B. ROBLEDO; G.J. TRANCHO; D. CAMPILLO Factores de estrés ambiental en el hueso coxal: frecuencia de osteoartrosis en una población medieval española ANTECEDENTES Actualmente el campo de investigación en Antropología Biológica se extiende no sólo a la caracterización morfométrica de restos óseos de poblaciones antiguas, sino que pretende realizar una interpretación biocultural de los distintos grupos humanos para conocer su grado de adaptación medioambiental. El individuo como reflejo del medio en el que se desarrolla, a la vez que depende de él como fuente de vida, está sometido a distintos factores de estrés que afectan a su adaptación. La respuesta a esta presión depende entre otros factores de la edad, sexo, resistencia y susceptibilidad genética de cada individuo (GOODMAN et al, 1988; WOODS et al, 1992), al igual que de la duración y, sobre todo, la severidad del estrés al que se vea sometido (WALKER Y HOLLIMON, 1989). Son escasas las lesiones que pueden ser susceptibles de análisis a nivel macroscópico o microes-tructural, e incluso es difícil distinguir su etiología al poder manifestarse de manera similar diferentes lesiones (STIRLAND, 1991). Las zonas articulares son estructuras con limitada capacidad para expresar cambios, pero como consecuencia del deterioro y/o desgaste del cartílago, la superficie del hueso puede quedar expuesta e irse modificando. Esta transformación se manifiesta bien mediante la formación de nuevo tejido óseo (proliferación marginal, reacción del hueso subcondral, remodelación del contorno articular, anquilosis, etc.) bien destruyéndolo (erosión, cambios císticos, pérdida del hueso subcondral, etc.) (ROGERS et ai, 1987). Este trabajo se centra en el análisis de la frecuencia de osteoartrosis en el hueso coxal. Esta pieza es importante no sólo para toda inferencia relacionada con la actividad locomotora, dada su conexión con los miembros inferiores, sino que por su articulación con el sacro permite analizar algunas de las respuestas del coxal ante ciertos movimientos de torsión de la columna. Así, pretendemos utilizar la osteoartrosis para aproximarnos a la valoración del grado de presión ambiental sufrida por la población de Wamba, observando si existe o no dimorfismo sexual. MATERIALES Y MÉTODOS La serie analizada consta de un total de 343 coxales (202 masculinos y 141 femeninos) procedentes del osario del Monasterio de Santa María (Wamba, Valladolid) (PÉREZ DE BARRADAS, 1952; DE LA QUINTANA y MATESANZ, 1990). La determinación del sexo y de la edad fisiológica se realizó a partir de distintas metodologías (BASS, 1971; FEREMBACH, et al, 1979; RIVERO, 1985; Su-CHEY, et al, 1988; LOVEJOY, et al, 1985; ANDERSON, 1990) atendiendo a caracteres cualitativos. Las piezas han sido estudiadas macroscópicamente con el fin de localizar cualquier patología. Se analizó la totalidad de la colección, evaluando el tipo y grado de lesiones que en ella se encontraron. En este trabajo analizamos de manera más precisa en la osteoartrosis. Así se han estudiado separada327 B. ROBLEDO; G.J. TRANCHO; D. CAMPILLO mente los dos lugares de articulación afectados por ella: la cavidad acetabular y la faceta auricular. Ante la falta de acuerdo entre los especialistas sobre la división en diferentes estadios de esta patología, ya que la severidad se puede estimar usando un método global o por características separadas, se procedió a codificar la frecuencia de la lesión siguiendo el criterio de presencia-ausencia. Toda la información fue almacenada en D Base III plus y analizada estadísticamente mediante el paquete estadístico SPSS Pc+ V3.0 (NORUSIS, 1988). RESULTADOS Nuestra muestra formada por 343 coxales presenta 150 casos (44%) con algún tipo de lesión. La Tabla 1 muestra la distribución de patologías siendo la osteo-artrosis la lesión más frecuente, con un total de 87 casos (25.4%). Tabla 1 En nuestro estudio (Tabla 2) no hemos encontrado diferencias significativas al analizar la asimetría (X21 = 0.84 n.s.), por lo que puede decirse que no existe un lado preferencial en la manifestación de esta lesión. Tras separar las dos articulaciones afectadas por artrosis (Tabla 3) vemos que la frecuencia de lesiones coxofemorales en el conjunto de la población de Wamba es casi de un 22%, existiendo entre el total de los varones casi un 29% de afectados por sólo un 10% de mujeres, mostrando diferencias significativas (X21 = 14.82 p< 0.01). Tabla 3 Incidencia de osteoartrosis por articulaciones según el sexo Masculino Artrosis coxofemoral Femenino Total n % n % n % 53 28.6 13 10.4 66 21.3 Artrosis sacroilíaca 6 3.2 13 10.4 19 6.1 Sin artrosis 126 68.1 99 79.2 225 72.6 Total 185 310 100.0 125 Distribución de patologías en la población de Wamba Código Frecuencia % Porcentaje acumulado Artrosis ART 87 25.4 25.4 Exóstosis EXO 25 7.3 32.7 Fracturas FRA 4 1.2 33.8 Osteoporosis OST 23 6.7 40.5 Otras patologías OTR 11 3.2 43.7 Sin patología NOR 193 56.3 100.0 343 100.0 100.0 Variables Total Analizando la frecuencia de osteoartrosis en coxales adultos hemos detectado un claro dimorfismo sexual, existiendo diferencias estadísticamente significativas (X21 = 4.61 p < 0.05). Como puede apreciarse en la Tabla 2 es la serie masculina la más frecuentemente afectada con casi un 30% frente al 19% de la femenina. Tabla 2 Distribución de osteoartrosis por sexo y lado Varones Mujeres Derecho Izquierdo n % n % n % n % Artrosis 60 29.6 27 19.3 40 22.6 47 28.3 Sin Artrosis 143 70.4 113 80.7 137 77.4 119 71.7 Total 203 177 166 328 140 En la articulación sacroilíaca la frecuencia de la lesión alcanza el 6.1%. Un 3% son masculinos y un 10% femeninos mostrando diferencias estadísticamente significativas (X21 = 6.64 p<0.01). Tabla 4 Incidencia de osteoartrosis en varones según la edad Artrosis coxofemoral Artrosis sacroilíaca Adulto Maduro n % n % n Senil % n % 19 18.6 31 39.7 3 60.0 53 28.6 6 3.2 4 3.9 2 2.6 - -- Sin artrosis 79 77.4 45 57.7 2 40.0 Total 102 78 5 Total 126 68.1 185 7.3 Las Tablas 4 y 5 muestran la distribución de osteoartrosis coxofemoral y sacroilíaca por distintos grupos de edad para ambos sexos. Observamos como la lesión para la articulación con el fémur aumenta significativamente con la edad, tanto en varones (X21 = l1.17 p<0.01) como en mujeres (X21 = 8.24 p < 0.01). Para la articulación sacroilíaca no se han detectado diferencias en ninguno de los dos sexos. FACTORES DE ESTRÉS AMBIENTAL EN EL HUESO COXAL: FRECUENCIA DE OSTEOARTROSIS EN UNA POBLACIÓN MEDIEVAL ESPAÑOLA Tabla 5 Incidencia de osteoartrosis en mujeres según la edad Adulto Maduro n % n % n % n % 3 4.0 8 18.6 2 28.6 13 10.4 9 12.0 4 9.3 - -- 13 10.4 Sin artrosis 63 84.0 31 72.1 5 71.4 99 79.2 Total 75 Artrosis coxofemoral Artrosis sacroilíaca 43 Senil 7 Total 125 DISCUSIÓN La osteoartrosis a pesar de ser una de las patologías más comúnmente encontradas tanto su definición como su clasificación están siendo continuamente debatidas (HUSKISSON, et al, 1979; ROGERS, et al., 1987; MCALINDON y DIEPPE, 1989). Ante la falta de acuerdo terminológico la mayoría de investigadores han optado por la denominación, quizá más apropiada, de enfermedades o cambios degenerativos de las articulaciones. En nuestro país no existe una serie tan amplia como la de Wamba en la que se haya realizado un estudio paleopatológico exhaustivo, pero desde el principio nos llamó la atención la alta proporción de individuos afectados (44%). Los resultados obtenidos por otros autores ( MERBS, 1983; JURMAIN , 1990; BRIDGES, 1991; WALDRON, 1991) señalan frecuencias para la osteoartrosis del coxal más bajas que las nuestras, ocupando el tercer o cuarto lugar tras las articulaciones sinoviales, por detrás de la rodilla, codo u hombro. Sin embargo en otros trabajos los porcentajes de esta región son los más elevados (BROTHWELL, 1961), o los más altos tras los de rodilla (ÜRTNER y PUTSCHAR, 1985). En nuestra opinión la existencia de resultados distintos podría deberse no sólo al desarrollo de diversos patrones de actividad, sino a la utilización de diferentes metodologías que terminan haciendo difícil, e incluso inapropiada, la comparación entre poblaciones. Nuestros resultados están de acuerdo con los obtenidos en poblaciones neolíticas y de la edad del Hierro danesas (BENNIKE, 1985) o la población prehistórica agrícola norteamericana de Georgia (LARSEN, 1984) ya que son los varones quienes presentan una mayor frecuencia de osteoartrosis. El marcado dimor- fismo sexual encontrado y las diversas etiologías asociadas a la osteoartrosis como traumatismos, degeneración articular, alteraciones relacionadas con la ocupación o con cualquier otro factor de presión ambiental, nos llevó a desglosar esta lesión en las dos articulaciones afectadas. Articulación coxofemoral La osteoartrosis de esta articulación afecta tanto al acetábulo como a la cabeza femoral, llegando a provocar cambios biomecánicos importantes como la modificación de la inclinación de la superficie articular donde recae el peso corporal (BOMBELLI, 1976). Dependiendo del grado de severidad en los patrones de migración de la cabeza femoral podremos observar algunas modificaciones óseas, fundamentalmente osteofitos (LEDINGHAM, et al., 1992). En nuestra serie existe un claro dimorfismo sexual para esta lesión. En la colección Terry de población norteamericana de raza blanca y negra, o en esquimales (JURMAIN, 1977), y en series de California del 130 al 1782 DC. (WALKER y HOLLIMON, 1989) también se han observado mayores frecuencias en varones. Algunos estudios demuestran que la frecuencia de osteoartrosis coxofemoral aumenta significativamente en las mujeres actuales, llegando incluso a doblar su número respecto al de los varones (MEACHIM y PEDLEY, 1980; WALDRON, 1992; YELIN, 1992). Meachim y Pedley piensan que la morfología esquelética y la forma de andar pueden ser factores importantes en la explicación de este marcado dimorfismo; igualmente apuntan que podría existir una diferencia sexual inherente en el cartílago articular o en cualquier otro componente de la articulación sinovial. Aún así, no debemos olvidar que la osteoartrosis coxofemoral ha sido relacionada con actividades desarrolladas por campesinos (BENNIKE, 1985; RESNICK y NIWAYAMA, 1988) habiéndose conservado esta tradición hasta la actualidad en la región a la que pertenece nuestra serie y que, por otro lado, la orografía accidentada de Wamba podría haber incrementado la proporción de afectados. En Wamba podemos observar la existencia de claras diferencias significativas con la edad para esta zona coxofemoral entre los individuos adultos. Según algunos autores la osteoartrosis puede empezar a producirse a partir de los 30 años (MARTÍN, et al, 1979; WALDRON, 1992), aumentando exponencialmente después de los 50 (RESNICHK y NIWAYAMA, 1988). Con el 329 B. ROBLEDO: G.J. TRANCHO; D. CAMPILLO paso del tiempo e influida por factores traumáticos, estrés articular, problemas endocrinos u hormonales, nutrición e incluso la predisposición genética (JURMAIN, 1977), la superficie del cartílago de la articulación sinovial degenera y se desintegra. Consecuencia de este proceso el movimiento articular mecánico se dificulta y termina dejando la superficie del hueso expuesta (MANCHESTER, 1983). Podemos destacar que en nuestra serie hemos encontrado dos casos de osteoartrosis coxofemoral en individuos juveniles, esto nos indicaría, bien la presencia de factores de estrés ya a edad temprana bien algún tipo de enfermedad como pueden ser las de origen endocrino que parecen ser frecuentes en casos de lesiones articulares degenerativas (RESNICK y NIWAYAMA, 1988). Articulación sacroilíaca Las superficies articulares del sacro y el ilion se unen unas a otras, restringiendo los movimientos y contribuyendo a fortalecer la cintura pelviana. Los movimientos que posee son muy escasos, reduciéndose al grado de rotación anteroposterior que se produce durante la flexión y la extensión del tronco. La modificación más importante se produce al cambiar la posición del cuerpo, al erguirse o ponerse de pie cuando estamos agachados, provocando un desplazamiento en la zona superior del sacro hasta de 5 ó 6 mm (GRAY, 1985). Como consecuencia del embarazo las articulaciones y los ligamentos pelvianos se relajan permitiendo realizar movimientos más extensos, pero el mecanismo de cierre se hace menos fuerte y el peso corporal recae sobre los ligamentos mucho más intensamente provocando, en ocasiones, distensiones sacroilíacas. Tras el parto los ligamentos y el sistema de cierre se ajustan de nuevo (GRAY, 1985). Estos reajustes provocarían una fricción más continua de las superficies articulares y pensamos que podrían ser también la causa principal de la lesión. El marcado dimorfismo sexual existente en Wamba para esta patología, y la superior proporción en las mujeres, nos hace pensar que esta lesión podría explicarse en función de los efectos provocados por la gestación. La ausencia de diferencias significativas con la edad viene a apoyar esta hipótesis, ya que las mujeres pasado su período de fertilidad y reproducción no verían afectada esta zona y por tanto la frecuencia de esta patología no aumentaría. 330 Por otra parte, en los varones la lesión sólo podría vincularse a los movimientos anteroposteriores, ya explicados, que pueden realizarse como consecuencia de determinadas actividades ocupacionales, por ejemplo la agricultura. El trabajo realizado por STEWART (1984) demuestra que debido a la menor movilidad de esta articulación en los varones se aumenta la posibilidad de aparición de anquilosis sacroilíaca en edades avanzadas, lo cual favorecería una mayor estabilidad de la cintura pelviana. La osteoartrosis como enfermedad de carácter degenerativo se ve afectada de forma importante por la edad. Aún así debemos tener en cuenta que otros factores como el sexo, la predisposición genética, traumatismos, defectos relacionados con la ocupación pueden tener una influencia decisiva en la aparición de esta lesión articular. En nuestra población también debemos contemplar la posibilidad de la utilización temporal del Monasterio de Santa María como Hospital de peregrinos. Esta hipótesis soportaría la evidencia del alto número de lesiones (44%) observadas en Wamba. AGRADECIMIENTOS Esta investigación se ha realizado gracias a la financiación del proyecto de la DGICYT PB-90-0581-C02. BIBLIOGRAFÍA ANDERSON, B.E.; 1990: Ventral are of the os pubis: anatomical and developmental considerations. Am. J. Phys. Anthropol. 83: pp. 449-458. BASS, W.M.; 1987: Human Osteology: A laboratory and field manual of the human skeleton. Tercera edición. Columbia. Missouri Archaeological Society. USA. BENNIKE, R; 1985: Palaeopathology ofDanish skeletons. Tesis doctoral. Akademish Forlag. Dinamarca. 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