IV. LAZARO CONDO

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IV. LAZARO CONDO: MEMORIA Y SIMBOLO
En este capitulo vamos
a ofrecer los testimonios
la manera como, casi veinte anos despues, Lazaro Condo
dado por indigenas
que revelan
es recor­
tanto de Toctezinin como de otras comunidades
de Chimborazo. Luego de los testimonios,
pasaremos a su analisis
tomando en cuenta las ideas mas relevantes.
Los testimonios y sus interpretaciones
Un indigena de la Comuna Toctezinin, dieciocho anos despues de
la muerte de Lazaro Condo, recuerda:
"El lleg6 para acompanar en la lucha, porque habia sabido
trabajar bastante; tenia bastante experiencia. En Riobamba
sabia encontrar y preguntaba: 'C6mo va Toctezinin?; estan
dando tramite?'. Conversabamos.
Yo, como era secretario
ese ano,
entonces informaba.
Andaba
igual. El vino e1
primer dla y de ahi se qued6 hasta el segundo dla; ahi fue
cuando pas6 eso. Estaba dispuesto a la lucha; les queria a
las organizaciones. Andaba por distintas partes acompanan­
do a
las comunidades. Porque el estaba resuelto, por eso
else gued6. El resto de los companeros se fueron el dla
antes, pero else qued6 para ver el fin
hasta el segundo
dla.
Asi
es que pasa eso ... El companero Lazaro Condo
entreg6 la vida, y eso fue una ayuda mas para coger la
tierra; porque por esa muerte habia mas fuerza.
Escuchemos
de otros
indigenas, de diferentes
comunidades de
Chimborazo, su recuerdo sobre el dirigente muerto:
"Fue luchador en su Comuna Ajospamba y en otras comunas del
sector. Las tierras por las que luchaban era de la Iglesia y
haciendas. Luego,
con la misma lucha, continu6 en otras
comunidades. Demuestra el apoyo y solidaridad con otros.
En
uno de esos enfrentamientos fue matado.El objetivo no fue
5610 para su comuna y su familia sino para todos, para los
demas. Ese espiritu se entreg6 para dar vida a los demas.Es­
ta presente en todos los pasos que se han dado. Aunque todos
no 10 conocieron,
perc su espiritu esta presente para dar
fuerza y energia en las luchas que continuan.No fue estudia­
do,
pero por su entendimiento alcanz6 aver 10 que Dios
plde. Para nosotros, al recordar ese hecho, viene la fuerza,
49
la esperanza.
La vida es para
los demas y no 5610 para
nosotros.
Hay que compartir esa vida, eso nos alienta y
anima. Esa sangre,
aunque se riega,
es como agua que esta
por debajo de la tierra dando la vida. Esa voz que grita y
reclama ante los dominadores. Desde ahi
viene esa energia,
de tener esa palabra, de no tener miedo.Fue muerto en Chun­
chi, no recuerdo bien la fecha ni la comunidad, pero 51 me
he ido par ahi; conoci el lugar donde 10 mataron. Fue en una
hacienda pero no recuerdo el nombre.
Conoci 10 de su muerte en el Centro de Formaci6n Indigena
[Riobambal, en estudios de realidad nacional.
Es importante dar a conocer a los muertos; se va difundiendo
a traves de nuestra palabra directa. Hay que escribir.
Los
hechos concretos se van olvidando y los escritos se van
recordando. Hay que llegar a que todos conozcan porque han
sido de nosotros mismos; que se sepa por que han muerto.
Es
importante, entonces, ir difundiendo. Ahi 51 cogemos fuerza.
8i la vida de esta compafiero muerto no se integra tambien en
nuestra vida es como si hubiera muerto asi no mas.
Hay rechazos de los poderosos que dicen falsos testimonios:
que han muerto par agresivos. Interpretando mal. Poniendo un
obstaculo para que la misma gente no integre a ese muerto a
su historia y a su vida."
A su vez, otro indigena dice:
"Yo no sabia mucho del compafiero Lazaro Condo. Lo poco que
me he enter ado es a traves de algunas personas que han
informado sobre el compafiero.
El compafiero fue de la comunidad de Ajospamba de la parro­
quia Juan de Velasco, Pangor.
Fue un companero dirigente
perc no se en que ano fue [su muerte] y que edad tenia el.
Sabia que el compafiero fue a solidarizarse c~ la lucha por
la tierra de la comunidad Toctezinin que queda en el Cant6n
Chunchi y el hecho se realiz6 en la comunidad de Toctezinin
cuando se estaba realizando la trilla de habas 0
la cosecha
de habas 0 alga por ahi.
Y ahi los duenos, los terratenien­
tes de la hacienda vinieron con la
fuerza publica y 10
persiguieron como fuego y alIi al compafiero Lazaro Condo Ie
lleg6 una bala donde fue asesinado. Eso mas a menos se.
Me parece necesario recordarlo y tenerlo como figura de las
luchas indigenas. Aqui en Chimborazo no es s610 Lazaro sino
que hay otros companeros. Por ejemplo, dentro del movimiento
indigena en tiempo de la conquista; est os personajes han
dirigido,
encabezado las luchas, los
levantamientos,
el
proceso organizativo del movimiento indigena;
han trazado
una historia, una memoria.
Es necesario conocer estas figu­
50
ras."
otros ind1genas expresan as1 su testimonio:
"En la familia no se hab1a de Lazaro Condo pero 51 que saben
qUien ha sido, as1 por encima, no de fondo. Sabemos que el
companero fue asesinado en la lucha por
la tierra, pero no
se conoce mas detalles, 5610 par encima."
"Mi familia no ha llegado a saber de Lazaro Condo s610 par
mi sino por otros companeros. Yo he llegado tambien a ente­
rarme par algunos boletines y folletos que hablan de el."
"En la actualidad recuerdan de el en algunas
luchas, en
algunos levantamientos,
en algunas manifestaciones.
Pero
mayor cosa no se que mas hubo can ~l."
"Siempre tienen participaci6n en la lucha estos compafieros
caldos. Hay personajes principales,
pero si
algunos se
recuerdan mas no es dejar de lado a otros, no es olvidarse
porque yo creo que 51 se guard a memoria de ellos. Algunos
que se recuerdan son principales pero detras de ellos hay
otros que han dado la vida. Por ejemplo, la muerte del
companero Francisco Guaman fue algo muy triste. Yo recuerdo
que fue en e1 Cant6n Chunchi, como fue asesinado y ma1trata­
do por e1 patr6n, Francisco Guaman de la comunidad Saguln.
Uno de los terrratenientes fue Francisco Santillan, que 10
maltrat6 con un hierro, con una varilla y 10 asesin6.
Pero hay otros companeros que han fal1ecido no por estar
dirigiendo la lucha sino porque los cogen los terratenien­
tes,
a cua1quiera,
al que asoma,
y quizas por eso no 10
tienen como una persona principal."
"Seria necesario difundir a trav~s de las escuelas indige­
nas; que los profesores tomen en serio el dar a conocer a
los protagonistas, su propia historia sobre aquellas perso­
nas que dieron testimonio. Por esa lucha vivimos nosotros,
por esa resistencia. Ensenar desde ninos a conocer y valorar
nuestra propia historia.
Es necesario escribir 10 que se
conoce; informarnos, investigar para tener mas conocimiento
porque creo que eso nos anima y nos
inspira la lucha para
nuestro proyecto hacia el futuro;
si no,
perdemos 10 que
nosotros somos."
En los
en cuanto a
testimonios anteriores observamos
10 que pudiera llamarse 1a
ciertas diferencias
"densidad" de la memoria
la cual esta relacionada con la participaci6n 0 no en los eventos
51
de septiembre de 1974.
Advertimos
que muchos
partlcipantes,
detalles
con respecto
lugares, dialogos,
etc., en
son recordados de manera explicita en
memorizaci6n es mas
dicho,
bien
porque algunos
gen~rica.
de
sos a
que
de
trav~s
algunos testimonios
Esto
se explica, como
participaron en
manera fragmentaria
hemos
los
los suce­
fol1etos, cursos, reuniones. Igualmente, creemos
los testimonios cuyos hechos
dados
agentes
comparaci6n con otros cuya
los informantes
hechos y otros 5610 conocieron de
a los
por personas
relatados son mas precisos son
que han cumplido
roles de
dirigencia en la
propia comunidad de Toctezinln y en otras organizaciones de mayor
cobertura.
Los testimonios,
algunos se
ci6n en
por otra parte, no
refieren con mayor
~nfasis
son
ej~rcito;
Mientras
a 10 que fue su participa­
los eventos otros privilegian la
dos, la policla y el
homog~neos.
acci6n de los hacenda­
un tercer grupo, a
su vez, senala
10 que ha significado la figura de Lazaro Condo para el movimien­
to indigena durante
actuales. Hay
escrittira
los dias del
conflicto y para
referencias importantes
en la
dirigente muerto e
conservaci6n
Este y
•
0
los momentos
como la relevancia
transmisi6n de
otros aspectos
la
de la
memoria del
seran retomados
mas
adelante.
Ahora bien, 5i
vamos a analizar
Lazaro Condo lleg6 a convertirse
en un simbolo no 5610
habitantes de la comuna de Toctezinin
mayoria de los indigenas
la manera como la
sino tambien
figura de
para los
para la gran
ecuatorianos, debemos tomar en conside­
raci6n las dos perspectivas que se enfrentaron. Una fue la de los
hacendados
nerse
s610
a las
y todos aquellos grupos
pretensiones de quienes
en dicha comuna sino en otros
pais. A esta
que cerraron filas para opo­
luchaban por
la tierra no
lugares de la Provincia y el
perspectiva la denominaremos declarativa. A su vez,
a las manifestaciones
0
pronunciamientos de los indlgenas
y sus
52
seguidores
las llamaremos
testimoniales. 8i
nos atenemos
a la
propuesta de Beverley (1989: 9), el punto de vista del testimonio
es
"desde
abajo" y
se
produce obedeciendo
concretos; perc aunque estos
dos, el
a
fines politicos
no esten explicitamente
genero testimonial implica siempre un
pronuncia­
reto al statu quo
en una sociedad dada.
Estima Beverley que el narrador del testimonio, a causa
situaci6n vivencial, "en muchos casos es analfabeto
los circuitos institucionales de
raria". Es
mas, para este
producir en
excluido de
0
producci6n periodistica
autor, la
voz del
el lector la sensaci6n de
de su
0
lite­
testigo trata
de
que, mediante el testimo­
nio, puede llegar a sensibilizar a otras personas e,
inclusive, a
"formar parte de un movimiento mundial de oprimidos de todo tipo"
(op.cit.9) .
Las declaraciones, tanto
prensa escrita -
de la duena
salvo algunas excepciones-,
hicieron
referencia a la muerte
indigenas
quien~s,
la figura
que,
inclusive, se
zada por
del dirigente. 8eran los mismos
no desaparezca
De esta manera, la
para
de su memoria,
sino
0,
tecnologla discursiva utili­
construir la
contrapone a aquella de la
hacerla desaparecer
momenta
convierta en un simbolo movilizador en poste­
los Indigenas
muerto se
en ningun
de la
por los medios que veremos luego, lograran que
de Lazaro Condo
riores eventos.
del terreno como
imagen del
indlgena
sociedad mayor empenada en
al menos, de distorsionarla.
Las pol1ticas de representaci6n
La imagen
decir,
del indio
en la trama de
les. Lo indio debe
en
la cual
Bourdien
el
hay
que ubicarla
"prejuicio
producto y proceso de
space-off,
es
impllcitos politicos, econ6micos y socia­
ser comprendido como una
(1980), esta
en un
desfavorable",
incluido. Esa
construcci6n social
del eua1
construcci6n es
su representaci6n. En este
nos
a
habla
la vez
sentido -aegun
53
De Lauretis (1987)
riana de
- es precise rescatar la concepci6n althusse­
ideologia como aquella que representa
no el sistema de
relaciones reales sino el de las relaciones imaginarias a
de las cuales
viven y
partir
los individuos establecen relaciones en las cuales
que gobiernan
sus existencias. La
ideologla, entonces,
tiene como funci6n constituir individuos concretos como
sujetos.
Sin embargo, preferimos la propuesta de Bourdieu (1992), quien en
lugar de hablar de
sujetos (tal como
10 hacen Althusser y
Fou­
cault, por ejemplo), habla de agentes, dotando a estos de practi­
cas de resistencia
dentro de campos constituidos por la confron­
taci6n y con sus respectivos habitus (Cfr. Bourdieu 1992).
Las
practicas
0
politlcas
de
representac16n, basandose
en
cierto tipo de discursos, dan como resultado la construcci6n
indio.
Esa construcci6n del indio, no s610 como el absolutamen­
te diferente, sino como
en
del
el transcurso de
pr.imeros
un proceso hist6rico
momentos del
pasado el
contacto entre
mutuo desconcierto,
apropiaci6n
divisi6n
el inferior 0 menor de edad,
por
parte del
del mundo
construcci6n del
Europa y
comenzaron la
europeo,
(Bourdieu
que se
1980;
as! como
se ha dado
remonta a los
America, cuando
expropiaci6n y
cierta
Cfr. Pagden
la
visi6n y
1982}7.
Esta
indio fue y es posible gracias a la implementa­
ci6n de esas tecnologlas que producen y reproducen una determina­
da imagen no 5610 del indio sino del blanco, de 10 primitivo y de
10
moderno.
Esas tecnologias
son discursos
(no necesariamente
verbales) que inspiran,
contienen y promueven
Pienso que
representaciones pudieron
esas mismas
representaciones.
dar origen
a
aquello que Landsman (1985) denomina "marcos interpr.etativos", es
decir, aquellos marcos refereneiales dentro de los euales se
van
a entender 0 interpretar aceiones y pensamientos del proplo grupo
y
del
Landsman
grupo
contrario.
"Los
marcos
(op.cit.828) - consisten en
que subyacen a la acci6n social".
interpretativos
-afirma
conjuntos de significados
54
Las practicas politicas r simb61icas r discursivas e ideo16gicas
de los indigenas r se dieron r entonces r desde ese "marco interpre­
tativo" y lograron r en la figura de Lazaro Condo y
ci6n
sobre la tierra,
identificar
en su concep­
dos de los ejes fundamentales
encontrar el consenso y enfren­
para, mediante su simbolizaci6n,
tar a los hacendados, en el caso de Toctezinln, representados par
la duena del predio "Almid6n Pucara".
Tratemos de ver, a la luz de la categorla de la economia moral
propuesta per Thompson (1978) y desarrollada por Larson (1991)
para los Andes, 10 que estaba en juego en el conflicto.
"La economla moral -afirma Larson (op.cit.442)- es el
estudio de las nociones campesinas de justicia e
injusticia
que legitimaron 0 quitaron legitimidad a
las relaciones de
poder entre las elites y los campesinos.
En efecto,
1a
perspectiva de la economia moral ha reintroducido la cultu­
ra, la politica y la ideologia en su definici6n amplia en el
estudio de las sociedades agrarias tradicionales, despues de
un largo estancamiento en interpretaciones materialistas
dominantes.
Como aproximaci6n metodo16gica -continua diciendo Larson
(Ib.446)- ... la 'economia moral' tiene mucho que la recomien­
da, ... recaptura las perspectivas de los actores andinos en
momentos de crisis politica y tranquilidad ... da integridad a
la visi6n del mundo, las actitudes y los sentimientos de las
personas consideradas una vez como 'masas inarticuladas' ...
rompe con los viejos estereotipos sobre los campesinos,
cuyas
lealtades primordiales supuestamente limitaban sus
horizontes ideo16gicos y econ6micos a las dimensiones loca­
les de la comunidad. Tambien derroca la antigua suposici6n
de que los rebeldes andinos eran turbas 'pre-politicas'
que
reaccionaban visceralmente a la privaci6n material 0 a
la
demagogia de agitadores externos.
La coyuntura que se vive en la epoca a partir
taci6n de
la segunda Ley de
los hacendados
reforzar sus
del
Estos, en
Reforma Agraria y que
por la perdida de
esas tierras
trance de
perder un
hace temer a
sus tierras, obliga a
posturas para eVitar,
predio, que
de la implemen­
como en el caso
pasen a
sitio en
manos de
estos a
de la duena
los indigenas.
el cual habian
estado
55
laborando, consideran
tal acci6n
como injusta y
establecen los
pasos pertinentes para adquirir aquello que consideran justo:
posesi6n del lote NQ 7. La reacci6n
de los campesinos no obedece
entonces unica
y exclusivamente a razones
cas,
juego otros
estan en
factores:
la
materiales
la duefla; el
derecho social a
0
justicia que
salvaguardada ya que ha sido impugnada por la actitud
de
la
la subsistencia
econ6mi­
debe ser
arbitraria
basado en el
"dilema existencial" planteado par Scott (1976), es decir, reque­
rir
de un
minima de condiciones
reproducci6n fisica del
materiales para
garantizar la
grupo; la concepci6n que sobre la tierra
se tiene, como el lugar donde se pueden establecer y re- estable­
cer las relaciones con los demas -vivos 0 muertos- y la instancia
que permite la interacci6n simb61ica de todos los miembros
de la
comunidad (Ram6n 1983); por Oltimo, la tierra como el espacio que
posibilita la
recreaci6n de
la
identidad grupal
frente a
los
hacendados y e1 resto de la sociedad mayors.
Identidad y memoria
Los habitantes
por
aquellas
inscri
de Toctezinin, entonces,
"necesidades
primarias"
bieron su lucha por la
a
no actuaron
movidos
instintivas sino
que
tierra en un contexto de bOsqueda
de la justicia que implicaba el acceso a un espacio concebido por
ellos
como suyo
(1986), su
ya que, ateniendonos
a 10
memoria guarda relaci6n can
estuvieron antes bajo
cuando perdieron
su dominio en
senalado por Necker
aquellos territorios que
los tiempos
esos territorios por 1a acci6n
pre-coloniales
violenta de los
europeos.
Ahara bien, Wolf (1979), a su vez, nos hace caer en cuenta que
los
campesinos organizados
en
comunidades
tienen responsabilidades frente al
conforman,
dentro
del
mismo
aut6nomas, si
Estado y los
paiS,
fortalezas
bien
terratenientes,
de
tradici6n,
actuando asimismo como zonas de descontento que liberan su fuerza
hacia el exterior en el momenta de la explosi6n, buscando que eae
56
espacio vital sea asegurado a su forma de vida tradicional.
De acuerdo con Wolf,
juego en las
conservar
0
luchas indigenas por
ampliar un
de sus formas
la tierra es la
espacio que les permita
de vida tradicionales.
tradici6n debemos
con su funci6n
crea
entonces, una de las cosas que
las condiciones
busqueda por
el mantenimlento
Al vital componente
anadir, sin embargo, el de
selectiva (es decir,
estan en
la memoria que es,
que activa u
indispensables para
de la
omite),la que
la negociaci6n
de la
identldad al ponerse en relaci6n con la tradici6n.
Ademas de las
razones propiamente econ6micas,
podemos pensar
en la posibilidad de que la vinculaci6n con la tierra obedezca en
el caso de los indigenas a una necesidad no consciente de recupe­
y mantener
rar
hecho
de que
su relaci6n
la tierra
con los
origenes, activada
que perteneci6
a sus
par e1
antepasados esta
ahora en manos de los hacendados.
"E1 antepasado -dice
Zuidema citado por
131)- era conocido como
que se
Sanchez-Parga (1989:
un particular lugar sagrado,
encontraba dentro del territorio del
como afirma
SAnchez-Parga (op.cit.), "el
una huaca,
grupo"; de ahi que,
sentido que tiene
la
propiedad colectiva de la tierra esta asociada con la vinculaci6n
a un antepasado comun." (Cfr. Nash 1975).
Por otra parte, la memoria de los antepasados, garantes
reproducci6n cultural
1a identidad
tierra est A
del grupo, aparece
(Harris 1982).
la idea
de
En las
buscai una
de la
estrechamente ligada a
1uchas por
e1 acceso
identidad grupal
-can
a la
las
obvias heterogeneidades y disensiones- en relaci6n con el antepa­
sado
1ugar
que habita en esa tierra. La
privi1egiado para
tierra se convierte as! en un
la activaci6n de
1a memoria
y para 1a
construcci6n de identidad.
Como plantea
Carneiro (1987: 118), "todos
los grupos
~tnicos
57
tienen
mecanismos de
entonces,
un factor
adopci6n
y de
importante para
vlables y cumplan su
exclusi6n de
que tales
mecanismos sean
func16n es la posesi6n de una
el grupo pueda considerar a quienes se debe incluir
otras palabras, la tierra pasa
ciaci6n de
sociedad
envolvente.
Asi
ci6n
hallarla
de la sociedad
0
excluir. En
la nego­
del grupo en relaci6n
sentido
~tnica
10 que
de un grupo
funci6n de la autoidentificaci6n y
por parte
tierra donde
a ser un referente para
la identidad por parte
sugiere Carneiro: lila identidad
por tanto,
individuos",
con la
igualmente
indigena es,
de la identifica­
envolvente". De
esta manera, la
autoidentificaci6n guardaria relaci6n con la posesi6n
0
pertenen­
cia a un territorio determinado. Esto permitiria, seg6n
S~nchez­
Parga (1992: 24):
"La configuraci6n de una comunidad de pertenencia y de
referencia mas pr6xima al individuo: una comunidad hie et
nune que sea comunidad de trabajo, de vida, de lucha, al
interior de la cual el
individuo pueda construir su identi­
dad.
Esto remite a
la necesidad de tambi~n reconstruir el
tejido social, de crear redes asociativas,
organismos de
socializaci6n de las experiencias individuales, que permitan
al mismo individuo trascender sus
limites individualistas
para apropiarse practica y simb6licamente del mundo real."
En aquellas relaciones que
entre indigenas
y blanco-mestizos,
han afirmado las
lee,
los
hist6ricamente se han venido dando
el de los
encontramos
que si bien se
diferencias por parte de ambos
blanco-mestizos no ha llegado
indigenas, 10
cual se convierte
en la
sectores socia­
a reconocer el de
negaci6n del "otro"
(Sanchez-Parga 1992: 35).
En relaci6n
a esto, la
omisi6n de la muerte
de Lazaro Condo
enlas declaraciones por parte de la hacendada y de algunos medics
de comunicaci6n
evitar que la
parte de
puede ser
situada dentroo
imagen del grupo
hacendario se yea
posibles aliados. Pero en el
de la muerte del
de una
t~ctica
para
impugnada por
momenta en que la noticia
dirigente fue conocida, la tactica fue diferen­
58
teo Dicha
acci6n fue situada dentro de
actlvar el
(Orlove 1991)
legltima
pais.
"marco interpretativo" de los
justiflcarla, sino,
s610 para
un contexto que permiti6
Los
y
indlgenas, sin
comunicaci6n
grupos no-indlgenas no
igualmente, para
beneficiosa para
presentarla como
los
embargo, excluidos
Intereses del
de los
medios de
oficia1es e "independientes", encontraron en varias
instltuciones el apoyo que les permiti6 ofrecer, aunque con menor
cobertura, su versi6n de los hechos.
Pensamos que, en el momento de sus luchas, los
mismos indige­
nas no pudieron advertir la trascendencia que la muerte
tendria para ellos en
de
gU
visi6n
el futuro. Se puede decir
estaba ligado a
los
l~tereses
de Condo
que el criterio
mas inmediatos: la
consecuc16n de la tierra. SI bien la muerte del indlgena s1gnl£1­
c6 para
ellos una gran conmoci6n y
de un
gran amigo y dirigente,
habia
alcanzado
paulatinamente
la talla
fue
que
el sentimiento de la perdida
su figura,
hasta
alcanzaria
recibiendo significados
ese momento, no
an os despues
segun
cuando
los momentos
vividos par los indigenas en la historia del pais.
Como afirma Benjamin -citado por Portelli (1989: 5)-,
"Un acontecimiento vivido puede considerarse como terminado
o como mucho encerrado en la esfera de la experiencia vivi­
da,
mientras que el acontecimiento recordado, no tiene
ninguna limitaci6n puesto que es, en sl mismo, la llave de
todo cuanto acaeci6 antes y despues del mismo."
Portelli (rb.S)
ve que
el acontecimiento acaecido
es impor­
tante no 5610 porque es tragico,
"sino tambien,
y sobre tOdo, porque constituye el terreno
sobre el que la memoria colectiva conserva una singular
convergencia de relatos equivocados, invenciones,
leyendas
que van desde las reconstrucciones imaginarias de la dinami­
ca del acontecimiento, hast a la traslaci6n del mismo de un
contexto hist6rico a otro." (subrayados en el original).
59
De
todas
maneras, Portelli
(Ib.6), citando
considera que tales invenciones no estAn
riedad, sino
que el
interes
a Enzensberger,
regidas par la arbitra­
despertado por
elIas tienen
fundamento los intereses de aquellos que las narran 0
can. De
esta manera, es decir,
al escuchar de
como
las expli­
nuevo una narra­
ci6n, se logra que se reconozcan
y se precisen los propios inte­
reses
relato se
y los
del adversario. El
materiales imaginarios y con
plo) que dan
tiemp 0 9
va enriqueciendo con
estados de Animo (rabia,
por ejem­
la sensaci6n de que los hechos ocurrieron hace poco
.
Podemos resumir
colectiva
diciendo que
del grupo
10
que subyace
-con sus excepciones-
y en
en la
memoria
la memoria del
testigo no es tanto la dinAmica de c6mo sucedieron
105
aconteci­
mientos, sino la manera como estos son trasladados en el tiempo y
ubicados en nuevos contextos. Por esto, los indigenas no
ven los
hechos hist6ricos como una secuencia discreta sino como una lucha
permanente. El papel simb61ico del dirigente muerto,
circunstancias
muerte
de
demuestra el
adecuadas a
Condo no
sea
una causa
vista como
adecuada, de
algo
impone
ahl
accidental;
unas
que la
como 10
testimonio de algunos indigenas al comienzo de este
capituloJ..o.
Segun Rappaport (1990b: 110), no 5610 los aspectos dlscursivos
o
narrativos son
utilizados para
sino, igualmente en aquel10s
los prop6sitos
del presente,
"aspectos no narrativos de
cotidiana, donde el conocimiento
la vida
del pasado es utilizado, supri­
mido y negociado" para dichos prop6sitos.
"Si la historia documental -afirma Rivera (5/£: 9)- presenta
una sucesi6n lineal de eventos, la historia mltica -y las
valoraciones eticas que irnplica­ nos remite a tiempos lar­
gos,
a ritmos lentos, a conceptualizaciones relativamente inmuta­
bles, donde 10 que importa no es tanto "10 que pas6", sino
par que pasO y quien tenia razOn en los sucesos,
es decir,
la valoraciOn de 10 acontecido en terminos de la justicia de
60
una causa."
La celebraciOn
del
anual de la muerte de
llder sonriente
parece,
en
Lazaro Condo, la imagen
afiches, libros
maneras de mantener abierta la
revistas, son,
y
n05
cuesti6n y de garantizar
su recuerdo, porque las situaciones que originaron el conflicto y
dieron lugar a
su muerte, se
siguen produciendo,
aunque
en un
contexto relativamente diferente.
El mantener la imagen del muerto, con una serie
dos anadidos,
es decir,
de significa­
de resignificaciones segun
el contexto
hist6rico cambiante, es una respuesta -individual y colectivauna
agresi6n permanente
construir
y, por
10 tanto,
la identidad frente al grupo
0
como una
a
tactica de
grupos no-indigenas de
la sociedad envolvente.
Igualmente, como senala Izko (1992: 51),
"Los conflictos siguen constituyento de manera precisa
referentes de la identidad etnica.
Con la conciencia de la
oposici6n, se renueva y afianza tambien,
por contraste, la
cohesi6n interna del grupo y la propia
identidad diferen­
cial ... la violencia permite plantear el problema del "0­
tro", el agresor/agredido que constituye al mismo tiempo una
parte del "yo"."
Encontramos asimismo (Portelli, ib.28), que la
memoria grupal
manipula no s6lo los materiales del evento sino su disposici6n en
la manera como se
narra, 10 cual obedece, creemos, a una funci6n
slmb6lica. La rnuerte de Condo representa la experiencia
ral de la lucha por las
y
tuvieron que
coyuntu­
tierras en Chirnborazo en un momento dado
pasar algunos
anos para que
constituyendose en slmbolo precisarnente
esa figura
fuera
a partir de su memoriza­
ciOn durante los relatos del evento, de la
tradici6n del grupo y
de nuevas confrontaciones con los hacendados y representantes del
poder estatal local.
61
La tradici6n, en este sentido,
nos
remite
a la
tienen sobre
juega un papel importante. Esta
conceptualizaci6n
que
los indigenas
algunos de sus muertos. Segun
de la "potencialidad vital de los muertos"
andinos
esto, podemos hablar
0
de la posibilidad de
que "pueden volver a vivir" (Boysse-Cassagne
y Harris 1987: 38).
De ahl
que el poder de
desencadenarlo
grupo:
parte
en
durante
los muertos sobre los
ciertos momentos
los conflictos
Taussig (1989),
afirma que
de
crisis en
de tierra,
haci~ndose
los muertos permiten la
vivos sea posible
eco de
1a
vida del
por ejemplo.
una idea
Por su
de Benjamin,
relaci6n con el pasado
y 10
lluminan. Peropensamos que al iluminar ese pasado este se aetiva
para dar raz6n de ciertos acontecimientos en el presente.
De tal
manera que, contrariamente a 10 que afirma Vansina (1985), no hay
tal cos a como un pasado unico en el cual el cambio no aparece.
Seria, entonces, parafraseando la idea de Taussig (1982) sobre
las "imAgenes
dial~cticas",
un movimiento en
el cual el
pasado
puede ser reelaborado, redefinido para dar cabida a las tradieio­
nes inventadas (Hobsbawm
1984). En otras palabras, si as posible
inventar la tradiei6n -10 cual eS legitimo dentro del
construcci6n
invenci6n
y negociaci6n
no es
de la
proceso de
identidad-, pensamos
una falsificaci6n de
la historia
que tal
-tal como 10
pudo haber entendido el mismo Hobsbawm-, sino que precisamente se
afinca en
un pasado que es susceptible
de ser transformado para
mostrar su eficacia en los requerimientos del presente.
La memoria del pasado es una ereaci6n
imagen particular
elementos de uno
tes de
del pasado. Es decir,
0
acuerdo al
varios eventos y se
testigo y a
obtener como respuesta al
10
que
0
representaci6n
se seleccionan aquellos
dotan de
~nfasis
este quiere
0
de
los hechos
no
diferen­
pretende
testimonio narrado: admiraci6n, lAsti­
rna, indignaci6n, solidaridad ... Segun Taussig (1989),
lidad
de una
importa, es
deeir,
la
la tempora­
historia como
sucesi6n. Lo que realmente interesa es la memoria, la imaginaci6n
y el
sueno. En
tal sentido,
es importante
ver cOmo el
pasado
62
actua en el presente y c6mo configura la historia, entendida esta
como
el,
oposici6n de significados en el tiempo
vencedores
y vencidos
recrean
el
y en el eual, segun
cosmos. Lo
importante,
entonces, son las huellas del pasado en el presente.
Para Bartlett (1937), la memoria dista mucho de ser un proceso
pasivo;
al
contrario, es
un
proceso
esquemas culturales. La memoria no es,
constructivo regido
par
entonces, el resultado de
un proceso meeanico que ha ido guardando la informaci6n de manera
flel. Bartlett
plantea, a
partir del
analisis de los
informes
emanados de la expedici6n al Estrecho de Torres, que los cuentos,
par ejemplo, son reelaborados en el momento mismo de la narraei6n
mediante
una nueva
racionalizaci6n. Lo
esto, es que 5i la memoria es
una
quien esta narrando, es porque,
tipo de
que puede
verse, segun
acci6n selectiva por parte de
igualmente, esta intervlniendo un
amnesia que pudiera llamarse estructural (distinta de la
cotidlana
0
impuesta).
Es decir, dentro
del conjunto de
ocurridos y que dieron origen a un evento en
hechos
particular, ciertos
elementos, y no otros, son recobrados -y recordados- para sltuar­
los en una estructura
discursiva
diferente que pretende obtener
o producir una representaci6n de los hechos igualmente distinta.
Tanto los testimonios de
los indigenas como las declaraciones
de la duena y de la mayoria de los medios
de comunicaci6n, hacen
a1usi6n a ciertos hechos pero omiten otros.
o sea, por parte de cada uno de los grupos enfrentados se esta
construyendo el
pasado;
aqui
podemos ver
elabora a partir de la activaci6n de una
que
ese
pasado
se
memoria que se inscribe
tanto dentro de un cierto marco interpretativo como de la politi­
ca de representaci6n que cada uno
otro.
De manera
ocurri6 y
hechos
par
consciente se
quien habla se
e1 mismo
de los grupos dirige hacia
relatados.
imagen de
10 que
contexto dentro
de los
construye una
ubica en este
Es como
el
un
juego
de espejos
(Guerrero 1990; Todorov 1987), el narrador de los event os se ve a
63
sl
mismo en
acuerdo a
esos hechos, pero
a la
vez, fabrica
los acontecimientos que relata. A
que elabora de
sl mismo construye
su imagen de
partir de la imagen
la imagen
del otro. Esto
legitime si, como afirma Crain (op.cit.220), "no hay
orales falsas", sino que "cada narraci6n
es
narraciones
tiene su 'propia narra­
tiva de verdad'".
Lo
que
esta en
negociaci6n de
juego
aqui, pensamos,
la identidad. Cada grupo,
es
una
cuesti6n de
utilizando tecnologias
discursivas que considera apropiadas, construye su identidad y se
representa la del otro; pero creemos que si bien
se establece la
diferencia del otro y
otro, se llega,
como
la propia con respecto al
afirma Sanchez-Parga
(1992), al
no reconocimiento
de ese
otro, es decir, se niega su derecho a ejercer la diferencia. Este
fen6meno se
da de
manera
recurrente sobre
todo por
parte
de
vast os sectores de blanco-mestizos hacia los indigenas.
Y es que aqul esta implicada, pienso, la
que, desde el poder,
se ha hecho
institucionalizaci6n
de ciertos referentes para
distinci6n. Lo distinto, establecido como anormal
la
por el poder ­
que promueve sus politicas de representaci6n con repecto al otro­
, se apoya en cierto tipo de normas sociales -obviamente promovi­
das
por tales
politicas-, generando
practicas discriminatorias
que se manifiestan en una sistematica intolerancia hacia el
otro
(Arditti (1988) y, por 10 tanto, a
su no reconocimiento; 10 que,
en
reconocer
otras
palabras,
significa no
su
derecho a
diferente y a considerar un proyecto hist6rico propio, es
alternativo
que,
seg6n Necker
vigoroso impulso para liberarse
les
como
socio-econ6micas,
(1986:
231), "les
les
ser
decir,
dara un
de las opresiones tanto cultura­
ofreci~ndoles
al
mismo
tiempo
un
modele de organizaci6n autogestionario."
Pensamos,
sabre la
igualmente, que en la manera de recuperar la memoria
imagen de Condo esta presente
tiempo. Rappaport (1990b: 113) senala:
la concepci6n and ina del
64
En quechua,
cuando se usan las marcas diacriticas apropia­
das, los terminos de "el pasado" y "frente al observador"
son identicas: fiawpa. En otras palabras, en la visi6n andina
del pasado,
la historia esta "frente al observador",
y se
mueve "en retroceso" hacia el observador.
Esta visi6n e s pa-:
cio temporal contrasta con la nuestra, en la que el pasado
esta localizado "detras" del observador y en la que el
proceso hlst6rico se mueve "hacia adelante" permaneciendo
siempre tras nuestro".
As 1 las cosas,
Lazaro Condo es alguien recordado
delante del
presente,
narrador,
de quien
10
porque esta
recuerda. Es
un
modelo de ser hombre que actua como referente para la comunidad.
Las "luchas simb61icas"
Ahora bien, el
simbollzac16n del
interacci6n
definiria
campo dentro del cual
dirlgente muerto y
politica con respecto
por la oposici6n
Bourdieu 1992) y llevaria
se dan los
de la
procesos de
tierra es el
al poder.
de la
Esa interacci6n se
dominante/subordinado (Llobera 1991;
al grupo de 105 indigenas a proponer e
impulsar aquellos slmbolos que se contraponen a los que provienen
del grupo 0 grupos dominantes.
La
confrontaci6n entre algunos
empenados en desfigurar y
Condo
y unos indigenas
memoria del muerto,
hacendados
diluir el significado de la
preocupados por preservar
origln6 un proceso de lucha
simb61ica que llega hasta nuestros dias
En
este proceso
de lucha
funci6n de la memoria de
grupo se
ve
(y sus aliados),
enfrentado a
0
1 1
muerte de
y difundir la
0
confrontaci6n
•
de confrontaci6n
simb6lica, la
la comunidad se activa cada vez
actualizar los
que el
event os ocurridos
en
septiembre de 1974. Decimos la funci6n de la memoria porque esta,
pensamos,
se ve implicada en
la utilizaci6n de
una tactica que
hace posible la redefinici6n de los acontecimientos y la partici­
65
paci6n en ellos del dirigente muerto. Tactica que se
inscribe, a
su
de
vez, en
situarla
una busqueda
de
tal manera
acontecimientos del
un slmbolo
por actualizar
que
no s610
la figura
encuentre
presente, sino que pueda
movilizador de
importancia en
ser entendida como
dichos acontecimientos. Es
imagen de Condo es utilizada como parte del capital
los indlgenas en la pugna frente a los
Condo y
decir, la
simb6lico de
hacendados y sus actuales
o potenciales aliados.
Se podrla decir,
en este sentido,
que se da
una interacci6n
simb6lica tanto a nivel de los grupos enfrentados como
cada uno
de los
de dichos grupos. 8i tomamos
indigenas can
aquellas
respecto a
declaraciones de
los
dentro de
en cuenta los testimonios
la tierra y
haeendados,
Condo y
a Lazaro
advertimos, por
la
forma como son tratados, que esta en juego una lueha simb61ica en
la cual interviene, asimismo,
la representaci6n que cada grupo ha
elaborado de 51 mismo y del grupo contrario. Mientras que para el
grupo
de
105 hacendados
producci6n
del
la
eual debe
tierra es
obtenerse
ante
el
maximo de
aumentando su productividad, para 105 indlgenas
pachamama,
la madre
mediante una
tierra
que debe
ser
todo un
rendimiento
la tierra
cuidada y
compleja ritualizaci6n (Montoya 1990).
es todo; hay,
dentro del "marco
media de
es la
respetada
Pero eso no
interpretativo" de cada
uno de
los grupos, representaciones del otro que igualmente se enfrentan
produeiendo
y
reproduciendo
mientras los hacendad05
objetivado) un
una
ven en el
lucha
s1mb6lica
indlgena (a51,
permanente;
singularmente
holgazan que no aprovecha al maximo las posibili­
dades del suelo, 105 indlgenas ven al hacendado como
dor irrespetuoso de la madre tierra. Igualmente, cada
en los momentos de mayor conflicto
neo,
(sin disensiones)
obtener no 5610
despojarlo de
ve en el
el control de
el~2.
un depreda­
grupo, que
se ve a sl mismo como homoge­
otro al
"enemigo"
ese bien comun,
que intenta
sino, inclusive,
66
lEs posib1e pensar
que desde un
primer momento la
duena del
predio, los hacendados y las autoridades estatales eran conscien­
tes de 10 que podria ocurrir si
en sus dec1araciones se aceptaba
la muerte del dirigente? En otras palabras,
LAzaro Condo
como un
declaraciones oficiales debe
recurso tactico para evitar que
muerto
de
en las
£uera enarbolada como un
los indigenas
pensar tambien
~omitir
la
muerte de
ser entendido
la figura del dirigente
simbolo que legitimara la lucha
por la tierra?
Y si
que el grupo de los
un contra-simbolo en la figura de
esto es
asi, lno cabria
hacendados quisiera elaborar
la duena del predio al presen­
tarla (y presentarse ella misma) como la victima de
la acci6n de
"los agitadores de los carnpesinos"? (Cfr. Orlove, 1991;
Gellner,
1989) .
Responder afirmativamente a estas preguntas implica, entonces,
aceptar que en la lucha
simb61ica, dentro de la cual
cada grupa
constituye sus propios simbolos a partir de la resignificaci6n de
ciertos
elementos camunes
(la
tierra)
distintos
0
(indigena
muerto/propietaria agredida), se esta posibilitando una construc­
ci6n
de identidad
idea
comOn de
que las
dinados son siempre
veriamos
que,
para ambos grupos.
"minorias"
los que se
igualmente,
0
Es decir,
contraria a la
los grupos
nativos subor­
resisten a perder
los hacendados
su identidad,
estan constituyendose
como un grupo, al menos coyunturalmente, que comparte una
identidad. Recordemos, en
este sentido, la
misma
idea de Turner
men­
cionada anteriormente cuando nos referiamos al conflicto como
drama
social
contradicciones
(vease capitulo
III);
pese a
muchas veces insuperables,
geneizan con el fin
de enfrentar un enemigo
las
un
disensiones y
los grupos
se homo­
comOn; homogeneiza­
ci6n que vuelve a entrar en crisis una vez terminada la situaci6n
que Ie dio origen.
Sin embargo, si
darse
bien en los
moment os de confrontaci6n
puede
un proceso de construcci6n de identidad en cada uno de los
grupos involucrados en el conflicto, estimo que el de los indige­
67
nas
tiene
un espectro
de
duraci6n mucho
comparten una tradici6n que
mayor
ya
se expresa en su pensamiento y en la
manera como, por medio de ese pensamiento, llegan a
simb61icamente su
que estos
historia
y,
dentro
de
estructurar
ella,
las
acciones
politicas.
Debemos,
tambien, tomar en cuenta
el concepto
categorla de
0
10 residual introducido par Williams (1980: 144), categoria
me parece, tiene que ver mucho con la manera como
que,
se emprenden
0
desarrollan ciertas practicas paliticas como la de las luchas por
la tierra y, asimismo, la construcci6n de identidad por
los indigenas a diferencia de como se da la
parte de
coyuntural construc­
ci6n de identidad par parte de los hacendados.
Para Williams
se ha
el elemento de 10 residual
producido en
dentro del proceso
el
pasado "todavla
cultural" y
como un
es algo que si bien
se halla
en
actividad
"efectivo elemento
del
presente"13.
La tradici6n, en este sentido, seria entonces, segOn Williams
"una versi6n del pasado que intenta conectarse con el
ratificarlo
residual,
elemento
proceso
(Ib.138).
En cuanto
Williams (Id.146)
"se relaciona
cultural
en que
la ubicaci6n
considera que
con fases
se
a
generaron
social
gran parte
y formaciones
presente y
de 10
de dicho
anteriores del
ciertos significados
y
valores reales.
"La eficacia de estas "prActicas culturales residuales"­
afirma Crain (1989: 59)- parece residir en su marginalidad,
ya que elIas constituyen 'areas de la experiencia, de la
aspiraci6n y logros humanos que son negados por la cultura
dominante,
desvalorizadas
y reprimidas'
(Williams) ... En
lugar de ser asimilados,
ciertos aspectos de la cultura
residual pueden tener una relaci6n de oposici6n frente al
orden dominante."
Segun
esto, podemos
afirmar entonces
que 10
residual actua
68
como
una
forma de
resistencia
elementos importantes
a la
incorporaci6n
de la tradici6n y de
simb61icos, por parte de la cultura
de ciertos
la memoria, asi como
dominante~4.
r,a constituci6n de LAzaro Condo como slmbolo
Podemos afirmar, retomando
que
nuestras preocupaciones iniciales,
la figura de LAzaro Condo no
actu6 como simbolo en los dias
inmediatamente siguientes a su muerte aunque uno de los
nios as1 10 refiera. La que se ha dado, y es 10 que
intentando mostrar, es que
su simbolizaci6n y su
hemos estado
ubicaci6n como
s1mbolo de fuerza e impulso para la movilizaci6n, es
rior.
Esto debido, nos parece, a que
versias
entre hacendados
condicionado por un
e indigenas,
testimo­
algo poste­
el contexto de las contro­
en ese
conjunto de significados
entonces, estaba
existentes en
la
epoca.
Lazaro Condo, entonces, con el correr de los anos, fue exalta­
do;
es
decir, al
engrandecida
constituirse
en virtud
de los
contextos hist6ricos diferentes-,
del
momento hist6rico en que se
cip6 y
su misma muerte,
hecho hist6rico
en slmbolo
su
imagen -siempre
significados anadidos
esta trasciende 10
seglin los
coyuntural
dieron las luchas en que parti­
para, mediante la
memoria -"que es
relevante" (Portelli op.cit.29)- poder
el
llegar a
constituirse en alguien que est A vivo y que sigue particlpando en
las luchas del presentee
"El testimonio de la historia oral -afirma el Popular Memory
Group, eitado por Crain (1989: 219)... estA profundamente
influeneiado par los discursos y las experieneias presentes.
Este es el punta de vista desde e1 eual estan construidas
las narraciones orales ... Estas historias estan necesaria­
mente influenciadas par los event05 del presente y par la
re-estructuraci6n de 10 que es posible pensar y decir."
Recordemos
en
anteriormente: 1a
este
momenta
alga
probable influencia
que
habiamos considerado
que pudo haber
tenido e1
69
discurso de la
el
entonces naciente Teologia de la Liberaci6n sobre
martirio de los pobres bajo la
los poderosos.
fuerza del poder ejercido por
Este discurso habla comenzado a
de los agentes de pastoral de la Di6cesis de
llegar
a
trav~s
Riobamba, comprome­
tida en la concientizaci6n de los indlgenas de la zona.
trav~s
Tuvieron que pasar algunos afios para que, a
significados nuevos promovidos
teologla de
en los
por una mayor
la liberaci6n y de la
aftos 80,
por
ejemplo, se
0
influencia de
irrupci6n del discurso
pudiera establecer
interpretativo diverso que favoreciera
ci6n
de ciertos
un proceso de
un
la
~tnico
marco
simboliza­
de cambio de simbolizaci6n del dirigente muerto. No es que
en los anos siguientes a su muerte la figura de
comenzado a ser simbolizada
del evento
birse en un
0
que,
ya la figura de Condo
Condo no hubiera
inclusive, en esos mismos dlas
no hubiera comenzado a inscri­
proceso de simbolizaci6n,
sino que, en
un contexto
posterior, mas favorable, esa simbolizaci6n alcanz6 mayor comple­
jidad y cobertura.
Los procesos posteriores a la lucha por la tierra
nin a
nivel local, provincial (creaci6n
de Chimborazo) y
Nacionalidades
del Movimiento Indigena
nacional (conformaci6n de
Indigenas del
generados por esos y otros
en Toctezi­
la Confederaci6n
Ecuador), asi
como los
de
discursos
procesos, afiadieron nuevos significa­
dos a los simbolos ya existentes.
Si comparamos
Vallejo
en su
los testimonios de los
libro y los
presentados por
cuenta que ha habido un hiato en tales
habido
ocasi6n de
indlgenas reseftados por
nosotros, nos dames
testimonios; es decir, ha
reflexionar dichos eventos
a la
luz de esos
nuevos significados que han podido establecer referentes
0
marcos
interpretativos distintos. Los testimonios recogidos por nosotros
18 an os
despu~s
de los acontecimientos ya
como el de la regionalizaci6n del discurso
Bolivia
y
Per6. Movimientos
como
cuentan con elementos
~tnico
el katarista
promovido desde
y
su proyecto
70
ut6pico de una "tierra sin males", la imagen de Tupac
Amaru y la
bandera del Tahuantinsuyo incorporados como simbolos de la conti­
nuidad de 10 andino en nuestro medio han sido, nos parece, facto­
res
importantes en cuanto a
la tierra y el dirigente
La
asesinado~~.
muerte/exaltaci6n
manera, inscribirse
la resignificaci6n de s1mbolos como
de
Lazaro
podido,
de
esta
en un proceso de larga duraci6n gracias a la
tradici6n y a la memoria as1 como a
incorporandose
Condo ha
a marcos
los significados que han ido
interpretativos nuevas
generados tanto
dentro como fuera del pais.
8i en alg6n momento,
como veiamos mas arriba, la figura de la
duefta del Lote NQ 7 pretendi6 enarbolarse
como un simbolo de los
atropellos de los indigenas instigados por los "agitadores de los
campesinos", hoy, muchos
dada
anos
marginalmente cuando
despu~s,
se recuerda
tal figura s610 es recor­
a aquel
que si
lleg6 a
convertirse en un simbolo importante: Lazaro Condo.
Un simbolo agregado
misma comuna de
que la
al de este dirigente
Toctezinin. LO tal
puede ser el
vez, seria mas
simbolizaci6n que se produjo en Lazaro
por los hechos ocurridos
de la
exacto decir
Condo fue posible
alIi? En otras palabras:
Toctezinin, a
ralz de los sucesos, Lcomenz6 a ser considerada como el ejemplo a
seguir en cuanto a
por los indigenas
los reclamos de tierra se refiere?
como la posibilidad
Fue vista
de emprender acciones
busca de obtener 10 que por justicia les correspondia?
pensar, tal
vez, que
como un lugar
gracias a
de resistencia y
la simbolizaci6n de
de b6squeda de
las
circunstancias favorables
para
LSe puede
Toctezinin
justicia, Lazaro
Condo, al ser asociado a ese espacio constituido
encontr6
en
simb6licamente,
su simbolizaci6n?
Bsto puede ser posible ya que muchos otros indigenas que murieron
en situaciones
han llegado
distintas -aunque bajo la represi6n
a recordarse
entrado a formar
parte de
por
mucho tiempo,
la memoria lejana
estatal-
es decir,
no
y, mucho menos,
no
han
a
71
constituirse en simbolos,
ya que carecian, pensamos, de la misma
trayectoria de Lazaro Condo.
~que
Ahora bien,
durante los dias
simbolos fueron utilizados por los
indigenas
que antecedieron a los hechos en los cuales fue
muerto Lazaro Condo? Esto nos parece importante establecer porque
hemos venido
afirmado que
otros factores
la confrontaci6n estuvo
distintos a los de la
Es decir, si para ese entonces
sola
motivada por
necesidad econ6mica.
todavia Lazaro Condo no hacia
5U
aparici6n y, asimismo, no se daba aun el marco interpretativo que
favoreci6 luego la simbolizaci6n
fueron
aquellos
activadores
simbolos que
para la
del dirigente, entonces
pudieron
movilizaci6n?
haberse constituido
Recordemos que
viene a intervenir en el momento de
cuale5
Condo
en
s610
la toma simb61ica del predio
mediante la minga.
Uno de
esos simbolos es la misma tierra de
hablado anteriormente
pudo haberse
la
cual ya hemos
(ver capitulo II). otro simbolo, pensamos,
constituido a partir de la
tenia de si misma cuando, en
imagen que la comunidad
ocasiones anteriores, habia empren­
dido ciertas acciones exitosas en contra de hacendados y
autori­
dades locales. Es decir, la misma comunidad se constituye como un
simbolo.
La
unidad
eventos, sino
puede haber
vivida y
durante algunos
expresada
otros
no
momentos de
significado un referente -tal
y
enfrentaba.
definiendose en
relaci6n
profundizaci6n te6rica y empirica,
historia,
fue autorrepresen­
al grupo
Aunque estas consideraciones
su
esos
vez discontinuo, perc
referente al fin para la manera como el grupo
tandose
s610 durante
con
precisan de
el
cual se
una mayor
creemos que se puede afirmar,
aunque s6lo sea provisionalmente, que asi como un grupo construye
culturamente su
entorno, es
decir, el "paisaje"
(Poole 1988b),
igualmente se puede dar una construcci6n cultural del grupo sobre
si mismo, construcci6n que, en determinados momentos puede llegar
a convertirse en un simbolo.
72
Estiimamos que la
dentro
de
simbolizaci6n ocurre
procesos hist6rico-culturales
de manera
perc
permanente
ciertos s1mbolos
encuentran su lugar y se activan en momentos especificos para dar
respuesta a realidades
0 situaciones que 10 requieren. Es decir,
hay elementos que actuan como s1mbolos en momentos en
cuales
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las condiciones (econ6micas, sociales 0 politicas) asi 10
san. Los
sirnbolos forman
parte del llamado
preci­
"capital simbOlico"
(Bourdieu 1980) y son utilizados en aquellos enfrentamientos
se suceden
dentro de ciertos campos
partir de la
hay
que
constituidos precisamente a
confrontaci6n (Bourdieu 1990). De esta manera, bien
slmbolos que
se activan
ciertos momentos
y otros
slmbolos que son redefinidos segun las circunstanclas 10
requie­
ran, hay otros que
del evento,
se constituyen como tales en el momento mismo
durante
entonces, que
aquellos que Ie
la confrontaci6n,
posiblemente no
siempre- como un
s610 en
hay
algo asl
dep6sito de simbolos
ser~n
m~s
por
ejemplo.
-por 10
Pensamos,
menos
del cual el
grupo extrae
beneficiosos para, en esa
lucha simb6­
Iiea, enfrentar los simbolos del contrincante. El capital
lieo
entonces, estarla conformado por
van siendo resignificados de acuerdo al
las circunstancias
simb6­
una serie de simbolos que
marco interpretativo y a
sobre las cuales operan,
pero, asimismo, por
simbolos que se constituyen coyunturalmente y que pueden obrar,
bien
ad hoc,
0 bien
no
pueden entrar a
formar parte
0
del capital
simb61ico y ser utilizados posteriormente en otros eventos.
"Los slmbolos -afirma
Landsman
(op.cit.837)- ...
tienen
eficacia de movilizaci6n en la medida en que manifiestan el
marco interpretativo sostenido por actores politicos.
El
poder de un s1mbolo cualquiera se deriva entonces de su
referencia a todo un conjunto de significados,
cada uno
relacionado con el otro como componentes del marco interpre­
tativo de los actores. Esto permite flexibilidad en respon­
der a
las diversas instancias de 10 que serla esencialmente
la misma controversia b~sica, en diferentes lugares y tiem­
pos ... el concepto de marco interpretativo ofrece as1
una
iluminaci6n de c6mo son usados
los simbolos para poner en
relaci6n el significado con la acci6n polltica."
73
Landsman propone
estudiar
0
analizar el
proceso simb61ico en
el tiempo, de ahi que estimaramos util explorar aquellos simbolos
que
llegaron a
constituirse como
tales en
procesos hist6rico­
eu1turales anteriores a1 evento de 1974.
Estos slmbolos, segun Landsman, son escogidos y manlpu1ados de
manera
eonsciente
por
parte
de
los
participantes
(Ib.826),
buscando as! e1 apoyo de otros seetores haeia su 1uehai en
palabras, se inseribirian dentro
simb61ieas"; artieu1adas en
comunitaria,
que
desembocaron en
fueron
la toma
septiembre de 1974.
de las denominadas "estrategias
torno a 1a
los
otras
tierra y a
referentes de
del lote NQ
7 en la
las
1a identidad
aceiones
manana del
que
26 de
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