la Catedral de Toledo

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Intervenciones Recientes en la Fábrica de la Catedral de Toledo
INTRODUCCIÓN
El Plan Director de la Catedral de Toledo, redactado en 1999 por el equipo de la
Universidad Politécnica de Madrid formado por los arquitectos Valentín Berriochoa
Sánchez-Moreno y José Miguel Merino de Cáceres y el historiador Pedro Navascués
Palacio, establece el diagnóstico general del conjunto catedralicio, explicita los criterios
para la conservación y restauración, concretando los planes de intervenciones ordenados
por prioridades y sectores de su inmensa fábrica. Siguiendo las indicaciones establecidas
en el mencionado Plan Director se ha producido recientemente, en la primera década del
siglo XXI, una serie de actuaciones de restauración centradas principalmente en el área
del Claustro y en los interiores de la Torre de las Campanas.
La intervención en el Claustro es consecuencia de una iniciativa del Cabildo que ha
contado con el patrocinio del Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y
Bienes Culturales, que en octubre de 2003 inició el expediente para adjudicar el contrato
de redacción del proyecto por concurso público, el cual fue resuelto, en marzo de 2004,
a favor del mismo equipo redactor del Plan Director.
Entregado el Proyecto, el Ministerio de Cultura lo sometió a las preceptivas revisiones y
finalmente quedó aprobado en diciembre de 2004, pero debieron pasar algunos años
hasta que se puso en marcha el procedimiento de adjudicación de las obras, las cuales
fueron objeto del pertinente concurso, resolviéndose, en mayo de 2008, a favor de la
empresa Construcciones Ángel B. Beltrán S. A. (CABBSA). Las obras del claustro dieron
comienzo en julio de 2008 y se prolongaron hasta abril de 2011, con la intervención en
los tres niveles del claustro, afectando a una superficie de 7.038 m². El objetivo de la
intervención ha sido la consolidación, restauración y revitalización funcional de todos sus
espacios, con vistas a su puesta en valor, reapertura a la visita pública y la reorganización
de los archivos de la catedral con sus depósitos y salas de consulta para investigadores.
La intervención en la Torre de las Campanas, más contenida en cuanto a su alcance, es
consecuencia del patrocinio de la Junta de Castilla La Mancha, Consejería de Cultura,
Turismo y Artesanía, Dirección General de Patrimonio Cultural. El objeto de la actuación
ha sido la restauración de los interiores de la torre para facilitar el acceso del público
1
hasta el nivel de las campanas. Las obras han sido dirigidas por los mismos arquitectos
que en el caso del claustro y la empresa adjudicataria de las obras ha sido TRAGSA, con
un plazo de ejecución entre septiembre de 2010 y marzo de 2011, con intervención en
las estancias y husillos interiores de la torre, afectando a una superficie de 404 m².
En el presente capítulo se describen las referidas actuaciones en el claustro y en la torre,
planteadas con el necesario criterio de respeto al valor histórico y documental del edificio,
que ha de mantenerse a pesar de la transformación de las condiciones de uso que se
añaden a la larga biografía del conjunto de la catedral.
ARQUEOLOGÍA Y ANTECEDENTES ISLÁMICOS
La intervención en el claustro ha tenido múltiples vertientes que han venido precedidas de
una intensa labor de investigación previa y simultánea con la ejecución física de los
trabajos de restauración. En el proyecto se estableció la oportunidad de realizar una
campaña de excavación arqueológica con la apertura de catas en el nivel de las pandas
y jardín del claustro que han permitido analizar los restos arqueológicos del subsuelo,
siendo la primera excavación realizada en la catedral de Toledo, cuestión sobre la que
solo existía el precedente de unos estudios de geofísicas localizados en el ámbito de la
iglesia.
La excavación y control arqueológico de toda la obra del claustro ha sido dirigida por
Martín Almagro Gorbea1, auxiliado por Javier Marañón, con el correspondiente equipo
de colaboradores especialistas en epigrafía, antropología, numismática, etc., que han
dejado constancia del proceso en el correspondiente informe. Los restos de los materiales
procedentes de la excavación, siglados y debidamente inventariados han sido depositados
en el Museo Arqueológico Provincial. Los restos de los cuerpos humanos procedentes de
los diferentes niveles de la excavación han sido analizados antropológicamente y
entregados al Cabildo Catedral para su enterramiento reducido en el propio claustro.
Se ha abierto un total de seis cuadrículas que afectan a una extensión en planta de 300
m², localizadas en línea norte-sur y este-oeste, atravesando longitudinal transversalmente
el claustro. Uno de los datos más elementales ha sido la confirmación de la topografía
inicial del terreno antes de las primeras poblaciones que por sucesivos rellenos han ido
recreciendo los niveles a partir de la roca madre, encontrando estratos con restos de
haber sido habitados a más de 7 metros de profundidad en la zona del costado sur del
2
claustro. En los diferentes estratos de la excavación se ha identificado la existencia de los
sucesivos momentos protohistóricos, íbero, romano, visigodo, islámico y cristiano, que
sucesivamente se han asentado en este lugar.
La aparición de estructuras que testifican la existencia de asentamientos habitacionales
anteriores, ha sido particularmente significativa en el sector sur al pie de la Puerta de
Santa Catalina, siendo de destacar la aparición de un gran muro levantado con material
de acarreo, formado por sillares de piedra caliza de irregular factura, asentado
directamente sobre la roca virgen y luego reaprovechado en la cimentación de la actual
catedral. En la parte inferior del mismo aparecieron varios fragmentos de cerámica del
tipo de cuerda seca, de época taifa, en el siglo XI, lo que permite argumentar la hipótesis
de su pertenencia al muro norte de la mezquita aljama, la cual debió ser objeto de
remodelación por esas fechas.
Teníamos escasos datos sobre la morfología y construcción de la mezquita toledana.
Conservamos escasos restos físicos, como la columna que aparece empotrada en la
Capilla de Santa Lucía y, muy probablemente, las columnillas que hoy rodean
exteriormente el coro. Parece igualmente seguro que el basamento de la actual torre de
campanas, hasta la primera imposta, sea obra islámica, reaprovechada por Alvar
Martínez que le añadió los contrafuertes y recreció la fábrica. Igualmente son obra
islámica tres grandes aljibes existentes en el subsuelo de la panda claustral de mediodía,
en los que se han identificado grafitos de escritura con signos posiblemente árabes,
pertenecientes a unos antiguos baños anejos a la mezquita. Por otra parte a norte y a
poniente del claustro se encuentran unas estancias abovedadas, construidas en ladrillo y
en parte excavadas en la roca de asiento, que son antiguas estructuras pertenecientes a
dependencias del anterior al-caná.
ACTUACIONES EN EL CLAUSTRO BAJO
La superficie horizontal que actualmente ocupa el claustro es consecuencia de la
nivelación realizada en el siglo XIV, con rellenos en su costado sur y excavaciones hasta la
roca en el costado norte, produciéndose en el encuentro septentrional un desnivel entre el
pavimento del claustro y la calle Hombre de Palo del orden de 6 metros. De hecho el
costado norte de la Escalera de Tenorio, en el nivel de planta baja, está formado
3
directamente por el corte vertical de la roca, naciendo el muro que formará la fachada a
la calle a partir de los 3 metros.
Las cámaras laterales de la escalera, en el nivel del claustro bajo, son cuevas anteriores a
la construcción del claustro, que penetran bajo la calle y que fueron excavadas a pico
como almacenes del antiguo al-caná. Las bóvedas que forman el techo de la planta baja
de las mencionadas cámaras están realizadas posteriormente por debajo del grueso de la
roca. En los niveles estas cámaras laterales forman el volumen que configura la
alineación de la calle y pertenecen a la construcción cristiana contemporánea con la
escalera de Tenorio.
Este desnivel entre las calles Hombre de Palo y Arco de Palacio con respecto al claustro
bajo es causa de las humedades que, procedentes del terreno y de las instalaciones
urbanas, han afectado a los muros produciendo desastrosos daños en las pinturas
murales del Claustro y de la Capilla de San Blas. Sin embargo no parece que las
humedades vinieran de muy antiguo, toda vez que en algunas fotografías de esta zona,
de finales del siglo XIX, las pinturas murales no presentaban significativos deterioros ni
manchas de humedad, habiéndose producido los deterioros principalmente en la
segunda mitad del siglo XX.
Para eliminar las humedades se ha ejecutado una cámara bufa en todo el costado del
encuentro del muro norte del claustro, bajo la calle Hombre de Palo, realizada mediante
trabajos en mina. Las obras han consistido en la ejecución de dos pozos de una
profundidad de 6 metros, hasta llegar a una cota inferior a la del pavimento del claustro.
Entre los dos pozos se ha excavado en mina un túnel en paralelo a la cara exterior del
muro norte del claustro, dejando al descubierto la zarpa de la cimentación. El túnel se ha
revestido de ladrillo, en bóveda de cuarto de cañón consolidando el terreno, dejando
aperturas para el facilitar la permeabilidad del muro y la eliminación de las humedades.
El túnel va ganando cota en su desarrollo hacia saliente, adaptándose a la pendiente del
perfil de la roca de asiento de la cimentación, lo que permite el establecimiento de una
circulación de aire que favorece la ventilación.
En la construcción inicial del siglo XIV, el nivel del jardín estaba a la misma cota que los
corredores del claustro, tal como es posible hoy interpretar observando el arranque de las
molduras de las pilastras. Investigaciones en el archivo han establecido el proceso de
transformación del prado del claustro, el cual se recreció de nivel con respecto a las
4
pandas en las obras realizadas en el siglo XVI2. El recrecido del nivel provoca que las
aguas de lluvia produzcan escorrentías que afectan a los muros del perímetro y al
pavimento de las galerías. Para paliar esta situación se ha ejecutado una red de drenaje
que deriva las aguas hacia los aljibes situados bajo la panda sur.
El trazado del prado está organizado con dos caminos pavimentados que atraviesan los
ejes centrales formando cuatro cuarteles ajardinados. Los paseos están pavimentados con
losas de granito, organizando en el centro un ochavo en el que se dispone una fuente.
Los cuarteles están enmarcados con setos y en ellos se alzan diversas especies arbóreas,
la mayor parte árboles frutales: membrillos, naranjos, ciruelos y granados, con la
presencia cipreses de mayor porte. Destacan algunos arbustos, entre los que se cuentan
bellos acantos y laureles.
El arbolado ha sido podado, en la medida en que cada especie lo tolera, y se ha
procedido a la renovación de los setos y gran parte de los arbustos, plantando tapizantes
que cuajan los cuarteles. En su origen el riego del jardín se producía mediante acequias
que dirigían el agua a partir de los estanques situados en el costado sur3. En la actualidad
el riego se produce mediante una red automatizada que toma el agua de los estanques,
los que a su vez se llenan mediante bombeo de los aljibes. Tanto el riego como el
funcionamiento de la fuente están regulados mediante un sistema automático que permite
fijar el horario en las distintas estaciones del año.
Las fachadas al prado del claustro bajo son de fábrica de cantería que han podido
analizarse en detalle una vez montados los andamios. En la coronación de los muros
existe un barandal de traza medieval que en algunos tramos mantenía a la vista una
ornamentación de cuatrilóbulos góticos, en tanto que en gran parte del resto de los
tramos la ornamentación estaba tapiada con fábrica de ladrillo enfoscada y pintada.
Al proceder al desmontaje de las paredes que tapiaban el barandal, se ha podido
verificar el estado de conservación de los cuatrilóbulos que estaban ocultos, consecuencia
de una intervención de los años 1980, con un muy dispar estado de conservación en las
diferentes partes. Cuando el estado de conservación lo ha permitido, se ha procedido a
su consolidación y restauración dejándolos a la vista. Cuando simplemente habían
desaparecido, se ha procedido, tras la verificación de los indicios que permiten confirmar
su presencia original, a dejar memoria de su preexistencia con un revoco esgrafiado con
el dibujo simplificado de los cuatrilóbulos.
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Durante la reforma de Covarrubias el conjunto de los ánditos claustrales había sido
revestido y pintado con simulado despiece de sillería, de igual manera que hoy se
conserva en el interior del templo. Fotografías antiguas del claustro permiten identificar
las bóvedas con los plementos revestidos y con el dibujo de un fingido despiece.
Recientemente, en fecha imprecisa pero muy posiblemente en la segunda mitad del
pasado siglo XX, las bóvedas y articulaciones del claustro bajo fueron sometidos a un
proceso de limpieza, dejando los plementos con la piedra en su cruda desnudez y a la
vista las intervenciones históricas realizadas con materiales varios, en un mosaico de
texturas y colores. De otra parte, el conjunto mostraba importantes deterioros, provocados
principalmente por la acción del agua, procedente de filtraciones y roturas de desagües
en las partes del sobreclaustro, que durante largos años habían venido deteriorando la
piedra.
En las obras de restauración se han llevado a cabo labores de consolidación, limpieza y
rejuntado sobre los elementos de sillería vista de los arcos y nervaduras de bóvedas y
pilastras, con la reconstrucción de las dovelas perdidas en los arcos formeros en un tramo
del costado norte y otro del costado oeste, ambos totalmente perdidos como
consecuencia de las citadas humedades. En nervaduras y pilastras se han realizado las
oportunas labores de restauración de la piedra, dejando patentes las señales de las
sucesivas reconstrucciones históricas, que se hacen presentes, en dovelas de los arcos y
pilastras de las fachadas del prado, por el cambio de la inicial piedra de caliza sustituida
por piedra de granito. En los plementos, tras su consolidación y ante el lamentable
aspecto que muchos de ellos presentaban se ha procedido a su revestimiento con un
revoco de cal sin despiece.
Tras la intervención del siglo XVI llevada a cabo por Covarrubias en el claustro, se
procedió a la decoración de los paramentos perimetrales con pinturas murales, las
cuales, ya en el siglo XVIII se encontraban en tan mal estado de conservación que fueron
eliminadas y sustituidas por las que hoy contemplamos de Francisco Bayeu y Salvador
Maella4. Al tiempo de redactar el proyecto restauración que nos ocupa, las pinturas se
encontraban en un lamentado estado de conservación, por lo que se incluyó en el mismo
una partida para su estudio y limpieza, que luego fue ampliada por el Instituto del
Patrimonio Cultural de España, elaborando un expediente independiente para la
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restauración del conjunto pictórico que ha sido llevada a cabo bajo la dirección de
Santiago Ferrete, técnico del referido Instituto.
En los costados oeste y norte quedan nueve paramentos que nunca llegaron a decorarse
con frescos. Estos paños forman el muro de contención del terreno y por tanto están
sometidos a las humedades de las filtraciones de las calles Hombre de Palo y Arco de
Palacio. En el costado norte ha sido posible construir una cámara bufa para corregir el
efecto del las humedades, pero no puede realizarse tal actuación en el costado de la
calle Arco de Palacio dada la presencia del Bodegón bajo la mencionada calle. En
consecuencia, en ambos casos la existencia de humedades latentes, si bien de contenida
intensidad, se convierte en crónica. Las pruebas realizadas en obra de reponer el
revestimiento con revocos de cal, a pesar de su capacidad para la transpiración,
mostraron que la humedad latente provocaba fuertes manchas de imposible eliminación,
por lo que se ha procedido a realizar un trasdosado con un empanelado ligero,
formando una cámara ventilada, enmarcada con una sencilla moldura que armoniza con
el encintado de los paños que conservan las pinturas murales.
En el costado sur del claustro, el grueso muro divisorio alberga las dos puertas de
comunicación con el templo y pequeñas capillas que, a pesar de la diferente modulación
compositiva de claustro e iglesia, presentan una correspondencia que escenifica el
esfuerzo de encuentro entre ambas construcciones. Los elementos que se disponen en la
panda sur, mencionados de esta a oeste, son los siguientes: en el primer tramo abre la
puerta de Santa Catalina, realizada al tiempo que el claustro; en el segundo tramo la
capilla de Santa María de la Piedad; en el tercer tramo la Capilla Bautismal, pieza que
representa teológicamente el acceso del catecúmeno a la iglesia; en el cuarto tramo la
capilla de Doña Teresa de Haro, o capilla del Christo Crucificado, que en el hueco alto
de comunicación con la iglesia se cierra con tracería de claraboya de cuatro vanos y
rosetas, similar al que debieron poseer los otros huecos en los que fue desmontada; en el
quinto tramo se encuentra la escalera de de acceso al sobreclaustro, denominada
Escalera del Arzobispo, que incluye un moderno ascensor; en el sexto tramo abre la
Puerta de la Presentación y finalmente el último tramo, contiguo a la Puerta del Mollete,
cuyo paramento es el muro bajo de la Torre de las Campanas decorado con pintura
mural.
7
El conjunto de los paramentos de esta panda, principalmente las traseras altas de las
capillas, presentaban una situación confusa de materiales y acabados que desmerecían
notablemente la imagen del claustro, dificultando la lectura de su concepción original y
sucesivas transformaciones históricas. En todo este costado se han realizado minuciosas
labores de restauración dejando el conjunto con la dignidad que le corresponde, siendo
de destacar las actuaciones puntuales llevadas a cabo en las partes altas de las traseras
de las capillas de Santa María de la Piedad y Bautismal. En ambos casos la tracería, que
originalmente cerraba los arcos formeros de la iglesia, tal como se conserva sobre la
capilla de Doña Teresa de Haro, había sido eliminada de antiguo, encontrándose los
vanos cerrados con inoportunas mamparas de madera y cristal impreso. Se ha procedido
a sustituirlas por una lámina de vidrio transparente sobre el que se ha dibujado la
impronta de las antiguas tracerías, lo que permite el entendimiento del proceso de
transformación que supuso la adición del claustro al costado norte de la iglesia. El tramo
tras el que se ubica la Escalera del Arzobispo, se cerraba con un vulgar muro enfoscado y
pintado en el que abrían de forma desordenada diversas ventanas. El paño ha sido
cubierto con una celosía de madera que consigue neutralizar el paramento y poner en
valor el cuerpo inferior de extraordinaria tracería gótica.
Adosado al costado oeste del claustro bajo existe una dependencia construida bajo la
calle del Arco de Palacio, en tiempos utilizada como lagar y bodega y más recientemente
como almacén de utensilios y trastos varios. Se trata de una estancia de singular interés,
resto del antiguo al-caná, construida con muros y bóveda de cañón de ladrillo. La
estancia ha sido objeto de intensas labores de reparación de paramentos y pavimentos lo
que ha permitido recuperar un singular espacio de evidentes valores museísticos.
En el Bodegón se ha localizado el nuevo Museo de la Fábrica de la Catedral, donde se
ha instalado una colección de paneles en los que se explica el proceso constructivo del
conjunto catedralicio, con análisis de sus trazados, de la métrica constructiva, de la
cronología, configurando una explicación didáctica que se acompaña con planimetría
histórica y contemporánea, expresando con ello la voluntad de difusión que permite
comprender el edificio.
Al este del claustro, lindando con la calle de Chapinería, se encuentra la llamada Sala
Capitular de Verano, bien que desde hace largos años no desempeñaba tal cometido y
últimamente se hallaba convertida en almacén de cuadros y tapices. Se ha procedido a
8
una completa restauración, acondicionándola como salón de actos, con capacidad para
80 plazas sentadas. El techo de la estancia es una bóveda fingida decorada, en el
entorno los años 1950, con pinturas al temple representado escenas bélicas y el guión
del Caudillo Franco sobre el ventanal del costado este. Las pinturas han sido restauradas
dejando señal de la compleja biografía edificio.
Al exterior, en el costado este del claustro y en contacto con la entrada a la catedral por
la Puerta del Reloj, existe una lonja propiedad de la catedral que se encontraba con un
pavimento de adoquines en mal estado de conservación. Se ha llevado a cabo una
actuación a fin de acondicionar el acceso al claustro, resolviendo el desnivel con una
rampa que permite un itinerario practicable para personas de movilidad reducida
enlazando con el nuevo ascensor construido en las cámaras laterales de la Escalera de
Tenorio. Esto se ha resuelto con una pequeña reforma urbana del entorno y dignificando
el pavimento de la calle con un grueso enlosado de piedra de granito. El despiece del
enlosado reproduce el de las pandas del claustro, estableciendo un diálogo que pretende
la significación este espacio como antesala de la iglesia y del gran recinto claustral.
En la entrada desde la calle Chapinería se encuentra una estancia que hace de vestíbulo
entre el exterior y las entradas a la Sala Capitular de Verano, la Escalera de la Biblioteca
de Cisneros y el Claustro. Dicha estancia presentaba los paramentos con desigual
tratamiento, está cubierta por una bóveda de arista y posee una notable portada en el
acceso a la Sala Capitular. Se ha saneado la base con nueva solera sobre la que ha sido
colocado un pavimento ajedrezado de caliza y pizarra. Los paramentos han sido
guarnecidos y las portadas han sido cuidadosamente restauradas.
En el frente norte del claustro bajo se encuentra la monumental capilla de San Blas5, de
planta cuadrada cubierta por bóveda ochavada, con espléndida decoración pictórica de
finales del siglo XIV y principios del siguiente6. En 2007 se llevó a cabo la restauración de
su interior, gracias a la aportación de la Getty Foundation, de Los Ángeles, con la
intervención del arquitecto Jaime Castañón Fariña. En su costado de Saliente se adosa
una pequeña sacristía algo posterior a la construcción de la capilla, posiblemente ya de
la mano de Albar Martínez, a juzgar por la traza estrellada de la bóveda que la cubre,
con cuatro terceletes y ligaduras. Constituye por sí misma una minúscula capilla, con su
tribuna coral, donde estaban los fuelles del órgano del recinto funerario de Tenorio. De
9
esta tribuna arranca una estrechísima escalera que comunica con una estancia situada
sobre la bóveda, que servía de habitáculo al sacristán de la capilla.
La intervención en la sacristía de la Capilla de San Blas ha consistido en la reparación de
la bóveda de la tribuna, con reposición de las partes desaparecidas en los bultos
aterrajados de yeso. La escalera de subida a la tribuna ha sido reconstruida en su
totalidad, ante el estado ruinoso que presentaba. La bóveda que cubre la estancia ha
sido limpiada, con reposición de la nervadura del ángulo nororiental, donde había
perdido parte de su masa por deterioro de la piedra. Bajo una capa de enjalbegado de
cal han aparecido restos de las pinturas con las que estuvo ornamentada la bóveda en su
inicial construcción. Todo resto de la pintura que se conservaba ha sido consolidado y
restaurado. Los demás plementos de la bóveda y los paramentos verticales han sido
revestidos con revoco de cal. El pavimento ha sido repuesto con un ajedrezado de caliza
y pizarra.
ACTUACIONES EN EL CLAUSTRO ALTO
A finales del XV se construyó la llamada Escalera de Tenorio7. La organización y
desarrollo de sus tramos, con hueco central, representa un temprano ejemplar de las
escaleras de rincón de claustro, que tan gran desarrollo alcanzarían luego durante el
renacimiento español.
El estado antes de las obras era bastante deficiente, mostrando deterioros importantes en
su fábrica, muy principalmente en los barandales, realizados con piedra caliza blanca y
pizarra negra labrada. A ello se vienen a sumar importantes deterioros causados por las
humedades procedentes de la calle Hombre de Palo, que habían afectado a muros y
solados. Se ha llevado a cabo una completa y cuidada restauración de esta espléndida
pieza, interviniendo sobre paramentos, barandal, escalones, pavimentos y bóveda, al
tiempo se le ha dotado de una cuidada iluminación que coadyuva a su puesta en valor.
El corredor de las Claverías da acceso a diversas dependencias de lo que era el archivo
catedralicio, locales de archivo y viviendas que estaban ocupadas por personal al servicio
de la catedral. En su costado sur se conservan las estancias de lo que fue "Cuarto de la
Reina Isabel8", organizadas en torno a un diminuto patio porticado.
Las obras de restauración han abarcado la totalidad del conjunto, con respeto a la
morfología y técnicas originales, adecuando los diversos locales con objeto de albergar
10
los servicios de la nueva biblioteca moderna y sus archivos secundarios, al tiempo que se
han mantenido cuatro de las viviendas que tradicionalmente han existido en el claustro.
En el corredor se ha procedido a la reparación completa del sistema estructural, cuyas
vigas de madera del techo son a su vez los tirantes de los pares inclinados de la cubierta,
realizando prótesis parciales y sustitución de los elementos colapsados. Se ha renovado el
guarnecido de los paramentos verticales, reparación de carpinterías y reposición total del
pavimento con nuevas losetas de cerámica y cuidado despiece de los entrepaños
enmarcados con bandas de piedra caliza. En los antepechos, poyetes y columnillas de
cantería y rejas se ha procedido a una cuidada limpieza.
En el costado este a cota intermedia, con acceso desde el nivel de Claverías y a través de
la escalera directa que conecta con el vestíbulo de la calle de Chapinería, se encuentra la
Biblioteca Histórica9. La intervención en esta gran pieza ha mantenido la valiosa colección
bibliográfica en sus antiguos armarios, con labores de reparación de los deterioros de
paramentos y bóveda, incorporando nueva iluminación y sensores de protección contra
incendios que incluyen sistemas de extinción automatizada. La cuestión singular planteada
en esta estancia ha sido la conexión con el nuevo archivo y la nueva sala de consulta que
se sitúan justo encima en la segunda planta del claustro. La funcionalidad para la
consulta de los documentos custodiados en la biblioteca exigía un enlace directo con el
piso superior, cuestión que ha sido resuelta con la construcción de un ascensor alojado
en el grueso del muro al que se accede tras la puerta del armario del costado norte.
En el costado sur de Claverías se dispone un conjunto de tres estancias dispuestas en
ángulo recto, convertido hasta el inicio de las obras en almacén de elementos varios y
conocido como el recinto de los “Gigantones”. La primera de ellas constituye un amplio
vestíbulo de acceso a las otras dos y al triforio del testero norte del crucero10. En el curso
de las obras de acondicionamiento se ha descubierto un tramo del triforio del costado
noroeste del crucero, que se encontraba tapiado y destruida parte de su tracería. Se ha
recompuesto la tracería con piedra labrada con criterio diferencial, recuperando la
comunicación con el espacio interior del templo, estableciendo así una visión insólita del
mismo, de indudable interés pensando en la prevista adecuación museística de la zona.
De esta estancia se pasa a la que fuera capilla del Cuarto de la Reina Isabel,
transformada por el cardenal Cisneros y luego de nuevo en el siglo XVIII, a cuyo momento
11
pertenece su actual configuración, con la cúpula oval y linterna, construida con
encamonado de madera y escayola.
La antigua capilla se encontraba antes de las obras muy transformada hasta hacerla
prácticamente irreconocible, con un tabique que partía la estancia al pie de la bóveda y
un enmarañado trazado de cables eléctricos que todo lo envolvía. En los trabajos de
saneado de las paredes han aparecido, embebidas en el grueso del guarnecido, unas
columnillas de lo que en origen fue el barandal de una tribuna ya desaparecida. Así
mismo, bajo el guarnecido, han aparecido restos de las yeserías que ornamentaron la
capilla inicial en el siglo XVI. Se han dejado a la vista los restos del barandal y de las
yeserías, abriendo los huecos existentes bajo los arquillos del triforio y colocando vidrieras
emplomadas que permiten la visión del crucero de la iglesia. Se ha restaurado
detenidamente la bóveda encamonada y se ha colocado un nuevo pavimento de caliza y
pizarra.
Desde esta capilla se accede al balcón volado sobre la nave del templo en el costado del
evangelio, singular oratorio que permite la contemplación del altar mayor 11. Todo ello se
encontraba en un lamentable estado, inaccesible y desconocido. Se ha llevado a cabo un
minucioso proceso de recuperación de la morfología original, limpieza del conjunto,
reparación del pavimento de madera y reposición del dosel de terciopelo.
La última de las piezas, la de mayor tamaño y singular morfología, es la que da lugar al
nombre "Gigantones" del todo el recinto por las singulares piezas que salían por la ciudad
anunciando las fiestas del Corpus y que en este lugar han estado almacenadas de
antiguo. Se trata de un espacio entre la nave lateral norte de la iglesia y la trasera sur de
las dependencias del claustro, sobre las bóvedas de la nave del templo. Se configura
como una larga galería atravesada por los arbotantes, teniendo en su costado sur el
muro de lo que fue fachada exterior norte de la iglesia, en el que se muestra el único
tramo completo de triforio-claristorio que se conserva en las naves del pie del templo, con
extraordinarias vidrieras colocadas en la claraboya interior. Esta extraña sala, en la que se
mezclan elementos medievales con vestimentas barrocas, presentaba un deplorable
aspecto, con ruina cierta de las estructuras de madera que formaban la cubierta.
La intervención ha comportado el desmontaje de la antigua armadura de cubierta y su
sustitución por una nueva estructura de vigas acarteladas y tablero de madera, que al
exterior ha sido cubierta con láminas de plomo, y que incorpora lucernarios de vidrio en
12
la vertical de cada uno de los claristorios de la nave. El tratamiento del los interiores ha
comportado la conservación de los diferentes elementos que son testimonio de las
sucesivas etapas constructivas, con absoluto de respeto a su morfología y estética,
permitiendo la lectura de la inicial construcción medieval, de la reforma barroca y por
último de la intervención contemporánea. Cuidado especial se ha tenido en el
tratamiento del paramento correspondiente a la fábrica islámica del viejo alminar, así
como en la limpieza y restauración de las tracerías de los ventanales góticos. El muro
norte de la estancia es la trasera de las edificaciones del costado sur de Claverías, el cual
ha sido renovado en sus guarnecidos, cerrando con celosías de madera los grandes arcos
bajo los que se abrían huecos de iluminación y ventilación de las estancias allí existentes.
El resultado ha sido la consecución de un espacio de sorprendente encanto y
originalidad, lleno de luz natural, ideal como recinto previsto para dar albergue al Museo
del Corpus, en relación con la liturgia y la fiesta popular, en el que se presenten de nuevo
los viejos muñecones de Lorenzana que dieron nombre a la estancia12.
En dos estancias situadas en el rincón noroeste de las Claverías, en el ángulo que definen
las calles de Hombre de Palo y Arco de Palacio, que al parecer formaron parte de los
cuartos habitados por Cisneros, han aparecido, ocultas bajo el grueso guarnecido de los
paramentos, unas interesantes yeserías de guarnición de los huecos de las ventanas, de
carácter plateresco-mudéjares, según modelos que fueron muy populares en Toledo. Se
ha procedido a una minuciosa labor de restauración, tras su análisis y precisa
documentación.
ACTUACIONES EN EL CLAUSTRO DE SEGUNDO NIVEL
En el segundo nivel del claustro se levanta una crujía que repite básicamente la
distribución de la planta inferior, con accesos mediante escaleras interiores de escala
doméstica, donde desde el siglo XVI se disponían viviendas para personal al servicio de la
catedral. Sobre la capilla de San Blas se levanta un volumen que repite la planta de esta y
se remata con un barandal de granito de traza gótica. En su interior albergaba dos
viviendas de modesta factura, prácticamente arruinadas, bajo un tejado a un agua de
forzada solución. Esta zona ha sido acondicionada formando un gran ámbito cubierto
por un de pabellón piramidal resuelto con armadura de madera a la manera tradicional.
13
Se ha construido una armadura de cuatro paños, con almizate y limas moamares,
apeinazada, trazada a cuerda y calle. El tratamiento decorativo ha sido de gran sencillez,
formado exclusivamente por el sistema estructural y el agramilado, con tratamiento final
de la madera en su color natural. Sobre la estructura se ha dispuesto un empanelado de
madera con aislamiento térmico y el acabado exterior ha sido realizado revestimiento de
pizarra y baberos de plomo.
Una vez construida la nueva cubierta se ha procedido a realizar las tareas pertinentes
para el acondicionamiento de la estancia destinada a la sala de consulta del archivo,
dejándolas terminadas y en condiciones de uso para consulta de los investigadores. El
pavimento es un suelo registrable lo que permite el trazado de las instalaciones, sus
futuras reformas y mantenimiento. La estancia ha sido dotada de climatización integral y
protegida como un recinto específico del sistema contra incendios. Se han montado las
estanterías y el mobiliario ejecutados específicamente para este lugar, con mesas dotadas
de alumbrado de lectura, tomas de eléctricas y red de datos.
En el costado este y con frente a la calle de Chapinería se encuentra una estancia de
notables dimensiones situada sobre la Biblioteca de Cisneros y de la sacristía de la capilla
de San Blas. La sala tiene planta rectangular y posee una cubierta de estructura de
madera de par e hilera, con potentes maderos cuyo estado de conservación era irregular,
presentando parcialmente pudriciones y ataques de xilófagos, los cuales han sido objeto
de minuciosas reparaciones mediante prótesis de madera. Una vez revisada y reparada la
estructura de la cubierta, se han colocado sobre los faldones paneles de madera con
aislamiento térmico y se han repuesto en su cara externa las antiguas placas de pizarra
que previamente habían sido desmontadas.
El nuevo depósito principal del archivo catedralicio se ha localizado en esta gran sala. El
notable peso que supone la acumulación de documentos de papel ha exigido la
construcción de un nuevo forjado de suficiente resistencia y con capacidad de aislamiento
entre sectores de incendio. El viejo forjado de madera ha quedado descargado de peso y
sin responsabilidad estructural. Se ha llevado a cabo el acondicionamiento de la estancia,
con singular atención a la reparación de sus magníficas ventanas de madera; se ha
instalado un sistema de climatización que garantiza uniformidad en la temperatura y
grado de humedad y se ha realizado la instalación de protección que incluye la extinción
automática en caso de incendio. Una vez acondicionada la estancia se han montado las
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estanterías para legajos y los armarios con manuscritos y dibujos, que han permitido
proceder al traslado de la documentación del archivo que se encontraba en los anteriores
locales del nivel de Claverías.
El nuevo depósito ha venido a reunir los diversos archivos particulares hasta ahora
dispersos en diferentes locales de la Catedral; son estos los archivos específicos de Obra
y Fábrica, Secretaría, Capilla-Parroquia de San Pedro, Capilla de Reyes Nuevos y Capilla
Mozárabe. Su agrupación facilitará su custodia y consulta, bien que sin perder su
personalidad archivística propia. Este depósito general conecta con el área de
catalogación y oficinas auxiliares mediante dos escaleras, una en el costado norte y otra
en el extremo sur, por la que se puede acceder también a la Biblioteca Histórica. En el
extremo norte del depósito general se sitúa el despacho del director del archivo y la
conexión con la sala de investigadores. Igualmente se ha organizado la conexión con la
Biblioteca Histórica, mediante la instalación de un ascensor ubicado en el grueso del
muro sur de la sacristía de San Blas, operación harto compleja, ya mencionada en
párrafos anteriores. El conjunto del nuevo archivo cuenta también con locales
complementarios donde se ha trasladado la documentación que anteriormente se
encontraba dispersa, constituyendo en la actualidad un completo recinto que permite la
custodia y consulta a disposición de los investigadores.
Las cubiertas del segundo nivel del claustro están formadas por estructuras de madera,
con pares y tirantes a un agua en el primer nivel, y pares, picadero y tirantes a dos aguas
en el segundo nivel. De manera sistemática se ha procedido a levantar las tejas y tabla de
ripia que conformaban los faldones para proceder a la revisión, con reparación o
sustitución de los elementos de madera que estaban deteriorados. En algunos tramos han
aparecido pares de madera reutilizados de antiguo, procedentes de viejos artesonados
con decoración cromática, los cuales han sido catalogados y descritos en los informes
arqueológicos, permaneciendo en su lugar en los casos en los que su capacidad portante
era suficiente y desmontando solamente los que estaban colapsados. Sobre la estructura
revisada y reparada, se ha colocado un nuevo entablado de madera, que ha sido
impermeabilizada en su cara exterior y sobre la que se han recibido las tejas cerámicas
curvas con el sistema constructivo tradicional.
ACTUACIONES EN LAS FACHADAS EXTERIORES DEL CLAUSTRO
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Las fachadas exteriores que envuelven todo el perímetro del claustro están formadas por
fábrica de sillería de piedra de granito, con los deterioros derivados de las patologías
características y emborronadas por la suciedad ambiental. Todos los paramentos
exteriores han sido objeto de labores de limpieza y restauración, con labores de
preconsolidación, cosido de las zonas fragmentadas y limpieza de focos de suciedad. En
cuanto a la recuperación de los volúmenes perdidos en áreas tales como las molduras de
impostas o perfiles, se ha mantenido el criterio de actuar exclusivamente en la
recomposición de los elementos constructivos para facilitar la evacuación de las aguas de
lluvia, sin alterar el tono de antigüedad que corresponde al conjunto. En los elementos de
labra fina, se ha intervenido con especial cautela, para evitar el progreso de los
deterioros existentes, sin reincorporaciones que pudieran traicionar la propia biografía del
edificio, estimando que forma parte de su historia las pérdidas volumétricas, señal de un
largo proceso desde su inicial construcción hasta el presente. Las juntas entre los sillares
han sido abiertas y tras su limpieza se han rejuntado con mortero de cal y arena con
pigmentos minerales para conseguir entonación cromáticamente con la fábrica.
En el remate alto del muro perimetral de la Capilla de San Blas existe un barandal con
cuatrilóbulos que se encontraba en pésimo estado con los citados lóbulos tapiados. Se ha
procedido al desmontaje del tapiado, recuperando la ligereza del conjunto y a la
restauración del barandal de piedra de granito. En la calle Arco de Palacio y Hombre de
Palo el remate alto de la fábrica tiene una cornisa coronada por un peto ciego con
pilastras sobre las que existen unos grandes jarrones de piedra caliza, los cuales han sido
objeto de especial atención. La Puerta del Mollete, situada bajo el arco que conecta el
Palacio Arzobispal con el nivel del Claverías del claustro, se encontraba notablemente
deteriorada con mucha suciedad que impedía contemplar la riqueza cromática de sus
diversos materiales que tras las obras de restauración han quedado patentes.
ACTUACIONES EN LA TORRE DE LAS CAMPANAS
El itinerario tradicional para la visita del interior de la Torre de las Campanas se realiza
atravesando el claustro, subiendo desde el nivel bajo al primero -Claverias- por la
Escalera de Tenorio. Desde el primer nivel al segundo nivel se sube por la escalera de
madera que se encuentra en el ángulo suroeste, próxima al Arco de Palacio, accediendo
a un vestíbulo en el que ya comienza propiamente el recorrido de la visita a la torre.
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El vestíbulo citado está formado en sus costados interiores por muro de la torre cuya
fábrica de sillería se encontraba antes de las obras revestida con gruesa capa de yeso. La
intervención en este sector ha consistido en eliminar el guarnecido dejando a la vista los
sillares de piedra de granito, así como las impostas y cornisas de lo que en origen fue
lienzo exterior, englobado al interior como consecuencia de la construcción del claustro
alto.
Al fondo izquierdo del costado de la torre se encuentran las estancias de la que fue
vivienda del campanero, con una primera en la que se ha conservado el fogón de la
cocina y varios cuartos que ventilan a las cubiertas de la nave lateral norte de la iglesia. A
la derecha del fondo del vestíbulo se accede a un estrecho corredor que comunica de
frente con la arquería del cuerpo alto de la fachada principal del templo, desde donde los
visitantes podrán tener un espléndida vista de la plaza del Ayuntamiento. El estrecho
corredor enlaza también en su extremo norte con el interior de la torre y en su extremo sur
con el husillo que permite la subida a las partes altas.
El interior de la torre es de planta cuadrada y en su altura se estructura en cuatro niveles
con seis estancias superpuestas: El nivel inferior, corresponde a la fábrica islámica
transformado posteriormente en la actual Capilla del Tesoro. El segundo nivel de la torre
está constituido por una estancia, cubierta por bóveda de ojivas peraltadas que en
tiempos albergó la cárcel del cabildo y que en 1889 se dividió en dos niveles, mediante
un forjado intercalado, para ubicar en la parte superior la maquinaria del reloj. En el
interior de la estancia se conserva la antigua chimenea que albergaba el artilugio de
poleas y cuerdas para el manejo de las campanas. Los paramentos se encontraban
revestidos de yeso ocultando el despiece de la fábrica, las columnillas de los rincones y
singularmente el notable zócalo moldurado de su base. En las obras de restauración ha
sido eliminado el revestido de los lienzos dejando patente el despiece de la sillería y los
espacios englobados en el grueso del muro que anteceden a los ventanales de sus cuatro
costados, apareciendo tras un tabique, que ha sido desmontado, el canal de desagüe
que evacuaba el agua de un fregadero al exterior. En la cara inferior del forjado que
forma el techo de la estancia se ha construido un alfarje de vigas de madera que es
atravesado por las poleas de los contrapesos del reloj.
Para continuar la subida es preciso salir de nuevo fuera del fuste de la Torre y alcanzar el
husillo del andén de la portada oeste, lo que permite acceder al corredor exterior situado
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sobre la arquería de la fachada. Caminado por el andén se accede a la escalera que
permite seguir subiendo a través del husillo adosado en la cara sur de la torre. En el nivel
intermedio del husillo, se encuentra la Sala del Reloj, sobre el forjado que parte la
estancia de la antigua cárcel del cabildo, donde es posible la contemplación de la
maquinaria del reloj que acciona las poleas para los toques horarios, la cual se conserva
en perfecto estado y en funcionamiento.
La tercera estancia del interior de la torre, cubierta por bóveda de ojivas, comporta el
primer nivel de campanas, partido con un camaranchón con la potente estructura que
soporta la Campana Gorda. Las campanas de este nivel forman un conjunto de ocho
importantes ejemplares situados en los huecos de fachada y la monumental campana
dedicada a San Eugenio, conocida como "la Gorda" 13.
En el camaranchón situado bajo el nivel de las campanas se ha procedido a eliminar
unos recientes tabiques que la subdividían y a la limpieza de sus paramentos,
apareciendo dos pinturas murales que representan advocaciones con inscripciones
anteriormente ocultas. La estructura de madera ha sido reparada y se ha desmontado el
pavimento que forma la Sala de Campanas, sustituyéndolo por un entablado de madera
con las juntas abiertas para dejar pasar la luz natural a lo que antes era una oscura
cámara.
El acceso a la Sala de Campanas, sobre el camaranchón, estaba resuelto, antes de las
obras, mediante una irregular escalera de caracol, construida con fábrica de ladrillo,
situada en el rincón suroeste, que resultaba de muy difícil tránsito para las visitas del
público. En las obras realizadas se ha trazado un sencilla escalera de madera, de tramo
recto, que permite acceder bajo la Campana Gorda en el centro de la estancia.
La Sala de Campanas forma una sala cubierta por bóveda de ojivas, cuya clave está
decorada con un cordero labrado en la piedra. Los arcos cruceros, aquí semicirculares
pero de sección similar al de los del cuerpo inferior, arrancan de los ángulos de la
estancia sin basas ni capiteles. La intervención realizada ha afectado a la reparación de
los paramentos de cantería vista y de la bóveda, actuando sobre el revoco de los
plementos, que se encontraban singularmente deteriorados, realizando la reposición del
revoco con despiece fingido.
Finalmente viene el cuerpo de remate, linterna a modo de hamud, con una estructura
muy abierta, que constituye el segundo cuerpo de campanas, rematada en prominente
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pirámide de planta ochavada, que con el yamur de cuatro manzanas y la gran cruz14. En
este nivel se ha procedido a la limpieza de las campanas y adecuación de instalaciones
eléctricas, puesto que ámbito fue objeto de la restauración realizada en los años 1990,
por los arquitectos de las Casas, y su estado de conservación era excelente.
1
Martín Almagro Gorbea ha actuado como director de la excavación, la cual ha quedado reflejada en el correspondiente Informe,
que ha sido publicado en el libro titulado "Excavaciones en el Claustro de la Catedral de Toledo". (Real Academia de la Historia.
Madrid 2011)
2
P. Navascués (2010)
3
El proyecto se debió a Nicolás de Vergara el Mozo y la conocida planta del conjunto catedralicio fechada en 1604, da idea de cómo
quedó entonces el claustro, con el diseño reticulado del jardín en alto, los dos estanques, la fuente en el centro y el cerramiento de los
arcos del claustro con unas rejas, sustituidas también en las reformas y mejoras del siglo XVIII por las que hoy vemos.
4
El cardenal Lorenzana, (1772-1800), decidió llevar a cabo una nueva decoración pictórica con la participación de los pintores de la
Real Cámara para esta tarea. A principios de 1774 fueron designados Francisco Bayeu y Mariano Salvador Maella para realizar la
nueva decoración del claustro.
5
La Capilla de San Blas, construida por el arzobispo Don Pedro Tenorio (1375-1399) para su enterramiento, iniciada por el maestro
Alvar González.
6
Pinturas llevadas a cabo por Juan Rodríguez de Toledo y Gherardo Starnina
7
Escalera de Tenorio, en la que intervendría Juan Guas, (+ 1496), algo que aparece claro en la puerta de acceso en el claustro bajo
y tan solo de su inspiración la de desembarco en el piso alto. No obstante, la bóveda que cubre el ámbito parece ser posterior y
corresponder ya a la maestría de Enrique Egas (+ 1534).
8
Fernando Marías, 2007
9
Biblioteca que fue iniciada con el legado de don Pedro Tenorio, la acrecentó don Pedro González de Mendoza, dándole Cisneros (h.
1500) el espacio que hoy ocupa sobre la antesala y sala capitular, si bien la reforma del cardenal Lorenzana (1772-1800) transformó
el espacio dándole la configuración que en la actualidad presenta.
10
.- Posiblemente se trate de la sala "de copa y cruz" que menciona Fernando Marías, op. cit.
11
Por la factura de las cabezas de las vigas que lo sostienen, parece corresponder a la época de la reina Isabel, si bien la estructura
del dosel sugiere una época posterior.
12
.- La antigua colección de gigantes, enanos y tarasca, es del siglo XVIII y fue mandada construir por el Cardenal
Lorenzana. la componen 8 gigantones que representan los 4 continentes que se consideraban en aquella época:
Europa, Asia, América y África, representados por dos parejas de cada continente. Una parte de ellos sido restaurados
recientemente por la escuela taller de restauración del ayuntamiento de Toledo y recuperados para la fiesta, y es de
esperar que vuelvan a su almacén tradicional, tras su conversión en museo.
13
La Campana Gorda de 66 pies de circunferencia y 1543 arrobas de peso, colocada aquí en 1755, justo dos meses antes del
terremoto de Lisboa, su fortuna fue sin embargo escasa, ya que se quebró al poco de iniciar su toque. Fundida en la propia ciudad de
Toledo por Alejandro Gargalo y colocada en su lugar por orden del infante Luis Antonio de Borbón, siendo canónigo obrero don
Andrés de Munarriz.
14
El cuerpo alto de la torre es obra de Hannequin Egas. En total la torre sube hasta los 333 pies, lo que la convierte en la más alta
de las catedrales de Castilla y tan solo superada en España por la Giralda.
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