Metabolismo de glúcidos

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Metabolismo de glúcidos
Mecanismo mediante el cual el cuerpo utiliza azúcar como fuente de energía. Los glúcidos, o hidratos de
carbono, son uno de los tres constituyentes principales del alimento y los elementos mayoritarios en la dieta
humana. El producto final de la digestión y asimilación de todas las formas de hidratos de carbono es un
azúcar sencillo, la glucosa, que se puede encontrar tanto en los alimentos como en el cuerpo humano. El
metabolismo de las grasas y ciertas proteínas a veces se dirige también a la producción de glucosa. Esta
sustancia es el principal combustible que los músculos y otras partes del organismo consumen para obtener
energía. Está presente en cada célula y casi en cada fluido orgánico, y la regulación de su concentración y
distribución constituye uno de los procesos más importantes de la fisiología humana. Entre otros azúcares
menos importantes destaca la lactosa, o azúcar de la leche, que se forma en las glándulas mamarias de todos
los animales mamíferos y que está presente en su leche.
Digestión, asimilación y almacenamiento
Los glúcidos como el almidón, la dextrina, el glucógeno (el almidón animal), la sacarosa (el azúcar de caña),
la maltosa (el azúcar de malta) y la lactosa, se descomponen en el tracto digestivo en azúcares simples de seis
carbonos, que pasan con facilidad a través de la pared intestinal. La fructosa (el azúcar de la fruta) y la glucosa
no se alteran durante la digestión y se absorben como tales. La celulosa, presente en muchos alimentos, es un
elemento nutricional importante para algunos animales, en especial ganado y termitas, pero, aunque es básica
en el proceso global de la digestión, no tiene valor en la nutrición humana.
La digestión de los glúcidos se realiza gracias a la acción de varias enzimas. La amilasa, que se encuentra en
la saliva y en el intestino, descompone el almidón, la dextrina y el glucógeno en maltosa, un azúcar de doce
carbonos. Otras enzimas del intestino delgado descomponen los azúcares de doce carbonos en otros de seis.
Así, la maltasa hidroliza la maltosa en glucosa; la sacarasa o invertasa rompe el azúcar de caña en glucosa y
fructosa; la lactasa descompone el azúcar de la leche en glucosa y galactosa.
Los azúcares de seis carbonos, producto final de la digestión de los glúcidos, atraviesan la pared del intestino
delgado a través de los capilares (vasos sanguíneos diminutos) y alcanzan la vena porta que los lleva hasta el
hígado. En este órgano son transformados y almacenados en forma de glucógeno El glucógeno está siempre
disponible y cuando el organismo lo requiere se convierte en glucosa y se libera al torrente sanguíneo. Uno de
los productos finales del metabolismo de la glucosa en los músculos es el ácido láctico, que llevado por la
sangre de nuevo al hígado, se reconvierte en parte a glucógeno.
Enzimas y hormonas
La conversión de glucosa a glucógeno y viceversa está catalizada por diferentes enzimas. La fosforilasa es
responsable de la liberación de la glucosa−1−fosfato a partir del glucógeno. La reacción está estimulada por
las hormonas adrenalina y glucagón. La glucosa−1−fosfato es transformada por la hexoquinasa en
glucosa−6−fosfato, que puede ser metabolizada o convertida en glucosa libre incorporándose en el torrente
sanguíneo. La captación de glucosa por parte de las células se activa por la insulina. La glucosa, antes de ser
utilizada, se transforma de nuevo en glucosa−6−fosfato, que, o bien se metaboliza, o se convierte en el hígado
y los músculos, en glucosa−uridina−difosfato. Esta última forma de glucosa se transfiere al glucógeno en una
reacción catalizada por la glucógeno sintetasa y estimulada por insulina. Las hormonas corticales (de la
corteza adrenal), hipofisarias (de la pituitaria o hipófisis), así como la tiroxina, están también implicadas en el
control del metabolismo de los carbohidratos, pero no se conoce su mecanismo de acción.
Glucemia y glucosuria
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Si el organismo produce demasiada hormona hipofisaria o una cantidad de insulina escasa, los niveles de
azúcar en la sangre se elevan de forma anormal y se origina hiperglucemia. En estas condiciones, la sangre
puede contener hasta cuatro veces la cantidad de azúcar normal. La hiperglucemia no es letal en sí misma,
pero es un síntoma de una enfermedad seria, la diabetes mellitus. Algunas veces, la diabetes se debe a un
tumor u otras anomalías en el páncreas que impiden la formación de insulina. Los pacientes diabéticos no
mueren por la hiperglucemia pero, si no se les administran inyecciones de insulina, pueden morir por la
acumulación de sustancias tóxicas en el organismo. Estas sustancias se producen por alteraciones en el
metabolismo de las grasas ya que los diabéticos consumen grasas en lugar del azúcar.
Si se inyecta demasiada insulina en el cuerpo, la cantidad de azúcar en sangre se reduce hasta un nivel tan
bajo que puede resultar peligroso, originándose la hipoglucemia o shock de insulina. El shock de insulina
controlado se utiliza en el tratamiento de algunos tipos de enfermedades mentales.
En un individuo normal, si los niveles de azúcar en la sangre se elevan mucho, los riñones retiran el exceso y
éste se elimina por la orina. La presencia de azúcar en la orina se llama glucosuria y, aunque es un síntoma
importante de diabetes, no siempre se encuentra en los pacientes diabéticos. También puede aparecer
glucosuria en individuos normales tras la ingestión de un exceso de alimentos. El test crítico para determinar
la diabetes no es ni la hiperglucemia, ni la glucosuria, sino la medida de tolerancia de azúcar en la sangre:
después de la ingestión de azúcar, el individuo sano y el diabético muestran un incremento en los niveles de
azúcar sanguíneo. En la persona diabética, estos niveles permanecen elevados, mientras que en la persona
sana la glucosa se convierte en glucógeno.
Fermentación
La reacción química por la cual algunos vegetales, como las levaduras, utilizan el azúcar es muy similar a la
que se realiza en el cuerpo humano. Las levaduras contienen una mezcla de doce enzimas conocidas en
conjunto como zimasa. La mayoría de estas enzimas, incluyendo la hexoquinasa, son idénticas a las que
intervienen en el metabolismo humano de la glucosa. La diferencia principal se encuentra al final de la cadena
de reacciones: un producto de la descomposición de la glucosa, llamado ácido pirúvico, se convierte en el
organismo en ácido láctico, mientras que en las levaduras se transforma en alcohol etílico. Este proceso se
denomina fermentación.
En los procesos metabólicos del azúcar quedan por resolver muchas incógnitas, sin embargo, los trabajos
actuales se han acelerado mucho desde el descubrimiento de los trazadores isotópicos, en especial del carbono
radiactivo. Los azúcares sintetizados con éste pueden ser estudiados de un modo continuado por todo el
cuerpo después de haber sido ingeridos.
Hidratos de carbono
Grupo de compuestos que contienen hidrógeno y oxígeno, en las proporciones del agua, y carbono. La
fórmula de la mayoría de estos compuestos puede expresarse como Cm(H2O)n. Sin embargo,
estructuralmente estos compuestos no pueden considerarse como carbono hidratado, como la fórmula parece
indicar.
Los hidratos de carbono, como clase, son los compuestos orgánicos más abundantes en la naturaleza. Las
plantas verdes y las bacterias los producen en el proceso conocido como fotosíntesis, durante el cual absorben
el dióxido de carbono del aire por acción de la energía solar, y producen hidratos de carbono y otros productos
químicos necesarios para que los organismos sobrevivan y crezcan.
El grupo de los hidratos de carbono está formado principalmente por azúcar, almidón, dextrina, celulosa y
glucógeno, sustancias que constituyen una parte importante de la dieta de los humanos y de muchos animales.
Los más sencillos son los azúcares simples o monosacáridos, que contienen un grupo aldehído o cetona; el
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más importante es la glucosa. Dos moléculas monosacáridas unidas por un átomo de oxígeno, con la
eliminación de una molécula de agua, producen un disacárido, siendo los más importantes la sacarosa, la
lactosa y la maltosa. Los polisacáridos son enormes moléculas formadas por uno o varios tipos de unidades
monosacáridas unas 10 en el glucógeno, 25 en el almidón y de 100 a 200 en la celulosa.
En los organismos vivos, los hidratos de carbono sirven tanto para las funciones estructurales esenciales como
para almacenar energía. En las plantas, la celulosa y la hemicelulosa son los principales elementos
estructurales. En los animales invertebrados, el polisacárido quitina es el principal componente del
dermatoesqueleto de los artrópodos. En los animales vertebrados, las capas celulares de los tejidos conectivos
contienen hidratos de carbono. Para almacenar la energía, las plantas usan almidón y los animales glucógeno;
cuando se necesita la energía, las enzimas descomponen los hidratos de carbono.
Los hidratos de carbono se usan para fabricar tejidos, películas fotográficas, plásticos y otros productos. La
celulosa se puede convertir en rayón de viscosa y productos de papel. El nitrato de celulosa (nitrocelulosa) se
utiliza en películas de cine, cemento, pólvora de algodón, celuloide y tipos similares de plásticos. El almidón
y la pectina, un agente cuajante, se usan en la preparación de alimentos para el hombre y el ganado. La goma
arábiga se usa en medicamentos demulcentes. El agar, un componente de algunos laxantes, se utiliza como
agente espesador en los alimentos y como medio para el cultivo bacteriano; también en la preparación de
materiales adhesivos, de encolado y emulsiones. La hemicelulosa se usa para modificar el papel durante su
fabricación. Las dextranas son polisacáridos utilizados en medicina como expansores de volumen del plasma
sanguíneo para contrarrestar las conmociones agudas. Otro hidrato de carbono, el sulfato de heparina, es un
anticoagulante de la sangre.
Sacarosa
Azúcar de fórmula C12H22O11 que pertenece a un grupo de hidratos de carbono llamados disacáridos. Es el
azúcar normal de mesa, extraída de la remolacha azucarera o la caña de azúcar. Es soluble en agua y
ligeramente soluble en alcohol y éter. Cristaliza en agujas largas y delgadas y es dextrógira, es decir, desvía el
plano de polarización de la luz hacia la derecha. Por hidrólisis rinde una mezcla de glucosa y fructosa, que son
levógiras, pues desvían el plano de polarización hacia la izquierda. Por ello, esta mezcla se llama azúcar
inversa, y se denomina inversión el fenómeno por el cual se forma. En el intestino humano, la inversión tiene
lugar gracias a la intervención de las enzimas invertasa y sacarasa. Cuando se calienta a temperaturas
superiores a 180 ºC, la sacarosa se transforma en una sustancia amorfa, de color ámbar y consistencia espesa,
parecida al jarabe, llamada caramelo.
Glucosa
Azúcar monosacárido, de fórmula C6H12O6. Se encuentra en la miel y en el jugo de numerosas frutas. El
nombre alternativo azúcar de uva proviene de la presencia de glucosa en las uvas. Se produce en la hidrólisis
de numerosos glucósidos naturales. La glucosa está presente en la sangre de los animales .
Es un sólido cristalino de color blanco, algo menos dulce que el azúcar destinado al consumo. Las
disoluciones de glucosa giran el plano de polarización de la luz a la derecha; de ahí el otro nombre alternativo
dextrosa (del latín dexter, 'derecha'). La glucosa cristaliza en tres formas diferentes y cada una de ellas gira el
plano de polarización de la luz en distinto grado.
La glucosa se forma en la hidrólisis de numerosos hidratos de carbono, como la sacarosa, maltosa, celulosa,
almidón y glucógenos. La fermentación de la glucosa por la acción de levaduras produce alcohol etílico y
dióxido de carbono. Industrialmente, la glucosa se obtiene en la hidrólisis del almidón bajo la acción de ácido
diluido, o más frecuentemente, de enzimas. Su aplicación más importante es como agente edulcorante en la
elaboración de alimentos. También se emplea en curtidos y tintes, y en medicina para el tratamiento de la
deshidratación y alimentación intravenosa.
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Fructosa
También denominada levulosa o azúcar de las frutas. Monosacárido cuya fórmula química es C6H12O6, que
aparece junto con la glucosa en las frutas dulces y en los jugos de fruta. Se produce junto con la glucosa
durante la degradación de la sacarosa, y también como consecuencia de la hidrólisis de distintos hidratos de
carbono, pero la mejor manera de obtener esta molécula consiste en tratar la inulina con un ácido diluido. La
fructosa cristaliza con dificultad y los cristales se funden en un rango de temperatura que varía entre los
102 ºC y los 104 ºC. La molécula de fructosa es levógira, es decir, las disoluciones de fructosa hacen rotar el
plano de la luz polarizada hacia la izquierda. La fructosa es fermentada por las levaduras para producir alcohol
etílico y dióxido de carbono.
Lactosa
Azúcar de fórmula C12H22O11, presente en la leche. Se obtiene de la leche en forma de cristales arenosos
duros, de composición C12H22O11·H2O, mediante la evaporación del suero residual una vez extraída la
grasa, y por la precipitación de la caseína. Los cristales pierden agua al calentarse a 140 °C, y se funden y
descomponen a 202 °C. En la hidrólisis, la lactosa produce glucosa y galactosa. En presencia de las enzimas
apropiadas fermenta a ácido láctico y a ácido butírico. La lactosa es menos dulce que la sacarosa, gira el plano
de polarización de la luz a la derecha (dextrógira), y es menos soluble en agua que la glucosa y la sacarosa. Es
un elemento importante en la dieta de los mamíferos jóvenes y a menudo se añade a los alimentos infantiles.
También se emplea en repostería y en productos farmacéuticos.
Maltosa
Aúcar de fórmula C12H22O11, que se forma por la acción de la amilasa sobre el almidón. La maltosa es
soluble en agua, ligeramente soluble en alcohol y cristaliza en finas agujas. Gira el plano de polarización de la
luz a la derecha (dextrógira). Por hidrólisis forma un único producto: la glucosa. Al ser un azúcar de fácil
digestión, la maltosa se utiliza en alimentos infantiles y en bebidas como la leche malteada. Se fermenta por
medio de levaduras y es fundamental en la elaboración de la cerveza. Sobre la acción de la maltosa en el
cuerpo,
Azúcar
Término aplicado a cualquier compuesto químico del grupo de los hidratos de carbono que se disuelve en
agua con facilidad; son incoloros, inodoros y normalmente cristalizables. Todos tienen un sabor más o menos
dulce. En general, a todos los monosacáridos, disacáridos y trisacáridos se les denomina azúcares para
distinguirlos de los polisacáridos como el almidón, la celulosa y el glucógeno.
Los azúcares, que están ampliamente distribuidos en la naturaleza, son producidos por las plantas durante el
proceso de fotosíntesis y se encuentran también en muchos tejidos animales . La ribosa, un azúcar
monosacárido que contiene cinco átomos de carbono en su molécula, es un componente del núcleo de todas
las células animales. Los azúcares con cinco carbonos se conocen como pentosas. Las triosas (azúcares con
tres carbonos), las tetrosas (azúcares con cuatro carbonos), las heptosas (azúcares con siete carbonos), las
octosas (azúcares con ocho carbonos) y las nonosas (azúcares con nueve carbonos) también se encuentran en
la naturaleza.
Sin embargo, los azúcares más extendidos son las hexosas, que se caracterizan por la presencia de seis átomos
de carbono en su molécula y por la fórmula empírica C6H12O6. Las hexosas distintas con fórmula empírica y
masa molecular iguales, son isómeros estructurales entre ellas. Cada hexosa se conoce en forma dextrógira y
levógira. En disolución, una forma dextrógira girará el plano de polarización de la luz a la derecha, y una
forma levógira lo girará a la izquierda, pero todas las hexosas asimiladas por los animales y seres humanos se
convierten en formas dextrógiras. Las hexosas más importantes son la glucosa y la galactosa, que son
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aldehídos, y la fructosa, que es una cetona, similar a un aldehído pero menos reactiva.
La fórmula empírica de los azúcares disacáridos, maltosa, lactosa y sacarosa, es C12H22O11. Al tratarlos con
ácidos y enzimas, los disacáridos combinan con una molécula de agua y se dividen en dos monosacáridos, dos
moléculas de hexosa. La maltosa, por ejemplo, se divide en dos moléculas de glucosa; la lactosa se divide en
una molécula de glucosa y otra de galactosa, y la sacarosa se divide en una molécula de glucosa y otra de
fructosa.
La mayoría de los azúcares importantes, excepto la sacarosa, reducen el óxido de cobre (II) a óxido de cobre
(I) en disolución alcalina. Esta reacción se utiliza en los tests cualitativos de azúcar en la orina y en la sangre,
así como en los tests cuantitativos de azúcar en la sangre; estos tests son importantes en la diagnosis y el
control de la diabetes.
Entre los azúcares importantes desde el punto de vista comercial están la glucosa, la lactosa y la maltosa, que
se usan frecuentemente en la alimentación para bebés. Sin embargo, el más importante es la sacarosa, llamado
también azúcar de caña, aunque no proceda de la caña de azúcar. Se utiliza para dar sabor dulce a las comidas
y en la fabricación de confites, pasteles, conservas, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, y muchos otros
alimentos. Como material alimenticio básico, la sacarosa suministra aproximadamente un 13% de la energía
que se deriva de los alimentos. Su valor y su papel en la dieta humana son polémicos .
La sacarosa está presente en cantidades limitadas en muchas plantas, incluso en varias palmas y en el arce de
azúcar, pero la remolacha azucarera y la caña de azúcar son las únicas fuentes importantes para el comercio.
Más de la mitad del suministro mundial de azúcar se obtiene de la caña de azúcar, que crece en climas
tropicales y subtropicales. El resto procede de la remolacha azucarera, que crece en países templados. La
remolacha azucarera es la fuente principal de azúcar para la mayor parte de Europa y se cultiva extensamente
en Rusia, Ucrania, Alemania, Francia y Polonia. Los países que producen mayor cantidad de azúcar son
Brasil, Cuba, Kazajstán, México, India y Australia.
Sacarosa de la caña de azúcar
Después de la cosecha, los tallos más gruesos de la caña de azúcar se separan de las hojas. En la fábrica de
azúcar se machacan y trituran entre rodillos dentados. El jugo de los tallos triturados se extrae en unas
moledoras que consisten principalmente en un sistema de rodillos (generalmente unos 9 o 12), a través de los
cuales pasa el material machacado. A este proceso se le llama triturado. Durante el triturado, se rocía agua
caliente sobre el material para disolver cualquier azúcar restante. El material sólido y pulposo que queda
después de la extracción del jugo se llama bagazo; éste se seca y se usa como combustible. Al jugo extraído
en la moledora se le añade cal y la mezcla se lleva a ebullición; durante este calentamiento los ácidos
orgánicos indeseados forman con la cal compuestos insolubles que se pueden filtrar junto con las demás
impurezas sólidas. El jugo suele tratarse con dióxido de azufre gaseoso para blanquearlo y luego se pasa por
prensas filtrantes. A continuación, el jugo resultante se evapora en un vacío parcial y se calienta hasta formar
un jarabe espeso que contiene los cristales de azúcar. La masa densa de cristales y jarabe, llamada massecuite,
se coloca en una centrifugadora que gira a una velocidad de 1.000 a 1.500 revoluciones por minuto; las
paredes de la centrifugadora están perforadas con pequeños agujeros a través de los cuales el jarabe, llamado
melaza, sale a presión durante el centrifugado. El azúcar amarillento o de color castaño extraído durante el
proceso de centrifugación se llama primer azúcar o azúcar en bruto.
Este primer azúcar se rocía con agua para extraer la melaza que pueda quedar adherida a los cristales y
después se lleva a la refinería. La melaza se puede volver a hervir y evaporar en un intento de cristalizar el
contenido de este líquido rico en sacarosa. En las fábricas modernas de azúcar de caña, generalmente sólo se
cristaliza el jarabe una vez. La melaza es un subproducto valioso para la industria azucarera, pues se usa en la
fabricación de etanol y ron, como jarabe de mesa y condimento para los alimentos, y como comida para los
animales de granja. En la refinería, el azúcar en bruto se disuelve de nuevo, se decolora y se vuelve a
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cristalizar con el tamaño deseado. En las refinerías se produce azúcar en polvo, granulado y en terrones, así
como azúcar moreno, que contiene parte de melaza.
Sacarosa de la remolacha azucarera
El azúcar se obtiene de las raíces de la remolacha azucarera, después de quitar las hojas y los tallos, que se
utilizan para la alimentación. En la fábrica de azúcar, las raíces se cortan en briznas y se trituran para extraer
el jugo. La pulpa que queda después de extraer el jugo es un buen alimento para los animales domésticos.
Después de la extracción, se le añade cal al jugo, y el resto del proceso es similar al de la caña de azúcar. La
melaza se utiliza para alimentar al ganado; no se hace melaza para el consumo humano a partir de la
remolacha, debido a la dificultad para purificarla. El azúcar procedente de la remolacha azucarera es idéntica a
la derivada de la caña de azúcar.
Productos
El azúcar no sólo se usa como componente de alimentos caseros o industriales, sino que es también el material
en bruto cuya fermentación produce etanol, butanol, glicerina, ácido cítrico y ácido levulínico. El azúcar es un
ingrediente de algunos jabones transparentes y puede ser transformado en ésteres y éteres, algunos de los
cuales producen resinas duras, infusibles e insolubles.
Almidón
nombre común de un hidrato de carbono complejo, (C6H10O5)x, inodoro e insípido, en forma de grano o
polvo, abundante en las semillas de los cereales y en los bulbos y tubérculos. Las moléculas de almidón están
compuestas de cientos o miles de átomos, que corresponden a los distintos valores de x, de la fórmula anterior,
y que van desde unos cincuenta a varios miles.
Las moléculas del almidón son de dos tipos. En el primero, la amilosa, que constituye el 20% del almidón
ordinario, los grupos C6H10O5 están dispuestos en forma de cadena continua y rizada, semejante a un rollo
de cuerda; en el segundo tipo, la amilopectina, se produce una importante ramificación lateral de la molécula.
El almidón es fabricado por las plantas verdes durante la fotosíntesis. Forma parte de las paredes celulares de
las plantas y de las fibras de las plantas rígidas. A su vez sirve de almacén de energía en las plantas, liberando
energía durante el proceso de oxidación en dióxido de carbono y agua. Los gránulos de almidón de las plantas
presentan un tamaño, forma y características específicos del tipo de planta en que se ha formado el almidón.
El almidón es difícilmente soluble en agua fría y en alcohol, pero en agua hirviendo provoca una suspensión
colodial que al enfriarse se vuelve gelatinosa. El agua caliente actúa lentamente sobre el almidón originando
moléculas más pequeñas llamadas dextrinas. Esta reacción es un ejemplo de hidrólisis catalizada por ácidos y
algunas enzimas. Las dextrinas, como el almidón, reaccionan con el agua formando moléculas aún más
simples, para finalmente obtener maltosa, C12H22O11, un disacárido, y glucosa, C6H 12O6, un
monosacárido .
La digestión del almidón por el cuerpo humano sigue el siguiente proceso: la hidrólisis comienza en la boca
por la acción de la ptialina presente en la saliva y se completa en el intestino delgado. El cuerpo no consume
toda la glucosa absorbida en la digestión del almidón, sino que transforma una gran parte de ella en glucógeno
que almacena en el hígado. (El glucógeno, denominado almidón animal, posee una estructura casi idéntica a la
de la amilopectina). A medida que el cuerpo precisa de glucosa, la hidrólisis del glucógeno la libera en el flujo
sanguíneo. Al igual que el almidón de las plantas, el glucógeno sirve de reserva de energía en los animales.
Véase Hidratos de carbono; Nutrición humana.
Dextrina
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Hidrato de carbono soluble y amorfo, (C6H10O5)n, que se forma en la pasta de almidón por la acción de los
ácidos, del calor o de enzimas como la diastasa. El primer producto que se forma en esta reacción es el
almidón soluble, que a su vez se hidroliza formando la dextrina. Se prepara comercialmente humedeciendo
almidón de papas o patatas con ácido nítrico débil, secando y calentando posteriormente la masa a 110 °C. La
dextrina se emplea en la elaboración de cerveza y como sustituto de la goma arábiga para estampados en
tejidos de algodón. También se utiliza comercialmente como adhesivo.
Celulosa
Hidrato de carbono complejo; es el componente principal de la pared de todas las células vegetales. En las
plantas, la celulosa suele aparecer combinada con sustancias leñosas, grasas o gomosas. Salvo algunos
insectos, ningún animal tiene en los tejidos verdadera celulosa. Los microorganismos del aparato digestivo de
los herbívoros descomponen la celulosa en compuestos absorbibles. La celulosa es insoluble en todos los
disolventes comunes y se separa fácilmente de los demás componentes de las plantas. Dependiendo de la
concentración, el ácido sulfúrico actúa sobre las celulosa y produce glucosa, almidón soluble o amiloide; éste
es una forma de almidón utilizada para estucar ciertos papeles de lujo.
Cuando la celulosa se trata con un álcali y se expone a continuación a los vapores del disulfuro de carbono, se
obtiene una solución que puede estirarse en películas e hilarse. El rayón y el celofán son preparados de
celulosa regenerados a partir de tales soluciones. Los acetatos de celulosa se hilan en filamentos delgados con
los que se confeccionan tejidos; también son de acetato de celulosa las modernas películas fotográficas; con
estos compuestos se elaboran los vidrios inastillables de seguridad y ciertos materiales de moldeo. Los éteres
de celulosa se emplean en la elaboración de aparejos para papel, adhesivos, jabones y resinas sintéticas.
Con una mezcla de ácidos nítrico y sulfúrico, la celulosa forma una serie de compuestos inflamables y
explosivos conocidos como nitratos de celulosa o nitrocelulosas. El algodón de colodión es un nitrato que
forma parte de diversos plásticos y lacas; el colodión es un compuesto parecido utilizado en medicina,
fotografía y fabricación de cueros sintéticos y lacas. El algodón pólvora es también un nitrato; se emplea
como explosivo propulsor en la fabricación de cartuchos.
Enzima
Cualquiera de las numerosas sustancias orgánicas especializadas compuestas por polímeros de aminoácidos,
que actúan como catalizadores en el metabolismo de los seres vivos. Con su acción, regulan la velocidad de
muchas reacciones químicas implicadas en este proceso. El nombre de enzima, que fue propuesto en 1867 por
el fisiólogo alemán Wilhelm Kühne (1837−1900), deriva de la frase griega en zymð, que significa 'en
fermento'. En la actualidad los tipos de enzimas identificados son más de 700.
Las enzimas se clasifican en varias categorías: hidrolíticas, oxidantes y reductoras, dependiendo del tipo de
reacción que controlen. Las enzimas hidrolíticas aceleran las reacciones en las que una sustancia se rompe en
componentes más simples por reacción con moléculas de agua. Las enzimas oxidativas, conocidas como
oxidasas, aceleran las reacciones de oxidación, y las reductoras las reacciones de reducción en las que se
libera oxígeno. Otras enzimas catalizan otros tipos de reacciones.
Las enzimas se denominan añadiendo asa al nombre del sustrato con el cual reaccionan. La enzima que
controla la descomposición de la urea recibe el nombre de ureasa; aquellas que controlan la hidrólisis de
proteínas se denominan proteasas. Algunas enzimas como las proteasas tripsina y pepsina, conservan los
nombres utilizados antes de que se adoptara esta nomenclatura.
Propiedades enzimáticas
Como propuso el químico sueco Jöns Jakob Berzelius en 1823, las enzimas son catalizadores típicos: son
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capaces de acelerar la velocidad de reacción sin ser consumidas en el proceso.
Algunas enzimas, como la pepsina y la tripsina, que intervienen en la digestión de las proteínas de la carne,
controlan muchas reacciones diferentes, mientras que otras como la ureasa, son muy específicas y sólo pueden
acelerar una reacción. Otras liberan energía para la contracción cardiaca y la expansión y contracción de los
pulmones. Muchas facilitan la conversión de azúcar y alimentos en distintas sustancias que el organismo
precisa para la construcción de tejidos, la reposición de células sanguíneas y la liberación de energía química
para mover los músculos.
Además, la pepsina, la tripsina y otras enzimas poseen la propiedad peculiar denominada autocatálisis que les
permite originar su propia formación a partir de un precursor inerte denominado zimógeno. Como
consecuencia, estas enzimas se pueden reproducir en un tubo de ensayo.
Las enzimas son muy eficaces. Cantidades pequeñas de una enzima pueden realizar a bajas temperaturas lo
que podría requerir reactivos violentos y altas temperaturas con métodos químicos ordinarios. Por ejemplo,
unos 30 g de pepsina cristalina pura son capaces de digerir casi dos toneladas métricas de clara de huevo en
pocas horas.
La cinética de las reacciones enzimáticas difiere de las reacciones inorgánicas simples. Cada enzima es
específica de forma selectiva para la sustancia sobre la que causa la reacción, y es más eficaz a una
temperatura determinada. Aunque un aumento de la temperatura puede acelerar una reacción, las enzimas son
inestables cuando se calientan.
La actividad catalítica de una enzima está determinada sobre todo por su secuencia de aminoácidos y por la
estructura terciaria, es decir, la estructura de plegamiento tridimensional de la macromolécula. Muchas
enzimas precisan para su función la presencia de un ion o una molécula que recibe el nombre de cofactor.
Como norma, las enzimas no atacan a las células vivas. Sin embargo, tan pronto muere una célula, ésta es
digerida por enzimas que rompen sus proteínas. La resistencia de las células vivas se debe a la incapacidad de
las enzimas de atravesar la membrana celular mientras las células tienen vida. Cuando la célula muere, su
membrana se hace permeable y la enzima puede penetrar en la célula y destruir las proteínas en su interior.
Algunas células contienen también enzimas inhibidoras, denominadas antienzimas, que evitan la acción de
una enzima sobre un sustrato.
Usos prácticos de las enzimas
La fermentación alcohólica y otros procesos industriales importantes dependen de la acción de enzimas,
sintetizadas por las levaduras y bacterias empleadas en el proceso de producción. Algunas enzimas se utilizan
con fines médicos. En ocasiones son útiles en el tratamiento de zonas de inflamación local; la tripsina se
emplea para eliminar sustancias extrañas y tejido muerto de las heridas y quemaduras.
Revisión histórica
Sin duda la fermentación alcohólica es la reacción enzimática más antigua conocida. Se creía que este
fenómeno y otros similares eran reacciones espontáneas hasta que en 1857 el químico francés Louis Pasteur
comprobó que la fermentación sólo ocurre en presencia de células viva. Sin embargo, el químico alemán
Eduard Buchner descubrió en 1897 que un extracto de levadura libre de células puede producir fermentación
alcohólica. La antigua incógnita fue entonces resuelta; la levadura produce la enzima y ésta lleva a cabo la
fermentación. Ya en 1783 el biólogo italiano Lazzaro Spallanzani había observado que la carne podía ser
digerida por jugos gástricos extraídos de halcones. Éste fue el primer experimento en el que se llevó a cabo
una reacción vital fuera de los organismos vivos.
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Tras el descubrimiento de Buchner, los científicos asumieron que, en general, las fermentaciones y las
reacciones vitales eran producidas por enzimas. Sin embargo, todos los intentos de aislar e identificar su
naturaleza química fracasaron. Más tarde, en 1926, el bioquímico estadounidense James B. Sumner consiguió
aislar y cristalizar la ureasa. Cuatro años después su colega John H. Northrop aisló y cristalizó la pepsina y la
tripsina. Se descubrió que las enzimas eran proteínas, y Northrop demostró que la proteína era la enzima y no
un simple transportador de otro compuesto.
En los últimos años, la investigación sobre la química enzimática ha permitido aclarar algunas de las
funciones vitales más básicas. La ribonucleasa, una enzima tridimensional simple descubierta en 1938 por el
bacteriólogo estadounidense René Jules Dubos y aislada en 1946 por el químico estadounidense Moses
Kunitz, fue sintetizada por científicos estadounidenses en 1969. La síntesis consiste en unir 124 moléculas de
aminoácidos en una secuencia muy específica para formar la macromolécula. Dicha síntesis permitió
identificar aquellas áreas de la molécula que son responsables de sus funciones químicas, e hizo posible crear
enzimas especializadas con propiedades de las que carecen las sustancias naturales. Este potencial se ha visto
ampliado durante los últimos años por las técnicas de ingeniería genética que han hecho posible la producción
de algunas enzimas en grandes cantidades.
El uso médico de las enzimas está ilustrado por la investigación sobre la L−asparaginasa, que se piensa es una
herramienta importante para el tratamiento de la leucemia; se ha descubierto que las dextrinasas pueden
prevenir la caída de los dientes, y que las alteraciones enzimáticas están ligadas a enfermedades como la
fenilcetonuria, la diabetes, la anemia y otros trastornos sanguíneos.
Lípidos
Grupo heterogéneo de sustancias orgánicas que se encuentran en los organismos vivos. Los lípidos están
formados por carbono, hidrógeno y oxígeno, aunque en proporciones distintas a como estos componentes
aparecen en los azúcares. Se distinguen de otros tipos de compuestos orgánicos porque no son solubles en
agua (hidrosolubles) sino en disolventes orgánicos (alcohol, éter). Entre los lípidos más importantes se hallan
los fosfolípidos, componentes mayoritarios de la membrana de la célula. Los fosfolípidos limitan el paso de
agua y compuestos hidrosolubles a través de la membrana celular, permitiendo así a la célula mantener un
reparto desigual de estas sustancias entre el exterior y el interior.
Las grasas y aceites, también llamados triglicéridos, son también otro tipo de lípidos. Sirven como depósitos
de reserva de energía en las células animales y vegetales. Cada molécula de grasa está formada por cadenas de
ácidos grasos unidas a un alcohol llamado glicerol o glicerina. Cuando un organismo recibe energía asimilable
en exceso a partir del alimento o de la fotosíntesis, éste puede almacenarla en forma de grasas, que podrán ser
reutilizadas posteriormente en la producción de energía, cuando el organismo lo necesite. A igual peso
molecular, las grasas proporcionan el doble de energía que los hidratos de carbono o las proteínas.
Otros lípidos importantes son las ceras, que forman cubiertas protectoras en las hojas de las plantas y en los
tegumentos animales. También hay que destacar los esteroides, que incluyen la vitamina D y varios tipos de
hormonas.
Grasas y aceites o Triglicéridos, grupo de compuestos orgánicos existentes en la naturaleza que consisten en
ésteres formados por tres moléculas de ácidos grasos y una molécula del alcohol glicerina. Son sustancias
aceitosas, grasientas o cerosas, que en estado puro son normalmente incoloras, inodoras e insípidas. Las
grasas y aceites son más ligeros que el agua e insolubles en ella; son poco solubles en alcohol y se disuelven
fácilmente en éter y otros disolventes orgánicos.
Las grasas son blandas y untuosas a temperaturas ordinarias, mientras que los aceites fijos (para distinguirlos
de los aceites esenciales y el petróleo) son líquidos. Algunas ceras, que son sólidos duros a temperaturas
ordinarias, son químicamente similares a las grasas.
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Naturaleza y aplicaciones de las grasas
Las grasas existen normalmente en los tejidos animales y vegetales como una mezcla de grasas puras y ácidos
grasos libres. Las más comunes entre esas grasas son: la palmitina, que es el éster del ácido palmítico, la
estearina o éster del ácido esteárico, y la oleína, éster del ácido oleico. Estos compuestos químicos puros
existen en distintas proporciones en las grasas y aceites naturales, y determinan las características físicas de
cada una de esas sustancias.
Las grasas se dividen en saturadas e insaturadas, dependiendo de si los enlaces químicos entre los átomos de
carbono de las moléculas contienen todos los átomos de hidrógeno que pueden tener (saturadas) o tienen
capacidad para más átomos (insaturadas), debido a la presencia de dobles o triples enlaces. Generalmente, las
grasas saturadas son sólidas a temperatura ambiente; las insaturadas y poliinsaturadas son líquidas. Las grasas
insaturadas pueden convertirse en grasas saturadas añadiendo átomos de hidrógeno.
Las grasas vegetales se obtienen normalmente extrayéndolas a presión de las semillas y frutos. Por lo general,
las grasas animales se obtienen hirviendo el tejido graso animal en agua y dejándolo enfriar. El calor disuelve
la grasa del tejido; ésta, debido a su densidad relativa, sube a la superficie del agua y así puede desprenderse la
capa de grasa.
Las grasas y aceites se consumen principalmente en alimentación. Algunas grasas naturales, como la grasa de
la leche y la manteca de cerdo, se usan como alimento con muy poca preparación. Algunos aceites no
saturados, como el aceite de semilla de algodón y el de maní, se hidrogenan parcialmente para aumentar su
punto de fusión y poder utilizarlos como grasas en pastelería y para cocinar. El sebo, que está formado por las
grasas y aceites animales de las ovejas y el ganado vacuno, se usa para hacer velas y en algunas margarinas.
Los aceites naturales que contienen ésteres de ácidos insaturados, se conocen como aceites secantes y poseen
la propiedad de formar una película seca permanente cuando se les expone al aire. El aceite de linaza y otros
aceites de este tipo se usan extensamente en la producción de pinturas. Las grasas sirven también como
material en bruto para fabricar jabón.
Grasas animales
Las células vivas contienen grasas simples, como las descritas anteriormente, y otros materiales similares a las
grasas. Entre estos últimos, que son sustancias más complejas, se encuentran los lípidos y los esteroles. Los
fosfolípidos son derivados de ácidos grasos, glicerina, ácido fosfórico y bases que contienen nitrógeno. Los
glicolípidos no contienen fósforo, pero son derivados de hidratos de carbono, ácidos grasos y compuestos de
nitrógeno. Los esteroles están compuestos por moléculas complicadas, cada una con 20 o más átomos de
carbono en una estructura en cadena o entrelazada.
Las grasas parecen ser una fuente de energía concentrada y eficaz para las células. La oxidación de un gramo
de grasa típica libera 39.000 julios de energía, mientras que la oxidación de un gramo de proteína o de hidrato
de carbono produce sólo 17.000 julios. Las grasas también tienden a endurecer las células porque forman una
mezcla semisólida con el agua.
Efectos fisiológicos
La investigación sobre los ataques de corazón y otros problemas circulatorios indica que ciertas formas de
estas enfermedades son causadas en parte por el consumo excesivo de comidas altas en grasas, incluyendo
lípidos y esteroles. Los estudios demuestran también que la probabilidad de ataques de corazón disminuye al
reducir el consumo de grasas saturadas.
Cuando se añaden a la dieta grasas sólidas saturadas, aumenta la cantidad de colesterol en la sangre, pero si
las grasas sólidas se sustituyen por grasas o aceites insaturados líquidos (en concreto el tipo poliinsaturado), la
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cantidad de colesterol disminuye.
Los niveles altos de colesterol en la sangre parecen promover el sedimento de materiales duros y grasientos en
las arterias, produciendo su eventual obstrucción. Cuando la arteria coronaria alrededor del corazón se
obstruye de esta forma, el suministro de sangre al corazón se interrumpe, y se produce un ataque al corazón.
Los científicos investigan continuamente la forma en que el cuerpo humano maneja los materiales grasos, y
cómo afectan los niveles de colesterol al hecho de que la grasa se deposite en las paredes de las arterias.
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