LA VENTAJA DEL INCUMBENTE EN EL ÁMBITO SUBNACIONAL: UN ANÁLISIS DE LAS DOS ÚLTIMAS ELECCIONES MUNICIPALES EN PERÚ1 Beatriz Córdova2- [email protected] José [email protected] Resumen En la ciencia política contemporánea existe un prolífico debate sobre los determinantes de la proporción de votos que obtienen los candidatos a diversos cargos de elección popular. Algunos de estos estudios se han vinculado a las cualidades de los candidatos y especialmente a las posibles razones que podrían procurarles una mejor performance en los comicios electorales. La incumbencia ha sido señalada como una de las más fuertes variables explicativas, de manera que ha llegado a probarse que en ciertos contextos esta característica puede procurarles a los candidatos una ventaja sustantiva frente a los retadores, aún en escenarios altamente partidarizados. No obstante, algunos recientes estudios comprueban que la denominada ventaja del incumbente no es tal en escenarios en los que se manifiesta un menor grado de consolidación del sistema político y de partidos, llegándose incluso a concluir que esta característica reduce las posibilidades de elección de los candidatos. La presente investigación constituye el primer esfuerzo por introducir esta temática en el debate de la ciencia política peruana. Proponemos para ello un modelo metodológico que permitirá identificar el desempeño electoral de los candidatos a las alcaldías distritales y provinciales en dos momentos: el primero, cuando estos candidatos no postulaban a la reelección en el cargo (es decir, cuando aun no eran incumbentes) y uno segundo, en el que adquieren esta nómina. A la luz de los últimos hallazgos en la materia, probamos que los resultados en el Perú se asemejan a los del grupo de países en los que la incumbencia no supone una ventaja para los candidatos. Esperamos que esta primera aproximación genere un aporte sustantivo que pueda ser criticado, profundizado y ampliado por otras investigaciones, con lo cual contribuiríamos a su vez a ampliar el todavía reducido conocimiento que sobre la materia se ha desarrollado en países de América Latina. Palabras clave: Incumbencia, Ventaja electoral, competencia electoral, etc. 1 Versión borrador no citar sin permiso de los autores. Beatriz Córdova es análista político del Proyecto Infogob. 3 José Incio es analista político del proyecto Infogob y profesor del departamento de ciencias sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú. 2 1 Introducción Con el presente trabajo nos proponemos determinar si la incumbencia supone una condición ventajosa para los candidatos en una contienda electoral. Tal cuestionamiento surge después de la revisión de la vasta literatura que hace referencia a la denominada “ventaja del incumbente”, la cual ha sido extensamente estudiada para el caso de las elecciones locales y legislativas norteamericanas. De acuerdo al conjunto de teorías que la sustentan los incumbentes; es decir, los candidatos a la reelección consecutiva, concentran una serie de prerrogativas que les permiten participar de la contienda en condiciones más favorables que las del resto de participantes, generándose con ello un desbalance que podría traducirse en su final victoria. Tal como mencionamos, este fenómeno ha sido especialmente abordado en el contexto norteamericano, donde una serie de estudios coinciden en concluir con la creciente ventaja de los candidatos congresales a la reelección (Lee, 2001). Investigaciones más recientes confirman asimismo, que esta ventaja se hace también manifiesta en las elecciones municipales norteamericanas (Trounstine, 2011). A estos hallazgos le han sucedido un número cada vez más significativo de estudios que analizan el comportamiento del fenómeno en diversos contextos políticos, alcanzando conclusiones contradictorias. De acuerdo a estas investigaciones, en países como la India, Ghana y Brasil el efecto de la incumbencia se torna perjudicial para los candidatos a distintos cargos de elección popular. Una posible explicación se ha derivado de la diversidad de los escenarios de estos países, de manera que variables tales como el grado de consolidación del sistema político, así como las características propias del sistema de partidos serían elementos relevantes para determinar la suerte de estos candidatos. En este contexto, consideramos sustancial sumar esfuerzos que nos lleven a un mayor conocimiento de los alcances de este fenómeno en escenarios político-electorales heterogéneos, lo que a su vez puede contribuir a la posterior profundización en torno a las razones que explican la disparidad de los hallazgos en relación al efecto de la incumbencia sobre el respaldo a las candidaturas electorales y, de otro lado, atender la necesidad real de confrontar las reflexiones empíricas que sobre el particular puedan generarse, con análisis que nos permitan confirmar o desechar hipótesis de manera certera. Creemos asimismo, que las conclusiones que se ofrecen en este trabajo nos llevarán a un mayor conocimiento de las características del electorado nacional (al relacionarnos con la influencia que ejerce la incumbencia sobre el proceso de toma de decisiones) y del sistema político (cuya base puede sustentarse más en lazos partidarios o personalistas) y, finalmente, abriría un espacio de discusión para posteriores estudios 2 que tengan como objetivo identificar las variaciones de nuestros hallazgos a nivel subnacional con los de otros niveles de gobierno. Precisiones conceptuales Antes de continuar, algunas precisiones sobre los conceptos clave de nuestro estudio (incumbencia y ventaja) resultan pertinentes. La incumbencia es un fenómeno que da cuenta de la presencia de candidatos a la reelección en los comicios para la elección de autoridades, quienes constituyen el grupo de candidatos denominados “incumbentes”. Sin embargo, cabe señalar que si bien en este estudio entendemos la incumbencia como un atributo que afecta a los candidatos, en parte de la literatura sobre este fenómeno las mediciones se han hecho en base a la presencia o no de los partidos políticos incumbentes; es decir, los partidos que buscaron permanecer en el poder por un periodo consecutivo de funciones. En contraste, el objetivo de este trabajo está en identificar la existencia o no de una ventaja que pueda generar para un candidato el haber sido previamente electo a un cargo de elección popular, independientemente de la organización política que lo respalda. Esta disociación es especialmente relevante en un contexto en el que, al no haberse consolidado un sistema de partidos, las organizaciones políticas que lideran las preferencias electorales en un proceso determinado pueden bien estar extintas al siguiente; más aun cuando en los ámbitos provincial y distrital se presentan en la contienda un número considerable de agrupaciones de alcance local, organizaciones que pierden automáticamente su inscripción después de transcurrido el proceso eleccionario. Una ventaja adicional de este enfoque “personal” de la incumbencia es que permite confrontarla con los resultados de la reelección de autoridades, lo que visto desde un enfoque “organizacional” sería imposible. Debemos precisar además que el término, tal como aquí se plantea resulta aplicable bajo estas dos condiciones a) el cargo de elección popular al que se presenta un incumbente es el mismo por el que compitió anteriormente resultando electo, b) la postulación a la reelección no solo es consecutiva, sino que el incumbente se halla en pleno ejercicio de sus funciones como representante durante el trascurso de la contienda electoral. Este último punto es de especial relevancia puesto que, aunque podría suponerse que las ventajas de las que goza un candidato a la reelección son trasladables al mismo aun cuando este haya estado alejado del cargo durante un periodo de funciones, muchas de las posibles causas que explicarían su posible ventaja tienen su base en la continuidad en el cargo; de ello se deduce que, de no discriminar estos casos en nuestro cálculo, podríamos modificar de manera considerable sus resultados. Atendiendo a esta premisa y con el fin de asegurarnos que todas nuestras unidades de estudio se asemejen lo más posible, hemos apartado del cálculo a aquellos incumbentes que aunque electos en los comicios ordinarios previos, fueron separados 3 del cargo ya sea por incurrir en alguna de las causales de vacancia contempladas en la legislación4 o por destitución directa mediante consulta popular de revocatoria ya que, como resulta evidente, estas autoridades no se encontraban en funciones durante el desarrollo del proceso electoral. Cabe precisar asimismo, que aún persiste cierta controversia en cuanto al uso de los términos incumbencia e incumbente, prestamos de los vocablos ingleses “incumbency” e “incumbent”; traducciones que no son aceptadas por la RAE según la acepción que aquí denotan, pero que ya han encontrado usanza en estudios en el campo politológico en los últimos años5. De otro lado, por ventaja electoral nos referimos a la condición favorable que un candidato tiene en relación al resto, viéndose en una posición más propicia para ganar un proceso electoral determinado. Desde el punto de vista aquí presentado, ventaja no es sinónimo de triunfo electoral. Si bien esta supone para los incumbentes una posición de partida más favorable, ello no significa que las estrategias desplegadas por los opositores en campaña no puedan contrarrestarla. La gran mayoría de los trabajos que se citan aquí vinculan ambos conceptos, lo que consideramos aplicable únicamente a ciertos contextos políticoelectorales, tal como explicaremos posteriormente. Incumbencia y Reelección en el Perú A excepción de la Presidencia de la República, en el Perú todos los cargos de elección popular son susceptibles de reelección consecutiva indefinida6, por lo que podríamos tratar de identificar la existencia de una ventaja para los incumbentes postulantes en distintos niveles de gobierno. En esta oportunidad nos centramos en el ámbito subnacional -probablemente el que menos interés ha suscitado en los estudios politológicos- en cuanto además de ofrecer un número bastante significativo de casos, nos permite un acercamiento más próximo a la realidad de cada localidad, en tanto los niveles distrital y provincial son en los que se manifiestan con más fuerza las particularidades de cada circunscripción. Cabe resaltar además que a pesar que el tipo de elección en las contiendas municipales en el Perú es por lista, son competiciones altamente personalizadas, lo que queda evidenciado durante las campañas electorales. Las Presidencias Regionales ofrecen también un número importante de casos en los que se manifiesta una elección altamente personalizada; sin embargo, mientras que para postular al 4 Artículo 22 de la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley 27972. Podemos mencionar los estudios sobre fragmentación electoral e incumbencia de Toro, Morales y Piñeiro (2011), y de Hormazabal (2010), quien estudia los efectos de la incumbencia femenina en los congresos latinoamericanos. 6 Art. 112 de la Constitución política del Perú, modificado por la ley 27365 del 05 de noviembre del año 2000. 5 4 cargo de alcalde, no se presentan incompatibilidades con la permanencia de la autoridad en el cargo durante el desarrollo del proceso electoral, los presidentes regionales que deseen postular a los comicios siguientes deben solicitar su licencia sin goce de haber durante los meses previos al día de la elección. La incumbencia y la reelección son fenómenos que pueden o no estar asociados pues, en todo caso, el segundo es una de las posibles consecuencias del primero. Sin embargo, mientras que la reelección ha sido una temática ampliamente abordada en los estudios electorales de la región, la incumbencia ha suscitado un interés menos preponderante. Esta realidad se muestra contraria a la magnitud de la presencia de incumbentes en las contiendas electorales. Así tenemos que, en las elecciones locales del 2006 postularon a la reelección 1039 de los 1634 alcaldes distritales que fueron electos en el año 2002, mientras que en las elecciones municipales 2010 postularon 990 de los 1638 electos en el 20067. Asimismo, 121 y 126 alcaldes provinciales tentaron la reelección en el 2006 y 2010, respectivamente, de un total de 195. Cuadro 1. Tasa de candidatos incumbentes a nivel distrital y provincial8 Distrital: 20022006 20062010 Total N° de candidatos Incumbentes % de de candidatos Incumbentes 1634 1039 63.6% 1638 990 60.4% Provincial: 20022006 20062010 Total N° de candidatos Incumbentes % de de candidatos Incumbentes 195 121 62.1% 125 64.1% 195 Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia 7 Las variaciones en el número de circunscripciones a nivel distrital se debe a la creación de 5 nuevos distritos entre los años 2006 y 2010. Asimismo, en este último proceso fueron anuladas de manera consecutiva tres elecciones en el distrito de Huacachi en Huari, Áncash; por lo que esta circunscripción no ha sido considerada en nuestro cálculo. 8 Esta tasa se ha calculado en base al total de alcaldes electos que postularon a la reelección, incluyendo a quienes no concluyeron su cargo por incurrir en causal de vacancia o por haber sido revocados del cargo. 5 No obstante, el porcentaje de autoridades efectivamente reelectas muestra porcentajes menos alentadores. Del total de 1039 candidatos incumbentes para las elecciones distritales del 2006 solo 366 consiguieron la reelección; mientras que en las elecciones distritales 2010, 329 candidatos incumbentes triunfaron en sus respectivas circunscripciones. Así también, en el ámbito provincial las tasas de reelección ascendieron a 22.31% y 27.20% en los dos últimos procesos electorales. Cuadro 2. Tasa de reelección a nivel distrital y provincial Distrital: Total Incumbentes N° de alcaldes reelectos % de Alcaldes reelectos 2002-2006 1039 366 35.22% 2006-2010 990 329 33.23% Total Incumbentes N° de Alcaldes reelectos % de Alcaldes reelectos 195 195 27 34 22.31% 27.20% Provincial: 2002-2006 2006-2010 Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia De otro lado, El Callao se muestra como el único departamento en el que la totalidad de los alcaldes distritales que postularon a la reelección, lograron la victoria en sus respectivas circunscripciones, si bien cabe destacar que el Callao es el departamento que agrupa el menor número de distritos, por lo que solo se presentaron 3 y 2 casos en el 2006 y 2010, respectivamente. Situación contraria ocurre con Madre de Dios (2006) y Puno (2006 y 2010), departamentos donde los alcaldes que tientan su permanencia por un periodo de funciones adicional, son los que han obtenido la menor cantidad de victorias. 6 Cuadro 3. Tasa de reelección a nivel distrital, según departamento Departamento AMAZONAS ANCASH APURIMAC AREQUIPA AYACUCHO CAJAMARCA CALLAO CUSCO HUANCAVELICA HUANUCO ICA JUNIN LA LIBERTAD LAMBAYEQUE LIMA LORETO MADRE DE DIOS MOQUEGUA PASCO PIURA PUNO SAN MARTIN TACNA TUMBES UCAYALI % de Alcaldes % de Alcaldes Reelectos Reelectos 36.36% 29.79% 37.37% 22.99% 16.22% 38.71% 37.66% 36.11% 28.33% 26.92% 45.83% 27.87% 100.00% 100.00% 33.33% 16.22% 20.51% 35.71% 25.64% 25.00% 41.94% 46.88% 38.67% 30.38% 38.64% 52.63% 38.46% 25.00% 38.39% 45.24% 36.84% 19.35% 0.00% 33.33% 23.08% 38.46% 30.00% 20.00% 29.55% 40.00% 13.33% 14.29% 40.48% 36.11% 55.56% 36.36% 28.57% 33.33% 42.86% 85.71% Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Estos primeros datos indican que existe una tasa mucho más amplia de candidatos incumbentes que de autoridades reelectas, de manera que menos del 28% del total de alcaldes provinciales y 36% de los distritales que postularon a la reelección en los dos últimos comicios obtuvieron los más altos porcentajes de respaldo en sus localidades; lo que contrasta con el más de 60% que intentó mantenerse un periodo de funciones consecutivo en la alcaldía. Estos datos si bien no logran aproximarnos a la concepción de “ventaja electoral”, si nos ofrecen un interesante panorama de partida para el análisis de la situación de la incumbencia y la reelección como fenómenos electorales en el contexto de las 7 elecciones locales peruanas. Como podemos observar, la incumbencia es una característica relevante de nuestro sistema electoral y presente casi homogéneamente en todas los departamentos del país, lo que confirma la necesidad de profundizar en los posibles efectos positivos o adversos que esta característica puede tener sobre el desempeño final de los candidatos. Antes de operacionalizar nuestro fenómeno de estudio, es conveniente hacer referencia a algunas de las principales investigaciones que ofrecen un variado repertorio de hallazgos y explicaciones de este fenómeno y que fueron las que despertaron el interés por encontrar respuestas específicas para el caso peruano. Ventaja del Incumbente El hecho que la incumbencia sea un elemento favorable para que un candidato tenga mayor oportunidad de victoria, ha sido un fenómeno ampliamente estudiado desde varias perspectivas teóricas y medidas desde variadas aproximaciones metodológicas. Así, la larga lista incluye estudios pioneros como los de Erickson (1971), Burnham (1974) y Ferejohn (1977)- que relacionaron el declive de la competencia electoral con la amplia ventaja de los incumbentes- hasta las investigaciones desarrolladas por Linden (2004), Uppal (2005), Titiunik (2009) que muestran resultados interesantes en otras democracias del globo, las cuales entran en conflicto con los hallazgos recogidos con la teoría precedente. La consistencia de los resultados en diversas investigaciones centradas en el caso norteamericano, llevaron a determinar que para este contexto en específico si existe una clara ventaja para los incumbentes, motivo por el que hoy constituye una de las principales variables sobre las cuales se establecen estrategias de campaña oficialistas y opositoras. En las últimas décadas, la profundización en la materia llevó a la proliferación de estudios dirigidos a encontrar las causas de la ventaja electoral de la que gozan los incumbentes. Algunas de estas investigaciones argumentan que el control de los recursos del gobierno acerca a los candidatos a la reelección con la ciudadanía, por lo que se encuentran en una posición más favorable para atender sus demandas. Al hallarse en el cargo, el incumbente conoce las necesidades de sus representados, por lo que puede tomar decisiones que beneficien directamente a sus electores a través de la prestación de servicios y otros mecanismos. En cuanto más grande sea el acceso a recursos que satisfagan a los votantes, más fuerte es la ventaja del incumbente (Hirano and Snyder 2007; Berry et al 2000; Carey et al 2000, Cox and Morgenstern 1993). Se han considerado además los beneficios derivados del poder que el incumbente ya posee y que ha sido acumulado a lo largo de sus años como autoridad de manera que, mientras que para los opositores es más complicado montar una campaña electoral en el distrito, para el incumbente es generalmente menos costoso buscar la reelección debido a que concentran mayores privilegios de publicidad y cobertura en medios; además de la capacidad de generar relaciones con grupos de interés influyentes. En 8 este sentido, Abramowitz (1991) concluye que la competencia en las elecciones para el senado norteamericano se redujo debido a los crecientes costos de campaña y la poca capacidad de los retadores para recaudar fondos. En casos extremos, el acceso a recursos que incrementan las chances de reelección de los candidatos incluye el uso de bienes de propiedad del estado- vehículos, empleados, planes, fondos- como recursos privados para la puesta en marcha de la campaña (Gardner 1991). Adicionalmente, el mayor grado de recordación del cual gozan los incumbentes como consecuencia de su permanencia en el poder constituye un elemento favorable que, sumado a la desinformación, genera notables ventajas para el incumbente al actuar incluso como “sustituto” del lazo partidario. Esto se corrobora con los hallazgos de Schaffner (2001) quien ha probado que las elecciones no partidarias tienden a generar mayores ventajas para los incumbentes en relación a las contiendas altamente partidarizadas, debido a que los electores se valen de la heurística ante la ausencia de marcas partidarias. Un segundo grupo de teorías se centran más bien en la estrategia de participación de los actores en contienda, quienes evalúan sus chances de ganar. Por ejemplo, Levitt y Wolfram (1997) muestran que el efecto ventajoso de la incumbencia se debe a la capacidad de los candidatos a la reelección para amedrentar a retadores altamente calificados, los cuales al ver reducida su oportunidad de victoria optan por esperar un escenario más favorable en una próxima elección. El retiro estratégico explica como incumbentes que perciben pocas posibilidades de éxito preferirán retirarse de la contienda antes que enfrentar una derrota. Por ejemplo, Jacobson (1983) descubrió que los candidatos a la reelección que ganaron su primera contienda por márgenes ajustados de ventaja son más vulnerables y que, por tanto atraen retadores altamente calificados. Asimismo, de acuerdo a Lazarus (2008), los retadores experimentados suelen participar en contiendas en las que tienen posibilidades reales de triunfo dado que arriesgan mucho en términos de reputación en caso de una derrota. El efecto de la incumbencia en el comportamiento del elector ha sido incluido entre las explicaciones al fenómeno de la ventaja de los candidatos a la reelección. Ferejohn (1977) concluye que las normas rectoras durante el proceso de toma de decisiones en el elector están determinadas entre otras, por el desempeño del incumbente. En este grupo se incluyen también investigaciones como la presentada por Eckles y Schaffner (2010), quienes demuestran que los electores menos tolerantes al riesgo sobrevaloraran al incumbente en relación al candidato opositor, aun cuando perciban mayor afinidad ideológica con este último. Ya en 1983, Campbell sostenía que la presencia de un incumbente involucra cambios en las evaluaciones de los candidatos por parte de los electores, especialmente tornando las evaluaciones más positivas hacia los candidatos a la reelección. 9 Otra línea de pensamiento, se muestra contraria a la idea de que la asunción previa del cargo le genere al incumbente mayores probabilidades de éxito y que estos ganan con mayor facilidad en la medida que son mejores candidatos. Calificado por Trounstine (2011) como “la mirada positiva de la ventaja del incumbente…”, esta visión se sostiene en que los incumbentes son mejores políticos y seleccionan estrategias de reelección exitosas; es decir, los incumbentes mantienen ventaja sobre sus opositores, simplemente, porque son buenos en lo que hacen (Zaller 1998). Por otra parte, es necesario anotar el conocimiento generalizado sobre la ventaja de la que gozan los incumbentes, revisada brevemente en este trabajo, ha sido desafiada por los hallazgos de Titiunik (2009), Brambor y Ceneviva (2011) y Ryff (2012) en Brasil, Linden (2004) y Uppal (2005) en la India y Rix (1984) en Latinoamérica, estudios en los que se sostiene que, por el contrario a lo expuesto hasta aquí, los incumbentes no solo no gozan de ventaja sino que además tienen menores posibilidades de resultar electos en el proceso consecutivo. Ante el creciente número de investigaciones que prueban los efectos adversos de la incumbencia en países distintos del norteamericano, nos sumamos a la hipótesis que la incumbencia no genera una ventaja para los candidatos en el Perú. Creemos que las condiciones del sistema político y de partidos tiene una influencia importante sobre esta relación, por lo que es propicio asumir que los resultados nacionales tendrán mayor correspondencia con este último grupo de países. Operacionalización de Ventaja y Metodología. Los trabajos sobre la incumbencia y la discusión desde la ciencia política sobre este fenómeno ha generado un intenso y prolífico debate que ha tenido como resultado una producción tanto teórica sobre metodológica invaluable. En esta sección revisaremos las diversas propuestas metodológicas para medir la ventaja del incumbente, seguidamente explicaremos la forma como operacionalizamos la ventaja para los fines de este trabajo, y la metodología para poder probar nuestra hipótesis de trabajo. Finalmente mostramos los resultados del análisis de los datos, los cuales nos llevaran a esbozar las conclusiones de este trabajo. Formas de medir la ventaja del incumbente. La ventaja del incumbente, se ha medido en trabajos clásicos con dos medidas conocidas como sophomore surge y retirement slump. El primero se define como la ganancia en votos que ocurre cuando un candidato que ganó en una elección x por vez primera va a la reelección, mientras que el segundo mide la caída en la proporción de votos obtenida por el partido cuando la autoridad decide no volver a postular, es decir, cuando el partido defiende el escaño con un no incumbente. De este trabajo clásico se han desprendido diversas formas de medir la ventaja del incumbente y se han presentado metodologías y enfoques diferentes. 10 Andrew Gelman y Gary King (1990), proponen una revisión a la forma como se había medido hasta ese entonces la ventaja del incumbente, postulan que las medidas mencionadas presentan sesgos y el sophomore surge en particular subestima el verdadero efecto de la incumbencia (1990; 1147). La propuesta de los autores es corregir esos sesgos usando las variaciones nacionales de los votos obtenidos por el partido demócrata y republicano. El trabajo de Gelman y King es aleccionador para no caer en el error de generar medidas con sesgo que luego sobreestimen o subestimen la ventaja del incumbente. Sin embargo no es fácil el tránsito de la metodología propuesta por los autores al caso peruano, debido a que este estudio está diseñado para las elecciones congresales norteamericanas, por lo que la metodología planteada se adecua a las especificidades del sistema bipartidista. Otro hito importante con respecto a la medición de la ventaja del incumbente es el trabajo de Lee (2001). Usando datos de la elección de la cámara de representantes desde 1946 a 1998 propone usar estimaciones cuasi-experimentales para calcular la ventaja del incumbente. Su propuesta radica en comparar los resultados de dos candidatos que compiten por un cargo en el tiempo x, quedando muy cercanos en los porcentajes de votos obtenidos y que vuelven a enfrentarse en el tiempo x+1, pero en esta última elección uno de ellos es incumbente. El objetivo de Lee es probar el efecto causal de la incumbencia sobre el éxito electoral, para lo cual utiliza la técnica de regresión discontinua9, llegando a la conclusión de que el atributo de ser incumbente tiene un efecto positivo sobre la probabilidad de ser reelecto. (Lee 2001: 23). El objetivo de Lee abarca más aspectos que los propuestos en este trabajo, que es probar la existencia de una ventaja del incumbente no llegamos a probar su efecto causal sobre la probabilidad de ser reelecto o no10. Por otra parte, Ashworth y Bueno de Mesquita (2008) prueban un modelo de selección del elector, con la finalidad de probar la ventaja del incumbente asumiendo una diferencia cualitativa de este sobre el candidato retador. Ellos operacionalizan la ventaja del incumbente como la diferencia esperada entre la probabilidad del partido P de ganar las elecciones con un incumbente y la probabilidad de ganar las elecciones en un circunscrpción sin incumbente. El aporte de este trabajo se centra en que buscan estimar estas ventajas dependiendo de la posición ideológica del candidato, derecha – izquierda y la habilidad del mismo, poniendo a prueba distintas proposiciones con respecto a la distribución de la ventaja del incumbente, y su relación con posiciones ideológicas o características del sistema político. 9 Para mayor información sobre esta técnica ver http://www.socialresearchmethods.net/kb/quasird.php Lee introduce el uso de la técnica de regresión discontinua para el estudio del efecto del incumbente lo que ha sido replicado en distintos estudios como en el Linden (2004) que prueba un efecto adverso de los incumbentes 10 11 Asimismo, como mencionáramos con anterioridad, el estudio de la ventaja del incumbente y sus diversos efectos para América Latina ha generado esfuerzos destacables como el de Titiunik(2009) y Brambor & Ceneviva (2011) cuyos trabajos versan sobre las elecciones de alcaldes en los municipios brasileros. En ambos trabajos se busca medir el efecto de la incumbencia sobre la captación de votos en las elecciones municipales. Titiunik centra sus esfuerzos en tomar como unidades de análisis los partidos políticos y utiliza la técnica de la regresión discontinua, por su parte Brambor y Ceneviva se centran en el candidato y utilizan comparaciones sucesivas para medir el efecto de la condición de incumbente sobre la probabilidad de ser reelecto. La metodología difiere pero las conclusiones son similares: ambos encuentran que en Brasil la condición de incumbente no representa una ventaja para ser reelegido, conclusión que se suma a la propuesta por Linden (2004) para India; lo que al parecer podría ser un patrón para los países en desarrollo. Ventaja del Incumbente en el Perú En este trabajo exploramos la pregunta ¿Tiene ventaja el incumbente como tal en las elecciones distritales y provinciales peruanas? Sí la respuesta es afirmativa nos interesa estimar ¿Cuánta ventaja tiene el incumbente como tal? Ambas preguntas propuestas nos exigen delimitar el fenómeno y aclarar algunas limitaciones y supuestos bajo los que trabajamos. No estamos estudiando ni calculando el efecto de la ventaja del incumbente en su probabilidad de ser reelecto. Correspondiendo lo anterior, asumimos que la existencia de ventaja no implica que el incumbente gane la elección. No estamos calculando la fuente de la ventaja del incumbente, en la primera parte de este trabajo se han presentado las diferentes teorías que buscan explicar las razones de la ventaja. En un modelo simple que busca explicar la ventaja electoral tenemos la siguiente ecuación. Y p Donde Y = Al resultado en proporción de votación. = Proporción obtenida por características personales del incumbente como candidato. 12 = Proporción obtenida por cualquier otro factor que no sea por el hecho de ser incumbente ni tampoco por las condiciones personales del incumbente como candidato. p = Proporción obtenida por el hecho de ser incumbente. Si se da que: p 0 entonces podríamos afirmar que se presenta ventaja del incumbente, p 0 entonces podríamos afirmar que no se presenta ventaja del incumbente p 0 entonces podríamos afirmar que la condición de incumbente perjudica al candidato. Despejando tendríamos: p Y El reto es poder encontrar los valores que representan “ ” y “ ”. Una primera forma de acercarnos a este cálculo es asumiendo primero que las características personales del incumbente y los “otros” factores que puedan influir en la obtención de votos, son estables en el tiempo. Tomando como cierto este supuesto, bien podríamos emparejar “ ” y “ ” con la votación del incumbente cuando se presentó como candidato en la primera oportunidad contando como aleatorios los diversos factores restantes. Con lo mencionado en el párrafo anterior entonces p sería el resultado de la resta entre la votación obtenida por el incumbente cuando fue candidato por primera vez y cuando se presenta como incumbente. Como se puede apreciar, esta medida corresponde a la propuesta por Erickson (1971) a través del sophomore surge. Hemos calculado p tomando los candidatos incumbentes para el año 2006 y 2010, para las elecciones distritales y provinciales, y hemos excluido a los que fueron elegidos en el periodo anterior pero fueron vacados o revocados del cargo. Hallazgos a nivel distrital. Analizando la información para el nivel distrital tenemos que, en promedio, la ventaja del incumbente para ambos años es negativa, e incluso muestra un incremento para el 2010. 13 Cuadro 1: Estadísticos descriptivos de la ventaja del incumbente a nivel distrital (p) Promedio Mediana Desviación Mínimo Máximo 2006 -3.99% -3.90% 2010 -6.26% -6.35% 13.1% 12.7% -0.568 0.549 -0.544 5780 Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Gráfico 1: Descriptivos de la ventaja del incumbente (p) Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia 14 Cuadro 2: Diferencias promedio de “p” por región para el 2006 y 2010. AMAZONAS ANCASH APURIMAC AREQUIPA AYACUCHO CAJAMARCA CALLAO CUSCO HUANCAVELICA HUANUCO ICA JUNIN LA LIBERTAD LAMBAYEQUE LIMA LORETO MADRE DE DIOS MOQUEGUA PASCO PIURA PUNO SAN MARTIN TACNA TUMBES UCAYALI Totales Casos 55 96 35 74 60 93 3 52 38 39 31 75 43 23 104 19 2 13 10 41 30 41 18 7 7 dif2006 -7.61% -2.12% -8.52% -5.19% -8.38% -2.23% 20.83% -3.15% -7.05% -5.91% 1.22% -1.71% -7.08% -6.44% -1.38% -4.36% -30.50% -4.98% -5.00% 0.49% -5.11% -6.52% -3.64% -4.00% 3.90% Casos 45 75 30 69 51 56 2 34 40 27 29 77 54 27 113 29 3 11 10 44 29 36 10 8 7 dif2010 -5.71% -7.25% -10.56% -7.52% -5.55% -9.31% 0.25% -8.80% -5.45% -4.38% -2.20% -7.32% -1.57% -3.98% -4.32% -10.63% -0.47% -3.22% -8.47% -5.70% -11.70% -6.87% -7.26% -4.96% 3.44% 1009 -3.99% 916 -6.26% Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Se puede apreciar en el Cuadro 2, que en la mayoría de departamentos se cumple la tendencia general, exceptuando Ucayali y Callao, donde encontramos que en promedio los incumbentes si presentarían ventaja. Sin embargo en ambos lugares esta ventaja se ha reducido considerablemente, sobre todo en el Callao, circunscripción en la que la ventaja se redujo en casi 20 puntos porcentuales entre los procesos electorales 2006 y 2010. Gráfico 2: Cuadro de dispersión votaciones de incumbentes 2006-2010. 15 Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Como se muestra en el Gráfico 2, la votación obtenida por los incumbentes de los años 2006 y 2010, están ligeramente correlacionadas. El puntaje de pearson es de 0.42 y 0.44 respectivamente. Si bien la relación es directa, esto no se contradice con la pérdida de puntos de un momento a otro. Hallazgos a nivel provincial. De los Cuadros 3 y 4 se desprende que los resultados a nivel provincial son consistentes con los del nivel distrital; no obstante, en comparación con este, los promedios provinciales para el año 2006 muestran una mayor “desventaja” del incumbente. Además, siguiendo la tendencia, para el 2010 las diferencias negativas aumentan. En el Cuadro 4 se aprecia que en la mayoría de los casos las diferencias negativas aumentan, salvo el caso de Lambayeque. Por otro lado, para el 2006, solo en Piura y Tumbes los incumbentes habrían logrado ventaja.11 11 En el caso provincial la correlación entre las votaciones es aún menor que en el nivel distrital. Pearson= 0.32 y 0.37, para el 2006 y 2010 respectivamente. 16 Cuadro 3: Estadísticos descriptivos de la ventaja del incumbente a nivel provincial (p) 2006 2010 Promedio -6.06% -9.77% Mediana -6.90% -10.70% -10.51% -10.53% Mínimo -34.10% -35.40% Máximo 29.90% 17.40% Desviación Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Cuadro 4: Diferencias promedios “p” por región para el 2006 y 2010. Departamentos Casos Dif2006 Casos Dif2010 AMAZONAS 6 -3.18% 6 -13.87% ANCASH 14 -3.75% 13 -16.11% APURIMAC 4 -9.07% 6 -15.33% AREQUIPA 6 -8.08% 7 -6.09% AYACUCHO 3 -4.44% 7 -10.20% CAJAMARCA 12 -7.83% 8 -10.28% CUSCO 12 -6.79% 4 -6.46% HUANCAVELICA 5 -2.90% 4 -1.62% HUANUCO 4 -10.74% 6 -7.35% ICA 3 -7.52% 4 -7.46% JUNIN 2 -22.19% 7 -5.73% LA LIBERTAD 6 -6.89% 7 -10.21% LAMBAYEQUE 2 -8.41% 3 2.02% LIMA 10 -2.41% 6 -5.18% LORETO 4 -3.41% 5 -13.09% MADRE DE DIOS 0 0.00% 3 -11.76% MOQUEGUA 2 -10.09% 1 1.63% PASCO 2 -6.00% 1 -14.85% PIURA 5 4.01% 6 -7.92% PUNO 5 -6.16% 5 -5.82% SAN MARTIN 5 -3.22% 8 -15.55% TACNA 4 -10.52% 2 -16.05% TUMBES 1 2.78% 2 -12.68% UCAYALI 4 -18.77% 4 -6.42% Total general 121 -6.10% 125 -0.0977408 Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia 17 “Doble Incumbencia” Con la finalidad de confirmar el patrón, hemos analizado los casos que llamamos “doble incumbencia”, es decir aquellos casos en los cuales el incumbente para el 2006, gana las elecciones y se lanza nuevamente en las elecciones del 2010. En el nivel provincial solo se han presentado 21 casos de doble incumbencia, en tanto que en el distrital 16912. El Cuadro 5 y Gráfico 3, confirman la tendencia: si bien en promedio los doble incumbentes lograron una ventaja para el 2006, para la elección del 2010 la caída fue bastante fuerte: casi 11% en el nivel provincial y 9% en el distrital. Además, la caída se mantine cuando comparamos los resultados del 2010 con los del 2002; es decir, estos candidatos perdieron varios puntos más, excediendo lo ganado en el 2006. Cuadro 5: Resultados de doble incumbencia Provincial Distrital Incumbentes Incumbentes Incumbentes N° de Casos 2006-2002 2010-2006 2010-2002 21 7.04% -10.70% -5.78% 169 6.02% -8.92% -2.02% Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Gráfico 3: Líneas de tendencia de los porcentajes obtenidos por el “doble incumbente” Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia 12 169 es un número bajo comparados con los casi mil casos registrados a nivel nacional para el 2006. 18 Incumbente exitoso: Lo que se ha analizado es el fenómeno de la incumbencia con la finalidad de poder despejar la duda si realmente existe una ventaja o no del incumbente para el caso peruano. Aunque los resultados muestran un patrón consistente con respecto a una desventaja en la condición de incumbente, es preciso hacer una distinción entre los incumbentes exitosos y lo no exitosos, entendiendo por los primeros a aquellos que logran la reelección. En el Cuadro 6 podemos apreciar que la mayoría de incumbentes pertenecen al grupo de los NO exitosos, tanto en el ámbito distrital como en el provincial. Cuadro 6 : Incumbentes exitosos vs. Incumbentes No exitosos. Distrital: Incumbentes Incumbentes Incumbentes 2006 2010 2006-2010 Exitosos 366 329 62 No exitosos 640 587 107 1009 916 169 Provincial: Incumbentes Incumbentes Incumbentes 2006 2010 2006-2010 Exitosos 27 34 14 No exitosos 94 91 7 121 125 21 Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Si analizamos la ventaja del incumbente como la hemos definido en este trabajo, podemos encontrar que el patrón es distinto para el grupo de incumbentes exitosos. Como se puede apreciar en el Cuadro 7, si tomamos solo a los incumbentes exitosos la diferencia (p) se torna positiva. Sin embargo estas diferencias se reducen de una elección a otra, confirmando la tendencia encontrada (negativa). 19 En el Cuadro 8 comparamos la votaciones de los electos según tipo, incumbentes y no incumbentes, y encontramos que los reelectos (incumbentes exitosos) obtienen en promedio mayor votación que los no incumbentes. Una posible causa de este comportamiento podría estar determinado por los efectos que genera la presencia del incumbente sobre el sistema político; sin embargo esta pregunta escapa al objetivo del presente trabajo. Cuadro 7: Ventaja del incumbente exitoso (p) Distrital Provincial 2006 4.50% 5.35% 2010 2.35% -1.45% Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Cuadro 8: Promedio de Votos obtenidos por los alcaldes electos, según tipo PROVINCIAL: 2006 Doble incumbente Incumbente No incumbente 35.48% 29.09% 2010 33.13% 30.37% 29.79% DISTRITAL: 2006 Doble incumbente Incumbente No incumbente 39.67% 33.11% 2010 42.75% 40.17% 34.8% Fuente: JNE- INFOGOB Elaboración propia Conclusiones Los hallazgos en el ámbito subnacional sugieren una consistente desventaja para los incumbentes quienes, tanto en las elecciones distritales como en las provinciales, pierden el respaldo de la ciudadanía respecto de la elección previa, en la que no gozaban de los beneficios propuestos por la teoría, tales como el reconocimiento, financiamiento, poder de amedrentamiento, entre otros. Los resultados para el caso peruano se condicen con los últimos estudios desarrollados para medir la ventaja de los incumbentes en sistemas políticos y de partidos menos consolidados, entre los que se citan diversos países de Latinoamérica, Asia y África. 20 Esta podría resultar una explicación pausible de las marcadas diferencias entre este grupo de países y los hallazgos ampliamente documentados para el caso de Estados Unidos, en el que se ha probado una creciente ventaja para los incumbentes en los diferentes niveles de representación nacional y subnacional. Si bien se muestran resultados consistentes en los niveles distrital y provincial para ambos años de estudio, es preciso destacar la marcada diferencia establecida por el grupo de “incumbentes exitosos” quienes no solo mantuvieron altos márgenes de ventaja sino que, en gran proporción, lograron la reelección. El análisis desarrollado en este espacio revela, sin embargo, que la ventaja obtenida por los incumbentes exitosos no tiene relación con el hecho de haber ocupado el cargo con anterioridad (incumbencia) y que la fuente de ventaja debe ser atribuida a otras variables. A ello se debe que en la segunda búsqueda de la reelección los “doble incumbentes” muestren una caída tan grande en sus porcentajes de votos válidos, corroborando que sus márgenes de victoria previos (por los cuales fueron reelectos) no tuvieron mayor relación con la variable propuesta. Esperamos que esta investigación encuentre espacios para su ampliación hacia otros niveles de gobierno y distintos cargos de elección popular. De otro lado, estos primeros hallazgos dejan abiertas algunas preguntas de investigación que de seguro despertaran el interés de otros investigadores a fin de corroborar, profundizar y ampliar el debate en relación a los hallazgos aquí presentados. 21 BIBLIOGRAFIA ABRAMOWITZ, Alan (1991) “Incumbency, Campaign Spending and the Decline of Competition in U.S House of Representatives” The Journal of Politics, vol. 53, N° 1, pp. 34-56. CAMPBELL, James (1983) “The return of the Incumbents: The nature of the incumbency Advantage” The Western Political Quarterly, Vol. 36, n° 3, pp. 434- 444. FEREJOHN, Jhon (1977) On the Decline of Competition in Congressional Elections. The American Political Science Review. Vol. 71, N° 1, pp. 166-176. GARDNER, James (1991) The Uses and Abuses of Incumbency: People v. Ohrenstein and the Limits of Inherent Legislative Power. 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