Dr. Benjamín Gelis - Estudio Ton & Asociados

Anuncio
XXXVII ENCUENTRO DE INSTITUTOS DE DERECHO COMERCIAL
DE LOS COLEGIOS DE ABOGADOS DE LA PROVINCIA DE
BUENOS AIRES
MONTE HERMOSO, 5 / 6 de junio de 2003. -
TEMA: SOCIEDADES COMERCIALES.-
PONENCIA: Una próxima reforma a la ley de sociedades deberá
reconocer expresamente el derecho del director, administrador o
síndico, frente a la inactividad de la sociedad, a requerir directamente
que su renuncia sea debidamente inscripta por el ente oficial de
contralor con los alcances y efectos del art. 60 de la ley 19.550. -
DESARROLLO:
Dentro de nuestro cotidiano ejercicio profesional,
¿quién de nosotros no fue consultado alguna vez con respecto a las
consecuencias que podía aparejar la no inscripción de la renuncia de un
director o síndico societario en el registro respectivo que lleva el ente
oficial de contralor?. O más aún, Frente a la inactividad del órgano
societario receptor de la renuncia, ¿ existe un procedimiento establecido
para liberar al renunciante de las responsabilides objetivas emanadas
del cargo que ocupaba?
Una
compulsa efectuada ante la Inspección
General de Justicia permitió determinar que, sólo en el ámbito de la
ciudad de Buenos Aires y sin incluir similares organismos en el resto del
territorio nacional, se pueden contar por millares las presentaciones de
interesados para que se tome debida nota de sus renuncias como
directores o síndicos de sociedades anónimas, sin más posibilidades
que lograr un escueto “Agréguese a sus antecedentes”, lo cual, frente a
1
terceros, carece de eficacia alguna quedando a la interpretación judicial
su mayor o menor responsabilidad frente a la debacle de la sociedad,
ello siempre luego de verse involucrado en un engorroso procedimiento
que, en el supuesto de quiebra de la sociedad o conflicto dentro de la
órbita del derecho penal económico, no tendrá una solución efectiva –
no siempre positiva - hasta tanto se cumplan todos los recaudos del
ordenamiento procesal. En tanto ello ocurra, figurará en las bases de
datos, no tendrá irrestricta posibilidad de salir del país y estará afectada
su capacidad para ejercer cargos similares en otras sociedades no
obstante haber presentado su dimisión con antelación a los hechos
generadores del conflicto.
Resultan sumamente esclarecedores los
fundamentos del Fiscal de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial – que la Sala C hizo suyos – expresados en autos
“Inspección General de Justicia c/ Voermoil Feeds PTY Ltda” (exp.
137274/00, sentencia de fecha 22/6/2001) el cual, si bien fue elaborado
en oportunidad de una controversia relacionada con
una sociedad
extranjera actuante en el país, desde todo punto de vista luce aplicable
a todo tipo de entes societarios. Al respecto y luego de aclarar que la
cuestión se originó por el rechazo de la IGJ a la petición de inscripción
de la renuncia presentada por el representante societario, a quien no se
le reconoció personería para, per se, efectuar la publicación edictal e
inscripción de su desvinculación ante la falta de aceptación por parte de
la sociedad, me permito citar el siguiente párrafo del dictamen aludido
“... Una solución en contrario implicaría dar lugar a situaciones
inadmisibles, tales como, por ejemplo, que un representante deba estar
constreñido a investir de por vida esa función si la sociedad no se
expidiese sobre su renuncia; o más aún: no podría desvincularse del
2
ente aunque la sociedad le hubiere aceptado la abdicación, si esta no
designase un representante...” Esto último, de aplicación a las
sociedades mencionadas por el art. 118 de la ley 19.550, resulta
también de plena comprensión para las sociedades nacionales con
órgano de dirección unipersonal.
Es decir que – como está actualmente
legislado o reglamentada la cuestión -frente a la situación del
administrador que hace conocer en forma fehaciente su decisión
irrevocable de apartarse de la gestión para la cual fue designado,
renuncia que efectúa haciendo uso de un derecho legítimo, si la
sociedad
destinataria
no
acepta
expresamente
dicha
dimisión,
designando su reemplazante – en el caso de presidente del directorio
unipersonal – e inscribe las respectivas actuaciones en el ente
fiscalizador, el renunciante carece de toda acción para lograr la
eximisión de responsabilidades penales y patrimoniales por la actuación
posterior a su desvinculación, constreñido a la imposibilidad de requerir
la regularización efectiva, de efectos fundamentales frente a los terceros
contratantes con la sociedad
Es por ello que me permitiría sugerir se
prevea un procedimiento el cual, cumplido por el interesado sin obtener
resultados positivos, le confiera la facultad de presentarse directamente
ante el ente de fiscalización supliendo la inactividad de la sociedad.
Una posibilidad sería por ejemplo que,
presentada la renuncia en forma fehaciente, transcurridos noventa días
de su recepción (art. 267 de la ley de sociedades) o el plazo menor que
prescribiere el estatuto social sin que su renuncia fuere aceptada o
rechazada, o en caso de aceptación, la misma no fuere inscripta dentro
de los quince días posteriores (art. 39 Código de Comercio), el
3
renunciante posea el derecho de efectuar la petición directamente y,
previo traslado a la sociedad por parte del ente oficial, se ordene la
publicación edictal y la posterior toma de razón de la renuncia,
En el supuesto de sociedades anónimas de
directorio unipersonal, el renunciante deberá convocar a asamblea de
accionistas para presentar su dimisión, Realizada la misma o fracasada
por falta de quórum, se seguiría similar procedimiento al mencionado en
el párrafo que antecede según sea el caso.
Benjamín Gelis
Colegio de Abogados de Lomas de Zamora
4
Descargar