Las libertades comunitarias como límite a la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos: la doctrina del Tribunal de Justicia* LUIS MARÍA SÁNCHEZ GONZÁLEZ Agencia Estatal de Administración Tributaria SUMARIO 1. INTRODUCCIÓN.—2. LA FISCALIDAD DIRECTA EN EL TCE.—3. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA LABOR INTER­ PRETADORA DEL TJ.—4. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LAS LIBERTADES COMUNITARIAS.—5. LAS NORMAS DEL TCE. 5.1. La libertad de establecimiento. 5.2. La libre prestación de servicios. 5.3. La libre circulación de capi­ tales.—6. DELIMITACIÓN CONCEPTUAL. 6.1. Establecimiento. 6.2. Prestación de servicios. 6.3. Movimiento de capitales.—7. SUPUESTOS DE VULNERACIÓN DE LAS LIBERTADES COMUNITARIAS. 7.1. Restricciones a la libertad de establecimiento. 7.2. Restricciones a la libre prestación de servicios. 7.3. Restricciones a la libre circulación de capitales.—8. RESTRICCIONES COMPATIBLES CON EL TRATADO. 8.1. Consideraciones generales. 8.2. El análisis de comparabilidad. 8.3. La coherencia del sistema tributario. 8.4. Compensación de la diferencia de trato con otras ventajas. 8.5. Indicios de evasión fiscal. 8.6. Dificultades prácticas para realizar los controles fiscales nacio­ nales. 8.7. Reducción de los ingresos fiscales nacionales. 8.8. Los convenios para evitar la doble imposición.— 9. UN CASO ESPECÍFICO: ESPAÑA Y LA DEDUCCIÓN DE I+D+i.—10. CONSIDERACIONES FINALES.—BIBLIOGRAFÍA. Palabras clave: Fiscalidad internacional, Derecho comunitario, Jurisprudencia comunitaria. 1. INTRODUCCIÓN El proceso de construcción de la Unión Euro­ pea (UE) ha supuesto la cesión de competencias nacionales de los Estados miembros (EM) a la UE, competencias que han pasado a ser ejercidas por las instituciones comunitarias. Sin embargo, el desenvolvimiento de este pro­ ceso ha conducido progresivamente a consecuen­ cias jurídicas difícilmente previsibles en el momento en el que se inició la construcción del Mercado Inte­ rior, produciéndose una cierta expansión del Dere­ cho comunitario y un paralelo retroceso de la autonomía del Derecho interno en la regulación de materias que, en principio, siguen siendo de com­ petencia nacional. Entre los principales factores que han interveni­ do en este fenómeno hay que destacar el efecto directo y la primacía del Derecho de los Tratados Constitutivos sobre el Derecho interno de los EM, así como las amplias competencias atribuidas a la Comisión, en su función de velar por la aplicación de las disposiciones de los Tratados, y al Tribunal de Justicia (TJ), como órgano competente para enjui­ ciar la compatibilidad del Derecho interno con dichos Tratados. Entre las áreas competenciales especialmente afectadas por este fenómeno se encuentra la capa­ cidad normativa interna en materia de impuestos directos. En nuestro país, tenemos un claro ejemplo de esta situación en una de las últimas leyes tributarias * Trabajo presentado al XI Curso de Alta Especialización en Fiscalidad Internacional celebrado en la Escuela de la Hacienda Pública del Instituto de Estudios Fiscales en el primer semestre de 2009. 203 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 aprobadas por nuestro Parlamento: la Ley 4/2008, de 23 de diciembre, por la que se suprime el gra­ vamen del Impuesto sobre el Patrimonio (IP), se generaliza el sistema de devolución mensual en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), y se intro­ ducen otras modificaciones en la normativa tributa­ ria (BOE del 25). Dejando al margen las dos reformas esenciales de la Ley (la supresión del IP y la generalización del sistema de devolución mensual en el IVA), nos encontramos en su exposición de motivos con per­ manentes referencias a modificaciones normativas directa o indirectamente debidas a la labor del TJ: — La modificación de los artículos 12. 3, 21.1 y 107.15 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (en adelante TRLIS), para “evitar una posible vulnera­ ción del Derecho comunitario en materia de discriminación y de restricción de la libertad de movimiento de capitales”. — La modificación del artículo 35 TRLIS, rela­ tivo a la deducción por actividades de investigación y desarrollo e innovación tec­ nológica, equiparando las actividades desa­ rrolladas en España o en cualquier Estado miembro de la UE o del Espacio Económi­ co Europeo, adaptando así la normativa a la Sentencia del Tribunal de Justicia de las CCEE de 13 de marzo de 2008. — La modificación de los artículos 4. Dos, y 5. Uno, de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del IVA (en adelante LIVA), para recoger la jurisprudencia comunitaria que establece que la condición de entidad mercantil no atribuye automática y necesariamente el carácter de empresario o profesional. — La modificación del artículo 7.1.o LIVA, para adecuarlo a la jurisprudencia comuni­ taria, básicamente a la sentencia de 27 de noviembre de 2003, recaída en el Asunto C-497/01, Zita Mondes Sarl. — La modificación del artículo 69 de la Ley 38/1992, de 28 de diciembre, de Impues­ tos Especiales, relativo al Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transpor­ te, para adaptarlo a la Jurisprudencia comu­ nitaria relativa a la configuración de la base imponible en caso de bienes usados. Lo anterior pone de manifiesto la importancia de la labor que desarrolla en la actualidad el TJ en el enjuiciamiento de la normativa nacional de los EM. Esta labor es muy importante en lo relativo a impuesto indirectos y, en particular, al IVA como impuesto esencialmente comunitario con mucha regulación en el Derecho Derivado, especialmente a través de Directivas. Sin embargo, también es muy importante en materia de impuestos directos (en este sentido, los dos primeros guiones anterio­ res se referían al Impuesto sobre Sociedades) y, con carácter general, en estos casos, la Jurispru­ dencia del TJ declara la incompatibilidad del Dere­ cho tributario interno con el Derecho comunitario por vulneración directa del Derecho de los Trata­ dos, especialmente del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea (TCE). 2. LA FISCALIDAD DIRECTA EN EL TCE Las normas que el TCE dedica específicamente a la fiscalidad son muy escasas, en concreto, los artículos que van del 90 al 93, dedicados casi exclu­ sivamente a los impuestos indirectos. En lo que se refiere a la armonización de las legislaciones tributarias internas, el artículo 93 la prevé expresamente respecto de los citados impuestos, para garantizar el funcionamiento del mercado interior. Por el contrario, los impuestos directos entrarí­ an en la cláusula general de aproximación de las legislaciones que prevé el artículo 94, de acuerdo con el cual: “El Consejo adoptará por unanimidad, a pro­ puesta de la Comisión y previa consulta al Parla­ mento Europeo y al Comité Económico y Social, directivas para la aproximación de las disposicio­ nes legales, reglamentarias y administrativas de los Estados miembros que incidan directamente en el establecimiento o funcionamiento del mercado común.” Pese a la redacción de este artículo, el artículo 95 siguiente excluye de este criterio de unanimidad a la mayor parte de las disposiciones nacionales, por lo que la regla general es que el Consejo podrá avanzar en la aproximación de dichas legislaciones por el sistema de las mayorías cualificadas. Sin embargo, para las normas fiscales se mantiene expresamente el criterio de la unanimidad. De esta forma, la posibilidad de avanzar en la aproximación de las legislaciones tributarias nacionales resulta muy complicada y, todavía más, a medida que aumenta el número de miembros de la UE. No obstante lo anterior, el TJ ha afirmado reite­ radamente que si bien la fiscalidad directa es com­ petencia de los Estados miembros, éstos deben ejercerla respetando el Derecho comunitario (Sen­ tencia de 29 de abril 1999, Asunto C-311/97, Caso Royal Bank of Scotland; Sentencia de 7 de septiem­ bre de 2004, Asunto C-319/02, Caso Manninen; Sentencia de 13 de diciembre de 2005, Asunto C­ 204 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ 446/03, Caso Marks & Spencer; Sentencia de 12 de septiembre de 2006, Asunto C-196/04, Caso Cad­ bury Schweppes, y en general, casi todas las que enjuician la normativa nacional sobre impuestos directos). Esta referencia al Derecho comunitario va a suponer básicamente Derecho de los Tratados que, sin referirse específicamente al ámbito fiscal, resulta vulnerado por las normas tributarias nacio­ nales. Esto se produce principalmente en relación con las libertades comunitarias, cuya plenitud se considera esencial para el funcionamiento del Mer­ cado Interior, y el régimen de ayudas de estado, proscritas por el TCE en cuanto falseen o amena­ cen falsear la competencia, favoreciendo a deter­ minadas empresas o producciones. En este trabajo vamos a centrarnos en el análi­ sis de la vulneración de determinadas libertades comunitarias por las normas tributarias nacionales. 3. CONSIDERACIONES Además de la Comisión, cualquier EM puede interponer un recurso de incumplimiento ante el TJ por estimar que otro EM ha incumplido sus obli­ gaciones; sin embargo, en estos casos también interviene la Comisión por lo que, en última instan­ cia, su criterio es esencial. Así, de acuerdo con el artículo 227 TCE: “Cualquier EM podrá recurrir ante el TJ, si esti­ mare que otro EM ha incumplido una de las obli­ gaciones que le incumben en virtud del presente Tratado. Antes de que un EM interponga, contra otro EM, un recurso fundado en un supuesto incumpli­ miento de las obligaciones que le incumben en vir­ tud del presente Tratado, deberá someter el asunto a la Comisión. La Comisión emitirá un dictamen motivado, una vez que los Estados interesados hayan tenido la posibilidad de formular sus observaciones por escrito y oralmente en procedimiento contradic­ torio. Si la Comisión no hubiere emitido el dictamen en el plazo de tres meses desde la fecha de la soli­ citud, la falta de dictamen no será obstáculo para poder recurrir al TJ.” GENERALES SOBRE LA LABOR INTERPRETADORA DEL TJ La apreciación de que el Derecho tributario interno de los Estados miembros vulnera el Dere­ cho de los Tratados es algo que corresponde a la Comisión y al TJ. Las facultades de la Comisión son esenciales en lo que se refiere a iniciativa si bien, en caso de dis­ crepancia con el Estado de la norma cuestionada, deberá recurrir al TJ para que declare si se produ­ ce o no esa vulneración. Por tanto, la competencia para declarar con efectos jurídicos la vulneración de las libertades comunitarias por el Derecho fiscal interno, es algo que corresponde en exclusiva al TJ. El TJ se pronuncia sobre la compatibilidad de los ordenamientos internos con el Derecho de los Tratados a través de dos vías fundamentales: — Recursos de incumplimiento. — Cuestiones prejudiciales. Los recursos de incumplimiento requieren, en general, que la Comisión haya apreciado previa­ mente que determinada normativa nacional vulne­ ra el Derecho comunitario. En este sentido, de acuerdo con el artículo 226 TCE: “Si la Comisión estimare que un EM ha incum­ plido una de las obligaciones que le incumben en virtud del presente Tratado, emitirá un dictamen motivado al respecto, después de haber ofrecido a dicho Estado la posibilidad de presentar sus obser­ vaciones. Si el Estado de que se trate no se atuviere a este dictamen en el plazo determinado por la Comi­ sión, ésta podrá recurrir al Tribunal de Justicia.” En todo caso, el propio TCE reconoce la tras­ cendencia de las Sentencias dictadas por el TJ en la resolución de estos recursos. En este sentido, el artículo 228 del Tratado regula un procedimiento para el caso de incumplimiento de la Sentencia que puede llevar a que el TJ imponga al Estado incum­ plidor el pago de una suma a tanto alzado o de una multa coercitiva. Frente a los recursos de incumplimiento, y a diferencia de ellos, las cuestiones prejudiciales pue­ den ser planteadas por los órganos jurisdiccionales nacionales de los EM, cuando en el curso de un procedimiento seguido ante ellos, se plantee una cuestión relativa a la interpretación del Tratado. El TCE pretende evitar que se eluda este meca­ nismo y, en definitiva, la participación del TJ en la interpretación del Derecho comunitario, estable­ ciendo para ello que el planteamiento de la cues­ tión prejudicial sea obligatorio si la decisión del órgano jurisdiccional nacional no es susceptible de ulterior recurso. Así, de acuerdo con el artículo 234 último párrafo TCE: “Cuando se plantee una cuestión de este tipo en un asunto pendiente ante un órgano jurisdiccio­ nal nacional, cuyas decisiones no sean susceptibles de ulterior recurso judicial de Derecho interno, dicho órgano estará obligado a someter la cuestión al TJ.” Los dos procedimientos judiciales mencionados ponen de manifiesto que la labor interpretadora del Derecho comunitario que realiza el TJ en rela­ 205 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 ción con las disposiciones de Derecho fiscal inter­ no contrarias a las libertades comunitarias, no es homogénea ni sistemática. El TJ sólo se pronuncia sobre las cuestiones que se le plantean. Por tanto, la armonización de las normas fiscales nacionales, en lo relativo a garantizar el respeto a las libertades comunitarias tal y como las interpreta el TJ, depen­ de de la vigilancia que de las normas internas reali­ ce la Comisión, y de la iniciativa de los ciudadanos objeto de un litigio con la Administración tributaria de un EM que decidan alegar la incompatibilidad del Derecho interno con el Derecho comunitario, o bien de la iniciativa del órgano jurisdiccional nacional que pueda apreciar dicha circunstancia motu propio. No obstante, la experiencia acumulada de los últimos años, con una interpretación de las liberta­ des comunitarias que ha puesto en tela de juicio la validez de normas de derecho fiscal de la gran mayoría de los EM, así como las consecuencias que pueden derivarse de no respetar los planteamientos del TJ, ha hecho que la mayoría de los países estén muy pendientes de la evolución de la jurisprudencia comunitaria. En este sentido, cada vez es más fre­ cuente que los EM modifiquen normas internas no afectadas por ningún procedimiento ante el TJ, en la medida en que determinados pronunciamientos de dicho Tribunal hagan dudar a las autoridades nacio­ nales sobre la compatibilidad de sus normas de Derecho interno con el Derecho de los Tratados. 4. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LAS LIBERTADES COMUNITARIAS Uno de los objetivos fundamentales de la Comunidad Europea (CE) es la plena realización del Mercado Común, como elemento instrumental que garantice un aumento del bienestar de los ciu­ dadanos de la Unión. En este sentido, y de acuer­ do con el artículo 1 TCE, se busca: “... un desarrollo armonioso, equilibrado y sos­ tenible de las actividades económicas en el conjun­ to de la Comunidad, un alto nivel de empleo y de protección social, la igualdad entre el hombre y la mujer, un crecimiento sostenible y no inflacionista, un alto grado de competitividad y de convergencia de los resultados económicos, un alto nivel de protección y de mejora de la calidad del medio ambiente, la elevación del nivel y de la calidad de vida, la cohesión económica y social y la solidari­ dad entre los Estados miembros.” Para alcanzar esos fines, el artículo 3 TCE enun­ cia una serie de políticas y acciones comunes. Por su incidencia directa o indirecta sobre temas fisca­ les, podemos destacar: — La prohibición, entre los EM, de derechos de aduana y de restricciones cuantitativas a la entrada y salida de las mercancías, así como de cualesquiera otras medidas de efecto equivalente. — Un mercado interior caracterizado por la supresión, entre los EM, de los obstáculos a la libre circulación de mercancías, perso­ nas, servicios y capitales. — Un régimen que garantice que la compe­ tencia no será falseada en el mercado inte­ rior. — La aproximación de las legislaciones nacio­ nales en la medida necesaria para el fun­ cionamiento del mercado común. Por tanto, entre los elementos esenciales para la plena construcción del Mercado Interior, se incluye la remoción de los obstáculos a la libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales. En el ámbito de la fiscalidad directa, el concep­ to de obstáculo a las libertades comunitarias ha venido siendo construido por la labor jurispruden­ cial del TJ. Centrándonos en la tributación de las actividades económicas, tres han sido fundamental­ mente las libertades o derechos cuya vulneración por normas fiscales nacionales, ha sido alegada por la Comisión o por ciudadanos de los EM, y recono­ cida por el TJ: — El Derecho de Establecimiento, manifesta­ ción de la libre circulación de personas. — La libre prestación de servicios. — La libre circulación de capitales. Estas libertades se encuentran íntimamente ligadas y pueden plantear problemas de delimita­ ción, de ahí que en la cuestiones planteadas al TJ, con frecuencia, se le pida que se pronuncie sobre la posible vulneración por la normativa interna de cada una estas libertades. La concreción de cuál sea la libertad vulnerada condiciona los artículos del TCE que son de aplica­ ción en cada caso. Sin embargo, en el momento actual, las consecuencias prácticas de este deslinde son muy reducidas pues, el TJ ha ido construyendo una doctrina para admitir o no las restricciones a estas libertades que es común a todas ellas. En todo caso, como veremos a lo largo de este estudio, la combinación de las distintas libertades comunitarias ha venido a determinar que práctica­ mente cualquier situación en la participen directa o indirectamente dos EM distintos y dé lugar a una diferencia de trato va a ser contraria a alguna de las libertades comunitarias, y sólo será admisible si la restricción a la libertad de que se trate está ampa­ 206 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ rada por alguna de las circunstancias que admite el Derecho comunitario. 5. 5.1. LAS NORMAS DEL TCE La libertad de establecimiento El derecho o libertad de establecimiento se encuentra regulado en los artículos 43 a 48 TCE. El concepto esencial lo recoge el artículo 43 TCE, de acuerdo con el cual: “En el marco de las disposiciones siguientes, quedarán prohibidas las restricciones a la libertad de establecimiento de los nacionales de un Estado miembro en el territorio de otro Estado miembro. Dicha prohibición se extenderá igualmente a las restricciones relativas a la apertura de agencias, sucursales o filiales por los nacionales de un Esta­ do miembro establecidos en el territorio de otro Estado miembro. La libertad de establecimiento comprenderá el acceso a las actividades no asalariadas y su ejerci­ cio, así como la constitución y gestión de empre­ sas y, especialmente, de sociedades, tal y como se definen en el segundo párrafo del artículo 48, en las condiciones fijadas por la legislación del país de establecimiento para sus propios nacionales, sin perjuicio de las disposiciones del capítulo relativo a los capitales.” Para la adecuada comprensión de la amplitud de este derecho, hay que añadir el contenido del artículo 48 TCE, que lo extiende no sólo a las per­ sonas físicas nacionales de un EM, sino también a las personas jurídicas constituidas conforme a la legisla­ ción de un EM. En esta línea, se establece que: “Las sociedades constituidas de conformidad con la legislación de un Estado miembro y cuya sede social, administración central o centro de acti­ vidad principal se encuentre dentro de la Comuni­ dad quedarán equiparadas, a efectos de aplicación de las disposiciones del presente capítulo, a las per­ sonas físicas nacionales de los Estados miembros. Por sociedades se entiende las sociedades de Derecho civil o mercantil, incluso las sociedades cooperativas, y las demás personas jurídicas de Derecho público o privado, con excepción de las que no persigan un fin lucrativo.” Por tanto, de acuerdo con estos preceptos, cualquier persona física nacional de un EM o cual­ quier persona jurídica constituida conforme a la legislación de un EM, va a poder establecerse a efectos de desarrollar una actividad económica no asalariada en cualquier otro EM. Además, este establecimiento no requiere el cambio de residencia de la persona física o el cam­ bio de domicilio o sede de la persona jurídica pues la actividad podrá realizarse a través de un contra­ to de agencia, del establecimiento de sucursales (que no van a tener personalidad jurídica propia distinta de la del que las establece) o mediante la constitución o adquisición de filiales (sociedades con personalidad jurídica propia que pueden radi­ car en el Estado de establecimiento). No obstante, existen determinadas circunstan­ cias que permitirían la introducción de restriccio­ nes al derecho de establecimiento. En este sentido, citar especialmente el contenido de los artículos 45 y 46 TCE, en concreto los siguientes preceptos: “Las disposiciones del presente capítulo no se aplicarán, en lo que respecta al Estado miembro interesado, a las actividades que, en dicho Estado, estén relacionadas, aunque sólo sea de manera oca­ sional, con el ejercicio del poder público (artícu­ lo 45 TCE). Las disposiciones del presente capítulo y las medidas adoptadas en virtud de las mismas no prejuzgarán la aplicabilidad de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas que pre­ vean un régimen especial para los extranjeros y que estén justificadas por razones de orden públi­ co, seguridad y salud públicas (art. 46.1 TCE).” La delimitación de estos conceptos y su aplica­ bilidad en el ámbito fiscal se ha ido realizando a tra­ vés de la jurisprudencia del TJ. 5.2. La libre prestación de servicios La libre prestación de servicios se encuentra regulada en los artículos 49 a 55 del TCE. El concepto fundamental lo define el artículo 49 TCE, de acuerdo con el cual: “En el marco de las disposiciones siguientes, quedarán prohibidas las restricciones a la libre prestación de servicios dentro de la Comunidad para los nacionales de los Estados miembros esta­ blecidos en un país de la Comunidad que no sea el del destinatario de la prestación. El Consejo, por mayoría cualificada y a propuesta de la Comisión, podrá extender el beneficio de las disposiciones del presente capítulo a los prestadores de servi­ cios que sean nacionales de un tercer Estado y se hallen establecidos dentro de la Comunidad.” El TCE define qué debe entenderse por presta­ ción de servicios en el artículo 50. De acuerdo con este precepto: 207 “Con arreglo al presente Tratado, se considera­ rán como servicios las prestaciones realizadas nor­ malmente a cambio de una remuneración, en la medida en que no se rijan por las disposiciones relativas a la libre circulación de mercancías, capi­ tales y personas. Los servicios comprenderán, en particular: Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 a) cuya situación difiera con respecto a su lugar de residencia o con respecto a los lugares donde esté invertido su capital. b) Adoptar las medidas necesarias para impe­ dir las infracciones a su Derecho y normativas nacio­ nales, en particular en materia fiscal y de supervisión prudencial de entidades financieras, establecer pro­ cedimientos de declaración de movimientos de capitales a efectos de información administrativa o estadística o tomar medidas justificadas por razones de orden público o de seguridad pública. 2. Las disposiciones del presente capítulo no serán obstáculo para la aplicación de las restriccio­ nes del derecho de establecimiento compatibles con el presente Tratado. 3. Las medidas y procedimientos a que se hace referencia en los apartados 1 y 2 no deberán cons­ tituir ni un medio de discriminación arbitraria ni una restricción encubierta de la libre circulación de capi­ tales y pagos tal y como la definen el artículo 56.” Actividades de carácter industrial. b) Actividades de carácter mercantil. c) Actividades artesanales. d) Actividades propias de las profesiones libe­ rales. Sin perjuicio de las disposiciones del capítulo relativo al derecho de establecimiento, el presta­ dor de un servicio podrá, con objeto de realizar dicha prestación, ejercer temporalmente su activi­ dad en el Estado donde se lleva a cabo la presta­ ción, en las mismas condiciones que imponga ese Estado a sus propios nacionales.” Por otro lado, en lo que se refiere a la existen­ cia de circunstancias que justifiquen la aplicación de restricciones a la libre prestación de servicios, son plenamente aplicables los preceptos anteriormen­ te citados relativos al derecho de establecimiento. En este sentido, el artículo 55 TCE establece que en materia de libre prestación de servicios son ple­ namente aplicables las disposiciones contenidas en los artículos 45 a 48 antes mencionados, relativos a la libertad de establecimiento. 5.3. La libre circulación de capitales La libertad de movimientos de capitales se encuentra regulada en los artículos 56 a 60 TCE. El concepto inicial se recoge en el artículo 56 TCE, de acuerdo con el cual se establece que: “En el marco de las disposiciones del presente capítulo, quedan prohibidas todas las restricciones a los movimientos de capitales entre Estados miem­ bros y entre Estados miembros y terceros países. En el marco de las disposiciones del presente capítulo, quedan prohibidas cualesquiera restric­ ciones sobre los pagos entre EM y entre EM y ter­ ceros países.” Del tenor literal de este precepto, se puede apre­ ciar que existe una diferencia muy significativa entre esta libertad y las restantes libertades comunitarias: la libertad de movimientos de capitales se refiere, no solo a movimientos entre Estados miembros de la Comunidad, sino también a movimientos entre Esta­ dos miembros y terceros países, si bien este último grupo de movimientos es objeto de una serie de matices que se recogen en los artículos siguientes. Al margen de estas especialidades relativas a movimientos con terceros países, con carácter general, la libertad de movimientos de capitales puede verse restringida en los términos del artícu­ lo 58 TCE, de acuerdo con el cual: “1. Lo dispuesto en el artículo 56 se aplicará sin perjuicio del derecho de los Estados miembros a: a) Aplicar las disposiciones pertinentes de su Derecho fiscal que distingan entre contribuyentes La delimitación de estos conceptos y su aplica­ bilidad en el ámbito fiscal se ha ido realizando a tra­ vés de la jurisprudencia del TJ. 6. DELIMITACIÓN 6.1. CONCEPTUAL Establecimiento El Tribunal de Justicia ha afirmado reiteradamente que el concepto de establecimiento es muy amplio e implica la posibilidad de que un nacional comunitario participe, de forma estable y continua, en la vida económica de un Estado miembro distin­ to de su Estado de origen, y de que se beneficie de ello, favoreciendo así la interpenetración económi­ ca y social en el interior de la comunidad en el ámbito de las actividades por cuenta propia (este planteamiento aparecía ya, por ejemplo, en la sen­ tencia Reyners, de 21 de junio de 1974). Asimismo, el TJ ha afirmado que la libertad de establecimiento opera en un doble sentido: — Asegurar a cualquier nacional de un EM (sea persona física o jurídica) el disfrute del trato nacional en el EM de establecimiento. — Asegurar que el EM de origen no obstacu­ lice el establecimiento en otro EM de uno de sus nacionales o de una sociedad cons­ tituida de conformidad con su legislación. Por tanto, el respeto a la libertad de estableci­ miento va a limitar tanto la capacidad normativa del Estado de origen, como la capacidad normativa del Estado de establecimiento. Esta amplitud reduce enormemente la posibili­ dad de los EM de establecer normas nacionales dis­ tintas, no ya en función de la nacionalidad del 208 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ ejerciente de la actividad, sino de la residencia del empresario o sociedad matriz y de la forma jurídi­ ca en que se ejerce esa actividad. La consecuencia de la aplicación de este derecho será por tanto la homogeneización del Derecho interno de cada EM, en cuanto al trato que da a las distintas formas de ejercicio de un actividad. No obstante, se han planteado algunas dudas en la delimitación del concepto por las similitudes que puede tener con otras libertades comunitarias que responden a los mismos objetivos, en especial, la libertad de movimientos de capitales y la presta­ ción interterritorial de servicios. Estas dudas se han ido resolviendo por el TJ caso a caso. Según ha delimitado el TJ, la nota diferencial del derecho de establecimiento radica en garantizar una presencia permanente en el Estado miembro de acogida y, en caso de adquisición y posesión de bienes inmobiliarios, que la gestión de dichos bien­ es sea activa. Así, no se ha considerado establecimiento a efectos del Tratado: — La adquisición de un inmueble en un EM por una entidad residente en otro EM, que se tiene arrendado, sin relación con la activi­ dad principal de la Entidad (Sentencia de 14 de septiembre de 2006, Asunto C-386/04, Caso Centro de Musicología Walter Stauffer). — La titularidad de inmuebles en un EM por una entidad residente en otro EM, sin que se deduzca que la posesión de dichos bien­ es esté relacionada con el ejercicio de las actividades de la entidad titular, y ni siquie­ ra sea ella misma quien se encargue de la gestión de su patrimonio inmobiliario (Sen­ tencia de 11 de octubre de 2007, Asunto C-451/05, Caso ELISA). En cambio, sí se ha incluido en el ámbito del derecho de establecimiento en otro EM a efectos del Tratado, entre otros casos, los siguientes: — La posesión por un nacional de un EM de una participación tal en el capital de una sociedad establecida en otro EM que le confiere una influencia real en las decisio­ nes de dicha sociedad y le permite deter­ minar las actividades de ésta (Sentencia de 12 de septiembre de 2006, Caso CadburySchweppes, antes citada, entre otras). — La cesión de acciones por una persona físi­ ca nacional de un EM a una persona jurídi­ ca residente en otro EM, de la que la persona física mencionada es participe mayoritario (Sentencia de 21 de noviembre de 2002, Asunto C-436/00, Caso X e Y). — La cesión de acciones por una persona físi­ ca nacional de un EM a una persona jurídi­ ca residente en ese mismo EM, de la que la persona física mencionada es participe mayoritario por vía indirecta, a través de una sociedad radicada en otro EM (Sen­ tencia de 21 de noviembre de 2002, Asun­ to C-436/00, Caso X e Y, antes citada). 6.2. Prestación de servicios La libre prestación de servicios se configura como elemento de cierre del sistema de libertades comunitarias. En este sentido, como hemos visto, el TCE entiende que hay libre prestación de servi­ cios en la medida en que se produzca una actividad interterritorial que no sea reconducible a la catego­ rías de libertad de circulación de personas (inclu­ yendo la libertad de establecimiento) mercancías y capitales. Normalmente, en todo supuesto de prestación de servicios en que intervengan distintos EM, será necesario determinar si hay o no establecimiento en el sentido del Tratado, en los términos que veí­ amos en el apartado anterior. Si no puede enten­ derse que hay establecimiento estaremos dentro del concepto de libre prestación del servicios. Uno de los aspectos en los que ha tenido una mayor aplicación es en los servicios prestados por profesionales que no estén establecidos en el país del que proceden las rentas. En este sentido, se ha entendido que estábamos en el ámbito de la libre prestación de servicios, siempre que un profesional no establecido en un EM obtenía rendimientos procedentes de dicho EM, aunque hubiera tenido que desplazarse físicamente al mismo EM para la prestación del servicio (Sentencia de 12 de junio de 2003, Asunto C-234/01, Caso Gerritse). 6.3. Movimiento de capitales El TCE no define qué debe entenderse por movimiento de capitales. El concepto se encontraba razonablemente perfilado en la Directiva 88/361/CEE del Consejo, de 24 de junio de 1988, para la aplicación del ar­ tículo 67 del Tratado, que fue derogada por el Tra­ tado de Ámsterdam. Dicha Directiva procedía en su Anexo I a reali­ zar una delimitación, sin ánimo exhaustivo, de lo que debía entenderse por movimientos de capita­ les. De acuerdo con esta norma, se establecía que: 209 “... los movimientos de capitales se clasifican según la naturaleza económica de los haberes y los compromisos, expresados en moneda nacional o en las divisas extranjeras, a las que se refieran. Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 Los movimientos de capitales enumerados... abarcan: — El conjunto de operaciones necesarias para efectuar los movimientos de capitales: ter­ minación y ejecución de la transacción y las transferencias correspondientes a ella. La transacción se realiza normalmente entre residentes de distintos EM; sin embargo, a veces es una única persona la que efectúa movimientos de capitales en su propio nombre (tal es el caso, por ejemplo, de las transferencias de haberes de emigrantes). — Las operaciones efectuadas por cualquier persona física o jurídica, incluidas las ope­ raciones relativas a los haberes o compro­ misos de los Estados miembros y de las demás administraciones y organismos públicos... — El acceso del operador a todas las técnicas financieras disponibles en el mercado soli­ citado para realizar la operación... — Las operaciones de liquidación o cesión de haberes constituidos, la repatriación del producto de esta liquidación o el empleo en el mismo lugar del producto dentro de los límites establecidos por las obligacio­ nes comunitarias. — Las operaciones de reembolso de créditos o préstamos.” Además de los conceptos anteriores, el Anexo I de la Directiva establecía un listado para la clasifica­ ción de las operaciones de movimientos de capita­ les, con una nomenclatura bastante amplia y detallada, si bien no tenía un carácter limitativo, exis­ tiendo una rúbrica específica para “Otros movimien­ tos de capitales: Varios”. El Anexo mencionado ha seguido siendo utiliza­ do por el TJ, no obstante la derogación de la Direc­ tiva, como elemento indicativo para caracterizar una determinada operación como de movimiento de capitales. El TJ ha considerado, entre otros, como movi­ mientos de capitales: — La adquisición por una entidad de un inmueble en otro EM y su cesión en arren­ damiento, sin relación con la actividad principal de dicha entidad. — La adquisición y tenencia por una entidad de un inmueble en otro EM, sin relación con su actividad principal. — La enajenación por una persona física resi­ dente en un EM, de un bien inmueble que poseía en otro EM, aunque la adquirente sea una sociedad privada de la que el transmitente posea todas las acciones. — La transmisión mortis causa por una perso­ na física residente en un EM, de un bien inmueble situado en otro EM. — La adquisición por una persona física resi­ dente en un EM, de acciones representati­ vas del capital de una sociedad residente en otro EM negociadas en bolsa. — La transmisión mortis causa por una perso­ na física residente en un EM, de créditos de capital frente a una institución financie­ ra situada en otro EM, aunque el causaha­ biente resida en el mismo estado que el causante de la herencia, etc. Además de lo anterior, hay que tener en cuen­ ta que el TJ ha reconocido reiteradamente que el derecho a adquirir, explotar y enajenar inmuebles en el territorio de otro EM, que constituye el com­ plemento de la libertad de establecimiento, genera movimientos de capitales. En definitiva, el concepto de libre circulación de capitales es más amplio que los conceptos de liber­ tad de establecimiento y de libre prestación de ser­ vicios y, además, suele acompañarlos. De este modo, normalmente, siempre que tengamos un supuesto amparable por la libertad de estableci­ miento o por la libre prestación de servicios, será también un supuesto amparable por la libre circu­ lación de capitales que lleva como complemento, especialmente en el ámbito tributario donde el tema de fondo va a ser el gravamen de una renta en un contexto interterritorial. Este hecho hace que, a efectos tributarios, el deslinde de una operación como amparada por la libertad de establecimiento o la libre prestación de servicios tenga una menor trascendencia pues, normalmente, tendrá como correlato la libre circu­ lación capitales en relación con las inversiones efectuadas o las rentas generadas. Además, este concepto es mucho más amplio que los anteriores, por lo que muchas operaciones no amparadas por las libertades anteriores sí lo estarán por la libre circulación de capitales.. 7. SUPUESTOS DE VULNERACIÓN DE LAS LIBERTADES COMUNITARIAS 7.1. Restricciones a la libertad de establecimiento Es jurisprudencia reiterada del TJ que deben considerarse restricciones a la libertad de estable­ cimiento, todas la medidas que prohíban, obstacu­ licen o hagan menos interesante el ejercicio de esta 210 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ libertad. Es decir, que no sean neutrales respecto a la decisión de establecerse en otro EM. En el ámbito de la fiscalidad directa, el TJ ha considerado que constituyen restricciones a la libertad de establecimiento, entre otros, los siguientes supuestos: 1.—Normativa interna en materia del Impues­ to sobre Sociedades que establece un régimen especial de tributación por transparencia fiscal, con integración en la base imponible de la sociedad matriz residente en el Estado de la norma de los beneficios obtenidos por determinados tipos de filiales no residentes en dicho Estado. Uno de los requisitos para la aplicación de este régimen es que la filial esté sujeta en su Estado de residencia a un nivel de tributación inferior al que le hubiera correspondido si hubiera residido en el Estado de la norma (Estado de residencia de la matriz). Se entiende que el aplicar un régimen de tributación distinto para la integración de los beneficios de la filial en la matriz, en función del tipo impositivo a que esté sometida la filial en su Estado de residen­ cia, crea una desventaja fiscal para la sociedad matriz que restringe su libertad de establecimien­ to. Esta normativa puede disuadir a la sociedad matriz para crear, adquirir o mantener una filial en un EM en el que su nivel de tributación sea inferior al del EM de residencia de la matriz. Esto constitu­ ye una restricción a la liberta de establecimiento en el sentido del TCE (Sentencia de 12 de septiembre de 2006, Asunto C-196/04, Caso Cadbury-Schwep­ pes, antes citada). 2.—Normativa interna en materia del Impues­ to sobre Sociedades que establece un tipo imposi­ tivo distinto a las entidades bancarias según que tengan su domicilio fiscal en el EM de la norma o en otro distinto. En este último caso, el tipo es supe­ rior. Esto hace que las sucursales (que responden al concepto de Establecimiento Permanente) radica­ das en el Estado de la norma, pertenecientes a entidades bancarias domiciliadas en otros EM, ten­ gan una tributación más gravosa que las sucursales de los entidades bancarias domiciliadas en el mismo Estado de la norma. En el primer caso, la entidad no residente tributa por obligación real, integrando en su base imponible las rentas obteni­ das por el Establecimiento Permanente (EP); en el segundo, la entidad residente tributa por obliga­ ción personal, integrando en su base imponible la renta mundial. Sin embargo, se entiende que en este caso, el que unas tributen por obligación per­ sonal y otras por obligación real no es relevante, siendo el único elemento sustantivo diferente el EM en el que radica el domicilio del sujeto pasivo del impuesto. En estas circunstancias, la aplicación de un tipo impositivo superior se considera contra­ ria a la libertad de establecimiento, pues puede disuadir a las entidades residentes en otros EM de establecerse en el Estado de la norma mediante la creación de sucursales (Sentencia de 29 de abril de 1999, Caso C-311/97, Caso Royal Bank of Scotland, antes citada). 3.—Normativa interna en materia del Impues­ to sobre Sociedades que establece un mecanismo distinto para eliminar la doble imposición de divi­ dendos según que se trate de Sociedades residen­ tes en el Estado de la norma o de EP radicados en dicho Estado, que pertenezcan a Sociedades resi­ dentes en otros EM. El régimen aplicable a los mencionados EP es menos favorable. Se entiende que esta diferencia hace menos interesante para las sociedades de otros EM poseer participaciones en sociedades a través de sucursales (EP) radicadas en el EM de la norma. Este hecho restringe la libertad de elección de la forma del establecimiento secun­ dario y, por tanto, se considera una vulneración de la libertad de establecimiento tal y como se define en el TCE (Sentencia de 21 de septiembre de 1999, Asunto C-307/97, Caso Saint-Gobain). 4.—Normativa interna en materia del Impuesto sobre la Renta Personal que no permite aplicar el régimen general de tributación diferida de las plus­ valías realizadas sobre acciones cuando la transmi­ sión se realiza a favor de una persona jurídica extranjera en la que participa directa o indirecta­ mente el cedente o a favor de un persona jurídica del Estado de la norma en la que participa indirec­ tamente el cedente a través de una sociedad extranjera, siempre que en ambos casos tenga influencia real en las decisiones de dicha persona jurídica extranjera. Esta norma disuade de la reali­ zación de actividades en otros EM a través de socie­ dades y, por tanto, resulta contraria a la libertad de establecimiento (Sentencia de 21 de noviembre de 2002, Asunto C-436/00, Caso X e Y, antes citada). 7.2. Restricciones a la libre prestación de servicios Constituyen restricciones a la libre prestación de servicios, cualesquiera medidas que obstaculi­ cen o dificulten la prestación de servicios en un EM por no establecidos o, bien que hagan más gravosa dicha prestación que la realizada por establecidos. En el ámbito de la fiscalidad directa, el TJ ha considerado que constituyen restricciones a la libertad de establecimiento, entre otros, los siguientes supuestos: 1.—Normativa interna en materia del Impuesto sobre la Renta Personal que, para la determinación 211 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 de los rendimientos profesionales no permite, a los no residentes, la deducción de los gastos profesiona­ les, a diferencia de lo que sucede con los residentes. El hecho de que los primeros tributen por obligación real y los segundos por obligación personal no es suficiente para excluir en el primer caso la deduc­ ción de los gastos profesionales que sí se permite a los residentes. No obstante lo anterior, esta diferen­ cia de régimen sí justifica que se someta a los no residentes a un tipo de gravamen uniforme retenido en la fuente y, en cambio, a los residentes se les apli­ que una escala progresiva, siempre que el tipo uni­ forme del no residente no sea superior al que resultaría de aplicar al interesado, según la escala progresiva, a la cantidad resultante de sumar los ren­ dimientos netos y el mínimo exento que se aplica a los nacionales (Sentencia de 12 de junio de 2003, Asunto C-234/01, Caso Gerritse, antes citada). 2.—Normativa interna en materia de Impuesto Personal sobre la Renta en virtud de la cual, los premios obtenidos por un residente en el Estado de la norma, por la participación en juegos de azar organizados por otro EM, en cuyo Impuesto Perso­ nal sobre la Renta están exentos, se consideran rendimientos del ganador sujetos a tributación (Sentencia de 13 de noviembre de 2003, Asunto C-42/2002. Caso Proceso Penal contra Diana Elisa­ beth Lindman). 7.3. Restricciones a la libre circulación de capitales En línea con lo mencionado en relación con otras libertades comunitarias, se consideran res­ tricciones a la libre circulación de capitales, cual­ quier medida que prohíba, obstaculice o haga menos interesante el ejercicio de esta libertad. En el ámbito del imposición directa, esto equi­ vale a cualquier regulación nacional que dé un tra­ tamiento más gravoso, y en definitiva determine un mayor impuesto a pagar, en función de la ubicación de los capitales. Dado que la libre circulación de capitales va aso­ ciada a la libertad de establecimiento y de prestación de servicios, en la jurisprudencia del TJ encontramos muchos supuestos de restricción a la libre circula­ ción de capitales que se consideran igualmente res­ tricción a otras libertades comunitarias. Entre los supuestos que el TJ ha considerado como restricciones a la libre circulación de capita­ les, podemos mencionar, entre otros, los siguientes: 1.—Normativa interna en materia de Impuesto sobre la Renta Personal, que establece un mecanis­ mo para la eliminación de la doble imposición de dividendos (vía crédito de impuesto), únicamente para dividendos procedentes de sociedades esta­ blecidas en ese mismo Estado miembro: Se dificul­ ta la captación de capitales procedentes de ese EM por otros EM, al resultar más beneficiosa la tribu­ tación si la inversión se realiza en el mismo EM de residencia del contribuyente. (Sentencia de 7 de septiembre de 2004, Asunto C-319/02, Caso Man­ ninen, antes citada). 2.—Normativa interna en materia de Impuesto sobre la Renta Personal, que establece un mecanis­ mo de eliminación de la doble imposición de divi­ dendos (vía exención), únicamente para dividendos procedentes de sociedades establecidas en ese mismo Estado miembro: Se disuade a los naciona­ les del EM de la norma para invertir sus capitales en sociedades domiciliadas en otros EM. Esta disposi­ ción persigue fomentar las inversiones en socieda­ des domiciliadas en el EM de la norma, a fin de reforzar los fondos propios de éstas. De los pro­ pios antecedentes legislativos de la norma se apre­ cia su objetivo discriminatorio (Sentencia de 6 de junio de 2000, Asunto C-35/98, Caso Verkooijen). 3.—Normativa interna en materia de Impuesto sobre la Renta Personal, que establece la deduc­ ción fiscal de las donaciones efectuadas a favor de organismos de utilidad pública reconocida, sólo en la medida en que dichos organismos estén estable­ cidos en el Estado de la norma. Esta disposición puede hacer que los contribuyentes del Estado de la norma realicen preferentemente donaciones a sus entidades nacionales como consecuencia del ahorro fiscal. Esta discriminación resulta contraria a la libre circulación de capitales (Sentencia de 27 de enero de 2009, Asunto C-318/07 Caso Persche). 4.—Normativa interna en materia de Impuesto Anual sobre el Valor de Mercado de los Bienes Inmuebles poseídos en el EM por personas jurídicas (Impuesto perteneciente a la categoría de los Impuestos sobre el Patrimonio de Personas Jurídi­ cas), en la que, para poder disfrutar de la exención del impuesto, en caso de personas jurídicas no resi­ dentes en el EM en que radica el inmueble, se exige un requisito adicional: la existencia de un Convenio para evitar la doble imposición entre el Estado de la norma y el Estado de residencia de la persona jurí­ dica. Se considera que este requisito hace menos atractiva la inversión en inmuebles en el EM de la norma para las sociedades no residentes, por lo que constituye una restricción contraria a la libre circu­ lación de capitales (Sentencia de 11 de octubre de 2007, Asunto C-451/05, Caso ELISA, antes citada). 5.—Normativa interna en materia de Impuesto sobre Sociedades que establece un supuesto de exención para las fundaciones de utilidad pública sujetas por obligación personal, pero no para las 212 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ que están sujetas por obligación real, por ser resi­ dentes en otros EM. Se considera que esta diferen­ cia puede hacer menos atractiva a las fundaciones de utilidad pública no residentes la inversión en el Estado de la norma, por lo que se estima que esta disposición resulta contraria a la libre circulación de capitales (Sentencia de 14 de septiembre de 2006, Asunto C-386/04, Caso Centro de Musicolo­ gía Walter Stauffer, antes citada). 6.—Normativa interna en materia del Impuesto sobre Sucesiones que determina que el valor de un bien inmueble transmitido mortis causa y radicado en el Estado de la norma, a efectos de determinar la cuota tributaria, se calcule de forma diferente según que el causante fuera residente en el mismo Estado o en otro distinto. En caso de que el causan­ te fuera residente en otro EM, el procedimiento aplicable arroja un valor sustancialmente superior. Se entiende que esta disposición hace menos atrac­ tivo a los residentes del EM de la norma invertir en inmuebles situados en otros EM, por lo que se opone a la libre circulación de capitales, en el sen­ tido del Tratado (Sentencia de 11 de diciembre de 2003, Asunto C-364/01, Caso Barbier). 7.—Normativa interna en materia del Impues­ to sobre Sucesiones que determina que el valor de un bien inmueble transmitido mortis causa se calcu­ le de forma distinta según que radique en el Estado de la norma o en otro EM (Sentencia de 17 de enero de 2008, Asunto C-256/06, Caso Theodor Jäger contra Ladstuhl). Sin embargo, no se han considerado restriccio­ nes a la libre circulación de capitales, las siguientes situaciones: 1.—Normativa interna en materia de Impuesto sobre la Renta Personal que establece el mismo tipo impositivo para dividendos procedentes de sociedades establecidas en el mismo o en otro Estado miembro y que no prevea correcciones para eliminar la doble imposición de estas últimas como consecuencia de que son objeto de grava­ men también en el Estado de la Fuente, vía reten­ ción en concepto de Impuesto sobre la Renta. Se entiende que no hay diferencia de trato en la nor­ mativa nacional del Estado de Residencia, sino tra­ tamiento homogéneo sin distinguir la procedencia de los dividendos, y que la no eliminación del doble imposición está comprendida en el ejercicio de la potestad tributaria del Estado de Residencia sin que pueda entenderse contraria al Derecho comu­ nitario en su estado actual de desarrollo (Sentencia de 14 de noviembre de 2006, Asunto C-513/04, Caso Kerckhaert y Morres). 2.—Normativa interna en materia de Impuesto sobre Sucesiones que prevé la imputación del impuesto sucesorio pagado en el extranjero al Impuesto sobre Sucesiones correspondiente al Estado de residencia, como mecanismo para elimi­ nar la doble imposición, pero no incluye en dicha imputación el impuesto procedente de determina­ dos elementos patrimoniales, en concreto, crédi­ tos contra instituciones financieras situadas en otro EM. Se entiende que la norma en cuestión prevé sistemas idénticos para la imposición de sucesiones con independencia del EM en que radique la insti­ tución financiera deudora de dichos créditos. Las diferencias se refieren a que respecto de estos cré­ ditos no se prevén mecanismos para evitar la doble imposición, dado que el Derecho del Estado de residencia no entiende que se pueda conceptuar estos bienes como “patrimonio en el extranjero”. El TJ considera que esta desventaja fiscal se deriva del ejercicio paralelo por dos EM de su potestad tribu­ taria, los EM no tienen la obligación de adaptar su normativa fiscal a la de otros EM para eliminar, en particular, la doble imposición que se deriva del ejercicio paralelo de sus potestades tributarias. Por tanto, una normativa como la indicada no se opone al artículo 56 TCE (Sentencia de 12 de febrero de 2009, Asunto C-67/08, Caso Margarete Block). 8. RESTRICCIONES TRATADO 8.1. COMPATIBLES CON EL Consideraciones generales Como hemos indicado en el apartado 5 ante­ rior, el TCE, al regular cada una de las libertades comunitarias, contiene una serie de preceptos rela­ tivos a la posibilidad de que determinadas restric­ ciones puedan estar justificadas. Si bien la redacción es distinta para la libertad de movimientos de capitales y para las otras dos libertades, con un mayor detalle en la primera de ellas, la jurisprudencia del TJ ha ido construyendo una doctrina común, válida para admitir la proce­ dencia de restricciones a cualquiera de las liberta­ des mencionadas. En lo que se refiere a las libertades de estable­ cimiento y prestación de servicios, el art 46.1.TCE establece la posibilidad de regular regímenes res­ trictivos por motivos de orden público, seguridad y salud públicas. En lo que se refiere a la libertad de movimien­ tos de capitales, el artículo 58 TCE permite que los Estados miembros apliquen disposiciones de su Derecho fiscal interno que distingan entre contri­ buyentes cuya situación difiera con respecto a los lugares en los que esté invertido su capital. Esta disposición, parece dar luz verde a la posibilidad de 213 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 que la normativa tributaria interna de cada EM establezca normas distintas de tributación en fun­ ción del Estado de inversión del capital. En definiti­ va, que la inversión en Estados distintos conllevaría una diferencia sustantiva suficiente para justificar una diferencia de trato fiscal. Sin embargo, el TJ ha afirmado reiteradamente que, como excepción al principio fundamental de libre circulación de capi­ tales, la norma anterior debe interpretarse en sen­ tido estricto, de forma que no implica que toda disposición fiscal que distinga entre los contribu­ yentes en función del lugar en que residan o del EM en que inviertan sus capitales, sea automáticamen­ te compatible con el Tratado. En este sentido, el propio TCE restringe el ámbito de esta disposición en el apartado 3 del mismo artículo 58, en virtud del cual, la normativa nacional no puede nunca constituir un medio de discriminación arbitraria ni una restricción encu­ bierta a la libre circulación de capitales. Este último precepto pasa a convertirse en el más relevante de todos, a los efectos de apreciar si una determinada norma comunitaria debe conside­ rarse como una restricción a la libre circulación de capitales contraria al Derecho comunitario. Como hemos visto más arriba, la libertad de movimientos de capitales se configura en términos muy amplios. Prácticamente toda norma fiscal interna de un EM que establezca diferencias de tri­ butación en función del país de inversión del capi­ tal, se va a considerar una vulneración de la libertad de movimientos de capitales. Si esto es así, normalmente la cuestión más con­ trovertida ante el TJ y de cuya valoración depende­ rá la legitimidad de la norma interna cuestionada, es si dicha restricción está justificada o no. En este sentido, el TJ, consciente de la trascen­ dencia que tiene la efectividad de las libertades comunitarias y, en particular, la libre circulación de capitales, ha dibujado un marco bastante restricti­ vo para admitir normas nacionales que vulneren dichas libertades. En general, la Jurisprudencia del TJ considera que no habrá una discriminación arbitraria prohibi­ da por el apartado 58. 3 TCE, cuando se dé alguna de las siguientes circunstancias: — cuando el distinto trato fiscal se refiera a situaciones que no sean objetivamente comparables, o — cuando el distinto trato fiscal esté justifica­ do por razones imperiosas de interés general, como la necesidad de preservar la coherencia del régimen tributario y la efi­ cacia de los controles fiscales. Además, en ambos casos, la diferencia de trato no debe ir más allá de lo necesario para alcanzar el objetivo perseguido por la norma controvertida. Todas estas circunstancias serán igualmente valoradas para determinar si son admisibles restric­ ciones a la libertad de establecimiento o a la libre prestación de servicios. Como puede deducirse fácilmente, la aprecia­ ción de las circunstancias mencionadas es una cuestión bastante compleja, que ha ido realizándo­ se caso a caso por el TJ, permitiendo deducir algu­ nas conclusiones sobre qué situaciones están amparadas por una u otra circunstancia. 8.2. El análisis de comparabilidad Una de las cuestiones reiteradamente alegadas por el Estados miembros en sus procesos ante el TJ es que la operación dificultada o más gravosa, según su normativa interna, no es comparable con otras operaciones que tendrían un régimen más ventajoso. En este sentido, el TJ ha considerado, en asun­ tos relativos a la tributación sobre la renta de las personas físicas, que las situaciones de los residen­ tes y los no residentes de un EM no son, por lo general, comparables, ya que presentan diferencias objetivas, tanto desde el punto de vista de la fuen­ te de los rendimientos, como desde el punto de vista de la capacidad contributiva personal o de la consideración de la situación personal y familiar. Normalmente, los primeros tributarán por obliga­ ción personal y los segundos por obligación real, es decir, sólo por los rendimientos que obtengan en dicho EM. No obstante, en el caso de ventajas fiscales con­ cedidas exclusivamente a los residentes, cuando no estén justificadas por las diferencias que necesaria­ mente existen entre un gravamen sobre la renta mundial y un gravamen sobre la renta obtenida en un único país, en la medida en que no exista una diferencia de situación objetiva que pueda justificar un trato distinto, la aplicación de una norma menos favorable al no residente no quedará amparada por el Derecho comunitario, al entenderse que su situa­ ción es comparable a la del residente. Así, por ejemplo, se ha considerado comparable la situación de los profesionales que efectúan el mismo servicio, pero unos establecidos en el EM y otros no estable­ cidos en el EM, a efectos del cálculo de la base imponible. Si se permite a los primeros la deduc­ ción de los gastos profesionales, también debe per­ mitirse a los segundos. En cambio, no se considera comparable su situación a efectos de la aplicación del tipo de gravamen, dado que en el caso de los 214 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ residentes, al tenerse en cuenta su renta mundial y su mínimo personal de subsistencia, es posible apli­ car una tarifa progresiva. En el caso de los no resi­ dentes esto no es posible, por lo que es conforme al Derecho comunitario la aplicación de un tipo fijo, siempre que no determine una situación más gravo­ sa de la que resultaría de la tarifa progresiva hacien­ do las correcciones necesarias (Sentencia de 12 de junio de 2003, Caso Gerritse, antes citado). Esta interpretación se ha hecho extensiva al Impuesto sobre Sociedades, en lo que se refiere a la tributación por obligación personal (sociedades domiciliadas en el EM) o por obligación real (socie­ dades no domiciliadas en el EM, aunque con fre­ cuencia operen en él mediante EP). En este sentido, entre otros, se han considerado comparables: — La situación de una sociedad residente en un EM y un establecimiento permanente radicado en dicho EM, perteneciente a una sociedad residente en otro EM, cuando la base imponible de la primera sociedad y del EP se calculan de forma similar, en lo que se refiere al tipo de gravamen (Senten­ cia de 29 de abril de 1999, Caso C-311/97, Caso Royal Bank of Scotland, antes citado). — La situación de una Sociedad residente en un EM y un EP radicado en dicho EM, per­ teneciente a una sociedad residente en otro EM, en lo que se refiere a la percep­ ción de dividendos procedentes de filiales y subfiliales extranjeras. Si bien se conside­ ra que la situación de ambas entidades es distinta cuando la normativa nacional grava a las sociedades residentes por obligación personal y a las sociedades no residentes por obligación real, incluyendo sólo las rentas que obtienen en el Estado de la norma (entre ellas las correspondientes al establecimiento permanente), no hay nin­ guna circunstancia objetiva que justifique un trato distinto para la tributación de los dividendos que perciban por sus participa­ ciones en otras entidades (Sentencia de 21 de septiembre de 1999, Asunto C-307/97, Caso Saint-Gobain antes citado). En lo relativo a la posibilidad de excluir de un mecanismo general para eliminar la doble imposi­ ción sobre dividendos, los dividendos procedentes de determinados países, se ha entendido que sería posible si las legislaciones fueran netamente distin­ tas. En concreto, si en la normativa del Estado miembro en el que se realizan las inversiones en un sociedad que percibe beneficios y luego los repar­ te vía dividendos al otro EM, ya estuviese prevista la eliminación de la doble imposición, por ejemplo, gravando solamente los beneficios no distribuidos. Este sistema de eliminación de la doble imposi­ ción es totalmente distinto de un sistema en que dicha doble imposición se elimine en sede del per­ ceptor de los dividendos, por el mecanismo de crédito de impuesto. Ambos sistemas no son comparables, por lo que, en estos casos, es lógico que el mecanismo del crédito de impuesto no se aplique a dividendos procedentes de aquellos países en que no ha exis­ tido dicho impuesto, al prever su legislación que el beneficio distribuido sólo tribute en el perceptor. En principio, en cualquier otro caso en el que se grave íntegramente el beneficio en sede de la sociedad que lo obtiene, con independencia del tipo o cualesquiera otras circunstancias de su tribu­ tación, las situaciones serán objetivamente compa­ rables: el inversor percibe un dividendo que ya ha sido gravado por lo que si se elimina la doble impo­ sición respecto de las inversiones realizadas en determinados países, deberá eliminarse sin discri­ minar el país. 8.3. La coherencia del sistema tributario La necesidad de garantizar la coherencia del sis­ tema tributario es una razón reiteradamente alega­ da por los EM para justificar diferencias de trato. Se engloban aquí muy distintos argumentos que, en general, el Tribunal no admite. Uno de los casos más relevantes en que sí se ha admitido la alegación de que la coherencia del sis­ tema tributario justificaba la diferencia de trato, ha sido la sentencia de 28 de enero de 1992, Asunto C-204/90, Caso Bachmann, que suele ser igual­ mente invocada por los EM, cuando se alega la necesidad de mantener la coherencia del sistema tributario nacional. En esta sentencia, el TJ analizaba la normativa belga del Impuesto Personal sobre la Renta aplica­ ble desde 1975 que establecía que, para determinar los rendimientos del trabajo sujetos a imposición, sólo podían deducirse las primas pagadas con arre­ glo a contratos de seguro de vejez y fallecimiento, cuando tales primas se hubiesen pagado en Bélgica. En su análisis, el TJ consideró que, si bien una normativa como la indicada era contraria a la libre prestación de servicios, quedaba justificada por la necesidad de mantener la coherencia del sistema tributario interno, pues: — La pérdida de ingresos tributarios por el Estado belga derivada de la deducción de las primas de seguro de vida de los rendi­ 215 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 mientos totales imponibles, se compensaba con la imposición de las pensiones, rentas o capitales debidos por los aseguradores. — Cuando no se hubiera producido la deduc­ ción de dichas primas, las cantidades que­ daban exentas. — La coherencia del régimen tributario belga requeriría que, en el caso en que el Estado belga estuviese obligado a aceptar la deduc­ ción de las primas de seguro de vida paga­ das en otro EM, pudiese recibir el impuesto sobre las cantidades debidas por los asegu­ radores. — Se entendía que no era posible garantizar la obtención de ese impuesto y que cual­ quier solución requeriría de un Convenio bilateral o de la adopción de alguna norma de armonización por el Consejo. Como consecuencia de toda esta argumenta­ ción, el TJ concluía que la diferencia de trato estaba justificada por la coherencia del sistema tributario belga, pues existía una relación directa entre la ven­ taja fiscal concedida y la compensación de dicha ventaja mediante un gravamen fiscal considerado. Por tanto, de acuerdo con esta interpretación, en la medida en que la restricción se deba a que, en el caso del no residente, no sea posible la aplicación del gravamen fiscal compensatorio directamente vinculado a la ventaja concedida, podrá admitirse la restricción al acceso de dicha ventaja fiscal. A diferencia del caso indicado, cualquier otro supuesto, en el que no exista esta relación directa, ha sido desestimado por el TJ. Así, por ejemplo, se han rechazado las siguientes alegaciones: — La aplicación de una exención sólo a fun­ daciones nacionales, dado que dichas fun­ daciones realizan actividades de interés público en el interior del país que, en otro caso, tendría que asumir el Estado, con el consiguiente incremento presupuestario (Sentencia de 14 de septiembre de 2006, Asunto C-386/04, Caso Centro de Musico­ logía Walter Stauffer). — La aplicación de una exención en el Impuesto Personal sobre la Renta, con el objeto de eliminar la doble imposición de dividendos, sólo en el caso de dividendos procedentes de sociedades residentes en el mismo EM del contribuyente, al ser éstas, las únicas que han quedado someti­ das a tributación por los beneficios obteni­ dos en el mismo Estado del contribuyente (Sentencia de 7 de septiembre de 2004, Asunto C-319/02, Caso Manninen). — La aplicación de un sistema de valoración a la explotaciones agrícolas y forestales del Estado de la norma, a efectos del Impuesto sobre Sucesiones, que dé lugar a una valo­ ración inferior a la que corresponde a las situadas fuera de dicho Estado, por consi­ derar que estas explotaciones están subor­ dinadas al interés general y evitar que la carga tributaria obligue a su abandono. Se entiende que esto no conlleva la necesidad de denegar dicho sistema de valoración a los herederos que adquieren explotaciones ubicadas en otros EM, pues ningún elemen­ to permite apreciar que dichas explotacio­ nes extranjeras se encuentren en situación distinta (Sentencia de 17 de enero de 2008, Asunto C-256/06, Caso Theodor Jäger con­ tra Landsthul). 8.4. Compensación de la diferencia de trato con otras ventajas Uno de los argumentos reiteradamente utiliza­ dos por los EM y que no se ha admitido en ningún caso como causa susceptible de justificar un trato fiscal distinto, es que existan elementos diferencia­ les que hagan que el contribuyente objeto de la diferencia de trato tenga otras ventajas que com­ pensen dicha diferencia. Así, en la Sentencia de 21 de septiembre de 1999, Asunto C-307/97, Caso Saint-Gobain, antes citado, no se admite la alegación de que no es com­ parable la situación entre las sociedades residentes en Alemania y las sucursales/establecimientos per­ manentes en Alemania de entidades residentes en otros EM, dado que dichos establecimientos per­ manentes, al carecer de personalidad jurídica, no pueden distribuir dividendos a la sociedad princi­ pal, como sí hacen las filiales independientes. Esto determinaría una diferencia de trato fiscal poste­ rior, pues las filiales independientes, la repatriar los beneficios a la matriz no alemana quedan sujetas a retención en la fuente, algo que no sucede en el caso del establecimiento permanente. Ante esta alegación, el TJ consideró que, la dife­ rencia de trato fiscal entre las sociedades residen­ tes y las sucursales no podía justificarse porque las sucursales tuviesen otras ventajas fiscales que com­ pensasen las diferencias anteriores. En ningún caso, esta circunstancia puede justificar la vulneración de la libertad de establecimiento. 8.5. Indicios de evasión fiscal En la misma línea, no se admiten norma genera­ les antiabuso que determinen un trato fiscal más 216 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ gravoso en relación con determinados territorios, por la existencia de una presunción de evasión fiscal. La lucha contra el fraude fiscal puede dar lugar a un trato discriminatorio por motivos de interés público, siempre que la restricción sea apropiada para alcanzar el objetivo perseguido y no vaya más allá de lo estrictamente necesario para alcanzar dicho objetivo. Así, el TJ considera que para que un órgano jurisdiccional pueda denegar la aplicación de la libertad de establecimiento y de movimiento de capitales como consecuencia de que se realiza un uso abusivo de dicha libertad, debe analizar el caso concreto y basarse en elementos objetivos que pongan de manifiesto ese comportamiento. Más allá de esto, no se admiten cláusulas gene­ rales que, para evitar posibles situaciones fraudu­ lentas, establezcan un trato distinto de partida para determinadas operaciones susceptibles de ser utili­ zadas con fines de fraude fiscal. La libertades comunitarias no pueden verse restringidas por la legislación nacional como consecuencia de que pueda ser usada con fines abusivos. En este sentido, destaca la argumentación de la Sentencia de 12 de diciembre de 2006, Asunto C­ 196/04. Caso Cadbury Schweppes, antes citada. Esta sentencia introduce el concepto de “montaje pura­ mente artificial destinado a eludir el impuesto nacional normalmente adeudado”, como única cir­ cunstancia que permite entender que se está pro­ duciendo un uso abusivo de la libertad de establecimiento y que, por tanto, permite la intro­ ducción de medidas antielusión en los ordenamien­ tos tributarios nacionales que restrinjan, por darse el montaje indicado, dicha libertad de estableci­ miento. En la misma línea, en la Sentencia de 21 de noviembre de 2002, Asunto C-436/00, Caso X e Y, antes citada, se alegó la existencia de indicios de fraude fiscal porque antes de cuestionar la norma interna, los interesados habían preguntado a las autoridades fiscales competentes si la operación proyectada podía considerarse fraudulenta. 8.6. Dificultades prácticas para realizar los controles fiscales nacionales Esta argumentación suele ir asociada a la de indicios de fraude fiscal. Con frecuencia, la conce­ sión de ventajas fiscales exclusivamente para resi­ dentes está asociada al hecho de que no es posible realizar determinadas comprobaciones en relación con los no residentes. Sin embargo, este motivo ha sido reiteradamente desestimado por el TJ, enten­ diendo que en ningún caso cabe admitir una dispo­ sición nacional que excluya la aplicación de una ventaja fiscal por el hecho de que controlar los requisitos para su aplicación sea más complicado. En este sentido siempre será posible: — La aportación de las pruebas directamente por el contribuyente no residente que desea la aplicación de un determinado beneficio fiscal. — La solicitud de información al otro EM en aplicación de la Directiva 77/799/CEE, del Consejo, de 19 de diciembre de 1977. Es más, aun cuando no sea posible obtener información de otro EM, como consecuencia de que resulten aplicables las restricciones previstas en el artículo 8.1 de dicha Directiva, que exime a los EM de la obligación de aportar información cuando sus propias Leyes o prácticas administrativas impi­ dan a las autoridades competentes practicar inves­ tigaciones u obtener o utilizar informaciones para las propias necesidades de dichos Estados, esta difi­ cultad no permitiría amparar un trato discriminato­ rio general y una restricción a la libertad de circulación. Siempre debería admitirse la obtención de información procedente del propio contribuyen­ te sin perjuicio de la valoración que de ella se haga por la Administración tributaria. No obstante lo anterior, sí se ha considerado como motivo suficiente para establecer una res­ tricción a la libre circulación de capitales, cuando se trata de una operación entre un EM de la CE y un país tercero, la imposibilidad de obtener informa­ ción de dicho país tercero. En este sentido, se ha admitido como conforme al Derecho comunitario el condicionar la aplicación de una exención en el Impuesto sobre la Renta Per­ sonal, relativa a dividendos distribuidos en forma de acciones por una sociedad residente en un ter­ cer país, a la existencia de un Convenio fiscal para eliminar la doble imposición. Esto es así, porque el marco en el que se de­ sarrollan las relaciones entre EM, es distinto de aquél en el que se desarrollan las relaciones entre EM y países terceros. Así: — No se aplica la Directiva 77/799. — No se aplican la medidas comunitarias de armonización en materia de contabilidad de sociedades. Por tanto, se concluye que, cuando la normativa de un EM supedita la concesión de una ventaja fis­ cal a requisitos cuya observancia sólo puede ser comprobada recabando información de las autori­ dades competentes de un país tercero, este EM está facultado, en principio, para denegar dicha ven­ 217 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 taja si resulta imposible obtener dichas informacio­ nes del país tercero debido, especialmente, a la inexistencia de una obligación convencional de dicho país para proporcionar la información (en esta línea Sentencia de 18 de diciembre de 2007, Asunto C-101/05, Caso Skatteverket contra A). 8.7. Reducción de los ingresos fiscales nacionales La reducción de ingresos fiscales para el Estado de la norma nunca ha sido admitida por el TJ como circunstancia que permita imponer restricciones a las libertades comunitarias. El TJ entiende que dicha reducción de ingresos fiscales a favor de otro EM no debe considerarse una razón imperiosa de interés general susceptible de ser invocada para justificar una medida contraria a una libertad fundamental. 8.8. Los convenios para evitar la doble imposición Con carácter general, el análisis realizado por el TJ se refiere a la posible vulneración por los Esta­ dos miembros del Derecho comunitario en el ejer­ cicio de sus facultades legislativas. Por tanto, es un análisis sobre la coherencia de la norma nacional con la norma comunitaria. Sin embargo, queda fuera de este análisis el deslinde de las potestades tributarias nacionales que puedan realizar los Estados miembros median­ te la suscripción de Convenios para evitar la doble imposición. Esto ha sido reiteradamente afirmado por el TJ en sus pronunciamientos. Así, por ejemplo, en la Sentencia de 6 de diciembre de 2007, Asunto C-298/05, Caso Colum­ bus Container Services BVBA & Co contra Finanzamt Bielefeld-Innenstadt, se plantea un supuesto que en la mayoría de los casos el TJ ha considerado con­ trario tanto a la libertad de establecimiento como a libre circulación de capitales: la aplicación a los dividendos procedentes de sociedades no residen­ tes en el EM de la norma, de un mecanismo para la eliminación de la doble imposición distinto, en fun­ ción del gravamen que hayan sufrido los beneficios de dicha sociedad en su EM de residencia. Sin embargo, en este supuesto, el TJ entiende que no es competente pues no se trata de una cuestión de interpretación del Derecho comunita­ rio, sino de relación entre una medida nacional y lo dispuesto en un Convenio para evitar la doble imposición. En concreto, se considera que la normativa fis­ cal interna no establece ninguna discriminación. La discriminación procede de que no se permite la aplicación a este caso de un método de eliminación de la doble imposición más beneficioso que se prevé en un Convenio para evitar la doble imposi­ ción suscrito entre Alemania (Estado de la norma) y Bélgica (Estado de residencia de la sociedad). No obstante, el interesado alega que la discriminación se produce como consecuencia de que el Derecho interno excluye la aplicación del método del Con­ venio, vulnerando lo dispuesto en el propio Conve­ nio, que no refleja ninguna distinción. En su resolución, el TJ afirma que: — Los convenios para evitar la doble imposi­ ción sirven para eliminar o atenuar los efec­ tos negativos para el funcionamiento del mercado interior que se derivan de la coe­ xistencia de sistemas tributarios nacionales. — El derecho comunitario, en su estado actual, no prescribe criterios generales para el reparto de las competencias entre los EM en lo que se refiere a la eliminación de las dobles imposiciones dentro de la CE. — El Tribunal de Justicia no es competente para resolver acerca de la eventual infrac­ ción de lo dispuesto en dichos Convenios por un Estado miembro contratante. — El Tribunal de Justicia no puede entrar a examinar la relación entre una medida nacional y lo dispuesto en un Convenio para evitar la doble imposición, dado que no se trata de una cuestión de interpreta­ ción del Derecho comunitario. No obstante, este planteamiento no siempre ha sido tan claro. Así en la Sentencia de 21 de sep­ tiembre de 1999, Asunto C-307/97, Caso SaintGobain, antes citada, el TJ considera contraria a la libertad de establecimiento y a la libre circulación de capitales, la negativa del Estado alemán de apli­ car a los dividendos obtenidos por un EP en dicho estado, perteneciente a una entidad residente en otro EM, un Convenio para eliminar la doble impo­ sición suscrito por Alemania por entender que sólo se refería a sociedades alemanas y a sociedades sujetas por obligación personal en Alemania. En este caso, aunque las situaciones no son enteramente comparables, la argumentación del TJ es contraria a la anteriormente aludida, en lo que se refiere a la suscripción de Convenios de doble imposición. Así, el TJ afirma que: — Al no existir medidas de unificación o armo­ nización comunitaria, los Estados miem­ bros son competentes para establecer los criterios de imposición de las rentas y del patrimonio con el fin de eliminar, en su caso mediante convenios, la doble imposición. 218 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ En este contexto, los EM son libres, en el marco de los convenios bilaterales celebra­ dos para evitar la doble imposición, para fijar los criterios de sujeción a efectos del reparto de la competencia fiscal. — Sin embargo, por lo que se refiere al ejer­ cicio del poder tributario repartido de esta manera, los EM no pueden dejar de cum­ plir las normas comunitarias. — En el presente caso, al tratarse de un con­ venio para evitar la doble imposición cele­ brado entre un EM y un país tercero, el principio de trato nacional impone al EM parte en dicho convenio conceder a los EP de sociedades no residentes, en las mis­ mas condiciones aplicables a las socieda­ des residentes, las ventajas previstas en el convenio. 9. UN CASO ESPECÍFICO: DEDUCCIÓN DE ESPAÑA I+D+i Y LA Como indicábamos al comienzo de este traba­ jo, la Ley 4/2008, de 23 de diciembre, adapta algu­ nas disposiciones del Impuesto sobre Sociedades español a la Jurisprudencia del TJ; en un caso, por entender que podría vulnerarse el TCE por la interpretación que el TJ ha ido realizando de las libertades comunitarias, y, en otro caso, porque el TJ ha declarado expresamente que la norma espa­ ñola en cuestión vulneraba del Derecho del Tratado. Este último supuesto, se refiere al ámbito de aplicación de la deducción por investigación, desa­ rrollo e innovación tecnológica (I+D+i), cuya regulación se declaró contraria a la libertad de establecimiento y a la libre prestación de servicios por Sentencia de 13 de marzo de 2008, dictada como consecuencia de un recurso de incumpli­ miento interpuesto por la Comisión contra el Reino de España. Esta sentencia permite ilustrar muchas de las cuestiones planteadas a lo largo de los apartados anteriores. El punto de partida, en el análisis de la Comi­ sión, fue la diferencia que se establecía para poder disfrutar de la deducción mencionada en función del territorio de la actividad. Así, la normativa espa­ ñola establecía que: — En relación, tanto con la deducción por la actividad de investigación y desarrollo como con la deducción por actividades de innovación tecnológica, se permitía que se incluyeran, en la base de la deducción, los gastos correspondientes a actividades rea­ lizadas en el exterior, pero sólo si la activi­ dad principal de investigación o innovación se efectuaba en España y el importe inver­ tido en el extranjero no excedía del 25 por 100 del importe total invertido. — Asimismo, se permitía la deducción de dichos gastos cuando la actividad se enco­ mendaba por el sujeto pasivo a un tercero, pero sólo si las actividades se realizaban en España. — En relación con el porcentaje de deduc­ ción, se incluía una deducción adicional del 20 por 100, en el caso de la deducción de investigación y desarrollo, y el 10 por 100, en el caso de la deducción de innovación tecnológica, para los gastos “correspon­ dientes a proyectos de investigación y de­ sarrollo contratados con universidades, organismos públicos de investigación o centros de innovación y tecnología, reco­ nocidos y registrados como tales según el Real Decreto 2609/1996, de 20 de diciem­ bre, por el que se regulan los centros de innovación y tecnología”. La Comisión consideró que este régimen era contrario a la libertad de establecimiento y de prestación de servicios, pues: — El régimen de deducción era más limitado si la empresa realizaba las actividades de I+D+i fuera del territorio español. — En caso de subcontratación para que las actividades fueran desarrolladas por otra empresa, el gasto realizado fuera de terri­ torio español no podía integrarse en la base de la deducción. — El régimen era más favorable para proyec­ tos encargados a universidades y organis­ mos reconocidos y registrados conforme a la legislación española. Dado que el Reino de España no estuvo de acuerdo con el Dictamen de la Comisión, ésta planteó el 2 de junio de 2006 un recurso de incum­ plimiento ante el TJ. El TJ, en línea con la Comisión, concluyó que las disposiciones indicadas eran contrarias a la libertad de establecimiento y a la libre prestación de servicios. En todo caso, es interesante observar algunas de las alegaciones que fueron formuladas por el Reino de España y los argumentos que fue­ ron utilizados por el TJ para desestimarlas, pues se ajustan, en gran medida, a los planteamientos y líneas de interpretación recogidos en los apartados anteriores. En lo que se refiere al concepto de restricción a la libertad de establecimiento y a la libre presta­ 219 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 ción de servicios, el Reino de España alegó, entre otras cuestiones, que: 1.—Es contradictorio que una norma fiscal res­ trinja las libertades comunitarias en doble sentido: a empresas no residentes para instalar estableci­ mientos secundarios en España, y a empresas espa­ ñolas para instalar establecimientos secundarios en el extranjero. 2.—Las medidas fiscales del Impuesto sobre Sociedades no suponen obstáculo a la libertad de establecimiento pues la legislación fiscal es sólo uno de los elementos que las empresas tienen en con­ sideración en su estrategia de desarrollo e implan­ tación. 3.—No debe realizarse un análisis de la norma­ tiva de los EM, en el ejercicio de sus competencias reservadas, únicamente desde el punto de vista de las libertades fundamentales. Este análisis vacía de contenido el ejercicio de dichas competencias reservadas y, especialmente, la facultad de regular la imposición directa. Cualquier medida nacional que afecte, aunque sea de modo colateral, a algu­ no de los elementos que las empresas consideran a la hora de establecerse en otro EM, podría supo­ ner un obstáculo a la libertad de establecimiento. 4.—En cuanto a la libre prestación de servicios, se considera que las medidas fiscales previstas en la normativa del impuesto sobre sociedades español carecen de influencia sobre la posición competitiva en España de los proveedores de servicios proce­ dentes de otros EM de la UE o del Espacio Econó­ mico Europeo (EEE) a causa del atraso de la tecnología española. 5.—En relación con el porcentaje adicional de deducción si la actividad se desarrolla por centros de innovación y tecnología, se considera que el incremento del porcentaje de deducción, en el caso de que la actividad haya sido subcontratada con un organismo reconocido, no puede afectar a la libre prestación de servicios. Frente a estas alegaciones, el TJ considera que: 1.—La normativa indicada vulnera claramente la libertad de establecimiento. Es jurisprudencia reite­ rada del TJ que un incentivo puramente fiscal, reser­ vado a los gastos efectuados en el territorio de un EM, vulnera del derecho de establecimiento. Es ade­ más evidente, que la restricción opera en un doble sentido, sin que esto suponga contradicción. Los establecimientos españoles pueden quedar disuadi­ dos de abrir un establecimiento secundario en el extranjero que realice actividad de I+D+i fuera de España, pues tendrán muchas dificultades para poder aplicar la deducción respecto de dichos gas­ tos. Al mismo tiempo, los establecimientos extranje­ ros pueden quedar disuadidos de abrir un estableci­ miento secundario en España pues, a diferencia de las empresas españolas, la normal es que gran parte del gasto de I+D+i se realice en el extranjero, que­ dando excluido de la base de la deducción. 2.—La normativa indicada vulnera claramente la libre prestación de servicios. Es jurisprudencia reiterada del TJ que la aplicación de un régimen fis­ cal distinto a un servicio recibido por la empresa, procedente de otro operador (caso de subcontra­ tación) en función del lugar de prestación material del servicio, infringe esta libertad y es contrario al Derecho de los Tratados. 3.—El argumento anterior es también aplicable a la deducción cualificada de las actividades realiza­ das por los centros de innovación y tecnología reconocidos por España, centros obligados a esta­ blecerse en dicho EM para obtener su reconoci­ miento. En este sentido, se entiende que el trato debería ser similar para centros de este tipo que hubiesen recibido su reconocimiento en otro EM de la UE o del EEE, y ejerciesen su actividad fuera de España. En relación a la posible existencia de motivos que justifiquen la restricción, el Reino de España alegó, entre otras razones, que: 1.—Existe un motivo fundamental de interés general que justificaría la restricción: la necesidad de fomentar las actividades de I+D+i con objeto de remediar la precaria situación en la que se encuentra la investigación tecnológica nacional. El Reino de España considera que este motivo es sufi­ ciente para justificar una normativa como la enjui­ ciada pues, siendo un objetivo admisible para la legislación nacional, la solución adoptada es la más proporcionada y menos distorsionante. Así: — No se recurre al régimen de ayudas de Estado, dejando funcionar al mercado. Esta solución siempre será más eficaz. — No se elimina la deducción de los gastos por actividades realizadas en el extranjero; lo que se hace introducir una deducción cuali­ ficada para actividades realizadas en España. — La cualificación de la deducción en caso de que se trate de centros de innovación y tec­ nología se basa en que el control administra­ tivo previo, garantiza la seriedad y eficiencia del servicio prestado en estos casos. 2.—Existe un segundo motivo de interés gene­ ral que justificaría la restricción: la lucha contra el fraude fiscal. Así: — En el caso de actividades subcontratadas en el extranjero, la restricción de la deduc­ ción limita el riesgo de doble deducción en 220 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ el caso de que estas actividades se hubie­ ran beneficiado de una deducción similar en el extranjero. — En lo que se refiere a la cualificación de la deducción en caso de centros reconocidos, se evita el riesgo de conceder el beneficio fiscal a actividades poco fiables, con escasa relación con una I+D+i eficiente. Estos argumentos se consideran suficientes para justificar la restricción. Además, la normativa se considera totalmente proporcionada a los fines perseguidos, pues, por un lado, el aspecto fiscal es mínimo cuando una empresa estudia instalarse en un EM y, por otro, el sector de la investigación español no es competitivo en relación con el resto de los EM, por lo que no se obstaculizará la contra­ tación de estos servicios con establecimientos extranjeros que, de entrada, serán más eficientes. Frente a estos planteamientos, el TJ considera que: 1.—La necesidad de incentivar la investigación y desarrollo en España es una razón imperiosa de interés general. Sin embargo, limitar un incentivo fiscal a la realización de la actividad en el país que lo establece resulta contrario al objetivo de la política comunitaria en el ámbito de la investigación y el desarrollo tecnológico: “fortalecer las bases cientí­ ficas y tecnológicas de su industria y favorecer el desarrollo de su competitividad internacional”. 2.—La necesidad de luchar contra el fraude fis­ cal es una razón imperiosa de interés general. En este sentido, la normativa nacional puede incluir disposiciones que permitan la comprobación clara y precisa del importe de los gastos deducibles en concepto de investigación. Sin embargo, la medida destinada a este objetivo no debe ir más allá de lo necesario. En este sentido, en lo que se refiere al argu­ mento de la posible “doble deducción fiscal”, no puede establecerse una disposición nacional que restrinja la deducción en España por la mera sospe­ cha de que la doble deducción pueda producirse y sea difícil comprobarlo. Siempre deberá permitirse a los contribuyentes aportar la prueba de que esa situación no se ha producido. Asimismo, podrá invocarse la ayuda de otros EM para obtener la información necesaria en virtud de la Directiva 77/799/CEE antes citada. En lo que se refiere a la alegación de la mayor fiabilidad que proporcionan los Centro de Innova­ ción y Tecnología reconocidos por España, es Juris­ prudencia reiterada del TJ que no deben excluirse centros similares reconocidos por otros EM , a los efectos de obtener beneficios fiscales, a reserva de que el Estado de la norma verifique la existencia y condiciones del reconocimiento a los centros extranjeros. En base a todo lo anterior, el TJ consideró que la normativa española enjuiciada resultaba contraria a la libertad de establecimiento y a la libre prestación de servicios, en los términos recogidos en el TCE. Como consecuencia de esta sentencia, la Ley 4/2008, modificó la redacción de los artículos con­ trovertidos de la normativa del Impuesto sobre Sociedades en los siguientes términos: — Se suprimen los preceptos relativos a las condiciones de deducción en caso de acti­ vidad exterior y se sustituyen por los siguientes: — – Los gastos de investigación y desarro­ llo/innovación tecnológica que integran la base de la deducción deben corres­ ponder a actividades efectuadas en España o en cualquier EM de la UE o del EEE. — – Igualmente, tendrán la consideración de gastos de investigación y desarrollo/ innovación tecnológica, la cantidades pagadas para la realización de dichas actividades en España o en cualquier EM de la UE o del EEE, por encargo del sujeto pasivo, individualmente o en colaboración con otras entidades. — Se elimina la deducción cualificada para uni­ versidades, organismos públicos de investi­ gación o centros de innovación y tecnología reconocidos y registrados como tales. — Se elimina la referencia a dichas entidades en la definición de la base de la deducción de las actividad de innovación tecnológica y se sustituye por una cláusula general: — – Actividades de diagnóstico tecnológico tendentes a la identificación, la defini­ ción y la orientación de soluciones tec­ nológicas avanzadas, con independencia de los resultados en que culminen. 10. CONSIDERACIONES FINALES La construcción comunitaria es un proceso muy complicado, y cada vez más, a medida que aumen­ ta el grado de integración de las soberanías nacio­ nales y el número de países miembros de la UE. En este proceso, las instituciones comunitarias desempeñan un papel fundamental, pues represen­ tan un poder distinto al de los EM y no se mueven por intereses territoriales, sino por la culminación 221 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 de los objetivos de la Unión, dentro del marco per­ mitido por el Derecho de los Tratados. En definiti­ va, los Tratados definen el límite y las instituciones persiguen la culminación de los fines comunitarios, dentro de ese límite. En la compleja amalgama de fines, objetivos, políticas, acciones comunes, etc., que integran el conjunto de la UE y la CE, probablemente, el ele­ mento más claramente definido y compartido es el relativo al Mercado Interior. De hecho, el esfuerzo realizado por los EM y las instituciones comunita­ rias, a raíz de la firma del Acta Única Europea en 1986, para su culminación el 31 de diciembre de 1992, fue enorme y, el resultado muy satisfactorio. Desde entonces han pasado muchos años. A día de hoy, se entiende que el Mercado Interior está plenamente consolidado y es la esencia de la Comunidad Europea. De hecho, las líneas de tra­ bajo en la UE están centradas en otros aspectos menos desarrollados (ciudadanía de la Unión, Justi­ cia, Interior, Relaciones Exteriores, etc.). Sin embargo, en un escenario en el que multi­ tud de soberanías nacionales operan simultánea­ mente, la posibilidad de establecer restricciones al Mercado Interior siempre está abierta y la forma de evitarlas es garantizar escrupulosamente el res­ peto a las libertades comunitarias. Estas cuatro libertades de circulación: personas, mercancías, servicios y capitales, constituyen el fundamento del Mercado Interior y, su defensa, sin matices, se con­ sidera por las instituciones comunitarias un ele­ mento esencial para el funcionamiento de la CE. Esta concepción ha llevado a que, tanto la Comisión como el TJ, sean muy celosos de su fun­ ción de garantes del funcionamiento del Mercado Único, y hayan asumido una interpretación exten­ siva de estas libertades, dirigida a la eliminación de todo lo que las obstaculice. Esta posición ha originado sucesivos conflictos con los EM, pues indudablemente, casi cualquier diferencia territorial es un obstáculo, en última ins­ tancia, a alguna de las libertades. La cuestión es especialmente complicada si esa diferencia territo­ rial se produce en relación con materias que son de competencia exclusiva de los EM, como es el caso de la fiscalidad directa. De hecho, en el apartado anterior, veíamos como el Reino de España alegaba que la interpretación del TJ vaciaba de contenido el ejercicio las competencias reservadas a los EM pues, cualquier medida nacional que afectase, aun­ que fuese de modo colateral, a alguno de los ele­ mentos que las empresas consideraban a la hora de establecerse en otro EM, podía suponer un obs­ táculo a la libertad de establecimiento. Como hemos visto, en la fiscalidad directa la aproximación de las legislaciones comunitarias corresponde al Consejo por la regla de la unanimi­ dad. Esta circunstancia, así como el hecho de que la fiscalidad directa es la manifestación esencial de la potestad tributaria de los Estados y un compo­ nente fundamental de orientación de su política y de financiación de su presupuesto, ha hecho que los avances en esta materia sean muy reducidos. La situación resultante es que nos encontramos con unas normas impositivas, relativas a los impuestos directos, distintas entre los distintos EM, no armonizadas, y con serias dificultades para una futura armonización. Nótese que la armonización, en última instan­ cia, en la medida en que determine regímenes tri­ butarios idénticos, resulta contraria a la autonomía financiera de los EM, pues carecerían de capacidad para adoptar decisiones sobre sus ingresos tributa­ rios que permitiesen adecuarlos a sus necesidades de gasto. Por tanto, es un tema en el que las apro­ ximaciones siempre serán muy difíciles. En este contexto, asumida la enorme dificultad de aproximación de las legislaciones tributarias nacionales de los EM, la Comisión y el TJ intervie­ nen con un argumento distinto: no pretenden la aproximación de las legislaciones tributarias nacio­ nales, que no les corresponde, sino garantizar que cada una de estas legislaciones respeta escrupulo­ samente el Derecho comunitario. Y dado que casi no existe Derecho derivado en estos casos, se trata de enjuiciar la compatibilidad de esas normas con el Derecho de los Tratados y, especialmente, con las libertades comunitarias. Así, ambas instituciones han entendido que cualquier diferencia de trato por motivos, directa o indirectamente, territoriales es contraria a alguna de las libertades comunitarias. Algunos autores han llegado a hablar de una labor armonizadora del TJ, por oposición de la que correspondería al Consejo y que, por las dificulta­ des aludidas, no ejerce. No creemos, sin embargo, que pueda llegarse a este extremo o, en todo caso, no sería una armonización en el tradicional sentido comunitario. Se trata de asegurar que las normas fiscales nacionales cumplen rigurosamente el Dere­ cho originario en lo relativo a las libertades comu­ nitarias, aplicando la interpretación de esas libertades que ha realizado el TJ, en ejercicio de la competencia que le atribuyen los Tratados. Dado que la mayor parte de los EM tenían normas con­ trarias a dicha interpretación, entendiendo que el concepto de restricción a la libertad no llegaba tan lejos, la actividad del TJ ha producido una aproxi­ 222 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ mación de las legislaciones nacionales en determi­ nados aspectos en los que eran muy comunes dife­ rencias directa o indirectamente territoriales. Al margen de la posición que puedan tener los distintos países en cuanto a este proceso, y de los matices que puedan resultar de determinadas sen­ tencias del TJ, su posición en cuanto a ciertas cues­ tiones es bastante clara. En general, la normativa interna de cada EM debe establecer un sistema de tributación de los residentes en dicho Estado, de los establecimientos permanentes en dicho Estado de personas residentes en otros EM y, en general, de los no residentes ni establecidos en el mencio­ nado Estado que no discrimine en contra de los no residentes, ni establezca diferencias en general, más allá de las que puedan resultar admisibles por circunstancias objetivas. Con todos los riesgos que conlleva cualquier generalización o simplificación de un tema tan complejo como el que nos ocupa, la interpretación realizada implica, básicamente, que: — No pueden establecerse reglas de determi­ nación de la base imponible que distingan entre residentes, establecidos y no resi­ dentes. En concreto, no puede restringirse la deducibilidad de gastos para establecidos y no residentes si dicha deducibilidad está permitida para los residentes. Tampoco pueden establecerse sistemas de valora­ ción de los rendimientos que sean distintos en función del país de procedencia de la renta o del carácter de residente, estable­ cido o no residente del perceptor. — No pueden establecerse tipos impositivos discriminatorios contra no residentes o establecidos. Se puede establecer un siste­ ma distinto en función de circunstancias objetivas (por ejemplo, un tipo fijo en lugar de una escala progresiva), pero el resulta­ do no puede generar una tributación supe­ rior a la que hubiera correspondido si hubiera sido residente. — No puede establecerse un régimen de deducciones que distinga entre residentes, establecidos y no residentes. Las deduccio­ nes aplicables a establecidos y no residen­ tes no pueden ser inferiores a las aplicables a residentes. Las actividades susceptibles de generar deducciones no pueden estar condicionadas a su ejercicio en determina­ dos territorios o a su realización por perso­ nas establecidas en un dicho territorio. — No pueden establecerse exenciones para entidades que realicen determinadas acti­ vidades limitadas a los residentes. Las exenciones deben ser extensivas para los establecidos y los no residentes en la medida en que las actividades que realicen sean similares. — No pueden establecerse mecanismos para la eliminación de la doble imposición de dividendos por la normativa interna que discriminen en función de que los dividen­ dos procedan de filiales residentes o no residentes, o de que las filiales estuviesen sometidas a un determinado nivel de tribu­ tación. — No pueden establecerse cláusulas genera­ les antiabuso que discriminen en función del país o del nivel de tributación de la entidad. La lucha contra el fraude fiscal no permite establecer cláusulas preventivas que vulneren las libertades comunitarias. Hay que constatar que se da la situación de fraude. Como se puede apreciar, todas estas circuns­ tancias constituyen limitaciones al ejercicio de la potestad tributaria en fiscalidad directa, que no es el resultado de la aproximación de las legislaciones acordada por el Consejo, sino de la aplicación directa de los Tratados por el TJ y de entender que, cualquier diferencia de trato fiscal individualmente considerada entre residentes y no residentes, es un obstáculo a las libertades comunitarias y resulta contraria al Derecho de los Tratados. Progresivamente, los EM han ido asumiendo estos planteamientos y modificando sus legislacio­ nes. En la medida en que la interpretación del Derecho comunitario sea tenida en cuenta por los EM para el ejercicio futuro de su capacidad norma­ tiva tributaria directa, el proceso de adaptación de las legislaciones fiscales al Derecho comunitario, en su estado actual, en concreto a las libertades comunitarias, debería estar llegando a su fin. En todo caso, es interesante realizar algunas observaciones sobre este proceso. En primer lugar, hay que señalar que, como consecuencia de esta doctrina, los EM han visto reducida su capacidad de incentivar determinadas actividades en sus respectivos territorios. Cual­ quier tipo de medida dirigida a fomentar una deter­ minada actividad en un país, puede dar lugar a que el ejercicio de la misma se realice desde otro EM. Por tanto, la política fiscal pierde potencia para incentivar actividades económicas nacionales. En segundo lugar, la eliminación de los trata­ mientos discriminatorios ha supuesto, en general, una reducción de los ingresos por tributos de los 223 Cuadernos de Formación. Colaboración 20/10. Volumen 10/2010 EM. En la medida en que debe darse el mismo trato a todas las operaciones, una vez declarada una determinada normativa como discriminatoria, o se hace más gravosa la tributación de los residen­ tes, o se hace más laxa la de los no residentes. Esta última opción suele ser la más utilizada. Finalmente, hay que tener en cuenta que la armonización fiscal realizada por el TJ, se ha limita­ do, de acuerdo con sus competencias, a la cohe­ rencia del Derecho interno de cada EM con el Derecho comunitario. Esta coherencia básicamen­ te consiste en dar un tratamiento tributario similar a una operación, con independencia del territorio en que radiquen los actores. En cambio, este labor no se ha extendido, al no ser ésta competencia del Tribunal, a la coherencia de los sistemas tributarios de los EM entre sí. Como consecuencia de lo anterior, los sistemas tributarios de los EM, en lo relativo a imposición directa, pueden ser extremadamente distintos, y con niveles de tributación muy diferentes siempre que, cada uno de ellos, garantice un trato igual a residentes, establecidos y no residentes. Esta situación, en la que es posible la compe­ tencia fiscal entre países, para atraer contribuyen­ tes a sus respectivos ámbitos por su beneficiosa tributación, no admite contramedidas en el resto de los EM, dado que el Derecho comunitario no les permite aplicar normas distintas en función del territorio. Por tanto, los países con mayores nive­ les de tributación tendrán el riesgo de deslocaliza­ ción de actividades de servicios, en las que la ubicación no sea relevante, mediante la constitu­ ción de filiales o EP en los Estados de reducida tri­ butación. La ausencia de penalizaciones en la normativa interna hace que esta competencia fiscal entre paí­ ses pueda resultar favorecida, por lo que se puede llegar a la paradoja de que la armonización del Derecho interno con el Derecho comunitario, aumente las divergencias entre los distintos siste­ mas tributarios nacionales. Estas dificultades y posibles efectos adversos son consecuencia lógica de la realización de una armonización parcial de las normativas nacionales. Esta armonización parcial ha sido asumida por el TJ. El propio Tribunal ha afirmado que los movi­ mientos de los contribuyentes que generan cambios en las soberanías fiscales a las que están sometidos, no tienen porqué ser fiscalmente neutros, como consecuencia de la potestad tributaria de cada EM. No obstante, a nadie se le escapa, que la inter­ pretación de las libertades comunitarias en materia fiscal, llevada al extremo, hace que la tributación en un EM de una determinada actividad a un tipo impositivo superior al de otro EM, sea un obstácu­ lo a la libertad de circulación, pues disuade al con­ tribuyente de establecerse en dicho Estado. La aproximación de las legislaciones nacionales, que permitiría superar estos problemas, plantea un problema aún mayor, ya mencionado más arriba: la reducción de la autonomía financiera de los EM, y en última instancia, la reducción de soberanía. Y todo esto nos lleva la cuestión más difícil de dilucidar: la compatibilidad de la autonomía financie­ ra de los EM con la plena realización de las libertades comunitarias de acuerdo en la interpretación del TJ. Las dificultades, casi insalvables, para conciliar ambos principios auguran muchos años de armoni­ zación imperfecta. BIBLIOGRAFÍA DÍEZ MORENO, F.: Manual de Derecho de la Unión Europea, Civitas, Madrid. VARIOS AUTORES: Manual de Fiscalidad Internacional, IEF. Principales sentencias citadas Sentencia de 28 de enero de 1992, Asunto C-204/90, Caso Bachmann. Sentencia de 29 de abril 1999, Asunto C-311/97, Caso Royal Bank of Scotland. Sentencia de 21 de septiembre de 1999, Asunto C-307/97, Caso Saint-Gobain. Sentencia de 6 de junio de 2000, Asunto C-35/98, Caso Verkooijen. Sentencia de 21 de noviembre de 2002, Asunto C-436/00, Caso X e Y. Sentencia de 12 de junio de 2003, Asunto C-234/01, Caso Gerritse. Sentencia de 13 de noviembre de 2003, Asunto C-42/02, Caso Proceso Penal contra Diana Elisabeth Lindman. Sentencia de 11 de diciembre de 2003, Asunto C-364/01, Caso Barbier. Sentencia de 7 de septiembre de 2004, Asunto C-319/02, Caso Manninen. 224 Las libertades comunitarias como límite de la capacidad normativa de los Estados miembros en materia de impuestos directos... LUIS M ARÍA S ÁNCHEZ G ONZÁLEZ Sentencia de 13 de diciembre de 2005, Asunto C-446/03, Caso Marks & Spencer. Sentencia de 12 de septiembre de 2006, Asunto C-196/04, Caso Cadbury Schweppes. Sentencia de 14 de septiembre de 2006, Asunto C-386/04, Caso Centro de Musicología Walter Stauffer. Sentencia de 14 de noviembre de 2006, Asunto C-513/04, Caso Kerckhaert y Morres. Sentencia de 11 de octubre de 2007, Asunto C-451/05, Caso ELISA. Sentencia de 6 de diciembre de 2007, Asunto C-298/05, Caso Columbus Container Services BVBA & Co. Sentencia de 18 de diciembre de 2007, Asunto C-101/05, Caso Skatteverket contra A. Sentencia de 17 de enero de 2008, Asunto C-256/06, Caso Theodor Jäger contra Ladstuhl. Sentencia de 13 de marzo de 2008, Asunto C-248/06, Caso Comisión contra España. Sentencia de 27 de enero de 2009, Asunto C-318/07,Caso Persche. Sentencia de 12 de febrero de 2009, Asunto C-67/08, Caso Margarete Block. 225