Individualismo Metodológico

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Boletín de Lecturas Sociales y Económicas • UCA • FCSE • Año 3 • N° 13
Individualismo Metodológico
por
Maria Cecilia Minguillón
INTRODUCCIÓN
investigación. "Se ve
cómo se formó en Austria
una
escuela
psicológica que se sume
deliberadamente en
todas sus sutilidades de
una dialéctica, indudablemente hábil y
suelta, pero alejada todo
lo posible de la realidad
observable" (R. Gonnard
1947:392).
Al mismo tiempo que, desde la segunda mitad del siglo
XIX, se orientaban gran
parte de los economistas
de la escuela liberal
hacia
el
empleo
predilecto del método
inductivo; al mismo
tiempo, por otra parte,
que se inspiraban
numerosas escuelas,
para hallar su camino
fuera del liberalismo, en
aquel mismo método, su
rival triunfante en otra
época, el método deductivo, seguía reclutando
adeptos, deseosos de aplicarlo en su forma más
rigurosa, es decir más abstracta. Estos economistas,
caracterizan una de las nuevas escuelas metodológicas,
que sin pretender aportar una doctrina económica muy
original en cuanto a su contenido, se presentaron
armados con un novedoso instrumento de
S. Lukes en su
obra
Individualism
(1973) ha distinguido no
menos de once significados que el término ha
tomado, clasificándolos según traten de la dignidad
humana, autonomía, privacidad y desarrollo de la persona, hasta el individualismo epistemológico y
metodológico. Ha definido el individualismo
metodológico como la teoría "en la cual sólo los
hechos referidos a los individuos son explicativos"
de los fenómenos sociales y económicos (117).
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Friedrich von Hayek, el exponente
contemporáneo principal de esta metodología, ha
afirmado en Individualism, True and False (1946); el
"argumento básico" del individualismo metodológico
"es que no hay otro camino para entender el fenómeno
social sino a través de nuestra comprensión de las
acciones individuales en cuanto dirigidas a otra gente
y guiadas por su comportamiento esperado" (Costabile
1995:607).
metodología de la ciencia se inscribe en el amplio
capítulo de la Filosofía de la ciencia, y más
particularmente dentro de la teoría del conocimiento.
Cuando decimos la metodología de... debe
entenderse su significado en el sentido más amplio
para designar con ello la investigación de los
conceptos, teorías y principios básicos de
razonamiento utilizados en una determinada parcela
del saber. No se trata del simple uso de un método,
sino que involucra todo el contenido de una ciencia,
su clasificación, análisis, para un mejor entendimiento
del mismo. Por tanto, la metodología de la Economía
no es otra cosa que la aplicación a la Economía de la
filosofía de la ciencia en general.
El principio del individualismo metodológico
se asocia con la escuela austríaca, por haber sido la
primera en formular lo que más tarde se denominó
con tal término, pero actualmente no es exclusivo de
ninguna escuela en particular. Entre sus adherentes
contemporáneos, además de los pertenecientes a la
escuela austríaca, puede nombrarse a R. Solow, D.
Mueller, A. Downs, J. Buchanan y J. Rawls. El
individualismo metodológico es un asunto que involucra las cuestiones más intrincadas de la economía
como ciencia social. A él concurren tanto los aspectos
metodológicos propios de una ciencia como los
aspectos ideológicos propios de una ciencia social.
Con respecto a la metodología de la
Economía, también puede decirse que se han
visualizado tantas aproximaciones como formas de
explicar los fenómenos económicos existieron.
Utilizando el esquema de periodización desarrollado
por Oreste Popescu (1971), cabe notar que la incursión
en los aspectos metodológicos se han intensificado
desde que la Economía se configuró como disciplina
científica. Desde entonces, más que en ningún periodo
anterior, puede afirmarse que no existe nada que se
parezca a una unidad de criterios en la materia, sino
muchas debates y opiniones diametralmente opuestas.
En el período de la Economía política las discusiones
tenían como principales objetos la cuestión del método
y, no menos importante, las divergencias ideológicas.
Es conocida justamente en el campo metodológico la
década de 1880 por lo que se ha dado en llamar el
Methodenstreit, entablado en Alemania entre la
escuela histórica y el fundador de la escuela austríaca.
En cambio, en el período de la Economía como ciencia
económica se ha comenzado a cuestionar todo tipo
de aspectos relacionados con la metodología, como
las controversias planteadas a partir de la tesis de la
simetría respecto a la estructura de las teorias, es decir,
del rol de las explicaciones y de las predicciones.
¿Cuál es la relación existente entre los supuestos y
las implicancias predictivas de las teorías económicas?
y, en el caso de no existir relación definida, ¿deben
ser realistas los supuestos o lo único importante es la
capacidad de predicción de las teorias? Otra disyuntiva
fundamental se ha planteado respecto a la relación
existente entre proposiciones positivas y normativas,
así como respecto a la forma de explicar de las ciencias
naturales y la de las ciencias sociales, etc. De esas
A fin de adentrarnos lo más claramente
posible al tema que nos ocupa, se tratará de aclarar en
primer lugar, algunos conceptos referidos a la
metodología de la ciencia en general y de la economía
en particular. En segundo término, se hará un breve
bosquejo del individualismo como doctrina
económica para comprender cómo surge el
individualismo metodológico. En las últimas
secciones se desarrollará el tema en forma más
específica, confiando no haber dejado ningún vacío
conceptual que impida una clara comprensión del
mismo.
LA METODOLOGÍA DE ...
Las cuestiones concernientes a la
metodología de la ciencia han preocupado al hombre
desde la antigüedad grecorromana. Aristóteles, quien
puede decirse que sistematizó el pensamiento de la
antigua tradición griega, estableció los principios de
la lógica con el fin de determinar qué tipo de
proposiciones eran admisibles tal de lograr
argumentos lógicos. Sin embargo, mucho antes los
fenómenos se trataban de explicar utilizando ideas y
conceptos, que a la luz del hombre contemporáneo,
se consideran explicaciones no científicas. La
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discusiones han surgido el ultraempirismo de Milton
Friedman o instrumentalismo, el individualismo
pueden delinearse tres niveles que corresponden al
del deber ser (doctrina económica), el ser (teoría
económica) y el hacer (política económica) (Popescu
1971). Llegados a este punto, habría que hacer una
pequeña disgresión en cuanto a la relación existente
entre Economía positiva y normativa o Economía
como ciencia y Economía como arte'.
institucional, el individualismo metodológico y varias
otras aproximaciones, individualistas o no, tendientes
a fundamentar la construcción de las teorías y sus
i mplicancias de política económica.
La Economía como ciencia debe proveer
explicaciones que sean sistemáticas y controladas por
la evidencia empírica; y cuyo objetivo debe consistir
en la organización y clasificación del conocimiento
adquirido sobre la base de principios explicativos. La
Economía es una ciencia peculiar, distinta de las
ciencias naturales o "fuertes", porque se dedica al
estudio del comportamiento humano invocando como
causas de las cosas a las razones y motivos que mueven
a los agentes humanos; y distinta de la sociología,
porque de alguna forma podría decirse que logra
proporcionar teorías deductivas rigurosas sobre las
acciones humanas. Es decir que, las explicaciones del
economista constituyen una especie concreta de un
género más amplio de explicaciones científicas, por
lo cual presentan ciertos problemas.
Economía positiva vs. Economía normativa
La distinción entre Economía científica y los
consejos prácticos de política económica, la cual
puede encontrarse ya explícitamente en el escrito de
John Stuart Mill (1985), se ha identificado en la
segunda mitad del siglo XIX con la consideración
hecha por los filósofos positivistas acerca del "ser" y
el "deber ser", y desde entonces se ha distinguido entre
hechos y valores, entre proposiciones declarativas y
objetivas acerca del mundo y las evaluaciones
prescriptivas.
David Hume, en su Tratado sobre la
naturaleza humana (1740), estableció la proposición
de que no puede deducirse el "deber ser" a partir del
"ser " , es decir que las proposiciones fácticas,
descriptivas sólo pueden implicar otras proposiciones
fácticas, descriptivas y nunca normas o
pronunciamientos éticos. Esta proposición ha sido
denominada la "guillotina de Hume", por implicar una
delimitación lógica entre el campo de los hechos y el
de los valores.
La Economía ha alcanzado una determinada
comprensión de los fenómenos objeto de su estudio
elaborando conceptos propios, a pesar de servirse de
los de otras ciencias, lo cual no significa incurrir en
un "cientificismo " tal como Hayek ha denominado y
criticado aquella práctica. De la misma manera, se
sirve de otras ciencias como de la historia, matemática,
psicología, estadística y sociología, a fin de construir
sus teorías.
La doctrina de la ciencia social libre de juicios
de valor afirma que el estatus lógico de las
proposiciones fácticas, descriptivas, sobre el "ser" es
distinto del de las proposiciones normativas,
prescriptivas, sobre el "deber ser". En segundo
término, reconoce que los juicios metodológicos
necesarios para alcanzar un acuerdo sobre las
proposiciones fácticas son distintos de los juicios de
valor propiamente dichos. Por tanto, no niegan que
los prejuicios ideológicos se introduzcan en la
selección de los temas que el científico social decide
investigar, ni que las inferencias que se deducen de
los hechos puedan estar influenciadas por valores, ni
que los consejos prácticos de política económica
posiblemente estén cargados de juicios de valor
encubiertos. Simplemente se basa sobre los aspectos
sociales de la actividad científica, sobre una tradición
crítica que constantemente actúa sobre los prejuicios
Al tratar de especificar cuál es la naturaleza
exacta de las explicaciones económicas, debe aclararse
que en el intento de sistematizar los resultados
anteriores, así como al dar respuesta a nuevas
cuestiones, el economista como científico social, trae
consigo una cierta concepción del mundo que lo rodea,
si se quiere cierta ideología o ciertos principios
filosóficos. Esos principios, explícitos o no, influyen
a la hora de construir su teoría, influyen al hacer
determinadas hipótesis, al observar los hechos y, hasta
al elegir el tema a tratar - lo anterior debe entenderse
tal como fue expuesto, y no como el "sesgo
ideológico" que postula Marx y ciertos críticos
radicales. Así, las implicancias de política económica
serán la consecuencia lógica de todo lo anterior. En
otras palabras, en la Economía como ciencia social
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de los científicos concretos. Max Weber planteó este
problema cuando elaboró la doctrina del Wertfreiheit
(libertad respecto de las valoraciones) en The Methodology of the Social Sciences (1949).
Con respecto al individualismo metodológico
se plantea justamente ese problema, y sus más notables representantes parecen estar. de acuerdo en la
identificación de los juicios de valor metodológicos
y los juicios de valor. Sin embargo, creemos es indispensable distinguir entre los juicios de valor
metodológicos involucrados en el término
metodológico, que se refiere simplemente a la
construcción de una teoría positiva y, las
connotaciones normativas e implicancias de política
económica derivadas del término individualismo. Paul
Samuelson en su escrito Modern Economic Realities
and Individualism (1963) sugiere que los errores del
individualismo metodológico llevan al fracaso del
individualismo como guía normativa2 . Friedrich von
Hayek, el contemporáneo de la escuela austríaca,
sosteniendo que efectivamente existe una relación
entre el individualismo como metodología y sus
valoraciones normativas ha afirmado:
...el verdadero individualismo... es
primeramente una teoría de la sociedad, un
intento para entender las fuerzas que determinan
la vida social del hombre, y sólo en segundo lugar
un conjunto de principios políticos derivados de
esta visión de la sociedad.[...] Sugiero que una
comprensión aceptada de la economía como un
orden de interacción sujeto a un conjunto de
reglas o condiciones, lleva a una intervención
mínima normativamente preferida con el
resultado de esa intervención.
(Arrow 1994:1-3)
fenómenos sociales están impregnadas de juicios de
valor y que, por consiguiente carecen de objetividad,
nos vemos constreñidos a una regresión infinita que
acaba en un subjetivismo extremo en el que, todas las
opiniones cuentan por igual. Además, el rechazo de
la posibilidad de una ciencia social objetiva y libre de
juicios de valor termina en la negación de la distinción
entre juicios de valor metodológicos y juicios de valor
normativos. Es de esta forma, como la mayor fa de los
individualistas metodológicos, partiendo de
construcciones puramente lógicas para explicar el
"ser", terminan afirmando y derivando de ellas el
"deber ser". Sin embargo, más recientemente ha
surgido un grupo de adeptos al individualismo
metodológico, que intentando hacer construcciones
ideales son puramente normativos.
Doctrina de la unidad de las ciencias y el
individualismo metodológico
Para comprender el individualismo
metodológico debe comprenderse sus fundamentos
metodológicos últimos, sobre los cuales descansa todo
el edificio teórico que sus partidarios construyeron, y
a partir del cual surgirán sus recomendaciones de
política económica.
El principio de unidad de las ciencias, que
surge en el intento de postular el método científico
más adecuado para las ciencias sociales, se refiere al
contexto de justificación de las teorías y no a las
técnicas de investigación empleadas. Estas últimas
naturalmente son distintas en las ciencias naturales y
en las sociales; sin embargo, la metodología de una
ciencia al ser su forma de construcción lógica tal de
posibilitar su rechazo o aceptación, es válida para
todas las ciencias. Esa construcción estrictamente
lógica exige el uso del método deductivo abstracto,
ya que el uso del método inductivo podría significar
incurrir en el problema de la inducción ; .
Por lo tanto, a fin de delimitar claramente el
campo del "deber ser" y el del "ser", habrá que
distinguir entre los juicios de valor propios de la
metodología de toda ciencia y los juicios de valor, o
en términos de Lakatos, entre el "núcleo" de las teorías
y el "cinturón protector" que dichas teorías generan.
El hincapié que se hace en este asunto proviene de
los peligros que se derivan de su incorrecta
comprensión. Principalmente, al afirmar que
absolutamente todas las proposiciones sobre
Ahora bien, el principio del individualismo
metodológico postula que "las tareas de las ciencias
sociales consiste en construir y analizar nuestros
modelos sociológicos con todo cuidado en términos
descriptivos o nominalistas, es decir, en términos de
los individuos, de sus actitudes, expectativas,
relaciones, etc." (Popper 1957:136) 4. Para ello,
recurre a la introspección como fuente de
conocimiento del comportamiento de los agentes
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humanos, es decir el conocimiento en primera persona que es inteligible para nosotros por ser hombres.
Es claro que los científicos de las ciencias naturales,
argumentan, carecen de este tipo de conocimiento,
porque les es imposible imaginar lo que es ser átomo
o molécula. De esta forma los científicos de las
ciencias sociales hacen uso de una ventaja inherente
que poseen sobre los estudiosos de los fenómenos
naturales. Además, creen que es la única fuente de
capacidad de comprensión dadas la riqueza y la
singularidad de los hombres.
La dificultad metodológica que plantea la
introspección es obvia, ya que no es fácil mantener la
defensa de una ciencia social basada en la
introspección dentro del contexto de justificación. Sin
embargo, puede ser usada la introspección como
fuente adicional de conocimiento disponible y así,
puede ser de ayuda a la hora de inventar hipótesis
acerca del comportamiento humano.
Resulta interesante destacar que, los mismos
que abogan por el uso del método deductivo rechazan
el principio de unidad de las ciencias; aceptan el
método deductivo abstracto y, ala vez, la introspección
como fuente única de conocimiento de los fenómenos
sociales; recalcan la diversidad y valor moral de los
individuos y luego reducen su comportamiento como
atomístico respecto al mercado, y, en cambio, con
respecto a otras instituciones como el Estado
establecen su no intervención por ser cada individuo
el mejor conocedor de sus propias soluciones. Se trata
de los defensores del individualismo metodológico.
Para arrojar nueva luz sobre sus fundamentos
consideraremos inmediatamente su postura central,
el individualismo, basándonos en el tratamiento dado
al tema por Macpherson en el diccionario económico
New Palgrave (1987).
Adquiere, así, el individualismo el significado más
estrecho de dejar la dirección de la economía al
resultado de las decisiones tomadas por innumerables
individuos respecto de los usos a los cuales dedicarán
sus esfuerzos y recursos.
Considerado históricamente, la idea que el
individuo es moralmente más importante que la
sociedad se remonta, en los tiempos modernos, hasta
el Renacimiento; yen la antigüedad por lo menos hasta
los sofistas. Sin embargo, el paso de reducir los
individuos a átomos, en cuanto componentes de un
mecanismo, cada uno en busca de poder y riqueza a
expensas del resto, lo debemos a la formulación de
Hobbes a mediados del siglo XVII. En el siglo XVIII
A. Smith dio al individualismo de mercado una
fachada agradable, inocente y optimista respecto de
sus contemporáneos, y de alguna forma venía a la vez,
de inspirarse en sus predecesores en lo concerniente
a la idea de orden natural y; a dar respuesta y nueva
solución a la cuestión planteada e insatisfactoriamente
resuelta -según él- por los " mercantilistas".
Preocupado por el funcionamiento de las instituciones
y, basándose en la idea de orden y leyes naturales,
sostiene que la solución social más conveniente seria
alcanzada en la medida en que se dejara total libertad
a los individuos para que realicen plenamente sus
propios intereses, de lo cual resultaría espontáneamente un mayor beneficio para todos. Como
corolario, dejaba bien en claro que, dada la existencia
de un orden natural espontáneo, la simpatía mutua de
los individuos y el interés personal, la intervención
gubernamental carecería de justificación; y en lugar
de recomendar un intervencionismo extremo como
los " mercantilistas", recomendaba como máxima el
anti-intervencionismo también extremo.
El individualismo es la teoría social o
ideología, que asigna al individuo un valor moral más
alto que a la sociedad, defendiendo consecuentemente
la libertad de acción según el propio interés individual.
En el siglo XIX, Jeremy Bentham reelaboró
el individualismo atomístico de Hobbes en su doctrina
eminentemente ética, que se estableció como doctrina
dominante y, posteriormente fue abrazada con algunas
modificaciones por J. S. Mill (1985), aunque influido
también por el positivismo de la escuela del common
sense, por Comte, y por la realidad de su época.
Fundamentalmente los que más preocupa a J. S. Mill
eran las individualidades, el desarrollo de la
personalidades.
El término también fue usado en el siglo XIX
para designar un sistema económico, refiriéndose en
este caso al sistema de mercado competitivo.
En el siglo XX, la tradición liberal contiene
dos tendencias centrales del individualismo. Por un
lado, dos de los más respetados individualistas
EL INDIVIDUALISMO COMO DOCTRINA
ECONÓMICA
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no puede interesarse por todos los aspectos de la vida,
sino sólo por los económicos. Por tanto, simplifican
el campo de la observación, imaginan como hipótesis
la existencia de un perfecto hedonista, lo supone en
acción; estudia en qué condiciones alcanzaría la
máxima satisfacción hedonista, convirtiendo a la
Economía, en cuanto busca leyes eternas lógicas, en
una ciencia pura.
liberales -Isiah Berlin y John Rawls-, que son
individualistas preocupados por las "individualidades " . Y, por otro lado, dos economistas
individualistas pertenecientes a la tendencia
neosmithiana, aunque con importantes diferencias F. von Hayek y Milton Friedman.
Es imperioso hacer una pequeña, pero
importante aclaración con respecto a las deferencias
existentes entre la solución smithiana y la de la escuela
austríaca. A pesar de ambos ser individualistas; el
primero, utilizando tanto el método deductivo abstracto como el inductivo histórico, dio una solución
"naturalista" (Fanfani 1962) al problema económico,
enfocó su análisis en el funcionamiento de las
instituciones y, dadas sus premisas de espontaneidad
del orden natural y otras referidas al comportamiento
moral del hombre, concluía en la necesidad de libertad
individual total. Los otros, llevando al extremo el uso
del método deductivo abstracto en el intento de realizar
una construcción muy racional y, utilizando la
introspección para construir un horno oeconomicus y de esa forma desarrollar la teoría económica puraconcluían en la posibilidad de la intervención como
"reajustadora" de la economía toda vez que existan
fracasos de mercado -cuestión alrededor de la cual se
han abierto infinitas dudas e inclusive dentro del
individualismo metodológico. Recientemente, el
individualismo de Smith ha sido caracterizado como
individualismo institucional por Joseph Agassi (HyunHo Song 1995).
Al sublimar el problema económico, plantean
en última instancia una psicología económica extrema,
y al establecer todos los problemas económicos en
términos individuales plantean las soluciones en
términos de rendimientos máximos y costos mínimos
individualmente considerados.
K. Menger en su obra Untersuchungen über
die Methode der Sozialwissenschaften und der
Politischen Oekonomie insbesondere (1883) ataca la
noción de la Economía nacional, que considera como
el resultado de los esfuerzos económicos individuales.
Para comprender la Economía nacional se requiere la
comprensión de sus economías singulares; debe
cuidarse siempre los intereses de los individuos, no
los de la nación como una unidad. Menger no elabora
el principio del individualismo metodológico
completamente.
Friedrich von Hayek en su lectura Individualism, True and False (1945) intenta dar al
individualismo una imagen más aceptable,
identificando como verdaderos individualistas los
hombres de la tradición inglesa desde Locke, pasando
por Mandeville, Hume, Smith y Burke y;
caracterizando como falsos individualistas a los
benthamistas y los filósofos radicales y, en el
continente, aquellos influenciados por el racionalismo
cartesiano, los enciclopedistas franceses y los
fisiócratas. Y agrega, el verdadero individualismo
EL ARGUMENTO DEL INDIVIDUALISMO
METODOLÓGICO
La escuela psicológica austríaca, tuvo como
principal representante a su fundador, Karl Menger,
cuyas Grundscitze der Volkswirtschaftslehre (1971)
constituyen una de las obras fundamentales de la
escuela. El espíritu general de esta escuela es dedicarse
al análisis psicológico del hombre actuante en la esfera
económica bajo la influencia de diversos móviles,
dejando a un lado los hábitos de simplificación extrema de los clásicos y teniendo en cuenta la
variabilidad de la condición humana, pero sosteniendo
que existen en todos los individuos ciertos móviles
psicológicos comunes, sin los cuales no habría ciencia
i maginables. Sin embargo, a pesar de su premisa de
que el hombre real no es económico y que la sociedad
real no está racionalizada, sostienen que el economista
afirma el valor de la familia y todos los
esfuerzos comunes de la pequeña comunidad
y grupo,... cree en la autonomía local y en las
asociaciones voluntarias..., y... su argumento
descansa principalmente en la contención por
la cual la acción coercitiva del Estado
usualmente invocada puede ser mejor resuelta
por la colaboración voluntaria.
( Macpherson 1987:792)
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En contraste, el falso individualismo desea
disolver todos esos pequeños grupos en átomos, los
que no tienen otra cohesión que las reglas coercitivas
i mpuestas por el Estado. Pero, el intento de Hayek de
humanizar el individualismo del mercado no logra
ocultar el hecho de que su verdadero individualismo,
estando atado a las reglas de libre mercado, hace que
cada uno compita atomísticamente -en el mejor de
los casos. La libertad individual de elegir entre
distintos usos de las propias habilidades y recursos se
ve limitada por la dura disciplina impuesta por el
mercado. Así, el verdadero individualismo termina
siendo un individualismo atomístico.
James Buchanan se ha identificado
recientemente él mismo como un individualista
metodológico. En su escrito The State of Economic
Science (1989) acusa a la macroeconomía y, más aún,
a la teoría de equilibrio general y a la teoría neoclásica
en general por desviarse de la correcta comprensión
de la economía como orden, en lugar de un mecanismo
de asignación de recursos.
Los postulados básicos
Es importante volver a recalcar que, si bien
es posible extraer de la teoría del individualismo
metodológico algunas creencias comunes
propiamente individualistas, el rationale utilizado es
tan variado que no es nuestra intención pretender
enumerarlos en su totalidad, sino que acotaremos
nuestro análisis a aquellas premisas básicas por todos
ellos aceptadas y trataremos de extraer de ellas las
conclusiones más generales derivadas de esa
metodología.
El individualismo metodológico parte de la
premisa de que todas las interacciones sociales son,
en último término, interacciones entre individuos. Por
lo tanto, todo fenómeno social puede ser descripto en
su totalidad en términos de los individuos que lo
conforman.
El segundo paso que adoptan, es reconocer
que los individuos no actúan en forma separada; sino
que interactúan, actúan en respuesta a las acciones de
los otros. Es así como las interacciones sociales son
interacciones entre individuos, es decir son acciones
y reacciones entre ellos.
¿Son totalmente libres los individuos? No,
su comportamiento está limitado por el
comportamiento del resto y, además por las
limitaciones de cada uno.
Aquí ya podemos anunciar la primera regla:
las interacciones sociales o los fenómenos sociales,
involucran como elemento necesario y fundamento
último de su existencia, a los individuos; por lo cual
aquellos fenómenos sociales no son otra cosa que el
resultado de las acciones y reacciones individuales
sujetas éstas a las ciertas limitaciones propias y de
convivencia social. Es decir que, todo fenómeno social podría explicarse, en términos estrictamente
matemáticos, como una función del resultado
simultáneo de las maximizaciones de cada individuo,
y cada una de éstas estando sujeta a otra función con
dos restricciones, una impuesta por sus respectivas
condiciones naturales, más la impuesta por el
comportamiento de lo demás.
Este individualismo se diferencia del
individualismo de A. Smith en un aspecto fundamental, que es la manera de abordar la explicación de las
instituciones. Mientras Smith analiza las interacciones
entre individuos, contemplando el contexto social
político y económico como dado exógenamente, con
el fin de indagar el funcionamiento de las instituciones
existentes; los otros analizan las interacciones entre
individuos para explicar el surgimiento y los cambios
que se producen en ese contexto social, y de esta
manera tratan todas las cuestiones sociales como variables endógenas.
Con respecto a la argumentación de que esta
metodología reduce los individuos a átomos, que
indudablemente está justificada, existe un trabajo muy
interesante que compara la teoría de Leibnitz de las
mónadas con la de Maupertius respecto de los átomos,
y se relaciona directamente con el individualismo
metodológico (Albert 1985).
Debe quedar asentado que la teoría del
individualismo metodológico no descuida el papel que
desempeñan las reglas institucionales, ni las creencias
sociales, ni ningún otro fenómeno social, sino que
adoptando con respecto a aquellos una posición
diametralmente opuesta al determinismo histórico,
pareciera que es justamente su preocupación por los
fenómenos sociales lo que los ha llevado a adoptar
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esa postura. Su planteamiento eminentemente
individualista juega el papel de determinar todo
cambio en las reglas institucionales. Por lo cual, el
segundo punto capital de esta teoría es la manera de
explicar el surgimiento y los cambios de los
fenómenos sociales.
Burke y Hayek rechazan todo cambio
deliberado en la sociedad para las instituciones
existentes. En cambio, Menger es más reservado y
considera que algunos cambios sociales ocurren
conscientemente, aunque existen otros cambios que
son resultado de las acciones individuales no
deliberadas. Buchanan enfatiza su rechazo respecto
de la universalidad del diseño institucional
inconsciente.
La teoría de los juegos
J. Buchanan ha afirmado en su famosa lectura
The state of economic science (1989) que "la teoría
de los juegos ofrece el aparato matemático apropiado
que facilita una comprensión abstracta de la
economía" (Arrow 1994:4). La formulación corriente
del individualismo metodológico es la teoría de los
juegos, ya que se ha convertido en la expresión común
en que sus adeptos exponen sus modelos.
tal, metodología con respecto a la economía
convencional.
Los teóricos del individualismo metodológico, a pesar del común criticismo del enfoque
teórico tradicional y, su énfasis en algunos factores
tradicionalmente descuidados, como el rol de las
instituciones y normas de comportamiento sociales,
creencias, cooperación y/o conflicto entre los
individuos, ofrecen distintas explicaciones teoréticas
para el surgimiento de aquéllas y, por lo tanto distintas
i mplicancias de política económica.
Resulta interesante examinar algunas teorías
recientemente desarrolladas que pertenecen a la
tradición del individualismo metodológico a fin poner
de relieve algunas implicancias generales propias de
esa metodología. Una es la realizada por R. Solow
(1990) con respecto al mercado de trabajo como
institución social y la otra es la teoría de la Public
Choice, de la cual podremos extraer las implicancias
específicas de aplicar tal metodología al funcionamiento del Estado.
El mercado de trabajo como institución social
El modelo de Solow es un modelo de
eficiencia salarial con desempleo basado en normas
sociales, y pertenece al enfoque moderno de la teoría
del desempleo keynesiano que se caracteriza por hacer
endógenas las explicaciones del equilibrio que no
corresponden exactamente al punto donde la oferta
iguala la demanda, y que surge como respuesta y
desarrollo de los modelos de precios rígidos.
En un juego cada agente elige una estrategia
entre un conjunto de estrategias disponibles para él,
una vez determinadas las reglas del juego. El conjunto
de estrategias disponibles para cada jugador está fijo,
independientemente de las elecciones de los otros
participantes. El resultado del juego para cada
participante es una función de las estrategias elegidas
por todos los participantes, de tal manera que, todas
las interacciones entre los participantes están incluidas
en las funciones de resultado de cada uno.
El no vaciamiento del mercado de trabajo es
interpretado como el resultado del comportamiento
maximizador de los agentes. No toma el salario como
exógeno, sino determinado en el mercado de trabajo,
ya que éste es considerado como una institución social y el "trabajo es un tipo de bien peculiar y el
mercado de trabajo un tipo de mercado peculiar "
(Solow 1990:30). Es decir que, permite que el mercado
de trabajo sea capaz de tomar en cuenta lógicamente
la existencia y persistencia de desempleo verdadero,
basándose en una variedad de motivos e interacciones
que no se toman en cuenta en los modelos tradicionales.
La teoría de los juegos se ha utilizado como
herramienta para describir todas las interacciones
sociales a partir del comportamiento de los individuos.
Lo interesante es que esas interacciones sociales se
refieren tanto a interacciones en el sector privado como
a las públicas. Es decir que, no sólo han explicado las
interacciones en distintos mercados en función de los
individuos, sino también han logrado racionalizar en
sus modelos económicos el comportamiento del
Estado. Eso demuestra la evolución que ha adquirido
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Solow (1956) afirma que el fracaso de
encontrar un salario de equilibrio puede ser explicado
por convenciones sociales o principios de
comportamiento adecuado, cuya fuente no es
enteramente individualista. Y lo explica de la siguiente
manera
Presumiblemente la mayoría de las
convenciones son adaptativas, no arbitrarias,
pero la capacidad de adaptación debe ser
interpretada en sentido amplio, tal de incluir
ventajas pecuniarias pero no estando limitadas
por ellas. [...] El hombre económico es una
categoría social, no psicológica. Existen
actividades en las cuales es socialmente
aceptable y esperado que predomine el interés
personal pecuniario en una decisión, pero hay
otras en las cuales no. El mercado de trabajo es
más complicado y contiene elementos de ambas.
(Solow 1980:9-10)
Habiendo clarificado esto, es de nuestro
interés investigar el tratamiento que Solow ofrece con
respecto a las fuentes de las normas sociales y sus
efectos sobre el desempleo. Considera el por qué los
trabajadores, que se encuentran involuntariamente
desempleados (es decir, cuyo salario de reserva es
menor que el corriente) no ofrecen su trabajo a menor
salario. El motivo de tal actitud lo busca y encuentra
en el dictado de las normas sociales que excluyen la
estrategia de trabajar a menor salario para los
desempleados, es decir que es una norma de lealtad
entre los trabajadores. Pero la cuestión importante de
es su postura es que el origen de tal norma debe ser
explicada y, no simplemente formulada, para
conformar un argumento adecuado.
máticamente entre ellos. En otras palabras, la norma
originada en una racionalidad egoísta, Logra
establecerse universalmente una vez que se consigue
cierta conciliación de intereses.
Solow, estableciendo este modelo de génesis
de normas de comportamiento, abandona en cierta
forma su anterior postura "no enteramente
individualista " (Solow 1980) como fuente de creación
de aquellas normas, aproximándose a una de las
tradiciones teóricas que pertenece al enfoque del
individualismo metodológico'. Su modelo se
caracteriza por su énfasis en el surgimiento gradual y
espontáneo de las normas a partir la repetición de las
interacciones entre individuos. Esta tradición incluye
a algunos modernos exponentes del enfoque del
"orden espontáneo " como Hayek y Sudgen, y se
origina en el tratado de Hume (anteriormente citado).
La relación entre esta tradición y el modelo
de Solow puede ilustrarse mostrando las tres
cuestiones referidas al surgimiento de las normas
sociales: (i) el conflicto entre la racionalidad individual y la colectiva; (ii) el origen espontáneo de la
cooperación a partir de la repetición de las
interacciones entre individuos egoístas; y (iii) el
establecimiento de estrategias cooperativas como
normas de comportamiento internalizadas.
De lo anterior puede generalizarse el
surgimiento y el rol de las normas sociales como una
forma de un proceso de evolución espontáneo, en el
¿Cuál es su explicación del surgimiento de
las normas sociales? Solow modela el proceso de
generación de una norma como un juego que se repite
infinitamente, cuyo esquema básico es el del dilema
de los prisioneros 6. De esta forma explica la solución
de no ofrecer sus servicios a menor salario como un
equilibrio resultante de repetir infinitamente el juego
entre empleados y desempleados, dada la estrategia
adoptada por la firma. Una vez establecida, la solución
de cooperación es internalizada por los agentes
económicos, convirtiéndose en una norma de
comportamiento adecuado, que se impone auto28
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas • UCA • FCSE • Año 3 • N° 13
cual los conflictos de intereses individuales y
colectivos encuentran cierto acuerdo aprendiendo a
través del tiempo y por experiencia, y conviniendo
las normas como estrategias mutuamente aceptadas
que regulando esos conflictos se establecen como base
de un sistema de normas morales, pero tienen como
principal motivo el interés personal.
El rationale utilizado por Solow es distinto
de la tradición contractualista, que provee una solución
a los conflictos entre la racionalidad individual y la
colectiva. Aunque ambos enfoques tienen una
metodología común: las normas e instituciones son
el producto de las estrategias individuales y, estas
estrategias en definitiva surgen de la naturaleza básica
del hombre.
Surge ahora una cuestión importante que es
fuente de desacuerdos entre los que profesan el
individualismo metodológico como guía normativa y
una crítica recurrente a esa metodología. La cuestión
es si del comportamiento maximizador individualista
se puede derivar una explicación exhaustiva de las
normas e instituciones sociales, o debemos aceptar
que existe un "residuo" en aquéllas, que no puede ser
explicado en términos de individuos maximizadores
de su interés personal. Elster ha argumentado en su
trabajo Social norms and economic theory (1989) a
favor de la existencia de ese residuo. Akerlof, que
pertenece a una tradición teórica antropológica para
modelar las normas sociales, ha postulado en A theory
of social custom, of which unemployment may be one
consequence (1980) que la metodología utilizada por
Solow restringe el dominio de los modelos
económicos, ya que puede observarse que las
costumbres sociales que son costosas para un
individuo de todas formas persisten; como por ejemplo
la discriminación racial en el mercado de trabajo que
se presenta como un conflicto, no entre la racionalidad
individual y la colectiva, sino entre la racionalidad
individual y la propia norma social, y que juzgada
desde un punto de vista estrictamente individualista
aparece como irracional. Él es de la opinión que, las
normas no existen por ser el resultado de algún invento
ideado para armonizar intereses o cálculos egoístas,
ya que una norma social puede ser obedecida aún si
de esa obediencia surgiera cualquier desventaja
económica individual. Arrow (1994) usa como
hipótesis general de trabajo que existen categorías
sociales irreducibles, es decir inexplicables a partir
del comportamiento individual. Arrow con respecto
a la teoría de los juegos en particular, argumenta que
las mismas reglas del juego son sociales, y enfatiza
como problema fundamental de la metodología
individualista su imposibilidad de explicar
satisfactoriamente la cuestión del conocimiento y de
la información técnica.
La implicancia general de esta visión
individualista es que las instituciones existentes tienen
su origen natural y su justificación en la naturaleza
del hombre, la cual es asumida por propósitos
analíticos como dada. Esta implicancia es válida
independientemente de si las normas e instituciones
son consideradas como el resultado de un acuerdo contractual entre los individuos, ofrecida como solución
por la tradición contractualista; o como el producto
espontáneo de las interacciones individuales, tal como
lo postula la tradición naturalista.
Dentro del individualismo metodológico, la
solución contractual deja cierto margen de maniobra
con respecto al cambio institucional deliberado,
enfatizando la decisión colectiva a través de la cual
hombres y mujeres crean sus propias instituciones, lo
cual desemboca en un contractualismo normativo
interesante. En lugar de explicar las instituciones
existentes con bases contractuales, uno debería
preguntarse qué instituciones generarían los
individuos iguales y racionales vía arreglos
contractuales, en orden a construir un estado justo, y
usarla como guía política - esta fue la actitud tomada
por J. Rawls en su obra A theory of justice (1971),
que parece mucho más satisfactoria desde un punto
de vista estrictamente metodológico. En contraste, el
enfoque perteneciente a la tradición teórica del orden
natural, enfatiza el surgimiento espontáneo de normas
e instituciones, como el resultado involuntario de la
acción individual, es más proclive a adoptar una
actitud más conservadora respecto al diseño
institucional. Aunque, algunos de sus exponentes
argumentan que las convenciones y las instituciones
establecidas derivan su status moral del sólo hecho
de haber sido establecidas, y con respecto a eso, como
Hayek reiteró en su obra, la única actitud aceptable
es la de humildad respecto al proceso social impersonal y anónimo, a través del cual se generan las
instituciones (Buchanan 1985).
29
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas • UCA • FCSE • Año 3 • N° 13
Consecuencias de aplicar el individualismo
metodológico al funcionamiento del Estado
fundamentales son: (1) los gobernantes son individuos
egoístas y tienen sus propios intereses; (2) las políticas
económicas deben reflejar las estrategias de
maximización individuales; (3) los individuos tienen
preferencias políticas y económicas y se comportan
de manera egoísta ante ambas, buscando la
maximización individual. Además postula supuestos
específicos respecto al comportamiento del Estado,
representados por la teoría de la constitución, la teoría
de las organizaciones y la teoría de la burocracia.
La Political Economy tradicional, de corte
individualista, propone como justificación a la
intervención estatal el dar solución a aquellas
situaciones en las cuales se presentan fracasos de
mercado. Es decir, justifica la intervención cuando el
mercado no es capaz de: (i) ofrecer información
completa; (ii) asegurar la competencia perfecta ; (iii)
proveer de bienes considerados públicos; y (iv) resolver la cuestión de las externalidades. Lo cierto es
que ante el abandono tradicional respecto a la
racionalización satisfactoria del comportamiento del
Estado, como un agente económico peculiar, un grupo
de individualistas fundaron lo que se dio en llamar la
New Political Economy, en la cual se racionaliza
explícitamente el comportamiento estatal. Los
gobernantes se consideran como individuos
maximizadores egoístas que en la mayoría de los casos
hace caso omiso del bien común, y así hay lugar para
el surgimiento de fracasos gubernamentales, además
de los de mercado. A este grupo pertenece otro
subgrupo que adopta la teoría del individualismo
metodológico como Niskanen, Buchanan, Downs,
Mueller y, Bhagwati entre otros.
Estas teorías, aunque se refieren al
funcionamiento del Estado como centro de interacción
entre los intereses particulares y los intereses
colectivos, también utilizan como lenguaje predilecto
la teoría de los juegos. Pero, aquí se presentan ciertos
problemas, ya que no rige el principio de exclusión y,
por lo tanto algunos individuos prefieren no revelar
sus estrategias de maximización o sus preferencias,
por considerar que su aporte es marginal. En este
campo es donde especialmente se presenta la nocooperación, y consecuentemente se hace más difícil
alcanzar un equilibrio competitivo de eficiencia
paretiana.
La teoría del Public Choice es una de las
teorías que pertenecen a la New Political Economy,
que postula el individualismo metodológico com p
guía normativa para aplicar el comportamiento
humano a la política junto con el análisis económico.
Sostiene que toda interacción social puede describirse
en términos de los individuos, y en particular se refiere
a aquellas interacciones entre gobernados y
gobernantes o a la interacción pública. Los supuestos
¿Cómo funciona el intercambio político?
Existen dos niveles de intercambio para los bienes
públicos. El primer nivel es a nivel constitucional, en
él se establecen las "reglas del juego", que son iguales
para todos los "jugadores " . Como parten de la premisa
de que el contexto social, político y económico debe
reflejar las estrategias maximizadoras de todos los
participantes y, dado que "las reglas " rigen para todos,
consecuentemente en este nivel deben intercambiarse
aquellos bienes para los cuales exista perfecta
unanimidad. Por lo tanto, se decidirán los aspectos
generales o los bienes públicos básicos, en los cuales
todos estén de acuerdo, como las libertades, los
derechos y las obligaciones individuales, surgiendo
así una constitución con principios de convivencia social generales.
En un segundo nivel y, establecidas "las
reglas del juego", deberán intercambiarse bienes
públicos más específicos, los aspectos relacionados
con políticas económicas, es decir las estrategias
disponibles para cada uno de los jugadores. Dado que
estas políticas -o estrategias disponibles- también
deben reflejar las estrategias de cada uno de los
jugadores surgirán tres problemas. El primero está
relacionado con la cuestión de que nadie se verá
i mpulsado a revelar su estrategia de maximización,
ya que al no hacerlo de todas formas el resto de los
jugadores decidirán sobre el tema en cuestión problema desarrollado por la Teoría de las
organizaciones. Todos deben revelar sus preferencias
simultáneamente y existe incertidumbre, por tanto
preferirán no cooperar. La única forma de obligar a
cada uno a cooperar será mediante la votación de cada
tema, de lo cual surgirán las políticas económicas a
i mplementar. Sin embargo, cada regla de votación
determinará la eficacia o ineficacia del resultado
obtenido. Entonces, el primer problema se refiere a la
elección de las reglas de votación, cuya necesidad
30
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas • UCA • FCSE • Año 3 • N° 13
surge a partir de la inexistencia del principio de
exclusión. El segundo problema, que surge en el caso
de haberse establecido un gobierno representativo con
respecto a los temas específicos a intercambiar en esta
institución, es el del principal-agent. El principal
(ciudadano) es un individuo egoísta que sólo desea
maximizar su estrategia, y el agent (su representante)
también es un individuo egoísta que tiene sus propias
estrategias como ciudadano, siendo en este caso su
propio agent y; además, como político tiene otras
estrategias que desea maximizar. Al no coincidir las
estrategias se producen los grupos de intereses en
conexión con determinados representantes para
intercambiar bienes públicos por políticos, y así en el
caso de haberse conseguido en el primer nivel y/o en
el segundo un punto de equilibrio eficiente en términos
paretianos, la solución ineficiente de este segundo
problema lleva necesariamente a un second best. Este
problema esta muy bien elaborado por Bhagwati
(1987), donde muestra como se hacen endógenas las
políticas económicas y el resultado de ellas es el
producto la acción maximizadora simultánea de los
individuos. El tercer problema que se plantea está
relacionado con la teoría de la burocracia. Cada
tecnócrata en busca de maximizar su propia estrategia,
desea aumentar el número de las actividades que se
le asignan como signo de poder, aunque sea
innecesaria y poco representativa. De esta forma se
produce una ampliación de la esfera estatal, con el
consiguiente desperdicio de recursos, utilizables en
la esfera privada.
¿CUÁLES SON LAS FALENCIAS?
En general, todos los adeptos al individualismo metodológico, confunden metodología y
valores, excepto algunos como por ejemplo J. Rawls,
el cual construye un ideal, y por lo tanto, su edificio
es puramente normativo. Pero, aún más objetable es
la forma de proponer el individualismo metodológico
como guía normativa. Pareciera que, partiendo de la
premisa de que todos los fenómenos sociales tienen
como elementos constitutivos a los individuos,
concluyen que los primeros necesariamente deben ser
explicados a partir de los segundos; deducen el
individualismo metodológico de lo que se ha
denominado el individualismo ontológico: Es decir,
de la proposición de que los individuos crean todas
las instituciones sociales concluyen que los fenómenos
colectivos son simplemente abstracciones hipotéticas
derivadas de las decisiones de los individuos. Pero
aunque el individualismo ontológico es trivialmente
cierto, no tiene necesariamente relación con la forma
en que deberíamos o no deberíamos investigar los
fenómenos colectivos.
Existen además otras cuestiones objetables.
Arrow (1994) argumenta que todas las "teorías
económicas requieren (como elementos explicativos)
también elementos sociales"(p. 4). Existen aún
cuestiones sin resolución explícita dentro de los
modelos ideados por los que profesan el individualismo metodológico. Solow (1956) reconoce el
mérito de los modelos de competencia imperfecta, en
los cuales hay lugar para la incertidumbre,
consecuencia lógica de la carencia de completa
información y, por lo tanto, el supuesto tradicional de
previsión perfecta de los agentes económicos cede
paso a las expectativas y trayectorias esperadas de
comportamiento de ciertas variables relevantes.
Además la información es costosa, y los costos de
transacción no son cero, aún en una situación óptima,
como postula Ronald H. Coase. North (1994) ha
tratado la cuestión de las la necesidad de las
instituciones, en teoría para llegar a una situación
óptima, y en la práctica para que los grupos más
poderosos establezcan nuevas reglas. Las instituciones
son como las portadoras, no sólo de la información,
sino de la cultura de la sociedad y determinan y
moldean su rumbo. Nelson (1995) también al tratar
la cuestión de las instituciones y del conocimiento
disponible, argumenta la importancia no sólo de las
innovaciones schumpeterianas, sino de la I&D llevada
Así, el surgimiento y el nuevo rol del Estado,
que se hace con analogía a la teoría de los juegos,
viene a dar respuesta a los vacíos dejados por la teoría
económica tradicional. Las implicancias de política
económica de esta teoría, típicamente individualista,
son semejantes a las de la teoría tradicional en los
aspectos más generales aunque con explicaciones más
exhaustivas: Como es muy difícil reflejar las
estrategias de maximización de todos y cada uno de
los individuos, y como además la actividad estatal
tiene asociados importantes costos de oportunidad que
resultan en costos sociales muy grandes, es
aconsejable reducir el campo de interacción pública
a aquellos bienes básicos donde existe perfecta
unanimidad, y dejar al mercado todas aquellas
actividades que realiza eficientemente. Sin embargo,
tiene el mérito de haber conseguido un mayor realismo
que la teoría tradicional, racionalizando el
comportamiento del Estado.
31
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas • UCA • FCSE • Año 3 • N° 13
CONCLUSIÓN
a cabo por las empresas, así como la enseñanza de
instituciones diversas como las universidades, a la hora
de tener en cuenta la capacidad intrínseca de una
economía de crecer. Por estas razones en los últimos
tiempos se han venido desarrollando en la teoría del
crecimiento económico esas cuestiones para tener en
cuenta estos elementos sociales como determinantes
de la tasa de crecimiento de la economía. Todo esto
muestra que la información es imprescindible en un
mundo donde reina la incertidumbre y que es muy
improbable que todos los individuos al tener que tomar
decisiones tengan toda la información necesaria.
En primer lugar es deseable resaltar que la
teoría del individualismo metodológico tuvo el mérito
de recordar una vez más que la economía política es,
ante todo, una ciencia humana. En este punto, resultará
útil señalar lo que el individualismo metodológico
estrictamente interpretado implicaría para la
Economía. Dicha metodología excluiría todas las
proposiciones macroeconómicas que no puedan ser
reducidas a proposiciones microeconómicas, y puesto
que pocas de ellas han sentado sus fundamentos
microeconómicos, esto supondría a la vez el decir
adiós a casi toda la macroeconomía. Algo erróneo
tendrá que haber en un principio metodológico que
tiene implicancias tan devastadoras. Recomendamos,
en cualquier caso el individualismo metodológico
como postulado heurístico, ya que, en principio,
resulta altamente deseable el definir todos los
conceptos totalizadores, variables agregadas, en
términos del comportamiento individual, siempre que
esto sea posible. Y haciendo uso de las palabras de
uno de los participantes de este debate, M. Brodbeck,
expuestas en su obra Methodological individualism:
definition and reduction (1973:293)
Lo más que podemos pedir a un científico social ... es que mantenga el principio del
individualismo metodológico firmemente
asentado en su mente, como un ideal al que es
bueno aproximarse todo lo posible. Esto nos
garantizará al menos que ya nunca perderá el
tiempo con conceptos tales como "mente de
grupo" y "fuerzas impersonales ", económicas
o de otra naturaleza; que nunca más ocurrirá
que las propiedades no-observables de los
fenómenos sean atribuidas a entes colectivos
igualmente no-observables; y que, al mismo
tiempo, el científico social no se quedará con
la boca abierta por razones metodológicas ante
cuestiones sobre las que, con mayor o menor
precisión, se pueden decir muchas cosas.
Otra cuestión descuidada por los modelos que
utilizan el individualismo metodológico es que
difícilmente entren en las estrategias de maximización
individuales aquellos bienes considerados básicos, o
aún los preferenciales, o cualquier cuestión referida
al bienestar de las futuras generaciones. Esos aspectos
eminentemente sociales deben ser planificados por
una mente más amplia, que sea "el hombre menos
sus pasiones"(List), es decir por las autoridades
centrales. Por ejemplo, toda vez que un individuo
egoísta maximizador tenga la posibilidad de invertir,
sólo considerará los proyectos con una rentabilidad
positiva, pero dentro de sus cálculos de ingresos no
entrarán cuestiones de bienestar general. Este es el
típico caso de la construcción de autopistas o caminos,
en los cuales el producto neto marginal social es mayor
que el producto marginal neto privado, y por lo tanto,
nunca entrarán en las preferencias individuales ni en
sus funciones de maximización. También aquí deben
considerarse las inversiones en capital humano.
NOTAS
1. Cabe aclarar que siendo nuestro propósito inquirir en un
aspecto muy específico como es el individualismo
metodológico, no se pretende aquí más que aclarar lo que luego
32
Boletín de Lecturas Sociales y Económicas • UCA • FCSE • Año 3 • N° 13
utilizaremos para abordar aquél tema, y aunque la metodología
es un tema complejo y extenso, su tratamiento aquí no cumple
sino la función anteriormente establecida. Ver John Neville
Keynes (1891), Lionel Robbins (1932), Terence Hutchison
(1938), Milton Friedman (1953), Paul Samuelson (1963) y
Lawrence Boland (1982), entre otros, para un análisis más
detallado de estas cuestiones.
2. El principio del individualismo metodológico se opone al
principio de la metodología totalizadora, considerada por los
proponentes de aquél como insostenible, y según la cual se
postula que los todos-sociales tienen objetivos o funciones que
no pueden ser reducidos a las creencias, actitudes y acciones
de los individuos que los forman.
3. Para demostrar un argumento lógicamente es necesaria la
deducción a fin de no caer a través de la inferencia inductiva
en una falacia. Cabe aquí que entendamos la deducción no
como contrapuesta a la inducción por ser operaciones mentales opuestas. Es decir, no debe entenderse la deducción como
la operación que nos lleva de lo general a lo particular y, la
inducción como la operación que va de lo particular a lo general. Para un tratamiento más exhaustivo del tema ver M. Blaug
(1985).
4. La expresión "individualismo metodológico" fue inventada
por Joseph A. Schumpeter en 1908 en su distinción entre
individualismo metodológico e individualismo político. El
primero prescribe una forma de análisis económico que se inicia
siempre a partir del comportamiento de los individuos, mientras
que el segundo es utilizado para designar un programa político
en el que la piedra angular de toda acción gubernamental debe
ser la preservación de la libertad individual.
respuesta contraria. Este tipo de estrategia les enseña que la
ganancia de la no-cooperación no será compensada las pérdidas
a largo plazo, ya que el otro jugador estando listo para vengarse
nuevamente con la no-cooperación., terminará con la mutua
defección.
7. Existen, como ya hemos puntualizado, diferentes formas de
modelar ciertos comportamientos sociales dentro del enfoque
del individualismo metodológico. Por ejemplo, podría
caracterizarse la perteneciente a la tradición teórica del
contractualismo clásico y más recientemente, a la teoría de las
organizaciones. Existe en esos modelos, por ejemplo en el
desarrollado por Alchian y Demsetz (1972), -que por razones
de simplificación no será expuesto dentro del cuerpo del
presente trabajo, aunque se utilizará para extraer conclusiones,
información asimétrica e incompleta, conflicto de intereses
entre la racionalidad individual y colectiva que encuentran
solución en el establecimiento de instituciones y de esta forma
extienden el contractualismo a la empresa y a otras instituciones
sociales y económicas existentes para simular su origen y llegar
por medio de esas creaciones racionales a una solución subóptima, por la necesaria aceptación de ciertos costos sociales.
De esta manera nuevamente, mediante la racionalidad
construyen edificios puramente lógicos a fin de explicar el "ser"
y terminan, a partir de aquél, ofreciendo guías para el "deber
ser".
5. El método psicológico fue preconizado en Francia por
Gabriel Tarde, en su Psicología económica. A juicio de Tarde,
no sólo la economía política, sino la sociología, son netamente
psicológicas, afirmando la primacía de lo individual sobre lo
social.
BIBLIOGRAFÍA
6. Es conocido que cuando este juego se hace una vez , la
estrategia dominante de cada participante es la no-cooperación;
por consiguiente ambos elegirán por defecto, siendo el
resultado subóptimo para los dos. Sin embargo, cuando el juego
se repite un número indefinido de veces, la historia de sus
interacciones pasadas y los éxitos alcanzados introducen la
posibilidad de la cooperación como solución del juego. Eso
sucede porque los jugadores pueden aprender uno del otro, a
causa de las reacciones apropiadas que, la cooperación será
respondida con la cooperación y lo mismo sucederá con la
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