Date submitted: 08/09/2009 Nuevos recursos electrónicos, nuevos modelos: reinventando las aproximaciones a la biblioteca para facilitar los accesos Aline Soules California State University Hayward, USA Traducido por: Consuelo López Provencio Revisado por Luisa Mª Landáburu Areta Biblioteca Nacional de España Meeting: 179. Serials and Other Continuing Resources WORLD LIBRARY AND INFORMATION CONGRESS: 75TH IFLA GENERAL CONFERENCE AND COUNCIL 23-27 August 2009, Milan, Italy http://www.ifla.org/annual-conference/ifla75/index.htm Resumen: Puede que estén desapareciendo los límites entre libros electrónicos, revistas electrónicas, artículos en bases de datos y otras fuentes de información; sin embargo, la manera de gestionar estas fuentes se ve todavía condicionada por los métodos tradicionales que tratan estos materiales por separado, y refleja las estructuras clásicas de organización bibliotecaria que separan servicios técnicos de servicios públicos. Como profesor que imparte “Introducción a la Gestión de la Información” a alumnos universitarios de primer curso, el ponente estudia los resultados de los esfuerzos de dichos estudiantes por entender y dominar el acceso a estos distintos tipos de fuentes de información. Presenta casos de entendidos y malentendidos de estas fuentes de información por parte de los estudiantes y los retos de su acceso. Desde el punto de vista del usuario, el ponente sugiere formas de mejorar el manejo de estas fuentes de información, formas que desafían los modelos organizativos y la separación tradicional en las bibliotecas con el objetivo de mejorar el acceso y hacer que el usuario se enfrenten de manera efectiva a la identificación, acceso y utilización de dichos recursos. Recursos continuados En el año 2000, el Grupo de Trabajo que volvió a estudiar la revisión de las AACR2 para definir “serialidad” distinguió entre recursos finitos y continuados, describiendo los últimos como recursos que se editan a lo largo del tiempo sin conclusión predeterminada, que se publican en una sucesión de fascículos o partes separadas, o se integran 1. Desde entonces se sigue debatiendo sobre la esfera de actuación de dichos 1 recursos. Casi todo puede ser considerado recurso continuado (revistas, diferentes ediciones de obras de referencia, incluso libros electrónicos), los cuáles según Lugg se describen como seriados por la manera en que las bibliotecas los tratan, bien en bloques y también como títulos individuales que necesitan suscripciones anuales por los derechos de las plataformas.2 Sin embargo, creo, que el mundo de la edición se mueve en la dirección opuesta, es decir, hacia recursos finitos. El usuario ya busca artículos individuales en las bases de datos, es decir que una revista puede sin dificultad publicar un artículo individual cuando esté listo, descartando volúmenes y números. De hecho, la presencia cada vez mayor del identificador de material digital (DOI son sus siglas en inglés) niega la necesidad de dichos números. En el caso de los libros, también se pueden editar capítulos individuales por separado. Weinberger habla del ejemplo de iTunes donde el comprador adquiere canciones individuales más que un CD y luego elabora su propio contenido.3 Esto nos lleva de nuevo al tema de las analíticas, que con la tecnología actual, es posible sin el coste y el esfuerzo que antes las hacían prohibitivas. Por supuesto, a los usuarios no les interesa si una publicación es finita o continuada, parte de un número de una revista o un libro, o si tiene relación con otra información bibliográfica, a no ser que necesite citarla. Lo que de verdad le interesa es encontrar documentación sobre un tema y acceder a las publicaciones individuales que le ha indicado su profesor, un compañero, ha visto en una bibliografía o en la web. Expectativas del usuario Cuando trabajé a finales de los 90 en la Escuela de Empresariales de la Universidad de Michigan, empresariales sufría otra manifestación del movimiento de calidad. El concepto no era simplemente entender las necesidades del cliente, sino también “sorprenderle y agradarle”, según decía en reuniones de carácter interno Kim Cameron, profesor de Gestión y Organizaciones en dicha escuela. En la década actual, Malcom Gladwell ha analizado otro concepto en su libro The Tipping Point (2000). Explica una nueva manera de entender por qué el cambio ocurre de manera tan rápida e inesperada, y como las cosas llegan a un punto en el cual evolucionan y toman forma.. Ambos conceptos nos ayudan a entender lo que muchos usuarios quieren. En primer lugar, se les debe sorprender y agradar para que aprecien una herramienta o un servicio en particular entre los miles ahora disponibles. En segundo lugar, una vez captada su atención, la oferta se debe mantener para sorprender y agradar con el fin de evolucionar y tomar forma Google nos ha cautivado y se ha convertido en un gigante omnipresente, aunque existen otros motores de búsqueda (Yahoo, ask.com, etc.). Google es rápido, gratuito y casi siempre presenta resultados independientemente de lo que se teclee. Se ha dicho que muchas de las búsquedas de Google son simples y literales, poco profundas, lo cuál es un motivo a favor de los recursos y herramientas más complejas de las bibliotecas, pero, a pesar de esto, muchos usuarios prefieren las búsquedas en Google. Esto podría deberse a su falta de conocimiento de los recursos de la biblioteca, o que se sienten cómodos y familiarizados con Google como punto de partida. La inmediatez de Internet y la Web ha disparado las expectativas. Según Kuniavsky, el mundo de las publicaciones y de la informática presente en cualquier lugar se interrelacionan. 4 Argumenta que más “que ver el mundo a través de las lentes de una única ventana mágica ..el poder…[y] el potencial de dicha tecnología debería estar presente en nuestro día a día.”5 Lo que ofrece la biblioteca debe ahora presentarse en múltiples aparatos (ordenadores, 2 teléfonos etc.). Con estos múltiples aparatos en conexión con la gente las veinticuatro horas al día, siete días a la semana, las posibilidades de satisfacción inmediata aumentan. Además de formar a los usuarios en el uso de estos servicios y recursos, los bibliotecarios deben ser capaces de llevarlo a cabo de manera rápida cuando y donde el usuario se encuentre. Está claro, sin embargo, que lo que los usuarios quieren es disfrutar de la misma rapidez, gratuidad y facilidad que con Google. Por el contrario, hay veces que descubren que en necesidades más complejas, como los trabajos de sus estudios, Google no agrupa los resultados que busca , o, si utilizan Google Scholar, no les permite acceder al texto completo. Llegados a este punto, muchos se rinden, pero otros acuden buscando ayuda personalmente, por correo electrónico, chat o teléfono, proporcionando a la biblioteca la oportunidad de sorprender y agradar. ¿Cuántas veces hacemos esto? Por lo menos, se necesita que todo funcione sin fisuras, desde la creación de metadatos para búsquedas sencillas hasta el acceso rápido a textos completos. Al final del proceso, sin embargo, algunos usuarios se mostrarán satisfechos y otros se quejarán de que es demasiado complicado y se preguntarán por qué no puede ser como en Google. Teniendo en cuentas estos cambios, sin embargo, es necesario recordar que todavía existe una minoría de usuarios que quieren la complejidad que ofrecemos. Los usuarios de la biblioteca muestran un amplio spectrum en todo tipo de bibliotecas, pero mis observaciones se centran en las facultades y en los estudiantes, dado que yo trabajo en una biblioteca universitaria. El grueso de nuestros usuarios son estudiantes, la mayoría de los cuales quieren la sencillez que ofrece Google. Algunas facultades e investigadores, muestran sin embargo su insatisfacción por el hecho de que los materiales de investigación a su alcance disminuyan, lo que conlleva menos texto completo y la simplificación de la búsqueda, por lo que tienen la sensación de que están perdiendo información valiosa. Comportamiento del usuario Los bibliotecarios han aumentado sus esfuerzos por descubrir lo que de verdad hacen los usuarios y lo que dicen que quieren (no es necesariamente lo mismo). La tecnología facilita la elaboración de estadísticas, lo que nos proporciona modelos de utilización. Disponemos de más datos que nunca, incluso a nivel de consulta de artículos o capítulos de un libro. Podemos saber qué campos MARC se han utilizado en la búsqueda en el catálogo. Sin embargo quedan cuestiones sin resolver. Saber el número de veces que se consulta una página web o se descarga un artículo, no indica que esa información se haya leído o entendido. El hecho de que determinados campos MARC no se utilicen en la búsqueda, no significa necesariamente que dejemos de ponerlos, aunque estemos trabajando en mejorar el potencial de dichos campos. Es interesante observar como los proveedores se enfrentan al conflicto de dar datos estadísticos a las bibliotecas. Si, por ejemplo, una base de datos se usa poco, ¿por qué debería un proveedor ponerlo en conocimiento de la biblioteca y arriesgarse a perder un cliente? En East Bay, la Universidad Estatal de California, conscientes de que los recortes presupuestarios serán cruciales entre 2009 y 2010 , lo que implicará cancelaciones, hemos estudiado con detenimiento las estadísticas de uso. Entre 2008 y 2009 estudiamos las bases de datos menos usadas, una de las cuales es “the Gale Literary Databases” (autores contemporáneos, reseñas de literatura contemporánea, y diccionario biográfico de escritores). Lo comentamos con el departamento en cuestión, y la facultad solicitó a sus alumnos que 3 hicieran mayor uso de ella.; sin embargo ¿por qué apenas se usaba en un primer momento?¿ se debía a que los cometidos no conducían al estudiante a la fuente?¿ es porque la biblioteca no presenta el acceso de manera que llame la atención del usuario?¿se deberían incluir esta bases de datos dentro del propio catálogo de la biblioteca en lugar de acceder a ella en un página web bajo el título ”Bases de datos de la A/Z”, como es este caso? Hay muchas posibilidades, y todas apuntan a que es necesaria una mayor colaboración entre los departamentos y la biblioteca universitaria para entender los motivos que hay detrás de ese bajo uso. También se necesita un gran esfuerzo para comprender por qué estas bases de datos son fundamentales para un departamento si apenas se consultan. ¿Es simplemente la apreciación de que “hay que tener estas bases de datos?, ¿vienen a llenar una necesidad psicológica de acaparar, recuerdo de los días de las colecciones impresas?,¿ cómo podemos llegar a entender estos factores? Las estadísticas por si solas no son suficientes. Los análisis estadísticos se combinan con frecuencia con encuestas, grupos de trabajo y estudios dirigidos. En los Estados Unidos, la encuesta LibQUAL es de uso común, especialmente entre las universidades de investigación. Compara los niveles mínimos de expectativas deseadas y percibidas en varios servicios bibliotecarios. Examinando los resultados de la encuesta de 2006 en la Universidad de Virginia, Self destacó los típicos comentarios de las facultades sobre la falta de revistas en campos concretos de investigación y los problemas de las cancelaciones debidos a problemas presupuestarios. También había comentarios comunes como “el acceso a las revistas es confuso” y “es necesario mejorar las herramientas de búsqueda”6. Self llegó a la conclusión que tanto la búsqueda como el acceso eran problemas importantes y destacó “los esfuerzos continuos existentes para mejorar las interfaces de búsqueda”7. Si las facultades sufren confusión con la búsqueda ¿qué les estará pasando a los estudiantes? El catálogo Una de las conclusiones de dichos estudios es la idea creciente de que el catálogo público online ha dejado de servir para este fin. Considerado en un principio una herramienta que sorprendió y gustó al usuario, ahora se le considera “cerrado”,”rígido” y “complicado”8. Una solución es potenciar el catálogo, tal y como hizo en 2006 la Universidad Estatal de Carolina del Norte al firmar un acuerdo con Endeca. El producto suministra “los resultados ordenados por orden de importancia, nuevas funciones de búsqueda, accesos mejorados a las materias”9. De gran importancia son las cinco herramientas de evaluación incorporadas en la nueva versión: cambios en los modelos de circulación, herramientas para el análisis, uso de mejoras, búsquedas complementarias y medidas objetivas y subjetivas de la calidad de los resultados10. Los bibliotecarios también se encargaron de realizar encuestas de utilización con un grupo de diez estudiantes con el fin de comparar los dos catálogos: el viejo y el nuevo. Valoraron los esfuerzos para lograrlo, la duración y la dificultad, pero no el grado de satisfacción, que según el estudio, no se correlaciona con el éxito11. A los estudiantes les llevó menos tiempo hacer las búsquedas y lo encontraron más fácil de usar que el otro. También mejoró la calidad de sus resultados. Sin embargo los estudiantes, a la hora de la búsqueda siguen confundiendo “palabra clave en cualquier campo” con “palabra clave en asunto o materia”, en general un problema común entre ellos. También sabían que disponían de funciones para acotar la búsqueda, pero la verdad es que sólo tres las usaron, lo que ilustra otro problema común que es la no utilización de todas las posibilidades de una herramienta12. Al final, mientras Antelman y otros ven una mejora, también destacan que es necesario más trabajo. Insisten también que el catálogo representa únicamente una pequeña porción de la información 4 mundial, lo que significa que se invierte un gran esfuerzo en una herramienta que sólo representa un pequeño trozo de la información disponible. Otra perspectiva más radical señala un porcentaje diferente, que el del número de usuarios que utilizan el catálogo. Eden señala que los días del catálogo llegan a su fin porque las bibliotecas no pueden seguir costeando algo que los lectores de hoy no utilizan. El dinero para la educación superior seguirá disminuyendo en Estados Unidos, al menos en aquellas instituciones de carácter estatal, “una biblioteca gasta aproximadamente entre el 60-70% de su presupuesto en gastos de personal y beneficios en servicios técnicos, gastos de suscripción a la OCLC, cuotas para los suministradores de OPAC con el fin de mantener una base de datos normalizada y con referencias cruzadas que sólo utiliza un 10% de nuestros clientes”13. Insta a los bibliotecarios a abandonar “la perfección en los datos”, asegurando que “lo bastante bien es válido para el usuario de hoy” y se dirige a la Biblioteca del Congreso para que cambie a una digitalización masiva y abandone el tipo de control bibliográfico que ha realizado en el pasado (por ejemplo ha dejado de controlar las series).Concluye, que la Universidad de California, institución financiada con dinero público, tiene la oportunidad de transformar un servicio técnico mediante la interfaz de su nuevo catálogo que utiliza WoldCat Local.14 El sistema de la Universidad Estatal de California también intenta mantener con fuerza el WorldCat de la OCLC para su catálogo colectivo que da servicio a 23 campus; sin embargo, surgen nuevos problemas. En East Bay, La Universidad Estatal de California, debido de nuevo a recortes en los presupuestos, estamos pensando en no renovar nuestra suscripción con la OCLC para el bienio 2009/2010 y existe la posibilidad de que otro campus haga lo mismo. Debido a que nuestro dinero para adquirir colecciones se ha reducido drásticamente, el número de libros será tan escaso que el precio de catalogación por ejemplar sería inaceptable. Esto significa que no se actualizarán las nuevas incorporaciones, bajas, cambios ni fondos. Al principio esto puede pasar desapercibido, pero después de esos años, el impacto será mayor y el catálogo colectivo dejará de ser un catálogo colectivo completo. Otro sistema que empieza a resquebrajarse, o al menos, a dividirse debido al recorte presupuestario. Búsquedas cruzadas Las búsquedas cruzadas es otro de los esfuerzos que tienen que acometer las bibliotecas empujadas por la característica de “un único centro de servicios” que presentan los motores de búsqueda como Google. Como en otros avances, existen también diferentes puntos de vista. De alguna manera muchas bibliotecas piensan que dan este servicio al ofrecer a sus lectores una única plataforma para sus bases de datos. En East Bay utilizamos EBSCO para la mayoría de nuestras bases de datos y los usuarios pueden efectuar sus búsquedas utilizando las posibilidades de la plataforma. Si embargo tenemos aún dos bases de datos que sólo podemos ofrecer a través de una plataforma distinta. Sin embargo, dentro de la búsqueda cruzada de EBSCO, es aún posible saber qué base de datos corresponde a cada resultado y vincularla a la fuente. La verdadera búsqueda cruzada, sin embargo, explorará lo que se haya insertado en el sistema (el catálogo, las bases de datos, los sitios web, etc.). Por lo general, las bibliotecas eligen una plataforma comercial y, dada la competencia y los márgenes tan ajustados de beneficios en este negocio, se aseguran que las mejoras se implantarán sin demoras. Sin embargo, habría que analizar las búsquedas cruzadas de manera más amplia. Para Linoski y Walczyk, Google Scholar se asemeja a una “herramienta de búsqueda cruzada” como WorldCat. Google 5 Scholar simplemente ofrece una lista de resultados, pero en WorldCat se puede “afinar la búsqueda”, conectarse a Facebook o Firefox, lo que permite al usuario acceder a las fuentes mediante el perfil de un amigo, o buscar directamente desde la opción de búsqueda de un navegador web”15 . WorldCAt también permite diferentes idiomas, citas, exportación, correo electrónico, direcciones favoritas y la posibilidad de compartir, y ofrece al usuario la posibilidad de contribuir con sus comentarios y etiquetas. Nuestro catálogo acaba de empezar a moverse en esa dirección. Los productos comerciales hoy en día ofrecen limitadores de búsqueda, búsquedas simples o avanzadas, agrupamientos, interfaz visual de búsqueda, resultados faceteados y alertas y noticias RSS. La experiencia del usuario con estos productos está por lo tanto mezclada con su experiencia en la web. Como resultado, no siempre saben qué están buscando o donde figura la lista del texto completo, pero pueden registrarse y saben lo que tienen que hacer. La falta de interés de los usuarios preocupa a algunos bibliotecarios. Retlefsen indica que no existe una solución de un único centro de búsquedas para hacer una investigación de calidad e insiste que” la investigación requiere tiempo, disciplina, pensamiento crítico y análisis”, que “ninguna técnica o herramienta por si mismas son válidas para llevar a cabo una investigación”, “la importancia de que se parezcan a Google es el objetivo final de las búsquedas para una información rápida, pero no necesariamente el objetivo final de una investigación. La investigación requiere de algo más que relevancia. Hay que considerar también su vigencia, autoridad y el hallazgo fortuito”16. Es cierto que con la búsqueda cruzada los rasgos distintivos de las herramientas individuales, como el catálogo, una base de datos en concreto o su plataforma, se ven sacrificados en aras de una búsqueda cruzada común. Para la mayoría de los usuarios, sin embargo, “lo bastante bien” les vale, lo cuál hace reflexionar de nuevo a Eden sobre el coste de la catalogación: ¿podemos seguir costeándolo? En este momento East Bay, Universidad Estatal de California, procura combinar las búsquedas cruzadas con las herramientas de siempre, ofreciendo acceso a dichas búsquedas, al catálogo y a bases de datos concretas desde la página principal de su sitio web. Dando un paso más, Turner sugiere que en diez años, “la búsqueda cruzada, o búsquedas de este tipo, no existirá”17. Argumenta que sólo buscamos porque no disponemos de la información que necesitamos de manera rápida, pero a medida que la información almacenada digitalmente aumente, subcontrataremos una empresa de localización de datos para que los organice, y cada búsqueda “cruzada” figurará entre bastidores. La búsqueda formará parte de otras funciones rutinarias, iniciada automáticamente a partir de lo que el lector esté haciendo, como el uso de las teclas o sus datos históricos. Existirá un cuadro de diálogo interactivo en el cuál el sistema planteará preguntas, el lector contestará, y el sistema buscará18. También es posible que dicho proceso interactivo puede llevarse a cabo por un grupo de usuarios, que se pueda establecer alertas que fomenten la comunicación entre ellos, garantizando que avisarán acerca de lo que otros miembros del grupo están buscando. Solventadores de enlaces Son otra herramienta importante para el contenido cruzado. Ofrecen enlaces desde una fuente de información a otra. El usuario hace “click” en el botón anejo a una cita y le lleva a una lista de lugares donde figura el texto completo o, si dicho texto no está disponible en su biblioteca, le conecta con el servicio de préstamo interbibliotecario. Wakimoto y otros investigadores realizaron una investigación en tres bloques – encuesta online, entrevistas a grupo de interés y análisis de modelos de pruebas- con el fin de analizar el usuario final de la biblioteca, las expectativas del bibliotecario y sus experiencias con el uso de SFX”,19 el 6 solventador de enlaces de Ex Libris que es el que utiliza el sistema de la Universidad Estatal de California. La investigación se realizó en los campus de Northridge y San Marcos. La encuesta estaba pensada para analizar las expectativas del usuario. La más común era encontrar siempre el texto completo. Los comentarios negativos se referían a” la complejidad, problema técnicos o a confusión”. Los positivos con “el ahorro de tiempo y/o la eficiente naturaleza del servicio”20. En los grupos de interés se trabajó con los bibliotecarios no con los usuarios. Los bibliotecarios se mostraban satisfechos, pero su queja principal tenía que ver con la exactitud. También creían que los estudiantes requerían formación sobre como usar el producto, sugiriendo que no era totalmente intuitivo. Es interesante observar que los dos problemas principales (el deseo de más texto completo y el de la precisión) no son problemas del producto sino problemas bibliotecarios, bien debido a la colección (muy relacionada con el presupuesto), o bien debido a errores humanos en la introducción de los datos. La clave de las expectativas del usuario final, sin embargo, fue que las expectativas eran más que las que realmente conseguían al acceder al texto completo.21 Innovaciones Organigrama Por regla general los usuarios saben lo que quieren, y nosotros sabemos lo que necesitan. El problema es que nos perdemos en nuestros propios procesos y en el orden establecido. En todos estos estudios, resulta interesante echar un vistazo a las posiciones mantenidas por aquellos que han trabajado en ello. Perviven en nuestros organigramas la división tradicional entre servicios técnicos y servicios públicos, aunque existe un mayor esfuerzo por involucrar a una mayor variedad de bibliotecarios. En la Universidad Estatal de Carolina del Norte, un comité de asesoramiento en tecnología de la información eligió un grupo con siete miembros representativos para que supervisaran la implantación de Endeca22. Sin embargo, requiere grandes trabajos de preparación antes de que ocurra. Hay algunos ejemplos de nuevas maneras de pensamiento organizativo en lo que se refiere al trabajo diario pero aún hay pocos artículos valiosos obre el tema. En 2004, en Carolina del Sur, hubo un proceso de formación en diferentes tareas para los bibliotecarios de servicio al público para que trabajaran en servicios técnicos, lo que el autor cree que era una contrapartida a los cursos habituales de formación diseñados para atraer al personal de los servicios de proceso técnico a los servicio al público. Ese mismo año, dos artículos hacían referencia al doble trabajo en los servicios técnicos y públicos. El primero trataba de bibliotecarios encargados de servicios técnicos enfrentados al trabajo con el público, y el segundo lo contrario24. En 2006, Harper señaló que para el éxito total de las bibliotecas digitales, era fundamental la colaboración entre bibliotecarios de atención al público, de desarrollo de las colecciones y bibliotecarios de proceso técnico, aunque también señala que en biblioteconomía “hay una teoría de gran tradición que establece dos ramas diferenciadas en la profesión: los servicios técnicos y los servicios al público”25. ¿Pero qué es lo que nos hace aferrarnos a esta manera tradicional de trabajar? Una búsqueda en la literatura sobre negocios muestra un artículo interesante en el área de sistemas de control y contabilidad. Markus y Pfeffer sugirieron que la resistencia y los fallos del sistema son algo común, e indicaron tres hipótesis para explicarlo. Para que un sistema se implante sin dificultad, necesita estar acorde con” otras fuentes de poder a la hora de distribuir dicho poder”, con “la cultura organizativa dominante y su paradigma en cuanto a valores y 7 principios”, y “compartir criterios acerca de certezas técnicas y objetivos coherentes”26. Aseguran que las estrategias basadas en procesos no valen para tratar con lo anterior y que es necesario tener en cuenta las estructuras de poder y los modelos de organización a la hora de implantar un sistema. Ya que las bibliotecas saben de sobra acerca de procesos, quizá reconocer la existencia de estructuras de poder y modelos de organización en nuestro trabajo, nos ayudaría a superar la tendencia a refugiarnos en nuestras estructuras organizativas basadas en la división. Antes, sugerí que para entender bien el motivo por el cual la “Gale Literature Databases” apenas se utilizaba, se requería una colaboración entre la biblioteca y los departamentos. No sólo necesitamos un cruce de ideas dentro de la biblioteca sino también con aquellos que están fuera de ella. Hemos aprendido a hacer esto con especialistas en tecnología de la información y con otros departamentos de la facultad, pero nos agarramos a nuestro catalogo y nuestras herramientas, y creemos que hay un camino “correcto” para manejar y organizar la información. Nuevas maneras de pensar Eden no ha sido la primera persona en sugerir que nos deshagamos del catálogo, pero quizá esté muy cerca de ser la última. La integración (la mezcla) es hoy la palabra clave. Las bases de datos comerciales incorporan ahora en su contenido sitios web. Los distribuidores de plataformas incluyen noticias RSS, muestran visualmente el resultado, asignan identificadores, citas, correo electrónico, opciones personales de almacenaje y posibilidad de búsqueda en otras bases de datos de la misma plataforma. Existen búsquedas cruzadas, solventadotes de enlaces, los usuarios pueden incluir identificaciones y críticas (si les dejamos), y cada pocos meses surgen nuevas ideas y desarrollos, justo a tiempo para el siguiente congreso de bibliotecas. Cada vez se digitaliza más, posibilitando el acceso a los contenidos, bien gratis (el modelo de “open access”) o mediante una cuota, que muchas bibliotecas pueden o no permitirse. Las bibliotecas adquieren estas herramientas, pero cuando toca sus propias creaciones, se quedan atrás en muchos aspectos, todavía buscando un tipo de orden que no es probable que se pueda seguir manteniendo.. Weinberger alaba la mezcla y el desorden. Analizando Wikipedia utilizó como ejemplo un artículo sobre los elefantes. Se puso en contacto a través del chat con Brion Vibber, director técnico de Wikipedia, y le preguntó donde se almacenaba la información textual de dicho artículo. Estos son las respuestas: <brion>sólo dios lo sabe >brion>en algún lugar del disco27 [sic] ¿Te sentirías escandalizado si tal respuesta la diera un bibliotecario? Incluso, Weinberger sugiere que “la brecha entre como accedemos nosotros a la información y como lo hace un ordenador es la clave de la revolución en el mundo del conocimiento.28” Enumera cuatro nuevos principios estratégicos que rompen los enlaces entre como organizamos los objetos físicos y las ideas: • Controles al salir pero no al entrar. Los trabajos “peer review” se desplazan ahora desde el antes al después de haberse publicado. Permite la abundancia, pero requiere que cada lector lo filtre y lo valore. 8 • • • Poner cuantas más ramificaciones mejor. Cuantas más etiquetas se tengan, mayor será el potencial de acceso. Todo es metadato y todo puede convertirse en un identificador. Esto posibilita la mezcla porque todo está interrelacionado, y, por lo tanto, todo es metadato. Renunciar al control. Los propietarios de la información ya no controlan como se organiza. Los usuarios la organizan como les parece mejor.29 Este último punto es el más difícil de asimilar por los bibliotecarios, lo que supone una ironía ya que organizar la información de otros ha sido su misión durante siglos. Cuando hablamos de los usuarios, sin embargo, lentamente, les estamos dejando que entren, pero aún necesitamos establecer el ritmo y planes para dejarlo atrás. ¿Qué es lo próximo? Confío en que se seguiremos cambiando lentamente al nuevo orden, modificando lo que ya tenemos, pero lo que más me gustaría que hiciéramos es olvidar nuestro deseo de control y dar la bienvenida a los usuarios en nuestros procesos y herramientas. Hace poco un miembro de la facultad me comentó que el para buscar primero usaba Google/Wikipedia, luego Google Books, y por último el catálogo de la biblioteca sólo para saber si disponíamos de los libros que previamente había identificado en las otras dos fuentes. Si lo único que necesita del catálogo es sabe la biblioteca tiene lo que el previamente ha identificado, puede utilizar el WorldCat. Si esto es lo que hace él ¿qué estarán haciendo el resto de los usuarios, en particular los estudiantes? Desde luego no usan nuestras caras herramientas como nos gustaría, pero ¿qué pasaría si dejáramos que el usuario colaborara en nuestro catálogo o nuestra página web de la misma manera que lo hacen con la Web? Si fueran más allá de establecer identificadores o críticas a comentar, anotar y principalmente crear registros en su catálogo personalizado donde guardan su información, se mostraría más interesados en utilizar la biblioteca, las herramientas y la información que ponemos a su disposición. Esta puede ser nuestra gran oportunidad para sorprender y agradar. ¡A por el reto! 1 Association for Library Collections and Technical Services. Committee on Cataloging: Description and Access. 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