Centro Histórico - Universidad Politécnica de Valencia

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TALLER XXI d’URBANISME – ETSA - UPV
UR2 CURS 2010-2011
TEMA 1 EL CENTRO HISTÓRICO
1.1. LAS TEORIAS PARA LA INTERVENCIÓN EN LA CIUDAD PREINDUSTRIAL.
La cuestión del centro. Políticas urbanísticas y doctrina contemporánea.
En este primer tema sobre los centros históricos se propone una visión global de las
intervenciones contemporáneas en centros históricos que se mueven entre los extremos de
la conservación y la renovación.
Cita de Giorgio PICCINATO “Los centros históricos” G.G.
“Sanear el centro histórico, expulsar a sus habitantes y sustituir a propietarios, es
una operación necesaria para insertar dicho patrimonio histórico acumulado en
el nuevo gran mercado urbano”
Así pues, en el siglo XIX comienzan las intervenciones urbanísticas planificadas sobre la
ciudad histórica, con el objetivo de adecuarla “formal” y “funcionalmente” a las nuevas
demandas sociales.
Pronto dos líneas claramente diferenciadas van a instaurarse, consolidando dos
escuelas que se han perpetuado hasta la actualidad. Son las que podíamos denominar
tendencias: Conservacionistas e Intervensionistas.
Ambas tendencias, al margen de las diferencias formales o estructurales, tienen en
común el ser operaciones de puesta en valor de la ciudad histórica, de adecuación a las
demandas espaciales y funcionales del nuevo modo de producción industrial.
Pero difieren en el método utilizado:
Las intervensionistas, destruyen físicamente la ciudad preexistente que es sustituida por
otra de muy diferente modelo formal y expulsan a la población residente.
Las conservacionistas, respetan básicamente la morfología urbana existente, pero se
altera -y adapta- su uso y contenido social. Expulsan también a la población.
Dos son los principales métodos seguidos en operaciones de este tipo, y no por
casualidad, los ejemplos más originales y más completos de intervención en Centros
Históricos, se dan en dos capitales: París y Viena. Casi de forma casi contemporánea se
inicia en ambas ciudades una vasta operación de transformación concebida como factor
de promoción de una nueva “Estructura Urbana.” (Piccinato).
La Reforma Interior Haussmanniana.
La reforma de París realizada en el segundo Imperio entre 1850 y 1870 por Napoleón III y
su prefecto Haussmann es el ejemplo más completo de una “Reforma Interior” de una
ciudad antigua por el sistema de “Sventramento”. Esta Reforma Interior de París, se
estudiará con una visión global en este tema.
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La conservación de la ciudad histórica en el planeamiento germánico: Viena.
La primera ocasión en que de forma planificada se acomete una operación de
“Conservación Integral” de la ciudad histórica, es con motivo de los planes de Viena de
mediado el siglo XIX.
El conjunto de “Planes de Reforma” de 1858-70 tenía como objeto central el “glacis” de
las murallas, pero en esta intervención se propusieron unas medidas para la “conservación”
de la ciudad interior, que sin alterar la forma de ésta, acabaron por establecer un
“modelo” de readaptación de las ciudades históricas a las nuevas exigencias funcionales
de la sociedad actual.
La intervención en la ciudad antigua de Viena sirvió para demostrar que era posible
llevar a cabo políticas de conservación morfológica de los tejidos históricos sin condenarlos
a su destrucción.
La erradicación de la ciudad histórica en el Movimiento Moderno.
El Movimiento Moderno aborda la intervención en los centros históricos desde una
valoración absolutamente negativa de los tejidos urbanos históricos.
Desde el movimiento moderno se insiste en problemas de higiene y salubridad, pero los
centros históricos son valorados negativamente por su incapacidad de adaptación a las
demandas que consideraban modernas, por su inadaptación a los nuevos modelos
formales arquitectónicos de torre y bloque lineal.
Por ello implantaron como dogma su tesis: Imposibilidad de recuperación de los
Centros Históricos.
Para Le Corbusier: “Barrios enteros de las ciudades históricas no son más que lugares de
pobreza y degradación, hogares de la enfermedad, de la tristeza, de la desmoralización”.
En el Plan Voisin de 1925 L.C. propone construir torres de 70 pisos en el centro de París, que
previamente debía ser arrasado. Y esto allí donde Haussmann había construido 6 plantas.
Desde esta perspectiva para los centros históricos, no cabe más que su erradicación y
su completa desaparición. Dice Sert “El único remedio para estos centros es la demolición
de las casas infectadas y la reconstrucción con edificios modernos”.
Solo escapan aquellos edificios de singular valor monumental, pero que separados de
su entorno perdían toda su significación. Plan de Sant Dié 1945. Plan de La Rochelle 1946.
El cambio radical no es la densidad, sino la escasa ocupación del suelo. En los planes de
Le Corbusier la ocupación del suelo por edificios es solo del 5 al 10 %, el resto es espacio
libre. En la ciudad histórica la ocupación es del 80 %, mientras que las calles ocupan solo el
20 %.
La Reconstrucción Mimética. Varsovia.
En Polonia, tras un intenso debate teórico posterior a la primera guerra mundial, entre
conservacionistas e intervencionistas, se optó claramente por la Reconstrucción de la
ciudad a partir de una exhaustiva base documental y cartográfica. Lo aplicaron a la
reconstrucción de Varsovia después de la destrucción por los alemanes, a partir de 1945.
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Se reprodujeron miméticamente las fachadas de los edificios y el viario, pero en cambio
se intervino recomponiendo la organización parcelaria y en las tipologías arquitectónicas,
peatonalizando por completo la ciudad histórica y reduciendo las densidades.
Sus principios eran:
1234-
Reconstrucción de la ciudad sin ninguna licencia de interpretación.
Mantenimiento de la actividad residencial.
Aclareo de los patios traseros para mejorar las condiciones higiénicas.
El tráfico motorizado fue expresamente prohibido.
La Renovación Urbana, “Urban Renewal” del siglo XX.
Son actuaciones localizadas en ámbitos muy concretos y reducidos “espacios del
centro urbano de alto valor urbanístico por su posición central en el conjunto de la
estructura urbana”. Estas intervenciones se han utilizado para la creación de nuevos
“Centros direccionales”. Solo se consideran los valores económicos de la operación,
prescindiendo de toda consideración social.
En Europa se iniciaron tras las destrucciones de la 2ª Guerra Mundial. Rótterdam,
Hamburgo, Barbican en Londres. Este modelo se utilizará también en EEUU en la renovación
del centro de Boston. Las formas utilizadas son las del Movimiento Moderno, pero solo para
utilizar sus códigos más arquetípicos de manera superficial: Torres de viviendas,
composición libre, nuevos viarios, separación de tráficos, etc., y todo ello previa demolición
total de los tejidos urbanos preexistentes.
La Recuperación de los Centros Históricos en la urbanística contemporánea.
Desde finales de los años 60. La creciente oposición popular de las izquierdas europeas
frente a las operaciones de renovación urbana, va a coincidir con el aumento de interés
de los medios profesionales por la cuestión de la “Defensa y Conservación” de los centros
históricos.
Hechos clave fueron el congreso de Ámsterdam de 1976 y la “Carta de Venecia”. La
teorización del “Repristino” y la renovación conservacionista parten de la consideración de
la ciudad histórica como un “Bien de valor cultural inalienable”.
El Objetivo inmediato es proteger todo el patrimonio edificado, que debe ser sustraído
de las operaciones especulativas del mercado. El objetivo social es el mantenimiento de la
población residente.
Esta
forma
de
proceder
se
ha
denominado
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“Conservación
Estructural”.
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1.2. EJEMPLOS CANÓNICOS EN EUROPA
1.2.1. LAS INTERVENCIONES HISTÓRICAS EN ROMA
El recorrido como estructuración de la ciudad. La ciudad procesional. La
Roma de Sixto V.
A medados del Quattrocento, mientras Venecia, Florencia y Nápoles eran ya grandes
ciudades plenamente formadas, Roma es todavía un pequeño centro abandonado y
empobrecido a causa de las sucesivas destrucciones llevadas a cabo por tribus de los
“bárbaros” y de la larga ausencia papal por el exilio de Avignon. La Roma medieval era
una pequeña ciudad de 17.000 habitantes concentrados en su mayor parte en el bajo
Campo de Marte dentro de un recodo del Tíber, frente al mausoleo de Adriano o Castillo
de Sant Ángelo.
El periodo del destierro y del Cisma (1309-1417) fue para Roma, una época de
desórdenes incontrolados en que la ciudad fue presa de la anarquía y en la que las
condiciones de vida en su interior eran espantosas.
Los Papas vuelven a una Roma empobrecida tras el fin del Cisma (1309-1417), en 1417
con la elección de Marín V y la renuncia del Papa Luna recluido en Peñíscola, pero no
recuperan el pleno control de la ciudad hasta finales de siglo con Nicolás V y Sixto V.
Nicolás V, dio acomodo en Roma a los artistas emigrados de Constantinopla, tras su caída
en poder de los turcos en 1453.
Las primeras reformas de los Papas renacentistas, consistieron en una radiación de 5
calles que atravesaba la ciudad medieval a partir de la plaza di Ponte frente al castillo de
Sant Ángelo. Cinco calles que se juntaban fuera de los irregulares callejones medievales, la
más importante, será ensanchada, es el Corso Vittorio Emanuele.
Alejandro VI, el valenciano Rodrigo Borja, reformó el castillo de Sant Ángelo y lo utilizó
como residencia papal, y le dio comunicación directa con el Vaticano a través de una
calle que se llamó el Borgo nuovo.
Pablo III y León X ordenan la apertura de las vías Ripetta y Babuino, simétricas a cada
lado del “Corso”, con inicio en la Plaza del Popolo, formando entre las tres calles el famoso
“Tridente”.
Terminadas las Cruzadas con la caída de San Juan de Arce, los Papas cambian el
destino del “Jubileo” y lo sustituyen por PEREGRINACIONES a la ciudad de Roma. Bonifacio
VII atinó con la idea del “año jubilar” y la “venta de indulgencias”. Tuvo enorme éxito, en
el año 1300 hasta 30,000 peregrinos diarios llegan a Roma y en total 2 millones de fieles
visitaron la ciudad ese año. La recaudación de ofrendas y monedas también fue inmensa.
Visitantes y recaudaciones similares se produjeron en los siguientes en años de jubileo.
Roma era una ciudad insegura y para garantizar la seguridad de los peregrinos en las
visitas a las siete principales basílicas romanas, los Papas organizaron un ingente plan de
reformas urbanas disponiendo amplias avenidas que enlazaban estas siete Basílicas por
donde circulaban los peregrinos y sus escoltas.
Utilizaron los ingresos proporcionados por peregrinos de los numerosos “Años Jubilares”
para financiar las grandes obras y reformas de la ciudad. El ambicioso programa de Sixto
V (1585-90) con su arquitecto Domenico Fontana se plateaba los objetivos:
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1º Hacer de Roma una Capital digna de la Cristiandad, que era el lema de Bonifacio VII,
300 años antes.
2º Integrar en un único “Sistema Viario” las calles abiertas por los anteriores Papas, con
las nuevas proyectadas por Fontana. Tenía como base principal la Vía “Felice” y enlazaba
directamente las siete Basílicas de Roma: San Pedro, San Juan de Letran, Santa Maria la
Mayor, San Pablo, San Lorenzo, Santa Cruz en Jerusalén y San Sebastián.
3º Repoblar las colinas de Roma, proporcionando suministro de agua con el acueducto
“Felice”. Sixto V no estaba interesado solamente en facilitar el ceremonial religioso, era
también consciente del papel estratégico que podían jugar las nuevas calles proyectadas
en la repoblación de los barrios deshabitados pero climáticamente mas saludables.
4º Sixto V, enfermo y consciente de no poder ver el final de su obra, ordenó situar
OBELISCOS en los puntos clave de la proyectada ciudad y en los cruces y plazas
importantes. Eran los sitios que en los siglos venideros habrían de urbanizarse.
Cuatro Obeliscos se situaron en la futura plaza del “Popolo”, en la estrada “Felice” frente
a Santa Maria, frente a San Juan de Letran y frente a la basílica de San Pedro.
Roma pasó de 35.000 habitantes en 1458, a 80 000 habitantes en 1580 y a 125.000
habitantes en 1650.
Se puede establecer una comparación entre Sixto V – Domenico Fontana con
Napoleón III – Haussmann:
“Ambos gobernantes fueron responsables de hecho, de dotar a sus respectivas
ciudades ya antiguas de una incomparable estructura de Vías Primarias”
Sixto V se encargó de resolver el suministro de agua potable, creó un servicio de
recogida de basuras con carros, reparó el sistema de alcantarillado etc.
Plano de Roma de NOLLI de 1748. Ver plazas de Roma.
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1.2.2. PARÍS CIUDAD HISTÓRICA Y REFORMA INTERIOR
La ciudad desde la arquitectura. La imposición de un orden formal
Lutecia, el núcleo originario del París medieval está situado en una isla del Sena. La
ciudad medieval tenía tres partes: la citté, en la isla fluvial, la Université y la Ville, situadas en
ambas orillas del río.
En el siglo XVI, París se convirtió en capital de una nación unida y escenario de la
brillante corte que rodeaba al rey Francisco I (1515-1547) que reconstruyó el viejo castillo
medieval del Louvre.
En esta época los límites de la ciudad eran las murallas medievales del siglo XIV, que
encerraban una ciudad de 10.000 habitantes.
La trama urbana de la ciudad medieval, reúne las características de una forma urbana
orgánica, no planeada, en la que no existen apenas espacios públicos. Sólo pequeños
“patios” delanteros frente a Notre Dame y frente al Hotel de Ville.
Sólo los huertos de los conventos aportaban el mínimo espacio libre. Estos espacios
abiertos y jardines desaparecieron paulatinamente durante los siglos XVII y XVIII como
resultado de un proceso especulativo de crecimiento sobre sí misma.
Los tres puentes del Sena estaban ocupados por edificios alineados a ambos lados,
igual que las riberas del río.
El urbanismo continuado renacentista-barroco, ocupa un dilatado periodo entre el XVI y
el XVIII, en el que poco se hizo para reestructurar el núcleo medieval a excepción de:
- Iniciar la creación del eje de los Champs Elysées hacia el Oeste.
- El trazado de los primeros “grands bulevards”
- Plazas formalizadas con arquitectura uniforme.
Las intervenciones estuvieron limitadas a acciones puntuales, a configurar fragmentos
aislados de la ciudad, bien en vacíos interiores o en terrenos contiguos. Las más
trascendentes actuaciones barrocas sobre la ciudad fueron los sucesivos anillos de murallas
renacentistas, el nuevo palacio del Louvre y la Plazas Reales, en las que crearon un ámbito
majestuoso convenientemente dispuesto para contener la estatua ecuestre del Rey.
El espacio público de la ciudad barroca. Calles plazas y monumentos.
Las plazas de París.
Place Dauphine y Pont Neuf 1604.
La punta final de la isla de la citté, fue donada por Enrique IV al presidente del
Parlamento, el cual dispondría una plaza residencial construida en honor del “delfín” Luís
XIII sobre unos vacíos y unos islotes del río. Fue la primera de las cinco plazas renacentistasbarrocas o recintos residenciales proyectados de acuerdo con unas directrices
arquitectónicas uniformes.
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La diferencia en este caso, aparte de la forma triangular de la planta, está en el hecho
de que la estatua del rey se ubica al otro lado del puente nuevo, fuera del recinto de la
plaza. La estatua ecuestre del rey, era la condición básica para el consentimiento real
para urbanizar la plaza y su entorno.
El puente nuevo se construyó sin edificios a los lados para facilitar el tráfico por el
puente.
Plaza de los Vosgos o Plaza Real 1612.
Hotel des Tournelles, propiedad de la corona. Espacio donde se celebraban “torneos”
medievales. Enrique II murió en uno de ellos y su viuda, Catalina de Médicis lo demolió, y
toda el área permaneció abandonada durante años.
Enrique IV, decidió edificar una plaza cívica, formada por la agregación de tres franjas
de casas en hilera del mismo estilo, ocupando tres lados de la plaza, y el cuarto abierto al
Sur donde existía un edifico fabril de hilaturas. En 1612 se derribó el lado Sur y se edificó el
cuarto lado idéntico al resto.
Tal como se terminó, la Place Royal, es de gran trascendencia en el urbanismo europeo
como prototipo de plaza residencial. Además de darle la forma cuadrada, excluida del
tráfico, se decretó que todos los edificios que miran a la plaza debían ajustarse a un mismo
diseño de fachada.
El conjunto edificado estaba formado por 38 casas de fachadas uniformemente
diseñadas. La planta baja porticada daba un acceso cubierto a las viviendas, y permitía
una conexión continua entre las casas. Dos plantas de viviendas en los pisos superiores,
rematados con tejados de fuerte pendiente acabados en pizarra que contenían una hilera
de buhardillas.
En el centro de los lados N y S unos edificios de mayor altura contenían las únicas
entradas de doble arco a la plaza.
Lugar de residencia de la nobleza bajo la mirada y control del Rey. En 1639 Richelieu
ofrendó la estatua ecuestre a Luís XIII para situarla en el centro de la plaza. El uso
tradicional del espacio central como campo de torneos, continuo durante algunos años.
Las ventanas servían como adecuados palcos.
Plaza des Victoires 1678.
Plaza circular con origen en la urbanización de una gran parcela en la esquina de los
jardines del Palacio Real.
Mansart fue el responsable de su trazado y autor del proyecto de la fachada uniforme
circular en torno a la plaza. Seis calles afluyen a la plaza, solo dos siguiendo ejes radiales. El
foco de atracción es la estatua ecuestre de Luís XIV rodeada de cuatro grupos de farolas
que iluminaban la noche.
Alterada en 1883 por una gran arteria de tráfico, solo ha sobrevivido parte de ella. A
pesar de sus fachadas espléndidas, la plaza no llega a dar la impresión de plaza cerrada, a
causa de que sus aberturas a las calles son excesivamente numerosas.
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Place Vendôme.
Construida en terrenos que formaban parte de la villa
urbana y jardines del
empobrecido duque de Vendôme, que a su muerte se vendieron.
Mansart, arquitecto y hombre de negocios acometió la tarea de urbanizar los terrenos
destinados a residencias, con fines especulativos y con ayudas financieras. En 1699 se
construyó una estatua ecuestre en el centro de la plaza dedicada al rey Luís XIV
En 1702, a la vista de que nadie compraba los solares, se construyeron solo las fachadas
que rodean la plaza. Las parcelas traseras se arrendaban por unidades correspondientes a
las crujías de los alzados.
Una altura de tres plantas y buhardilla, con la altura limitada a 18 metros, que era la
altura de la estatua del Rey Luís XIV. Esta fue destruida por la Revolución y sustituida en 1810
por la columna de “Austerlitz” de 44 metros, que ahora aparece fuera de escala.
El eje de los Campos Elíseos. 1563-1854
Catalina de Médicis, cansada del viejo castillo del Louvre, añoraba los jardines italianos
de Florencia, y mandó construir un nuevo palacio fuera de las murallas con un amplio
jardín a la italiana. Fueron el Palacio y jardín de las Tullerías que se terminaron bajo el
reinado de Enrique IV, quien conectó el nuevo palacio con el viejo, mediante la “galería
del Borde del Agua”
En el inicio del siglo XIX bajo Napoleón I se inicia la galería del Norte a lo largo del lado
meridional de la rue Rivoli, cercando un enorme patio, para lo cual fue preciso demoler un
barrio popular entero. El lado Norte del Louvre fue terminado por Napoleón III en 1857.
En 1871 los revolucionarios de la Comuna de París, incendiaron el palacio de Catalina
de Médicis, que quedó en ruinas afectando también al final de las alas N y S. El palacio de
Catalina fue demolido y los extremos de las dos alas fueron reconstruidos de nuevo,
quedando una configuración de palacio de gran patio abierto al jardín de las Tullerías, tal
como lo vemos hoy.
El eje central de Champs Elysées fue iniciado en 1667 por Le Notre. Comienza con una
teatral perspectiva hacia lo alto de la suave pendiente en dirección al la plaza de la
Estrella y continúa igualmente magnífica su prolongación descendiendo hacia el puente
Neuilly, y hoy sigue más allá del Sena hasta el Arco de la Defense.
Entre las Tullerías y el inicio de los Campos Elíseos, aún no existía la plaza de la Concorde.
Quedaba un espacio informe con múltiples cruces de caminos.
La place de l´Etoile, aparece en 1740 como un “rond-point” de ocho avenidas en el
centro de un descampado. El Arco de Triunfo fue puesto por Napoleón en 1806. La plaza
de la Estrella fue terminada por Hausmann en 1854, con 12 calles radiales y una calle
anular concéntrica.
Hacía 1709, la operación de plantado extensivo de árboles y variedades vegetales
estaba tan avanzada como para que el sector fuera conocido ya como los “Campos
Elíseos”.
Desde su inicio en 1563 por Catalina de Médicis, la creación de este “Eje Urbano” tardó
más de 250 años en culminarse. Varias generaciones de reyes, técnicos y constructores
respetaron la herencia del pasado y mejoraron la “Vía procesional” más emblemática del
mundo.
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Place Concorde 1775.
El proyecto de esta plaza fue el resultado de un concurso ganado por Gabriel. Resolvió
un difícil problema arquitectónico: Definir una plaza sin arquitecturas, no separarla de los
jardines y organizar conexiones coherentes con los 4 ejes preexistentes.
La solución de Gabriel, consiste en hacer un foso de 5 metros, rodeado por una
balaustrada. Con ello se definía el espacio central principal. Las esquinas se achaflanaban
para resolver la entrada de la “Cours” de la Reina en la plaza y la avenida simétrica.
Primero tuvo en su centro la estatua ecuestre de Luís XV. Años más tarde fue sustituida
por el “Obelisco” de Luxor. En 1854 se rellenan los fosos y queda con su aspecto actual.
Grandes Bulevares.
En 1660 los éxitos militares de Luís XIV, dan a Francia un continuado periodo de paz en el
interior del país. Ello permitió la demolición de las ruinosas murallas de París.
Entre la Bastilla y las Tullerías quedó explanado un arco de 5,5 Km., en el que se dispuso
una calzada central con anchura para cuatro carriles de carruajes, flanqueando por
sendas bandas peatonales con doble hilera de árboles a cada lado.
El término bulevar, literalmente línea de baluartes o fortificaciones, se fue aplicando a
este tipo de espacio lineal en derivación del término nórdico Bulvirke (Baluarte)
La línea de bulevares, marcaba los limites del París construido, más allá eran campos. En
el XVIII se convirtieron en elegantes áreas de recreo al aire libre, escenario de
“promenade” a la moda.
Dos nuevos recintos amurallados, fueron construidos en 1791 y 1845. Ambos anillos
sucesivamente fueron sustituidos por bulevares.
La reforma interior de París. La creación de la ciudad burguesa. Un nuevo
orden urbano para la calle.
Los últimos tiempos del barroco dieron prueba de una maravillosa capacidad para
dominar el espacio exterior, como atestiguan las obras de Versalles y Roma.
En aquel periodo se poseía un conocimiento profundo de las relaciones que existen
entre edificio y calle, entre edificios y naturaleza.
Pero el sentimiento del que derivaba la organización urbana barroca, era consecuencia
de su orden social aristocrático, que prima al poderoso y olvida al ciudadano. Por ello
limitaba su atención a las relaciones entre los palacios residenciales y la articulación del
espacio de las magnificas y bellas plazas de las ciudades. “Squares” arbolados en Londres,
Plazas Reales en Francia, Plazas Mayores en España.
Todas las construcciones de la época eran para la Iglesia, para el rey o los nobles. Las
viviendas de la población, del pueblo llano, no entraban en aquellos proyectos. Así
sucedía que la ciudad, excepto los palacios, era sencillamente una aglomeración de
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casas totalmente descuidadas. Todo lo relacionado con el pueblo llano estaba
abandonado al desorden.
Tuvo que llegar el siglo XIX y la Revolución francesa para que se tuviera en cuenta la
residencia burguesa y se estableciera un nuevo orden urbano para la calle.
La calle Rivoli, de 1801 representa la transición del barroco a la urbanística del siglo XIX.
Fue un encargo de Napoleón a Percier y Fontaine, creadores del “estilo Imperio”. La calle
estaba destinada a la rica burguesía y ofrecía una visión de los jardines de las Tullerias,
proyectados por Le Notre. Es la más bella calle de París.
Percier y Fontaine, adoptan la forma de ordenanza dibujada, con un diseño sin
pretensiones pero lleno de atractivos. Las arcadas sobre columnas de la planta baja están
rigurosamente alineadas. Los balcones de los pisos primero tercero y ático son continuos.
Las paredes de piedra natural son enteramente lisas.
Tiene la función residencial y comercial conjuntamente. Las tiendas en la planta baja
protegidas por los pórticos, ofrecen sus continuas fachadas escondidas, para que no
estropeen la imagen de la calle con la publicidad. Esta calle contiene ya un nuevo orden
urbano y una estratificación social del edificio residencial.
Inspiró a John Nash en el trazado de Regents Park y los edificios que le dan frente.
El París de Napoleón III y su prefecto Haussmann
El ejemplo más importante de Reforma Interior son las transformaciones de París
llevadas a cabo durante el Segundo Imperio entre 1850 y 1870.
París en muchos aspectos había sido el centro de Europa. Este espíritu animador de
cada época se halla materializado en sus monumentos. Pero esta espléndida herencia, se
hallaba confundida entre el piélago de callejones de una ciudad absolutamente
desorganizada, en donde los monumentos quedaban aislados del los demás por un
verdadero laberinto de callejuelas.
Esto queda fielmente reflejado en “Los Miserables” de Víctor Hugo, y fue aprovechado
para las “barricadas” de La Comuna que cerraron las calles y que el ejército se vio
impotente para desalojar.
Esta situación fue drásticamente transformada por Napoleón III y su prefecto
Haussmann, en una colosal reforma de la ciudad conocida como los “grandes trabajos”.
Napoleón III cuando nombró a su prefecto le puso delante un plano de París lleno de
calles nuevas coloreadas con distintos colores por orden de prioridad, pero la ejecución
fue una tarea conjunta de ambos junto a un excelente equipo de colaboradores.
Los objetivos de esta reforma están influidos por la preocupación ante los posibles
levantamientos populares, el último se produjo en 1852.
Napoleón III y Haussmann, conciben su reforma mediante la intervención a cuatro
niveles:
1º- Reforma de la Estructura urbanística, con grandes aperturas viarias y construcción de
nuevos barrios residenciales, y de grandes equipamientos de nivel ciudadano. Se crearon
95 KM de nuevas calles y se destruyeron muchas de las antiguas, pero el resultado fue una
nueva y extraordinaria “Red Viaria Estructural” que integra también a los bulevares
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barrocos y los inserta en un conjunto coherente, que une los principales lugares de la
ciudad.
2º- Parques y Jardines. Realizaron el Bois de Boulogne y el Bois de Vincenns.
Construyeron Escuelas, mercados, hospitales, cuarteles, prisiones etc.
3º- Renovación de redes de infraestructuras y servicios urbanos. Todo el ciclo hidráulico:
agua potable y alcantarillado; la nueva instalación de alumbrado por gas. Organizan una
red de transporte público con coches de caballos.
4º- Reorganización administrativa y finanzas públicas. Participación del Estado. Ley de
expropiación de bandas paralelas a las nuevas calles. Especulación como técnica de
financiación de las obras. Anexión de los municipios, organizando 20 distritos con una
superficie de 8.750 ha.
La “salubridad” de los barrios populares se abordaba mediante demoliciones masivas
de los viejos tejidos urbanos insalubres para abrir nuevas calles y la consiguiente
construcción de nuevos barrios periféricos.
Esta teoría de “aperturas regeneradoras”
aisladamente.
o “sventramentos” no puede entenderse
Cita de Aymonino:
“El sistema del “sventramento” no es una invención del 2º Imperio, la invención es haber
convertido el “sventramento” en el instrumento principal de transformación de la forma
urbana y haberlo adoptado para la realización de un nuevo Sistema de Estructura urbana
global”.
En 20 años, entre 1850-70, el grado de transformación de París es realmente
impresionante. 95 Km. de calles nuevas, de nuevos bulevares, son construidos a la vez que
se destruyen otros 50 Km. del viario antiguo. Ejemplo de operativa: Avenida de la Opera.
Desde la perspectiva de los referentes formales, la teoría de la Reforma interior
haussmanianna, es “Tradicional”, igual que el barroco: Culto al eje, a la perspectiva, a la
simetría radio-céntrica, etc.
La calle como Unidad Básica: Mezcla de funciones varias, asocia locales destinados a la
producción, con residencia y tráfico. Es una mezcla de usos, con ello las viviendas se ven
expuestas al ruido de la calle, a molestias y excluidas del contacto con la naturaleza.
Fachadas uniformes: Se difundió por todo París la fachada uniforme, caracterizada por
altas ventanas a la francesa con acentos de barandillas de hierro y con adopción de
formas típicas del Renacimiento. Parece como si volvieran a aparecer en el siglo XIX las
ultimas huellas de aquella unidad que caracterizó al urbanismo barroco.
Las proporciones de la calle: “Culto al eje” de los franceses, “grandes perspectivas” “el
edificio puesto al final de un bulevar se pierde en la lejanía”. La enorme longitud de las
calles es un fenómeno nuevo en el urbanismo, ello impide que puedan ser percibidos
como ambiente perspectivo. El bulevar evolucionó a partir de la calle barroca pero en el
París del siglo XIX se modificó el concepto, colocando casas a los lados de los árboles,
dando forma a calles interminables.
El tráfico se convierte en el problema principal: Tanto que relega al último plano a la
residencia. Que las casas ocupaban un lugar secundario podemos verlo en los grabados
contemporáneos. Todos los problemas y aspectos de la vida ciudadana son sacrificados a
los problemas del tráfico.
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Nuevo ambiente urbano: En los bulevares de Haussmann, los diversos espacios pierden
su individualidad y se entremezclan unos con otros. Las fachadas de las casas pasan a un
segundo término genérico y los elementos de “mobiliario” urbano pasan a primer plano; el
paso de los peatones y vehículos, que cambia constantemente, transforma la ciudad en un
“espectáculo” permanentemente “mudable”. Es el ambiente que describieron los
escritores
realistas
y
los
pintores
impresionistas.
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1.2.3. LA REFORMA INTERIOR DE VIENA
El conjunto de “Planes de Reforma” de 1858-70 tenía como objeto central el “glacis” de
las murallas, pero es esta intervención se propondrán las medidas para la ciudad histórica,
que sin alterar la forma de ésta, acabaran por establecer un “modelo” de readaptación
de las ciudades históricas a las nuevas exigencias funcionales de la sociedad actual.
La intervención en Viena será básicamente “formal” en el glacis y “funcional” en la
ciudad histórica.
En las bases del concurso de “Ring” de 1858 se dice que “la adaptación de la ciudad
histórica deberá realizarse en el marco del respeto a sus características formales. El
resultado del concurso fue la urbanización del glacis con el famoso anillo sobre el que se
apoyaron los grandes equipamientos monumentales y nuevos conjuntos de viviendas en
manzanas.
Los nuevos tejidos urbanos del anillo, se integran con los de la ciudad histórica pero su
trama se verá alterada solo por sustituciones puntuales de edificios que alcanzaran al 75 %
del total, y cambiando sus funciones que ahora serán: “comerciales y terciarias” y no
solamente residenciales como antes, con lo que se convertirá en un centro representativo
y comercial.
Primera fase: Construcción de nuevos “Equipamientos Institucionales” que abandonan
la ciudad histórica y se instalan en el “Ring”, con lo que aquella pierde el carácter de
centro civil y religioso que había ostentado desde el medioevo.
Segunda fase: Con la mejora de la accesibilidad, por eliminación de las murallas, la
construcción del “Ring” y su posición central con la nueva red viaria, el centro histórico
altera de nuevo su papel en el conjunto de la ciudad “Reestructurada” y acabará
convirtiéndose en su nuevo “centro comercial direccional”.
La intervención en la ciudad antigua de Viena sirvió para demostrar que era posible
llevar a cabo políticas de conservación morfológica de los tejidos históricos sin condenarlos
a su destrucción.
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1.2.4. LONDRES CENTRO HISTÓRICO Y REFORMA INTERIOR
Espacio público espacio privado. Los states ingleses
A principios del siglo XI, los monarcas ingleses trasladan su residencia a Westmisnter,
lugar en que se fundó un recinto real, con iglesia, monasterio y palacio. Westmisnter está
situado a varios kilómetros del la City de Londres, aguas arriba del Támesis. Junto al palacio
real se desarrollaron los jardines que hoy constituyen el parque público de Sant James.
Estos dos centros urbanos, city y palacio real, estaban conectados por las vías Whitehall
y Strand. Las tierras situadas entre ellas y el río se destinaron a palacios urbanos de las
familias nobles.
Covent-Garden
Fue en este lugar al norte de la calle Strand, donde la urbanización del Covent-Garden
introdujo el urbanismo renacentista en Inglaterra, de la mano del cuarto conde de Belford.
En 1630 a cambio del pago de 200 libras, se concedió licencia de obras según orden
personal del rey. Se exigía a cambio que la ejecución de su edificio “especulativo” se
hiciera “a tal escala y de tal modo que supusiera un embellecimiento para Londres y no
un mero ensanche de la capital”. Se le impuso a Iñigo Jones como arquitecto.
La plaza adoptó la forma de un rectángulo, situado al Norte del jardín de los Belford.
Sus lados Norte y Este contenían casas en hilera de diseño uniforme, otras casas
flanqueaban la Iglesia de San Pablo en el lado occidental. El lado Sur quedó libre.
Dos calles penetraban en la plaza por los puntos medios de los lados, siguiendo los
modelos franceses de plaza Real que Iñigo Jones conocía de la época de Enrique IV.
La Great Queen Street 1640, una ampliación de la plaza Lincoln´s Inn Fields, ha sido
considerada como la primera calle uniforme de Londres, construida con fachadas “al
gusto italiano” y sirvió de modelo al método de diseño arquitectónico de conjunto, que
presidiría la construcción de los barrios londinenses en los dos siglos siguientes.
El desarrollo de Londres en el XVIII.
Londres sustituye a Ámsterdam como centro del comercio mundial. A mediados del
siglo XVIII, Londres es más grande que París y al final de siglo alcanza el millón de
habitantes.
El espectacular desarrollo de Londres, no lo lleva a cabo una planificación municipal
como en Ámsterdam, ni una coordinación por parte de la Corte del Rey como en París,
sino que Londres es un “mosaico de pequeñas iniciativas”, (parcelamientos promovidos por
propietarios de los terrenos, nobles o burgueses) alternadas por frecuentes Espacios
Verdes, públicos o particulares.
Algunas de estas iniciativas son composiciones arquitectónicas equilibradas, calles o
plazas rodeadas por casas todas iguales, con jardines comunitarios en el centro, como
plaza Grovenor , Bloomsbury Square y muchas otras plazas.
Pero la repetición de estos episodios forma un conjunto nuevo y desconcertante, una
periferia gigantesca e inabarcable, que continúa creciendo en todas direcciones y que se
mezcla gradualmente con el campo sin llegar a un límite definido.
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La rica nobleza inglesa, construye en el campo palacios y villas grandiosas, en cambio
en la ciudad edifica casas normales que se unen a las demás en un tejido continuo.
Bloomsbury Square.
En 1650, lord Southampton consiguió permiso para construir en sus propiedades una
casa para sí mismo y una plaza residencial adjunta que le daba frente, en la parte Sur de
la misma.
La plaza consistía originalmente en dos hileras de casas situadas al Este y al Oeste. La
casa fue derribada en 1800 y se añadieron casas en hilera en el lado Norte que
completaban la plaza.
Luego se dispusieron los jardines en el centro. Fue la plaza más amplia que había tenido
Londres hasta entonces.
Sant James´s Square.
Promotor lord Albans, que obtuvo el permiso del rey. La idea inicial de construir
residencias para nobles, fue abandonada y en su lugar se pensó en un esquema análogo
a Bloomsbury. Se parcelaron los terrenos en 22 solares que se arrendaban a ricos personajes
para sus propias casas y a especuladores profesionales.
Lord Albans, construyó un mercado y reservó un solar situado en el eje central de la
plaza para la iglesia de Sant James´s, construida por Wren entre 1676 y 16484.
Pórtland Place.
La arquitectura urbana de mayor calidad durante este periodo es la de Pórtland Place,
proyectada por los hermanos Adam en 1774 como la calle más ancha de Londres.
Incorporada años más tarde a la vía triunfal de John Nash, entre Regent´s Park y Carltón
House.
El precedente de Nash. Regent Street,
A John Nash, le correspondió como arquitecto de parques Forestales, ordenar y
proyectar la urbanización de los terrenos de la Corona Inglesa, cuyo resultado fue el
“Regent´s Park” y las viviendas “Terracce” que lo rodean.
Luego, se planteó el problema de dotar a estas residencias del parque, de una
conexión apropiadamente majestuosa con los barrios céntricos de Sant James y
Westminster.
Regent Street nombre de la calle, se dirige hacia el Sur desde el parque y llega hasta la
residencia del Príncipe en Carlton House, sita en el extremo norte de Sant James Park.
Al inicio de parque, Pórtland Place, “La más grandiosa calle de Londres” en opinión de
Nash, debía formar lógicamente, el tramo norte de la nueva vía. El extremo meridional
quedaba determinado por el emplazamiento de la Carlton House, al lado sur de Pall Mall.
El problema consistía en trazar un eje entre ambos puntos. Según Nash, la nueva calle
debía constituir “una frontera que establezca la completa separación entre las calles y
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plazas ocupadas por la nobleza y la alta burguesía y las humildes moradas de los
trabajadores manuales y los comerciantes”
El eje se trazó a lo largo de una línea Norte-Sur junto al límite de May Fair. Solamente
quedaba conectar ese tramo central con el inicio y el final de la calle ya decididos.
En la apertura de Picadilly Circus, Nash abandonó la idea inicial de plaza cuadrada y
proyectó un “circus” secundario en el cruce y desarrolló su famoso cuadrante que gira al
Oeste y luego al Norte formando un tramo curvo y continuo de la calle.
Desde Oxford Street hasta Pórtland Place, la alineación vino definida por la necesidad
de mantenerse a una distancia respetable de Cavendish Square.
Las complicaciones que presentaba la Foley House, situada en el eje de Pórtland Place,
“brindaron a Nash la oportunidad de llevar a cabo un segundo cambio de dirección,
frente al atrio circular coronado con una aguja de la Iglesia de All Souls, de tal modo que
conduce el movimiento en ese difícil giro hacia Regent´s Street con vigor y armonía”.
(Edmund Bacon).
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1.3. LAS INTERVENCIONES RECIENTES
1.3.1. EL PLAN DE PROTECCIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO DE BOLONIA
La situación italiana. La experiencia de Bolonia
Cervellati, Scanavini
La experiencia llevada a cabo por el Ayuntamiento de Bolonia en los años 70 se ha
convertido en el “paradigma” y polo de referencia y debate de lo que debe entenderse
hoy por “Recuperación de la ciudad histórica” conservando tanto los edificios como la
población residente. “Il Recupero” como se expresa en italiano
y así ha quedado en la terminología urbanística.
El objetivo fundamental se basa en el respeto por el pasado histórico como “Patrimonio
Universal”. Respeto a un patrimonio y a un pasado que al estar en peligro de desaparición,
adquiere el significado de “Salvamento de la ciudad histórica”.
El objetivo urbanístico es la conservación del centro histórico mediante su incorporación
a la estructura global de la ciudad como una parte diferenciada y cualificada a través de
su propia especialización.
Esta forma de proceder se ha denominado “Conservación Estructural”.
En el Plan de Bolonia, la visión puramente romántica y funcional de la ciudad antigua
ha sido sustituida por una atenta lectura histórica y morfológica de la estructura urbana
existente y propone como meta la “conservación de la forma de la ciudad”
entendiéndola como una dialéctica entre permanencia y cambio.
- Permanencia: Tejidos y organismos urbanos que deban conservarse.
- Cambio: Admitir los sucesivos cambios morfológicos coherentes con la evolución de la
tipología edificatoria.
El método para identificar las leyes de formación de los tejidos urbanos, consiste en
establecer identidades y analogías formales en base a dos variables fundamentales:
“Parcelación” y “Tipología”, entendida esta como repetición homogénea de caracteres
estructurales.
Sus dos propuestas más interesantes son:
RESTAURO: de los edificios existentes con el objetivo de la recuperación de las tipologías
de cada manzana o “isolato”.
REPRISTINO TIPOLÓGICO: se aplica allí donde sea necesaria la reconstrucción sobre
espacios vacíos y vacantes.
Ejemplo: la identificación de la formación del tipo en el “comparti San Lorenzo” en la
manzana C.
Los objetivos técnicos detallados:
-Preservar el centro histórico de la destrucción. Protección Patrimonio. Catálogos.
-Integrar el Patrimonio dentro del contexto económico y social de la ciudad confiándole
una “función activa” como equipamientos.
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-Dotar a la ciudad histórica de todos los estándares técnicos y servicios necesarios
-Racionalizar la caótica red viaria y predisponerla a destinar tramos incompatibles al
tráfico al uso exclusivamente peatonal.
El Método: Análisis minucioso con “Fichas individuales” de todas las tipologías.
Categoría A: Grandes conjuntos monumentales.
Categoría B: Edificios complejos con patios.
Categoría C: Edificios privados de viviendas obreras y artesanas del XVI al XVIII
Categoría D: Edificios privados tradicionales con variaciones de escala y tipo.
Programa de conservación: Clasificación de las posibilidades operativas de
intervención, no solo en monumentos sino también en los edificios que conforman el
ambiente urbano, hacia los cuales se vuelca el vivo interés de nuestra actual cultura
urbanística.
Formas de intervenir sobre los edificios:
1Restauración con conservación integral.
2“Repristino” Rehabilitación.
3Reconstrucción previa demolición parcial o total.
Conclusiones:
La experiencia de Bolonia demuestra que es posible un uso renovado de la vivienda en
las ciudades históricas dentro del respeto a los caracteres urbanísticos originarios.
El tráfico motorizado, es incompatible con el tejido urbano de la ciudad histórica, al
menos en los niveles actuales. Admitir el tráfico actual, implica aceptar graves alteraciones
en la trama urbana.
La reutilización de los grandes “contenedores históricos” Conventos, Iglesias Palacios,
huertos etc., con usos nuevos de “equipamiento social” básicamente docentes.
Necesidad de gestión pública directa. Solo de la gestión pública asegura que los
objetivos sociales de mantenimiento de la población residente, se cumplan y no sean
desvirtuados por la iniciativa privada.
En ocasiones se ha criticado de la experiencia boloñesa, que la metodología proyectual
es excesivamente cerrada y formalista. Y que es de difícil traslación a otras ciudades
menos valiosas. Los mejores resultados se dan en ciudades históricas monumentales. En
España las ciudades de Salamanca y Santiago de Compostela.
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1.4. LOS CENTROS HISTÓRICOS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS
El proceso de degradación material y social
Un simple recorrido por nuestras ciudades históricas, puede ser suficiente para
comprobar el estado de degradación física y social en que se encuentran los barrios
históricos y del proceso de destrucción del patrimonio histórico edificado, como lo
evidencia el gran numero de ruinas y solares existentes.
El proceso que conduce a la destrucción de una ciudad histórica expresado de forma
sintética puede ser denominado espiral degradación –renovación.
El proceso comienza por la perdida de población, precisamente la más joven, atraída
por las mejores condiciones de habitabilidad de las zonas modernas.
Si el planeamiento crea expectativas de rápido beneficio, se inicia la rápida
obsolescencia de las edificaciones, que se manifiesta con el abandono de las viviendas,
de los talleres y de los comercios, en la falta de mantenimiento de calles, infraestructuras y
espacios públicos. Las declaraciones de ruina y los derribos se suceden de forma
vertiginosa. El comercio falto de clientes, entra en decadencia y los cierres de traspasos no
tardan en generalizarse.
A estas alturas del proceso, la degradación ya es general y a ella suele contribuir la
entrada de grupos y actividades marginales, incluso delictivas: tribus urbanas, ocupas,
inmigrantes ilegales, tráfico de drogas etc., etc.
El deterioro social fuerza la salida de los residentes que todavía pueden hacerlo, con lo
que el barrio se empobrece todavía más y se deteriora hasta extremos, que convierten el
barrio en un territorio desolado.
El proceso termina cuando la opinión pública “sensibilizada” convenientemente por los
medios de información, reclama la adopción de medidas urgentes para acabar con tal
“vergüenza” y sanear la zona. Ejemplo Barrio: de pescadores de Valencia a principios del
XX.
Sanear quiere decir renovar, derribar las últimas casas ruinosas y construir un moderno
barrio a la “medida de las necesidades de la sociedad actual”.
Consecuencia:
Desaparece cualquier vestigio histórico; a lo sumo se salvará algún monumento
convenientemente aislado que le dé al barrio un “tono” de calidad. Por supuesto que, de
la población primitiva, que constituía parte de la personalidad y naturaleza de la ciudad
histórica, no quedará ni rastro.
En su lugar un limpio y moderno “Centro urbano” se habrá levantado, sin que la
ciudadanía haya podido darse cuenta de lo que pasaba, antes de que fuera demasiado
tarde.
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1.4.1. EL PLANEAMIENTO PARA LA CONSERVACIÓN
El Plan Especial de Protección de la Villa de Madrid
Durante el ciclo “degradación – renovación de los años 60-70, el centro histórico de
Madrid perdió elementos arquitectónicos valiosos y se vio afectado por operaciones de
recalificación física y social, en el más puro estilo “Urban renewall”.
La oposición ciudadana y de colectivos profesionales a las operaciones de derribos,
fuerzan a la Administración a intervenir para poner coto a la paulatina destrucción de la
ciudad.
En 1977 se aprobó un “Catalogo” de protección del Patrimonio Arquitectónico que
incluía a 3.000 edificios. Representa una intervención de la cultura de la protección, forjada
en torno a los análisis tipológicos y morfológicos de la ciudad histórica.
Este entendimiento de la ciudad como una Arquitectura, es deudor de la influencia
italiana, en la que destacan las obras de los arquitectos Rosi, Aymonino, Cervellati,
Scanavini, entre otros, y sirve para articular una vía de protección física a la ciudad, dado
que el Catálogo prohíbe la demolición de los edificios incluidos en él.
El Plan Especial de Protección de la Villa de Madrid de 1980, con los mismos criterios del
Catalogo, prima la defensa individualizada de los edificios en tres niveles de protección:
Nivel 1
Nivel 2 PE
Nivel 3 PA
PI
Protección Integral.
Protección estructural.
Protección Ambiental.
En la normativa, indica según niveles de protección los tipos de obra que pueden
realizarse en cada edificio: Conservación, Restauración, Consolidación, Rehabilitación,
Reestructuración, o nueva obra.
Las elecciones de 1982, con la llegada de los Ayuntamientos democráticos, van a
significar un cambio de rumbo en la política urbana del Ayuntamiento de Madrid, que
plantea tres líneas prioritarias de actuación:
123-
Restricción y ordenación del uso terciario.
Recuperación residencial y apoyo a funciones productivas.
Rehabilitación y mejora del patrimonio arquitectónico.
Es el primer instrumento normativo de una línea política de “RECUPERACIÓN URBANA”.
Este Plan Especial, es uno de los pilares de la nueva concepción estratégica del
urbanismo madrileño, en la línea de “La salvaguardia de la ciudad existente”.
En el Plan Especial de la Villa de Madrid, se sintetiza y cristaliza toda una década de
reflexiones culturales y doctrinales sobre el fenómeno de lo urbano.
El Plan Especial, se alinea por la conservación, protección y defensa del patrimonio
urbano. Toma postura contra el despilfarro especulativo. Asume la defensa del residente y
de las actividades tradicionales frente a la expulsión a la periferia de las clases populares.
Es el defensor del mantenimiento de las señas de identidad, que la ciudad, a través de
su estructura urbana, representa para la población.
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1.4.2. Los Planes Especiales de la Ciutat Vella de Barcelona
Barcelona ha ordenado la planificación y la gestión de Ciutat Vella mediante la división
en cuatro sectores:
Barri gòtic: Ciudad romana, ciudad medieval, Catedral y Plaça San Jaume.
Sector Oriental: Ciudad medieval formada en los siglos X a XIV.
Raval: Formado en XVIII y XIX sobre los caminos, conventos e Iglesias medievales.
Barceloneta: Nueva ciudad de la Ilustración construida extramuros en el XVIII.
La superficie de Ciutat Vella es de 386 Ha que representa el 4 % del municipio.
Los habitantes en los 70 eran 118.940 que representaban el 7 % de la ciudad.
La densidad media es de 300 hab/Ha y en algunos puntos llega a 700 hab/Ha, mientras
que la media de toda la ciudad es de 180 hab/Ha.
La perdida de población desde 1974 es del 40 por 100 de reducción por el
despoblamiento y por el proceso de marginación social.
Las fuertes densidades de población y de actividades, están apoyadas por una
estructura viaria muy débil, ya que fuera de elementos importantes como Rambla, Vía
layetana y Paseo Colón, que definen el perímetro de los barrios, el tejido urbano se
organiza sobre una red de calles de 3 a 6 metros de ancho.
El déficit de equipamientos públicos, a pesar de su centralidad es de los más altos de
Barcelona, sobre todo escolar y sanitario.
La degradación de la vivienda, es tema central de la problemática antigüedad de la
edificación, a la que se añade la afección centenaria de la apertura de vías proyectadas,
que han congelado cualquier iniciativa particular para mejorar y renovar las viviendas.
Resultado es que la Tasa de mortalidad infantil es doble que la de otros distritos de la
ciudad. La esperanza de vida es inferior varios años a la media.
Propuestas urbanísticas de los Planes Especiales de Barcelona.
Los Planes Especiales de Ciutat Vella, son instrumentos de planeamiento para la mejora
y rehabilitación de estos barrios.
Sus programas de intervenciones conjugan la puesta en valor de las áreas y elementos
de interés arquitectónico e histórico o ambiental, con la necesaria mejora de las
condiciones de residencia a través de operaciones de: ESPONJAMIENTO,
REEQUIPAMIENTO, REHABILITACIÓN y de SUSTITUCIÓN de las viviendas no recuperables.
PERI del Raval: hay que destacar la recuperación de diversos edificios de notable interés
arquitectónico, actualmente en desuso, como equipamientos al servicio del barrio y de la
ciudad: Casa de la Misericordia, Casa de la Caritat, Convent dels Angels, etc. Así como
de importantes operaciones de esponjamiento en las zonas más degradadas: parc de Sant
Pau, plaça de la Caritat etc., constituyendo un nuevo eje de actividades conocido como
el proyecto “Del Liceu al Seminari”, de los arquitectos Clotet y Tusquets.
PERI Sector Oriental: se plantea la remodelación de su parte más degradada, creando
un gran jardín derribando edificios; cases de Fontseré, quarter de San Agustí, etc., que
permitan redistribuir y reducir la densidad de población, a la vez que mejoran las
dotaciones a escala de barrio.
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TEMA 1.5. LA CIUDAD HEREDADA. LAS TRANFORMACIONES DEL CENTRO
HISTÓRICO DE VALENCIA
1.5.1. VALENCIA FUNDACIÓN ROMANA
El solar preurbano valenciano
En época romana las desembocaduras de los ríos Turia y Júcar estaban unidos por la
Albufera. El suelo eran aluviones sedimentarios del río, tierra pantanos, insalubre solo apta
para cazadores de aves acuáticas.
El punto exacto se sitúa en el lado meridional del Turia, en donde era cruzado por la Vía
Augusta, sobre una isla fluvial producida por una bifurcación del río.
Los poblados ibéricos más próximos, Edeta, Torís, Cullera, Saitiabi estaban muy alejados.
Sagunto era la ciudad romanizada más próxima.
El paso del río de la Vía Augusta se haría por la cota 12 metros sobre el mar, huyendo de
las marismas litorales, confinadas por un rosario de dunas que las separaban del mar. En el
centro de la isla fluvial hay pequeñas elevaciones por encima de los 17 metros, en el punto
de la actual plaza de la Virgen.
Es lógico pensar que los romanos se preocupasen de defender el paso del río con una
cabeza de puente.
La fundación de la ciudad.
Valentia ciudad romana tiene acta de nacimiento, en un texto de Tito Livio,
reproducido en una losa del centro de la plaza de la Virgen.
La fundación romana no admite discusión, ya que coinciden los textos, la epigrafía y la
arqueología en la fecha: año 138 antes de C, año siguiente del asesinato de Viriato.
La isla fluvial del río acogió, según Tito Livio, a los soldados romanos licenciados de la
guerra contra Viriato. Roma les dio la categoría de colonos, con tierras para cultivar,
repartidas con el sistema de las centuriaciones.
La vida inicial de la nueva ciudad no fue tranquila, en el año 75 antes de C, en época
republicana, sufrió la primera destrucción durante las guerras de Sertorio. En la época
imperial se consolidó el recinto urbano que se extendía entre la Plaza de la Reina hasta la
plaza de San Llorens y de la calle de Serranos a la plaza del Arzobispo.
En las excavaciones de la Almoina, se ha sacada a la luz el “Foro”, en la actual plaza
de la Virgen, donde confluyen el “cardo” (carrer Salvador a carrer del Micalet) y el
“decumanus” (carrer Palau del Almirant a carrer del Caballers).
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1.5.2. LA CIUDAD ARABE. ELEMENTOS PARA UN ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA
DE LA CIUDAD ANTIGUA
Valencia árabe: Murallas arrabales y atzucats
La llegada de los árabes a la ciudad se produjo hacIa el año 718. La nueva cultura del
Islam se asentó en la ciudad durante 5 siglos, de tal manera que le confirió un carácter
específico, del cual todavía perduran ciertas “trazas”.
Tenemos escasas noticias del periodo califal, siglos VIII y IX, salvo la destrucción casi total
de la ciudad por Abd-al-Rahman I entre 778-779.
La Valencia árabe, adquirió su máximo desarrollo económico de base agrícola hacia el
siglo XI. Este periodo coincide con el reino Taifa de Abd-al-Aziz (1021-1061), a quien se debe
la construcción de la “muralla árabe” y de la Almunia palacio real y parque de
esparcimiento junto al raval de la Vilanova. Parque que más tarde fue aprovechado para
el palacio de los reyes cristianos y después de los virreyes hasta que fue derribado en 1811
por supuestas razones militares. En su ubicación se encuentran los actuales Jardines del
Real o Viveros.
Esta muralla de 2,6 Km., estaba reforzada por torres “semicilíndricas”, tenía foso y
barbacana y siete puertas. Su trazado se puede seguir en el plano de T.V. Tosca de 1805.
Los restos actuales están en la torre del Àngel, la torre del portal de Valldigna, torre Mare
Vella, Torre de Caballeros, etc.
Este recinto amurallado engloba la ciudad romana y ocupa la totalidad de la isla fluvial
formada por la antigua “difluencia” del Turia, aunque cuando se construyen estas murallas,
el curso fluvial ya había cesado.
El recinto árabe triplica el romano, ocupa 47 Ha y acogía 15.000 habitantes, llegando a
ser la ciudad más populosa de la zona oriental de “Al-Andalus” con 3.800 viviendas. Loa
restos de la muralla árabe eran aún muy numerosos en el siglo XVIII, en que Pascual
Escalpés en 1738 pudo dibujar su perímetro sobre un plano de Vicente Tosca de 1704.
Estructura urbana. La Madina al-Turab es decir “Ciudad de Tierra” edificada encima de
un suelo de aluvión con calles tortuosas y callejones sin salida “atzucats” , que siguen las
vías radiales que unían las puertas de la muralla con la mezquita mayor y otras 12
mezquitas.
La ciudad islámica reservó casi todo el sector oriental para el alcázar y residencias o
viviendas privadas y el sector occidental para todo tipo de actividades artesanales,
incluyendo las casas y las posadas para el trasiego comercial. Algunas calles estaban
especializadas en determinadas artesanías como prueba el nombre de las mismas,
peleteros, pellejeros, tejedores, algodoneros, etc.
Los barrios estaban yuxtapuestos y autónomos, distinguidos por matices tribales ó
étnicos. La judería entre ellos, tenía su propia cerca, entre la actual Universidad y la calle
del Mar.
El Almodí o palacio real, junto a l´Almoina. Zocos había diversos y el principal
“L´Alcaisarya” ocupa una situación próxima al Mercado Central.
Las viviendas pequeñas, alrededor de un patio central con pozo y jardincillo. Faltan
espacios libres. Los baños abundantes, nos queda uno solo, Los Baños del Almirante.
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Los arrabales exteriores al recito fortificado, como en toda ciudad árabe estaban bien
desarrollados. Alcudia en camino del norte, en la calle de Sagunto. Vilanova al otro lado
del río con el palacio real. Raval de la Roqueta en el histórico camino del sur, donde se
había congregado la mozarabía junto al templo de San Vicente. Ruzafa, residencia real de
verano. Roteros, barrio de curtidores al Oeste, junto al río. La Boatella junto al zoco o
Alcaisería. La Xerea en el camino del mar.
Acequias, huertos y jardines. El arrabal de Ruzafa.
Durante el periodo califal, la agricultura valenciana alcanzó un alto grado de desarrollo
y el paisaje de L´horta de Valencia, comenzó a adquirir su fisonomía característica. Se
produjo la introducción de diversas especies orientales, como el arroz, la naranja y el
pomelo y también se inició el cultivo del “canyamel”, base de la industria azucarera.
Valencia, pudo progresar realmente cuando la comarca que es su soporte estuvo bien
drenada y bien regada y llegó a ser una huerta fértil con alto nivel agrícola. Esto se logró
gracias a la red de las acequias del Turia.
La de Moncada, Tormos, Mestalla y Rascanya en la margen izquierda, y las de Quart,
Mislata, Favara, Rovella, cuyos derechos cedió Jaime I a sus usuarios según era costumbre
en tiempos musulmanes.
Rovella es la acequia de la ciudad. Nace en el azud próximo a la “pechina” y se dirige
a la ciudad por el Oeste, siguiendo el trazado del acueducto romano y regaba la primitiva
huerta del Carmen en el cual se ha localizado un molino de agua de la época califal.
Los arqueólogos han documentado la existencia de un ramal de la acequia de Rovella
de origen islámico, junto a los trazos o rolls que se abrían en el curso madre dentro del
barrio del Carmen. Este “roll” entraba por la calle de la Corona y se bifurcaba en la
confluencia de las calles de Salvador Giner y Na Jordana, dirigiéndose un tramo hacía el
convento del Carmen y otro al Portal Nou, donde regaba diversos huertos allí existentes.
El brazo principal de la acequia de Rovella recorre la calle de la Corona y se dirige
hacia el sur, atraviesa el Tossal y por las calles Moro Zeit y Pie de la Cruz se dirige al raval de
la Boatella. Sigue por la actual calle de las Barcas, rozando la muralla y alejándose de la
ciudad para ir a verter las aguas sobrantes en el tramo final del río
Abd Al.là al-Balansí reconstruyó y repobló Valencia después de la destrucción de 778.
Se había criado en l´almúnia que su padre Abd-al-Rahman I había construido en Córdoba,
a la cual había dado el nombre de al-Ruzafa, porque añoraba los fastuosos jardines de la
residencia llamada Ruzafa que su abuelo Hixam había construido entre Palmira y el
Eufrates.
Por eso al-Balancí cuando señoreo Valencia, se hizo construir al sur de la ciudad, una
“almúnia” y residencia de recreo próxima a la Albufera, que llamó también Ruzafa, en el
lugar donde siglos después se desarrollaría un activo y populoso raval.
El palacio de Ruzafa desapareció pronto, pero los jardines subsistieron durante más de
cuatro siglos y fueron muy elogiados por los escritores árabes del siglo XIII.
A pesar de su nombre, la pobladísima barriada actual de Ruzafa, no dispone de ningún
jardín público.
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1.5.3 LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD CRISTIANA
El crecimiento radiocéntrico de la ciudad cristiana
Tras la conquista y la entrada triunfal en la ciudad del 9 de octubre de 1238, el rey
Jaume I, procedió mediante el “Repartiment” a distribuir entre sus compañeros de armas,
la propiedad de las casas de la ciudad que pertenecían a los vencidos.
Este reparto de las 1.615 casas del “botín de guerra” produjo una compartimentación
de los barrios según la procedencia de sus habitantes. A los procedentes de Barcelona les
correspondieron 503 casas, a los de Montpelier 150, a los de Tarragona 127, a los de Tortosa
147, a los de Lérida 141, a los de Teruel 267, a los de Zaragoza 99, de Calatayud 104, de
Daroca 127, etc. y a otros en cantidades menores.
Los musulmanes que no se dirigieron al exilio, quedaban expulsados fuera de la ciudad
y confinados en la “Morería” con su propia mezquita, que más tarde será la parroquia de
San Miguel.
La Judería, que ya existía era un recinto cerrado muy poblado, que reunía al 6,5 % de
toda la población. Era denominado el “call” de la calle del Mar.
A extramuros, delante de la Alcaicería se organizaba el mercado al aire libre, en el
mismo sitio que ha venido celebrándose diariamente hasta primeros años del XX en que se
construyó el Mercado Central junto a este mismo espacio.
La nueva estructura parroquial se organizó sobre las mezquitas existentes que fueron
convertidas en parroquias y luego construidos los nuevos templos cristianos. Esta
construcción de nuevas iglesias supuso la introducción del gótico en la ciudad, un gótico
austero, cisterciense.
Se conocen como las parroquias fundacionales: Sant Tomás, Sant Andréu, Sant Martí,
Santa Caterina, Sant Nicolau, Sant Bertomeu, Sant Llorens, El Salvador, Sant Esteve, Sant
Joan de l´Hospital, Santa Creu y la Seo.
El trazado de calles de la ciudad, en los primeros años conservó las características de las
calles musulmanas, y también se conservó la muralla árabe, pese a las disposiciones sobre
modificación de alineaciones y mejoras sanitarias dictadas por los reyes.
Los primeros conventos se situaron alrededor del primitivo recinto árabe y cuando pudo
ser, al lado de los caminos de acceso a la ciudad. Fueron estos los de Sant Francesc, Sant
Agustí, les Magdalenes, el Carme, la Trinitat y Sant Doménech.
Tienen una influencia fundamental en el posterior crecimiento radiocéntrico de la
ciudad, ya que son focos de atracción alrededor de los cuales se forman núcleos
habitados.
Los primeros edificios públicos que construyen los nuevos habitantes son el “Almudín” en
1307 y la Casa de la ciutat en 1311.
Se encuentran ya consolidados nuevos barrios sobre las arrabales islámicos extramuros:
Roteros, Boatella, Xerea, Alcudia, Vilanova. Dos nuevos puentes de piedra, el de la Trinidad
y el del Real se construyen sobre el río en el siglo XIII.
La burguesía medieval convirtió a Valencia en una “ciudad hanseática” que en siglo
XIV alcanzaba los 25.000 habitantes.
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Este crecimiento extramuros se consolida rápidamente y hace necesaria una nueva
“Muralla”. Fue ordenada levantar en 1356 por Pedro el Ceremonioso, ante la amenaza de
los ataques de pedro el Cruel, rey de Castilla, y ha estado en pie hasta 1865.
Fue encargada de su construcción la junta municipal. La cual en el año 1406 se
reorganizó y tomo el nombre de “Fabrica de Murs i Valls”, y se encargó también de los
puentes y de los pretiles del río. Esta institución es legítimo orgullo de la Valencia foral.
La nueva muralla cristiana, amplió el recinto ciudadano por el Oeste, el Sur y el Este,
regularizó el trazado incluyendo los arrabales y numerosos huertos, la morería y todos los
edificios conventuales.
Al pie de la muralla había un “vall” o foso de 9 metros que recogía los residuos y las
aguas sobrantes de la ciudad. Los muros, aunque altos y gruesos, eran solo de tapial y
levantados con la tierra extraída al excavar los fosos. Tenía doce puertas y algunas torres
altas y desiguales.
Destaca la puerta monumental de Serranos construida en 1392-98 en sustitución de la
antigua puerta de Roteros. Son una de las mejores muestras del gótico militar de toda
Europa. Su constructor, el maestro Pere Balaguer se inspiró en la puerta Real del monasterio
de Poblet. Son tan majestuosas, que más que unas torres defensivas parecen un arco
triunfal
El nuevo recinto de la muralla medieval incluía un área urbana que triplicaba la de la
ciudad musulmana, con una superficie de 142 Ha. De hecho resultaba demasiado grande
ya que comprendía bastantes sectores sin urbanizar.
Además de los amplios huertos de los numerosos conventos, que venían a hacer el
papel de zonas verdes de la ciudad, había gran cantidad de solares sin edificar, entre los
cuales había pequeñas barriadas más o menos autónomas.
El Centro Urbano, estaba en el mismo lugar de la ciudad romana e islámica, ahora
construido de nuevo en la plaza de la Seo, donde se situaban el Ayuntamiento y la Seo,
reuniendo el poder civil y el religioso en el nuevo centro representativo medieval.
En el interior de la ciudad, pese a las continuas rectificaciones de alineaciones
efectuadas en el trazado de las calles, perduraba la trama árabe. La trama urbana era en
opinión “dels Jurats” estrecha y mezquina, con muchas calles estrechas y con otras
deformidades.
Siglo XV. El siglo de oro de la ciudad.
La Universidad de Valencia creada por el Papa Alejandro VI en 1492, se instaló en un
pequeño edificio situado en un extremo de la Judería, las obras fueron iniciadas por Pere
Comte, autor de la Lonja y de la Generalitat.
En 1483, la población es de 75.000 habitantes, Valencia ya era una gran ciudad a nivel
europeo.
Este aumento demográfico corresponde a una etapa de esplendor y es entonces
cuando se construyen los mejores edificios góticos de la ciudad, como La Lonja, el Palau
de la Generalitat y les Torres de Quart.
Calles radiales: Serranos, Caballeros, San Vicente y calle del Mar.
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En el siglo XV en España, Valencia solo era superada en población por Granada.
Barcelona tenia 30.000 ha, Palma de Mallorca 15.000 hab.
La inmigración de población a Valencia, supero el trauma de las pestes.
Vistas de Antonio van den Vijngaerde. El recogió en pleno siglo XVI, por encargo de
Felipe II las Vistas de Valencia en 1563, que ofrecen la imagen de una ciudad medieval
consolidada, en su mayor esplendor con 75.000 habitantes.
La ciudad del XVI. Nuevos monasterios. La ciudad conventual. La Contrarreforma.
Sobre los restos de la Judería, asaltada y quemada por el pueblo de Valencia, se
levantaría el colegio del Corpus Christi o “El Patriarca” por encargo del Beato Juan de
Ribera. El edificio más representativo de renacimiento italianizante valenciano y reducto
implacable de la espiritualidad tridentina.
Se levantaron además del Patriarca, muchas otras edificaciones monásticas, como San
Sebastián 1536, La Corona 1563, San Joaquín y Santa Ana 1564, la Sang 1596, Peu de la
Creu 1597, San Gregorio 1600 y Santa Mónica 1603.
Como consecuencia de todas estas nuevas fundaciones, la ciudad altera su fisonomía y
es fácil entender que se utilice el adjetivo de “Conventual” para referirse a la ciudad en
este periodo.
Ejes del siglo XVI: La calle Mayor es ahora la Calle del Mar. Entre la complicada red
viaria, comienza a cobrar importancia la calle del Mar, que se convierte en el principal eje
de la ciudad y favorece la apertura del núcleo urbano hacia el mar.
El Centro comercial de la ciudad, continua situado en la plaza del Mercat, que además
es el lugar de frecuentes celebraciones ciudadanas, lúdicas y religiosas.
Gremios. Es destacable la situación agrupada de los diferentes oficios en la ciudad, que
al asentarse cada uno en una misma zona, compartimenta funcionalmente la ciudad por
oficios y profesiones calles Corretgeria, Tapineria, Cadirers, Les Barques, son topónimos
menestrales.
En las Obras Públicas, cobra relieve el interés dedicado al río. Al puente de Serranos
1518, se añade el puente del Mar 1596 y el del Real 1599. Es el conjunto monumental más
completo que nos ha legado la Fabrica de Mura i Vais, junto con la muralla adyacente, ya
desaparecida, además de los pretiles y taludes que geometrizaban ambas orillas a lo largo
de su recorrido urbano. También el alcantarillado y la defensa contra las inundaciones.
En cuanto a Espacios Abiertos, solo en el Noroeste de la ciudad quedaban huertos
extensos que ocupaban gremios como los pelaires, tintoreros o sogueros para ejercer su
actividad.
Siglo XVIII. El Barroco. Plano de Mancelli 1608.
Marcado por la depresión económica provocada por la expulsión de los moriscos en
1609, en la que un 30 % de la población fue expulsada del Reino de Valencia.
A pesar de ello, la penuria económica, no fue obstáculo para que continuase la
edificación de conventos, que se añadían a las fundaciones medievales y renacentistas ya
numerosas.
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Durante el barroco, siglo XVIII, el poder eclesiástico en Valencia fue impresionante. La
mayoría de los establecimientos conventuales de nueva fundación cupieron, gracia a su
amplitud, en el recinto amurallado de 1356.
La expansión clerical después de las Germanías, en el XVI, supuso la creación de doce
nuevos conventos en 60 años. Las posesiones eclesiásticas a principios del XVIII ocupaban
un sexto del espacio intramuros. Los nuevos conventos formaban una corona de
emplazamientos fuera de la muralla árabe y junto a la muralla del siglo XIV.
La Valencia de esta época, en resumen llegó a contar con 14 parroquias y 42
conventos, 7 de ellos extramuros, aparte de cuatro casas de Ordenes Militares, de la
Inquisición y diversos Hospitales.
Las cúpulas, los campanarios y las fachadas de las Iglesias conferían carácter a la
ciudad, ya bastante compacta sobre todo vista desde el Sur en un plano en perspectiva
de F.A, Casaus de 1693.
El plano de Antonio Mancelli de 1608, es la primera representación que combina la
visión perspectiva y cenital de la ciudad, en la fase inmediatamente anterior a la expulsión
de los moriscos.
La morfología urbana de Valencia sigue siendo medieval, con barrios viejos intramuros y
nuevos extramuros, con alineación radial del crecimiento posterior a la conquista y
replanteo de nuevos edificios.
Aparecen reflejadas en el plano, dos grandes plazas. La plaza del Mercat, con una
horca en el centro, y la plaza de San Francesc, frente al convento de San Francesc. La
Rambla de Predicadors, se prolonga junto a la muralla Noreste.
En las calles radiales destaca la prolongación de la calle San Vicente hasta el centro
donde enlaza con la calle del Mar. La salida Oeste desde la plaza de la Mare de Deu,
calle Caballers, calle de Quart.
El Bordell, o “Pobla de fembres pecadrius” entre la calle de la Corona el Portal Nou y la
muralla, bien ordenadas aparecen las casitas. Cinco Puentes de piedra. Arrabales,
aparecen: Ruzafa, San Vicent, San Sebastián, el raval de Morvedre.
Plano del Padre Tosca. 1704 y 1738.
Un siglo después de la expulsión de los moriscos, la situación da un vuelco espectacular.
El plano del padre Tosca de 1704 recoge una situación de una ciudad de 40.000
habitantes como repercusión de la crisis posterior a la expulsión de los moriscos. En 1735 ya
eran de nuevo 75.000 los pobladores, cifra que se doblará a finales del XVIII.
La imagen que revela el plano del Padre Tosca de 1738, corresponde a una ciudad de
fachadas, donde Sant Joan del Mercat, una iglesia gótica totalmente renovada, con su
nueva fachada posterior, barroca, colocada frente al espacio abierto más céntrico de la
ciudad, da la medida de la barroquización de la ciudad.
Lo mismo ocurre con la torre barroca de la iglesia gótica de Santa Caterina.
Entre plano, manuscrito y grabado, aparece la Casa de Armas convertida en
“Ciudadela” dominante, con una torre que se cierne sobre la ciudad vencida por los
Borbones.
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Además aparece por primera vez, al otro lado del río, la Alameda datada en 1626.
Paseo arbolado en la margen izquierda del río.
Los arrabales alrededor de la ciudad aparecen estabilizados.
Es la época de Carlos III y de la Ilustración, con el nuevo estilo neoclásico en fase de
abundantes realizaciones.
Nuevos edificios: La Aduana, actual palacio de Justicia, les Escoles Pies, el edificio del
Temple, hoy Gobierno Civil, nuevos campanarios, Basílica de la Mare de Deu.
El Camino nuevo del Grao, de 1788 –1802, que sustituye a los anteriores Camí Fondo y
Camí Vell. Importante nueva vía de unión entre la ciudad y su puerto.
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1.5.4. LA CIUDAD QUE CRECE SOBRE SI MISMA
LOS PROCESOS DE REEDIFICACIÓN DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX
El proceso de ajuste y remodelación interna de la etapa 1808 – 1865 puede dividirse en
tres periodos diferenciados durante los cuales, la acción transformadora de la ciudad, va
pasando poco a poco de tener un carácter puntual para concretarse finalmente en
propuestas globales de actuación sobre la ciudad.
Primer periodo. 1808. Llegada de las tropas napoleónicas. Proceso del sitio y conquista
de Valencia. El dominio de los franceses sobre la ciudad será corto pero significativo para
las reformas urbanas. Durante el sitio a la ciudad se produjo la demolición del Palacio Real
situado extramuros, para que no pudiera ser utilizado por las tropas asaltantes.
El periodo de dominio francés, se caracteriza por la apertura de nuevas plazas y el
ajardinamiento de numerosos espacios urbanos. El primero es el jardín de la plaza de la
Aduana, actuales jardines de la Glorieta.
Después de la constitución de Cádiz de 1812, se continúan estas acciones con los
jardines del Parterre y las alamedas de Serranos.
En el recinto intramuros continúan las tímidas y puntuales rectificaciones de
alineaciones. Y se inicia una fase de apertura de nuevas calles a partir de los nuevos
espacios disponibles que resultan de la desaparición de los cementerios urbanos de su
localización intramuros, junto a las Iglesias. Localizaciones que han sido prohibidas por las
nuevas leyes con criterios higiénicos. Para este nuevo cometido, las ciudades, por
imposición legal, levantan los planos Geométricos.
Segundo periodo. Desamortización de Mendizábal 1836.
Esta ley, hizo cambiar de propiedad 16 conventos intramuros y el 6% de los edificios
urbanos. La ciudad contaba con 46 conventos. En estos 26 conventos se emprendieron
derribos que posibilitaron mejoras viarias y la edificación de algunos equipamientos
urbanos.
Sobre el convento de las Magdalenas, se edificó el Mercat Nou. En el lugar de un
antiguo “escorchador” derribado junto a la “alcaicería” se inició la construcción de la
plaza Redonda, diseñada con una “ordenanza dibujada”
Tras el derribo del convento de las Monjas de la Puridad se construyeron nuevas
viviendas con la apertura de las nuevas calles de Moro Zeit, Conquista y Rey D. Jaime.
También se realizo la edificación en el huerto gremial de En Sendra en el Portal Nou.
Los suelos de los conventos desamortizados en 1836, supusieron la posibilidad de la
primera experimentación urbanística, que permitió el trazado de nuevas calles, autentico
“paradigma” del ideario urbanístico del neoclasicismo, con la incorporación de nuevas
técnicas como fue la “Ordenanza dibujada”.
Tercer periodo. Llegada de José Campo a la Alcaldía en 1843.
Periodo de gran actividad renovadora que exigió la promulgación de un Reglamento
de Policía urbana y rural en 1844, y la ejecución de un plano fiable de la ciudad en 1853, el
“plano Geométrico” que sirvieron de base para definir un esquema normativo y funcional y
el trazado viario del nuevo modelo de ciudad.
El nuevo concepto urbano y la posibilidad de aplicar medidas expropiatorias, dio pie a
un proceso de cambio de localización de funciones urbanas:
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Instalación de la primera Estación de ferrocarril en 1852 en el huerto del
convento de San Francesc.
La construcción de la plaza de toros en 1857-1860.
Traslado del ayuntamiento de la plaza de la Seo a la de San Francesc.
Primera línea de ferrocarril de Valencia al Grao 1852.
Todo esto inicia el desplazamiento de la centralidad urbana hacia el Sur, mientras que el
sector opuesto a la burguesía canalizaba las consecuencias de la crisis textil de la seda,
hacía la creación de centros asistenciales como la Beneficencia y el Asilo de Párvulos.
Pero las reformas operadas al interior de la ciudad que en 1850 acogía una población
de 100.000 habitantes (hoy día solo son 35.000 hab.) son insuficientes para mejorar las
precarias condiciones en que se encuentran las casas por la concentración de habitantes
en exceso en el interior de estas casas.
Entonces se inicia el camino para ensanchar de nuevo el perímetro amurallado y crear
una nueva superficie, adicionando al viejo núcleo, un nuevo trazado de calle y plazas
alrededor de la ciudad lineadas sobre una avenida central de 25 metros de anchura.
Sus autores, los arquitectos Calvo, Monleón y Sancho, pretenden con esta propuesta de
1858 presentar una alternativa global, al desarrollo urbano, en vez de intervenciones
menudas y puntuales que hasta entonces se habían realizado, y proponen nuevas calles
amplias y rectas.
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1.5.5. CAMBIOS FUNCIONALES Y ESPACIOS VACIOS
El nuevo centro burocrático. La Plaza de Tetuán
La Plaza de la Aduana, en la fase del dominio francés, el primer proyecto desarrollado
en el marco de la idea de “Ciudad-Museo”.
“PUNTO NODAL” de la ciudad, que parte de una situación previa:
-constituido por el inicio del Puente del Mar y el convento de San Juan de Ribera. Es el
punto donde arrancan los caminos Viejo y Nuevo del Grao, que unen la ciudad con el
puerto, con el Grao y con el Pueblo Nuevo del Mar.
Este ENCLAVE: “Rotula” de la accesibilidad desde las instalaciones portuarias a
Valencia, cobrará progresiva importancia a uno y otro lado del “cauce” del río. Es aquí,
en este enclave donde el edificio de la Aduana, monumental, tenía un escenario que no
le acompañaba.
La Ciudadela y el llano del Remedio, sufrirán una serie de transformaciones ligadas a la
renovación urbana de principios de siglo XIX, que la perfilará como un nuevo “Centro
Burocrático”, situado en el límite exterior, alejado de los centros medievales de la Plaza de
la Virgen y la Plaza del Mercado.
La renovación de esta zona del llano del Remedio, es fiel exponente de la urbanística
neoclásica.
El proceso se inició con las obras acometidas bajo la ocupación francesa, con la
ciudad al cargo del mariscal Suchet.
-Derribo de las manzanas de casas existentes entre el palacio de Cervelló y la Aduana,
sobre los solares resultantes se realizó un Jardín –Paseo, La Glorieta, terminado en 1817 con
el cercado de barandilla de hierro, que años más tarde se trasladó a los jardines de
Viveros.
Ya en periodo constitucional, se siguieron las obras con el reacondicionamiento de los
jardines del Parterre.
A extramuros, entre la Puerta del Mar y el puente del Mar se trazó un nuevo “camino”
proyectado por el arquitecto Gascó, que dio por resultado una calle recta, con andenes
laterales, tipo “Bulevar” y con cuatro filas de álamos. Fue calificado entonces como uno
de los mejores paseos de España.
Estas tres obras articuladas, secuencia del recorrido desde el Grao a la ciudad,
entrando por el nuevo Paseo de la calle Navarro Reverter, Glorieta y Parterre, ya daban el
entorno adecuado a la Puerta del Mar y al edificio de la Aduana, y ejemplificaban la idea
“albertiana” de un eje de acceso a la Capital.
Con esta intervención se concluía uno de los episodios urbanísticos más importantes de
la primera mitad del siglo XIX. Es la parte de la ciudad más renovada y con claros atributos
de “NUEVA CENTRALIDAD”.
La idea de la Ciudad Museo, hacía acto de presencia bajo un mariscal francés. Más
tarde, en 1869, ya derribadas las murallas, la apertura de la calle de la Paz articularía esta
intervención con el centro de la Ciudad.
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1.5.6. LA REFORMA INTERIOR EN VALENCIA
El centro frente al territorio. La accesibilidad
En el caso de Valencia concurren circunstancias muy particulares. Estas radican en su
particular posición territorial en una llanura costera, alejada del mar, aislada en una huerta
especialmente fértil, con un sistema de asentamientos disperso en ese territorio y en
situación de equilibrio hasta bien entrado el siglo XIX.
La discusión sobre la forma del crecimiento de la ciudad a mediados del siglo XIX y la
posterior realización, alteraría ese estado inicial de equilibrio con las primeras propuestas de
Ensanche.
En un corto periodo de tiempo, la ciudad perderá la identidad propia de la etapa
anterior, para comenzar una dinámica de crecimiento que ante todo, se plantea como la
sustitución de ese modelo de asentamiento polinucleado espontáneo por un crecimiento
que incrementa artificialmente el desarrollo de la ciudad central.
La uniformidad del crecimiento del Ensanche en forma de corona, dejaba a la ciudad
antigua como centro geométrico.
En paralelo al Ensanche y como complemento del crecimiento exterior, se plantean
políticas de intervención en la ciudad antigua, que es lo que conocemos como “Reforma
Interior”.
En ella se plantean ambiciosas reformas urbanas, comprometidas sobre todo con las
operaciones del nuevo “Centro Cívico”, en el cuadrante limitado por las calles de Paz y de
San Vicente.
Las transformaciones de los dos primeros tercios del siglo XIX sobre el casco antiguo de
la ciudad pueden entenderse como un “crecimiento sobre si misma”, como un
“crecimiento por transformación”, ligado no solo a la renovación del caserío existente, sino
también a operaciones de nueva distribución de “Centros Cívicos y Comerciales”.
Secuencia de intervenciones:
La transformación del Centro Histórico de Valencia se inició con la creación del nuevo
centro burocrático y representativo de la Plaza de Tetuán y Glorieta entre 1808-1814, es la
Valencia neoclásica.
Otro episodio aislado fue la construcción de la plaza Redonda entre 1839-1854. El
derribo de las murallas medievales tuvo lugar en el año 1865.
La apertura de la calle de la Paz, proyectada con 16 metros de ancho en 1868 y
concluida 27 años después en 1903, con perspectiva al fondo de la torre campanario de
Santa Catalina, que protagonizará la reconversión burguesa: Un “Eje” fuertemente
caracterizado por excelentes Arquitecturas del eclecticismo fin de siglo que sustituirá a una
calle radial interna, la histórica calle del Mar, que junto a la calle Caballeros habían sido el
lugar tradicional de residencia de la nobleza y el clero.
La calle de San Vicente, salida histórica hacía el Sur, sería sometida a una reforma de
“Alineaciones” para darle una anchura de 14 metros, en 1906, en el tramo comprendido
entre la calle Cerrajeros y la calle San Fernando, lugar más estrecho de aquella calle.
Estas dos calles, el “carrer de la Pau y el de Sant Vicent” son las mejores de la ciudad,
en opinión de Sanchis Guarner.
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Al Norte de la ciudad, al otro lado del río, entre los puentes de Serranos y de la Trinidad
se coloca la Estación de Madera de la red de cercanías de FEVE. Para darle conexión
directa con la plaza de la Virgen se realiza la apertura de la calle Navellos, que sustituye a
Serranos como inició del flujo peatonal Norte –Sur.
Al Sur, se produce la traslación de la Estación de RENFE, desde su primitiva ubicación en
el huerto del convento de Sant Francesc, hasta una situación próxima pero a extramuros,
para permitir la circulación por el anillo de ronda de las murallas. Será la nueva Estación del
Norte proyectada por Demetrio Ribes y construida entre 1906 y 1917.
Otra importante reforma será la construcción del nuevo Mercado Central construido
entre 1910 y 1926, para cobijar en un espléndido edificio modernista, a todos los puestos
del mercado al aire libre que se celebraba diariamente en la plaza desde la conquista
cristiana en 1238.
Pero la clave de toda la “Reforma Interior” está en la reutilización del Convent de San
Francesc, a partir de su demolición a principios del siglo XX; en la intervención sobre el
barrio de “Pescadores” y en el traslado del Ayuntamiento desde su situación original en el
inicio del “Carrer de Caballers” hasta la Casa Enseñanza.
El derribo del barrio de Pescadores, se justificó en la degradación de la zona, que era el
burdel de la ciudad y quedaba dando frente al nuevo Ayuntamiento. Los solares así
creados se revalorizaron rápidamente a causa de la nueva centralidad del barrio, que con
la instalación del edifico de Correos y del Banco de España reforzó su papel institucional.
Los Planes de Reforma Interior para el Centro Histórico de Valencia.
La institucionalización de la Reforma Interior en el último tercio del XIX producirá
propuestas bien diferentes, que intentarán una intervención “Radical” mediante la
apertura de “Grandes Vías” a través del tejido de la ciudad antigua, en las direcciones
Noreste-Noroeste complementando la accesibilidad de las anteriores.
El Plan de Luís Ferreres de 1891. Propone tres vías esenciales:
1- Una calle de 30 metros entre la Puerta de Ruzafa y el Puente de San José. Calle recta,
con aceras de 7 metros y calzada para carruajes de 16 metros.
2- La continuación de la calle de la Paz hasta el Mercado. Incluye la reforma por
ampliación de la Plaza de la Reina, para conseguir una Gran Plaza de la que carece la
ciudad.
3- Ampliación de la calle de la Corona.
A partir de las reformas de Haussmann, la teoría de la calle recta y ancha que cruza las
zonas más degradadas de la ciudad, produciendo a su paso la regeneración y
saneamiento de esta, cobra gran actualidad y pocas ciudades europeas escapan a estos
proyectos de “Sventramento”.
La propuesta de Aymamí de 1910.
Arquitecto de la comisión de Reforma Interior del Ayuntamiento. En 1910 aymamí
presenta un nuevo proyecto que es una reducción de la idea primitiva, comprendiendo la
reforma únicamente:
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-
El trazado de las Avenidas del Oeste y del Real.
La ampliación de la Plaza de la Reina.
La Gran Vía del Oeste, está destinada al tráfico rodado, con un ancho de 25 metros y
1.360 metros de longitud. Recta desde la Iglesia de San Agustín hasta el Puente de San
José. La situación del Mercado en su tramo central, es un apoyo a los argumentos de
tráfico, para mejorar su accesibilidad, y en el momento en que el Ayuntamiento tenía
prevista la construcción de un Mercado nuevo de hierro y cristal, para abastecimiento de
los ciudadanos.
Desde el punto de vista “morfológico” la Gran Vía del Oeste hubiera supuesto un
cambio radical de la tipología edificatoria de la zona. El incremento de la altura de las
edificaciones en las nuevas manzanas hubiese contribuido a alterar la fisonomía del barrio
y hubiese incrementado notablemente la densidad.
Con estas expectativas, quedan desvirtuadas sus intenciones de mejora circulatoria,
pues un importante asentamiento humano, a lo largo de toda la avenida hubiera creado
un núcleo comercial longitudinal que hubiese llegado a colapsar totalmente la nueva
avenida. Como de hecho ocurrió con el tramo inconcluso de Goerlich.
Valor Regeneracionista del Plan;. A juicio de la comisión de la Reforma Interior, los
barrios del Hospital, de Velluters, de la Misericordia y del Carmen lindantes con la Avenida
del Oeste, son “populosos e infectos” en los que domina el hacinamiento, por lo que a la
nueva calle se le daba un valor Higienista.
La Avenida del Real, supone enlazar el Centro Comercial de la plaza de la Reina a
través del puente del Real con el Norte de la ciudad. Hubiese podido significar el comienzo
de la urbanización de la margen izquierda del río y la consolidación del Paseo Valencia al
Mar.
Tiene un ancho de 40 metros, crea once manzanas nuevas y elimina callejuelas, y
propone la ampliación a 40 metros del puente del Real.
El objetivo era enlazar directamente por una ancha vía el punto culminante del
comercio en la Plaza de la Reina con el puente del Real, por donde regresaba la “buena
sociedad” de sus paseos por la Alameda, formado un copioso y brillante desfile de
carruajes al anochecer.
Lo que realmente se pretendía era una calle “Escaparate” espléndida de luz y
suntuosidad, cuajada de valiosos edificios, reflejo de una burguesía en decadencia.
La Plaza de la Reina. Definida por Aymamí como “punto culminante del centro de lujo”.
A lo largo de la historia se han proyectado un sinnúmero de reformas. Aymamí pretende la
vieja aspiración ciudadana de poseer una plaza amplia y rectangular según el modelo
neoclásico.
En el plano, el diseño de Aymamí, con un afán regularizador, queda desvirtuado por el
acceso diagonal a la plaza de la Avenida del Real. También se preocupa por conservar la
relación de la puerta Barroca de la Catedral, adecuándola a un entorno que permita una
mejor valoración del Miguelete manteniendo su equilibrio volumétrico.
Crítica al Plan de Aymamí.
Utiliza la vialidad como medio de transformación de la ciudad. Es una técnica de
“Sventramento” copiada directamente del parís de Haussmann.
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Tiene una insensibilidad total hacía la desaparición de monumentos.
Grave inarticulación de la propuesta de trazado, que se superpone rígidamente a la
trama existente, con resultado de un nuevo viario poco vertebrado con el antiguo.
En conclusión, estas propuestas están destinadas al fracaso por su elevado costo, ante
la pobreza de los medios de gestión del Ayuntamiento de la época, y por ser
esencialmente contradictorias con las posibilidades de crecimiento del Ensanche, que aún
estaba sin consolidar, y que no las justificaban.
La propuesta de Goerlich de 1928.
Plan Aprobado en plena dictadura de Primo de Ribera. Las propuestas no son nada
originales. La avenida del Oeste con 25 metros, la ampliación de la Plaza de la Reina, la
prolongación
de
la
calle
de
la
Paz
hasta
las
torres
de
Quart.
Son las viejas propuestas de Aymamí con alguna ligera variación intrascendente.
Presenta también propuestas complementarias: Una plaza semicircular en torno a las
torres de Serranos, y un ensanchamiento de las calles que acceden a la Plaza del
Ayuntamiento. Se trata de las calles de Blasco Ibáñez y la Avenida de Maria Cristina que
enlaza directamente con el Mercado Central entonces acabado de inaugurar.
Si durante la Dictadura, el alcalde de Valencia, el marqués de Sotelo no fue original en
sus propuestas, si se le debe una eficaz gestión de las mismas. Aún así solo se realizaron en
una mínima parte y solo lo relacionado con la Plaza del Ayuntamiento, entonces Plaza de
Emilio Castelar, tratando de conseguir para el centro de la ciudad la Gran Plaza de la que
carecía.
Realizó la apertura de una nueva Avenida que prolonga la alineación de la nueva
fachada del Ayuntamiento hasta la Ronda, con fondo de perspectiva la Estación de
Ferrocarril del Norte.
Otra realización llevada a término en estos años fue el proyecto de urbanización del
ensanchamiento y rectificación de alineaciones de la popular calle “Bajada de Sant
Francesc”. Esta reforma acentúa el carácter triangular de la Plaza del Ayuntamiento, cuyo
trazado irregular podría haberse modificado en esta ocasión.
Con todas estas obras, se consolida ya en los años 30, el NUEVO CENTRO CÍVICO
ciudadano de la ciudad. Goerlich, autor del plan de reforma de la Plaza del Ayuntamiento
y arquitecto de los principales edificios será también el autor del proyecto de la
“plataforma central elevada” y del “mercado de las flores” situado debajo, que dieron la
imagen distintiva del centro de la Plaza.
Estas propuestas de Aymamí y Goerlich, se completan con la puesta en valor de algún
monumento encuadrado en nuevas Plazas. Es una toma de posición clara en patrimonio:
“Conservación selectiva de monumentos”.
Este MODELO de Reforma Interior, solo se logra implantar con una RADICAL CIRUGÍA
sobre el tejido compacto de la ciudad histórica.
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1.5.7 EL CENTRO HISTÓRICO EN LA CIUDAD METROPOLITANA. EL PLANEAMIENTO PARCIAL
DE LOS AÑOS CUARENTA.
El planeamiento metropolitano se inició con la redacción del Plan General de Valencia
y su Cintura aprobado en 1946, que incluía a 30 municipios de la comarca de L´Horta
además de Valencia.
La ordenación y el diseño del área central del Centro Histórico de Valencia corresponde
al Plan Parcial Hojas 1-3-4, aprobado en 1956. Sus autores dicen que sólo pretende definir
con mayor detalle las alineaciones del Plan General. Este Plan General y sus desarrollos en
Planes Parciales, lo realiza el equipo de Valentín Gamazo, del Ministerio de Madrid, y como
corresponde a la época, apadrinaron un criterio histórico monumentalista.
Con respecto al Centro Histórico, frente a la manifestada intervención minimalista, la
propuesta normativa supone una intervención de fuerte impacto en dicho Centro. Su
propuesta es similar a la Reforma Interior, con ligeras variaciones y nuevos vaciados en el
centro.
En sus Ordenanzas permitía una enorme sobre-elevación del número de plantas, cuya
aplicación solar a solar producirían un “Sky Line” caótico que arruinarían definitivamente la
imagen de Valencia.
De hecho el Plan Parcial recoge los proyectos de transformación del centro existentes
en la época, desde la Avenida del oeste, a la ampliación de la calle de Serranos y hasta la
ampliación de la plaza de la Reina.
Las novedades que aparecen en este Plan parcial son:
Una “Rotula” en el cruce de la Avenida del Oeste con la calle Murillo.
Ampliación de la calle de Serranos y apertura de una plaza semicircular en las
torres de Serranos.
En la plaza de la Reina, propone el vaciado junto a la Catedral, que destruye la
concepción espacial que produjo la fachada Barroca.
De todas esas reformas programadas, solo se llevó a cabo la ampliación de la Plaza de
la Reina.
El concurso de proyectos es resuelto en 1952, y se termina la construcción en 1970, con
aparcamiento subterráneo incluido.
Se construyó un edificio residencial de tipo
“herreriano-casticista”, que debía servir de modelo para toda la Plaza. Fue el único que se
realizó. El resto del plan no llegó nunca a ejecutarse.
El principal potencial de transformación del Plan está en las Ordenanzas que permiten
dos o tres plantas más y la anarquía de los edificios singulares.
Crítica. El Plan parte del nominal respeto al entorno existente pero sus propuestas
contienen un enorme potencial de transformación.
La cultura urbanística de la época era poco proclive a la conservación. En Europa en
esos años, había una fuerte tendencia al “Urban Renewall”
En nuestro ámbito no se dio la transformación de grandes ámbitos extensos, solo hay
realizada la operación de la plaza Cronista Carreres como “ejemplo” negativo de lo que
se pretendía. Pero es notable la transformación difusa, parcela a parcela, con resultado
igualmente destructor de la trama física y todavía peor de la trama social de residentes
que son anónimamente expulsados.
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1.5.8. LOS PLANES ESPECIALES DE PROTECCIÓN DE LA CIUTAT VELLA DE
VALENCIA
Valencia ha organizado el planeamiento de Ciutat Vella dividiéndola en cinco Barrios:
La Seu, Barri del Carmen, Barri de Velluters, Barri del Mercat y Barri de Universitat Sant
Francesc.
La conservación de los Planes del 84.
El nuevo Ayuntamiento democrático de Valencia surgido de las elecciones de 1982,
frente a la masiva destrucción de la ciudad histórica producida en el periodo anterior, con
la aprobación de los Planes Especiales de Protección de Ciutat Vella de 1984, produjo un
movimiento pendular en sentido contrario.
Estos Planes fueron resultado de un urbanismo fuertemente ideologizado “fascinado por
Bolonia” a la que querían imitar. Los Planes de protección del 84 deciden CONGELAR la
ciudad histórica en el punto que la habían dejado los planes anteriores. Cualquiera que
sea el estado en que nos ha sido legada la ciudad “ESE ESTADO ES EL MODELO”.
Consecuentemente los Planes del 84 limitan su acción a actuaciones puntuales de
modificación de alineaciones, de dotación de equipamientos, el decoro de la
urbanización, la conservación de los edificios, etc.
Critica: La conservación masiva de edificios, consolida un precipitado histórico con
episodios de sinrazón urbana, de hacinamiento especulativo; perpetúa una trama urbana
que ha perdido su sentido en la colmatación abusiva de todos los terrenos intramuros.
Los Planes del 84, obviaron quizá, demasiadas cosas, como:
-La interacción de Ciutat Vella con el resto de la ciudad.
-La obsolescencia de la edificación, no apta para la función residencial.
-La parcelación y la edificación no estándar.
-La obsolescencia del víario.
El desarrollo de los Planes de Protección ha sido escaso. Constituyeron un conjunto de
medidas urgentes para detener la progresiva destrucción de Ciutat Vella. Esto fue su mejor
virtud.
Pretendieron y consiguieron hacer de dique que contuvo la sustitución indiscriminada
del patrimonio arquitectónico, pero no lograron la regeneración del tejido físico y social.
Los Planes Especiales de Protección y Reforma Interior de los 90.
Los Planes Especiales de los 90, suavizan la rigidez conservacionista de los planes del 84,
con una redefinición del Catálogo de Protecciones del 84, conscientes de que Valencia
no tiene el patrimonio monumental de Bolonia.
Siguiendo las directrices del Plan General de Ordenación Urbana de 1988 proponen
intervenciones de esponjamiento, de rehabilitación y de sustitución de las viviendas en
estado ruinoso.
Aceptan la modificación del estado físico actual del centro histórico de Valencia,
proponiendo aperturas puntuales en el tejido urbano, pero solo para formar Plazas.
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El modelo de manipulación del espacio para lograr el modelo se contiene dentro de los
límites del “esponjamiento”, esto es, el vaciado de alguna manzana en áreas acotadas de
extrema degradación.
Crítica de Juan Pecurt: Las plazas surgen de modo aleatorio. En un ejercicio limite de
posibilismo el “Pattern” de solares libres o de máxima degradación, se transmuta a
“pattern” de espacios libres.
Los Planes Especiales de los 90, cuidaron las propuestas de gestión. Proponen áreas de
intervención prioritaria que se desarrollan a través de Unidades de Actuación, pudiéndose
gestionar por entes públicos o privados. En el barrio del Carmen, el eje de actuación de la
muralla árabe.
La eficacia de estos planes ha sido muy superior, ya que tras su aprobación se crearon
los instrumentos de gestión adecuados para su correcta aplicación. Un “Convenio” entre
Ayuntamiento y Generalitat para ejecutar estos Planes, dio lugar a dos oficinas de Gestión,
una de la Generalitat llamada “RIVA” y otra del Ayuntamiento llamada “Valencia Antiga”
que dispusieron ya de presupuesto especifico, aunque bastante limitado
En el convenio, estas entidades se distribuyen las Unidades de Actuación de toda Ciutat
Vella y en los años siguientes se dedicaron a su ejecución.
Su labor prioritaria fue la de realizar las obras de urbanización del espacio público y
apoyar con ayudas económicas directas a la rehabilitación de los edificios residenciales
privados.
En una segunda fase, extendieron la gestión a la dotación de equipamientos. En
muchos casos recuperando grandes “Contenedores históricos, como el Convento del
Carmen, el Palacio de Raga y otros. Pero en otros casos y son los más discutibles, han
procedido a la demolición de edificios existentes y los han sustituido por edificios de nueva
planta, como el IVAM en el barrio del Carmen, o el Conservatorio de Música en el barrio de
Velluters.
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1.5.9. TIPOS DE CIUDADES MEDIEVALES EN LA COMUNIDAD VALENCIANA
Las ciudades de nueva fundación: Villa-Real.
La fundación obedece a la voluntad colonizadora de Jaime I. En un solar plano al lado
de la “Acequia mayor” la carta puebla de 1274 trataba de atraer nuevos pobladores con
la innovación de un planeamiento ortogonal construido por un recinto amurallado, con
torres cilíndricas en las esquinas y una retícula formada por tres calles longitudinales y tres
transversales principales, y otras paralelas más estrechas.
Al centro de cada lienzo de muralla se abre una puerta: el de Valencia, el de Castelló,
el de Onda y el de Borriana, que “enfilaban” las calles axiales, en el cruce de los cuales
estaba la Plaza cuadrada y con soportales, donde se situaban el Ayuntamiento, tres
hostales, l´Almodí y un pozo público.
La ciudad guarnición: Morella.
El castillo árabe de Morella fue conquistado por Blasco de Alagón en 1232. En el
momento de la conquista, solo existe el castillo y un reducido núcleo de población de
poca importancia. En la “Crónica” solo se cita el castillo y no se nombra la existencia de un
asentamiento urbano.
La ciudad y la muralla medievales que hoy conocemos, son una construcción cristiana
posterior. El factor determinante de la configuración de la morfología urbana de Morella es
la topografía, de la que el elemento más destacado es el Peñón de la Mola donde se sitúa
el castillo. La ciudad se desarrolla a los pies del mismo, orientada al mediodía siguiendo el
declive topográfico natural, en forma de arcos concéntricos en el interior del recinto
amurallado.
La forma de la ciudad del tipo de “media luna” se caracteriza por su estructura viaria
compuesta por una serie de calles longitudinales que siguen las curvas de nivel de la
ladera, y otras transversales, las cuestas, estrechas y escalonadas siguiendo la máxima
pendiente.
Las plazas, escasas, son más bien dilataciones de la trama urbana o vacíos históricos
junto a las puertas de acceso, destacando por sus dimensiones, la plaza de los Estudios.
Todo este núcleo esta cercado por 1400 metros de muralla, flanqueada por 14 torres. Su
construcción data de 1330.
Entre las calles destaca la calle principal son soportales llamada calle de Blasco de
Alagón. LA Iglesia gótica de Santa María 1265, y la fundación monástica franciscana de
1272.
La ciudad reconstruida: Xàtiva.
Ciudad asentada en la “umbría” del Tossal del Castell, en la Sierra de Vernisa. De la
Sàitabi romana se pasa a la ciudad musulmana alta, con recinto amurallado, ahora
deshabitado. La ciudad medieval siguió rodeada de muros y adosada al castillo. Este
recinto fue abandonado poco a poco, bajando por la ladera hasta la actual Alameda,
con un segundo recinto donde abundan las iglesias o conventos góticos, las fuentes y
numerosas casas-palacio renacentistas.
En el siglo XVI las calles Principales eran las de Corretgeria y de Montcada; la muralla
tenía nueve puertas. Junto a la puerta de San Juan estaba la Judería y extramuros
quedaba el Raval de “les Barreres” que enlazaba con la Morería.
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El incendio de la guerra de Sucesión no afectó (a pesar de la fama) a la estructura
urbana general. En la villa amurallada, las calles principales pugnan por conservar la
horizontal, mientras son atravesado por otras calles de fuerte pendiente. Destacan el
Convento barroco de Santo Domingo, l´Almudí y la Seu o Colegiata iniciada en el XVI.
Las casas señoriales de la calle de Moncada contienen los jardines que se extienden
hasta la Alameda y que fueron pintados por Rusiñol y Benlliure.
La ciudad conventual: Oriola.
La fundación de la ciudad aprovecho el rellano a 85 metros de altura de l´Oriolet.
Pendiente abajo y protegido por la montaña del castell y a la izquierda del río Segura,
subsiste la traza árabe que los cristianos fueron modificando.
La ciudad medieval iba desde la calle de la Tortea hasta la Creu del Riu. La muralla
seguía por el margen del río hasta llegar a la plaza de la Soledad, entonces bordeaba la
acequia de Almoradí, hasta el extremo oriental de la montaña, donde se abría la puerta
de Crevillent. Y a extramuros se extendían varios ravales: la Morería, Ravalete, el barri d'Élx,
etc.
De la función religiosa, quedan los campanarios de las 22 iglesias y el edificio de la
Universidad del siglo XVI, que fue derribado en el XIX.
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1.6. LA IMPORTANCIA DEL MODELO
De ciudad antigua a centro histórico, La ciudad saneada
A medados del siglo XIX, las ciudades europeas llegan con unas condiciones higiénicosanitarias muy precarias, ocasionadas por los siguientes factores:
- Recinto amurallado, que oprime la ciudad e impide su expansión.
- Crecimiento de la población, que llena por completo todos los huertos y espacios libres
de la ciudad.
- Densificación: Derribo de viejas edificaciones sustituidas por otras nuevas más altas.
Consecuencia: hacinamiento, malas condiciones higiénicas, epidemias, escasez de
servicios, congestión.
Los intentos de solucionar estos problemas se encaminaron en dos sentidos:
1º- Transformaciones urbanas en la ciudad antigua: la REFORMA INTERIOR.
2ª- propuestas de expansión de la ciudad fuera de las murallas: los ENSANCHES.
Demolición de las murallas, que se produjo a mediados del XIX en la mayoría de las
ciudades españolas. En Valencia la demolición se produjo en el año 1865.
Estas dos operaciones, que se consideraban como complementarias de una propuesta
de intervención global sobre la ciudad, intentaban solucionar el problema de la vivienda,
tanto del proletariado industrial como de las nuevas clases burguesas.
La Institucionalización de estos dos modos de actuar, condujo a su separación real en
cuanto a técnicas y procedimientos, llegándose en Valencia a crear dos Comisiones
diferentes con dos arquitectos, uno al frente de cada oficina técnica.
El rápido crecimiento de las ciudades producido por la revolución industrial, produce la
transformación radical del nuevo organismo ciudadano. Se construye alrededor de la
“ciudad antigua” una nueva ciudad, un Ensanche primero y una periferia después, con lo
que la ciudad antigua pasa a ser solo una parte del nuevo organismo, el “Centro histórico”
o “Ciutat Vella”.
La ciudad antigua, que había sido hasta entonces la ciudad única, toda la ciudad, la
que reunía todas las funciones urbanas, pasa ahora a ser una pequeña parte de la nueva
ciudad, que a medida que va perdiendo funciones por traslado de las mismas al
Ensanche, quedará en una situación marginal, tanto funcionalmente, como degradada
física y socialmente.
La Reforma Interior del casco antiguo de Barcelona. La propuesta de
Cerdá y la de Baixeras
La propuesta de Cerdá de 1859, trata de enlazar la ciudad antigua a su proyecto de
Ensanche. La Reforma interior que propone es una simple prolongación de tres vías del
Ensanche, una horizontal paralela al mar y dos perpendiculares, que atraviesan en línea
recta y sin ninguna contemplación toda la ciudad histórica.
La propuesta de Baixeras de 1888, contiene tres grandes avenidas similares a las de
Cerdá que cruzan la ciudad antigua y otras múltiples actuaciones en el tejido urbano.
En unas manzanas propone la sustitución total de las edificaciones existentes. En otras,
se conserva la edificación y se abren alguna calle secundaria.
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Las bandas laterales expropiadas para abrir las grandes vías, son utilizadas también para
cambiar totalmente la edificación de áreas extensas. En estas áreas se sustituye el tejido
medieval por una cuadricula equivalente a la del ensanche.
Loe edificios públicos y los monumentos conocidos y valorados en aquella época, son
conservados aislándolos del tejido circundante, de acuerdo con las pautas de
composición que el autor ha aprendido del París de Haussmann.
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ANEXO AL TEMA 1 EL CENTRO HISTÓRICO
1.1. LA CIUDAD PREIDUSTRIAL
1.1.1. La ciudad medieval
El origen de la ciudad medieval como explicación de su forma
Estudiamos la Ciudad Medieval, a partir de dos tesis:
Primera: La Ciudad Histórica ha sido, hasta el siglo XIX, la ciudad única, toda la ciudad.
El derribo de las murallas de Valencia es de 1865. Desde 138 a. C. Hasta 1865 ha sido
durante XXI siglos la “Ciudad”.
Segunda: En Europa Occidental se produjo una “fractura” en la continuidad de la
ciudad, entre la ciudad romana y la ciudad medieval, debido al fuerte proceso de
desurbanización. La ciudad medieval fue una creación “ex-novo”
cuyo proceso
continuado ha producido la ciudad actual.
El efecto más evidente de la crisis económica y social que se produjo durante los cinco
siglos que siguieron al la caída del Imperio romano, fue la desurbanización, la ruina de las
ciudades y la dispersión de la población al “campo”, en donde pueden obtener el
sustento diario.
El Feudalismo: economía de subsistencia.
El oscuro periodo de cinco siglos que siguió a la caída del Imperio Romano,
caracterizado por la inseguridad y la inestabilidad social, así como por la ruptura del orden
económico y cultural, supuso también un claro retroceso de varios siglos en lo que
respecta a la situación de las ciudades. Mientras que la civilización romana era urbana, la
civilización medieval fue eminentemente rural. (Fernando Terán).
Una economía de subsistencia volvía a dispersar a la población hacia formas de vida
rural. Las ciudades, destruidas por las guerras y el pillaje, se abandonaron y se perdieron por
completo en estos oscuros siglos de la baja Edad Media y la población vivió directamente
sobre la tierra que cultivaba y le daba el sustento.
Surgió una nueva forma de organización económica y social, el feudalismo, que
suponía una relación de vasallaje en la que los campesinos, a cambio de cultivar los
terrenos del señor feudal, recibían su protección militar.
En Europa, el feudalismo fue la base del gobierno local, de la justicia, del ejército y de
todo el poder ejecutivo. A la sombra del feudalismo surgieron los nuevos centros del poder:
el Castillo, el Convento, el Rey.
El castillo del señor feudal era el centro del gobierno del territorio y por ello actuó de
aglutinante de los primeros crecimientos urbanos a su alrededor, buscando la protección a
su sombra. En muchos casos se consolidaron en forma de anillos concéntricos más o menos
deformados según la topografía del terreno donde estaba asentado el castillo.
También la Iglesia actuó como señor feudal, aprovechando la protección de las sedes
episcopales, de los monasterios y abadías.
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El inicio de las ciudades comerciales:
El resurgir del comercio y con él de la vida urbana, comenzó a proliferar cobrando
fuerza de modo gradual a medida que el clima político pasó a ser relativamente estable,
durante las primeras décadas del siglo X.
Se volvieron a abrir en toda Europa occidental, rutas comerciales de larga distancia,
sobre todo aquellas que se dirigían a Venecia y a las comunidades comerciales del norte
de Italia como Génova que comerciaban con Constantinopla.
Flandes, por el Noroeste, se había convertido en un foco comercial comparable al de
las ciudades italianas. El comercio también tuvo su origen temprano en Alemania,
Conrado I en 918 dictó decretos otorgando concesiones mercantiles a las ciudades.
La Iglesia con sus monasterios y abadías, que había preservado para Europa una
apariencia de vida civilizada durante la Edad Media de las tinieblas, formó el núcleo de
muchas de las primeras ciudades medievales.
Además de la protección que brindaban las ciudades episcopales amuralladas y los
monasterios poderosamente defendidos, numerosos “burgos” establecidos a lo largo de
toda Europa como centros militares fuertemente fortificados y con abundante “guarnición”
defensiva, sirvieron también para promover el resurgimiento del comercio y la vida urbana
en el siglo X.
Cita de C.T. Smith: “De 120 ciudades identificadas en Alemania en el siglo XI:
- 40 estaban situadas en terrenos de sedes episcopales.
- 20 se emplazaban en las inmediaciones de monasterios.
- 60 crecieron alrededor de fundaciones reales “burgos”, de las que 12 estaban
junto a palacios reales.
En toda Europa, estas ciudades estimuladas por el comercio a larga distancia,
fomentaron el comercio local mediante un sistema de ciudades de mercado, que se
desarrollaron de manera natural a partir de aldeas o bien se crearon de nueva planta en
los sitios más favorables.
Cita de Pirenne: No fue sino hasta el siglo XII, cuando al progresar de un modo
paulatino, el comercio consiguió transformar definitivamente la Europa occidental. El
desarrollo económico la liberó de la inmovilidad tradicional a la que la condenaba el
feudalismo, una organización social dependiente solo de los vínculos del hombre con la
tierra, “siervos de la gleba”.
Así fue apareciendo un nuevo tipo de ciudad “la ciudad-comercial”, cada vez más
libre e independiente, basada en el comercio y la artesanía, sustentando su autonomía en
un sistema de contribuciones voluntarias destinadas a obras de utilidad pública,
especialmente en las murallas, y regulando su funcionamiento a través de los gremios.
La ciudad ya no crecía solamente a la sombra del castillo feudal. Nueva ciudad
amurallada, sede del comercio la artesanía y los gremios. Una ciudad comunitaria, obra
colectiva que crece y se desarrolla de forma coyuntural, sin trazados ni concepciones
formales previas de carácter global.
El “burgo” originario pronto se queda pequeño, a sus puertas crecen los arrabales, son
necesarias nuevas murallas que los defiendan, nuevo recinto que sigue creciendo y que
exige nuevas murallas.
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Una ciudad que crece según un proceso lento que parece natural, como los seres vivos
y da lugar a un tipo de organización espacial que se ha denominado “ciudad de
crecimiento orgánico”
La forma urbana medieval
Cualesquiera que fueran sus orígenes, las ciudades medievales, tienen contextos
sociales, económicos y políticos similares en toda Europa, por lo que son también parecidas
en su forma urbana.
Los elementos que componen la ciudad medieval son:
-La muralla con sus torres y puertas.
-Las calles y espacios destinados a los desplazamientos.
-El mercado en las calles, alojado a veces en soportales.
-La Iglesia, que se alza en su propio espacio urbano.
-Gran masa de edificios residenciales de la ciudad.
-Espacios privados destinados a huertos ó jardines.
La muralla:
Todas las ciudades tenían un encintado de murallas. Lienzos de muro de piedra vertical
con torres cilíndricas o cúbicas. El crecimiento en horizontal no fue continuo, sino por
etapas, cada una seguida por la construcción de la nueva muralla. Tienen sucesivos
recintos amurallados. París, Florencia, Valencia.
Las calles:
Las calles medievales, eran además el lugar del mercado. La noción de circulación
estaba tan ausente como el propio tráfico constante. El desplazamiento por las calles se
realizaba siempre a pie, y las mercancías en animales de carga.
La fachada que se abría a la calle tenía un gran valor comercial y su desarrollo en
forma continua, una fachada al lado de la otra fue el proceso normal, definiendo el
espacio de la calle.
Es manifiesta la tendencia de las casas medievales a invadir la calle, incluso los puentes
y espacios públicos abiertos. Los escasos pisos superiores aumentan progresivamente el
vuelo sobre la calle, hasta tocar con el de enfrente.
Así la ciudad medieval adquirió su tradicional ambiente, con su intimidad, su
pintoresquismo y sus repetidas sorpresas visuales. Todo parecía “accidental”.
El mercado:
El mercado puede ocupar una plaza destinada a ese único fin, en un lugar céntrico, o
bien puede situarse en un ensanchamiento de la calle principal, o en ampliaciones
laterales de esta calle. También es frecuente su localización en las plazas de las puertas de
entrada a la ciudad.
Era usual que los edificios que rodean la plaza o la calle del mercado tuvieran la misma
altura y estuvieran unidos por soportales, bajo los cuales las calles se prolongaban en la
plaza.
La plaza y la calle del mercado desafían cualquier descripción precisa, no había dos
iguales, cada una poseía su carácter especial.
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Muchos ejemplos continúan siendo excepcionales en la herencia cultural europea: El
“Campo” de Siena, la “gran Place” de Bruselas.
La plaza del mercado era irregular, triangular en ocasiones, poligonal ú ovalada otras, y
aparentemente arbitraria en su forma.
La plaza de la Iglesia ó la del Ayuntamiento.
Espacio donde se reunían los habitantes, bien para las celebraciones religiosas o
públicas. Donde se escuchaban los sermones y también donde se ajusticiaba.
Estas plazas tienen también formas irregulares y los edificios singulares que las presiden,
la Iglesia ó el Ayuntamiento, elevan sus agujas y campanarios por encima del apretado
caserío medieval. Su ubicación más o menos centrada, no obedece a criterios de
composición geométrica sino que está en función de una mezcla de oportunidad
coyuntural y de búsqueda de efecto visual a corta distancia.
Este marco formal cuya indudable belleza descansa sobre la estética de la variedad, el
cambio y la sorpresa, se correspondía sin embargo con unas condiciones de vida muy
inferiores a las alcanzadas en las ciudades romanas, en cuanto a salubridad e higiene.
La falta de alcantarillado, hacia que los residuos circulasen por las calles, lo que se veía
agravado por la convivencia domestica con los animales.
Clasificación de ciudades medievales según Pierre Lavedan.
ABCDEF-
Ciudades romanas reconstruidas.
Aldeas con crecimiento propio.
Ciudades en cruce de caminos.
Ciudades comerciales.
Ciudades de nueva planta. Bastidas.
Ciudades islámicas en España.
Clasificación de ciudades por su origen según Antony Morris.
ACiudades de crecimiento orgánico:
- ciudades de origen romano.
Ratisbona.
- ciudades de origen monástico.
Mont Sant Michele
- ciudades de origen feudal.
San Giminiano.
- burgos. Origen como centros militares.
Carcasona.
- ciudades comerciales, desarrolladas a partir de aldeas.
- ciudades islámicas en España.
Toledo.
B- Ciudades nuevas.
- ciudades bastidas.
- ciudades de nueva planta.
Fundadas en Francia e Inglaterra.
Fundadas en toda Europa.
Esta clasificación se ajusta a grandes rasgos a un orden cronológico. Después la caída
del imperio romano, la vida urbana en Europa se vio enormemente reducida y en muchos
casos desapareció por completo, como en Gran Bretaña. Hasta que a comienzos del siglo
X y XI, la estabilidad política y el resurgimiento del comercio dieron nueva vida a muchas
antiguas fundaciones romanas, convirtieron los “burgos” militares en poblaciones
orientadas al comercio, e instigaron el proceso por el cual cierto número de aldeas se
transformaron en ciudades.
En toda Europa en la Edad Media se crearon nuevas ciudades, el índice máximo se
produjo en el siglo XIII.
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MORFOLOGÍAS DE LA CIUDAD ANTIGUA
Los tipos de ciudades medievales. La sistematización morfológica de
Piccinato
La cultura medieval no establece modelos formales como la antigua, lo que hace
imposible una descripción general de la forma de la ciudad. Tienen todas las formas
posibles y se adaptan a todas las circunstancias históricas y geográficas.
Piccinato en su esfuerzo de sistematización de estas ciudades, ha realizado una
clasificación que atiende a las cuestiones puramente formales de la morfología la ciudad,
y referida solamente a tipos de ciudades italianas, pero que es generalizable a todas las
europeas.
A- Forma Lineal
Ciudades
Ciudad formada por una sola calle:
Ponte dell´Olio.
Stia.
Calle principal con eje central:
Calle principal asimétrica:
3 Calles
5 Calles
Montagnana.
Borgomanero.
5 Calles
Pietra Santa.
Civitavecchia.
Carmagnola.
Ciudad con variante en forma de uso:
Monte Varchi.
B- Generatriz formada por dos ejes.
Dos calles perpendiculares que se cruzan:
Castel Bolognese.
Castelfranco Veneto.
Freudenstadt.
Citadella de Padova.
Frosasco.
C- Ciudades con planta en forma de parrilla.
Manfredonia.
Alcamo.
Cittaducale.
D- Ciudades con un elemento principal.
Iglesia, Abadía, Castillo.
E- Bastida. Planta en espina de pez.
Monterotondo.
Buonalbergo.
Francavilla a Mare.
F- Acrópolis o Promontorio.
Chianciano.
G- Ciudades de planta anular concéntrica.
San Eraclio.
Lucignano.
San Severo.
G’- De planta anular concéntrica parcial.
Campobasso.
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(Media luna)
Herrenberg. (Germánica)
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EL ESPACIO URBANO DE LA CIUDAD MEDIEVAL
Espacio continuo
Las ciudades medievales tiene una red de calles irregular, pero están organizadas de tal
manera que forman un espacio “unitario” continuo, en el que siempre es posible orientarse
o llegar a tener una idea global.
Las calles, todas muy estrechas, no son iguales, sino que existe una gradación continua
entre principales y secundarias. Las plazas no son recintos aislados, sino ensanchamientos
de las calles. Todas se prestan a los usos comerciales, a las reuniones públicas. Solo las
secundarias son simples pasajes.
Las casas, estrechas y profundas, de dos y a veces tres plantas, se abren hacia el
espacio público y tiene una fachada que contribuye a formar el ambiente de la calle.
Existe un espacio público complejo y unitario, que se reparte por toda la ciudad y en el
que se exhiben todos los edificios públicos y privados, con sus eventuales espacios
interiores, patios o jardines.
Estructura compleja.
El espacio público de la ciudad tiene una estructura compleja, puesto que debe dejar
sitio a los distintos poderes: obispado, municipio, órdenes religiosas, gremios. Una ciudad
medieval no tiene nunca un centro único sino varios
-Centro religioso: Catedral y palacio del obispo.
-Centro civil: Palacio municipal sede del ayuntamiento.
-Centro comercial: mercado, lonjas, sedes de los gremios.
Toda ciudad está dividida en barrios, con si fisonomía propia y con sus símbolos. En el
siglo XIII se forman centros secundarios, en los barrios nacidos alrededor de las fundaciones
conventuales, con sus Iglesias y plazas.
Espacio jerarquizado.
El centro de la ciudad es el lugar más buscado, las clases altas viven en los centros, los
pobres en los arrabales. En el centro se construyen las estructuras más altas: Torre municipal,
campanario y agujas de la catedral, que señalan el punto culminante del perfil de la
ciudad y unifican el escenario.
La muralla, obra pública costosa, de trazado irregular y redondeado, encierra el
primitivo recinto. Es sobrepasada por la nueva muralla que engloba los arrabales. El primer
recinto se densifica, mientras que en el nuevo recinto, a partir del siglo XVI en que la
población deja de crecer, han quedado huertos y espacios no utilizados que han llegado
intactos al siglo XIX.
Capacidad de transformación:
Las ciudades medievales consolidaron su forma definitiva a lo largo de los siglos XIV y
XV, cuando su tamaño y aspecto quedaron ya estabilizados.
Durante lo siglos anteriores, en fases de crecimiento, su aspecto debió ser mucho más
desordenado Calles y edificios en obras llenos de andamios.
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La unidad estaba garantizada, no pos el pasado, sino por la coherencia del estilo y la
confianza en el futuro. El románico y el gótico son estilos europeos que unifican desde el
siglo X los métodos de construcción y el acabado de los edificios en toda Europa.
La capacidad de renovación no sobrevive a las crisis del s. XIV (epidemias, cólera). El
momento creativo más importante ha pasado. De ahora en adelante se mirará hacia el
pasado.
En el medioevo, no existe ninguna ciudad europea de gran tamaño, sino muchas
ciudades medianas. Las más grandes alcanzan tamaños entre 300 y 400 Ha y una
población entre 100.000 y 150.000 habitantes. Las ciudades medias no pasaban de 50.000
personas. Solo la Córdoba islámica alcanzó una población mayor.
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1.1.2. LAS UTOPÍAS RENACENTISTAS, LA CIUDAD IDEAL
La cultura del humanismo
El ambiente cultural y espiritual que había caracterizado el medioevo con su
preeminencia religiosa y su orden teocrático, empiezan a variar a partir del siglo XV en el
que los humanistas sitúan al hombre en el centro del nuevo pensamiento renacentista.
Renacimiento significa volver a nacer. En Florencia vuelve a nacer el interés por las
formas del arte clásico de las antiguas Grecia y Roma. Y las formas clásicas vuelven a ser
motivo de inspiración en todas las artes. Y también en el urbanismo europeo.
La Vía Nuova de Génova de 1470 constituye la más temprana manifestación del
urbanismo renacentista, entendido como ordenación consciente de edificios siguiendo
una forma preestablecida
Todo empieza a teñirse de una actitud de interés por el hombre y por la naturaleza.
Lavedan llama “Urbanismo Clásico” a los nuevos principios de creación y ordenación de
ciudades que surgen en el siglo XV y que serán validos hasta mediados el siglo XIX.
Engloba con ello en una misma orientación la urbanística renacentista con la barroca.
La repercusión de las nuevas ideas en la concepción de la ciudad no se hace esperar.
El Renacimiento se caracteriza en la urbanística por una intensa actividad teórica en pos
de la definición de modelos de Ciudad Ideal, como alternativa global a la ciudad
medieval heredada; así como por una actuación directa sobre ella para mejorarla.
La ciudad albertiana
Alberti, primer teórico de planeamiento urbano del Renacimiento, inicia con sus tratado
el urbanismo consciente.
En su obra “De Re edificatoria” de 1425, el libro V trata de la ciudad. Parte de la
insatisfactoria realidad de la ciudad medieval que actúa como acicate en la búsqueda
de alternativas desde consideraciones utilitaristas, sanitarias, estéticas y sociales. Habla de
edificios bien iluminados, bien ventilados y con sol.
Para Alberti, dos reglas son esenciales: “comoditas” y “Voluptas”. Para él la ciudad
debe ser cómoda y bella.
Alberti trato extensamente en su obra, muchos aspectos del planeamiento urbano y
recomendó formas de organización y tratamiento de la ciudad con cierto eclecticismo y
sin realizar propuestas gráficas.
La propuesta concreta que realizó: la plaza centralizada con calles radiales. Supuso la
cristalización del pensamiento teórico de la época. Esta propuesta no sería lleva a cabo
hasta siglo y medio más tarde.
Pero a pesar de que sus ideas son ya del renacimiento, también supo ver las ventajas de
las sinuosas calles medievales, sobre todo su mejor adaptación zonas climáticas extremas y
su mejor disposición para defensa interior.
Los recintos fortificados. Filarete y Francisco di Giogio Martíni
Filarete en 1465 planteó el primer modelo completo de Ciudad Ideal, con planos y
explicaciones escritas. La llamó Sforzinda en honor a su mecenas Sforza de Milán.
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Era un modelo teórico de ciudad sometido rigurosamente a un orden geométrico, un
círculo en el que se inscribía una estrella de ocho puntas y disponía de un sistema de calles
radiales en los que situaba un conjunto simétrico de plazas, alternando las religiosas y las
comerciales.
Las ciudades ideales y sobre todo Sforzinda, son una racionalización geométrica de lo
que ya se venia dando en la ciudad medieval: muralla, plaza central, barios con plazas
secundarias, calles anulares, calles transversales.
Francisco di Giogio Martín:
En su tratado de arquitectura de 1495, en su libro V, se ocupa de fortificaciones. Es el
comienzo de un nuevo método de abordar la cuestión de la ingeniería militar que
requieren los rápidos progresos de la artillería ofensiva.
Frente al muro vertical de la muralla medieval, plantea taludes de arcilla muy
inclinados, muy compactados y de gran espesor. Estas formas de las nuevas murallas
renacentistas se convirtieron en la principal seña de identidad de la nueva ciudad del siglo
XVI y siguientes.
También fue un prolífico diseñador de ciudades ideales. En sus dibujos la ciudad
aparece formalmente centralizada. En otros casos está adaptada a emplazamientos
concretos y adquiere una forma más libre.
Perspectivas urbanas del Renacimiento
El arte del Renacimiento es el arte de la calma, de la belleza. Sus creaciones son
perfectas, no revelan que nada haya sido forzado o inhibido, ni inquietud ni agitación.
El impacto que produce una obra del renacimiento es lento y suave pero también más
duradero. Es un mundo que no se quiere abandonar nunca.
La organización espacial del urbanismo renacentista aspira hacia un sosegado
equilibrio, completo en si mismo. El resultado es un espacio esencialmente limitado y en
reposo.
La Piazza Annunziata de Florencia constituye el más claro ejemplo de esta nueva
filosofía. Realizada en el tiempo por Brunelleschi Hospital de los Inocentes 1419, Michelozzo
Iglesia de la Annunziata en 1454 y Sangallo el viejo soportales del Colegio Siervos Santa
Maria en 1516.
Consideraciones dominantes del diseño renacentista.
1º- Preocupación por la Simetría para conseguir una composición equilibrada con
respecto a uno o más ejes, hasta llegar a veces en excesos como en la plaza del Popolo.
2º- Final de “Perspectiva”. Se le concedía gran importancia, mediante el cuidadoso
emplazamiento de edificios monumentales y “estatuas” en los extremos de las largas y
rectas calles.
3º- Los edificios individuales fueron integrados en un único y coherente “Conjunto
arquitectónico” por medio de la repetición de un diseño básico de fachadas.
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4º- la teoría de la “Perspectiva” fue uno de los hechos constituyentes en la historia del
arte; el “canon” incontestado al cual tenía que ajustarse toda representación artística.
Del espacio agregado de la ciudad gótica al espacio sistema de la
ciudad renacentista
1º- La diferencia sustancial entre la imagen de la ciudad medieval y la renacentista es
que aparecen como dos niveles alternativos, en que la segunda aparece como vista en
un espejo de la primera.
Pero visto a través de la óptica de un mecanismo racionalizador potente que
esquematiza el contenido diverso de la ciudad medieval, devolviendo una imagen en
cierto modo idealizada y diagramática de las diversas funciones y metamorfizada en un
sentido coherente y simbólico.
2º- Es evidente la voluntad de sustituir la casualidad del crecimiento espontáneo y no
planificado de la ciudad medieval por una teoría del Proyecto Urbano que pudiera frenar
el modo desordenado en que se producía el desarrollo urbano medieval
3º- La ciudad medieval crecida desordenadamente sobre si misma, con sus edificios
amontonados a lo largo de las calles estrechas y tortuosas, se quiere sustituir por: la nueva
ciudad planificada según un diseño racional.
4º- Los modelos teóricos de Ciudades Ideales, tuvieron muy poca repercusión real sobre
la ciudad. Lo que si tuvo una gran influencia práctica fue la actuación directa sobre las
ciudades existentes.
Estas actuaciones renacentistas sobre la ciudad real se centraron en:
Nuevas fortificaciones construidas de acuerdo con las nuevas técnicas.
Tratamiento interior de las ciudades, en las que se realizaron operaciones de
embellecimiento y renovación urbana, abriendo calles y plazas rodeadas de nueva
arquitectura uniforme. Plaza San Marcos de Venecia. Roma de Pío V.
Componentes del urbanismo renacentista
1- La calle principal rectilínea.
La calle principal rectilínea de arquitectura uniforme es una invención del Renacimiento.
Su función principal fue la de facilitar la movilidad entre las partes de la ciudad, que de
modo creciente se realizaba por medio de carruajes. Ejemplo: La Vía Nuova de Génova.
Además de la función de “tráfico”, el renacimiento introdujo el concepto de calle
“concebida como un todo arquitectónico”. Los alzados de la calle aparecen como una
agregación de alzados de sus edificios individuales. A medida que avanzaba el
renacimiento se convirtió en elemento de rigor en todas las ciudades.
2- La retícula.
El Renacimiento uso la retícula de diverso modo:
1- Como base de nuevos barrios residenciales agregados a la ciudad medieval
2- Como trazado completo de ciudades nuevas. (muy limitado)
3- Como base de nuevas áreas urbanas en combinación con una res de calles
primarias.
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A su probada eficacia de permitir una igualdad en la subdivisión del suelo, ahora hay
que añadir a las cualidades de la retícula su conformidad con el ideal renacentista de
uniformidad estética.
Los resultados de los ejemplos de “retículas renacentistas” tienen en general una gran
calidad urbana y notable amplitud. Son ejemplos cumbre de la urbanística como el barrio
renacentista de Ferrara.
3- Recintos especiales. Plazas.
- Plazas destinadas al tráfico. Intersección de calles principales.
- Roma: Plaza del Popolo.
- París: Plaza de la Concordia
- Plazas residenciales de arquitectura uniforme.
Sin otro objetivo de monumentalidad que la uniformidad en si misma. Es tal vez, la
contribución más sugestiva del periodo renacentista.
- París: Plaza de los Vosgos. Plaza Real con estatua ecuestre del rey.
- Londres: Cowent Garden
- Plazas peatonales. Recintos importantes cerrados al tráfico.
Sirven de patio delantero frente a edificios civiles ó religiosos.
- Roma: Plaza del Campidoglio
- Venecia: Plaza de San Marcos.
4- Fortificaciones
El papel de las fortificaciones es determinante en la forma urbana. Ejemplo de las
murallas renacentistas de Viena, que resistieron el asalto de los turcos.
A partir del derribo de las murallas medievales de Constantinopla por la artillería en el
siglo XV, la creación de defensas adecuadas requería un progresivo aumento de la
distancia horizontal necesaria para la efectividad de los complejos sistemas defensivos de
fortines y baluartes hechos con grandes taludes de arcilla. De ahí la dificultad de ampliar
los recintos amurallados y el consiguiente aumento de las densidades crecientes del interior
habitado.
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1.1.3. LA GEOMETRÍA COMO ORDEN NATURAL. EL ESPACIO PERSPÉCTICO
DE LA CIUDAD BARROCA
Regularidad, orden perspéctico y ambientación urbana
En contraste con el Renacimiento que tiende a la permanencia y a la inmovilidad, el
Barroco manifiesta un sentimiento de “movimiento”, de dirección.
El urbanismo barroco se afana por conseguir una ilusión de espacio “INFINITO”, cuando
está contenido dentro de los limites de la pequeña escala, como es el caso de la Piazza
Navona.
Pero la experiencia de vastas perspectivas urbanas “infinitas” puede también engendrar
“un sentimiento de desolación”.
La ciudad barroca, es la ciudad “Símbolo” del poder del monarca “Absoluto” y del
poder absoluto de los Papas. Pretende impresionar por motivos de “imagen de grandeza”,
con tres criterios de diseño urbano:
1º- por su TRAZADO: Sus centros habían de estar enlazados por grandes avenidas
rectilíneas convergentes: “Tridentes”.
2º- Por la FACHADAS magnificas de sus Iglesias, de sus Palacios y de sus Fuentes.
3º- Por las PERSPECTIVAS MONUMENTALES. Idea tomada de los pintores. Obeliscos.
Las ciudades barrocas del XVII y XVIII de Europa, se convirtieron en parte de los
atractivos de la Monarquía absolutista, por esta causa dotaron a la ciudad de
intencionalidad dramática y teatral.
La ciudad barroca se convirtió así, en un enorme montaje escenográfico para la
exhibición de la Corte y de la Nobleza.
Se trataba de ilustrar “en vivo” del cambio social que transformó la Ciudad Estado
renacentista con sus ciudadanos libres, en la capital de la Monarquía Absoluta, con su
corte y sus habitantes sometidos.
El orden escénico de la ciudad barroca.
Las manifestaciones barrocas han contribuido poderosamente a configurar la fisonomía
actual de las ciudades europeas y constituyen hoy todavía, la “Imagen más evocadora”
de cada ciudad, como es el caso de Roma.
Los rasgos del barroco, ya habían sido anticipados en el renacimiento, la calle rectilínea,
la exaltación de la perspectiva, el tratamiento unificado de la arquitectura, composiciones
de conjuntos urbanos etc. Todo ello será ampliamente desarrollado por los artistas barrocos
en los siglos XVII y XVIII.
El origen del urbanismo barroco se sitúa en 1585, en un fresco del Vaticano que
representa un plano del conjunto de calles proyectadas en Roma por Domenico Fontana
por encargo del Papa Sixto V.
El barroco se presenta como altamente innovador por lo que se refiere a una nueva
forma de entender el espacio urbano en sus aspectos formales y visuales.
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Se manifiesta a través de composiciones generales de trazados urbanos como
tratamiento del juego de volúmenes arquitectónicos y como forma de modelar el espacio
urbano a partir de ellos.
La ciudad barroca se convierte en una OBRA DE ARTE, UN PANORAMA, UNA
ESCENOGRAFÍA creada para buscar efectos especiales.
Ejemplo: las escenas trágicas y cómicas de Serlio.
En sus avenidas, la vista se lanza hacía el infinito, en línea recta entre fachadas de
arquitecturas unificadas.
La Unidad entre “Arquitectura” y “Urbanismo” alcanza en el barroco el punto más alto
de la historia.
La ciudad símbolo del poder del “Monarca Absoluto” debe expresarse en grandes
edificios monumentales que reflejen la grandeza y la magnificencia del Rey.
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