiperhúmedos) y en dos meses incluso superiores a 200
litros.
La vegetación consistirá en bosque tropical, adaptada a la breve estación de sequía (con
toda pobabilidad, bosque continuo, aunque posiblemente no con la característica división en
dos alturas que es propia de la selva ecuatorial, sino provista sólo de ese segundo nivel de
copas de árboles a unos 20 metros.
Los ríos son de régimen muy irregular.
Por último, presentan los mismos problemas medioambientales que las zonas
ecuatoriales: tendencia a la lateralización, suelos ferralíticos, lotosoles, etc.
El lugar concreto al que corresponde es Bangui, situado en la latitud 4º23´N, en África.
COMENTAR
EL
SIGUIENTE
CLASIFICACIÓN DE KÖPPEN.
CLIMOGRAMA,
mes E
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M
A
M J
J
A
S
O
Pmm 0
0
0
1
3
19 65 95
37 5
Tª 23,5 25,9 30,1 32,7 32,3 30,5 27,5 26,2 27,1 28,6
APLICANDO
N
D
0
28,3
0
24,1
LA
año
225
29,3
Presentamos el climograma, para mayor claridad expositiva, y siempre de acuerdo a la
distribución característica del diagrama ombrotérmico:
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
40
20
30
15
20
10
10
5
0
0
TªC
25
Pmm
Tª
D
50
N
30
O
60
S
35
A
70
J
40
J
80
M
45
A
90
M
50
F
100
E
Pmm
9
Se trata de un clima de tipo BWh, es decir, clima seco, de desierto cálido.
Los climas B son aquellos en los que existe un déficit de agua, debido a que la
precipitación es menor a la evaporación total a lo largo del año.
Las caracterísiticas comunes de los climas B son las siguientes:
• fuertes oscilaciones térmicas diurnas
• precipitaciones escasas e irregulares
• sufren una fuerte evaporación
la humedad relativa es inferior al 50%, pudiendo llegar incluso al 20%
La letra “B” de la clasificación puede inferirse tanto atendiendo a la precipitación total
(menos de 250 litros), como atendiendo al criterio de la comparación entre la evaporación y la
precipitación según la fórmula de Gaussen:
Evaporación anual: 20,3x12x2= 487,2 litros
Como la precipitación total anual es de 225 litros, se cumple el criterio
Evaporación > 2 x Pmm. total anual
487,5> 450
(en caso de ser Evaporación>Pmm. total anual, pero no cumplir el requisito
anteriormente expuesto, la clasificación sería BS, clima de estepa.)
Si hallamos la necesidad de agua según la fórmula de Köppen/Patton (siendo las lluvias
de octubre a marzo el 2,66% del total anual):
E= (20x20,3) + 490 – (7 x2,66 )= 877,38
Por tanto, también desde la aplicación de este criterio el doble de la lluvia es inferior a las
necesidades de agua, siendo un clima BW.
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
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El índice de De Martonne será:
I= 225/(29,3+10)= 5,72; siendo por tanto un clima estepario, casi en el límite de lo
desértico según su clasificación.
Las temperaturas durante todo el año presentan valores extremadamente elevados: 29 ºC
de media, con máximos de hasta 32º, y ningún mes por debajo de los 23º (recordemos para dar
una dimensión de lo que esto significa que en la clasificación de Köppen se otorga la letra “a”,
o verano caluroso, a los climas que presenten un sólo mes con temperaturas medias superiores
a los 22ºC....). Por tanto, corresponde a un medio característicamente desértico. Además de su
ubicación, no excesivamente alejada del ecuador terráqueo, la razón que explica la existencia
de temperaturas tan elevadas es sin duda la existencia de un suelo arenoso, con un altísimo
albedo de reflexión (porcentaje de energía calorífica proveniente del sol que es reflejada, en
función del tipo de suelo existente; así, la cubeta congoleña selvática absorbe casi el 80% de la
energía solar recibida, mientras que la nieve fresca rechaza en algunos casos cerca del 80% de
la energía solar, o el hielo aproximadamente un 70%, siendo también una cifra
considerablemente alta la del albedo de reflexión de la arena del desierto –puede llegar al
70%–)
Por eso, el clima que comentamos presenta un marcado contraste entre las temperaturas
diurnas y nocturnas, pudiendo producirse variaciones térmicas diarias superiores a los 40ºC:
desprovisto de elementos capaces de acumular el calor diurno (como plantas, superficies
hídricas, o el propio suelo...), la ausencia de luz solar implica un rápido descenso de la
temperatura.
La oscilación térmica anual es de aproximadamente 9ºC, valor moderado, en parte
explicado por la escasa variación en las condiciones durante todo el año. Presenta dos máximos
térmicos, uno absoluto en abril y otro relativo en octubre. No puede establecerse una
correlación entre temperaturas y precipitaciones (la temperatura mensual mínima y la máxima
coinciden con 0 y 3 litros, respectivamente...), sino simplemente que la única época de lluvias
presenta en general unas temperaturas inferiores a las de los meses precedentes, por contribuir
esas lluvias (elevadas en agosto y en menor cuantía en julio) con refrescar el ambiente
mínimamente.
Respecto a las causas que explican la dinámica climática que hemos descrito, debemos
apuntar en primer lugar a la ubicación en latitudes subtropicales, en donde la presencia casi
permanente de las Altas Presiones subtropicales estables (como el Anticiclón de las Azores),
impide la penetración de borrascas húmedas. Es evidente que sólo en el período junio–
septiembre dicha cadena anticiclónica se traslada hacia latitudes más al norte (podemos
presuponer que es así, dado que se trata de los meses del verano austral, y por tanto que el
lugar al que corresponden dichos valores climáticos se encuentra en el hemisferio norte),
pudiendo durante ese período verse afectado por la llegada de borrascas ecuatoriales,
desplazadas por entonces más hacia el norte.
Los rasgos biogeográficos están en consonancia con la sequía absoluta durante tantos
meses y las elevadísimas temperaturas: vegetación escasa, discontinua, y de tipo xerófilo, muy
pobre, y del tipo matorral bajo. Los suelos tenderán a la desertificación, siendo arenosos y
litosoles.
Los ríos presentarán caudales intermitentes dependiendo de la mayor o menor
precipitación mensual, siendo posible que no desemboquen en el mar: arreísmo y endorreísmo.
IGNACIO MARTÍN JIMÉNEZ
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