TRUCOS PARA REGALAR ROSAS SIN QUE TE HAGAN DAÑO

TRUCOS PARA REGALAR ROSAS SIN
QUE TE HAGAN DAÑO LAS ESPINAS
Es Navidad. Todos tenemos en nuestras mentes
recuerdos de lo que fueron las Navidades en nuestra
infancia. Para muchos, la Navidad no es un tiempo
mágico y de felicidad, sino de recuerdos bastante
ingratos.
Es muy difícil mantener un equilibrio entre nuestras
fantasías de lo que pudo o debió ser la Navidad y lo
que realmente son. De esas contradicciones (lo que
fue-lo que quiero que sea) nos encontramos en
situaciones en donde repetimos y repetimos actitudes
que nos hacen daño y hacen daño a los demás.
Este regalo que os brindo, sirve para intentar que
redescubras el verdadero placer de dar sin la
necesidad de recibir algo a cambio. Cuántas veces
has regalado “rosas” y te han devuelto sólo las
“espinas”?
Sí, este es un regalo para que mejores tu autoestima.
Simple, breve, y fácil de leer. Es para que aumentes tu
concepto de ti mismo, ya que la autoestima es una de
las fuentes esenciales de la alegría de vivir. Es para
que te aceptes tal y como eres, que te quieras, cuides
y valores. Para que puedas redescubrirte,
reencontrarte, redefinirte y para que tengas la
capacidad de evitar todo lo que te hace daño. Es para
que puedas regalar siempre rosas sin pensar que, a lo
mejor, te hacen daño las espinas.
1) Cómo se construye la autoestima?
La autoestima se construye en el contacto con
las personas que nos cuidaron de pequeños:
padres, familia, amigos, profesores. Todos, a
su manera, tuvieron una influencia sobre la
percepción que tuve de mí mismo.
Cuando voy creciendo, mi entorno adquiere
un papel importante que se suma a lo que
sentí en mi infancia. Aquí me empiezo a dar
cuenta cómo mi entorno interpreta mis éxitos
o fracasos, y de qué forma me va afectando.
2) A continuación hay una imagen de un niñ@.
Apunta al costado todos los mensajes
positivos de los que te acuerdes y quién te lo
dijo, por ejemplo: Tío Jose: “eres un niñ@ muy
despierto”
3) A continuación, apunta al lado de nuestro
dibujo todos los mensajes negativos y tóxicos
que te han transmitido, por ejemplo: mi prima
Susana: “cuatro ojos”.
4) Haz un “balance” de todos los comentarios
positivos y negativos que has recibido. La
mayoría de nosotros tenemos un balance
bastante negativo. Esta sensación de no “ser
suficiente” para nadie es la que gobierna, en
la madurez, nuestras vidas. Estos mensajes
tóxicos recibidos, van envenenando la
percepción que tenemos de nosotros mismos,
formando un “diálogo interior” que nos
perjudica enormemente a la hora de
relacionarnos con el mundo.
5) Denominamos “diálogo interior” a esas
diálogos que establecemos con nosotros
mismos, que generalmente comienzan con un
“me c….” y terminan con un “no sirvo para
nada” “soy torpe” “no hay nada que pueda
hacer bien?” “soy imbécil”… te suenan?
Hablemos de las espinas:
Las espinas están para proteger a la rosa, no para
evitar que se acerquen a ellas. La rosa eres tú, y las
espinas todos los reproches, críticas, abusos,
agresiones que has escuchado y soportado toda tu
vida. Las espinas se forman, además con: unos
padres, abuelos, hermanos sobreprotectores, los
abandonos y pérdidas sufridos, el fracaso escolar, las
expectativas que pusieron en nosotros, la confusión
en la aplicación de normas, normas muy laxas o muy
severas, normas no consensuadas y un largo etcétera
que componen tu historia personal.
Pero aquí lo importante NO es lo que te ha sucedido,
sino qué has hecho con ello. Te lo has creído y por
tanto eres un adulto severo, reprochador, criticón,
malhumorado? Te has rebelado y eres un adulto que
no soporta las normas, que deja todo para último
momento, que va buscando aprobación en cada acto
que realiza? Te has pasado al otro extremo y no
sabes decir que NO, poner límites, mostrar tu
disgusto, desengaño, malhumor? Lo óptimo sería que
decidieras aceptar que si bien todo eso pasó, no
necesariamente tiene que seguir ocurriendo, y que
lograras reequilibrar tu percepción de ti mismo y
actuar en consecuencia.
Para seguir con la metáfora de la rosa y las espinas,
sería conveniente que usaras las espinas
apropiadamente, y no como arma defensiva ante
cualquier síntoma leve de un posible ataque por parte
de los otros.
Hablemos de la rosa:
La rosa sabe que es única, especial, diferente. No hay
una igual a otra, y cada una tiene algo que la
diferencia de las demás. La rosa se acepta, reconoce
su valor y acepta a las demás reconociéndoles el
suyo. No tiene miedo y sabe que sus espinas están
para protegerlas, pero no para impedirle vivir su vida
de rosa. Es más, sabe que sus espinas, de ninguna
manera le tapan el sol, dejándole todo el espacio para
crecer y seguir el flujo de su vida. Asimismo, en su fluir
con la vida, sabe que puede regalar su aroma, su
color, su SER sin el miedo a que se le claven otras
espinas, ya que, creciendo desde un sitio seguro (su
rama), le sirve de límite para no ser demasiado flexible
y romperse, o que le hagan daño otras rosas. En fin,
ha crecido con todas las condiciones positivas
necesarias para su desarrollo.
Cuando vemos que nuestros actos NO nos devuelven
lo que queremos, cuando nuestra vida no va por el
camino que hemos planificado, es conveniente
sentarse y pensar de dónde vienen estas “espinas”.
Ahora que sabes un poco más, y has comprendido
cómo se construyen las espinas y las rosas, hay que
lanzarse y asumir la responsabilidad del cambio que
se desea efectuar.
Todos hemos sufrido decepciones. A todos nos han
fallado. Todos hemos sentido el dolor sin fin de un
desamor. Sin embargo, como adultos, sólo a nosotros
nos corresponde tomar la decisión de dejar de vivir
heridos, de “terribilizar” nuestras vidas, de “dramatizar”
, quejarse, reprochar. Sólo tú eres de capaz de tomar
la decisión de decir BASTA y empezar a construirte la
vida que quieres.
Siguiendo con la metáfora de las rosas y las espinas,
aquí van algunos trucos, para que te sea más fácil
seguir dando lo mejor de ti, a pesar de las espinas que
usas como defensa para evitar el sufrimiento. Es hora
de darles su verdadero valor, recuerda: las espinas
están ahí para protegerte, pero no para impedir que
entregues lo mejor de ti y “rechazar” a los que se te
acercan.
1. Refuerza en ti la convicción de que tienes
valor como persona. Reconoce, también, el
valor de los demás.
2. No seas perfeccionista ni se lo exijas a los
demás.
3. Renuncia a tu diálogo interior negativo.
Aprende a comunicarte de una manera clara,
abierta y honesta contigo y con los demás.
4. Aprende a escuchar atentamente a lo demás.
5. Refuerza la convicción de tener las
habilidades necesarias para enfrentarte a
retos diversos.
6. Acepta que la vida es cambio, no los
rechaces, sino más bien acéptalos y fluye con
ellos.
7. Confronta los problemas, no los evites.
8. Arriesga!!
9. No dejes para mañana lo que puedes hacer
hoy.
10. Potencia tus habilidades y refuerza tus áreas
a mejorar.
Podría seguir enumerando muchísimos más trucos,
explicándolos, pidiéndote que hagas ejercicios para
aumentar tu autoestima, en fin, podría exigirte un
montón de cosas… pero es Navidad, y mi objetivo en
mi vida es acercarme cada vez más a la unión positiva
de mis fantasías y vida real. Es Navidad, yo confío en
ti, y no tengo miedo a ello, porque me valoro y te
valoro. Por ello, terminaré este regalo que he
redactado para ti, con una fábula, tú le pondrás el
final. Cualquier final es bueno, ya que en tu vida tú
eliges, puedes consultar “mi final” en:
http://piensaenpositivo.com/parabola-india/, la
parábola dice así:
Un viejo indio estaba hablando con su nieto y le decía:
“Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi
corazón. Uno de los dos es un lobo enfadado, violento
y vengador. El otro está lleno de amor y compasión.”
Y el nieto preguntó:
“Abuelo, ¿dime, cual de los dos lobos ganará la pelea
en tu corazón?”
El abuelo contestó: (ponle tú el final)
Me despido de todos vosotros compartiendo los
deseos que tengo para mí y que deseo también para
todos nosotros:
Que todas las horas, minutos y segundos de mi vida
sean conscientes y enfocados a mi objetivo: Ser Yo
Mismo.
Os deseo que estas fiestas sean como tú quieres que
sean! Puedes compartir tus navidades en mi blog:
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