Orientación a Padres Los límites en cada etapa evolutiva del desarrollo infantil - 12 a 18 meses TIEMPO DE TREGUA Entre los doce y dieciocho meses se produce un período de tregua. La angustia del noveno mes se ha ido calmando y el bebé ha hecho un importante descubrimiento, su mamá existe más allá de el. Ésta puede alejarse, no por mucho tiempo-, pero siempre vuelve. Comienza a conocer el mundo que lo rodea y así conoce objetos y personas nuevas. A partir del año el bebé ha perdido el miedo de ver desaparecer todo y puede dedicar su tiempo a investigar su mundo. Pero a partir de los dieciocho meses concluye la tregua y comienza un nuevo período a la que se denomina “crisis de la oposición” o “período del no” y ahí comienza el trabajo de saber cuando decir “no”. En este período que denominamos de tregua de los 12 a 18 meses el bebé madura a una velocidad increíble. Este período requiere una gran vigilancia, tengamos es cuenta que a pesar de todos sus avances es totalmente dependiente aún, tanto física como afectivamente. Hasta que comienza a escuchar el “no” el vínculo entre la mamá y el bebé se mantiene intacto, la madre comienza a descubrir la personalidad del bebé cuando este comienza a expresar firmemente su voluntad. En este período el bebé además de presencia como en el anterior necesita ahora vigilancia. El riesgo que corre la madre si pretende limitar su dominio exploratorio será inhibir su desarrollo., por lo que la política a adoptar es dejarlo andar libremente, dentro de lo posible, estando atenta a los desastres. 1 La estrategia de dejar al niño explorar al máximo sus posibilidades materiales no debe considerarse una indulgencia, pero si debe aplicarse el principio de firmeza, ya que entre sus descubrimientos habrá cosas que no debe. En el niño se enfrentan dos fuerzas de igual intensidad, su dependencia total y su tendencia interna hacia la maduración., Hasta los ocho nueve meses, el vínculo con la mamá era más biológico, después que pasa esa gran crisis de angustia que ya describimos ya aprendió que aunque no la vea gran parte del día, cuando regrese va a complacerlo , entonces descubre el amor. Este sentimiento puede teñir a otros y es capaz de renunciar a algo que está haciendo s la mamá le propone amorosamente hacer otra cosa. Aún no muestra apego por un juguete en especial., sobre lo que sí tiene preferencia exclusiva es sobre su mamá. Puede ocurrir que esté jugando con sus hermanos y su papá, y entra la mamá a escena, entonces el niño sólo tiene ojos ara ella. Ahora puede consolarse ante las separaciones inevitables de la madre y establecer contacto con otras personas a las que es capaz de rechazar en presencia de la madre. A pesar que ya señaláramos que en esta etapa el niño descubre el amor el vínculo biológico sigue siendo muy fuerte. Si la madre está deprimida o ansiosa o atravesando dificultades aunque se obligue a sonreír el bebé igual se mostrará malhumorado, existe una simbiosis que se manifiesta en el funcionamiento fisiológico. El estrés perturba los ciclos circadianos, alargando o acortando uno u otro (tiempo de vigilia-tiempo de sueño), estas variaciones son seguidas por el bebé con un paralelismo que nos asombra. En este período el niño juega con otros en forma paralela, incluso con el padre no realiza grandes intercambios, en cambio con la madre busca el diálogo. Es a ella a quien le muestra su repertorio de mímicas y comienza a captar una que otra palabra, es el momento de enseñarle algunas palabras, siempre en forma de juego. El bebé poco a poco comenzará a emitir sílabas intentando imitar lo que escucha. 2 Pronto podrá experimentar con el padre y con otros adultos este juego de la comunicación. Esta etapa es importante para favorecer los desplazamientos del bebé, éste está aprendiendo como funciona su cuerpo, sus percepciones, las relaciones entre un objeto y otro y con él. Se va preparando su inteligencia para que ésta funciones de acuerdo a las reglas de la lógica. Todos estos movimientos están haciendo madurar sus operaciones mentales. Muchas veces leemos que el cerebro de las nenas es menos apto para las matemáticas que el de los varones. El razonamiento matemático se desarrolla en el cerebro a partir de las operaciones relacionadas con el sentido del espacio, y va a madurar de acuerdo a los desplazamientos que el niño tenga oportunidad de realizar. Estas diferencias están relacionadas con las ganas, con la diferencia de educación. La observación nos muestra que las nenas de dieciocho meses no son tan movedizas como los varones. J. Renaud señala que no es necesario entrar en un debate acerca de las diversas probabilidades de dedicarse a las ciencias exactas, pero lo que si debemos señalar con absoluta certeza es que la libertad precoz de los desplazamientos favorece el desarrollo mental. El comienzo de las prohibiciones Si bien es importante propiciar este afán exploratorio, con los objetos no se le puede permitir todo. El bebé es torpe manualmente y golpea los objetos a repetición sin saber que con ello perturba a quienes no rodean, o puede también arrojar objetos a otros. Hay que tener en cuenta que más allá de los cuidados que le prodiguemos siempre habrá objetos que impliquen peligro, como puede ser una tijeja, un adorno frágil o el control remoto.. No es un tema de pegarle en la mano y gritarle “no” cada vez que haga sus intentos con alguno de estos objetos, sino primero mostrarle con suavidad que es lo que esperamos de él. 3 Aprendiendo a prohibir Uno de los juegos favoritos del bebé es golpear con una cuchara contra la mesa. Es el momento de ponerse a la misma altura que él y haciendo el mismo gesto decirle que el “bum, bum” de la cuchara le hace mal a mamá. Seguramente se va a poner muy contento porque mamá le habla pero como no comprende talmente los dichos, seguramente comenzará a golpear con más fuerza. Entonces mamá le dirá:” mamá se va a poner muy contenta si haces esto” y a continuación la mamá puede hacer grandes gestos en el aire con una cuchara pero en silencio. Esto lo hará reír y comenzará a imitarlo. Estos juegos silenciosos hay que repetirlos varias veces con el bebé. Puede que comience después de un rato golpear nuevamente Ha olvidado el mensaje anterior y hacer ruido es más divertido!.. Es momento de recomenzar la demostración del juego silencioso y manifestarle mediante gestos que mamá está triste o mamá está contenta, según cual sea el juego que el bebé hace. Si la madre le presenta su voluntad, con mimos y mímicas, cuando el bebé se calma. Éste descubrirá que hay otra voluntad diferente a la de él., todavía no es capaz de oponerse a ella, sin embargo puede seguir la voluntad de la madre en lugar de la propia, este es el primer acto de obediencia. Al mismo tiempo esta voluntad más fuerte que la de él le brinda seguridad y tranquilidad. Es importante comprender que el bebé expresa su alegría de manera torpe y no con el afán de molestar. la volunta de la madre debe ser impuesta mediante la ternura y utilizando el juego. Cuando pegar no es agresividad En esta etapa el niño encuentra placer en golpear, pegar a los padres y a otros niños, así como también adultos desconocidos. Este es un movimiento espontáneo que le brinda placer, es una manera de conectarse con los demás. 4 Cuando el niño manifiesta esta conducta hay que decirle que está haciendo daño y que debe ser amable. En este momento se le debe acariciar la mejilla o el brazo y tomarle la mano para que él haga lo mismo. Habrá que repetir estas indicaciones, al niño le encantan las repeticiones. El hábito de “redirigir la agresión será aprehendido por el niño, esto le permitirá ser menos agresivo. Esta redirección de la agresividad debe comenzarse antes de los dieciocho meses. Si bien es más frecuente en los varones, no hay que descuidar a las mujeres aunque estadísticamente sean menos agresivas. Buenos modales en la mesa El bebe cuando quiere comer solo, deja de lado el hambre y se deja llevar por el placer de meter las manos en el plato y jugar con el puré o hacer catapulta con la cuchara. Es necesario encontrar un término medio entre no permitirle comer solo y repetir los gestos adecuados para enseñarle a llevarse la cuchara a la boca. Resulta bueno implementar un juego en el que haya alternancia entre una cuchara que lleva él a la boca y la otra la mamá. A medida que pasa el tiempo y esto ya después de los quince meses, el uso de otros instrumentos como el tenedor le hará olvidar el placer de jugar con la comida. En síntesis En esta etapa el niño toma conciencia de que existe una voluntad aparte de la suya y aprende a respetarla por amor. Esta fase de la educación debe ser positiva y basada en las recompensas. Las prohibiciones deben ser compensadas con satisfacciones. Si le quitamos un objeto de la mano debemos reemplazarlo por otro. La madre es quien establece las bases mediante el sometimiento del bebe hacia ella, gracias a ese vínculo tan especial que han desarrollado en esta primera etapa El bebé aprende a aceptar pequeñas frustraciones. 5 Debemos recordar que el bebé actúa mal debido a su torpeza y además porque le produce placer, carece de maldad. A los dieciocho meses el bebé ya es capaz de someterse a la voluntad materna sin necesidad de una excesiva severidad. Marta Susana Martin 6