diálogo cooperativo? - Pontificia Universidad Javeriana

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CUADRANTEPHI No. 23
Julio - diciembre de 2011, Bogotá, Colombia
Gorgias: ¿diálogo cooperativo? ¿Hombre de experiencia o technítes en sentido
aristotélico? Lectura del diálogo platónico Gorgias
Miguel Andrés Valero Iturrieta
Filosofía
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Valparaíso (V región)
[email protected]
Resumen
El presente trabajo propondrá una reinterpretación viable del diálogo platónico
Gorgias hecha en el marco de una hermenéutica holística como lo es la
inaugurada por Friedrich Schleiermacher. Nuestro enfoque estará puesto en la
forma o estructura dialógica, específicamente en: (i) el análisis del tipo de diálogo
requerido por Sócrates a Gorgias en el comienzo del texto y (ii) hacer un
contraste entre nuestra tesis y el análisis hecho por Alejandro Vigo, en el cual
presenta a los diálogos platónicos, incluyendo al Gorgias, con una condición
inicial, tácita o explicita para que éstos se constituyan como tal: ser cooperativos.
Sin embargo, sostendremos que hay motivos sólidos para excluir al texto como
un dialogo cooperativo.
Palabras claves: Estructura dialógica, discurso retórico, tópicos aristotélicos,
diálogo genuinamente cooperativo.
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Abstract
The present work will propose a proper reinterpretation of the platonic Gorgias'
dialogue regarding Holistic hermeneutics, as it is the one created by Fridrich
Scheleimacher. Our emphasis will be put towards the structure or dialogic form.
Specifically in: (i) the analysis of the type of dialog required by Socrates to
Gorgias at the beginning of the text. (ii) To contrast between our thesis and the
analysis done by Alejandro Vigo, which represents the platonic dialogues
including Gorgias', with one initial condition, unspoken, or explicit so that this
will be constituted as such; however, to be cooperative, we will sustain that there
is solid motives to exclude that text like the cooperative dialogue.
Keywords: Dialogue structure, rhetorical speech, aristotelian topics, genuinely
cooperative dialogue.
Introducción.
Una discusión que ha cobrado cierta importancia en las últimas décadas sobre los
diálogos platónicos ha sido su estructura dialógica. En ella, los estudiosos de dichos
diálogos han detectado un despliegue del filosofar mismo de Platón, llegando incluso, a
considerar vacías las tesis expuestas en ellos de no haber una clara vinculación con el
contexto originario en el cual se han llevado a cabo. Al parecer, la vieja hermenéutica
línea a línea ha saturado el análisis tanto filológico como filosófico, lo cual ha
producido en los estudiosos de Platón un vuelco hacia otros ámbitos menos explotados
investigativamente. Éste ha sido no sólo hacia la estructura dialógica, sino también
hacia una comprensión más holística de los diálogos escritos por Platón, dicho vuelco
ha sido motivado e inaugurado por una reinterpretación de la hermenéutica tradicional
hecha por Friedrich Schleiermacher. Dicha hermenéutica innovó a través de la
introducción de nuevos elementos en su modus operandi, volviéndola más completa u
holística, no tan rígida y limitada. Entre sus aportes se destacan: (i) entender el discurso
tan bien como el autor; (ii) presentar la teoría de la comunicación entre un emisor y un
receptor basado en un contexto social y lingüístico común, el cual posibilita la
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comunicación entre el receptor y el discurso del emisor; (iii) resaltar el hecho que
ambos poseyeran una gramática y lingüística común; (iv) mostrar, además, un contexto
social que favorece la empatía; (v) añadir, finalmente, a la teoría tradicional de la
interpretación una dimensión psicológica1.
Estos nuevos elementos en el proceder de la hermenéutica otorgan al intérprete una
posibilidad mucho más amplia de reinterpretar el texto en comparación a la rigurosidad
de los métodos de otrora. Incluso, esto dio origen a lo que se ha denominado como la
doctrina no escrita de Platón (ágrapha dógmata). Siguiendo esta línea interpretativa, se
nos abre una “flexibilidad” en cuanto al enfrentamiento que tendremos con el texto, por
lo mismo, sostendremos una reinterpretación del diálogo Gorgias basándonos en la
forma o estructura dialógica y específicamente en: (i) el análisis del tipo de diálogo
pedido como requisito por Sócrates a Gorgias al comienzo del texto; (ii) después, lo
contrastaremos con un análisis hecho por Alejandro Vigo, en el cual, presenta a los
diálogos platónicos, incluyendo al Gorgias, con una condición inicial, tácita o explícita,
para que éstos se constituyan como tal: ser cooperativos. Por el contrario, sostendremos
en este trabajo que hay motivos sólidos para excluir al Gorgias como un dialogo
cooperativo; (iii) y para finalizar, depurar y clarificar (i) y (ii) presentaremos tópicos
enunciados por Aristóteles acerca del tema y los requisitos pedidos por Sócrates.
El presente trabajo tiene pretensiones de carácter conclusivo, sin invalidar la tesis
expuesta por Alejandro Vigo, proponemos una reinterpretación viable del diálogo
platónico, basándonos, principalmente en los elementos descritos anteriormente.
Tomamos como referente a Vigo A. ya que él nos presenta una reinterpretación basada,
justamente, en el análisis dialógico del texto, y a la vez opuesta a la aquí presente. Esta
contraposición servirá tanto para (i) reafirmar la multiplicidad de lecturas que se pueden
llevar a cabo con el método hermenéutico inaugurado por Schleiermacher y (ii)
1
Para una profundización recomiendo ver el libro de Friedrich Schleiermacher Sobre los diferentes
métodos de traducir. Trad. Valentín García Yebra. Editorial: Gredos. Año: 2000. Y para una presentación
complementaria, ver el libro de Dámasco López García, Teorías de la traducción: ontologías de textos.
Editorial: Escuela de traductores de Toledo. Año 1996, España. Aquí, solo expondremos los puntos más
generales y relevantes.
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presentar la postura de un estudioso de los textos platónicos insertado en la misma línea
investigativa de este trabajo, vale decir, la forma dialógica.
1. Clarificación sobe los diálogos en el texto Gorgias.
Desde un comienzo, el diálogo nos aporta mucho para nuestra línea investigativa, así,
Calicles con la intensión de actualizar a los nuevos asistentes que comparecen con el
deseo de escuchar a Gorgias, dice: “hace un momento Gorgias ha disertado sobre
muchas y bellas cuestiones” (PLATÓN, 2000 447a). Por muy coloquial que parezca,
este pequeño pasaje encierra el primer atisbo de un tipo de locución propia de los
retóricos. De este modo, Calícles, refiriéndose de manera muy natural y cotidiana
describe lo que se han perdido Sócrates y Querefonte por llegar tarde. Allí, él denomina
al acto elocutivo hecho por Gorgias como, “disertación”, término que no debemos
entenderlo como una mera forma coloquial y cotidiana de referirse a dicho acto. Por el
contrario, éste encierra una especificidad en el ámbito del operar de los retóricos, de
hecho, si acudimos al griego clásico, el término es epídeiksis, el cual puede significar:
muestra, demostración, noticia, alarde, ostentación, discurso etc., y, en especial para la
jerga retórica clásica, significaba: el hecho de hacer gala de algún arte o técnica2. Este
es un dato relevante y que no debemos olvidar, ya que su significado constituye la
descripción precisa de un comportamiento elocutivo de los llamados retóricos.
Avanzado el texto, Sócrates interfiere y se origina un diálogo entre Querefonte y Polo,
del cual solo reproduciremos un pequeño fragmento que nos servirá para clarificar las
características dialógicas del futuro interlocutor de Gorgias (Sócrates):
SÓC. –– Qué es.
QUER. –– ¿Qué quieres decir?
SÓC. –– Por ejemplo, si hiciera calzado respondería, sin duda, que es
zapatero; ¿no comprendes lo que digo? (...)
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Así lo sugiere la nota de la traducción que hace Calonge R. del texto Gorgias. Ver Protág. 310b y ss.,
Hip. May. 282c.
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(…) . POLO. –– Por Zeus, Querefonte, si quieres haz la prueba
conmigo.
Me parece que Gorgias está fatigado porque, hace poco, ha tratado sobre
muchas cosas (…)
(…)SÓC. –– Sin duda; pero no se te preguntaba cómo es el arte de
Gorgias, sino cuál es y qué se debe llamar a Gorgias. Del mismo modo
que antes respondiste con exactitud y brevedad a los ejemplos que te
propuso Querefonte, dime también ahora cuál es el arte de Gorgias y
qué nombre debemos dar a éste. Pero, mejor aún, Gorgias, dinos tú
mismo qué debemos llamarte, en razón de que eres hábil en qué arte.
GOR. –– En la retórica, Sócrates.
SÓC. –– Así pues, hay que llamarte orador.
GOR. –– Y buen orador, Sócrates, si quieres llamarme lo que me
ufano de ser, como decía Homero.
SÓC. –– Sí quiero.
GOR. –– Pues llámame así (PLATÓN, 2000, 447d-449d )3
Gorgias responde a la pregunta ¿qué eres?, hecha por Sócrates, diciendo “un buen
orador”. Aquí, por primera vez podemos atisbar el modelo que tiene y tendrá Sócrates
de perfilar la forma en que se desarrollará el diálogo, él dice: “Del mismo modo que
antes respondiste con exactitud y brevedad a los ejemplos que te propuso Querefonte,
dime también ahora cuál es el arte de Gorgias y qué nombre debemos dar a éste”
(PLATÓN, 2000 448e-44a). De este modo, Sócrates propone dos requisitos: ser breve y
responder con exactitud. De entrada, tenemos en el texto una confrontación implícita
entre la forma de operar de los sujetos involucrados en el diálogo. Además, si
recordamos el significado de epídeiksis, nos percataremos que éste entra en total
oposición con dicho requisito presentado por Sócrates. Sin embargo, Gorgias nunca
hace explícita esta forma de coartación que tiene su interlocutor, ni tampoco alega en
contra de ella.
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Si bien, este pasaje aislado pierde un poco la tónica candente en que participan los protagonistas del
diálogo, podemos apreciar el disgusto –“razonable”- de Polo, producto de la falta de prudencia con que
intervienen Querefonte y Sócrates al pedirle a Gorgias que responda algunas preguntas, precisamente,
después de que él había hecho su discurso.
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Esta confrontación implícita tiene su relevancia en la medida que avanzamos en la
lectura del texto. En este momento nos remitiremos a revisar,
movidos por los
requisitos que propone Sócrates, la forma que tomará el diálogo; que en definitiva, no es
más que la forma socrática de dialogar, y por lo mismo, ya podemos avizorar un modelo
dialógico que dista de ser cooperativo, ya que solamente un interlocutor definirá el carril
a través del cual se desarrollará el diálogo.
Pues bien, estamos a tiempo de desentrañar cuál es la forma socrática de dialogar. La
idea general, evidente y más intuitiva que nace sobre los diálogos socráticos, es
considerarlos una conversación. En ella, dos o más personas hablan alternadamente
dirigiendo varios lógos a un mismo asunto. Sin embargo, éstos difieren en absoluto de
ser tales, pues la facultad más frecuente del lógos en ellos es dirigirse a la acción de
preguntar (pythéstha), derivando a que el interlocutor otorgue información precisa sobre
el asunto de dicha acción interrogativa. Dicho sea de paso, en todos los diálogos
platónicos hay un requisito transversal, éste es la búsqueda de una persona adecuada que
pueda dar respuestas a la acción interrogativa, de no ser así, derivaríamos en la
charlatanería, la cual, en el caso del texto Gorgias, se personifica en Polo y Calícles
(Cf., GÓMEZ L., 1982, pp. 8-9).
Hasta ahora tenemos una sucinta presentación sobre la forma que tiene Sócrates de
“dialogar” y los requisitos mínimos que busca para que se establezca un diálogo como
tal y no derive en charlatanería. Ahora procedamos a profundizar el estilo y
características de su interlocutor.
1.1. Gorgias
Lo primero que llama la atención es la identificación que hace Platón entre la retórica y
el personaje histórico Gorgias, de hecho, el nombre completo por el cual se conoce la
obra es: “Gorgias o sobre la retórica”. También, hay que mencionar entre sus atributos
la ostentación que lo distingue como el sofista más influyente en la retórica, hecho que
al parecer no dejó pasar Platón, llegando incluso a poner en boca de él la definición de
la retórica (Cf., JIMÉNEZ, 2009, pp. 83-86).
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En cuanto a su estilo, éste se caracterizó por la introducción del novedoso uso de
técnicas poéticas en los discursos, lo cual tuvo una confrontación directa con el modo en
que se presentaba verbalmente la filosofía en dicha época.
La teoría retórica de Gorgias se enfrenta de raíz con la perspectiva
filosófica puesto que para Gorgias lo fundamental del discurso no es que
éste contenga la verdad, el logos, sino que lo característico del arte retórico
es la capacidad de persuasión, persuasión que podrá hacer pasar por
verdadero hechos ficticios, provocando, así, una ilusión. (JI,MÉNEZ, 2009,
p. 84)
Respecto a esto podemos desentrañar otra manera de operar de la retórica, la cual
consiste en la búsqueda de la persuasión más que en generar discursos que contengan o
pretendan contener la “verdad”. De alguna manera, esto se refleja en el siguiente
diálogo entre Querefonte y Gorgias:
QUER. –– Te comprendo y voy a interrogarle. Dime, Gorgias, ¿es verdad lo
que dice Calicles, que te ofreces voluntariamente a contestar a lo que se te
pregunte?
GORGIAS. –– Es verdad, Querefonte; así lo he proclamado hace un
momento y sostengo que durante muchos años nadie me ha presentado una
cuestión nueva para mí (PLATÓN, 2000, 447)
Podemos apreciar la evidente imposibilidad de dar respuesta a todos los asuntos, y aun
más, a los temas incipientes de aquella época. De hecho, Gorgias afirma que nadie
“durante muchos años” le ha presentado algún tema nuevo del cual dude. Claramente,
esto podría reflejar una pedantería intelectual en virtud de la “empeiría” que posee
Gorgias, sin embargo, procederemos a presentar otra lectura. Hasta el momento,
sabemos que Gorgias se ha autodenominado retórico, y en virtud de esto, él es capaz de
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contestar cualquier tipo de preguntas y persuadir. Sin embargo, Sócrates le hará
trastabillar su creencia y autoestima.
2. Tópicos aristotélicos y requisito Socrático versus la auto-denominación de
Gorgias: una aclaración.
Pues bien, si conectamos ambos estilos elocutivos, de entrada, podemos plantear una
pregunta que, en virtud de ella, nos arrojará el tipo de repuesta que amerita, y a la vez, si
su interlocutor puede contestarla correctamente: ¿Gorgias es un hombre de experiencia
o un technítes en sentido aristotélico?4 Recurrimos al Estagirita porque con su análisis
hecho en Metafísica nos entrega una conceptualización más específica aportando
distinciones y descripciones carentes en aquella época respecto a los tipos de saberes,
los cuales hubieran servido a ambos protagonistas para procesar correctamente la
naturaleza de lo preguntado, o mejor dicho, el sentido y el tipo de respuesta que se
espera de ellos (estas distinciones se detallarán en lo que sigue del trabajo). De esta
manera, aclarar y distinguir los requisitos expuestos por Sócrates y la correcta
clasificación dentro de la llamada “escala de los saberes” expuesta por Aristóteles,
hubiera ayudado a encauzar los límites dentro de los cuales se enmarca la retórica; y
esto a su vez, hubiera depurado, en virtud de esa escala de saberes, las preguntas hechas
por Sócrates a Gorgias. De hecho, recordemos la forma inquisitiva que tiene Sócrates de
preguntar (pythéstha), la cual busca siempre, y en virtud de lo señalado por Aristóteles,
la sabiduría; es decir, los principios y causas primeras de la retórica desde un plano
totalmente teórico.
Hasta aquí, Gorgias manipula o utiliza a la retórica, lo que es equivalente a decir, en la
diferenciación hecha más tarde por Aristóteles, que es hombre de experiencia, “Pues la
experiencia
hizo
al
arte,
como
dice
Polo,
y la
inexperiencia
al
azar”
(ARISTÓTELES,1990, 981a4-5). Como ya se enunció a través de los fragmentos de los
diálogos expuestos, Gorgias se presenta como un tipo
4
con experticia, exitoso y
En la época en que se realiza el diálogo no había clara diferenciación entre empeiría y téchne, por lo
cual, apelamos a la diferenciación hecha por Aristóteles para una clara dilucidación
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poseedor de un recurso llamado retórica, con el cual persuade a una audiencia.
Presentado así, resuena inmediatamente la diferencia hecha por Aristóteles de los
distintos tipos de saberes que distinguen al hombre de experiencia del que posee un arte,
algunas de ellas son: i) “Pues bien, para la vida práctica, la experiencia no parece ser en
nada inferior al arte, sino que incluso tiene más éxito los expertos que los que, sin
experiencia poseen el conocimiento teórico.” (ARISTÓTELES, 1990, 981a13-15); ii)
“Pues los expertos saben el qué, pero no el porqué. Aquellos, en cambio, conocen el
porqué y la causa.” (ARISTÓTELES, 1990, 981a28-30). Éstas y otras diferencias que
hace Aristóteles en los distintos estadios previos a la sabiduría están distinguidos, como
dice Vigo, bajo dos criterios fundamentales: 1) El criterio de universalidad y 2) El
criterio de causalidad (Cf., VIGO, 2006, p 139).
Esto cobra importancia en la medida que ponderamos la primera pregunta hecha por
Sócrates a Gorgias: “¿qué eres?” o “¿a qué te dedicas?” A lo que Gorgias responde,
orador. Sin embargo, Sócrates va más allá y sigue inquiriéndolo casi obligándolo a
exponer una explicación de manera pedagógica5 de lo qué es ser orador. Destaquemos
también el hecho de que esta pregunta viene precedida por el requisito −pedido por el
mismo Sócrates− de ser preciso, no en el sentido de especificar con una batería
abundante en detalles a la retórica, sino en respuestas cortas; incluso, le recomienda
seguir un determinado modelo: “Por ejemplo, si hiciera calzado respondería, sin duda,
que es zapatero; ¿no comprendes lo que digo?” (PLATÓN, 2000, 447d) A pesar de
cumplir dichos requisitos, no le parece suficiente a Sócrates y sigue preguntando y
exigiendo respuestas a Gorgias.
Ahora bien, si tomamos en cuenta la diferencia expuesta anteriormente por Aristóteles,
y, en concordancia con el modelo a seguir propuesto por Sócrates, estaríamos en la
obligación de dar término al diálogo por las siguientes razones: (i) la empeiría de la cual
se vale Gorgias es la retórica, cuyo propósito esencial, es persuadir; (ii) Gorgias se vale
de (i) y es exitoso; y (iii) si aceptamos los criterios expuestos por Aristóteles como
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Recordemos la capacidad pedagógica descrita por Aristóteles que se da por añadidura al conocer las
causas.
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válidos, debiéramos asumir que Gorgias es un hombre de experiencia, por lo cual, no
puede dar cuenta del porqué de su empeiría, ni tampoco teorizarla en demasía.
Principalmente porque es empresa del technítes dar un porqué, y del sabio, teorizarla.
Sin ir más lejos, y como ya se ha señalado, Sócrates sigue inquiriendo con preguntas a
Gorgias, las cuales, en la medida de lo posible, son respondidas. Sin embargo, al
considerar a Gorgias un hombre de empeiría en sentido aristotélico, sabemos ya que no
podrá dar una respuesta que deje satisfecho a Sócrates, por lo mismo, nuevamente
Sócrates dista de hacer este diálogo cooperativo, tal cual lo presenta Alejandro Vigo.
3. El diálogo cooperativo.
Ésta es una tesis planteada por Alejandro Vigo en la cual sostiene como una
característica común de los diálogos platónicos, sin excepción, la intensión abierta por
parte de los interlocutores para encontrar una serie de acuerdos que conlleven a la
dilucidación del tema a tratar. También es importante señalar que él, al igual que los
estudiosos que dieron el vuelco a una visión más holística, ve en la dimensión
lingüística de los diálogos platónicos un campo investigativo abundante e inexplorado.
De hecho, considera que tanto la corriente que intenta ver a un Platón sistemático, y la
derivacionista que ve a un Platón no-escrito, concuerdan, y a su vez, confirman al
análisis dialógico como un elemento central. (Cf., VIGO A., 2001, pp. 5-7) De hecho,
más que un vuelco de los estudios de Platón hacia esta mirada, se ha constituido en una
tendencia operante de la filosofía centro-europea concentrarse en el lenguaje:
En efecto, buena parte de las corrientes de pensamiento más influyentes en la
filosofía centroeuropea y, en particular la alemana, se caracterizan,
precisamente, por el rasgo compartido de buscar una nueva orientación, en el
intento por replantear y reelaborar algunos de los problemas fundamentales
de la filosofía, a partir de una recuperación de la dimensión dialógica en el
pensar filosófico. (VIGO A., 2001, p. 9).
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Hechas estas aclaraciones introductorias, Vigo pasa a estructurar las diferencias
existentes entre un diálogo formalizado y otro espontáneo y coloquial. En el primer
caso, el curso es reglado antes de dar comienzo al diálogo. En cambio, cuando éste se
da de manera espontánea, obviamente no se han hecho acuerdos previos de proceder, y
por lo mismo, se asume de entrada que éste correrá más o menos por dimensiones
previsibles, tal cual como lo es una conversación normal.
Pues bien, ahora el autor empezará a desplegar las razones que fundamentan un diálogo
cooperativo, y sobre todo, precisa al diálogo Gorgias como el texto en donde mejor
podemos apreciar esta característica. (Cf., VIGO A., 2001, p. 19) De hecho, Vigo, sin
mayor detenimiento asume de entrada que el diálogo entre ambos (Sócrates y Gorgias)
es una conversación, y además, espontánea. Asimismo, infiere sobre el diálogo de
Platón que la actitud de Calícles al retirarse y dejar de responder a las preguntas hechas
por Sócrates refugiándose en una actitud pasiva al modo de alguien que lo hace cuando
se percata de que su interlocutor está en la razón, o bien, de quien está dando sólidos
argumentos que resquebrajan lo sostenido sobre el tema a tratar, es una condición
necesaria para la existencia de un diálogo genuinamente cooperativo (Cf., VIGO A.,
2001, p. 22), y, “Que ambos interlocutores adopten una actitud que ve en el hallazgo de
la verdad sobre el asunto en cuestión, y no en la victoria a cualquier precio sobre el
interlocutor, el objetivo último del juego dialógico” (VIGO, 2001, p., 22).
Complementado con “la actitud inicial de veracidad deberá ser resignada, tarde o
temprano, en favor de la necesidad de persistir obstinadamente en las posiciones ya
asumidas expresadas en la discusión sin poder apartarse de ellas” (VIGO, 2001, p., 22)
Finalmente concluye diciendo “El verdadero diálogo presupone, pues, en su misma
posibilidad la opción por la cooperación. Pero ésta solo puede ser genuina, allí donde se
funda en una reconocida comunidad de intereses” (VIGO, 2001, p., 22) Y contrasta
estas características de un diálogo genuinamente cooperativo con la actitud erística
propia de los retóricos.
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4. Conclusiones.
Dada las características propias de un diálogo genuinamente cooperativo, las
características de una conversación y los requisitos y finalidad buscada por Sócrates
hacen creer que el texto Gorgias dista mucho de ser cooperativo como señala Vigo,
principalmente porque: (i) Gorgias no es un interlocutor válido para contestar las
preguntas hechas por Sócrates, esto, dada las características que da Aristóteles de un
hombre de empeiría, las cuales contrastan totalmente por las preguntas hechas por
Sócrates ¿qué eres…? ¿Qué es...? Preguntas que son más pertinentes realizarlas a un
technítes o un sabio. “Pues los expertos saben el qué pero no el porqué. Aquellos, en
cambio, conocen el porqué y la causa” (ARISTÓTELES, 1990, 981a28-30). Tampoco
es un charlatán, ya que él es exitoso persuadiendo, y esto no implica que tenga que
fundamentar cabalmente su experticia, siempre y cuando sea exitoso en dicha empresa.
(ii) Independiente de la invitación hecha por Sócrates a dialogar, tal cual la presenta
Vigo, esta difiere de ser tal, principalmente, porque coarta y formaliza el diálogo
estipulando dos requisitos que claramente disminuyen la capacidad de dar respuestas a
Gorgias dada su naturaleza de ser retórico. Además, recordemos que un requisito en los
diálogos platónicos es encontrar a la persona adecuada o experta en el tema que se
quiere tratar, por lo mismo, dista de ser un diálogo, siendo más apropiado llamarlo
pythéstha (Ver nota 7). (iii) Finalmente, la forma socrática – ser breve y preciso- coarta
en gran medida a Gorgias dada la forma retórica de expresarse, lo cual, también dista de
ser genuinamente cooperativo.
Bibliografía
Aristóteles, Metafísica, Madrid: Gredos, 1990. Trad. García Yebra V.
Dámasco López García, Teorías de la traducción: ontologías de textos. Editorial: Escuela de
traductores de Toledo. Año 1996, España.
Friedrich Schleiermache Sobre los diferentes métodos de traducir. Trad. Valentín García Yebra.
Editorial: Gredos. Año: 2000.
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Jiménez Martínez M., Pasión por el lenguaje. Orígenes retóricos del ensayo moderno,
Editorial: Complutense. España, 2009.
Platón, Gorgias , traductor: Calonge R.. Editorial: Gredos. Año 2000, España.
Gómez L., Gorgias. Editorial: Andrés Bello. Chile, 1982.
Vigo A., Platón: En torno a las condiciones y funciones del diálogo cooperativo. Revista
Tópicos, publicada en Argentina, N 8/9, año 2001.
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