153-EMM-12 CÁMARA TERCERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA

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153-EMM-12
CÁMARA TERCERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San
Salvador, a las nueve horas cincuenta minutos de trece de septiembre de dos mil doce.
Habiéndose concluido el trámite del recurso de apelación de la sentencia pronunciada
por el señor Juez de lo Civil de Mejicanos a las catorce horas cuarenta minutos de dieciséis de
julio del presente año, en el PROCESO MERCANTIL EJECUTIVO, promovido por
“SCOTIABANK EL SALVADOR, SOCIEDAD ANÓNIMA”, institución bancaria, de este
domicilio, por medio de su apoderado licenciado Raúl Alberto García Mirón; contra don RENÉ
ENRIQUE OLIVO CORONA, mayor de edad, doctor en Medicina, del domicilio de
Mejicanos, de este departamento.
Han intervenido en ambas instancias, como ejecutante-apelado “SCOTIABANK EL
SALVADOR, SOCIEDAD ANÓNIMA”, por medio de su apoderado licenciado Raúl Alberto
García Mirón, quien es mayor de edad, abogado, de este domicilio; y como ejecutado-apelante
don RENÉ ENRIQUE OLIVO CORONA, por medio de su apoderado licenciado Oscar Ernesto
Argueta Alvarenga, quien es mayor de edad, abogado, de este domicilio.
La sentencia venida en apelación en lo pertinente de su fallo EXPRESA: “HA
LUGAR A DICTAR SENTENCIA ESTIMATIVA: CONDENASE al señor RENE ENRIQUE
OLIVO CORONA a pagar al BANCO SCOTIABANK EL SALVADOR, SOCIEDAD
ANÓNIMA, por el PRIMER CREDITO, la suma de CUARENTA Y OCHO MIL
SETECIENTOS VEINTICUATRO DOLARES CON CUARENTA Y UN CENTAVOS DE
DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, de capital; intereses nominales del DIEZ
PUNTO CINCUENTA POR CIENTO ANUAL, sobre saldos, a partir del veintiocho de abril de
dos mil once; y en concepto de penalización por mora, la cantidad de CUARENTA DÓLARES
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, mensuales, a partir de la fecha de inicio de la
mora, seis de agosto de dos mil once; hasta su pago total; por el SEGUNDO CREDITO, la suma
de DIECISIETE MIL CUATROCIENTOS OCHENTA Y SIETE DÓLARES CON SESENTA Y
OCHO CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, e intereses
convecionales del TRECE PUNTO VEINTICINCO POR CIENTO ANUAL sobre saldos, a partir
del veintinueve de abril de dos mil once, hasta el seis de junio de dos mil once; y en concepto de
penalización por mora, la cantidad de CUARENTA DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS
DE AMÉRICA, MENSUALES, a partir de la fecha de inicio de la mora, siete de junio de dos mil
once, hasta su pago total; por el TERCER CREDITO, la suma de CINCUENTA Y TRES
DÓLARES CON OCHENTA Y UN CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA DE CAPITAL, y en concepto de penalización por mora, la cantidad de DIEZ
DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, MENSUALES, a partir del veintiuno
de diciembre de dos mil once, hasta su pago total; y, por el CUARTO CREDITO, la suma de
DOS MIL DOSCIENTOS SESENTA Y NUEVE DÓLARES CON CUARENTA Y CUATRO
CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA DE CAPITAL, y en
concepto de penalización por mora, la cantidad de VEINTE DÓLARES DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA, mensuales, a partir del tres de enero de dos mil doce, hasta su
completo pago, transacción o remate, y las costas procesales de esta instancia. HAGASE
SABER.” (fs. 72 p.p.)
LEÍDOS LOS AUTOS; Y,
CONSIDERANDO:
I. SUSTANCIACIÓN DEL PROCESO
1. EN PRIMERA INSTANCIA.
El licenciado García Mirón interpuso demanda; y en lo esencial, DIJO: “Que
producto de operaciones bancarias propias del giro de negocios de mi mandante, según consta en
escritura pública otorgada en la ciudad de San Salvador, a las catorce horas y treinta minutos del
veintiseis de marzo de dos mil diez, (…) SCOTIABANK EL SALVADOR, SOCIEDAD
ANONIMA, conceció al señor RENE ENRIQUE OLIVO CORONA, una APERTURA DE
CREDITO, como línea de crédito no rotativa, que se rige por las disposiciones del título Séptimo,
Capítulo Primero, Sección “A”, del Libro IV del Código de Comercio, por virtud de la cual el
Banco puso a disposición del deudor, una APERTURA DE CREDITO SIMPLE O NO
ROTATIVA hasta por la suma de CINCUENTA MIL CUATROCIENTOS DOLARES DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, de la cual podría hacer uso por cantidades parciales y el
deudor aceptó el crédito. El plazo otorgado para cancelar los fondos retirados en uso de dicha
apertura de crédito sería de DIEZ AÑOS contados a partir de la fecha de otorgamiento del
crédito, que vencería el veintiseis de marzo de dos mil veinte. El plazo del giro dentro del cual el
deudor podría hacer uso de los fondos disponibles, era de CIENTO VEINTE MESES contados a
partir de la fecha del contrato, que vencería el veintiseis de marzo de dos mil veinte. En la
cláusula IV) se estableció que el deudor haría uso de la presente apertura de crédito, por medio de
retiros de cantidades parciales, a través de pagarés, de otros títulos valores, o cualquier otro
documento legalmente permisible, aceptados por el deudor, a favor del banco, sin que excediera
del vencimiento señalado para el plazo del crédito. En todo caso, cada desembolso debería ser
autorizado por la Administración del Banco, quedando éste facultado para suspender el uso de la
presente apertura de crédito. Consta en la cláusula VII. Letra a) que se pactó que el deudor
pagaría sobre las sumas retiradas o sobre saldos el interés nominal del DIEZ PUNTO
CINCUENTA por ciento anual, sobre saldos, ajustable y pagaderos mensualmente y revisable a
opción del Banco. La tasa de interés anual mencionada se aplicaría únicamente por los saldos
insolutos durante el tiempo que tales saldos estuvieren pendientes, sin que el banco pueda cobrar
intereses que aun no ha sido devengados; tasa de interés que no ha sufrido modificación desde su
otorgamiento. Se pactó en la letra b) de la cláusula arriba identificada, que para en caso que el
deudor no pagara la cuota mensual del referido crédito, indicada en la cláusula relativa a la
amortización de éste insrumento, dentro de los diez días siguientes a la fecha estipulada para su
pago, el Banco cobraría mensualmente al deudor en concepto de penalización por mora, como
CLAUSULA PENAL, la cantidad de hasta CUARENTA DOLARES DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMERICA. Dicha penalización se cobraría mientras durara el incumplimiento
antes indicado, por lo que toda reincidencia de incumplimiento en el pago de la cuota mensual,
generaría el referido cobro, mientras dure la mora. El deudor claramente reconoció que por pago
de dicha penalización no se entendía extinguida la obligación principal. En la cláusula VIII)
relativa a AMORTIZACION, el deudor se obligó a efectuar el pago de las sumas retiradas en uso
de la referida apertura de crédito por medio de CIENTO VEINTE cuotas mensuales, vencidas y
sucesivas de QUINIENTOS NOVENTA Y OCHO DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMERICA cada una, las cuales comprenden capital, intereses, y las comisiones y seguros
siguientes: seguro de vida, seguro de daños, y seguro de contenido, asi como el impuesto a la
transferencia de bienes muebles y a la prestación de servicios sobre los seguros y comisiones,
cuando fuere aplicable, las cuales serían aplicadas conforme a las cantidades retiradas en uso de
la apertura de crédito y podrían variar según varíe la tasa de interés activa para este tipo de
creditos o las primas de los seguros contratados, y el salvo si lo hubiere, al vencimiento. Producto
de la presente apertura de crédito no rotativa, el banco hizo dos desembolsos a favor del deudor o
acreditado, siendo estos, así: a) en la misma fecha de contratación, es decir, el veintiseis de marzo
de dos mil diez, por la suma de CINCUENTA MIL TRESCIENTOS VEINTE DOLARES DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, y b) con fecha doce de mayo de dos mil diez, por la
suma de SETENTA Y NUEVE DOLARES CON VEINTISIES CENTAVOS DE DÓLAR DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA. (…) SEGUNDO CRÉDITO: Que producto siempre
de operaciones Mercantiles comprendidas dentro del giro del negocio social de mi mandante, el
señor RENE ENRIQUE OLIVO CORONA (…) suscribió a favor de mi mandante, Un pagaré sin
protesto, el día veintitrés de marzo de dos mil diez, prometiendo pagar incondicionalmente a
favor de mi mandante, A LA VISTA, la obligación dineraria incorporada en dicho pagaré, es decir
la suma de VEINTE MIL DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA. Sobre la
suma adeudada, el deudor reconoció el interés convencional del TRECE PUNTO VEINTICINCO
POR CIENTO ANUAL, sobre saldos, estableciéndose además que en caso de mora en el pago de
capital y los intereses, se generaría una penalización por mora, por la suma de hasta CUARENTA
DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, mensualmente, mientras dure la
mora. (…) TERCER CREDITO. Siempre como producto de operaciones de crédito, propias del
giro de mi mandante, el deudor RENE ENRIQUE OLIVO CORONA, suscribió en esta ciudad, a
favor de mi mandante, Un pagaré sin protesto, el día veintiuno de septiembre de dos mil nueve,
prometiendo pagar incondicionalmente a favor de mi mandante, A LA VISTA, la obligación
dineraria incorporada en dicho pagaré, es decir, la suma de DOS MIL QUINIENTOS DOLARES
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA. Sobre la suma adeudada, el deudor reconoció el
interés convencional del CATORCE PUNTO NOVENTA POR CIENTO ANUAL sobre saldos,
calculados a partir de la fecha de suscripción del referido pagaré, estableciéndose además que en
caso de mora en el pago de capital y los intereses, se generaría en concepto de penalización por
mora, la suma de hasta DIEZ DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA,
mensualmente, mientras dure la mora. (…) CUARTO CRÉDITO. Finalmente, el deudor suscribió
en esta ciudad, a favor de mi mandante, Un pagaré sin protesto, el día nueve de abril de dos mil
diez, prometiendo pagar incondicionalmente a favor de mi mandante, en esta ciudad, el día dos
de enero de dos mil doce, la obligación dineraria incorporada en dicho pagaré, es decir, la suma
de TRES MIL DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA. Sobre la suma
adeudada, el deudor reconoció el interés convencional del VEINTICUATRO PUNTO
NOVENTA POR CIENTO ANUAL sobre saldos, calculados a partir de la fecha de suscripción
del referido pagaré, estableciéndose además que en caso de mora en el pago de capital y los
intereses, se generaría en concepto de penalización por mora, la suma de hasta VEINTE
DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, mensualmente, mientras dure la
mora. (…) Es el caso señor Juez, que mi demandado RENE ENRIQUE OLIVO CORONA, no
obstante innumerables requerimientos de pago de que fue objeto de parte de mi mandante, realizó
solamente abonos parciales a sus cuatro créditos adeudados (…) Por todo lo anteriormente
expuesto, señor Juez, con el debido respeto, LE PIDO: (...) en sentencia, se condene a mi
demandado, a pagarle a mi mandante SCOTIABANK EL SALVADOR, SOCIEDAD
ANONIMA, las siguientes sumas de dinero: por el PRIMER CRÉDITO, la suma de CUARENTA
Y OCHO MIL SETECIENTOS VEINTICUATRO DOLARES CON CUARENTA Y UN
CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, de capital; intereses
nominales del DIEZ PUNTO CINCUENTA POR CIENTO ANUAL sobre saldos, a partir del
veintiocho de abril de dos mil once; y en concepto de penalización por mora, la cantidad de
CUARENTA DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, mensuales, a partir de la
fecha de inicio de la mora, seis de agosto de dos mil once; hasta su pago total; por el SEGUNDO
CRÉDITO, la suma de DIECISIETE MIL CUATROCIENTOS OCHENTA Y SIETE DOLARES
CON SESENTA Y OCHO CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMERICA, e intereses convencionales del TRECE PUNTO VEINTICINCO por ciento anual
sobre saldos, a partir del veintinueve de abril de dos mil once, hasta el seis de junio de dos mil
once, y no desde la fecha de suscripción por ya estar pagados dichos intereses desde ese día hasta
el veintiocho de abril de dos mil once; y en concepto de penalización por mora, la cantidad de
CUARENTA DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, mensuales, a partir de la
fecha de inicio de la mora, siete de junio de dos mil once, hasta su pago total; por el TERCER
CREDITO, la suma de CINCUENTA Y TRES DOLARES CON OCHENTA Y UN CENTAVOS
DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA de capital, y en concepto de
penalización por mora la cantidad de DIEZ DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMERICA, mensuales, a partir de la fecha de inicio de la mora, veinte de diciembre de dos mil
once, hasta el pago total; y por el CUARTO CREDITO, la suma de DOS MIL DOSCIENTOS
SESENTA Y NUEVE DOLARES CON CUARENTA Y CUATRO CENTAVOS DE DÓLAR DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA de capital, y en concepto de penalización por mora, la
cantidad de VEINTE DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, mensuales, a
partir de la fecha de inicio de la mora, tres de enero de dos mil doce, hasta su pago total.” (fs. 1 a
6 p.p.)
Adjuntó los documentos que obran de fs. 7 a 19 y 21 a 40 p.p.
Por auto de fs. 44 p.p. se tuvo por parte a “SCOTIABANK EL SALVADOR,
SOCIEDAD ANÓNIMA”, por medio de su apoderado licenciado Raúl Alberto García Mirón, se
admitió la demanda;
y se decretó embargo en bienes propios del ejecutado don RENÉ
ENRIQUE OLIVO CORONA, librándose el correspondiente mandamiento, el que obra
diligenciado de fs.53 a 58 p.p.
Según proveído de fs. 47 p.p., se ordenó notificar el decreto de embargo y demanda
que lo motiva al ejecutado a fin de que dentro del plazo de diez días compareciera a contestar la
demanda incoada en su contra. Dicho acto de comunicación procesal obra en acta de fs. 50 p.p.
En resolución de fs. 62 p.p., se tuvo por parte al demandado RENÉ ENRIQUE
OLIVO CORONA, por medio de su apoderado licenciado Oscar Ernesto Argueta Alvarenga, por
formulada la denuncia de falta de competencia territorial, declarándose no ha lugar la misma.
Por auto de fs. 66 p.p., se ordenó dictar la sentencia en vista de haber precluído el
término de diez días que otorga la ley.
Finalmente, de fs. 67 a 72 p.p. obra el texto de la sentencia recurrida.
A fs. 79 p.p., se tuvo por presentado el escrito de apelación interpuesto por el
licenciado Oscar Ernesto Argueta Alvarenga, en el carácter con que actúa, ordenándose la
remisión del expediente a este Tribunal.
2. EN SEGUNDA INSTANCIA.
Por auto de fs. 4, se admitió el recurso de apelación interpuesto por don RENÉ
ENRIQUE OLIVO CORONA, a través de su apoderado licenciado Oscar Ernesto Argueta
Alvarenga; y se convocó a las partes para la audiencia que se realizó a las diez horas treinta
minutos de este día.
II. ANTECEDENTES DE HECHO
1. PRETENSIÓN EJECUTIVA.
“SCOTIABANK EL SALVADOR, SOCIEDAD ANÓNIMA”, por medio de su
apoderado licenciado Raúl Alberto García Mirón, presentó demanda ejecutiva contra don RENÉ
ENRIQUE OLIVO CORONA a fin que en sentencia se le ordene a pagar la cantidad de dinero
que se relaciona en la demanda, en base a tres pagarés y un Testimonio de Escritura Pública de
Apertura de Crédito no rotativa, suscritos por el ejecutado.
2.
DE LA OPOSICIÓN A LA PRETENSIÓN EJECUTIVA.
Don RENÉ ENRIQUE OLIVO CORONA, por medio de su apoderado licenciado
Oscar Ernesto Argueta Alvarenga, compareció al proceso dentro del término para contestar la
demanda, denunciando la falta de competencia territorial del Juez A quo, sin contestar la
demanda.
3. DE LOS AGRAVIOS EN QUE FUNDAMENTA LA APELACIÓN.
El apelante don RENÉ ENRIQUE OLIVO CORONA, por medio de su apoderado
licenciado Oscar Ernesto Argueta Alvarenga, centra los agravios causados en que: “Existió
infracción del Art. 46 inc. 2° CPCM, por cuanto al haberse desestimado la denuncia de
incompetencia territorial, debió ordenarse la continuación del proceso, es decir, que debió
concederse un nuevo término para contestar la demanda y no pronunciar la sentencia.”
4. DE LA OPOSICIÓN AL RECURSO DE APELACIÓN.
La parte apelada “SCOTIABANK EL SALVADOR, SOCIEDAD ANÓNIMA”, a
través de su apoderado licenciado Raúl Alberto García Mirón, manifestó, en síntesis, en la
audiencia especial celebrada en esta Cámara que: “Se opone al recurso de apelación interpuesto
por el apelante pues el fallo en nada agravia los intereses de mi mandante, pues accede a las
pretensiones de Scotiabank El Salvador, el apelante impugna el fallo de primera instancia
exponiendo la revisión e interpretación del derecho haciendo radicar específicamente en cuanto
a que el Juez de lo Civil de Mejicanos no le corrió un término adicional para la contestar la
demanda en ese sentido el fallo nos es favorable y está conforme a derecho y consideramos que
el fallo ha sido en aplicación del Art. 467 pues consideró desestimar la denuncia de
incompetencia, en tal sentido es competente y el sometimiento que aparece en la línea de crédito
rotativa es un sometimiento unilateral y para que determine competencia debe ser bilateral,
cuando se otorgó el documento firmó el representante del banco, no hay expresamente un
sometimiento del banco en ese sentido el juez natural es del domicilio del demandado, debe
prevalecer por ello que es competente el juez de lo civil de Mejicanos. El demandado fue
legalmente emplazado y en tiempo hizo uso de su derecho denunciando la falta de competencia
territorial que no existe, el Art. 467 CPCM no da margen y el Art. 466 habla de un caso
especifico que trae como consecuencia que requiera al demandante que subsane el defecto, si se
declara ha lugar la denuncia de defectos se le concede al demandando dos días adicionales hay
un vacío legal en ese sentido y en el caso que nos ocupa no es aplicable esa norma pues la
denuncia de defecto fue desestimada, no es aplicable.”
III. FUNDAMENTACIÓN DOCTRINARIA Y DE DERECHO:
1. DEL PROCESO EJECUTIVO. El proceso ejecutivo, no es más que un
procedimiento que se emplea a instancia de un acreedor en contra de un deudor moroso, para
exigirle breve y sumariamente el pago de la cantidad líquida que debe de plazo vencido y en
virtud de documento indubitado, esto es, un documento o título ejecutivo, de ello resulta que el
derecho al despacho de la ejecución tiene un contenido concreto: que el Juez ante quien se incoe
la ejecución, sin citar ni oír previamente al ejecutado, ordene la práctica de aquellas actividades
ejecutivas que la ley prevé. Este derecho está condicionado a la concurrencia de dos requisitos:
primero, la integración de todos los presupuestos procesales (jurisdicción, competencia,
capacidad de las partes, legitimación, representación, postulación, etc.); y, segundo, la
presentación por el ejecutante de un título formalmente regular, el que ha de revestir
determinados caracteres para ser reconocido como tal, los cuales subyacen en la regulación
positiva, como lo son por ejemplo: a) indiscutibilidad: el título es ejecutivo porque en él constan
tanto las personas que resultan ser acreedor y deudor, como el contenido de la obligación misma;
b) imposición de un deber: por cuanto el título ejecutivo ha de reflejar una determinada
obligación, perfectamente concreta, de cualquier contenido válido posible: de dar, hacer o no
hacer; esta obligación será la que marque la congruencia de la actividad ejecutiva; c)
literosuficiencia: en el sentido de que los aspectos básicos de la legitimación material de las
partes y del contenido de la obligación, se han de contener o constar precisamente en el mismo
documento; y, d) autenticidad: el título ha de ser auténtico, esto es, que no quepa duda sobre la
correspondencia entre la autoría formal y la autoría material de las declaraciones de voluntad.
Por otra parte, para que tenga lugar el juicio ejecutivo, deben evidenciarse en la
situación controvertida, los siguientes requisitos: un título que conforme a la ley exhibe fuerza
ejecutiva, esto es, que trae aparejada ejecución; un acreedor legítimo o persona con derecho para
pedir; deudor cierto; deuda líquida; y, una obligación exigible y de plazo vencido.
2. LIMITES DEL RECURSO. La sentencia se pronuncia exclusivamente sobre los
puntos y cuestiones planteadas en el presente recurso, todo en estricto cumplimiento a lo
ordenado en el inciso segundo del artículo 515 CPCM, en ese sentido los límites de esta sentencia
se ven gobernados por el Principio de Congruencia, que en materia impugnativa contiene dos sub
principios: “TANTUM DEVOLUTUM, QUANTUM APELLATUM”, es decir, tanto se devuelve
como cuanto se apela. Y la “NEC REFORMATIO IN PEJUS”, la prohibición para el tribunal de
alzada de reformar la sentencia recurrida en perjuicio del apelante.
IV. ANÁLISIS DE LOS AGRAVIOS.
1. En base al agravio expuesto, es menester recordar lo ocurrido en el proceso; y al
respecto, tenemos que mediante escrito agregado a fs. 60 p.p., el ejecutado compareció al proceso
a través de su apoderado licenciado Oscar Ernesto Argueta Alvarenga; y sin contestar la demanda
denunció la falta de competencia territorial del Juez A quo, pues según dijo, consta del
Testimonio de Escritura Pública de línea no rotativa otorgada por Scotiabank El Salvador, que su
mandante se sometió para los efectos del juicio ejecutivo a los Tribunales de San Salvador,
renunciando a su domicilio, lo que fue aceptado por la apoderada administrativa del banco
acreedor; y en tal sentido alegó que era competente cualquiera de los juzgados civiles y
mercantiles de San Salvador.
2. En base a su alegato, el Juez A quo, mediante resolución de fs. 62 p.p., de las
quince horas treinta minutos de cuatro de julio del presente año, tuvo por formulada la denuncia
de falta de competencia y la resolvió declarándola no ha lugar; asimismo, según proveído de fs.
66 p.p., de las catorce horas treinta y cinco minutos de dieciséis del mismo mes y año, ordenó
dictar la sentencia en virtud de haber precluído el término de diez días que otorga la ley al
demandado, la que fue pronunciada a las catorce horas cuarenta minutos de dieciséis de julio
del corriente año. Las resoluciones de fs. 62 y 66 p.p., le fueron notificadas al ejecutado hasta el
dieciocho y la sentencia el día veintitrés, ambas de julio del año en curso.
3. En base a lo anterior, el recurrente alega que no se le dio cumplimiento al inciso
segundo del Art. 46 CPCM que a su letra REZA: “Si se desestimare la denuncia de competencia
territorial se ordenará la continuación del proceso con imposición de las costas a la parte que la
hubiere planteado.” agregando que debió corrérsele nuevamente traslado a fin de que contestara
la demanda.
4. Sobre este punto, debemos recordar que el proceso ejecutivo forma parte de los
procesos especiales regulados en el Libro Tercero del Código Procesal Civil y Mercantil, con una
estructura y caracteres propios que lo distinguen de los restantes procesos y en tal sentido el
legislador ha establecido la forma sumarísima en que será tramitado. Así también, cabe señalar
que este tipo de proceso, nace ligado a las necesidades del tráfico mercantil, que tiene su base en
la celeridad de la circulación del crédito y en el pronto cumplimiento de las obligaciones. A
diferencia del juicio declarativo, lo que justifica el surgimiento de éste, es la posibilidad de dar
una apertura directa de la ejecución; de ahí, que los documentos a los que se dota de fuerza
ejecutiva, son aquellos en los que, en todo caso, hay fehacencia inicial sobre la existencia del
crédito y la legitimación material de las partes. Así las cosas, al promoverse un juicio de esta
naturaleza especial, el Juez, examinados los presupuestos procesales del mismo y cumplidos que
sean, tiene la obligación de despachar la ejecución, sin que pueda entrar a enjuiciar sobre la
existencia o subsistencia del derecho que aparece documentado en el título. El Juez solo puede
analizar la regularidad formal del título, pero la eventual oposición, -por cualquier otro motivo-,
solo puede ser deducida por la parte interesada.
5. En el juicio ejecutivo, no hay verdadero y propio emplazamiento, sino,
estrictamente, la notificación de la pendencia del proceso, a partir de lo cual se le abren dos
posibilidades: oponerse o no oponerse a la ejecución despachada. Es a estas dos posibilidades que
hace alusión el Art. 465 CPCM, no obstante que en este tipo de juicios, la oposición no es de su
esencia; y por ello es que no hay un propio emplazamiento -el cual está dirigido a facilitar la
audiencia del demandado-, sino, notificación de la demanda y decreto de embargo ya ejecutado aunque de manera provisional-, para que el ejecutado, eventualmente, se pueda oponer. Si el
demandado no se opone en el término de ley, es decir, no alega específicas excepciones frente a la
acción incoada y prueba la base de las mismas, el Juez debe dictar sentencia de remate; esto es,
de condena al demandado. En suma, cualquier conducta del ejecutado que no sea la de oponerse
con excepciones en el término legal, equivale, pura y lisamente, a la directa estimación de la
demanda ejecutiva.
6. En principio, dado el carácter abstracto del título, pareciera que la oposición
quedaría reducida a los vicios o defectos del mismo que pudieran incidir en su fuerza ejecutiva;
sin embargo, la ley permite que también se opongan excepciones con las cuales se trate de
demostrar que la acción, o nunca nació, o se extinguió, es decir, podrá alegar los hechos
impeditivos, extintivos o excluyentes respecto de la acción ejecutiva, y la EXISTENCIA DE
DEFECTOS PROCESALES, debiendo remitirnos en este último caso a lo previsto en el Art. 298
CPCM, regulándose a partir del Art. 464 CPCM, la forma, motivos y tramitación de la oposición
planteada por el ejecutado, disponiendo de un plazo de diez días contados a partir del siguiente de
la notificación del decreto de embargo.
7. En tal sentido el legislador ha previsto que la oposición puede resolverse sin
más trámite, es decir, sin necesidad de celebrar la audiencia de prueba a que se refiere el inciso
primero del Art. 467 CPCM; y en virtud de haberse desestimado la oposición se encontraba
habilitado el Juez A quo, para pronunciar de inmediato la sentencia. Lo anterior significa que en
el proceso ejecutivo, el legislador ha establecido reglas especiales para su tramitación; y que
TODOS los motivos de oposición antes descritos se deben formular dentro del plazo de diez días
a que hemos hecho referencia; y sólo en el caso de que la oposición se funde en un defecto
procesal subsanable, concederá al demandante un plazo de cinco días para que los subsane y si se
procede a ello, otorgará al demandado un plazo adicional de dos días para que pueda AMPLIAR
su contestación u oposición. Fuera de este caso, el juzgador no se encuentra habilitado por la ley
para otorgar un plazo adicional para contestar la demanda, pues como ya se dijo, todos los
motivos de oposición deben de plantearse dentro de los diez días a que se refiere el Art. 465 del
Código citado, no siendo aplicable al caso que nos ocupa el Art. 46 CPCM a que hace referencia
el recurrente, pues nos encontramos frente a un
proceso especial, donde el legislador ha
establecido reglas específicas de procedimiento a que ya se hizo referencia, por lo que deberemos
rechazar el agravio en comento, ya que el Juez A quo le dio el trámite que correspondía a la
oposición planteada por el ejecutado.
8. De lo dicho esta Cámara concluye que en efecto,
existe una regulación
especial para el trámite de los procesos ejecutivos, la que prevalece sobre cualquier otra norma
que establezca reglas generales como el Art. 46 CPCM, a que hace referencia el apelante. En ese
sentido, cuando los Arts. 467 inciso segundo, y 468 inciso primero CPCM sostienen
expresamente que: “Cuando no se hubiera solicitado la celebración de la audiencia, o el juez no
la hubiera considerado procedente, se resolverá sin más trámite sobre la oposición”; “Una vez
desestimada totalmente la oposición, se dictará sentencia estimativa con condena en costas para
el demandado, ordenándose seguir adelante de acuerdo con las normas que rigen la ejecución de
sentencia”; claramente están estableciendo aquéllas particularidades de este tipo de procesos,
excluyendo obviamente las reglas generales del mismo cuerpo legal, pues de lo contrario no
tendrían ningún sentido regularlas de manera especial.
V. CONCLUSIONES.
Esta Cámara concluye que en el caso de que se trata, la ejecutante ha acreditado
los extremos de las pretensiones contenidas en su demanda en base a los instrumentos
presentados que reúnen todos los requisitos para que traigan aparejada ejecución, existiendo: 1)
Un acreedor cierto o persona con derecho para pedir; 2) un deudor también cierto; 3) una deuda
líquida; 4) plazo vencido o mora; y 5) finalmente el título ejecutivo que conforme a la ley exhiba
fuerza ejecutiva, es decir, que tenga aparejada ejecución, que en el caso de autos se trata de tres
pagarés y un Testimonio de Escritura Pública de Apertura de Crédito no rotativa, suscritos por el
ejecutado; y sobre los cuales la parte apelante no ha hecho impugnación alguna, por lo que,
oportuno se torna confirmar la sentencia recurrida, pues se encuentra dictada conforme a derecho.
POR TANTO: de conformidad a lo antes expuesto, disposiciones citadas y artículos
1, 2, 11, 15, 18, 172 Inc. 3º y 181 Cn.; 1, 2, 3, 14, 15, 216, 217, 464 a 467, 514 y 515 CPCM, EN
NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR ESTA CÁMARA FALLA:
1°) CONFÍRMASE en todas sus partes la sentencia venida en apelación,
pronunciada por el señor Juez de lo Civil de Mejicanos, a las catorce horas cuarenta minutos de
dieciséis de julio del presente año, habida cuenta de las consideraciones hechas;
2°) ORDENÁSE SEGUIR CON LA EJECUCIÓN;
3°) Condénase a la parte perdidosa al pago de las costas procesales de esta instancia.
Y,
4°) Oportunamente,
vuelva la pieza principal al Juzgado de su origen, con
certificación de esta sentencia para los fines de rigor. HÁGASE SABER.
PRONUCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN.
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