"EDUCANDO DESDE Y PARA PERSONAS LIBRES EN LOS

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"EDUCANDO DESDE Y PARA PERSONAS LIBRES
EN LOS CENTROS SOCIOCULTURALES”
Antonio Alcántara Alcántara
Resumen:
Los Centros Socioculturales, son herramientas donde la persona se sitúa como “libre” desde el
momento que adquiere protagonismo y es capaz de analizar su realidad para realizar
propuestas pedagógicas para su transformación personal y colectiva. La comunidad es
educadora y educando en los Centros Socioculturales definidos como espacios de encuentro,
de creación social y cultural desde la educación en, desde y para el tiempo libre.
Abstract:
Sociocultural Centers are tools where the person is positioned as "free" from the moment he
takes center stage and is able to analyze their reality to make pedagogical approaches for their
personal and collective transformation. The community is educator and student in the
Sociocultural Centers defined as spaces for meeting, social and cultural development through
education in, from and for “free time”.
Tradicionalmente se ha definido como propio del espacio escolar la transmisión
de determinados conocimientos, habilidades o lo que ahora le dicen
capacidades, y como propio del ámbito de la educación no formal, y
concretamente de los Centros Socioculturales ha sido el valor intrínseco de la
formación como herramienta transformadora.
Son dos realidades que cada vez están tendiendo más puentes y que en
algunos momentos se encuentran, otras se repelen y otras se complementan.
Muchas veces la educación formal trata de encontrar soluciones a los procesos
de enseñanza - aprendizaje en la comunidad y sus proyectos de educación no
formal. El programa Èxit del Consorcio de Educación de Barcelona o los
proyectos educativos en Institutos de A Coruña con la Fundación Radio ECCA
son claros ejemplos.
Victor J. Ventosa (2008:127) define con mucha claridad como el paradigma
educativo ha ido variando y pasando de unas relaciones profesor - alumno
rígidas y muy normativizadas a otras más flexibles y personalizadas, de un
proceso formativo orientado al resultado a otros más enfocados a los procesos,
de sistemas de trabajos burocratizados a otros basados en el trabajo en grupo,
desde unos espacios cerrados y separados del entorno a otros abiertos y con
interacción con el medio, desde un tiempo formativo limitado a la infancia y la
juventud a otros de aprendizaje permanente, durante toda la vida. Es decir
desde unos recursos y métodos tradicionales de carácter formal y
predominantemente receptivos asociados a una comunicación unidireccional a
otros no formales y activos basados en una comunicación bidireccional,
horizontal y en red.
En este, supuesto nuevo paradigma educativo, los Centros Socioculturales, son
herramientas necesarias para la comunidad para organizarse y actuar como
protagonistas de su realidad, compartiendo un punto de partida y un destino
común. La comunidad es educadora y educando, teniendo cada vez mayor
conciencia de este hecho. Los Centros Socioculturales definidos como
espacios de encuentro, de creación social y cultural son claramente espacios
de "de educación en, desde y para el tiempo libre". Pero donde la educación
en, por y desde el tiempo libre, tal como plantea Pablo Waichman (2008), no es
un tiempo desocupado o liberado de obligaciones si no un tiempo de libertad
para la libertad como transformación de la persona generando protagonismo y
autonomía.
La práctica cotidiana de los Centros Socioculturales con una presencia
importante de la comunidad en sus espacios de decisión o en aquellos que en
su totalidad son gestionados por la propia comunidad 1nos da una riqueza de
elementos
increíbles
para
analizar
estos
conceptos.
Lugares
intergeneracionales creados de manera colectiva, con una propuesta de
aprendizaje a lo largo de la vida creada por sus propios educandos. Por lo tanto
un lugar donde el rol de educador - educando va variando de forma continua o
los dos se mantienen al mismo tiempo en todo momento. Todas las acciones
están cargadas de contenido pedagógico, todo se aprende y se enseña en
cada momento. Tal como plantea Paulo Freire (García y Hernández 1999):
"Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por este
motivo aprendemos siempre".
La tradición histórica de los Centros Socioculturales en Cataluña ha estado
vinculada a la comunidad con una intencionalidad educativa que pretende la
transformación de la persona y su entorno desde la implicación voluntaria de la
comunidad que lo forma. Confirmando que la línea pedagógica de estos
Centros van más allá del consumo cultural y del usuario consumidor entendido
como cliente. Lo que buscan prioritariamente es el protagonismo e implicación
de la persona. Podemos definir este Centros como Escuelas de Participación o
de espacios educativos desde y para la ciudadanía. Así que podemos plantear,
tal como hacían las escuelas racionalistas durante la primera parte del siglo
XX, la educación como problema político (Solà 1976). Estoy hablando de la
educación como herramienta de transformación social.
El pedagogo indio Krishnamurti (Tapan 2001: 273-286) plantea que "todo acto
de un individuo afecta a los demás, porque" ser es ser en relación". Las
personas a nivel individual formando parte de una comunidad intentan generar
de manera colectiva el discurso y la acción pedagógica que permita generar las
herramientas necesarias para convertirse en PERSONAS LIBRES.
Quiero utilizar este concepto con mayúsculas conscientemente, dando sentido
a las palabras del sociólogo Bauman2 cuando dice, que en un mundo regido
por el principio de placer casi sin ligaduras, reintroducir la ética es una
necesidad imperiosa. Poblar el mundo con personas que se interesan por los
demás no figura en el mapa de la utopía consumista. Esta carrera hacia la
satisfacción personal provoca una desafección por los asuntos públicos y
sociales, de manera que el espacio privado se conquista desahuciado a otros
seres humanos y en especial a la clase de personas que se interesa por otros o
que pueden necesitar la atención de otros.
1
Como ejemplos la Casa del Pumarejo en Sevilla o la Casa Invisible en Màlaga o en Barcelona el Ateneu Popular
9Barrris, La Farinera del Clot, Can Basté, Casal de Bari de Prosperitat, Taller de Autoreparación de bicis o el Kasal
Jove de Roquetes entre muchos otros.
2
Zygmunt Bauman (1925), polonès, sociòleg i professor emèrit de l’Universitat de Leeds, guardonat amb el premi
Príncep d'Astúries de comunicació i humanitats 2010
Por lo tanto hablo de PERSONAS LIBRES, de aquellas que se sitúan como
seres protagonistas capaces de analizar su realidad e incidir para transformarla
dejando de lado cualquier dogma. De personas que toman su destino e
intentan transformarlo de manera colectiva. Hablo de ciudadanos/as, con el
concepto de persona que asume derechos y deberes con compromiso en su
comunidad independiente de un DNI o pertenencia a una nacionalidad.
Jean Claude Michéa (2002:14), define la inteligencia crítica como la aptitud
fundamental de la persona para comprender a un tiempo el mundo que le ha
tocado vivir y partir de qué condiciones la rebelión contra este mundo se
convierte en una necesidad moral.
Por lo tanto no estoy hablando de una ciudadanía definida a partir del perfil
consumista o clientelista, de la persona como ser consumidor exigente que
aprende los métodos para rebelarse para conseguir el mejor precio o la mejor
calidad en el producto presentado si no como personas capaces de encontrar y
crear espacios dignos para el ser humano.
Como dice Leonel Moura (1997:17) no hay humanidad sin comunidad. Con las
generaciones más jóvenes es básico romper el sentimiento de no pertenencia.
Se han de encontrar espacios comunes, ya que el no formar parte de nada
designa el fin de la vida antes de comenzar esta verdaderamente. Y es en
estos espacio donde los Centros Socioculturales están jugando un papel, que
aún debería ser más importante, encaminándose hacia un espacio de inclusión
humanización rompiendo así con el consumo de falsas necesidades y
urgencias ilusorias consumistas. Los Centros Socioculturales como espacios
intrageneracionales donde la juventud vuelve a ser un espacio de la vida y
huye del prototipo de tipo mercantil que pretende darle sentido llenándola de
productos y consumos específicos.
Generar espacios gestionados por la comunidad y por tanto también para los
jóvenes (Alcántara 2009) hace que se trabajen todas las capacidades para
desenvolverse adecuadamente en su entorno, como PERSONAS LIBRES y
comprometidas con la realidad que viven. La no existencia de espacios
comunitarios es EXCLUSIÓN. Dicho de otra manera no tener espacios de
relación de construcción colectiva nos enajena.
En palabras de John Macmuray (1974) la base de la relación entre las
personas es la comunicación y la mutualidad del trabajo cooperativo
desinteresado es el que define la persona, es lo que la hace libre. Por lo tanto
se es libre en cuanto se crece como personas en relación positiva con otros.
Por lo tanto desde los Centros Socioculturales el apoyo mutuo (Kropotkin 1989)
en la elaboración de propuestas pedagógicas se convierte en herramienta de
desarrollo y trabajo comunitario.
Por lo tanto los Centros Socioculturales es básica la presencia activa de su
comunidad más cercana en la creación e impulso de espacios que reflexionen
y actúen en relación a las líneas educativas (Bidó de Nou Barris 2010) que
llevan a cabo. De una manera sintética, estos espacios deben estar creados
por personas que forman parte o estén interesadas en el Centro Sociocultural
como herramienta, que de manera voluntaria sumen sus conocimientos y
praxis. Este espacio debe ser heterogéneo con diferentes perfiles y roles que
representen el amplio abanico de la realidad de personas del Centro. Estos
aventureros y aventureras de la educación deben poder definir los valores en
los que quieren trabajar y los que quieren transmitir, los objetivos pedagógicos
del centro, los proyectos y actividades que llevan a cabo para cumplirlos y un
seguimiento continuo que les permita hacer propuestas de mejora. Asimismo
deben estar coordinados con el resto de espacios del Centro Sociocultural y
difundir su labor y sus resultado para informar, transmitir e implicar a más
personas en su acción transformadora.
Esta es una tarea necesaria a los Centros Socioculturales para el desarrollo de
una sociedad participativa, autónoma, independiente y crítica. Formada por
PERSONAS LIBRES capaces de hacer evolucionar su entorno a partir de su
propia formación.
Antonio Alcántara Alcántara
e-mail: [email protected]
Septiembre 2010
Educador Social responsable del Área de Formación y Circo Social del Ateneu
Popular 9 Barris.
BIBLIOGRAFIA:
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gestionados por jóvenes”; 2009; nº10; Quaderns d’Animació i Educació Social;
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www.ateneu9b.net
www.biciosxs.prouespeculacio.org
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www.pumarejo.org
www.radioecca.org
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