“Efecto jazz” desnuda a la Revolución Ciudadana

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ALAI, América Latina en Movimiento
2008-12-09
Clasificado en:
Política: Politica, Estado,
Economía: Economia, PoliticasEconomicas, RecursosNaturales,
Disponible en:
Español
Ecuador
“Efecto jazz” desnuda a la Revolución Ciudadana
René Báez
Evaluaciones preliminares de la propuesta y las ejecutorias del actual gobierno ecuatoriano las
hemos adelantado en varios estudios recientes. (1)
A manera de síntesis y actualización de tales trabajos, acaso convenga rememorar que Rafael
Correa accedió a la jefatura del Estado, el 15 de enero del 2007, reiterando sus compromisos
de campaña de defender la soberanía nacional, sepultar el fundamentalismo liberal con “cinco
revoluciones” (política, económica, ética, educación/salud y relaciones internacionales),
convertir en empresarios a los 13 millones de compatriotas (“capitalismo popular”) y enrumbar
al país a un indefinido Socialismo del Siglo XXI.
La Revolución sin máscara
El paso del tiempo ha venido a revelar que las ofertas de ese confuso izquierdismo “light” –
incubado en entidades como ILDIS, FLACSO y por el oenegeísmo- no tenían ningún soporte
doctrinario o programático serio, tampoco un sujeto social para un cambio genuinamente
democrático (la “ciudadanía”, invocada por el régimen de Alianza País, se ha demostrado como
una abstracción seudocientífica, apenas como un recurso efectista para ferias electorales). De
esta suerte, y a casi dos años del juramento correísta, el proceso en marcha se exhibe (casi)
sin atenuantes como el nuevo caballo de Troya de la dominación político/económica del
Ecuador.
En efecto, un balance general del gobierno de Alianza País induce a catalogarlo, no
precisamente como portador de un modelo alternativo al liberal esquizofrénico –Estado
pródigo para las transnacionales y los monopolios domésticos, Estado mínimo para “los de
abajo”- que soporta el país desde hace tres décadas, sino entre aquellos regímenes
sudamericanos que, a la sombra de la reciente bonanza de los productos primarios en el
mercado mundial, han venido impulsando la nueva fase de la “globalización corporativa”
consistente en una distinta forma de privatización de los recursos naturales, energéticos y
ambientales para su ulterior entrega al capital transnacional, al tiempo que asignan
financiamientos marginales para “maquillar” la pobreza de los náufragos de la Modernización y
el Progreso.
Y es que, a contramano de su retórica antineoliberal, la Revolución Ciudadana -“revolución”,
para la izquierda y el movimiento indígena; “comunismo” o “socialismo” para la derecha
tradicional- ha amalgamado programas desarrollistas y asistenciales, ambos solventados por
el aludido boom de las materias primas (particularmente del petróleo), con acciones más
trascendentes orientadas a cristalizar la denominada nueva división internacional del trabajo,
modelo acariciado desde los 70 por las potencias imperialistas y en los últimos años también
por el “subimperialismo” (grupo BRIC: Brasil, Rusia, India, China), así como por una remozada
burguesía comisionista criolla acunada por un sui géneris Estado intervencionista. (2)
En este marco general se inscriben
acciones/orientaciones como las siguientes: la
incorporación a la flamante
Constitución de Montecristi de
las autonomías y
descentralizaciones prefabricadas por entidades como el Banco Mundial, el BID y la CAF; la
participación del Ecuador, ya iniciada por los hermanos Gutiérrez, en el inconsulto eje
multimodal Manta-Manaos, componente clave de la Iniciativa de Integración de la
2
Infraestructura de Sud América (IIRSA); el proceso de privatización y militarización de
PETROECUADOR; el festín de las concesiones petroleras (3); el fomento de la producción de
insumos para los biocombustibles propiciado por Bush Jr. y Lula da Silva; la orgía de contratos
sin licitación de obras públicas para favorecer a amiguetes del régimen y/o a oscuras
“empresas mixtas” (como la conformada entre el Estado ecuatoriano y la argentina ENARSA
para la construcción del complejo hidroeléctrico Coca Codo Sinclair); el papanatismo
diplomático que ha conducido a que el país, a título de luchar contra el “narcoterrorismo”,
comience a cumplir plenamente el rol de “yunque” que nos asignara el eje Washington-Bogotá
dentro del Plan Colombia/Plan Patriota ; la complicidad de Carondelet para la fractura
definitiva de la CAN promovida por Álvaro Uribe y Alan García; la postura del Ejecutivo proclive
a los recolonizadores TLCs (Acuerdos de Asociación) propuestos por la Unión Europea; la
mutilación de derechos laborales; el recorte de los aportes del Fisco para sustentar las
pensiones de los jubilados del IESS; la supresión de la autonomía de las universidades y su
subordinación a la SENPLADES; la débil atención a la salud pública; y, en fin, la instauración
de una política represiva a través del espionaje electrónico (Plan Libertador), los operativos de
“limpieza social” a cargo de Los Intocables y la criminalización de las protestas sociales.
La debacle del capitalismo central: repercusiones en el Ecuador
La crisis sistémica del capitalismo que desglosáramos en nuestro estudio “Estados Unidos
desata ‘crack’ financiero global” (4), agudizada luego del reciente “Septiembre Negro” de Wall
Street con el rebrote de la crisis del mercado inmobiliario y el desplome de los bancos de
inversión y las aseguradoras, así como las caídas en dominó de las bolsas de valores a escala
planetaria, aparte de “destapar” la recesión que azota a las naciones primermundistas y a las
potencias emergentes al menos desde el año pasado, ha tenido el efecto de transferir sus
gravosos coletazos a los países periféricos.
El Ecuador no podía permanecer al margen de semejante crisis ecuménica, que nos está
llegando por distintas vías que conspiran contra la financiación y crecimiento de la economía.
Desde la esfera comercial, el país ha comenzado a perder ingresos por la caída de la demanda
y precios de sus productos primarios de exportación. El caso de la contracción de ingresos
provenientes de las exportaciones de petróleo es particularmente patético. El precio efectivo
del crudo ecuatoriano se ha derrumbado desde 120 dólares el barril en junio del 2008 a
alrededor de 30 en los días que corren, una caída del 75% en apenas un semestre. Lo cual ha
asestado golpes contundentes tanto a la balanza comercial (que se ha tornado deficitaria)
como al presupuesto del Estado, calculado sobre un precio referencial de 60 dólares para este
año y de 85 para el 2009.
La tendencia a la baja de las ventas se ha extendido a otros importantes rubros (banano,
camarón, flores, cacao, atún), con los consiguientes impactos en el empleo y el ingreso de
divisas.
Cabe destacar que el deterioro del comercio exterior ha sido acicateado, además, por la
sorpresiva revalorización del dólar estadounidense y las devaluaciones decretadas por
importantes socios comerciales, como Colombia; y, por el lado de las importaciones, por el
irrefrenable “consumismo” de los estratos altos y medios, así como por los descomunales
incrementos del gasto público.
Los ingresos externos originados en servicios de los emigrados y que se estima favorecen
directamente a más de un millón de personas, se han reducido al menos en un 15 por ciento en
el último trimestre, en función del galopante desempleo en las metrópolis y la depreciación del
euro.
En cuanto al financiamiento de la economía por la mecánica del crédito externo, se tiene que
anotar que los severos problemas de liquidez de sus habituales proveedores de capital y el
consiguiente encarecimiento de los préstamos están llamados a agravar la situación de la
balanza de pagos y del presupuesto estatal. Para el próximo año se estima que este, que
asciende a 13.500 millones de dólares, tendría una brecha que se estima hasta en 5 mil
millones y, por lo tanto, un déficit cercano al 40 por ciento; esto sin incluir –al menos
completamente- el costo que representaría al Estado solventar los derechos individuales y
sociales incorporados a la regalona nueva Carta Política. (5)
3
Si a la incidencia de estos factores vinculados a la recesión internacional y a la despilfarradora
política fiscal correísta, se añade el parasitismo de la bancocracia doméstica y la consiguiente
asfixia del aparato productivo, el panorama que presenta la economía ecuatoriana para un
horizonte previsible adquiere tonalidades sombrías e, incluso, ha venido a “barruntar” un
estallido de la dolarización. (6)
Podría decirse –a modo de síntesis- que la “Revolución sin revolución” impulsado por Rafael
Correa y su impresentable buró político –los Patiño, Borja, Alvarado, Mera, “Corcho” Cordero
et al-, ha resentido la hecatombe del capitalismo central por partida doble. De un lado, por la
afectación a su dimensión desarrollista/neomercantilista dependiente, expresada en la
desfinanciación de su política de expansión burocrática y de sus programas de inversión, a
veces faraónicos; y de otro, por la segura penuria de recursos para su política
asistencialista/clientelar/tarimera, penuria que se traduciría en el congelamiento y eventual
reducción del monto de los subsidios populares vigentes (bono de la pobreza, bono de la
vivienda, tarifas eléctricas “de la dignidad”) y en la imposibilidad de sustentar los nuevos
derechos económico/sociales establecidos en la Carta Política vigente desde el pasado 28 de
septiembre.
Fuga hacia el colonialismo del siglo XVI
Colocado en este vértice histórico, completamente imprevisto para una dirigencia de Alianza
País candorosamente instalada en la seguridad de un auge petrolero ad infinitum, el régimen
se ha decidido por la radicalización de la estrategia/modelo neoliberal, es decir, por impulsar a
como dé lugar un esquema productivo primario/exportador y extractivista. Es decir, por el
esquema que los clásicos de la Economía Política lo denominaran acumulación primitiva de
capital y que autores contemporáneos -Samir Amin y David Harvey, entre otros- lo tipifican
como acumulación por desposesión o capitalismo del saqueo y la depredación.
La inevitable secuela de ese modelo de crecimiento para los países que lo soportan - el
Ecuador, en este caso- es la pérdida de control territorial, la destrucción de los recursos
naturales y ambientales y la sobreexplotación laboral. Aún más, y dado que uno de los
principales corolarios del “crack” financiero en curso corresponde a la caída en picada del
mercado de los productos mineros y energéticos, enfatizar en ese diseño constituiría la ruta
para el esclavizamiento ineluctable de la mano de obra. Todo a cambio de los típicos y
despreciables platos de lentejas.
Esta fuga hacia una estrategia productiva primario/exportador, a la par que significaría –como
dijimos- avanzar a una fase superior del neoliberalismo, constituiría, en la práctica, un retroceso
al modelo económico/político de dominación que implantara en estas tierras la Corona
española en su primera época de colonización de estas tierras.
En los tiempos que corren, y conforme ya insinuamos, este cambio de época (hacia atrás) ha
sido ya adelantado “desde adentro” para el sector petrolero por los ministros de Energía Galo
Chiriboga y Derlis Palacios.
Coherente con esa definición, el mandatario Correa ha remitido a la Comisión Legislativa -un
clon en pequeño de la dócil Asamblea Constituyente de Montecristi- un proyecto de Ley de
“Seguridad Alimentaria” y un proyecto de Ley Minera, ambos preparados por conocidos
“hombres de paja” de las transnacionales.
Esta apuesta sin tapujos por la recolonización explica, por un lado, la aproximación de
Carondelet a sectores políticos y empresariales “partidocráticos” (derecha tradicional), y por
otro, su ruptura con los izquierdistas y ecologistas “infantiles”.
Resurgimiento de la resistencia
La salida reaccionaria de marras ha tenido el efecto de activar a la multiforme oposición
nacionalista y de izquierda.
En este contexto político se explican las cada vez más abigarradas movilizaciones de la
CONAIE y de las organizaciones campesinas de la Costa, en repudio al genocidio y el ecocidio;
las masivas protestas de los trabajadores y empleados públicos contra la conculcación de sus
derechos laborales; las marchas estudiantiles contra la anunciada alza de pasajes; el rechazo
4
del magisterio al intento de funcionalizar la educación a intereses foráneos; las acciones
anunciadas por los jubilados; y, en fin, la multiplicación de los arrepentidos por su voto
refrendatorio de una Constitución desvertebradora del Estado de Derecho que, en una de sus
primeras aplicaciones, liquidó a la Corte Suprema de Justicia.
Constelación de episodios que ha venido a configurar un escenario similar al que precediera a
los derrocamientos de las cleptocracias encabezadas por Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y
Lucio Gutiérrez.
- René Báez, International Writers Association y Foro Mundial de Alternativas
Notas
(1)
Ver: “Triunfo de Correa: round para el bolivarianismo” (www.alainet.org/active/14858),
“Claroscuro de la Revolución Ciudadana” (www.alainet.org/active/25357&lang=es), “La derrota
de los secesionistas” (www.alainet.org/active/10872&lang=es) y “Correa: la fase superior del
neoliberalismo” (www.alainet.org/active/26103).
(2)
Ver nuestro estudio “América Latina: Modelos económicos y luchas sociales”:
www.alainet.org/active/27268); también el artículo de James Petras titulado “Los regímenes de
centro-izquierda
en
América
Latina
y
el
colapso
económico”
(www.rebelión.org/noticia.php?id=75847); también el pionero análisis de Jorge Beinstein
titulado “En la trampa progresista” (www.alainet.org/active/1119).
(3) En una nota titulada “El ‘oro negro’ está en riesgo”, se lee: “Los 1.500 millones de barriles que
tiene el Ecuador como reserva de de crudo liviano pasarían a manos de las transnacionales. Las
‘joyas de la corona’, las reservas petroleras que representan la mayor riqueza del Ecuador,
estarían a punto de privatizarse. Es la denuncia que realizó Martha Roldós, ex asambleísta por la
RED, sobre las negociaciones que el Gobierno prevería cerrar… con las transnacionales
Schlumberger, Halliburton y Buker. Los campos que estarían por pactarse con estas compañías
son Auca, Lago Agrio, Shushufindi y Libertador. Pero a eso se añade el convenio que firmaron
los presidentes Correa y Chávez el pasado 29 de agosto (2008) en Venezuela, con el cual se creó
una empresa mixta para explotar el campo Sacha… Para rechazar la posible entrega de esos
campos, Roldós hizo referencia a las declaraciones de Rafael Correa cuando era candidato a la
Presidencia. En una entrevista con Radio La Luna, en mayo del 2006, el actual Jefe de Estado
habría dicho que permitir la privatización de los pozos de Petroecuador sería una ‘traición a la
Patria’”. La Hora, 9 de septiembre de 2008.
(4) Ver www.rebelion.org/noticia.php?=66055; también, el artículo de Jorge Beinstein “Rostros de
la
crisis.Reflexiones
sobre
el
colapso
de
la
civilización
burguesa”
(www.alainet.org/active/27275@lang=es).
(5) Respecto de esto último, en una información titulada “Ofertas de campaña le cuestan al régimen
unos 3.700 millones de dólares” se apunta: “… el costo anual de la subvención (al transporte)
podría superar los 900 millones de dólares. Alza de salarios para las Fuerzas Armadas, Policía,
magisterio y otros sectores, cuyo costo bordea los 500 millones de dólares, también engrosan la
lista de compromisos. Aunque la cifra está en revisión, se debe contabilizar también la gratuidad
de la educación superior, que demandará unos 100 millones de dólares anuales. Para la afiliación
para amas de casa y desempleados al IESS requeriría de una partida anual de 950 millones de
dólares. Otros 720 millones serán necesarios para aplicar el sistema de jubilación universal, y
500 millones adicionales al presupuesto para la salud y la educación. Así, la cifra llega a 3.720,
aunque podría resultar modesta si se toman en cuenta otras promesas…” (El Universo, 19 de
octubre del 2008)
(6) Ver “Correa: la fase…”, Op. cit.
http://www.alainet.org/active/27959&lang=es
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