PROCURADURÍA PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS Posición del Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos ante la situación de las pandillas y tratamiento penitenciario en El Salvador En mi calidad de Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos y sobre la base del mandato constitucional y legal de "Vigilar la situación de las personas privadas de libertad", artículo 194 romano I, numeral 5° y 11 numeral 5 respectivamente; ante los altos índices de delitos, el aumento de los homicidios y extorsiones, la crisis del sistema de justicia penal y penitenciario; ante los fracasados intentos del gabinete de seguridad, y las políticas de seguridad fallidas para garantizar a la ciudadanía en general: paz, tranquilidad, orden y seguridad pública, atribución y obligación que la Constitución de la República le confiere al Presidente de la República artículo 168 numeral 17; y ante conversaciones sostenidas entre representantes del Gobierno, la Iglesia Católica con miembros de pandillas, hago las siguientes valoraciones: 1. Que derechos como la vida, la seguridad personal, la libertad, el trabajo y la propiedad entre otros, se han visto vulnerados como consecuencia de la inseguridad que en los últimos años ha estado viviendo El Salvador: tf/lví 2. Que como Procurador, conciente de esto siempre me he pronunciado por el pleno respeto de estos derechos, instando al gobierno adoptar políticas públicas eficaces para enfrentar el delito y al delincuente; 3. Que siempre he estado en contra.de la impunidad, ya que las víctimas tienen derecho a que se garantice el derecho a la justicia y a la verdad sobre los crímenes cometidos en su contra; 4. Que no obstante lo anterior, siempre me he pronunciado por el respeto a los procedimientos que las leyes establecen, y nunca por la utilización de procedimientos que están al margen de la Constitución y Leyes de la República; 5. Que también he sido enfático en señalar la crisis del sistema penitenciario en los que permanentemente se están violentado derechos a los internos; esto en varias oportunidades ha sido criticado por aquellos que creen que los internos (sean o no de pandillas), no tienen derechos; 6. Que también como Procurador he denunciado que todas las políticas de seguridad han sido orientadas a la represión y nunca a la prevención, y que el ocio carcelario que viven los internos es por falta de programas de readaptación; 7. Que además he señalado la falta de programas educativos, talleres vocacionales, centros de recreación para los jóvenes de las colonias, barrios, y municipios del país; Por tanto, como Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, ante los últimos acontecimientos de platicas entre pandillas y representantes del gobierno MANIFIESTO: a) Que estoy a favor de toda medida que promueva la reconciliación de este país especialmente en materia de seguridad ciudadana que tanto la necesitamos; b) Que no obstante lo anterior, cuando los mecanismo que se utilizan no son transparentes o dejan dudas, se debe informar y aclarar a la población salvadoreña, el verdadero espíritu y acuerdos tomados, en este caso, me refiero al dialogo celebrado entre representantes del gobierno y miembros de pandillas; c) Si bien es cierto, la humanización de las condiciones de privación de libertad para todas las personas que se encuentran detenidas ha sido una exigencia permanente de esta Procuraduría, su aplicación no debe ser selectiva y mucho menos puede estar bajo el condicionamiento de disminuir los homicidios, ya que no se trata de regalías que el Estado puede dar a su antojo, sino del estricto cumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos humanos; d) Esta situación, lamentablemente, ha demostrado que las acciones, programas y políticas para el combate de la delincuencia llevadas a cabo hasta el momento han fracasado, y tristemente debemos aceptar que el alivio al grave problema que significan los numerosos homicidios, por ahora ha sido posible únicamente por la decisión unilateral de los jefes de las pandillas, ante cuyo accionar el Estado ha mostrado ser fallido; e) Que las autoridades de seguridad, y demás sectores que han mal entendido la posición de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, en la protección de derechos humanos respecto a los internos de los centros penitenciarios o cárceles de máxima seguridad, hoy lo están entendiendo, aceptando y aplicando, es decir justificando acciones de traslado de internos, por cuestiones humanitarias y de derechos humanos, aquello que en otro momento ha sido cuestionado. En buena hora que se acepte y reconozca que un Estado Democrático de Derecho se debe caracterizar por el pleno respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales; f) Finalmente, los distintos sectores de la vida nacional debemos ser muy cautelosos sobre los motivos que conllevan a la reducción de los homicidios como consecuencia de un dialogo o acuerdo realizado bajo circunstancias no explicadas ya que muy probablemente dicho "logro" no será sostenible al estar sujeto al arbitrio de un solo sector, sin ninguna incidencia del Estado. g) Es urgente que el Presidente de la República y su Gabinete de Seguridad aclaren a la población, de inmediato y sin excusas, los detalles ciertos de lo que ha pasado, ya que hasta ahora la información que se tiene es oscura y las acciones de quienes tienen bajo su responsabilidad el combate a la delincuencia han sido contradictorias y poco transparentes. PROCURADURÍA PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS h) Esta situación exige que líderes políticos y religiosos, funcionarios del Estado, medios de comunicación y organizaciones sociales y empresariales, hagamos una profunda reflexión sobre el rumbo que está siguiendo El Salvador en la búsqueda de la solución a los graves problemas que nos aquejan, pues podríamos estar adentrándonos concientes o no, en un camino, al margen de la legalidad y fuera del Estado de Derecho que debemos buscar, alcanzar y defender. Qsc-ar'Húmberto J^una Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos