De Tomás Bobadilla al Senador Sumner

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Rep,%iblic;i, teneáh&i w+tpmt
:d@ber que*rgqpli%
J ~ m g sb vei: contra un acto de ramfia vioiokoión, del d&echo inte2:
admndz 7
P B estati
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s-azones, noáotrm lcvs abajo f i r m a b a ea nuestro,pro@
y en el de wariog daminicanos residentes en esta Dlk, aki' cw
m a d de ~queÍIasyli,r e s i d i d en d territorio Bohi&i&, no
pw Sa presida b a j ~la cual se hallan, expresar su opósiddn
n k a w r h muy i~gsemmnaemteh a c e m ~al
, fionmi6lle Senado de
& t e Uaidas de h h-eStica del NW& 7 d ~ a b i u e t edé Wasrdop.~a,
la pwsenre manifesmci&n, pa-1-a g~re'unida a lasl,anteriores
e 50b-e el particular le: han +diirigidodescje
qpetables, y a la^ .males ,nos adherimas,
la imp"cia&ditdi g 'mftsatez que ~ a t . 8
da de anair33i ,propuesto por el G&
redacta& la presente en San Garla de
m@t
(Ida de Pwf&rtaRia$ a diex y seis de En- dd año1 de
Ea fe & lrgi
w s !8k 1871%
De Tomás Bobadilla al Senador Sumner
Aguadilla (Isla de Puerto Rico) Febrero 4 de 1871.
cn~tno.Sr.
Carlos Sumner,
Miembro del Senado de los E. U. de la Amdrica del Norte,
Washington.
Excmo. Señor: Los ciudadanos dominicanos residentes en esta
~ ~
CUESTIONDOMINICWA!MERICANA
heroica, que a torrentes han derramado sus hijos, por conservar su
independencia, tantas veces arrebatada por la ambición y la codicia de
unos, y otras tantas reconquistadas en los campos de batalla, por el
valor y el denuedo de otros. Estos hechos consignados en su historia
os son conocidos, y habeis podido apreciar en más de una ocasión,
el esfuerzo de un pueblo en cuyo corazón domina el santo amor a
la libertad y a la independencia. Pero lo que debo manifestar a V. E.
es la situación de aquel país, su espíritu público, sus aspiraciones;
porque las exageraciones de los partidos lo han desfigurado todo, y
las contradicciones que presentan sus escritos, apenas puede el
lioiiibre imparcial y pensador, descubrir la verdad de las cosas, su
corazón, sus tendencias, su resultado en fin.
Yo, que desde 1812, y aun puede decirse que antes de esa época,
vengo figurando en todos los acontecimientos píiblicos de aquel pais,
.mas veces coino actor, otras como espectador o víctima de la enemis:ad de los gobernantes: que tuve la honra de ser de los iniciadores
le1 ~ensamientoque, en 27 de Febrero de 1844, di6 vida a la Repiiplica Dominicana; que en mis de ochenta años que cuento de exin
;encia, he asistido a sus festines y a sus duelos; que he visto a ese
meblo en distintas ocasiones, levantarse formidable para derrocar a
,LIS tiranos y sacudir el yugo de la opresión, puedo con sobra de razbn,
dad, con la imparcialidad de aquel que considera este acto
:omo el último talvez de su vida pública, y el que cerrará su carrera
~olítica,dedros, con la autoridad del anciano, cuál ha de ser el
.~niiltadode una anexión que solo la fuerza podrá realizar, y cuáles
males sin cuento que serán la consecuencia de un acto en que
bolo se coilsulten la conveniencia y los intereses de unos pocos, con
iesprecio de los intereses generales de dos pueblos, llamados el uno
t ser generoso protector del otro, sin atentar a sus libertades ni a su
~uist~nria.
fin Santo Domingo, Excmo. Sr., el terror y la tiranía, han sena
ado sus reales, cubriéndolo todo de luto y espanto. Los hombres de
~osiciónvagan en el ostracismo; las familias abandonadas gimen en
oledad; los hijos lloran la ausencia de sus padres, e inútilmente
uspira la esposa por el regreso del esposo, y los más esforzados paricios, cargados de grillos y prisiones, sufren sin causa la privación
le su libertad.
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La delación es un tímlo a la consideración del actual gobierno
iel general Báez. La desunión llevada a las familias es el sistema
ldoptado para gobernar a ese pueblo, que agobiado por el peso de
ns dolores no se atreve a manifestar opinión contraria a la que le
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anegan. prapuesa, porque mis patlli6eicos sentimiehto&se J~aqi'viSt~,
las-hados por úiria c t ~ ~ q u e r w ~ rde
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has& el~rextrernode^ rasgar (m historia, hacer ,g;ironea"una &bandera
qqe 4e tcubrelde impefece'de~gloria,-lrenun7ciaz:
a ,sentarse en el Gnan
Congrbso,de tks Nzfcianes delAxhhrit& y'iabdim su nacionalidad, ,parsi
confundirse #y perdensere~un pueblo¡-grandei,es' verda4 ricó, pade
roso, fuefte, iilustiddb yvdei instibucíoaes libxes, ,pe%oi p ~ ~ p oniirchw
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ventajas iquei ofrezcalbal pueblo dominicano+.no podrá cornpeusaifle
nhnca el i d e n s o sacrificio que, (hagra d4ndoIe en1 cambio su cnaoioo
nalidgd:
,
1
$iedkd$ 'que pdg6 su qecida,~d&uda
pEíbli& $ r@ortízó.&l pp1 m~:n'eda circu1~t.w@e- coma'derd 16$ sertn.&os.'mílBta'i;es prestadas &Rc?pfi61ip como B 102 hubiedn sido a la mohargniia kspaó6la;i%q
reko'ndid6 los grados del jkrcito j kie~las mi1icias;rqua 7~tiiiz8
i¡osti~@, '
Mcios .de las antiguas j.ef&pde la .kepí4blPca:z que ekinli&.@ +lcw,d6&~
,
,
dones monárquicas y el régimen ultramarino, prueba de un modo
elocuente que la República Dominicana solo aspira a ser una Naci6n
bre, soberana e independiente.
Sin embargo, la existencia política de ese pueblo peligraría si
na gran Nación como la de los Estados Unidos, desestimando los
rincipios del derecho y de la j~isticiaquisiera aceptar la respmsabidad de la destrucción de todo un pueblo y empañar el lustre de su
ombre dominando por la fuerza, ya que no por el derecho, a u n
ueblo pequeño, impotente para luchar con ella, pero merecedor de
1 protección del fuerte, y digno por más de un titulo de la amistad
ayuda de Naciones poderosas, llenas del sentimiento de la justicia.
Mucho conozco al pueblo dominicano. Abandonado siempre a
1s propias fuerzas, ha luchado siempre por su libertad, y siempre
1s esfuerzos se han visto coronados por el éxito deseado. Puede por
n momento ser dominado por los extraños, porque la sorpresa del
:to que cambie su condicidn política, le embargue los medios de
encia y de acción; mas pasado ese primer momento de estupor,
levantará como un solo hombre. obedeciendo a un solo pensarnieni , para oponerse a quien pretenda arrebatarle su libertad, su indei~ustumbradodurante inás de cincuenta años a gobernarse por
vivir la vida de los cainpainentos, a pasar los días, los meses y
íos con las armas en las manos, careciendo de todo, desafiando
hambre y la inclemencia; acostumbrado a vivir libre, sin deber su
bertad *másque a su propio esf~ierzo,no resiste extraña dominacibn,
sacude, empeña la lucha contra sil dominador, y aún con la conencia dc sii debilidad, la sostiene; la enganclecc con su desespera611, y en su deseo de ser libre, la hace larga, horrorosa y sangrienta.
*~osibleque al fin sucumba ese pueblo heroico, mas (qué haonseguido el conquistador? nespués de talados sus campos, inbndiados sus pueblos, destruídas sus ciudades; despub que la familia
-rezca, o ande errante por los montes, u oculta en las cavernas 110indo su perdida libertad, y sea aquella tierra vasto desierto, ¿qué
uros coronarán la frente del vencedor? No serán por cierto los de
victoria, ni entrará trnunfaiite en medio de los alborozos de un
ueblo entusiasmado. Ceñirá sí, para dominar ruinas y cadiveres, la
wona de iiinebre ciprés que le tejerán sus contristadas hijas, al conmplar tanta desolación, tanto desamparo, tanta orfandad1
Mas, (a qué detenerse en consideraciones de esta naturaleza, pre.eiando males que no han de suceder? Porque la noble Nación
~dm
prdieren su actual situacidn con su libertad, a cuantos benefiQ$m ~uedatiaflecerles en cambio de su independencia. Entonces la
con la imparcialidad propia del ar9cter de que está inve5(
dirá a! HmorabEe Senado americano que la gran mayoria de
t
li&S &m&imnw nu se presta a perder su nacionalidad. Entonces le
F
M que millares lcEe ciudadanos armados, de cuyo voto no puede pres"7
milk m en b ci~estibn,se hallan a las &denes de los p k e r e s de la
1* p d a i i z ,
7 ocupan! las pueblos fronterizos de San Juan, Neyba,
B'anka*Las Matas en el Sur, g los de Dajabdn, Capotillo,
i
m el Norte, defendiendo el principio de la integridad de
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SQL EBFE.YQB%B,
amn-do
p r un gobierno tiránico que no ha respeleyesa que ha violado las ronvencisnes de la guerra, que ha
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a 1% propi~dd,consentido asesinatos, y que en su sed de
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13%mujere~y 10s nifiob han sido exceptuados. Env f q as n-4.
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L $54 qcza k ra@xP&propuesta es 1a obra de unos pocas,
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fin mm~cidil:que para iniciar el pensamiento ha
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e x p d a r a un* matar a otra, encarcelar a muchos,
siáó
*ghí&jm a hJ
m$% ~mna&ndoJescon e1 mtracismo o la reclusi6n
indefih.$&f: f$
ntmces le diri, q w su realizedón es imposible, y que
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pmfémirln de que hace alarde el General BAez, lo
~610,
,a@,gpawnte
sostiene &@am su vwjEante gobierno.
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Eritm%&;@%C
el Gobierno -y el Hsnorabk Senado de la Unión Americana; bbr IE~tstmd~"j
wbre t d ~ los
s extuemw de la negociacibn
propul''8%
p a n d a con calma: las inconvenientes que ofrece, desesrh:als$.i 11%prrogmsicines hecha& porque no otra casa puede y debe
esyera~~qi
IFCC qwe3Eos bornbbzs que, en e3 CJonsejo y en el Cangreso
Amerai.&&fl zn aihutlldo pdblico homenaje al respeto qiie se debe
a las &a*--mazitni&sls.
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de gran valor, para los que coma V. E. y los
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Miefd&"~q+i
gel Gabhete de Washington, estiman la honra de su Nac:A"'
"="^."Ld
M+ ZE mub;t~stmncan los principios del derecho internacional y
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p r ~ i p ~ b ndemla justicia que W. EE, no pueden echar
-
E$tp&Isr1icaAmericana siempre se ha manifestado generosa y
c m la Daminicana: ha celebrado con ella tratados piiblide smisetha y de comercio, estrechando relaciones que han redunen blllegcb de t&:
no la ha hostilizado en manera alguna,
d m@ es de creerse que hoy quiera proteger a1 tirano que agobia
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mciedxl infeliz. Las dominicanos quieren la amistad de los EhS&
Uai$ss. Ellos l
a convidan a participar de las ventajas que
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ofrece .aquel suelo privilegiado)<delob tesoros que guarda en SU senq
de sus riquezas namrales. Quieren una amistad en relaciones fran
cas y cordiales, con franquicias recíprocas: quieren la pnotecdón des.
interesada de ese Gran Pueblo,+su progreso, su ilustración; perno quieren también gozar
libres de una nacionalidad que les ha costado
tanta sangre, tanto oro, tanto sacrificio,
1
Ved aquí, Excmo. Señor, bosquejadas las aspiraciones del pueblo dominicano, su actual situación política, su espíritu público. OS
he hablado con verdad, sin exajeraciones de ningún género, y con el
conocimiento que da la experiencia de las cosas y de los rombres,
seguro de que el tiempo justificará mis palabras. Oid a un anciano
que se dirije a vos en n m b r e de su oprimida patria, encareciéndoos
que continueis vuestra noble tarea defendiendo la independencia de
una sociedad desgraciada, cuyos hijos luchan por derrocar a un tirano. Vos y los que os acompañan, se han hecho acreedores a la consideracibn de los hombres libres que os admiran, y a la de aquellos
buenos dominicanos que os tributarán siempre el respetuoso home.
naje de su eterna gratitud.
Con sentimientos de alta y distinguida consideración y aprecio,
tengo la honra de suscribirme de
V. E. atento y Seguro Servidor
Q. B. S. M.
Tomás Bobadilla,
MEmORANDUm
Al Honorable Senado de los E. U. de la América del Norte.
HONORABLES SERORES:
Una grave cuestión política y social, de gran trascendencia para
el porvenir, y cuyos resultados no pueden preverse, viene desde hace
dos años llamando la atención del mundo y agitando las Cámaras
Representativas de la Unión Americana, que han visto con sorpresa a
algunos de sus Honorables Miembros, mal informados respecto de
las necesidades y aspiraciones de un pueblo, que se supone con deseos de formar parte de la funesta anexihn de Santo Domingo, iní?
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