3 El primer paso: las ventajas competitivas de Cataluña Como consecuencia de la aparición del libro de Michael Porter The Competitive Advantage of Nations (1990), la preocupación por la identificación de los determinantes de la competitividad y la sistematización de su análisis se multiplicó significativamente en todo el mundo. Como hemos visto en el capítulo anterior, Porter explicó que los clusters son concentraciones geográficas de compañías interconectadas, proveedores especializados, empresas de servicios e instituciones asociadas y, en este marco conceptual, desarrolló una metodología de análisis competitivo que confiere una gran importancia a las condiciones socioeconómicas del ámbito geográfico donde las empresas toman sus decisiones estratégicas. Porter formuló que la ventaja competitiva nacional está en función de cuatro atributos que conforman el entorno en el que deben desarrollar su actividad las empresas locales: las condiciones de los factores, las condiciones de la demanda, los sectores afines y los de apoyo, así como la estrategia, la estructura y la rivalidad de la empresa. Sin embargo, aunque el concepto se popularizó a raíz de la obra de Porter, los clusters son realidades existentes en el territorio que aparecen por razones a menudo históricas y se desarrollan de la mano de la propia evolución económica en contextos de fuerte rivalidad, pero también de cooperación, porque estimulan el conocimiento contextual que hay en todos los procesos productivos, facilitan la presencia de proveedores, proporcionan un mejor acceso al personal especializado que necesitan las empresas, favorecen la rápida circulación de información por la proximidad de los competidores o permiten captar mejor las oportunidades de negocio y las necesidades de los clientes. En Cataluña, los fabricantes de carrocerías en la Selva constituyen un buen ejemplo de ello. En el año 1888 se instaló en Arbúcies un taller de tartanas y carros ya que este municipio tenía cierta tradición en conocimientos técnicos en industrial forestal y en el trabajo del hierro para armar los carruajes y porque era fácil encontrar madera cerca. Un empleado de este taller, Joan Ayats, se estableció por su cuenta en 1905. Las carrocerías evolucionaron al mismo tiempo que lo hacía la tecnología. La madera se abandonó progresivamente a favor del hierro y, posteriormente, del aluminio, el plástico y el poliéster. Hoy en día, este sistema productivo está integrado por más de veinte empresas, que dan trabajo a 1.300 personas y generan una cifra de negocio de casi 300 millones de euros. Una parte significativa de estas empresas ha sido creada por antiguos empleados de Ayats. Pero, más que por el éxito logrado por la palabra cluster, el trabajo de Porter es importante porque ha permitido entender la competitividad de una manera diferente. Porter subrayó que las auténticas protagonistas de la competitividad de una economía son las empresas, 36 CLUSTERS Y COMPETITIVIDAD: EL CASO DE CATALUÑA 19932010 que son las que tienen que adoptar las estrategias más adecuadas para afrontar sus desafíos, además añadió que las empresas conforman sectores productivos interrelacionados y trabajan en un entorno físico, social, económico y político que condiciona sus actuaciones. The Competitive Advantage of Nations se convirtió rápidamente en un referente internacional ya que estuvo en la base de la aparición de un modelo de política de desarrollo económico que considera que la competitividad depende de la estrategia de las empresas y de la calidad del entorno en el que trabajan, y el Gobierno de la Generalitat decidió encargar un estudio de las mismas características porque quería empezar a operar en este campo. El trabajo se tituló Els avantatges competitius de Catalunya y se encargó a la empresa Monitor Company, una consultoría estratégica internacional. Con la supervisión del propio Michael Porter, el estudio fue dirigido por Xavier Rubió y Emilià Duch, con la colaboración general de los profesores Eduard Ballarín y Josep Faus y estadística del profesor Jordi Gual, todos ellos docentes de IESE. Se publicó en el año 1992 y a continuación se ofrece un resumen de su contenido. Después de repasar toda una serie de indicadores económicos que situaban Cataluña en una posición líder en el conjunto de España, pero intermedia con relación a los países más avanzados de Europa, el trabajo explicitaba que el tratamiento estadísticamente sectorial que hasta aquel momento era el habitual en los estudios sobre la posición competitiva de una economía no permitía tener en cuenta todos los factores que determinan la competitividad, diagnosticaba los problemas superficialmente y dificultaba pasar de la identificación de los problemas a las recomendaciones y de estas a las acciones, por lo que optaba por analizar los diferentes sectores de la economía catalana en una doble dimensión: en segmentos estratégicos y en microclusters. El segmento estratégico es un conjunto distintivo que se utiliza porque el sector estadístico normalmente es demasiado amplio y heterogéneo para ser analizado como un todo. Es el ámbito donde se encuentra la auténtica competencia real, el mercado donde las empresas se enfrentan a similares desafíos estratégicos y donde se pueden buscar respuestas a estos desafíos. Es una unidad de análisis que, por ejemplo, dentro del sector estadístico del papel y cartón propone considerar conjuntos homogéneos como el cartón para ondular, el kraftliner, el testliner, los cueros y biclases, el cartoncillo, la impresión y escritura, el tisú, la pasta del papel y el papel reciclado. A su vez, como las empresas entran en competencia en segmentos estratégicos y sus compañías relacionadas y de apoyo, así como las infraestructuras que les ofrecen servicio, se sitúan cerca de las mismas, el trabajo denominaba “microclusters” a este conjunto de firmas ubicadas en áreas geográficamente cercanas, que son las que recomendaba utilizar como referencia espacial para analizar las fuentes de ventaja competitiva. Desde este punto de vista, y utilizando el mismo ejemplo que antes, el sector estadístico del papel y cartón en Cataluña se puede desagregar en los microclusters de impresión y escritura de Girona, de cartón para embalar del Alt Penedès y de la Anoia, de cartoncillo de Barcelona y de tisú del Alt Camp. EL PRIMER PASO: LAS VENTAJAS COMPETITIVAS DE CATALUÑA 37 Para el análisis de los microclusters, Els avantatges competitius de Catalunya recomendaba utilizar el esquema del diamante de Michael Porter y estudiar las condiciones de los factores, los sectores de apoyo y relacionados, la estructura del sector y la estrategia de sus empresas, así como las condiciones de la demanda. El trabajo recordaba que cada uno de los cuatro determinantes de la competitividad influye en la capacidad de la industria de un país para innovar y mejorar y también que los cuatro juntos constituyen un sistema dinámico más importante que cada uno de ellos por separado, y presentaba el ejemplo del microcluster del cartoncillo en Barcelona. Figura 1. El “Diamante” como herramienta de análisis: ejemplo del microcluster del cartoncillo en Barcelona Estructura, estrategia y rivalidad • Dos productores dominantes con la escala necesaria que pertenecen a grandes grupos europeos (Tampella y Prat Cartón) • Las seis restantes son empresas familiares sin tecnología punta Condiciones de los factores Condiciones de la demanda • Multinacionales cada vez más sofisticadas como usuarios finales (Puig, Nestlé, Unilever, Bayer, etc.) • Coste elevado de energía • Abastecimiento abundante de agua del río Besòs y del Llobregat • No hay productores de maquinaria de “alta tecnología” • Abastecimiento potencial abundante de papel reciclado en Barcelona • Consecuentemente, manipuladores cada vez más exigentes (precios, plazos de entrega) • Muy exigentes en la homologación de calidad Industrias relacionadas y de apoyo • Industria fuerte de transformación (Celograf ) • Industria fuerte de impresión, de publicidad y de diseño en Barcelona Fuente: MONITOR COMPANY (1992): Els avantatges competitius de Catalunya. En el marco de esta orientación metodológica, Els avantatges competitius de Catalunya configuraba el entramado de la economía catalana alrededor de ocho clusters significativos tanto por su peso dentro de la creación de riqueza del país como por su potencial de crecimiento: manufacturas de diseño (textil, muebles, joyería, etc.), sistemas industriales (automoción, componentes, electrodomésticos, etc.), turismo, gran consumo (alimentación, detergentes, etc.), salud (hospitales, farmacia, etc.), química básica, conocimiento (educación, edición, etc.) y finanzas. 38 CLUSTERS Y COMPETITIVIDAD: EL CASO DE CATALUÑA 19932010 Figura 2. Los clusters de futuro en Cataluña Clusters de potencial competitivo internacional Manufacturas de diseño Clusters clave de apoyo Sistemas industriales Turismo Conocimiento Gran consumo Química básica Finanzas Salud Clusters de potencial competitivo estatal Fuente: MONITOR COMPANY (1992): Els avantatges competitius de Catalunya. Según los autores del trabajo, los clusters de “manufacturas de diseño”, “sistemas industriales”, “turismo”, “gran consumo” y “salud” actuaban en aquel momento como núcleos clave de empuje de la economía, los tres primeros competiendo en el ámbito internacional para vender sus productos en un mercado cada vez más abierto, y los otros dos competiendo principalmente para servir al mercado español desde Cataluña. Por su parte, los clusters de “conocimiento” y “finanzas” tenían un papel clave de apoyo a la economía y, a veces, también de empuje. La “química básica”, por último, se consideraba que era un cluster inerte ya que no tenía efectos reforzadores de la competitividad de los demás. El estudio ofrecía el diagnóstico competitivo de todos estos clusters y también fijaba unas áreas prioritarias para el refuerzo competitivo de cada uno de ellos. Para el cluster de “manufacturas del diseño”, que incluía todas aquellas áreas de negocio que de una u otra forma comparten la necesidad fundamental de gestionar el diseño (en los ámbitos de creación, producción y comercialización) de manera eficiente, como la joyería, los muebles, los curtidos, la confección en piel, el género de punto, la confección, el textil del hogar o el tisaje, entre otros, el trabajo recomendaba, básicamente, promover la introducción del diseño en la actividad empresarial y fomentar la creación y gestión de marcas propias para competir a través de la diferenciación. Para el cluster de “sistemas industriales”, donde se incluían los negocios que tienen como habilidad genérica para el éxito la gestión del desarrollo de sistemas de manera eficiente en el tiempo, como la automoción, las motos, los electrodomésticos, la maquinaria, la aeronáutica, el audio y video o el equipamiento de oficina, entre otros, el estudio sugería aumentar la sofisticación de la demanda, mejorar las habilidades de gestión integral de proyectos para conseguir una mayor coordinación interna del sistema de valor y trabajar como verdaderas unidades competitivas. EL PRIMER PASO: LAS VENTAJAS COMPETITIVAS DE CATALUÑA 39 Para el cluster de “turismo”, con negocios como, por ejemplo, los parques temáticos, el golf, el esquí, la naturaleza o el sol, Els avantatges competitius de Catalunya proponía que las empresas turísticas diferenciaran y especializaran sus productos para dejar de competir solo en costes, lo que implicaba iniciativas en el ámbito de la oferta de alojamiento, en la protección del entorno, en la formación del personal, en la promoción de servicios auxiliares y en la realización de campañas de promoción. En el cluster de “gran consumo”, integrado por actividades tradicionalmente clasificadas en diferentes sectores estadísticos como la carne, la confitería, la leche, el vino, los frutos secos, el aceite, el agua mineral, la comida precocinada, los detergentes o los productos de higiene personal, entre otros, todas ellas con la necesidad fundamental de crear marcas, controlar la distribución y tener poder de marketing, las iniciativas a desarrollar, según el trabajo, debían estar vinculadas al hecho de que las empresas multinacionales establecieran sus home base en Cataluña, así como a la consolidación de aquellas empresas que disponían de marcas con una potente imagen local. El cluster de “salud” estaba integrado por los hospitales generales, las clínicas especializadas, los laboratorios médicos, los centros de recuperación, los geriátricos y, en general, por todos aquellos negocios que compartían la necesidad fundamental de gestionar servicios médicos especializados, y el reto de sus empresas era, según los autores del estudio, disfrutar de reputación como centro médico mediante la asimilación de las nuevas tendencias, la gestión eficiente y la garantía de la calidad del servicio ofertado. En el cluster de “conocimiento” estaban incluidas todas aquellas actividades que creaban y difundían conocimiento y que tenían la función de dar apoyo al resto de negocios que componían los demás clusters, como las editoriales, el software, los centros de I+D, las consultorías, las ingenierías, los gabinetes jurídicos o las universidades. Els avantatges competitius de Catalunya sugería trabajar en el ámbito de la internacionalización, de la promoción de la difusión de información sobre la oferta y demanda de conocimiento y también de los resultados de la investigación aplicada. Los protagonistas del cluster de “finanzas” eran las instituciones que jugaban un papel de apoyo financiero en el conjunto de la economía, como, por ejemplo, los bancos, las cajas de ahorro, las agencias de valores, las sociedades de capital de riesgo o las aseguradoras, y las propuestas que se hacían en el estudio iban vinculadas a garantizar esta función facilitadora de la actividad económica mediante iniciativas como la mejora de la formación profesional en finanzas, la atracción de instituciones europeas de relevancia o el refuerzo de la capacidad de financiación empresarial. Por último, como la “química básica” se consideraba como inerte, en el sentido de que no era vital para la innovación de los otros clusters, las sugerencias que se proponían iban orientadas a la mejora de los estándares medioambientales y de seguridad de las empresas, así como a la minimización de sus efectos negativos en el turismo. A grandes rasgos, estas eran las recomendaciones de Els avantatges competitius de Catalunya para los ocho clusters en los que se configuraba la economía catalana. Pero además, 40 CLUSTERS Y COMPETITIVIDAD: EL CASO DE CATALUÑA 19932010 y como consecuencia del diagnóstico competitivo que también ofrecía de estos ocho grandes entramados, el trabajo acababa formulando diez grandes principios generales que servirían para definir la política de apoyo a la competitividad de la Generalitat de Cataluña. Estos puntos eran los siguientes: 1. Invertir en competitividad perdurable a largo plazo. 2. Definir una estrategia de recursos humanos para Cataluña. 3. Convertir al ciudadano catalán y a las industrias catalanas en los consumidores más exigentes y sofisticados del mundo, avanzándose a las tendencias de futuro. 4. Establecer unas políticas industriales y de competencia dinamizadoras. 5. Gestionar íntegramente las políticas y programas de apoyo a la empresa. 6. Organizar la Administración de la Generalitat de manera eficiente para dar apoyo a la competitividad de las empresas de Cataluña. 7. Establecer un consejo asesor para la competitividad de Cataluña. 8. Promover un programa de competitividad para los clusters clave de Cataluña. 9. “Difundir y comercializar” Cataluña. 10. Convertir Cataluña en la capital europea de las manufacturas del diseño. El Gobierno de la Generalitat de Cataluña entendió a principios de los años noventa que la obra de Michael Porter abría nuevos horizontes en el ámbito de la política industrial. La competitividad se podía entender de manera diferente. Las fórmulas habituales demostraban ser insuficientes y parecía adecuado avanzar en una línea de trabajo que consideraba que la competitividad depende de la estrategia de las empresas y de la calidad del entorno en el que trabajan. Por ello, se encargó Els avantatges competitius de Catalunya, una obra cuya aparición supuso el punto de partida de la política de clusters en Cataluña, un trabajo que ayudó a introducirnos en una manera de hacer política industrial y empresarial que cree que no hay sectores buenos o malos, sino estrategias empresariales adecuadas o inadecuadas y que participa de la idea de que la actuación pública debe retirar los impedimentos y los obstáculos a la productividad y debe promover la cooperación entre las empresas. Quizá también por ello Cataluña fue un territorio pionero en la aplicación de la política de clusters. EL PRIMER PASO: LAS VENTAJAS COMPETITIVAS DE CATALUÑA 41