79 POR HOYADA, VALLES Y QUEBRADAS. EL USO DEL

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Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Series Especiales
Nº2 Vol. 2, Año 2015 pp. 79-101
ISSN 2362-1958
POR HOYADA, VALLES Y QUEBRADAS. EL USO DEL ESPACIO A TRAVÉS DE LA
TECNOLOGÍA LÍTICA EN EL NORTE DE LA SIERRA DE VALLE FÉRTIL (SAN JUAN)
Ana Gabriela Guráieb, Diana Carro y Marcos Rambla1
RESUMEN
Se exponen los resultados del análisis lítico de los materiales de superficie de siete sitios arqueológicos
del Parque Provincial Ischigualasto ubicados en dos ambientes bien diferenciados: la hoyada de
Ischigualasto y los valles y quebradas interserranos que la flanquean por el sureste. El análisis muestra
que cerca de 1.000 años AP se observan diferencias en la expresión de variables de la tecnología lítica
entre la hoyada y los valles y quebradas interserranos, avalando la propuesta de uso diferencial de estos
ambientes.
El interior de la hoyada evidencia un uso principalmente logístico, con énfasis en la circulación y el
aprovisionamiento de materias primas. Los valles y quebradas contienen campamentos residenciales
de mayor duración, localizados en terrazas cercanas a ríos estacionales. Sus conjuntos muestran
mayor cantidad de actividades representadas, equipamiento del espacio, cerámica decorada de muy
buena calidad, arte rupestre y círculos de piedras de colores. Se postula su vinculación con otros nodos
residenciales mayores como El Chiflón, distante aproximadamente 20 km en línea recta.
PALABRAS CLAVE: movilidad; conjuntos líticos; materias primas.
ABSTRACT
We outline the results of the analysis performed on lithic assemblages from seven archaeological surface
sites located in two different environments at the Parque Provincial Ischigualasto: the basin (“hoyada”)
of Ischigualasto and the valleys and ravines that surround it. The results show that around 1.000 years BP
there is some differences in the expression of lithic variables between the two environments, reinforcing
the proposal of its differential use. The interior of the basin shows mainly logistical use, with emphasis
on circulation and supply of raw materials. On the contrary, valleys and ravines contain longer-term
residential camps, located on terraces near seasonal rivers. These assemblages have greater numbers of
represented activities, space equipment, decorated pottery finely made and geogliphs as colored stone
circles, probably used as territorial landmarks. We hypothesize its interconnection with other major
residential nodes as El Chiflón archaeological locality, placed at a distance of 20 km to the east.
KEYWORDS: mobility; lithic assemblages; raw materials.
RESUMO
Este trabalho apresenta os resultados da análise lítica dos materiais superficiais de sete sítios
arqueológicos do Parque Provincial Ischigualasto. Eles se localizam em dois ambientes distintos; a
Hoyada do Ischigualasto y os vales e ravinas interserranos que a flanqueam pelo sudeste. A análise
mostra que cerca de 1.000 anos BP existem diferenças na expressão de variáveis tecnológicas entre
Hoyada e vales e ravinas interserranos, propondo um uso diferencial desses ambientes. O interior da
Hoyada evidência uma utilização maiormente logística, com ênfase na circulação e fornecimento de
1
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, Ministerio de Cultura de la Nación.
E-mail: [email protected]; [email protected]; [email protected]
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Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
matérias-primas. Os vales e ravinas contêm sitios mais residenciais, localizados em terraços perto de
rios sazonais Seus conjuntos representam um maior número de atividades, equipamento do espaço,
cerâmica decorada de boa qualidade, arte rupestre e círculos de pedras coloridas. Postula-se sua ligação
com outros nós residenciais como El Chiflón, distante cerca de 20 km em uma linha reta do PPI.
PALAVRAS-CHAVE: mobilidade; conjuntos líticos; matérias primas.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Los remanentes físicos de las sociedades del pasado
son mayoritariamente productos de la tecnología
y la información que proveen ha tenido un papel
significativo en la investigación arqueológica a
través del tiempo. Esta información, utilizada
como componente central de la interpretación
o bien generando hipótesis, ha permitido
aproximaciones e interpretaciones muy diversas
respecto de la vida cotidiana en el pasado. En el
ámbito de las sociedades productoras de alimento,
el registro tecnológico cerámico ha desempeñado
históricamente un papel preeminente debido a
su potencial para la ubicación espacio-temporal
de los contextos arqueológicos. Contrariamente,
hasta hace algún tiempo, la valoración del
aporte de los conjuntos líticos de estas mismas
sociedades a la interpretación de su devenir
histórico era sensiblemente menor. Esta situación
se ha revertido notablemente en los últimos
años, ya que diferentes propuestas teóricas y
metodológicas han devuelto al registro lítico su
potencial para explicar determinados aspectos de
la vida de las sociedades aldeanas y posteriores
(Aschero y Hocsman 2004; Babot 2004; Elías
2012; Elías y Escola 2007; Rivero y Srur 2006;
entre muchos otros). Algunos autores proponen
que, con el comienzo de la economía productora y
debido al mayor sedentarismo y la mayor variedad
y complejidad de tareas, las sociedades agropastoriles modificaron sus estrategias tecnológicas
líticas, enfatizando la expeditividad y el carácter
utilitario de sus conjuntos artefactuales (Elías 2012;
Escola 2000; Hocsman 2006). Consistentemente
con la progresiva revalorización de los aportes
de esta línea de evidencia en los estudios de las
sociedades productoras de alimentos, en esta
oportunidad ampliamos el análisis del registro
lítico del Parque Provincial Ischigualasto (PPI),
comenzado ya hace algunos años.
El Parque Provincial Ischigualasto (PPI) y su
zona de amortiguación (figura 1) se ubican en la
zona limítrofe entre las provincias de San Juan
y La Rioja. Sus ocupaciones arqueológicas han
sido propuestas como subsidiarias a un nodo
residencial mayor, situado hacia el este, a unos 20
km, en la actual Reserva Natural El Chiflón (Dpto.
Independencia, provincia de La Rioja) (Guráieb et
al. 2010).
En este artículo, compararemos los resultados
del análisis de ciertas variables del registro lítico
recuperado en siete sitios de superficie del área
de estudio. Su objetivo consiste en identificar
variabilidad en las estrategias tecnológicas
representadas en los conjuntos artefactuales de
sitios ubicados en ambientes diferentes dentro del
PPI.
ANTECEDENTES
DE
INVESTIGACIÓN
ARQUEOLÓGICA
EN
EL
PARQUE
PROVINCIAL ISCHIGUALASTO Y ÁREAS
ALEDAÑAS
80
A lo largo de su historia, las investigaciones
arqueológicas en la provincia de San Juan se han
concentrado principalmente en la franja montañosa
occidental. Los estudios realizados en diferentes
valles de la Cordillera Frontal y Principal, la
Depresión Longitudinal Andina y la Precordillera
han dado cuenta de la riqueza de los desarrollos
culturales de la región, como se puede apreciar en
las síntesis de arqueología sanjuanina de Mariano
Gambier (2000) y Alejandro García (2011).
Hasta el año 2001, las menciones arqueológicas
sobre el PPI eran muy pocas. Algunos datos sobre
esta zona pueden encontrarse en los trabajos de
Monetta y Mordo (1995-1996), Sanchidrián Torti
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y Márquez Alcántara (1998) y Gambier (2000),
mientras que el relevamiento sobre el arte rupestre
prehispánico realizado por Riveros y Varela
(2001) es el único artículo detallado publicado
sobre el tema hasta ese momento. El equipo del
INAPL dirigido por Diana Rolandi comenzó las
investigaciones en el PPI en 1999, en el marco
de la elaboración del plan de manejo general del
Parque que, a partir del año 2000, pasó a integrar
la lista de Bienes del Patrimonio Natural de la
Humanidad. A partir de ese momento, los trabajos
realizados tuvieron como objetivo la generación
de herramientas para la construcción de dicho plan
destinado a la gestión sostenible de los recursos
históricos y arqueológicos que contiene el PPI.
Con tal fin se implementaron diferentes líneas
de investigación, con énfasis en el estudio de los
grabados rupestres prehispánicos e históricos, la
evidencia lítica y cerámica de sitios superficiales y
la arquitectura, principalmente histórica (Guráieb
et al. 2007, 2010; Podestá y Rolandi 2000, 2001;
Podestá et al. 2006, 2011; Re et al. 2009, 2011;
Rolandi et al. 2003, 2005a y b, 2008; Rotondaro
2008; Rotondaro et al. 2006; entre otros).
En la última década se han desarrollado diferentes
líneas de investigación arqueológica en áreas
cercanas al PPI. Entre éstas, las de mayor
continuidad están representadas en los trabajos
sobre el arte rupestre en el Parque Nacional
Talampaya (provincia de La Rioja) (Ferraro
2005; Gonaldi et al. 2003), las investigaciones en
la porción meridional de la sierra de Valle Fértil
(Cahiza 2007; Cahiza et al. 2008) y los recientes
aportes de la arqueología de la Reserva Natural El
Chiflón (Guráieb et al. 2013).
LA PROBLEMÁTICA ARQUEOLÓGICA DE
LAS INVESTIGACIONES EN EL PPI
Referencia de las siglas de los sitios arqueológicos: ADLP: Agua de la Peña; KO: Kiosko; CERI: Campo de las
Estructuras del río Ischigualasto; ADI: Agua de Ischigualasto; LP: Los Pasantes; LT: La Toma; PQC: Puerta
Quebrada de las Casas.
Figura 1. Mapa de ubicación del Parque Provincial Ischigualasto (PPI) y las áreas colindantes de Talampaya y
El Chiflón.
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Considerado como un ambiente desértico y, por
ende, con un bajo potencial para la ocupación
permanente, el PPI ha sido postulado como de
utilización logística, subsidiario respecto de
otros nodos residenciales relativamente cercanos
(Guráieb et al. 2010; Re et al. 2011). El estudio de
la habitación y circulación por paisajes desérticos
asume que los desiertos no pueden ser tratados como
un paquete homogéneo de rasgos físicos. Suelen
albergar gran diversidad ambiental, conteniendo
espacios aptos para la habitación humana, ya sea
permanente o transitoria. En ese sentido, Smith
et al. (2005) sostienen que, en función de las
características y patrones de variación climática
locales, las áreas inmediatas a los núcleos más
secos ofrecen una variedad de posibilidades para
diferentes formas de ocupación humana así como
para la circulación y la obtención de recursos tales
como productos de la caza o materia prima.
El actual PPI puede ser considerado un ambiente
desértico en comparación con áreas colindantes. No
obstante, la topografía llana de la hoyada, sumada a
la presencia de aguadas y cursos semipermanentes
en su recorrido a través de los valles y quebradas
lo convirtieron en un paso importante para sortear
las estribaciones septentrionales de la sierra de
Valle Fértil en dirección al oeste.
El ámbito ocupado por el PPI y su área de
amortiguación puede dividirse en dos ambientes
claramente diferenciados por sus características
geográficas y su biota: la hoyada de Ischigualasto,
el núcleo del Parque, y los valles y quebradas
interserranos, que la circundan por el sur y el este.
En diferentes trabajos se ha propuesto que cada
uno de estos ambientes habría tenido diferentes
potenciales de aprovechamiento e intensidad de
utilización en lo concerniente al tránsito y/o el
asentamiento permanente o semipermanente,
principalmente durante el Holoceno Tardío
(Guráieb et al. 2007, 2010; Re et al. 2009, 2011;
Rolandi et al. 2003; entre otros). La hoyada habría
constituido un espacio de tránsito, mientras que
los valles y quebradas podrían haber albergado
ocupaciones residenciales de mayor duración.
La posibilidad de transitar por una vía de escasa
resistencia hacia el oeste parece haber sido una
particularidad de este ambiente. Ya en tiempos
históricos, el valle de Ischigualasto fue utilizado
con bastante continuidad para movilizar ganado
vacuno desde el norte hacia la zona de Jáchal y
el río Bermejo (Podestá et al. 2006; Rolandi et al.
2008).
Los sitios Campo de Estructuras del río
Ischigualasto (CERI), Kiosko (KO) y Agua de la
Peña (ADLP) se encuentran dentro de la hoyada,
mientras que los sitios Los Pasantes (LP), Aguas
de Ischigualasto (ADI), La Toma (LT) y Puerta
Quebrada de las Casas (PQC) se localizan en el
entorno de valles y quebradas interserranos.
En una escala mayor, las diferencias existentes
entre el registro arqueológico de esta área de
estudio y el de otras cercanas podrían responder a la
mencionada utilización particular del espacio en el
valle de Ischigualasto y su entorno inmediato. Por
ejemplo, en Ischigualasto es marcada la ausencia
de conglomerados habitacionales así como la
relativa escasez de cerámica y material lítico en
las concentraciones superficiales. Asimismo,
también es notoria y distintiva la presencia de
círculos de piedras de colores, especialmente
ubicados en el ambiente de valles y quebradas, que
podrían interpretarse como mojones o marcadores
territoriales. Igual interpretación sugieren los
abundantes grabados rupestres, especialmente
vinculados a la circulación por pasos y abras
dentro de la sierra de Valle Fértil (Podestá et al.
2011; Re et al. 2011).
Cronología y adscripción cultural
82
En el momento de evaluar cronológicamente
estos contextos, es necesario contemplar que los
materiales superficiales de los sitios considerados
representan rangos temporales mucho más
amplios que los expresados por cualquier fechado.
Por otra parte, no siempre las señales cronológicas
de los estilos cerámicos son claras y concluyentes
(Guráieb et al. 2010; Re et al. 2011). Con esta
salvedad, las dataciones por termoluminiscencia
ubican a las ocupaciones del área de estudio
dentro de un rango temporal aproximado de
700 años (ver tabla 1). En lo concerniente a
la periodificación regional (González y Pérez
[1972] 1993; Raffino 1988), al menos parte de
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las ocupaciones de los sitios PQC y LT pueden
ubicarse tentativamente en el Período Formativo
Medio o de Integración Regional (entre ca. 550 y
1.100 AD aproximadamente). El resto de los sitios
considerados en este trabajo: ADI y LP, así como el
sitio Río Ischigualasto (no incluido en el presente
trabajo, excepto como referencia temporal, por
su escasísima muestra lítica) pueden enmarcarse
en el Período Tardío o de Desarrollos Regionales
(entre 1.100 y 1.450 AD aproximadamente).
Las dataciones por termoluminiscencia sobre
tiestos cerámicos se realizaron en el Laboratorio
de Dosimetría de la Facultad de Física de la
Pontificia Universidad Católica de Chile. Los
sitios fechados se encuentran en el ambiente de
valles y quebradas interserranos, no contando aún
con dataciones para los sitios ubicados dentro de
la hoyada de Ischigualasto. El sitio fechado más
cercano a aquéllos del sector medio de la hoyada
es Río Ischigualasto, bastante tardío, como puede
observarse en la tabla 1.
Algunos contextos arqueológicos cercanos,
situados en territorio riojano, muestran cierta
N°
DESCRIPCIÓN
contemporaneidad con los fechados del PPI
expresados en la tabla 1. Por ejemplo, hacia el
este, los fechados radiocarbónicos de dos recintos
del pucará El Chiflón (ChiE1: 716–744 cal d.C.
y ChiE25 940–1.034 cal d.C., p: 0,883; Guráieb
et al. 2010), son compatibles con los fechados de
los sitios PQC, LT y ADI, siendo los de RI y LP
más claramente tardíos. Por su parte, en el actual
Parque Nacional Talampaya, dos sitios tienen
fechados comparables a los considerados en este
trabajo: Quebrada Don Eduardo -fechado en 990
d.C.- y Las Cuchillas -con una cronología de 1.180
d.C. (Gonaldi et al. 2003). En lo concerniente a la
adscripción cultural de estos fechados, al igual que
lo que se observa para los sitios del PPI, pueden
ubicarse los más tempranos dentro del Período
de Integración Regional o Período Agroalfarero
Medio, cuya expresión estilística es Aguada,
mientras que los más tardíos se encuentran en el
momento de Desarrollos Regionales o Agroalfarero
Tardío, que estaría representado regionalmente
por el estilo Sanagasta o Angualasto (Spengler y
Callegari 2010).
P (Gy)
D (Gy/año) EDAD (años AP)
FECHA
UCTL 1863
1
Aguas de
Ischigualasto ADI - 1,60 ± 0,15
Sector 2
1,65*10-3
970±100
1.035 DC
UCTL 1864
2
Río Ischigualasto 1,60 ± 0,15
RI
2,61*10-3
615±60
1.390 DC
UCTL 1865
3
3,21 ± 0,25
3,20*10-3
1.005±100
1.000 DC
UCTL 1866
4
Puerta Quebrada de
3,47 ± 0,33
las Casas. B1- PQC
2,64*10-3
1.315±130
690 DC
UCTL 1867
5
Los Pasantes – S2 1,70 ± 0,13
LP
1,92*10-3
885±90
1.120 DC
La Toma - LT
Tabla 1. Dataciones por termoluminiscencia del PPI y área de amortiguación. El conjunto lítico del sitio Río
Ischigualasto no ha sido considerado para este trabajo por ser muy exiguo, lo que resulta en una distorsión
estadística de los resultados.
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ASPECTOS
BIOGEOGRÁFICOS
PALEOAMBIENTALES
Y
El paisaje actual del área de estudio es el resultado
de la acción de diferentes eventos geológicos.
En el Precámbrico se originaron las sierras de
Valle Fértil, cuyas estribaciones septentrionales
constituyen el límite sudoccidental del Parque
Provincial Ischigualasto, mientras que del
Triásico provienen las formaciones Ischichusca,
Ischigualasto, Los Rastros y Los Colorados,
que le otorgan su singularidad como reservorio
paleontológico. Finalmente, en el Cuaternario, se
formaron los depósitos sedimentarios aterrazados
que caracterizan al interior de la hoyada (Ente
Autárquico PPI 2005-2010). Todos estos procesos
han incidido también en la composición y
particularidades de su biota.
En el Parque confluyen las provincias
fitogeográficas del Chaco, del Monte y de la
Prepuna (Cabrera 1994), lo que determina gran
riqueza florística, aún cuando toda la región es
considerada un desierto edáfico (Roig 1982 en
Ente Autárquico PPI 2005-2010). En la hoyada
predomina la cobertura vegetal xérica arbustiva,
característica de la provincia del Monte. Entre
otras muchas, las especies animales presentes en el
PPI con mayor potencial para el aprovechamiento
humano son Lama guanicoe (guanaco), Rhea
americana (ñandú) y Dolichotis patagonum (mara).
La acción antrópica, especialmente la ganadería en
tiempos históricos, ha tenido fuerte impacto sobre
la fauna y flora nativas.
La hoyada de Ischigualasto, un valle de 10 km de
ancho por unos 40 km de largo, con rumbo SENO, abarca gran parte del PPI y está delimitada
al sur por la sierra de Valle Fértil y al norte por
las Barrancas Coloradas. Dentro de la hoyada,
varios ríos de carácter temporario integran una
red centrípeta y drenan en el río Agua de la Peña,
donde además existe una vertiente de agua con bajo
contenido salino. Este río cruza transversalmente
la sierra y desemboca en el río Bermejo a través de
un cauce muy encajonado, con numerosos saltos.
Hacia el NO, el río de la Chilca o del Salto también
desemboca en la planicie aluvial del Bermejo
a través de una quebrada de altos paredones,
conocida como quebrada de la Chilca (Leiva de
Lochbaum 1993).
El ambiente de valles y quebradas interserranos,
que conforma el área de amortiguación del PPI,
se localiza en el piedemonte este de la sierra de
Valle Fértil. Ésta, junto con la sierra de La Huerta,
constituye la expresión más occidental de las
Sierras Pampeanas en la provincia de San Juan
(Paredes et al. 2001). Tiene diferentes alturas, y
de acuerdo con ellas, varía la composición de la
vegetación. En su aspecto hidrográfico, la cuenca de
la quebrada del río Durazno, de aproximadamente
310 km2, integra cauces estacionales (Leiva de
Lochbaum 1993). Los valles y quebradas, que son
parte de la porción septentrional de la sierra, tienen
mayor diversidad de vegetación, tanto arbustiva
como arbórea en función de la topografía, la altura
y los diferentes gradientes de humedad.
Dos eventos con diferentes pulsos y variaciones
climáticas de importancia incidieron en la
habitabilidad de los paisajes áridos de la región,
aunque tuvieron efectos diversos en función de
la mayor o menor presencia de precipitaciones
y cuerpos de agua. En primer lugar, la Anomalía
Climática Medieval (ACM) (ca. 800-1.350 AD)
(Beguelin et al. 2006), cuya expresión puede
rastrearse en muchos ambientes cordilleranos,
habría generado un proceso de aridización y
mayor presión poblacional sobre aquellos espacios
con agua permanente y recursos suficientes
(Durán et al. 2006 en Morales et al. 2009). En la
macrorregión del NOA Sayago y colaboradores
(2001) estiman que la ACM tuvo condiciones
especialmente secas. Cronológicamente serían
contemporáneas con la aparición de nuevas
formas de ocupación del espacio, de organización
sociopolítica como así también con evidencias
de movilidad hacia zonas más bajas y húmedas
limítrofes con las llanuras del Chaco (Sayago et al.
2001). En segundo lugar, el área de estudio podría
haber sufrido los efectos de la Pequeña Edad del
Hielo (ca. 1.350–1.800 AD) (Morales et al. 2009),
caracterizada por oscilaciones climáticas frías. Las
consecuencias de ambos procesos son aún poco
conocidas en la región cuyana y, en particular, en
la provincia de San Juan.
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Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS
a) Sitios ubicados dentro de la hoyada de
Ischigualasto
Rolandi et al. 2003).
Kiosko (KO) (Lat. S 30° 6' 16.3'' y Long. O 67°
55' 27''). El sitio se ubica a 2 km hacia el SE de
ADLP. La recolección de materiales arqueológicos
se realizó en dos sectores de 20 m por 20 m. El
primero se encuentra frente a un conjunto de
bloques de arenisca, dos de los cuales presentan 22
motivos de arte rupestre grabado prehispánico en
algunas de sus caras patinadas, similares a los de
ADLP (Re et al. 2009). El sector dos se encuentra
en una terraza aledaña a los bloques (figura 2).
Campo de Estructuras del río Ischigualasto
(CERI) (Lat. S 30° 7' 57.4'' y Long O 67°
52' 12.8''). La localidad arqueológica CERI,
caracterizada por una dispersión de 37 estructuras
circulares de piedra, se extiende a lo largo de 2
km aproximadamente, a ambas márgenes del río
Ischigualasto. De ellas, 36 son del tipo común,
con contorno simple, o bien rellenas, construidas
con rocas de colores homogéneos, principalmente
volcánicas; la restante, es también circular,
rellena de piedras de colores (cuarzo, basalto y
feldespato) cuyo sondeo no produjo ningún tipo
de evidencias (Guráieb et al. 2007; Rolandi et al.
Agua de la Peña (ADLP) (Lat. S 30° 5' 21,3'' y
Long. O 67° 55' 57,8''). Es una de las escasas
localizaciones dentro del PPI y zonas aledañas
que cuenta, la mayor parte del año, con agua
surgente y del río. La recolección de materiales,
predominantemente líticos a excepción de cuatro
tiestos cerámicos, se realizó sobre una terraza del
río homónimo, de aproximadamente 150 m de
largo por 50 m de ancho. Por debajo de la misma,
en la planicie aluvial del río y a unos 200 m del
cauce, hay un gran bloque de arenisca con 21
motivos grabados prehispánicos. A 100 m de la
terraza se encuentran un refugio (alojo) y restos
de un palenque; ambas estructuras eran parte del
equipamiento del espacio para facilitar el tránsito
de los arrieros. Durante el siglo XIX y parte de
siglo XX éstos cruzaban con ganado vacuno por
la hoyada rumbo al valle del río Bermejo y más
hacia el oeste (Podestá et al. 2006; Re et al. 2009;
Figura 2. Sitio Kiosko. Interior de la hoyada de Ischigualasto.
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Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
2003, 2005a). Este tipo de estructuras de piedras
de colores son más frecuentes en el ambiente de
valles y quebradas, lo cual la convierte en el único
ejemplo en el interior de la hoyada. Las estructuras
de CERI se encuentran en un terreno más o menos
plano, con gran visibilidad del entorno. La función
de estos círculos de piedra todavía no ha podido ser
dilucidada a partir del registro arqueológico que los
acompaña aunque una posibilidad es la instalación
sucesiva de estructuras de habitación livianas
(sensu Gambier 1974). Aún desconociendo si ésta
fue su función, la misma existencia de los círculos
da cuenta de la apropiación de estos espacios por
parte de los grupos humanos que los transitaron,
generando un paisaje que se fue conformando a
través del tiempo (Guráieb et al. 2007). Por otra
parte, la ausencia total de materiales cerámicos
en superficie podría ser indicativa de un espacio
con funcionalidad diferente pero también, podría
señalar una mayor antigüedad para el uso de este
espacio de la hoyada (figura 3).
b) Sitios ubicados en los valles y quebradas
interserranos
Agua de Ischigualasto (ADI) (Lat. S 30° 10.127'
Long. O 67° 51.711'). En un área baja rodeada
por afloramientos rocosos de escasa altura y un
ambiente con mayor humedad, se encuentra el sitio
ADI, a la entrada del Parque Provincial (figura 4).
La presencia de agua surgente permite que este
lugar sea, aún hoy, abrevadero para el ganado y la
fauna silvestre. Los materiales que se encuentran
en superficie son variados: lítico y principalmente
tiestos cerámicos, metal, vidrio y loza, revelando
una larga historia ocupacional desde momentos
prehispánicos hasta la actualidad. La utilización
subactual de este manantial está avalada por la
presencia de cuatro recintos y un corral edificados
con piedras y lajas de arenisca, que conformaron
un puesto o parador que, según los pobladores
locales, habría estado vinculado al arrierismo.
Los Pasantes (LP) (Lat. S 30º 10,39’ 13’’S y Long.
O 67º 48,23’ 82’’). Ubicado en la terraza de la
margen derecha del río El Durazno, que desciende
desde los contrafuertes de la sierra. Se realizó
una recolección en cuatro sectores aledaños,
recuperándose material lítico y cerámico en todos
ellos.
Figura 3. Campo de Estructuras del río Ischigualasto. Interior de la hoyada de Ischigualasto.
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Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Figura 4. Sitio Agua de Ischigualasto. Valles y quebradas interserranos.
La Toma (LT) (Lat. S 30º 13’ 49,37’’ y Long. O
67º 46’ 82’’). Se sitúa sobre una terraza cercana
al cauce medio del río El Durazno. A unos 15
m de la ribera hay un conjunto de tres bloques
con arte rupestre prehispánico. Igualmente, se
encuentra cercano a los sitios más grandes del
área con grabados prehispánicos: Portezuelo de
las Piedras Marcadas y Puerta de las Quebradas,
situados por encima de los 1.300 m, en abras
que conectan valles y bolsones interiores de la
sierra (Guráieb et al. 2010; Re et al. 2009). Los
materiales arqueológicos (líticos y cerámicos)
fueron recolectados en dos transectas de 30 m de
longitud por 5 m de ancho desde la ribera hasta el
piedemonte y un sector de 15 m de lado.
Puerta Quebrada de las Casas (PQC) (Lat. S
30º 16' 17,3’’ y Long. O 67º 44' 37,1’’). En las
cercanías del río del Salto, PQC se ubica en un
llano adyacente a una serie de lomas de mediana
altura. Hacia el este se encuentra la planicie aluvial
de los ríos Los Baldecitos y Las Moraditas, ambos
de régimen estacional. En relación con los sitios
descriptos más arriba, PQC presenta una mayor
diversidad de materiales y equipamiento del
espacio: dos áreas con morteros fijos ubicados en
un sector de rincón, un molino con evidencias de
uso intensivo y dos bloques con motivos grabados
abstractos. A esto debe sumársele una estructura
circular de piedras de colores en forma de anillo,
relativamente conservada. Los sectores con
evidencia arqueológica parecen organizarse en los
alrededores de un afloramiento bajo de arenisca
(figura 5).
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y MUESTRAS
UTILIZADAS
Escalas
87
Las escalas, tanto espacial como temporal
empleadas en este trabajo son de nivel medio
(sensu Dincauze 2000). En lo espacial, se analiza
una región pequeña y heterogénea, mientras que
desde el punto de vista temporal, tomamos como
rango los aproximadamente 700 años que existen
entre los fechados TL más tempranos y más tardíos
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Figura 5. Sitio Puerta Quebrada de las Casas. Valles y quebradas interserranos.
obtenidos para el área de estudio (tabla 1).
Muestras utilizadas
la segmentación inicial de las muestras en clases
tipológicas tomó los conceptos de Aschero
y Hocsman (2004). Las variables generales
consideradas fueron materia prima, estructura de
composición de los conjuntos de las diferentes
clases tipológicas y variables métricas para todas
las piezas enteras. Para el caso específico de los
artefactos formatizados, las estructuras tipológicas
de cada conjunto se segmentaron a nivel de grupo
tipológico. Por otra parte, la relación entre filos/
puntas y piezas efectuada para los artefactos
formatizados se utilizó como una medida de
aprovechamiento de los soportes, con la finalidad
de detectar variaciones entre los ambientes del
área de estudio. Del mismo modo, el tipo de
núcleos fue empleado para dirimir una utilización
diferencial de las masas iniciales en función de la
forma en que las materias primas se presentan en
la naturaleza.
La estructura de composición de la clase tipológica
artefactos formatizados fue comparada entre los
Los materiales fueron objeto de una recolección
sistemática por medio de transectas o sectores
en cada sitio. Los muestreos para obtener los
materiales fueron diseñados en función de la
densidad superficial de hallazgos y la extensión de
las dispersiones percibidas en cada uno de ellos.
Las muestras obtenidas son disímiles en tamaño,
con un extremo en PQC y el otro en ADI. En todos
los casos, con la excepción de CERI, los materiales
líticos están acompañados de evidencia cerámica
en diferentes cantidades (tabla 2).
Análisis de variables
El análisis de variables tecnológicas y morfológicas
de los materiales líticos siguió los lineamientos
generales de Aschero (1975, 1983). Por su parte,
88
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Sitio
Agua de la Peña (ADLP)
Kiosko (KO)
Campo de Estructuras del Río Ischigualasto (CERI)
Agua de Ischigualasto (ADI)
Los Pasantes (LP)
La Toma (LT)
n
83
91
130
10
103
131
Puerta Quebrada de las Casas (PQC)
Total
300
848
Tabla 2. Muestra de materiales líticos por sitio.
sitios utilizando los índices de riqueza (H) de
Shannon Weaver (Shannon y Weaver 1964) y
equitatividad (J) de Pielou (1969), utilizados en la
bibliografía de distintas disciplinas, especialmente
biología y ecología de poblaciones. En un trabajo
anterior (Guráieb et al. 2010) se utilizó una de
las tres expresiones de la fórmula de Shannon,
presente en Lanata (1996). Utilizando esta fórmula
se obtienen valores de riqueza más bajos. En
este trabajo optamos por utilizar la fórmula del
programa estadístico Past v.2.05. (Hammer et al.
2001). Este utiliza la fórmula H=-Σ [(ni/n)ln(ni/n)].
En este índice, el rango de valores para la riqueza
varía entre 0 y 4,5, siendo este último muy alto
para cualquier muestra. Complementariamente, se
empleó el índice de equitatividad J, que se obtiene
dividiendo el valor de H por el logaritmo del
número de clases. Mide la equidad con que los ítems
se reparten entre los grupos tipológicos presentes
en los conjuntos. Las tendencias que siguen las
diferentes variables se graficaron mediante Excel,
generando la tendencia lineal a partir de los puntos
de datos (diagrama de dispersión). De esta forma,
se logra una representación generalizada de la
trayectoria de cada variable.
RESULTADOS
PQC presentan un patrón espacial con porcentajes
mayores de desechos de talla (tabla 3).
Una tendencia inversa presentan los núcleos
(figura 6), cuyos porcentajes son mayores en los
sitios de la hoyada y decrecen paulatinamente
en aquellos ubicados en los valles y quebradas
interserranos. El caso extremo en este sentido es
el de PQC, ya que sólo presenta tres núcleos en un
total de 300 artefactos. Los artefactos formatizados
se encuentran presentes en todas las muestras con
valores porcentuales que en ningún caso superan
el 18,1% (ADLP) o descienden por debajo de
12,0% (KO). Serán tratados con mayor detalle en
acápites posteriores.
En todos los conjuntos son escasas las piezas
pertenecientes a la categoría “artefacto de filos
naturales con rastros complementarios” (AFNc/
RC). Esta particularidad puede ser atribuida
principalmente a las restricciones que se aplicaron
en el momento de su recolección, habida cuenta
de que, al ser materiales de superficie, han estado
más expuestos a la incidencia de agentes de
modificación de los bordes como el pisoteo de
animales y el desplazamiento por escorrentías. Por
último, las superficies modificadas por uso, como
molinos y morteros, solo están presentes en muy
baja cantidad en dos de los sitios de los valles y
quebradas (LT y PQC).
La figura 6 ilustra la tendencia lineal de
representación de cada clase tipológica en los
sitios ordenados espacialmente de NO a SE,
desde la hoyada hacia los valles y quebradas. Las
diferentes categorías de clases tipológicas tienen
comportamientos particulares. Por ejemplo, se
aprecia una tendencia creciente de los desechos de
Clases tipológicas
Ya sea en total o por sitio, predominan
ampliamente los desechos de talla respecto del
resto de las categorías de clases tipológicas, con
los porcentajes menores por encima de 50% y
un promedio general de 72%. Los sitios LP, LT y
89
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Clases
tipológicas/sitio
Art. Formatizados
AFNc/RC
ADLP
%
KO
%
CERI
%
ADI
%
LP
%
LT
%
PQC
%
Total
%
15
7
18.1
8.4
11
-
12.1
-
19
1
14.6
0.8
6
1
60
10
18
-
17.5
-
18
-
13.7
-
37
-
12.3
-
124
9
14.6
1.1
Núcleos
Sup.modificadas por
uso
13
15.7
16
17.6
43
33.1
1
10
8
7.8
11
8.4
3
1
95
11, 2
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
2
1.5
2
0.7
4
0.5
Desechos de talla
Total
48
83
57.8
100
64
91
70.3
100
67
130
51.5
100
2
10
20
100
77
103
74.8
100
100
131
76.3
100
258
300
86
100
616
848
72.6
100
Tabla 3. Clases tipológicas por sitio.
Figura 6. Tendencias lineales de representación de clases tipológicas en los sitios de la hoyada y valles y quebradas
del PPI.
talla desde el interior de la hoyada hacia los sitios
de los valles y quebradas, con un comportamiento
inverso en los núcleos expresado en una tendencia
decreciente de los porcentajes desde la hoyada
hacia los valles y quebradas.
A partir de estos datos podríamos inferir que al
menos en parte, las tareas de la producción lítica
estuvieron desagregadas en el espacio, siendo la
hoyada el lugar de la formatización inicial, con
mayor representación de núcleos. Por su parte, las
tareas de extracción habrían sido menores en los
valles y quebradas, con un ingreso probable de un
porcentaje de núcleos en proceso de reducción y
formas base para su regularización. Los artefactos
formatizados muestran bastante similitud de
porcentajes, por debajo del 20%, con la excepción
de ADI, que debido a su muestra escasa, tiene una
representación que sesga los resultados. Aún así,
la tendencia los reitera, con una línea plana. Algo
similar ocurre con la escasa representación de
AFNc/RC.
Materias primas
90
En la cuenca Ischigualasto–Villa Unión, las
formaciones Talampaya y Tarjados (Triásico
Inferior) que afloran en el sector occidental del
PPI, muestran alternancia entre sedimentitas
rojizas y estratos conglomerádicos inmaduros,
producto de regímenes de corriente medios a altos,
lo que impidió la selección del material (Ente
Autárquico PPI 2005-2010). Por esta razón, en el
área de estudio la mayoría de las materias primas
se presentan en la forma de nódulos o guijas, con
mayor representación en los lechos secos de los
ríos y en el camino de las torrentosas escorrentías
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
estivales. Hasta el momento, la única fuente
potencial de aprovisionamiento de tipo primaria
(sensu Nami 1992) es la de cuarzo, que aparece
como un filón, próximo al sitio PQC, hoy en
día explotado artesanalmente por los habitantes
del cercano poblado sanjuanino de Baldes
del Rosario. Sobre la base de la información
disponible hasta este momento, creemos que el
aprovisionamiento de la mayoría de las rocas, ya
sea de fuentes primarias o secundarias, fue local
(sensu Civalero y Franco 2003), incluyendo las
sílices, predominantes en el sitio LP.
En el nivel de producción lítica general y
considerando el total de la muestra, predominan
las cuarcitas en casi todos los conjuntos (34,6%),
seguidas por el cuarzo (24,7%) y las rocas
silíceas (18,3%). El resto de las materias primas
posee valores porcentuales por debajo del 10% y
distribución desigual entre los sitios. Por ejemplo,
en algunas muestras del interior de la hoyada
también se encuentra representada la cuarcita
metamórfica de colores grisáceos (7,8%), que
decrece hacia los valles y quebradas. Otras rocas
con menor presencia en la producción total
son las riolitas (6,9%), las rocas volcánicas no
diferenciadas (6,3%), las sedimentitas (0,4%) y un
grupo mínimo y heterogéneo denominado “Otras”
(1%) (figura 7).
En los artefactos formatizados la representación
de las materias primas mantiene relaciones
porcentuales similares, aunque levemente más
atenuadas, a las presentes en la producción total
entre cuarcita (31,6%) y cuarzo (28,6%). Las
rocas silíceas ocupan el tercer lugar en la selección
(17,6%). En los núcleos también predomina la
cuarcita (37,5%) seguida de la metacuarcita (26%)
y la sílice (12,5%). Con la excepción del cuarzo
(9,4%), el resto de las materias primas de núcleos
no supera el 5% de la muestra.
En los conjuntos de artefactos formatizados, la
presencia de las distintas materias primas en los
sitios alineados guarda un importante paralelismo
con las tendencias graficadas para los conjuntos
totales. De igual forma, muestran una tendencia de
distribución de materias primas que evidencia las
diferencias entre hoyada y valles. Los artefactos
de cuarcita y metacuarcita generan dos líneas
descendentes desde el interior de la hoyada hacia
los valles y quebradas. Inversamente, la sílice y
el cuarzo tienen líneas prácticamente paralelas que
muestran su mayor representación en los sitios
de los valles y quebradas, decreciendo hacia la
hoyada (figura 8).
Por su parte, la clase tipológica núcleo expone
una tendencia inversa para la cuarcita, debido
básicamente a la gran incidencia del efecto
numérico distorsivo de PQC. En ese sitio los
núcleos son únicamente tres, de los cuales dos son
de cuarcita (66,6% del total) (figura 9). Si se retira
PQC de la representación, la línea que se genera
carece de pendiente, lo cual es compatible con
la ubicuidad de la cuarcita. Por su parte, la línea
Figura 7. Tendencia de representación de materias primas en la producción total.
91
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Figura 8. Utilización de materias primas en artefactos formatizados.
que representa la tendencia para la metacuarcita
experimenta un brusco descenso, desapareciendo
en los sitios de valles y quebradas.
Media de dimensiones de los conjuntos de
artefactos formatizados, núcleos y desechos de
talla enteros
Otra variable tecnológica seleccionada para la
comparación entre los sitios fue la media de las
dimensiones absolutas de artefactos formatizados,
núcleos y desechos de talla enteros. (figuras 10,
11 y 12). Las tendencias de los valores medios
de las dimensiones absolutas de los artefactos
formatizados enteros descienden hacia los valles
y quebradas, con una mayor pendiente para la
longitud y el ancho, que prácticamente no muestran
diferencias importantes entre ellas. El espesor,
aunque con una pendiente también significativa,
disminuye más suavemente desde la hoyada hacia
los valles y quebradas (figura 10).
En los núcleos, con valores medios más altos en
la hoyada, las medias de longitud, ancho y espesor
muestran una tendencia con un descenso muy
suave de la pendiente de las tres mediciones hacia
los valles y quebradas (figura 11). En este caso, la
Figura 9. Utilización de materias primas en núcleos.
92
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Referencias: la: longitud; aa: anchura; ea: espesor de artefactos formatizados.
Figura 10. Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de artefactos formatizados.
Referencias: ln: longitud; an: anchura; en: espesor de núcleos.
Figura 11. Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de núcleos.
pendiente de las medias del espesor de los núcleos
tiene una pendiente mayor que las de las otras
dos mediciones, lo que podría indicar una mayor
reducción de las masas en los sitios de los valles
y quebradas.
En los desechos de talla, por su parte, el descenso
se da en el mismo sentido aunque el largo y
ancho de los desechos enteros desciende más
abruptamente hacia los sitios de los valles y
quebradas. Las dimensiones registradas muestran
una selección de soportes poco elongados, lo cual
resulta consistente con la observación de escasa
presencia de hojas en los sitios relevados hasta
este momento en el área (figura 12).
93
Caracterización de los conjuntos de artefactos
formatizados
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Figura 12. Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de desechos de talla. Referencias: ld: longitud;
ad: anchura; ed: espesor de desechos
Los conjuntos de artefactos formatizados, que
no son muy numerosos (tabla 3), tienen pocas
categorías artefactuales con representación
en todos los sitios. En los grupos tipológicos
predomina la manufactura unifacial marginal y
ultramarginal. Las puntas de proyectil, que se
encuentran en baja cantidad pero consistentemente
representadas en los tres sitios de los valles y
quebradas y en ADLP, son los únicos exponentes
de la manufactura bifacial (tabla 4). La cantidad
de grupos tipológicos presentes aumenta hacia los
valles y quebradas, con la excepción de ADLP,
que tiene las características de composición de los
conjuntos de un sitio de actividades múltiples.
Los grupos tipológicos con presencia en todos
los sitios son pocos, con prevalencia de los muy
generalizados filos de formatización sumaria,
seguidos de las raclettes, los raspadores, los
artefactos burilantes y puntas entre muescas, y las
puntas de proyectil (tabla 5). Como se dijo, estas
últimas se encuentran presentes en los sitios de los
valles y quebradas y en ADLP, mientras que los
artefactos burilantes tienen mayor representación
en los sitios de la hoyada.
Para establecer una medida de la diversidad
de los conjuntos se graficaron los resultados
de la comparación de los índices de riqueza y
equitatividad de los artefactos formatizados. En
este caso los valores de riqueza (eje Y) en los
sitios no superan los 2,4 lo cual indica una riqueza
artefactual media a baja para toda el área, siendo
más baja en los sitios del interior de la hoyada
(siempre con excepción de ADLP). Por su parte,
la forma en que estas categorías se reparten en el
conjunto se mide de 0 a 1,5 y en ese sentido son
bastante equitativas, es decir, están distribuidas
uniformemente en los conjuntos (figura 13).
La intensidad diferencial con que se aprovecharon
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
Muestra total
16
11
18
6 18 20 39
Form. Bifacial
1
2 1
2
Form. Unifacial
15
11
18
6 16 19 37
N grupos tipológicos
10
6
10
6
9 13 13
Referencias: Form.: Formatizado.
Tabla 4. Información tecnológica general de los conjuntos de artefactos formatizados.
94
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Sitios/grupos tipológicos
ADLP KO CERI ADI LP
2
3
6
1
3
Artef .formatización sumaria
3
1
1
1
3
Raclette
2
2
3
1
Raspador
4
3
1
2
1
Punta burilante / entre muescas
1
2
Punta de proyectil
16
11
18
6
18
Total muestra
LT PQC Total
2
7
24
2
5
16
2
5
15
2
2
15
1
2
6
20 39
137
Referencias: Artef: artefacto.
Tabla 5. Artefactos formatizados: grupos tipológicos predominantes.
las formas base de artefactos formatizados entre
la hoyada y los valles y quebradas se midió
empleando la razón existente entre la cantidad de
filos y puntas de cada conjunto y la cantidad de
artefactos, esta vez sin discriminar por materia
prima. En la graficación, cada una de estas razones
se contrastó con la media muestral para observar
las variaciones existentes entre los sitios (figura
14).
Aún cuando la razón es baja en todos los casos (no
llega a dos filos y/o puntas por pieza), se observa
un decrecimiento de la misma desde los sitios
de la hoyada hacia los de valles y quebradas. En
estos últimos, la razón ronda el valor 1, por lo que
se estima que predominan los artefactos de filos
simples, producto de una tecnología totalmente
expeditiva. Probablemente la variación entre
hoyada y valles, que no es mucha, se deba a que en
los sitios del interior de la hoyada eran necesarios
artefactos de formas generalizadas más versátiles
(sensu Nelson 1991) que los que se requerían en
los campamentos con mayor permanencia de los
valles y quebradas.
RESUMEN DE RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Aún cuando en ambos ambientes se observa una
tecnología expeditiva (Nelson 1991, Escola 2000),
con baja inversión de energía en la manufactura,
pueden percibirse ciertas diferencias entre los sitios
de la hoyada y de los valles y quebradas (tabla 6).
Los conjuntos de los sitios de los sectores interiores
de la hoyada son menos diversos, respondiendo
a una utilización del espacio orientada a menor
cantidad de actividades, con porcentajes mayores
de núcleos y menores de desechos de talla.
Contienen conjuntos artefactuales más versátiles,
con mayor cantidad de filos por soporte, consistente
Figura 13. Artefactos formatizados. Relación entre índices de riqueza y equitatividad.
95
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
Figura 14. Razón entre cantidad de filos y puntas y piezas por sitio.
con un uso logístico del espacio. Por su parte, los
sitios de los valles y quebradas aparecen como
espacios de actividades múltiples, con mayor
diversidad de grupos tipológicos, expeditividad
en el diseño de los artefactos formatizados y bajo
aprovechamiento de los soportes.
El empleo de las materias primas también muestra
variaciones. Por ejemplo, el cuarzo, con fuente de
aprovisionamiento conocida en el piedemonte de
la sierra de Valle Fértil, dentro del ambiente de
valles y quebradas, tiene una representación que
covaría negativamente con la distancia a dicha
fuente. Contrariamente, la cuarcita, que se presenta
ubicuamente en forma de nódulos en los dos
sectores analizados, está mucho más representada
en los sitios de la hoyada. Sobre la tendencia de
la sílice opera la alta incidencia del conjunto de
LP, compuesto en un 70% de esta roca. De todas
formas, aparece como una elección importante
Ambiente y características
Inversión de tiempo y energía en la
manufactura
para la confección de artefactos formatizados en
casi todos los conjuntos.
Hasta este momento, la información arqueológica
y específicamente la de la tecnología lítica muestra
diferencias en la expresión de variables entre
la hoyada y los valles y quebradas interserranos
alrededor de ca. 1.000 años AP, avalando la
propuesta de un aprovechamiento diferencial de
estos ambientes (Guráieb et al. 2010; Re et al.
2009, 2011).
El interior de la hoyada habría tenido un uso
logístico, con énfasis en el abastecimiento y
circulación de materias primas y el tránsito de
personas y bienes, como se vio en el comienzo del
trabajo. En este sentido ADLP, postulado por sus
características topográficas como un campamento
semipermanente, constituye el sitio con mayor
potencial residencial dentro de la hoyada,
corroborado por la información de la tecnología
Hoyada
Valles y Quebradas
Baja
Baja
Unifacial marginal
Unifacial marginal Bifacial
Regularización
Bifacial 0,02%
0,07%
Intensidad de uso de las formas bases de Por encima de la media
Por debajo de la media
artefactos formatizados
muestral de 1,3
muestral de 1,3
Riqueza/Equitatividad
Baja
Levemente mayor
Abastecimiento,
procesamiento inicial y
Abastecimiento y
formatización
Utilización de materias primas
procesamiento inicial
Tabla 6. Resumen del comportamiento de variables.
96
Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015.
lítica, que lo diferencia de CERI y KO. Por su
parte, los valles y quebradas, ecológicamente
más apropiados para uso residencial en la forma
de campamentos semipermanentes, muestran
mayor cantidad de actividades representadas,
equipamiento del espacio, cerámica ordinaria y
también decorada de muy buena calidad, arte
rupestre, círculos de piedras de colores y una
tecnología lítica más orientada a la captura y
procesamiento de recursos (Guráieb et al. 2010;
Rolandi et al. 2005b).
En conclusión, en este trabajo hemos utilizado los
resultados de la tecnología lítica como indicadores
para comprender más cabalmente el uso
diferencial del espacio regional. En este sentido,
las ocupaciones prehispánicas del PPI y su área de
amortiguación muestran una tecnología de escasa
inversión aunque con significativas diferencias en
el uso y aprovechamiento del espacio, concordantes
con las variaciones ecológicas existentes entre la
hoyada y los valles y quebradas.
En una escala espacial más amplia, durante los
períodos Medio y Tardío el valle de Ischigualasto
y su entorno habrían estado relacionados con
otros nodos poblacionales con mayor densidad
residencial como la cercana localidad arqueológica
El Chiflón, situada a distancia geodésica de no
más de 20 km de PPI. El Chiflón presenta además,
dataciones congruentes con las de los sitios de valles
y quebradas y se encuentra en una inmejorable
situación para controlar el tránsito desde el NE
hacia el SO (Guráieb et al. 2013). Una de las vías de
circulación podría haber sido a través de la actual
Reserva Natural El Chiflón, el paso del Portezuelo,
los valles y quebradas y la hoyada que componen
el PPI, emergiendo por la Quebrada de la Chilca
hacia el valle del río Bermejo. La integración
de resultados entre ambas áreas permitirá, en un
futuro, ampliar nuestro conocimiento acerca de la
forma en que, gradualmente, se fue construyendo
el paisaje regional.
Ontiveros por el apoyo logístico durante las
campañas realizadas en la zona.
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