Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del

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José Luis López Gonzále:
Desde nuestro punto de vista, cualquier regulación en esta materia que conlleve
restricciones a los derechos fundamentales ha de resultar probadamente necesaria sin que
exista alternativa eficaz alguna. La adscripción forzosa no puede ser para el legislador
sino una ultima ratio. En este sentido, no resulta aceptable la mera afirmación de que las
cámaras defienden intereses generales de la industria y el comercio. Hay que exponer, con
toda claridad, de qué intereses se trata, así como la imposibilidad de protegerlos a través
de un cauce más respetuoso con las libertades de asociación, ejercicio profesional y
empresa. Lo contrario, nos sumergiría en una sociedad sujeta y dominada por unos
mecanismos corporativos que, a nuestro entender, carecen de la imprescindible cobertura
constitucional.
GORAN ROLLNERT LIERN
(Universidad de Valencia)
Libertad ideológica y libertad de asociación
en la jurisprudencia
del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ·
1. Introducción: las dimensiones interna y externa de la libertad ideológica. 11. La libertad
de asociación COl/lO manifestación externa de la libertad ideológica. Especial referencia a
la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos: A) La Sentencia Partido
Comunista Unificado de Turquía; B) La Sentencia Partido Socialista; C) La aplicación
de la doctrina anterior a la libertad de expresión. 111. Conclusiones.
I. INTRODUCCIÓN: LAS DIMENSIONES INTERNA
Y EXTERNA DE LA LIBERTAD IDEOLÓGICA
A la hora de abordar el estudio de la libertad ideológica, reconocida conjuntamente
con la libertad religiosa en el art. 16.1 y 2 de la Constitución, es pacífica entre la
doctrina española la afirmación de que ambas libertades tienen una naturaleza
bidimensional por cuanto el texto constitucional diferencia entre la esfera íntima de las
creencias -cuya impenetrabilidad frente a terceros garantiza el art. 16.2 ("nadie podrá ser
obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias")- y las "manifestaciones
externas" de las mismas a que hace referencia el apartado 1 del mismo artículo.
Por su parte, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional estableció
tempranamente la referida distinción entre las dimensiones interna y externa de la libertad
religiosa (STC 24/1982, de 13 de mayo de 1982, fto. jco. 6 1) para posteriormente
extenderla de forma genérica y conjunta tanto a la libertad religiosa como a la libertad
ideológica, con apoyo en los textos internacionales sobre derechos humanos. Así, el
ATC 180/1986, de 21 de febrero de 1986, estableció que
Este trabajo se encuadra en el Proyecto de Investigación "Derechos y libertades en la
jurisprudencia constitucional y europea: la contribución jurisprudencial a la cultura europea de
los derechos" (UVOI-13) subvencionado por la Universidad de Valencia.
I
Según la doctrina sentada en dicha Sentencia, reiterada más recientemente en la STC
166/1996, de 28 de octubre de 1996 (fto. jco. 2) y en la STC 46/2001, de 15 de febrero de
2001 (fto. jco. 2): "[...] es [...] la libertad religiosa [...] un derecho de carácter fundamental que
se concreta en el reconocimiento de un ámbito de libertad y de una esfera de agere licere del
individuo [...]" (fto. jco. 1).
Cuadernos Constitucionales de la Cátedra Fadrique Furiá Ceriol n° 33. Valencia, 2000
132
Goratt Rollnert Liem
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
"[ ...] [el] derecho a la libertad ideológica y religiosa [...] implica la libertad de tener o
adoptar la religión o las cre~~cias de su. elección, ~sf como la de ~lamfestarl~s
mediante el culto la celebración de los ntos, las practicas y la ensenanza, segun
declara el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales (artículo 9) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(artículo 18)." (fto. jco. 2
0
)
En un momento posterior, el Tribunal Constitucional pasó a aplicar
específicamente esta misma doctrina a la libertad ideológica al afirmar en el A TC
1227/1988, de 7 de noviembre de 1988, que
133
"si la libertad religiosa emana en principio del foro interno 2, ésta 'implica', por
tanto, especialmente, la de 'manifestar su religión'. El testimonio, en palabras y en
actos, se encuentra vinculado a la existencia de convicciones religiosas." (§ 31)
La Sentencia Kalac c. Turquía, de 1 de julio de 1997, se remitió a la anterior para
especificar posteriormente las distintas vías por las que pueden proyectarse externamente
la religión o creencias que se profesen en el fuero interno:
"el artículo 9 relaciona un número de formas que puede adoptar la manifestación de la
propia religión o creencia: culto, enseñanza, práctica y observancia." (§ 27)
"la libertad ideológica que recoge el artículo 16.1 de la Constitución no constituye,
como es obvio, una mera libertad interior sino que dentro de su contenido esencial se
incluye la posibilidad de su manifestación externa. Asimismo, es claro qu~ esta
manifestación externa no se circunscribe a la oral/escrita, sino que incluye también la
adopción de actitudes y conductas como se deduce de los propios términos del artículo
16.1, al prever como únicas limitaciones posibles las necesarias para el
mantenimiento del orden público protegido por la ley." (fto. jco. 20 )
La misma afirmación se contiene, por remisión a la anterior, en la STEDH
Clia'are Shalom Ve Tsedek c. Francia, de 27 de julio de 2000, § 73 Y en las Sentencias
Larissis y otros c. Grecia, de 24 de febrero de 1998, Serif c. Grecia, de 14 de diciembre de
1999, y Hasan y Chausli c. Bulgaria, de 26 de octubre de 2000, donde el TEDH se ha
remitido de nuevo a la Sentencia Kokkinakis para decir que
En el mismo sentido, las SSTC 120/1990, de 27 de junio de 1990, y 137/1990,
de 19 de julio de 1990 (ftos. jcos. 10° y 8° respectivamente), señalaron que
"[ ...] aunque la libertad religiosa es primariamente un asunto de la conciencia
individual, también implica, inter alia, la libertad para 'manifestar su religión',
incluyendo el derecho a tratar de convencer al prójimo, por ejemplo, a través de la
'enseñanza'." (§§ 38, 45 y 60 respectivamente)
"ciertamente, la libertad ideológica [...] no se agota en una dimensión interna del
derecho a adoptar una determinada posición intelectual ante la vida y ~ua~to le
concierne y a representar o enjuiciar la realidad según personales convIcclOn~s.
Comprende, además una dimensión externa de agere licere con arreglo a las propias
ideas sin sufrir por ello sanción o demérito ni padecer la compulsión o la injerencia de
los poderes públicos." (fto. jco. 100)
Más recientemente, la STC 141/2000, de 29 de mayo de 2000, ha vuelto a
retomar la perspectiva unitarista al señalar que "la libertad de creencias, sea cual sea su
naturaleza, religiosa o secular, [oo.] ampara, pues, un agere licere consistente, por 10 que
ahora importa, en profesar las creencias que se desee y conducirse de acuerdo co~, ellas"
(fto, jco. 4°) y la STC 46/2001, remitiéndose a sentencias dictadas tanto en relación con
la libertad religiosa (STC 19/1985, de 13 de febrero de 1985) como con la libertad
ideológica (STC 120/1990), ha delimitado el objeto de protección del art. 16 como
"[...] una esfera de libertad individual o colectiva que permite a los ciudadanos actuar
con arreglo al credo que profesen [...[." (fto. jco. 20 )
El mismo camino ha sido seguido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
[en adelante, TEDH] para diferenciar las esferas interna y externa de las
ideológica y religiosa, aunque partiendo también de la libertad religiosa. Así, en
primera sentencia en la que la Corte de Estrasburgo resolvió directamente
fundamento en el art. 9 de la Convención, la Sentencia Kokkinakis c. Grecia, de 25
mayo de 1993, afirmó que
En definitiva, sistematizando la doctrina expuesta, podemos esquemáticamente
distinguir entre una dimensión interna de la libertad ideológica (denominada "libertad
pensamiento" en la STC 19/1985 fto. jco. 2, Y por algunos autores 3) y una dimensión
ce
Javier MARTÍNEZ-TORRÓN se remite también al respecto a las decisiones sobre
admisibilidad de la Comisión Europea de Derechos Humanos 10358/83, "[ ...] que utiliza la
expresión forum internuni, indicando al mismo tiempo que es el ámbito primariamente
protegido por el art. 9" (la cursiva es del autor); 10678/83 y 14049/88 ("La doctrina
jurisprudencial de los órganos de Estrasburgo sobre libertad religiosa", en Estudios de Derecho
Público. Homenaje a Juan José Ruiz-Rico, volumen Il, Tecnos, Madrid, 1997, pág. 1.551 y
nota). Como indica este mismo autor, la Comisión Europea de Derechos Humanos había ya
adelantado esta distinción en su informe de 9 de mayo de 1989 en el caso Darby c. Suecia, de
23 de octubre de 1990, al afirmar que "el apartado 1 del artículo 9 puede dividirse en dos partes.
En la primera se garantiza el derecho general a la libertad de religión. En la segunda se protege
el derecho más específico de cambiar de religión y de manifestarla" (§ 44, la cursiva es
nuestra).
3
Entre ellos, Enrique ÁLVAREZ CONDE: Curso de Derecho Constitucional, Vol. 1, Z", ed.,
Tecnos, Madrid, 1996, pág. 320; Francisco FERNÁNDEZ SEGADO: El sistema constitucional
español, Dykinson, Madrid, 1992, pág. 295; José M. SERRANO ALBERCA: "Artículo 16", en
Fernando GARRIDO FALLA Y OTROS: Comentarios a la Constitución, 2a ed., Cívitas, Madrid,
1985, pág. 287; José M. BENEYTO PÉREZ: "Artículo 16. Libertad ideológica y religiosa", en
Óscar ALZAGA VILLAAMIL (dir.): Comentarios a la Constitución Española de 1978, tomo Il,
Edersa, Madrid, 1996, pág. 320; y Eduardo ESPÍN TEMPLADO: "Libertad ideológica y religiosa",
en Luis LóPEZ GUERRA Y OTROS: Derecho Constitucional, Vol. 1, 3a ed., Tirant lo Blanch,
Valencia, 1997, pág. 208. También se refiere a esta dimensión interna Josep M. TAMARIT
SUMALLA: La libertad ideológica en el Derecho Penal, PPU, Barcelona, 1989, págs. 46 a 53.
La acepción dada por estos autores a la libertad de pensamiento no coincide, sin
embargo, con la todavía más amplia que utiliza Remedio SÁNCHEZ FERRIZ para contraponer las
denominadas "libertades de pensamiento" -que se caracterizan porque en ellas el hombre "[oo.]
134
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
Goran Rollnert Liern
135
externa que incluiría las manifestaciones externas de la misma, esto es, el derecho a
exteriorizar las propias creencias -bien de palabra, bien de obra- y a acomodar la propia
vida a las mismas, pero ello en el bien entendido que, a partir de la doctrina sentada sobre
la objeción de conciencia por las SSTC 160/1987, de 27 de octubre de 1987 recientemente reiterada en la STC 141/2000 fto. jco. 4°_ y 161/1987 4, de 27 de octubre
de 1987, ampliamente comentadas por la doctrina, la posibilidad de comportarse
coherentemente con las propias convicciones frente a los deberes impuestos por normas
de rango constitucional o legal sólo está jurídicamente garantizada en el caso de la
objeción de conciencia al Servicio Militar, dependiendo en los demás casos de que tal
conducta sea armonizable y compatible con las obligaciones establecidas por los poderes
públicos. Resulta significativa en este sentido la afirmación contenida en la STC
141/2000 remitiéndose a la STC 160/1987:
utiliza por sí mismo, aisladamente, sus libertades para simplemente comunicar o, incluso,
influir en lo ajeno" (incluyendo, por tanto, la dimensión externa individual de la libertad
ideológica)- y las "libertades de agrupación", en las que "[...] concurre con los demás para
lograr fines comunes" (Estudio sobre las libertades, 2a • ed., Tirant lo Blanch, Valencia, 1996,
pág. 235). También para Luis PRlETO SANCHÍS, citando aJean RIVERO, la libertad de
pensamiento es un concepto amplio que excede del ámbito íntimo del mundo intelectual de la
persona y que engloba las libertades ideológica, de conciencia y religiosa ("El derecho
fundamental de libertad religiosa", en Iván C. IBÁN, Luis PRIETO SANCHÍS y Antonio MOTILLA:
Curso de Derecho Eclesiástico, Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, Madrid,
1991, pág. 302).
4
En un principio, el Tribunal Constitucional distinguía entre la libertad ideológica y la
libertad de conciencia, considerando la segunda como una especificación de la primera que
garantizaba la inmunidad, no sólo del pensamiento, sino específicamente de los
comportamientos y actuaciones coherentes con el mismo aún cuando entraran en
contradicción con los mandatos normativos establecidos (SSTC 15/1982, de 23 de abril de
1982; 24/1982 y, especialmente, el Auto 617/1984, de 31 de octubre de 1984); frente a esa
libertad de conciencia, vinculada al plano de la acción y de la que la objeción de conciencia era
una de sus posibles manifestaciones concretas -aunque el Tribunal nunca llegó a identificar
esas otras posibles manifestaciones-, la libertad ideológica quedaba configurada como una
libertad abstracta y residual que parecía quedar relegada al pensamiento como ámbito íntimo de
la persona y que se definía negativamente por la ausencia de obligación de declarar sobre la
propia ideología, religión o creencias (art. 16.2 CE).
Sin embargo, a partir de las citadas Sentencias, la objeción de conciencia al Servicio
Militar sería la única manifestación de la libertad de conciencia en el sentido anteriormente
indicado, por cuanto el Tribunal afirmó el carácter autónomo y no fundamental del derecho a la
objeción de conciencia -aún manteniendo su condición de concreción de la libertad
ideológica- y negó que pudiera hablarse, al amparo de la libertad ideológica reconocida en el
art. 16.1, de la existencia de un derecho a la objeción de conciencia de carácter general que
pueda oponerse a los deberes constitucionales y legales.
Este planteamiento -reiterado desde entonces en todas las resoluciones del
relativas a la objeción de conciencia (entre ellas, las SSTC 321/1994, de 28 de noviembre de
1994, y 55/1996, de 28 de marzo de 1996 , fto. jco. 5, y el ATC 71/1993 de 1 de marzo
1993, fto. jco. 3)- supone negar en la práctica la posible existencia de otras manifestaciones
de la libertad de conciencia distintas a la objeción de conciencia al Servicio Militar que
hallen constitucionalmente garantizadas: si la libertad ideológica no alcanza por sí
garantizar la posibilidad de alegar la coherencia personal con las propias convicciones
eximirse del cumplimiento de los mandatos constitucionales y legales, no puede decirse que
art. 16 ampare manifestación alguna de la libertad de conciencia y ello por cuanto no consagra
garantía alguna de inmunidad frente al incumplimiento de los deberes establecidos; sólo en
caso de la objeción de conciencia existirá tal garantía por lo que sólo la objeción al C;;:p,rv¡,rio
Militar puede considerarse propiamente como manifestación de la libertad de conciencia y
como consecuencia de su configuración como derecho constitucional autónomo. Para
desarrollo más extenso de este aspecto puede consultarse Goran ROLLNERT LIERN: "Ideología
libertad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional (1980-1990)", Revista de Estudios
Políticos n° 99 (1998), págs. 228 a 234.
"Desde el momento en que sus convicciones y la adecuación de su conducta a las
mismas se hace externa, y no se constriñe a su esfera privada e individual, haciéndose
manifiesta a terceros hasta el punto de afectarles, el creyente no puede pretender,
amparado en la libertad de creencias del art. 16.1 CE [...] alterar con el sólo sustento de
su libertad de creencias [...] la obligatoriedad misma de los mandatos legales con
ocasión del ejercicio de dicha libertad, so pena de relativizarlos hasta un punto
intolerable para la subsistencia del propio Estado democrático de Derecho del que
también es principio jurídico fundamental la seguridad jurídica [...]." (fto. jco. 4°)
n.
LA LIBERTAD DE ASOCIACIÓN COMO MANIFESTACIÓN
EXTERNA DE LA LIBERTAD IDEOLÓGICA.
ESPECIAL REFERENCIA A LA JURISPRUDENCIA
DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
La doctrina española suele considerar la libertad de asociación reconocida en el art.
22 de la Constitución como una proyeccción externa de la libertad ideológica 5; por otra
parte, aunque el Tribunal Constitucional no ha llegado a calificarla como tal en el único
caso en que ha sido alegada una violación del art. 22 en relación con el 16.1, sí ha dado
pie de forma indirecta a entender que la violación del art. 22 puede no tener entidad propia
por implicar, en última instancia, una lesión del 16.1 (aunque refiriendo el razonamiento
a la libertad religiosa) 6.
En este sentido, Antonio MORENO GARCÍA: "Significado constitucional de la libertad
ideológica", en Anuario de Derecho Constitucional y Parlamentario n° 7 (1995), pág. 120;
José M. MORALES ARROYO: "El lugar de la libertad ideológica en el catálogo de los derechos
constitucionales", Derechos y Libertades n° 2 (1993-1994), pág. 273; Jorge DE EsTEBAN y
Pedro J. GONzÁLEz-TREVIJANO SÁNCHEZ: Curso de Derecho Constitucional Español, Vol. 2,
Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, Madrid, 1993, pág. 63; José M. BENEYTO
PÉREZ, en la versión más antigua del mismo trabajo anteriormente citado publicada en ibidem,
1984, pág. 359; Eduardo ESPÍN TEMPLADO: "Libertad ideológica y religiosa", cit., págs. 209 y
210 y Josep M. TAMARIT SUMALLA: La libertad ideológica..., cit. pág. 50.
6
La STC 4612001, dictada el pasado 15 de febrero, estimó el recurso de amparo
interpuesto por la "Iglesia de la Unificación" -entidad vinculada al parecer con la denominada
"secta Moon"- y dos particulares contra la denegación de su inscripción en el Registro de
Entidades Religiosas alegando los recurrentes la vulneración de la libertad de asociación del
art. 22 CE y del derecho a la libertad religiosa del art. 16.1, otorgando exclusivamente el
amparo por violación del derecho a la libertad religiosa y de culto del art. 16.1 por excluir
expresamente de su enjuiciamiento la libertad de asociación al entender que "las comunidades
con finalidad religiosa, en su estricta consideración constitucional, no se identifican
necesariamente con las asociaciones a que se refiere el art. 22 de la Constitución" (fto. jco. 5),
no siendo precisa la formalización de su existencia como asociación para gozar de la
titularidad colectiva de su derecho fundamental a la libertad religiosa y de culto, entendiendo
136
Goran Rollnert Liern
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
ce
y ce
Por su parte, el TEDH ha afirmado explícitamente la relación de la libertad
asociación, garantizada por el arto 11 del Convenio 7, con las libertades de expresión
pensamiento, conciencia y religión; la Sentencia Yo III 19, James y Webster c. el Reino
Unido, de 28 de octubre de 1981, remarcó la vinculación existente entre la libertad
asociación y las libertades ideológica y de expresión -reiterada más recientemente en las
Sentencias Sidiropoulos y otros c. Grecia, de 10 de julio de 1998, § 27; Sigurdur A.
Sigurjánsson c. Islandia, de 30 de junio de 1993, § 37; Y Chassagnou y otros c. Francia,
de 29 de abril de 1999, § 100, haciendo referencia ésta última a la "libertad negativa
asociación"-- al declarar que
ce
ce
"la protección de las opiniones personales ofrecida por los artículos 9 y 10 bajo la
forma de la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión así como de la libertad
de expresión, se encuentra además, entre los objetivos de la libertad de asociación
garantizada por el artículo 11." (§ 57)
La misma relación, aunque limitándola a la libertad de expresión, fue reiterada con
posterioridad por la STEDH Vogt c. Alemania, de 26 de septiembre de 1995 y, más
recientemente, en la Sentencia Nilsen y Johnsen c. Noruega, de 25 de noviembre de
1999, al afirmar que
"la protección de las opiniones personales, asegurada por el artículo 10, es uno de los
objetivos de la libertad de reunión y de asociación tal como las reconoce el artículo
11." (§§ 64 Y 44 respectivamente) 8
En el mismo sentido, la Sentencia Chassagnou ya citada ha reafirmado dicha
conexión argumentando que
así que las señaladas violaciones de derechos fundamentales no eran más que "el resultado de
distintas manifestaciones de una misma vulneración del derecho fundamental a la libertad
religiosa del art. 16 CE" (fto. jco. 2). No negó el Tribunal Constitucional la relación entre las
libertades de asociación y la ideológica, pero tampoco afirmó la misma al fundamentar todo su
razonamiento discursivo en la libertad religiosa y de culto del arto 16.1 CE.
7
El arto 11.1 CEDH establece: "Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión
pacífica y a la libertad de asociación incluido el derecho de fundar con otras sindicatos y de
afiliarse a los mismos para la defensa de sus intereses."
En el mismo sentido, el art. 12 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión
Europea, firmada y proclamada por los Presidentes del Parlamento Europeo, del Consejo y de
la Comisión el 7 de diciembre de 2000 con ocasión del Consejo Europeo de Niza, dispone:
"Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión pacífica y a la libertad
asociación, especialmente en los ámbitos político, sindical y cívico, lo que implica
derecho de toda persona a fundar con otras sindicatos y a afiliarse a los mismos para
defensa de sus intereses.
"Los partidos políticos a escala europea contribuyen a expresar la voluntad política
los ciudadanos de la Unión,"
de
el
la
de
Idéntica posición se había mantenido con anterioridad en la Sentencia Ezelin c.
Francia, de 26 de abril de 1991, § 37, aunque la misma se refirió explícitamente sólo a la
libertad de reunión, sin perjuicio de su aplicabilidad indirecta a la libertad de asociación por
mor de la referencia al art. 11 CEDH y de la remisión a la Sentencia Young, James y Webster §
57, que sí la menciona explícitamente.
137
"las libertades de pensamiento y opinión y la libertad de expresión, garantizadas por
los artículos 9 y 10 del Convenio respectivamente, serían así de un alcance muy
limitado si no fueran acompañadas de una garantía de poder compartir las ideas y
creencias propias en comunidad con otros, particularmente a través de asociaciones de
individuos que tengan las mismas creencias, ideas o intereses." (§ 100)
Sin embargo, es la más reciente jurisprudencia de la Corte de Estrasburgo sobre la
libertad de asociación contenida en resoluciones condenatorias de Turquía (SSTEDH
Partido Comunista Unificado de Turquía y otros c. Turquía, de 30 de enero de 1998 9;
Partido Socialista y otros c. Turquía, de 25 de mayo de 1998 10; y, en menor medida, por
limitarse a reiterar la doctrina sentada en las anteriores, la STEDH Partido de la Libertad
y de la Democracia c. Turquía, de 8 de diciembre de 1999 11) la que va a ser objeto de un
STEDH Partido Comunista Unificado de Turquía y otros c. Turquía, de 30 de enero de
1998, en la que el Tribunal, de conformidad con el informe de la Comisión, consideró que la
disolución del partido en cuestión por el Tribunal Constitucional de Turquía sobre la base de la
inclusión del término "comunista" en su denominación y a las referencias en su programa y
estatutos a la nación kurda, así como la prohibición a sus fundadores y dirigentes de ostentar
cargos similares en ningún otro partido, constituyeron una violación de la libertad de
asociación reconocida por el art. 11 de la Convención por cuanto se trató de una injerencia
prevista por la ley que perseguía objetivos legítimos -la protección de la seguridad nacionalpero innecesaria, por desproporcionada, en una sociedad democrática. La violación de los arts.
9, 10, 14 y 18 CEDH, inicialmente planteada ante la Comisión, no fue invocada ante el
Tribunal y la Sala no consideró necesario pronunciarse de oficio de la misma forma que
tampoco consideró necesario pronunciarse acerca de las violaciones de los arts. 1 y 3 del
Protocolo Adicional n° 1.
10
STEDH Partido Socialista y otros c. Turquía, de 25 de mayo de 1998, en la que la Corte
de Estrasburgo, de conformidad con el informe de la Comisión, declaró que la disolución del
partido recurrente por el Tribunal Constitucional de Turquía, alegando que sus actividades
políticas -publicaciones y discursos- perseguían establecer una federación turco-kurda y, por
tanto, destruir la unidad e integridad territorial de Turquía, así como la prohibición a sus
fundadores y dirigentes de ostentar cargos similares en ningún otro partido, violaron la
libertad de asociación reconocida por el art. 11 de la Convención por cuanto se trató de una
injerencia prevista por la ley que perseguía objetivos legítimos -la protección de la seguridad
nacional- pero innecesaria, por desproporcionada, en una sociedad democrática. Al igual que
en el caso anterior, el Tribunal consideró innecesario pronunciarse sobre las violaciones de,
entre otros, los arts. 9, 10, 14 Y 18 CEDH y I Y 3 del Protocolo Adicional n° 1 al Convenio.
11
STEDH Partido de la Libertad y de la Democracia (OZDEP) c. Turquía, de 8 de diciembre
de 1999 en la que el Tribunal, asumiendo el criterio de la Comisión, estimó la demanda
interpuesta contra la disolución del citado partido por el Tribunal Constitucional de Turquía
por entender que su programa atentaba contra la integridad territorial del Estado y la unidad de
la nación, violando la Constitución al defender la existencia de los kurdos como pueblo
diferenciado del turco y reclamar el derecho de autodeterminación y el derecho a llevar a cabo
una "guerra de independencia" en una actitud comparable a la de los grupos terroristas
constituyendo en sí mismo una llamada a la insurrección. La Corte consideró que dicha
disolución suponía una violación del art. 11 CEDH por cuanto, aunque la injerencia estaba
prevista por la ley y perseguía el fin legítimo de la protección de la seguridad nacional, fue
desproporcionada y, en consecuencia, innecesaria en una sociedad democrática, habida cuenta
de que el programa no contenía llamadas a la violencia, al levantamiento o a cualquier otra
forma de rechazo a los principios democráticos sino reivindicaciones políticas a perseguir
dentro del respeto a las reglas democráticas. Ni la Comisión ni el Tribunal entendieron
138
Goran Rollnert Liern
análisis más extenso dadas las evidentes implicaciones ideológicas que presentan los
supuestos de hecho planteados ante el Tribunal, la recepción directa de la misma en la
STC 136/1999, de 20 de julio de 1999, dictada en el caso de la Mesa Nacional de Herri
Batasuna y el interés y actualidad de los razonamientos de la Corte en un contexto como
el español en el que coexiste la violencia terrorista de corte independentista con
formaciones políticas legalmente constituidas que persiguen los mismos fines por
aparentemente democráticas y respetuosas con la legalidad vigente.
Para empezar, hay que decir que las tres sentencias citadas han reiterado la
doctrina general expuesta en las sentencias antes mencionadas acerca de la interacción
entre los arts. 9, 10 Y 11 del Convenio:
"[...] A pesar de su papel autónomo y de su particular ámbito de aplicación, el artículo
11 debe ser también considerado a la luz del artículo 10 12. La protección de
opiniones y la libertad de expresarlas es uno de los objetivos de las libertades
reunión y asociación tal como las reconoce el artículo 11 [oo.] 13
Esto se aplica especialmente en relación a los partidos políticos a la vista de su papel
esencial para asegurar el pluralismo y el adecuado funcionamiento de la democracia [oo
14
Como el Tribunal ha destacado muchas veces, no puede haber democracia
pluralismo. Esta es la razón por la que la libertad de expresión, tal como la protege
artículo 10, es aplicable, a reserva de su párrafo 2, no sólo a las 'informaciones' o
'ideas' que son favorablemente recibidas o consideradas como inofensivas
indiferentes, sino también a aquellas que ofenden, chocan o inquietan. El hecho de
sus actividades [i. e., de los partidos] formen parte de un ejercicio colectivo de
libertad de expresión autoriza por si solo a los partidos políticos a aspirar a
protección de los artículos 10 y 11 de la Convención." (respectivamente, §§ 42, 43
57; §§ 41 Y 45; Y § 37)
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
Convenio por cuanto los estatutos y el programa del partido disuelto cuestionaban los
principios constitucionales fundamentales del Estado turco e, igualmente, los
fundamentos de la Convención y las libertades que la misma garantizaba, al
autodenominarse "comunista't'" y atacar la integridad territorial de Turquía mediante la
postulación, en un contexto de violencia terrorista como la que padece Turquía, del
reconocimiento constitucional de la existencia de un identidad nacional kurda 17 y
preconizar su derecho a la autodeterminación (§§ 18-21). En todo caso -argumentó el
Gobierno-, la injerencia en la libertad de asociación perseguía como objetivos legítimos
garantizar la seguridad nacional, la seguridad pública y la integridad territorial y proteger
los derechos y libertades de los demás (§ 39); existía una necesidad social imperiosa de
restringir en este caso la libertad de asociación por estar amenazadas la integridad
territorial y la seguridad nacional de Turquía, no siendo necesario para ello que el riesgo
de violencia fuera inmediato o que existiese un acto de violencia directamente provocado
por el ejercicio de la libertad de expresión; y, por último, que en este contexto, las
autoridades turcas no se habían excedido en su margen de apreciación (§ 49).
La Comisión, por su parte, consideró plenamente aplicable el arto 11 a los
partidos políticos y que el arto 17 no era de aplicación puesto que en la documentación
que había servido de base para dictar la orden de disolución no había evidencias de que el
partido disuelto no fuera un partido democrático que recurriese a métodos ilegales o
violentos, preconizase el uso de la violencia, persiguiera destruir el sistema político
democrático y pluralista turco u objetivos que fueran racistas o la destrucción de los
derechos y libertades de los demás (§ 23); respecto a la justificación de la injerencia, la
consideró justificada por el uso del término "comunista" en la denominación pero
admitió que, en la medida que la disolución se había basado también en la distinción
entre turcos y kurdos, podía entenderse que se perseguía el objetivo legítimo de proteger
"Ninguna de las disposiciones del presente Convenio podrá ser interpretada en el
sentido de que implique para un Estado, grupo o individuo, un derecho cualquiera a
dedicarse a una actividad o a realizar un acto tendente a la destrucción de los derechos o
libertades reconocidos en el presente Convenio o a limitaciones más amplias de estos
derechos o libertades que las previstas en el mismo."
A) La Sentencia Partido Comunista Unificado de Turquía
En la primera de las sentencias en cuestión, relativa a la disolución del
Comunista Unificado de Turquía [en adelante, TBKP] por el Tribunal Constitucional
este Estado, el Gobierno turco alegó, en primer lugar, que el arto 11 CEDH no
aplicable ratione materiae por cuanto ni ese artículo ni ningún otro de la Convención
hacían referencia alguna a los partidos políticos o a las estructuras constitucionales de
Estados -siendo ésta la parte de las Constituciones nacionales donde habitualmente
regula la libertad de asociación- los cuales podían, por tanto, imponer a la libertad
asociación las restricciones que considerasen necesarias para salvaguardar los principios
esenciales para su existencia y, en segundo lugar, que era de aplicación el arto 17
necesario pronunciarse sobre las violaciones de los arts. 9, 10 Y 14 CEDH también alegadas
por el partido recurrente.
12
Idéntica afirmación pero refiriéndose también al arto 9 CEDH se contiene en la
Sidiropoulos, § 27.
13
En el mismo sentido se ha pronunciado con posterioridad, remitiéndose a la
Vogt, la STEDHAhmed c. Austria, de 27 de diciembre de 1998, § 70.
14
La STC 136/1999 recoge esta misma afirmación en su fto. jco. 24
expresamente la Sentencia Partido Socialista, § 41.
15
Establece el arto 17 del Convenio de Roma:
139
También el arto 54 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea
recoge, en términos de práctica identidad literal, la misma prohibición del abuso de derecho.
16
La Sección 96 (3) de la Ley n° 2820, sobre regulación de los partidos políticos
establece:
"Ningún partido político podrá formarse con la denominación 'comunista',
'anarquista', 'fascista', 'teocrático' o 'nacionalsocialísta', el nombre de una religión,
lengua, raza, secta o región, o con una denominación que incluya alguna de las
palabras anteriores u otras similares." (§ 12)
17
En este sentido, la Sección 81, a) de la ley turca de partidos políticos dispone:
"Los partidos políticos [v..] no afirmarán que existe, dentro del territorio de la
República de Turquía, ninguna minoría nacional basada sobre diferencias relativas a
cultura nacional o religiosa, pertenencia a una secta religiosa, raza o lengua [.oo]" (§
12)
140
la integridad territorial y la seguridad nacional por cuanto, sin perjuicio de que no fuese
una organización terrorista, podía interpretarse que el TBKP apoyaba abiertamente la
creación de una nación kurda separada y, consecuentemente, una redistribución territorial
de! Estado turco (§ 40); por último, diferenciando entre ejecutar un programa político
ilegal y llevar a la práctica otro que implique una reforma legal, la Comisión afirmó que
la regla de que la libertad de expresión se extiende a las informaciones o ideas que
ofenden, chocan o molestan también se aplica en este caso con relación al art. 11 desde el
momento en que la disolución del partido se apoyó sólo en la información e ideas
expresadas en sus estatutos y programa, no pudiendo entenderse que los textos
entresacados por la Corte Constitucional turca contuviesen una incitación a la violencia
sino que, al contrario, mostraban un deseo de alcanzar sus objetivos -incluso con
relación al problema kurdo- por medios democráticos y con respeto a las leyes e
instituciones turcas (§ 50).
1.- La revisabilidad jurisdiccional del respeto de los derechos
y principios de la Convención por la organización política
e institucional de los Estados
El Tribunal argumentó que el art. 11 era aplicable sin duda alguna a los partidos
políticos 18 al ser éstos una forma de asociación esencial para el adecuado funcionamiento
de la democracia y dada la importancia de la misma en el sistema del Convenio; por lo
demás, una asociación, incluyendo un partido, no está excluida de la protección del
Convenio por el simple hecho de que sus actividades sean consideradas por las
autoridades nacionales como subversivas para las estructuras constitucionales del Estado
y susceptibles de, ser sometidas a restricciones 19; la organización política e institucional
de los Estados miembros debe respetar los derechos y principios consagrados en la
Convención, importando poco si las previsiones en cuestión son o no constitucionales
en la medida que, siendo éstas los medios a través de los cuales el Estado implicado
ejerce su jurisdicción 20, están sujetas a revisión bajo la Convención; la distinción entre
18
19
20
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
Goran Rollnert Liern
"El Tribunal considera que la literalidad del artículo 11 proporciona una indicación
inicial para saber si los partidos políticos pueden apoyarse en esta previsión. Advierte
que, aunque el artículo 11 se refiere a la 'libertad de asociación con otros, incluido el
derecho a formar [... J sindicatos [.. ,]', la conjunción 'incluido' muestra claramente
los sindicatos son sólo un ejemplo entre otros de la forma en que la libertad
asociación puede ser ejercida. No es posible concluir, como hace el Gobierno, que
referirse a los sindicatos [... J aquellos que redactaron la Convención intentaron
a los partidos políticos del ámbito del artículo 11" (§ 24).
En el mismo sentido, la STEDH Partido Socialista (1998), § 29.
"El Preámbulo de la Convención se refiere al 'patrimonio común de tradiciones
ideales políticos, respeto a la libertad y primacía del Derecho' [... J del que las
constituciones nacionales son de hecho la primera materialización. A través de su
sistema de garantía colectiva de los derechos que establece [... J, la Convención
refuerza, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, la protección ofrecida en
nivel nacional, pero nunca la restringe (art. 60 de la Convención [i. e., el actual art.
del texto refundido del Convenio, con las modificaciones introducidas por el Protocolo
n° 11, de 11 de mayo de 1994, relativo a la reestructuración de los mecanismos de
141
lo que forma parte de las estructuras institucionales de un Estado y lo que afecta a los
derechos fundamentales en sentido estricto puede ser difícil e incluso artificial en los
procedimientos ante la Corte de Estrasburgo y ello es especialmente cierto en un caso en
e! que la orden de disolución, dado el rol desempeñado por los partidos, afecta tanto a la
libertad de asociación como, consecuentemente, a la democracia en el Estado interesado;
ello no sig:lifi.ca que las instituciones del Estado estén privadas del derecho a protegerse
de las asociaciones que las pongan en peligro, pero el compromiso con la defensa de la
sociedad democrática y los derechos individuales, inherente al sistema de la Convención,
exige que las intervenciones estatales respeten el art. 11.2 del Convenio y solo cuando la
revisión de la actuación estatal sea completa estará el Tribunal en condiciones de decidir,
a la vista de las circunstancias del caso, si el art. 17 de la Convención debería ser
aplicado (§§ 24-34).
2.- La interpretación restrictiva de las excepciones del arto 11.2
CEDH en relación con los partidos políticos
Por lo demás, la Sala consideró que la orden de disolución constituyó una
injerencia prevista por la ley 21 que perseguía el objetivo legítimo de proteger la
segUlida~ nacional pero que la misma no era necesaria en una sociedad democrática por
cuanto, SIendo la democracia el único modelo político compatible con la Convención 22
control establecidos en el Convenio, ratificado por Instrumento de 28 de noviembre de
1986, BOE núm. 152, de 26 de junio de 1998])."
"El Tribunal señala, además, que el artículo 1 exige a los Estados parte 'reconocer a
toda persona dependiente de su jurisdicción los derechos y libertades definidos en el
Título I de esta Convención' [... ]. Esta previsión, junto con los arts. 14, 2 a 13 y 63,
demarca el ámbito de la Convención ratione personae, niateriae y loei [... ]. No hace
ninguna distinción sobre la clase de norma o medida afectada y no excluye del control
bajo la Convención ninguna parte de la 'jurisdicción' de los Estados miembros. De
esta forma, con respecto a su 'jurisdicción' como un todo -que se ejerce a menudo en
primer lugar a través de la Constitución- es como los Estados están obligados a
respetar la Convención." (§§ 28 Y 29)
Pueden verse al respecto las previsiones de los arts. 3.1 y 14.1 y de los anteriores arts.
68 y 69 de la Constitución de Turquía y las Secciones 78, 80 y 81 de la Ley n° 2.820, sobre
regulación de los partidos políticos (§ 11 de la sentencia).
22
"La democracia es sin duda un aspecto fundamental del orden público europeo [."J".
21
"Esto es evidente, en primer lugar, desde el Preámbulo de la Convención, que establece
una conexión muy clara entre la Convención y la democracia estableciendo que la
protección y el desarrollo de los derechos humanos y libertades fundamentales están
mejor garantizados, por un lado, por una democracia política efectiva y, por otro, por
una concepción y observancia común de los derechos humanos [... J El Preámbulo
continua afirmando que los países europeos tiene un patrimonio común de ideales y
tradiciones políticas, respeto a la libertad y primacía del Derecho. El Tribunal ha
observado que en esa herencia común deben ser encontradas los valores subyacentes a
la Convención [... ]; ha señalado varias veces que la Convención se diseñó para
mantener y promover los ideales y valores de una sociedad democrática [... J".
142
Libertad ideológica y libertad de asociación en lajurisprudencia del TEDH
Goran Rollnert Liem
y constituyendo la libertad de expresión uno de sus pilares esenciales, las excepciones del
arto 11 23 debían ser interpretadas restrictivamente en lo que se refiere a los partidos
políticos; el margen de apreciación de los Estados va acompañado de una rigurosa
supervisión europea, tanto de la ley como de las decisiones que las aplican incluso si
provienen de un tribunal independiente 24; esta minuciosa inspección es todavía mas
necesaria cuando un partido político entero es disuelto y se prohibe a sus líderes una
actividad similar en el futuro (§§ 37-47).
Desde estas premisas, la Corte señaló que, tomando en consideración los estatutos
y el programa del partido -ya que el mismo fue disuelto antes de comenzar sus
actividades y sobre estas únicas bases, que no contienen ningún indicio de que no reflejen
los verdaderos objetivos del partido e intenciones de sus dirigentes-,
"[...] la elección del nombre de un partido político no puede justificar en principio una
medida tan drástica como la disolución en ausencia de otras circunstancias suficientes y
relevantes.':" (§ 54)
"[...] una de las principales características de la democracia es la posibilidad de
resolver los problemas de un país a través del dialogo, sin recurrir a la violencia,
aunque los mismos sean molestos.La democracia se nutre de la libertad de expresión.
Desde este punto de vista, no puede haber justificación para prohibir un grupo político
solamente porque busca debatir en público la situación de una parte de la población del
Estado y tomar parte en la vida política de la nación con el fin de encontrar, conforme a
las reglas democráticas, soluciones capaces de satisfacer a todos los implicados 27. A
juzgar por su programa, éste era el objetivo del TBKP en este aspecto." (§ 58)
Finalmente, el Tribunal, después de negar legitimidad a los juicios de intenciones
políticas que no estén respaldados por evidencias fácticas 28 -por cuanto ello implicaría
penalizar sólo por el ejercicio de la libertad de expresión-, señaló que, sin perjuicio de
tener en cuenta las dificultades de la lucha contra el terrorismo, en el caso que se le
somete no hay ninguna prueba de que, en ausencia de actividad alguna del TBKP, este
partido tenga alguna responsabilidad en el problema terrorista turco, de tal forma que no
3.- Secesionismo, diálogo pacífico y terrorismo
derechos o un trato y, menos aún, el derecho a la secesión respecto del resto de la
población turca. Al contrario, su programa afirma:
Respecto a la justificación de la disolución en el apoyo del partido al separatismo
y a la división de la nación turca, el Tribunal afirmó que, puesto que el programa sólo
reivindicaba una solución negociada y pacífica al problema kurdo 26, esta alegación no
justificaba la medida adoptada en el contexto de una sociedad democrática:
"El TBKP se esforzará en pos de una solución pacífica, democrática y justa al problema
kurdo para que los pueblos kurdo y turco puedan vivir juntos libremente dentro de las
fronteras de la República de Turquía sobre la base de iguales derechos y con el
propósito de una reforma democrática fundada en sus intereses comunes."
"La democracia de este modo parece ser el único modelo político contemplado por
Convención y, por tanto, el único compatible con ella" (§ 44).
23
Dispone el arto 11.2 CEDH que:
"El ejercicio de estos derechos no podrá ser objeto de otras restricciones que
que, previstas por la Ley, constituyan medidas necesarias, en una sociedad
democrática, para la seguridad nacional, la seguridad pública la defensa del orden
prevención del delito la protección de la salud o de la moral, o la protección de
derechos y libertades ajenos, El presente artículo no prohíbe que se
restricciones legítimas al ejercicio de estos derechos para los miembros de las
Armadas, de la Policía o de la Administración del Estado."
Remitiéndose a esta sentencia, la misma afirmación se contiene en la
Partido de la Libertad y de la Democracia, § 44.
25
"El Tribunal también concede mucha importancia a que la Corte Constitucional
Turquía] considerara que el TBKP, a pesar de su denominación, no aspiraba a establecer
la dominación de una clase social sobre las demás y que, al contrario, cumpliera con
exigencias de democracia, incluido pluralismo político, sufragio universal y
de participación política [...] De conformidad con ello, en ausencia de ninguna
concreta que acreditara que, al elegir denominarse a sí mismo 'comunista',
optó por una política que representara una amenaza real para la sociedad o el
turco, el Tribunal no puede aceptar que la alegación basada en el nombre del
pueda, por si sola, causar la disolución del partido." (§ 54)
Con respecto al derecho de autodeterminación, el TBKP no hace en su programa sino
deplorar que, a causa del uso de la violencia, no sea "ejercido de común acuerdo sino
separada y unilateralmente", añadiendo que "la solución a este problema es política" y
que "si la opresión del pueblo kurdo y la discriminación contra ellos termina, turcos y
kurdos deben unirse." (§ 56).
27
En el mismo sentido, las STEDH Partido Socialista, § 45; Partido de la Libertad y de la
Democracia, § 44; e Ibrahim Aksoy, § 77.
Por su parte, el voto particular del magistrado M. Jiménez de Parga Cabrera en la STC
136/1999 señaló -remitiéndose expresamente a las SSTEDH Partido Socialista, § 45, Y
Partido Comunista de Turquía, § 57- que
"[...] los dirigentes de una formación política no pued[e]n verse inquietados por el solo
hecho de querer discutir públicamente un problema, por molesto o perturbador que
pueda resultar para terceros, siempre que dicho debate se desarrolle con el debido
respeto a las reglas democráticas, esto es, mediante el diálogo y sin el recurso a la
violencia [...]" (apartado 12, e)
24
26
"El Tribunal observa que, aunque el TBKP se refiere en su programa [...] al "n,,,,hl,,"
kurdo y a la "nación" y "ciudadanos" kurdos, no los describe como una "minoría"
hace ninguna reivindicación -salvo el reconocimiento de su existencia- que implique
143
28
"Hay que reconocer que no puede excluirse la posibilidad de que el programa de un
partido político pueda perseguir objetivos y tener intenciones distintas de las que
proclama. Para verificar que esto no sea así, el contenido del programa debe ser
comparado con la acción del partido y las posiciones que defiende. En este caso, el
programa del TBKP difícilmente pudo haber sido desmentido por ninguna acción
práctica puesto que fue disuelto inmediatamente se hubo constituido y, por tanto, no
pudo tener tiempo de llevar a cabo ninguna acción. De este modo, ha sido penalizado
por la conducta relatada solamente por el ejercicio de la libertad de expresión" (§ 58).
144
Gáran Rollnert Liem
hay ninguna necesidad de considerar la aplicación del art. 17 en la medida que nada en los
estatutos ni en el programa del partido permite llegar a la conclusión de que utiliza la
Convención para dedicarse a una actividad o realizar actos tendentes a la destrucción ce
cualquiera de los derechos y libertades reconocidos en él (§§ 59-60).
En virtud de las anteriores consideraciones, la Sala declaró por unanimidad que
una medida tan drástica como la disolución permanente e inmediata del TBKP, ordenada
incluso antes de que sus actividades hubieran siquiera comenzado y la imposición a sus
dirigentes de la prohibición de asumir cualquier otra responsabilidad política, era
desproporcionada con el objetivo perseguido y, consecuentemente, innecesaria en una
sociedad democrática, infringiendo, por tanto, el art. 11 de la Convención (§ 61).
B) La Sentencia Partido Socialista
Los hechos que se sometieron al TEDH en esta segunda sentencia son muy
similares a los expuestos en la sentencia anterior, por lo que nos centraremos en los
elementos de diferenciación entre ambos. En el caso ahora contemplado en que la Corte
Constitucional de Turquía disolvió el Partido Socialista [en adelante, SP], existían unos
antecedentes que fueron tenidos en consideración por el Tribunal como son la existencia
de una sentencia anterior de la Corte turca de 1988 en la que se rechazó la
inconstitucionalidad de los estatutos y programa del SP (§§ 9 Y 10) Y el hecho de que el
ex presidente del partido hubiese sido absuelto con anterioridad en los procedimientos
penales abiertos en 1991 (§ 11) como consecuencia de los mismos discursos en los que
posteriormente se basó el Tribunal Constitucional turco para ordenar la disolución en
1992.
De nuevo el Gobierno turco planteó como primera línea de defensa la
inaplicabilidad ratione materiae del art, 11 a los partidos políticos y la aplicabilidad, en
su lugar, del arto 17. En defensa de su tesis, alegó que los Estados parte no habían tenido
el propósito de someter sus instituciones constitucionales y, en particular, los principios
que consideraban condiciones esenciales para su existencia, a la revisión de las
instituciones de Estrasburgo de tal forma que cuando estos últimos eran cuestionados por
un partido como el SP -en cuanto que reconocía la "nación" y el "pueblo" kurdos y su
derecho a "fundar un Estado separado" y abogaba por la creación de un Estado Federal 29_
no podía pretenderse la aplicación de la Convención y sus Protocolos por cuanto,
además, no estaba en juego la libertad de asociación sino el derecho de autodeterminación
no reconocido en la Convención. Apoyándose en que la Corte Constitucional había
declarado expresamente la incompatibilidad de la actividad política del SP con los arts. 11
29
"La Corte Constitucional observó que, distinguiendo dos naciones -la nación kurda y
la nación turca-, el Sr. Perincek [L e., el ex presidente del SP] había abogado por la
creación de minorías dentro de Turquía y, finalmente, por el establecimiento de una
federación kurdo-turca, en detrimento de la unidad de la nación turca y de la integridad
territorial del Estado. El SP era ideológicamente opuesto al nacionalismo de Atatürk,
que era el principio mas fundamental sobre el que se basaba la República de Turquía.
Aunque empleaba métodos diferentes, el objetivo de la actividad política del SP era
similar al de las organizaciones terroristas. Como el SP promovía el separatismo y
rebelión, la disolución estaba justificada." (§§ 15 Y 43).
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
145
Y 17 del Convenio 30, los representantes del Estado turco reclamaron la aplicación del art.
17 por cuanto el partido justificaba el uso de la violencia y promovía el odio hacia el
Estado turco y la división de la población en dos bandos opuestos, diciendo las mismas
cosas que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán sin distanciarse de ninguno de sus
métodos (§§ 26 Y27).
Según el Gobierno, en caso de considerarse que existió una injerencia en el art.
11, la misma perseguía idénticos objetivos legítimos que los alegados en el caso del
TBKP (§ 33); por lo demás, la similitud con el caso del Partido Comunista Unificado era
tan solo aparente por cuanto si en aquel caso la disolución se basó en los estatutos y el
programa del partido, en el supuesto presente la Corte Constitucional había valorado si
las actividades del SP posteriores a su fundación habían sido consecuentes con esos
documentos, encontrando que, a la vista de nuevos hechos y pruebas salidas a la luz
después de la primera decisión sobre su constitucionalidad, las actividades del partido
habían cambiado radicalmente e iban dirigidas hacia la quiebra de los conceptos
fundamentales que inspiraban la República de Turquía desde su fundación. Tal
deslizamiento era especialmente perceptible en los discursos del ex presidente del partido
que utilizaba un lenguaje violento, agresivo y provocativo, denigratorio hacia los demás
partidos y reivindicaba el uso de la violencia y métodos terroristas, llamando a la
población a un levantamiento 31 (§ 38). Con un tono ciertamente dramático, el Gobierno
turco apelaba al incremento del terrorismo en Turquía durante los años 1990-1991 para
justificar la restricción de la libertad de expresión del ex líder del SP 32.
La Comisión nuevamente reiteró la aplicabilidad del art. 11 y la inaplicabilidad
del art. 17 por no constar que el programa del SP y los discursos de su ex presidente
persiguieran la destrucción de los derechos y libertades del Convenio; reconocía, no
obstante, la existencia de un objetivo legítimo -la protección de la seguridad nacional y
la integridad territorial- pero la disolución no era necesaria en una sociedad democrática y
el SP pretendía alcanzar sus objetivos a través de medios legales, no habiéndose
demostrado ninguna intención de destruir el orden político democrático y pluralista ce
Turquía y no había vulnerado los derechos humanos promoviendo la discriminación
racial (§§ 28, 35 Y40).
La actividad política del SP era considerada incompatible en sus fines con los arts. 11
y 17 CEDH puesto que era similar a la de organizaciones terroristas, sin perjuicio de la
diferencia en los medios empleados (§ 15), según declaro la Corte Constitucional en la orden
de disolución.
31
El Gobierno turco basaba esta alegación en el uso, entre otras, de la expresión Ayada
kalk con el significado de levantarse o ponerse en pie (stand IIp, en inglés).
32
Según el Gobierno, en 1990 y 1991se había producido un intolerable incremento de la
actividad terrorista que había causado miles de muertos sin compadecerse de mujeres y niños:
30
"En este escenario, las declaraciones de un conocido líder político iban necesariamente
a agravar la violencia y el odio. En tales casos, la doctrina que afirma que la libertad de
expresión también se aplica a los discursos que ofenden, inquietan o molestan, carecía
de cualquier relevancia. En el presente caso, el Tribunal no se ocupaba de un debate
político o asuntos políticos o económicos de interés para todo el país, sino de la
incitación a un sangriento y mortífero cont1icto entre dos sectores de la población que
disfrutaban sin ninguna discriminación de todos los derechos y libertades reconocidos
por la Constitución y las leyes." (§ 39)
146
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
Goran Rollnert Liern
El Tribunal, en general, mantuvo la posición sostenida en la sentencia anterior
acerca de la aplicabilidad del art. 11 (§ 29), la persecución del objetivo legítimo ce
proteger la seguridad nacional (§ 36), la estrecha relación entre la libertad de asociación,
la libertad de expresión, los partidos políticos, la democracia y el pluralismo (§§ 41 Y
45) y, finalmente, la innecesariedad de traer a colación el art. 17 CEDH ante las
circunstancias del caso (§ 53).
La conclusión de la Corte de Estrasburgo fue también idéntica: la injerencia fue
radical y medidas tan severas sólo pueden ser aplicadas en casos muy serios de tal forma
que la desproporcionalidad de las mismas respecto del fin perseguido y, consecuentemente
su innecesariedad en una sociedad democrática, le condujeron directamente a apreciar
existencia de una violación de la libertad de asociación del art. 11 (§§ 51-54). Las
novedades radican, pues, en ciertos matices del discurso argumental del Tribunal:
2.~ La legitimidad del debate sobre la forma de organización
del Estado
Con relación a la estructura federal propuesta para Turquía por el partido disuelto,
el Tribunal, pese a admitir como legítimo el objetivo de proteger la seguridad nacional
alegado por el Gobierno turco, vino a reconocer expresamente que el debate político en
torno a la organización y estructura del Estado no es, en sí mismo, incompatible con los
métodos democráticos y que, por tanto, el ataque teórico, pacífico y por medios
democráticos a los principios y estructuras del Estado es lícito.
Así, según la doctrina de la Corte, recientemente reiterada en la Sentencia Ibrahim
Aksoy c. Turquía, de 10 de octubre de 2000, § 78,
"[...] el hecho de que un programa político sea considerado incompatible con los
vigentes principios y estructuras del Estado turco no lo convierte en incompatible con
las reglas democráticas 34. Pertenece a la esencia de la democracia permitir la propuesta
y debate de diversos programas políticos, incluso aquellos que ponen en cuestión la
forma vigente de organización de un Estado, dado que ello, por sí sólo, no perjudica a
la democracia.v " (§ 47)
1.- Las vías democráticas de reforma política y la presunción
iuris tantum de sinceridad de las declaraciones de rechazo de la
violencia
Atendiendo al contenido de los discursos del ex presidente del SP -que, recuerda
Tribunal, fue anteriormente absuelto en los procedimientos criminales instados
los mismos- , nada se encuentra en ellos, a juicio del Tribunal, que pueda
considerado una llamamiento a la violencia, al levantamiento o cualquier otra
rechazo de los principios democráticos'" sino que, al contrario, en numerosas ocasiones,
señaló la necesidad de alcanzar la reforma política propuesta de acuerdo con las
democráticas, a través de las urnas y referendos, habiéndose pronunciado en contra
violencia como método de resolución de conflictos; en consecuencia, si bien no
excluirse que los discursos en cuestión persiguieran fines diferentes a los públicamente
proclamados, en ausencia de acciones concretas que desmintieran su sinceridad, el
había sido penalizado por el exclusivo ejercicio de la libertad de expresión y no se
acreditado de qué forma, a pesar de que los discursos expresaban adhesión a la democracia
y rechazo a la violencia, los mismos, aunque críticos y reivindicativos,
cuestionado el cumplimiento de la legalidad democrática y podían ser considerados
alguna forma responsables del problema terrorista en Turquía (§§ 46, 48 Y 53).
147
C) La aplicación de la doctrina anterior a la libertad de expresión
En este sentido, la STEDH Piermont c. Francia, de 27 de abril de 1995, ya había
afirmado con anterioridad y en el contexto de la libertad de expresión, que "un adversario
de las ideas y posiciones oficiales debe poder encontrar su lugar en la arena política" (§
76) Y vino a declarar que los propósitos y reivindicaciones independentistas expresados en
el marco de un debate democrático sin incitación a la violencia o al desorden, "[ ...] no
podían en sí mismos constituir un riesgo serio de perturbaciones del orden público" (§
77).
Por otra parte, en algunas de las SSTEDH dictadas contra Turquía el 8 de julio ce
1999 y en las Sentencias Erdogdu c. Turquía, de 15 de junio de 2000, Sener c. Turquía,
de 18 de julio de 2000, e Ibrahim Aksoy c. Turquía, reiterando su doctrina acerca del
34
33
"En la audiencia, el representante del Gobierno turco argumentó que el Sr.
había 'justificado el uso de la violencia y métodos terroristas' diciendo en paJ'ticulaLt:
'Los kurdos se han probado a sí mismos a través de la lucha de pobres campesinos
alcanzar su destino. Celebrando mítines con miles de personas en las
provincias se han probado a sí mismos y han roto las barreras del miedo'.
llamando a los presentes a 'sembrar valor, no sandías', el Sr. Perincek, en
Gobierno, les ha 'exhortado a detener toda actividad distinta a la destrucción
orden'. Por último, usando la frase, 'los kurdos están poniéndose en pie',
incitado a la rebelión.
En tanto que el Tribunal considera que estas frases estaban dirigidas a los ciudadanos
origen kurdo y constituían una invitación a unirse y defender ciertas
políticas, no encuentra ni un ápice de incitación al empleo de la violencia
infracción de las reglas democráticas. A este respecto, los discursos relevantes
fueron apenas diferentes de aquellos que pueden ser hechos por otros grupos
activos en otros países del Consejo de Europa" (§ 46).
En el caso de autos, el Tribunal, no obstante, no consideró acreditada la voluntad
secesionista del SP:
"Leídos en su integridad, los discursos exponen un programa político con el propósito
fundamental de establecer, de acuerdo con métodos democráticos, un sistema federal en
el que turcos y kurdos estén representados en pie de igualdad y sobre una base
voluntaria. Debe reconocerse que hacen referencia al derecho de autodeterminación de
la 'nación kurda' y su derecho a la 'secesión'; sin embargo, leídos en su contexto, los
discursos que usan estos términos no alientan la secesión respecto de Turquía sino que
persiguen más bien destacar que el sistema federal que se propone no puede prosperar
sin la libre voluntad de los kurdos que debería expresarse a través de un referéndum" (§
48).
De forma muy similar se pronunció la Corte de Estrasburgo en la sentencia dictada en el
caso del Partido de la Libertad y de la Democracia, § 41.
35
Se reitera esta doctrina, por remisión expresa a la Sentencia Partido Socialista, en la
STEDH Partido de la Libertad y de la Democracia, § 41.
148
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
Gorati Rollnert Liern
Erdogdu e Ince, § 48; Okcuoglu, § 44; Siirek y Ozdemir, § 58; Siirek [número 1], § 59;
Siirek [número 2], § 35, Siirek [número 3], § 38; Sürek [número 4], § 55, todas ellas c.
Turquía, y de 8 de julio de 1999; Erdogdu, § 52; Selle!", § 35 ; e Ibrahim Aksoy, § 68)
papel esencial de la prensa para el adecuado funcionamiento de la democracia política remitiéndose a la Sentencia Lingens c. Austria, de 8 de julio de 1986, § 41 Y 42-, el
Tribunal ha incluido las ideas e informaciones secesionistas y extremistas dentro del
ámbito legítimo de la libertad de prensa con el único límite de la incitación alodio o a la
violencia 36:
"El Tribunal subraya que las "obligaciones y responsabilidades que acompañan el
ejercicio del derecho a la libertad de expresión por los profesionales de los medios de
comunicación adquieren especial significación en situaciones de conflicto y tensión.
Especial cautela debe tenerse cuando se otorga consideración a la publicación de las
opiniones de representantes de organizaciones que recurren a la violencia contra el
Estado para que los medios no lleguen a ser un vehículo para la difusión del discurso del
odio y la promoción de la violencia. Al mismo tiempo, cuando tales puntos de vista no
pueden ser calificados de esta forma, los Estados parte no pueden referirse a la
protección de la integridad territorial, de la seguridad nacional, la prevención del
crimen o la defensa del orden para limitar el derecho del público a ser informados de los
mismos haciendo caer el peso de la ley penal sobre los medios de comunicación."
(Sentencias Erdogdu e Ince, § 54; Siirek y Ordemir, § 63; Sürek [número 4], § 60; Y
Selle!", § 42)
"Aunque la prensa no debe sobrepasar los límites establecidos, entre otras cosas, para
la protección de los intereses vitales del Estado tales como la seguridad nacional o la
integridad territorial contra la amenaza de la violencia o la prevención del desorden o
del crimen, le incumbe, sin embargo, impartir información e ideas sobre asuntos
políticos, incluidas las ideas favorables a la división del Estado 37 [ ... ]" (Sentencias
En todas las sentencias de 8 de julio de 1999, el voto particular concurrente del
magistrado G. Bonello matiza el límite de la incitación a la violencia añadiendo la exigencia
de que la misma sea tal que cree "un peligro evidente e inmediato":
36
"Cuando la invitación al uso de la fuerza esté intelectualizada y sea abstracta y lejana
en tiempo y espacio al foco de la violencia actual o inminente, entonces el derecho
fundamental a la libertad de expresión debería generalmente prevalecer [... ].
"La garantía de la libertad de expresión no permite a un Estado prohibir o proscribir la
defensa del uso de la fuerza excepto cuando tal defensa esté dirigida a incitar o producir
una inminente ilegalidad y sea probable que incite o produzca tal acción [... ].
"Para fundamentar la existencia de un peligro evidente e inmediato que justifique una
restricción a la libertad de expresión, debe demostrarse o bien que podía esperarse o
estaba siendo promovida una violencia seria e inmediata o bien que la pasada conducta
del demandante proporcionaba razones para creer que su defensa de la violencia
produciría una acción grave e inmediata."
Reforzando, en cambio, la tesis mayoritaria del Tribunal que entiende que basta el
apoyo o la incitación a la violencia para justificar la necesidad de una condena penal en una
sociedad democrática, el voto particular discrepante suscrito conjuntamente por el presidente
del Tribunal, L. Wildhaber, y otros cuatro magistrados en las SSTEDH Karatasy Sürek y
Ozdemir, ambas contra Turquía y de fecha 8 de julio de 1999, señaló que:
En definitiva, las manifestaciones de la libertad de pensamiento y de expresión no
pueden verse restringidas por las nociones-límite a que hacen referencia los arts. 9.2,
10.2 Y 11.2 de la Convención por el mero hecho de atentar a los valores, principios e
instituciones básicas del Estado o a su integridad territorial sino tan sólo en cuanto las
mismas sean susceptibles de lesionar los derechos y libertades de los demás mediante la
incitación a la violencia, la resistencia armada, la insurrección o al empleo de otros
medios ilegales. En este sentido, en la Sentencia lima c. Turquía, de 25 de noviembre ce
1997, el Tribunal consideró que, en una situación contextual de extrema tensión 38, las
expresiones de apoyo al Partido de los Trabajadores del Kurdistán coincidentes con graves
atentados mortales, podían ser sancionadas penalmente para proteger la seguridad nacional
y la seguridad pública (§§), y en los casos resueltos por las Sentencias Ceylan, § 34;
Arslan, § 46; Gerger, § 48; Polat, § 45; Karatas, § 50; Erdogdu e Ince, § 50; Baskaya y
Okcuoglu § 62; Okcuoglu § 46; Sürek y Ozdemir, § 60; Sürek (número 1), § 61; Sürek
(número 2), § 34; Sürek (número 3), § 37; y Sürek (número 4), § 57, todas c. Turquía y
de fecha 8 de julio de 1999; Oztürk c. Turquía, de 28 de septiembre de 1999, § 66;
cáncer mortal: cuando se manifiesta, es demasiado tarde para esperar cualquier curación.
Una vez que la violencia existe, no se sabe jamás cómo y a qué precio podrá
desaparecer.
La historia reciente de la Europa de entreguerras esta llena de ejemplos convincentes de
lo que acabo de describir. ¿No comenzó todo por un discurso 'político' o 'religioso',
pretendidamente anodino, presentado en nombre de la libertad de opinión o de
conciencia, para terminar engendrando actos de violencia sangrantes? ¿Acaso no han
empezado de esta forma los actos de terrorismo de hoy inspirados por un fanatismo
pretendidamente religioso o político?
Yo me pregunto: a pesar del mensaje claro del artículo 17 de la Convención ¿estaría
permitido abrir el camino a la violencia o aun dejar perecer otra vez la libertad en
nombre de la libertad? ¿El abuso manifiesto de un derecho estaría protegido por la
ley?"
"siendo la violencia como medio de expresión política la antítesis de la democracia,
cualquiera que sean los fines a que sea dirigida, la incitación a la misma tenderá a
destruir la democracia. [... ] La violencia es intrínsecamente enemiga de la
Convención. A diferencia de las opiniones en el mercado libre de las ideas, la
incitación a la violencia es la negación del diálogo, el rechazo del examen de
diferentes pensamientos e ideas a favor del conflicto de fuerza y poder. No debería
quedar incluida en el ámbito del artículo 10."
En sentido contrario, el voto particular concordante del juez F. Golcüklü en la STEDH
Erdogdu ha cuestionado, en términos no jurídicos sino de conveniencia política, como él
mismo afirma, que el separatismo pueda gozar de la protección del art. 10 del Convenio
aludiendo a la política de protección de los derechos humanos en su integridad:
37
"La violencia, el odio asesino, el peligro amenazante para el orden público y la
seguridad nacional, el separatismo, no se manifiestan jamás de un día para otro.
Primero necesita que se prepare un terreno favorable y, cuando esto está hecho, se
constata que pasa a actuar. Es a partir de este mismo momento cuando toda clase de
infortunios, que hubiera sido necesario prevenir, comienzan a surgir, a semejanza de un
149
El mismo contexto de violencia y enfrentamientos existente en el sudeste de Turquía
desde 1985 es tomado en consideración por el TEDH para declarar la existencia de una
"necesidad social imperiosa" en sancionar penalmente las manifestaciones de libertad de
expresión de los recurrentes en las SSTEDH Sürek (núm. 1) y Siirek (núm. 3).
38
150
Libertad ideológica y libertad de asociación en la jurisprudencia del TEDH
Goran Rollnert Liern
Erdogdu, § 62; Sena, § 40; e Ibrahim Aksoy, § 52, el órgano juzgador de Estrasburgo
aunq~e .recordan~o que exis!~
muy poco margen en el art. 10.2 del Convenio
res~ncclO~es al discurso pO~ltico o al debate de asuntos de interés público
Remo Umdo, de 25 de noviembre de ,1996, § 58)
"a
39,
par~
(Wingrove c. el
ha reconocido que
~esar
de ello, permanece ciertamente abierta la posibilidad de que las autoridades
competentes, en su condición de garantes del orden público, adopten
medidas, mcluso ?e naturaleza p.enal, dir~gidas a reaccionar apropiadamente y sin
e~cesos a determmadas afirmaciones (vease la Sentencia Incal 40 [ ... ], § 54).
Fma~men~e, ~o~de tales afirmaciones inciten a la violencia contra un individuo, un
funC1~nano ~ubhco o un sector .de. ~a población, l~s autoridades estatales disponen de
un ~as ampho margen de apreciacion cuando exarmnen la necesidad de la injerencia en
la hbertad de expresión."
nacI?nale~
III. CONCLUSIONES
. Como ya ~emos dicho, en la Sentencia Partido de la Libertad y de la Democracia,
el Tnbunal ha .reiterado, en general, los pronunciamientos que hemos expuesto en los
ap~ados ant~nores y el pasado 16 de enero de 2001 se celebró la vista del caso del
Partido ~~l BIenestar y otros (Rejah Partisi) contra Turquía en la que dicho partido y tres
de sus dirigentes han alegado que la disolución del mismo por el Tribunal Constitucional
de Tur~uía -por considerarlo un "centro de actividades contrarias al principio
secul~r.lsmo" al pr~ten~~r introducir la ley islámica (sharia) y establecer un régimen
teocratico--:: ~ la pnvaclO~ de sus escaños a sus líderes con prohibición de desempeñar
cargos polI.ticos durante. ~mco años viola, entre otros preceptos del CEDR, las libertades
de pensamiento, expresion y reunión de los arts. 9, 10 y 11 de la Convención 41 no
habiéndose dictado sentencia en el momento de escribir estas líneas.
'
re
39
En el mismo sentido, la STEDH Nilsen y Johnsen, § 43.
La STEDH Incal c. Turquía, de 9 de julio de 1998, §54, se remite a su vez a la Sentencia
Castells c. España, de 26 de abril de 1992, según la cual
40
"indudablemente, la libertad de discusión política no posee un carácter absoluto. Un
Estado parte puede ~ometerla a determinadas 'restricciones' o 'sanciones' , pero
~orresponde a est~ ,Tnbunal resolver en última instancia sobre su compatibilidad con la
hbertad .de expresion tal como la consagra el artículo 10 (véase, mutatis mutandis, la
Sentencia Observer y Guardian [...], § 59, e),
"[...] No d~j~ ?e resultar lícito para las autoridades competentes del Estado la adopción,
en su. condición de garante del orden público, de medidas, incluso penales, destinadas a
reacclO~ar de manera adecuada y no excesiva contra acusaciones difamatorias
desprovistas de fundamento o formuladas con mala fe" (§ 46).
41
.
P~r el part~do recurrente se alegó que en el proceso
seguido ante el Tribunal
su
de
Con~tltucl~nal el Fiscal citó unicamente algunos fragmentos de discursos, distorsionando
sentido.y. ~m tener en cuenta el contexto de las citas y que el partido, al haber formado parte
la coal~clOn guberbnamental durante un año ha demostrado su observancia del principio
de
seculansmo ~ su resp~~o de todas la~ r~ligiones y de ninguna forma puede ser comparado a
aquel.l?s partidos pohtlcos cuyo objetivo es implantar un régimen totalitario; se afirma
también que la pnmera vez que los dirigentes del partido tuvieron conocimiento de las
151
Así las cosas, se impone plantearse en abstracto si es posible restringir el
ejercicio de la libertad de asociación con la finalidad de salvaguardar la integridad
territorial del Estado o, lo que es lo mismo, si un Estado miembro del Consejo de
Europa como sería el caso de España podría ilegalizar, disolver o suspender las
actividades de un partido político independentista por el hecho de considerar que sus
propósitos separatistas -o "soberanistas" según la expresión en boga en nuestro contexto
político y mediático- atentarían contra la integridad territorial del mismo.
El primer aspecto a considerar es que el art. 11.2 no incluye la integridad
territorial del Estado entre los objetivos legítimos que pueden justificar la imposición
restricciones al ejercicio de la libertad de asociación, en contraste con el art. 10.2 del
Convenio que sí la incluye respecto a la libertad de expresión. Sin embargo, lo cierto es
que en las tres principales sentencias sobre la libertad de asociación a que hemos hecho
anterior referencia -las relativas al Partido Comunista Unificado de Turquía, al Partido
Socialista y al Partido de la Libertad y de la Democracia- el Tribunal ha entendido que la
protección de la integridad territorial del Estado turco quedaría subsumida en el objetivo
legítimo de la protección de la seguridad nacional (§§ 40 Y 41; 34 Y 36; Y 32 Y 33,
respectivamente); también en la Sentencia Sidiropoulos c. Grecia, de 10 de julio de 1998
42 la protección de la integridad territorial de Grecia se consideró amparada por la
protección de la seguridad nacional y la defensa del orden (§ 47); a mayor abundamiento,
el art. 52 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea ha unificado la
regulación de las limitaciones aplicables a los derechos reconocidos en la misma
exigiendo que los mismos respondan a "objetivos de interés general reconocidos por la
Unión o a la necesidad de respetar los derechos y libertades de los demás" lo que parece
apuntar la posibilidad de que las restricciones a la libertad de asociación puedan fundarse
re
afirmaciones citadas por el Fiscal fue al leer la acusación, habiendo expulsado del partido a los
autores de las mismas (Comunicado de prensa de la Secretaría del TEDH de fecha 16 de enero de
2001, disponible a fecha 16 de mayo de 2001).
42
STEDH Sidiropoulos y otros c. Grecia, de 10 de julio de 1998, en la que el Tribunal,
compartiendo el criterio de la Comisión, resolvió quc la denegación por los tribunales griegos
de la solicitud de registro de la asociación no lucrativa "Hogar de la civilización macedónica"
instada por los recurrentes, ciudadanos griegos que se reclamaban de origen étnico macedónico
y que afirmaban tener una conciencia nacional macedónica, constituía una violación de su
derecho a la libertad de asociación garantizado por el art. 11 CEDH por cuanto si bien se trató
de una injerencia prevista por la ley que perseguía como fines legítimos el mantenimiento de
la seguridad nacional y la defensa del orden público -dada la situación existente en los
Balcanes en el momento de los hechos (1990) y la fricción política existente entre Grecia y la
antigua República Yugoslava de Macedonia, sobre la identidad griega de la región helénica del
mismo nombre-, era desproporcionada e innecesaria en una sociedad democrática por cuanto
los fines de la asociación cuyo registro se solicitaba -la preservación y el desarrollo de la
cultura popular y de las tradiciones de la región de Florina-, eran perfectamente claros y
legítimos y la conclusión de los tribunales griegos de que la verdadera intención de los
recurrentes era utilizar el término "macedonia" para impugnar la identidad griega de Macedonia
y de sus habitantes, atentando así contra la identidad territorial de Grecia, se basaba en una
simple sospecha fundada en artículos de prensa que se referían a hechos -una campaña
sistemática de la Macedonia yugoslava para "eslavizar" el termino "Macedonia" y promover la
idea de una "Macedonia Unida"- que no tenían ninguna relación con lps recurrentes, realizando
deducciones subjetivas, sin que pudiera demostrarse la existencia de objetivos y fines
distintos a los declarados al no haber llegado a existir acciones concretas de la asociación.
152
Goran Rollnert Liern
no sólo en las finalidades legítimas del art. 11.2 CEDH sino también en las previstas en
el art. 10.2 para las limitaciones a la libertad de expresión.
En segundo lugar, de los razonamientos del Tribunal de Estrasburgo en los casos
mencionados parece desprenderse que las actividades de una asociación que persiga fines
separatistas o independentistas tan sólo pueden verse sometidas a limitaciones cuando no
respeten las reglas democráticas (STEDH TBKP, § 57), inciten al uso de la violencia, a
la insurrección o a cualquier otra forma de rechazo de los principios y reglas de la
democracia, (SSTEDH SP, §§ 46 Y 52; Y Partido de la Libertad y de la Democracia, §
40), inciten a cometer o sean responsables de actos de terrorismo (§§ 59, 52 Y 46,
respectivamente, de las mismas tres sentencias anteriores), utilicen medios
inconstitucionales (STEDH Sidiropoulos, § 43) o, por último, constituyan un peligro
real 43 para la integridad territorial del Estado (ibid., § 45); en definitiva, la condición
determinante de la legitimidad de las restricciones en la mayoría de los casos no es tanto
la finalidad secesionista como los medios empleados.
Sin embargo, a la vista de lo anteriormente expuesto, no puede concluirse sin
más, en sentido contrario, que el nacionalismo "soberanista" moderado y democrático
goza de patente de corso en el ámbito territorial del Consejo de Europa al no ser posible
restringir el ejercicio de la libertad de asociación con fines separatistas cuando la actividad
de la asociación respeta formalmente el orden constitucional y democrático; en este
sentido debe tenerse en cuenta que en todos los casos citados no hay ningún
pronunciamiento claro y rotundo que considere amparado por la Convención de Roma
objetivo de segregación territorial; es cierto que se permite cuestionar los principios y la
estructura del Estado o la forma de organización vigente pero en ningún caso se
legitiman las actuaciones directamente dirigidas a la desintegración territorial del Estado;
por otra parte, hay una circunstancia especialmente significativa: en ninguna de las
sentencias mencionadas los demandantes admiten haber perseguido finalidades
independentistas y, como reverso, en todas elllas la Corte de Estrasburgo llega a la
conclusión de que no se han acreditado las intenciones separatistas, bien porque aunque se
reivindique el derecho de autodeterminación de los kurdos, el contexto le lleva a
interpretar que lo que se postula es, en última instancia, la unión voluntaria de kurdos
turcos dentro de las actuales fronteras de la República de Turquía 44 o en el seno de
Libertad ideológica y libertad de asociación enla jurisprudencia del TEDH
sistema federal basado en el principio del libre consentimiento expresado en un
referéndum, sin que se apoye la separación del Kurdistán respecto de Turquía 45; bien
porque no se ha probado que el uso del término "macedonio" en la denominación de la
asociación recurrente fuera dirigida a socavar la integridad territorial de Grecia 46.
No hay, por tanto, un supuesto en el que el Tribunal haya afrontado directamente
el caso de una asociación que se confiese abiertamente independentista y en el que la
reclamación del derecho de autodeterminación vaya unida a la presencia de una voluntad
política de ejercerlo en sentido desintegrado!'. La pregunta es, por tanto, ¿cuál sería el
fallo del Tribunal en esas circunstancias? No podemos aventurarnos a dar una respuesta
rotunda pero sí disponemos de los criterios que ha ido sentando en las resoluciones
analizadas y respecto de los que cabría destacar, por no ser reiterativo, un aspecto
cualitativo y otro cuantitativo que habría que tener en cuenta caso por caso: por un lado,
la presencia de una situación de violencia terrorista independentista entiende el Tribunal
que justificaría la imposición de limitaciones si puede establecerse algún nexo causal
directo o indirecto con el discurso separatista, sin que sea suficiente la mera coincidencia
de fines; y, por otro lado, que sólo si las actividades asociativas producen un peligro
actual y presente para la integridad territorial del Estado puede considerarse
suficientemente amenazada la seguridad nacional hasta el punto de legitimar las
restricciones al ejercicio de la libertad de asociación.
La existencia de tal peligro o riesgo debe estar demostrada no pudiendo fundarse en
simples sospechas o en la atribución de unas intenciones verdaderas distintas de
proclamadas sin base en concretos actos o tomas de posición de la asociación
43
Sidiropoulos, §§ 45 Y 46)
Vid. supra la nota 26. En el mismo sentido, la STEDH Partido de la Libertad y de
Democracia ha declaradoque
44
"leídos en conjunto los pasajes enjuiciados, presentan un proyecto político
esencialmente a establecer, dentro del respeto de las reglas democráticas 'un
social que englobe a los pueblos turco y kurdo'. En otro lugar del programa se
leer: 'El Partido de la Libertad y de la Democracia trabajapara la unificación voluntaria
de los pueblos kurdos y turcos que participaron en la fundación del país'. Ciertamente;
en el programa del bZDEP, se alude también al derecho a la autodeterminación de
'minorías nacionales o religiosas'; sin embargo, leídos en su contexto, estos
propósitos no alientan la separación de Turquía, sino que más bien están enfocados
subrayar que el proyecto político propuesto debe apoyarse en el libre consentimiento
de los kurdos, que debe expresarse por la vía democrática." (§ 41)
153
45
46
Vid. supra la nota 34.
Vid. supra la nota 42.
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