Especial 7A EL DIARIO DE SONORA VIERNES 26 de Febrero del 2016 ESPECIAL Legisladores ‹‹ En la curul de los acusados ›› ›› Al menos 43 han sido acusados en la última década por vínculos con el crimen; expertos ven que nueva ley antifuero facilitaría que sean castigados o limpien su nombre ESPECIAL C D. DE MÉXICO.- El ca- so de la llamada Chapodiputada local panista, Lucero Guadalupe Sánchez López —presuntamente ligada al líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán—, reabrió el debate sobre flexibilizar la figura del fuero, que dificulta abrir un proceso penal contra funcionarios acusados de algún delito grave. La iniciativa está por cumplir tres años en la congeladora en el Senado. Una revisión documental realizada muestra que al menos 43 diputados federales y senadores de las últimas tres legislaturas del Congreso de la Unión han enfrentado señalamientos sobre presuntos vínculos con el crimen organizado, pero sólo uno ha sido desaforado: Julio César Godoy Toscano (PRD), quien hoy sigue prófugo de la justicia. Víctor Alarcón Olguín, maestro en Gobierno por la Universidad de Notre Dame, dice que “es valioso [que se retome la iniciativa sobre el fuero], pero ya no es suficiente, porque hay otros elementos que inhiben la denuncia y hacen que las organizaciones sociales estén seriamente intimidadas por el crimen organizado”. La modificación constitucional —que forma parte de los acuerdos del Pacto por México— consistiría en permitir que los funcionarios sean “sujetos a proceso penal”, aunque bajo esa circunstancia “el servidor público podrá seguir en el cargo”, lo que permitiría que los presuntos responsables de algún delito rindieran cuentas o, en su caso, limpiaran su nombre. Alarcón Olguín, también investigador de la UAM-Iztapalapa, señala que el Pacto por México ya no es referencia. “En esta Legislatura está muerta, no va a pasar nada porque ya todo está dentro de la lógica de la sucesión presidencial”. La senadora Pilar Ortega (PAN), secretaria de la Segunda Comisión de Estudios Legislativos de la Cámara Alta, considera una obligación de la Legislatura federal retomar la discusión. Explica que el fuero constitucional debe proteger exclusivamente las opiniones de los parlamentarios. “No debe ha- ‘Congelada’ en Senado, iniciativa antifuero A la izquierda el diputado Carlos Lomelí, al centro la diputada Lucero Sánchez y a la derecha el ex diputado panista Jorge Villalobos. ber restricción alguna que impida a la justicia mexicana sancionar cualquier delito en el que incurra un legislador o un funcionario público”. El esquema legal vigente enturbia incluso más la atmósfera de sospecha e incertidumbre en la que se destruyen prestigios con la misma facilidad con que se ocultan auténticos vínculos oscuros, considera la senadora panista. “A la hora de la discusión, el tema se esfuma, se queda en tentativa, sale de la negociación y ya no queda en nada, nunca llegamos a la conclusión. Tenemos la obligación de continuarlo frontalmente”. Las acusaciones sobre los 43 legisladores federales han surgido desde instituciones policiacas nacionales y de Estados Unidos, de órganos partidistas, de personajes públicos, de la prensa nacional o extranjera, de testigos protegidos, de delincuentes mismos o han derivado de encuentros que se han hecho públicos entre personajes ligados al crimen con parlamentarios. SITUACIÓN LEGAL, DESCONOCIDA El ex diputado panista Jorge Iván Villalobos Seáñez (periodo 2012-2015) dice no tener responsabilidad en la nominación de Lucero Guadalupe Sánchez López, diputada local panista presuntamente ligada al líder del Cártel de Sinaloa. Eso ‘Es valioso (que se retome la iniciativa sobre el fuero), pero ya no es suficiente, porque hay otros elementos que inhiben la denuncia y hacen que las organizaciones sociales estén seriamente intimidadas por el crimen organizado’. Víctor Alarcón Olguín Maestro en Gobierno por la Universidad de Notre Dame manda a decir a este diario. Rechaza entrevista con este medio, pero responde a través de su staff: “El doctor Villalobos no estaba en ninguna de las instancias encargadas de procesar el nombramiento de los candidatos a diputados en Sinaloa en 2013. La Comisión Nacional de Elecciones, el Comité Directivo Estatal y la Comisión de Selección de Candidatos eran los encargados de recibir, procesar y verificar las candidaturas de las alianzas”. Aclara que la diputada no tenía antecedentes penales en la fecha de su postulación, y si falsificó una identificación para visitar en prisión a Joaquín El Chapo Guzmán, eso fue en 2014 o 2015. “El partido no puede asumir responsabilidades. Ella tendrá que responder por dichos actos de manera in- dividual, así como la PGR deberá explicar qué protocolos fallaron (…) en un penal que se supone es de alta seguridad”. Formado a la sombra de Gustavo Madero, de quien ha sido secretario particular y asesor en las cámaras federales, Villalobos era delegado del comité panista en Sinaloa durante la nominación de la hoy llamada Chapodiputada. Fue un año después, en junio de 2014, cuando presidió el Comité Estratégico de Elecciones del Comité Nacional panista. Le han atribuido desde tráfico de influencias en dependencias federales y promoción de nombramientos de altos funcionarios fiscales, hasta la gestión de permisos para casinos. Pero el tema más sensible ha sido el de su relación con Edelmiro Sánchez Hernández, la última per- sona que vio con vida al ex diputado panista neoleonés, Hernán Belden Elizondo, quien fue asesinado el 11 de noviembre de 2012. Sánchez Hernández, detenido en 2004 por posesión de 87 kilos de marihuana, efectuó una primera declaración en calidad de testigo respecto al caso Belden, pero cuando la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León (PGJNL) lo citó para la segunda comparecencia, el hombre se esfumó. El 13 de noviembre de 2012 la PGJNL solicitó auxilio a las procuradurías estatales y a Interpol para localizarlo. No han tenido éxito. El testigo evadido había sido señalado como un operador informal del Comité Nacional del PAN en Nuevo León. El entonces diputado Villalobos negó esa versión y advirtió que no solaparía a nadie. Mientras Interpol lo buscaba, Edelmiro Sánchez reapareció en enero de 2014 en una famosa fiesta de diputados panistas en Puerto Vallarta, cuya videograbación fue difundida en agosto. En ella se encontraban los legisladores Luis Alberto Villarreal, Martín López Cisneros, Máximo Othón Zayas y el ex legislador Alejandro Zapata Perogordo. Al fondo, Villalobos aparece charlando animadamente con el testigo de la PGJNL. Al parecer, nadie reportó la localización de Sánchez Hernández a las autoridades. Las modificaciones constitucionales que permitirían someter a legisladores federales y a otros funcionarios de pedigrí a procesos penales, cumplirán el próximo 28 de febrero tres años de estarcongeladas. La Cámara de Diputados aprobó dicha reforma al esquema de fuero o inmunidad en 2013 —sin aval a la pérdida del fuero presidencial—, pero fue sometida al procedimiento dehipotermia por los senadores y sigue a la espera de llegar al pleno del Congreso. El debate sobre la conveniencia de mantener, eliminar o modificar el esquema actual de protección a los parlamentarios ante acusaciones, procesos penales y órdenes de arresto, creció al incrementarse también los señalamientos de vínculos de funcionarios y representantes populares con organizaciones o personajes criminales, como fue el caso del ex diputado federal Julio César Godoy Toscano (PRD), acusado de tener vínculos con el crimen organizado, en particular con Servando Gómez Martínez, La Tuta, o más recientemente, el señalamiento de lachapodiputada de Sinaloa, Lucero Sánchez López (PAN) y su presunto vínculo con Joaquín El Chapo Guzmán. La situación ha propiciado una atmósfera de incertidumbre y sospecha. Entre 2004 y 2011 se presentaron al menos ocho iniciativas para modificar los artículos 61 —que garantiza la inmunidad de opinión de los legisladores— y 111 constitucionales, para cambiar el modelo vigente del fuero constitucional. En contraste, de acuerdo con una revisión realizada, en 11 de 21 países elegidos se puede enjuiciar y encarcelar a legisladores infractores si son sorprendidos in fraganti, es decir, en el momento de cometer el delito o de realizar una acción censurable.