220-39717 Asunto: De la protección de los intereses del socio

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220-39717
Asunto: De la protección de los intereses del socio – administrador ausente en la sociedad de
responsabilidad limitada.
Me refiero a su escrito radicado en esta entidad el día 29 de agosto del presente año con el No. 2001-01-079785,
en el cual, previa la exposición de unos hechos que dan cuenta de la ausencia de uno de los dos socios que
conforman una sociedad de responsabilidad limitada, consulta "qué entidad podrá iniciar un proceso de auditoría en
esta Empresa, y en qué forma se verificarían resultados a nivel administrativo, financiero y demás aspectos que
requiera en salvaguardia de los intereses personales, patrimoniales y empresariales… " del socio ausente, "por
cuanto las personas que conforman actualmente el pool de la empresa, que no necesariamente conforman el
certificado de constitución y gerencia, pretenden entre otras vender ésta última".
Como quiera que el asunto consultado se circunscribe a establecer los mecanismos de protección de los intereses y
derechos emanados de la calidad de socio y a su vez representante legal de una persona ausente en una sociedad
de responsabilidad limitada, esta oficina se permitirá hacer las siguientes precisiones y consideraciones de orden
legal a efectos de darle respuesta.
1.
De la protección de los derechos del socio ausente.
Si bien la legislación comercial se ha ocupado de brindar solución frente a una eventual ausencia absoluta,
temporal o accidental de quien detenta la representación legal de la sociedad, a través de la figura de la
suplencia, entre otras razones para evitar que ésta quede acéfala, no así respecto de uno de los dos
socios, pues, el funcionamiento de la empresa y desarrollo del objeto social, en principio, no están
supeditados a la presencia de la totalidad de los socios en el máximo órgano social, ya que el principio
general para la toma de decisiones es la pluralidad y no la totalidad. Y decimos en principio, pues, como
en el caso que nos ocupa, cuando son dos los socios la pluralidad impone la totalidad para que pueda
válidamente constituirse el órgano y tomar las decisiones que correspondan.
De allí que tanto la imposibilidad de desarrollar la empresa social por la parálisis de los órganos sociales
como la virtual reducción del número de asociados a menos del requerido en la ley para su formación o
funcionamiento, sean causales de disolución de una sociedad comercial, enervable en los términos del
inciso segundo del artículo 220 del Código de Comercio.
Sin embargo, la legislación civil se ha ocupado de dar solución a casos que, como el de la consulta,
suponen la protección de los intereses del ausente o desaparecido por la ocurrencia de un hecho como al
que allí se alude, y cuyo desenlace por las mismas circunstancias del caso es incierto, en la llamada figura
de curaduría de bienes de que trata el Título XXX del Libro 1° del Código Civil, artículos 561 a 580, en
concordancia con lo dispuesto en el artículo 656 del Código de Procedimiento Civil, para que previo el lleno
de los requisitos allí establecidos se le designe un curador de bienes quien tendrá las facultades que le
señalan los artículos 575 a 578 del Código Civil, siempre y cuando el socio ausente no haya previamente
designado a un apoderado general, en cuyo caso seré éste quien habrá de ocuparse de la representación y
defensa de sus intereses emanados de la calidad de socio.
2.
De la responsabilidad del representante legal ausente.
Ahora bien, si de lo que se trata es de prevenir eventuales responsabilidades en que pueda incurrir el representante
legal ausente, y sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2° del artículo 200 del Código de Comercio, podría el
curador de bienes solicitar al juez que lo designó, ordenar la cancelación en el registro mercantil de la designación
como representante legal principal de la sociedad, previa justificación de la necesidad y conveniencia de tal medida,
en los términos de lo dispuesto en el artículo 577 del Código Civil, o mediando un apoderado general, éste podrá
solicitar lo propio en el seno del máximo órgano social.
De igual forma, nada se opone a que, si es del caso, el curador de bienes o el apoderado general ponga en
conocimiento de la Superintendencia de Sociedades las eventuales irregularidades en que pueda estar incurriendo la
administración actual de la sociedad a efectos de que, previa la práctica de una visita de carácter administrativa, se
tomen las medidas a que haya lugar.
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