El tiempo que se va Influir en los demás

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6A
EXPRESO
eXPRESIÓN
Sábado 23 de Febrero de 2013
FUERA DE RUTA
IMAGEN Y LIDERAZGO
ZULEMA TREJO CONTRERAS
El tiempo que se va
E
n días pasados la sociedad fue sorprendida con la noticia de la
abdicación del papa Benedicto XVI, un hecho que en los primeros
momentos después del anuncio se creyó inédito
puesto que la última vez que un Papa
abdicó fue en 1415; fecha tan lejana que
para la mayoría de nosotros es equivalente a “nunca.” Sin embargo desde mi
punto de vista lo más importante no es
saber si ha habido otras abdicaciones al
pontificado, ni siquiera los motivos que
otros pontífices, o este, han tenido para
renunciar a un cargo que es vitalicio.
Para mí lo que debiera resaltarse es la
forma vertiginosa como van registrándose los cambios a nivel mundial.
Al parecer lo que antes sucedía en
los ciclos largos, ahora está sucediendo
en el mediano o corto plazo. No hace
mucho a nivel internacional se vivió, y
vive aún, la crisis económica de Estados
Unidos, la bancarrota de Grecia, la crisis
cada vez más grave que se padece en España; ahora la abdicación de Benedicto
XVI, muy cercana a otra abdicación que
ya se avizoraba en el horizonte pero no
por ello deja de ser sorprendente, que
fue la abdicación de la reina Beatriz de
Holanda, una de las monarcas europeas
que aún tiene ciertas atribuciones políticas, es decir, aún participa del gobierno
de su país, caso que no es por ejemplo,
el del rey de Suecia, cuyo cargo es poco
más que honorario.
Ciertamente las dos abdicaciones
señaladas en el párrafo anterior no
implican ni el fi n del papado, ni de la
monarquía en Holanda. La bancarrota
de los países tampoco es una novedad,
ha existido antes de la historia de la humanidad, lo interesante e importante,
recalco, es que todos estos acontecimientos estén sucediéndose en un periodo relativamente corto, por ello no
resulta tan extraño que a luz de estos
acontecimientos sociales y otros sucesos naturales como temblores, tsumanis, huracanes de magnitudes poco
vistas anteriormente, hayan surgido un
amplio número de libros, programas de
televisión, películas cuyo tema central
es la posibilidad de que el mundo esté
llegando a su final.
A mí en lo personal me inquietan
estos planteamientos apocalípticos, no
por miedo a lo que pueda suceder, sino
por el hecho de que este brote de profecías fatalistas acapara la atención de
una parte de la sociedad, no sé decir si
mayoritaria o minoritaria, lo que sí sé es
que si ese sector de la sociedad se dedica
a desentrañar señales o símbolos de la
llegada del apocalipsis, y sobre todo,
se esfuerzan por convencernos de la
factibilidad de este fin de los tiempos, la
sociedad pierde una pieza, y un todo sin
una parte deja de ser un todo.
En estos tiempos de crisis, de sucesos
que parecen ser inéditos porque muchos
de nosotros nos olvidamos de que la
humanidad tiene una historia, el todo
social no puede permitirse el lujo de
perder una de sus piezas, no debe entrar
en un proceso de entropía, sino de cohesión, puesto que el elemento crucial
para salir de los momentos críticos es
la unidad y el trabajo conjunto para alcanzar metas, no la polarización ni las
descalificaciones.
Puse como ejemplo las cuestiones
apocalípticas porque el año pasado
tuvimos una buena dosis de ella, que
se quiera o no, sirvieron quizá de manera involuntaria como cortinas de
humo para distraer(nos) de los acontecimientos verdaderamente trascendentales que estaban sucediendo en
aquellos momentos.
Profesora-investigadora del Centro de
Estudios Históricos de Región y Frontera de El
Colegio de Sonora. [email protected]
Hasta la propia virtud se
convierte en vicio cuando
es mal aplicada”.
William Shakespeare
Escritor británico (1564-1616)
Alcoholímetro: ¡Herodes!
Y
a le había tocado a un personajazo de la tercera edad: Don Jesús
Silva Herzog, ex secretario de Hacienda y de Turismo, ex embajador, frustrado aspirante
a la Jefatura de Gobierno del DF, pero
ahora el alcoholímetro cargó con un
niño...¡perdón: Con el Niño Verde!
Ya en la cuarentena, pero todavía
Niño. Si en España tuvieron a un célebre matador, El Niño de la Capea, Jorge
Emilio González puede ser llamado El
Niño de la Copea.
En 1955 se filmó una película que hizo
época: “El Niño y el Toro”. Pues bien,
ahora pueden hacer una nueva versión
titulada “El Niño y el Torito”. Pues a ese
centro de reclusión temporal fue conducido el senador González. Parajoda:
El dueño del Partido Verde que lucha
contra la fiesta taurina fue a dar con
sus huesos -dos veces diputado y dos
senador- a “El Torito”.
Él dice que sólo se tomó 4 tequilas y
a la mejor fueron 4 Herraduras, porque
quiso caerle a coces -patadas de asno- a
los operadores del retén. Al policía Antonio Caracheo le ofreció 2 mil pesos de
mordida: La centésima parte de sueldo
-200 mil al mes- como senador. Hasta
dio un nombre falso, según él para no
hacerse pasar por influyente, pero a la
mejor ni se acordaba cómo se llamaba.
Porque el Niño Verde, la neta, estaba
negro.
Llegaron dos guaruras armados -uno
con pistola, el otro con un blodymeery-,
pero la autoridad fue inflexible: Aún con
fuero le dieron pa’ adentro. Ya en “El
Torito” sus cuates hicieron una vaquita
para juntar 2 mil pesos y pagaron un
amparo liberador: Cumplió 6 de las 20
horas de arresto.
Ya regresó al Torito a pagar las otras
14 horas, ofreció disculpas públicas
y prometió que no volverá a manejar
cuando tome. O sea que nunca volverá
a manejar.
MICRO-OBUSES
Que los jerarcas de la izquierda están
preocupados por la cercanía de Miguel
Ángel Mancera con el PRI. Él dirá que
esos de izquierda no son zurdos, sino
‘abzurdos’.
En reunión de la Conago se tomó Peña Nieto la foto con los gobernadores.
Pero al notar que no aparecía Mancera,
hizo repetir la gráfica, aunque ya se habían ido varios gobernadores.
Tiempos aquellos cuando al Peje
y a Marcelo les decían los “Polaroid”,
porque se revelaban al instante: No se
dejaban retratar con el Presidente.
Es tanta la cercanía de Mancera con
Peña Nieto que ahora que va a retirar las
ambulancias patito, podría sustituirlas
por ambulancias gaviotita.
Y según Rufino León también a retirar 20 mil microbuses obsoletos. A ver,
si los cambian por carros completos
del PRI.
Si el Jefe de Gobierno no viene a él,
tampoco va Montaño al Jefe de Gobierno: Ya le renunció a la Junta de Conciliación, por diferencias irreconciliables.
Que en la campaña contra la rectora
Esther Orozco, de la UACM, Bejarano
es la mano que mece la cuna. ¿Y Dolores
la que le cambia el kleenbebé?
Entregaron los revoltosos las CCHs,
después de que les cumplieron todas
sus peticiones. Y el líder “Chómpiras”,
expulsado por briago, se fue a festejar
con el Niño Verde.
OÍDO EN EL CABILDO
-¿Actuamos contra los microbuseros
que están bloqueando avenida Cuauhtémoc?
-¡Ni aunque bloqueen el Eje Lázaro!:
El Jefe Mancera no es perredista.
Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado;
está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos ”.
Buda
Fundador del budismo (563 AC-486 AC)
GISELA ARRIAGA
Influir en los demás
I
nfluir sobre la gente implica crear
confianza, cumplir con los compromisos y manejar una buena imagen
profesional. Los buenos profesionistas
y los líderes trabajan con otros para crecer profesionalmente, crear acuerdos,
alianzas, negociar, lograr metas comunes y forman relaciones productivas.
¿Es fácil lograrlo?
Las personas influyentes son convincentes y confiables, ambas cosas
necesitan del autodominio. Para tener
influencia en los demás hay que desarrollar la empatía, que es la habilidad
de ponerse en el lugar del otro y saber
escuchar activamente.
Para que una persona sea considerada influyente tiene que construir su
propio estilo de liderazgo, tener claro a
dónde quiere ir y esforzarse por superar
todos los obstáculos. Un líder influyente utiliza su inteligencia emocional
y social, sabe adaptarse a las nuevas
circunstancias, es consciente de sus
propias emociones, sabe controlarlas,
y es sensible a los sentimientos de los
demás.
Sólo siendo emocionalmente inteligente, el individuo estará en condiciones de obtener la cooperación de los
demás, sin necesidad de recurrir al castigo, aprovechará las oportunidades,
sabrá delegar y formar redes de trabajo.
En una palabra, estará preparado para
ejercer liderazgo.
Los buenos líderes, los líderes influyentes se ven, se oyen y actúan como
tales. Por ejemplo, en el terreno de la
imagen verbal, existe un principio que
dice: “No importa lo que dices, sino
cómo lo dices”. Los influyentes lo saben y lo aprovechan a su favor. Todo
su cuerpo y sus palabras comunican
autoconfianza. Se saben y se proyectan
exitosos.
Saben cuidar su lenguaje corporal.
Están conscientes de que comunicamos más con nuestra postura, gestos
y mirada, que con las palabras. Lo no
verbal aporta hasta un 93% a la eficacia
de la comunicación durante la primera
impresión. Si una persona se siente segura lo va a transmitir, como también,
enviará estímulos negativos si posee
una baja autoestima y un nivel de autoconfianza bajo.
Para tener influencia en los otros
hay que cuidar también la apariencia
externa. Una premisa fundamental de
la imagen pública dice que, “el 85% de
las decisiones las hacemos por los ojos”.
Por eso, hay que vestirse bien para proyectarse bien.
El líder influyente tendrá siempre
presente que nunca hay una segunda
oportunidad para causar una primera
buena impresión y que requeriría de
DE CARTÓN
CHEYK
Chicago news...
ocho interacciones posteriores para
borrar una primera mala impresión.
“Como te ven te tratan”, dice el dicho y
aunque no nos guste así funcionan los
mecanismos de la percepción.
Recuerde que: “No basta con ser,
sino también hay que parecer” y “La
esposa del César no sólo debe serlo,
sino parecerlo”, por lo que si usted desea influir realmente sobre los demás,
deberá cuidar los estímulos que envía
a través del código de su vestimenta:
Colores, accesorios, cabello, calzado y
el maquillaje (en el caso de la mujer).
Generalmente cuesta lo mismo vestirse bien que vestirse mal. La clave
está en la selección de los colores que
nos favorecen y en un diseño adecuado
a nuestro tipo de cuerpo, complexión y
estatura. Busque vestirse de acuerdo al
rol profesional que desempeña y a los
grupos objetivo a los que va dirigido.
Si bien es cierto, la apariencia juega
un papel importante, lo más importante
serán los contenidos, por lo que para
influir en los demás, tenemos que desarrollar una fuerza interna o carácter lo
suficientemente sólida como para que
nos hagan caso. Si por dentro estamos
débiles, endebles, si no nos sentimos lo
suficientemente valiosos, los demás lo
percibirán y no nos creerán.
Entonces, cuidar nuestra imagen interna resulta crucial para influir en los
demás, tenemos que vigilar nuestros
pensamientos y nuestras emociones.
Si prevalecen los pensamientos y emociones negativas, no seremos capaces
de influir en los otros, ya que a nadie
le gusta estar cerca de un quejumbroso
o un envidioso profesional, las emociones son contagiosas y a los que son
gobernados por la ira, la envidia, el enfado, el miedo y el resentimiento, hay
que huirles como a la peste.
Finalmente, la mejor forma de influir
en los demás, es predicar con el ejemplo,
San Agustín decía: “La palabra convence, pero el ejemplo arrastra”. Hay que
respetar para ser respetado, practicar
las buenas maneras profesionales, es
decir, las reglas básicas de educación
y cortesía (buenos días, gracias, por
favor, con permiso, etc.)
El líder influyente es aquél que sabe
pedir disculpas cuando se equivoca,
reconoce sus errores, nunca regaña
delante de terceras personas, practica
la escucha activa, controla sus emociones, no se irrita con facilidad, sabe
escuchar, y nunca olvida, la regla de oro
de las relaciones humanas: “No hagas a
los demás, lo que no te gustaría que te
hicieran a ti”.
Maestra en Imagen Pública
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