ponencia

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AUTOR: Andrés Alejandro Garaguso, Guillermo Horacio Francisco Garaguso y
Horacio Pablo Garaguso.
INSTITUTO: Derecho Comercial del Colegio de Abogados de Mar del Plata.
COMISIÓN: Derecho Comercial General.
TEMA: La responsabilidad del proveedor del servicio de guardería náutica y
sus dependientes.
SUMARIO: La responsabilidad del proveedor del servicio de guardería náutica
y sus dependientes por los daños – lesiones corporales- sufridos por el contratante era de naturaleza contractual. Hoy es por cierto irrelevante tal calificación,
pues conforme el nuevo sistema del Código Civil y Comercial la responsabilidad civil en casos como el de esta ponencia se debe regir por los principios de
derecho común, o sea por la regla de los artículos 1757 y siguientes del Código
Civil y Comercial, los que no distinguen la contractual de la extracontractual.
DESARROLLO:
JURISPRUDENCIA: Cámara Nacional Civil de C. A. B. A., sala H.
Fallo del 26 de febrero de 2015, in re: “O., L. C. contra FEDEUGE S. A. S/ DAÑOS Y
PER- JUICIOS”, Fuente Rubinzal on line, RC J 3198/15.“Corresponde confirmar la sentencia de primera instancia que condena a la empresa prestadora del servicio de guardería náutica a resarcir los daños y
perjuicios sufridos por la actora a raíz del accidente que protagonizara cuando, descendiendo de la lancha, introdujo su pierna derecha entre dos tablas –demasiado separadas y en mal estado- del muelle flotante, toda vez que, tratándose de un supuesto
de responsabilidad contractual –quien la acompañaba guardaba ahí su embarcación-,
el deudor de la prestación principal, además asume lo que suele denominarse “deber
de seguridad” o de “indemnidad”, por el cual debe responder de los daños sufridos por
la contraria, en el lugar en que se formaliza o perfecciona la relación jurídica, cuando
no haya adoptado las previsiones necesarias para evitar todo perjuicio en el curso del
cumplimiento del acuerdo de voluntades. Y si bien la accionada invocó que el accidente se produjo por la exclusiva culpa de la víctima, lo cierto es que no hay ninguna
prueba que permita demostrarla”.-
NORMAS APLICABLES:
ARTICULO 1710.- Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa, de: a) evitar causar un daño no justificado; b)
adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para
evitar que se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o
disminuyen la magnitud de un daño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa; c) no agravar el daño, si ya se produjo.
ARTICULO 1757.- Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda
persona responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados
o por las circunstancias de su realización. La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.
ARTÍCULO 1758.- Sujetos responsables. El dueño y el guardián son
responsables concurrentes del daño causado por las cosas. Se considera guardián a
quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien
obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la
cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta. En caso de actividad
riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por
sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.
FUNDAMENTACION:
El fallo que da lugar a esta ponencia es por cierto fundado conforme
el régimen del Código Civil y Ley de Defensa del Consumidor, y por eso es que se
encuadra dentro de la responsabilidad contractual, solución opinable a nuestro ver,
desde que el daño es causado a quien no es el contratante del servicio de guardería
náutica. Solo extendiendo el deber de seguridad del régimen de defensa del consumidor se pudo fallar la responsabilidad contractual de la empresa con relación al acompañante del contratante.El caso si se fallara de acuerdo con el Código Civil plantea una responsabilidad objetiva (artículo 1757) y “No son eximentes la autorización administrativa
para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención”. El titular de la empresa de guardería náutica es el responsable por
el estado de las instalaciones que necesariamente deba utilizar el contratante, y conforme el principio preventivo, dichas instalaciones deben estar en condiciones que
impidan la producción de un daño, no solo al usuario sino también a toda persona que
las use. Tal conclusión surge del deber de prevenir daños, deber este establecido por
el artículo 1710 del C. C. y C.: “Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa, de: a) evitar causar un daño no justificado; b) adoptar, de buena fe y conforme a
las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se produzca un daño, o
disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño
del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que éste le reembolse el valor
de los gastos en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa; c)
no agravar el daño, si ya se produjo”.
En el caso de autos no se ha probado culpa exclusiva de la víctima, y
no habiéndose invocado la existencia de un caso fortuito o fuerza mayor o hechos de
un tercero por quien no tenga responsabilidad la empresa de guardería náutica (Arts.
1729 a 1731 del C. C. y C.), es evidente que la situación del muelle flotante es determinante en la producción del daño, desde que si su estado hubiera sido el normal, no
habría acaecido el siniestro. Cuando el factor de atribución es objetivo, la responsabilidad solo se excusa si se acredita “CAUSA AJENA”, es decir (1) “hecho del damnificado” (Art. 1729), (2) “hecho de un tercero por quien no se debe responder” y que reúna
los caracteres del caso fortuito (Art. 1731) y (3) caso fortuito o fuerza mayor –
sinónimos conforme el apartado final del artículo 1730 del C. C. y C. -, es decir algo
imprevisible e inevitable.En el caso no median dudas que el responsable por el estado de
muelle flotante es el titular de la empresa de guardería náutica, quien se sirve de la
cosa con una finalidad económica o sea es “quien ejerce por si o por terceros el uso, la
dirección y el control de la cosa” y además “quien obtiene un provecho” (Art. 1758). En
tal caso para liberarse de responsabilidad el dueño o guardián deben probar que la
cosa – muelle flotante- se ha usado contra su voluntad expresa o presunta.Estamos en presencia de un contrato que no es reglado en forma
expresa por el Código Civil y Comercial, pero que es alcanzado en forma conjunta por
la locación (Art. 1187), el contrato de servicios (Art. 1279) y ocasionalmente el de obra,
cuando se pactan ciertas modalidades en la guardería (Art. 1251). Se trata de un contrato con tipicidad social y al que le son aplicables asimismo algunas reglas de derecho marítimo y portuario.Con estas reglas, pontones, muelles y amarres deben cumplir con las
condiciones de seguridad fijados por la autoridad marítima o portuaria.Mar del Plata, octubre de 2015.-
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