Presión arterial, lípidos y obesidad están asociados con la

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RESÚMENES
ba positivamente con una PA elevada, el índice
de masa corporal (IMC), los niveles plasmáticos
de colesterol y triglicéridos en todos los niveles
de metabolismo hidrocarbonado. Las odds ratios ajustadas para edad, sexo y categoría de
metabolismo glucémico fueron 1,5 (IC 95 %,
1,2-1,9), 1,3 (1,0-1,7) y 1,3 (1,0-1,6) por cada
desviación estándar de incremento de la PA sistólica, IMC y concentración de colesterol total
respectivamente, y 1,2 (1,0-1,5) por cada aumento de los niveles de triglicéridos del 50 %. La
PA elevada y los niveles de colesterol total y colesterol-LDL se asociaron con la presencia de
exudados duros en retina.
En conclusión, la retinopatía es una complicación microvascular multifactorial que, además
de la hiperglucemia, depende de las cifras de
PA, concentración plasmática de lípidos e IMC.
Van Leiden HA, Dekker JM, Moll AC,
Nijpels G, Heine RJ, Bouter LM, et al.
Blood pressure, lipids, and obesity are associated
with retinopathy: the Hoorn Study
Diabetes Care 2002; 25: 1320-5.
Comentario
Presión arterial, lípidos
y obesidad están asociados
con la presencia de retinopatía:
estudio HOORN
El estudio HOORN se diseñó para analizar la
contribución de la presión arterial (PA), el perfil
lipídico y la presencia de obesidad sobre la
aparición de retinopatía, tanto en pacientes
diabéticos como no diabéticos. Además, se analizaron las relaciones de dichos factores de
riesgo con la presencia de exudados duros, una
complicación especialmente grave cuando se
asocia con edema macular.
Dicho estudio incluyó 2.484 sujetos caucásicos de 50-74 años de edad. De éstos, un subgrupo de 626 fue clasificado en función de la
edad, el sexo y la tolerancia a la glucosa entre 1989
y 1992 y sometido a un estudio oftalmológico
mediante fotografías del fondo de ojo. Se analizó la prevalencia de retinopatía entre los pacientes con metabolismo normal de la glucosa
(MNG), metabolismo alterado (MAG), sujetos
con diabetes de reciente diagnóstico (NDM) y
diabéticos ya diagnosticados (DM).
La preval enci a de reti nopatía fue del 9 %
en MNG, 11 % en MAG, 13 % en NDM y 34 % en
DM. Sólo se observó retinopatía de grado más
avanzado que la mínima no proliferativa en el
8 % de los DM y 0 %-2 % del resto de pacientes. La prevalencia de retinopatía se relaciona-
Cada vez se publican más evidencias sobre el
hecho de que la retinopatía no sólo está relacionada con la hiperglucemia y la duración de la
diabetes. Otros factores de riesgo cardiovascular
han demostrado desempeñar un papel importante en la aparición de dicha complicación microvascular. El estudio UKPDS (UK Prospective Diabetes Study) demostró que el control intensivo
de la hipertensión arterial en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 prevenía o retrasaba la progresión de la retinopatía. También se han publicado datos que muestran que unos elevados
niveles plasmáticos de lípidos favorecen la retinopatía, especialmente la aparición de exudados
duros. Sin embargo, la mayor parte de estos estudios se han limitado a pacientes diabéticos,
por lo que no tienen en cuenta los resultados de
varios estudios poblacionales que muestran la
presencia de retinopatía en individuos sin diabetes. En este tipo de pacientes la información sobre los factores de riesgo para el desarrollo de
retinopatía son muy escasos. El propio estudio
UKPDS mostró una asociación entre la presencia de retinopatía y la PA en individuos con unos
niveles de glucemia en ayunas superiores a 110
mg/dl. Los resultados de este estudio extienden
dicha observación al describir la relación entre
PA y retinopatía en individuos sin alteraciones
del metabolismo de la glucosa. Dichos resultados sugieren que la retinopatía es una complicación microvascular multifactorial, influenciada
no sólo por el metabolismo hidrocarbonado,
sino también lipídico, niveles de PA e IMC. El
efecto combinado de varios de estos factores de
Hipertensión 2003;20(1):41-5
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RESÚMENES
riesgo se traduce en un aumento de la permeabilidad capilar, la formación de microaneurismas,
la oclusión de capilares y la isquemia retiniana.
En consecuencia, en los pacientes con varios
factores de riesgo cardiovascular (hipertensión
arterial, hiperlipidemia, obesidad) debe valorarse
la realización periódica de exámenes del fondo
de ojo. Por otra parte, el diagnóstico de alguna
de las alteraciones retinianas mencionadas puede favorecer la búsqueda de otros factores de
riesgo añadidos, como hipertensión arterial, hiperlipidemia o aterosclerosis asociada.
J. Segura
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Hipertensión 2003;20(1):41-5