EL INTERNACIONALISMO DEL CHE1

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Revista Nuestra América
EL INTERNACIONALISMO DEL CHE1
Ariel Pefaur, Juventud Guevarista Chile
"No hay fronteras en esta lucha a muerte, no podemos permanecer indiferentes frente a lo que
ocurre en cualquier parte del mundo, una victoria de cualquier país sobre el imperialismo es una
victoria nuestra, así como la derrota de una acción cualquiera es una derrota para todos. El ejercicio
del internacionalismo proletario es no sólo un deber de los pueblos que luchan por asegurar un
futuro mejor; además es una necesidad insoslayable"
En Argel, Ernesto "Che" Guevara
"Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra
cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario"
Carta a sus hijos, Ernesto "Che" Guevara
Para Marx, la lucha de clases es la expresión fundamental de la sociedad capitalista y de
toda sociedad de clases. El Capital, desde que ha tomado cuerpo en la historia, se ha
desarrollado a nivel universal, tiene pues, la virtud de ser el primer régimen que se ha
generalizado mundialmente. En consecuencia, la lucha del proletariado por su
redención, tiene un carácter internacional por su contenido –con expresiones
particulares y desiguales de desarrollo– y no puede considerarse o hablarse de victoria
del proletariado mientras subsista la explotación del hombre por el hombre en alguna
parte del planeta. [1].
En ese sentido, el objetivo del presente artículo es desarrollar y exponer brevemente
sobre el internacionalismo proletario, abordarlo como núcleo de la revolución socialista,
como necesidad indispensable para el triunfo del proletariado y como imperativo moral
de todo revolucionario. Procuraremos señalar, entonces, los rasgos generales –sin
pretensión de caer en esquematismos estériles– teórico-prácticos del internacionalismo
de Ernesto Guevara.
Cabe señalar que dentro de una serie de artículos, discursos, mensajes, discusiones
políticas y cartas que nos lega el Comandante Guevara, podemos desentrañar que el
internacionalismo, es decir el objetivo de empujar e impulsar los procesos de lucha de
clases alrededor del mundo, no está separada de forma alguna de las diferentes aéreas
que recorre Guevara (la economía-política, fases de transición, lo político-militar y las
definiciones de la guerra revolucionaria, la teoría del poder, el partido y los cuadros
revolucionarios, etc.), estas esferas se encuentran interrelacionadas en un todo, que
contempla la perspectiva revolucionaria del triunfo mundial del socialismo, por ende,
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Este pequeño artículo fue escrito a modo de colaboración para la revista política de los compañeros del
Movimiento Guevarista Tierra y Libertad del Ecuador.
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esta intención debe estar presente antes, durante y después de conquistado el poder
para la revolución socialista.
Se suele pensar que el carácter que asume Guevara a la hora de teorizar acerca de la
revolución socialista, sobre su alcance mundial y contenido antiimperialista, tiene
relación con un profundo sentido ético de cómo se entiende la lucha socialista, junto el
sentimiento de cómo se siente la explotación de los demás pueblos, es decir en palabras
del mismo, "No se trata de desear éxitos al agredido, sino de correr su misma suerte;
acompañarlo a la muerte o a la victoria"[2]. Tal marco de la moral comunista del Che, es
correcta, pero hay que tener cuidado con dar por absoluto este precepto, es decir, dar
por estático y simplificar tal análisis ya que por sí solo no logra contener la profundidad
del sentido internacionalista que llega a comprender Guevara a lo largo de toda su vida
y obra revolucionaria.
Para el revolucionario argentino-cubano, no solo es un deber el llevar la revolución
socialista a cada rincón del mundo[3] –en la propuesta concreta del Che hay que llevar
la guerra revolucionaria a cada uno de los frentes en los que desenvuelva el enemigo de
clase– sino que también, constituye una tarea fundamental –independiente del periodo
que atraviese la lucha de clases, independiente de los desiguales niveles de conciencia,
de las correlaciones de fuerzas que se desarrollen en un determinado país, región y
continente– que deben asumir los cuadros revolucionarios para lograr la victoria.
Guevara no se hacía ilusiones, la lucha –señalaba– constará de flujos y reflujos
inversamente proporcionales[4] y agregaba que: "Habíamos predicho que la guerra será
continental. Esto significa también que será prolongada; habrá muchos frentes, costará
mucha sangre, innumerables vidas durante largo tiempo"[5], esto producto de la ardua
tarea que es el pensar –y dar el carácter transformador a tal– en la revolución a escala
mundial, incluso desde posiciones de avanzada –revoluciones socialistas triunfantes–
hacia todo el mundo[6]. Es por ende, junto con un deber, de carácter moral, junto con
una necesidad económica, de planificación, también, una tarea política, que no es sino
pensar en la conquista del poder y la abolición mundial del capitalismo[7].
Consideramos que tal idea está sustentada en una lúcida capacidad dialéctica de ubicar
las diferentes contradicciones del capitalismo y saber hacerlas parte de la táctica y la
estrategia de los revolucionarios para conseguir el objetivo de la Revolución Socialista,
liberar desde el punto de vista totalizante del proletariado a la sociedad que se sostiene
en la apropiación del plusvalor que generan los millones de trabajadores. Es decir,
Guevara entiende que detrás de una posición geoestratégica, de avanzada, existe un
quehacer esencial, este es el de dar continuidad al proceso revolucionario en todos los
países donde el capitalismo ejerza su poder contra a clase trabajadora. Incluso,
comprende que no se pueden formar organizaciones ni orientaciones hacia el
movimiento de masas, con el objetivo limitado de la conquista del poder en un solo país
(tesis sostenida por todo el campo “socialista” soviético).
Es decir, sin la comprensión de que la tarea esencial es la consolidación del poder
revolucionario en una región, en un continente y en el mundo, la tarea socialista queda a
medio traer, coja[8]. Si bien se puede sostener un proceso socialista, de forma aislada (la
Unión Soviética a la cabeza de Lenin en sus primeros años lo demuestra, lo mismo Cuba
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y como no señalar las revoluciones asiáticas, Vietnam, China etc.) por un periodo de
tiempo determinado (no nos corresponde determinarlo de forma exacta[9]) es
imperioso que tales posiciones tengan el objetivo de hacer avanzar las ruedas de la
revolución socialista. Dentro de este marco estratégico (para la conquista del Programa
Socialista) el aumentar la influencia revolucionaria, la coordinación de los sectores en
lucha nos abre un marco de maniobras políticas ofensivas inmenso, si es que es bien
aprovechado y que además exprese correctamente las tareas programáticas y
estratégicas que impone la lucha por el Socialismo.
No podemos permitir nuevamente (como lo señala Guevara) que en vez de disputar la
hegemonía al capitalismo se concilie con el imperialismo[10]. Cada lucha de la clase
trabajadora y los pueblos debe ser apoyada y fomentada por los revolucionarios desde
los diversos espacios en los cuales se encuentren, haciendo carne de la lucha de la clase
obrera en el mundo, como lo señala el Che en el mensaje a la Tricontinental "Atacar dura
e ininterrumpidamente en cada punto de confrontación, debe ser la táctica general de los
pueblos".
En estos últimos párrafos hemos señalado también una cuestión imprescindible, el
marco internacional dentro del cual se desarrolla la práctica revolucionaria del Che. El
escenario político al que se ve enfrentado Guevara, es por lo menos favorable en
relación al cual nos encontramos hoy, es decir la correlación de fuerzas mundial de las
fuerzas socialistas era al menos un tercio del planeta, por lo tanto, la tarea de conquistar
el poder para la independencia de los países y para la Revolución Socialista era una
orden que no se alejaba de tal quehacer.
Existía una situación mundial de tensión –pese a los intentos de conciliar intereses, de
coexistir pacíficamente–, la lucha de clases se había polarizado como nunca antes,
adquiría una forma cruenta en diversos países del mundo, aunque principalmente en los
países capitalistas dependientes.
El Che, era un revolucionario sin miedo a la polémica y utiliza la tribuna que le da el
gobierno cubano para denunciar el carácter rapaz del imperialismo y de sus organismos
políticos internacionales en diferentes medios[11]. Guevara, también toma ribetes de
hereje, ya que plantea una crítica profunda hacia la política internacional de
coexistencia pacífica, de la mantención de la ley del valor y –lo más tenso– del
intercambio mercantil con países en la lucha por su liberación nacional y social[12].
Aquí se plantea una cuestión clave, y es que Guevara considera que existen una serie de
condiciones objetivas -principalmente- en los países capitalistas menos favorecidos por
el patrón de acumulación mundial de capital y el grado de desarrollo de las fuerzas
productivas, nos referimos a Asia, África y América Latina. El Che, a partir del análisis
del capitalismo en su conjunto, comprende que los eslabones más débiles del
capitalismo se encuentran en los tres continentes oprimidos y que pese a las
particularidades, las excepcionalidades[13] de cada país y región, la lucha de clases
tenderá a adquirir un carácter político-militar, de guerra revolucionaria, terreno en el
cual podrá definirse la victoria de la revolución socialista. [14]
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Además, en correspondencia con el análisis objetivo de la situación global y el
desarrollo desigual del capitalismo a nivel internacional, el Che comprendía que las
relaciones de dependencia económica, sólo podrían ser destruidas mediante la
revolución socialista. No se trataría pues, de desarrollar el capitalismo en el Tercer
Mundo, sino de destruirlo, en forma y contenido, por acción heroica del proletariado.
Es en este sentido, en el cual Ernesto Guevara, de forma aguda y también adelantada
quizás a su tiempo –para algunos presurosamente, infantilita y aventurista- comprende
por las ansias de entregar un mejor porvenir a los millones de explotados en el mundo,
que no se podía esperar a ver como los pueblos en armas luchaban aislados por la
construcción de una sociedad más justa, como hacían frente al enemigo principal de la
lucha socialista –el imperialismo yanqui–; para el Che y el guevarismo, quien ostente
llamarse revolucionario no puede ser indiferente de ninguna forma a la guerra
internacional que lleva a cabo el imperialismo sobre los pueblos trabajadores del
mundo, pues "toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un
clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los
Estados Unidos de América"[15].
Por ende y en vista de que existía una capacidad orgánica y material de poder
acompañar tales luchas, es que Cuba y el Che emprenden la tarea de acompañar,
orientar y estar en diversos procesos de lucha que dan los pueblos del mundo, durante
los años sesenta, setenta y ochenta. Comprenden que la planificación de las tareas
socialistas deben estar en la coordinación de las fuerzas revolucionarias, en no perder el
horizonte de que el imperialismo no dejara que de igual forma se desaten procesos
revolucionarios, y que una correcta unidad de los revolucionarios previo a periodos más
agudos de la lucha de clases, con mayores niveles de radicalidad del movimiento de
masas, nos debiera permitir poder adelantarnos a tal situación. No es un recetario, sino
la tarea de que la construcción del comunismo, y la cruenta y sangrienta mantención del
poder revolucionario socialista, sostenido en la dictadura democrática del proletariado,
tiene que tener una perspectiva universal.
Tal proceso es parte del desarrollo integral de la conciencia de clase del proletariado, el
entenderse como parte de una clase trabajadora mundial, incluso de que el capitalismo
responde a un patrón de acumulación mundial, en el cual la fuerza de trabajo empleada
por un obrero de Camboya, con uno de Somalí, uno de Bosnia y de Argentina son parte
de un mismo proceso de enriquecimiento de unos pocos a costa de millones y que por
ende tal lucha no puede ser aislada, fragmentada, parcelada, sino que debe ser mundial,
sostenida por el proletariado internacional, y por la orientación revolucionaria que
comprenda que tal tarea –no exenta de derrotas en el pasado y en el futuro- debe ser la
senda correcta que alumbre la victoria, no parcial, sino total del socialismo
Por lo tanto, es una tarea a la orden del día, y de la cual como guevaristas en Chile nos
hacemos parte, es necesario, desde ya, pensar y transformar en un horizonte estratégico
la revolución socialista a escala mundial -como preámbulo de la supresión de las clases-,
forjar un gran ejército del proletariado, articular y asumir la unidad de los
revolucionarios en base a un programa y una estrategia, único sustento sólido y real
sobre el cual desarrollar la revolución socialista en Nuestra América, desarrollando la
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confrontación de las clases sociales, en función de la hegemonía obrera, combatiendo a
los conciliadores de clases, para poder llevar a todos los lugares en los cuales exista la
explotación y la enajenación: la praxis revolucionaria.
[1] Recomendamos al lector, en ese sentido, por ejemplo las apreciaciones de Marx en el Manifiesto
Comunista ( Ver Obas Escogidas en tres tomos, Editorial Progreso Moscú, tomo I pág., 119-121) en
Crítica al Programa de Gotha (Ibídem , tomo II pág., 18-19), y dice en un discurso para "People's
Papers" (El periódico del pueblo) respecto al papel histórico mundial del proletariado, "revolución
que significa la emancipación de su propia clase en todo el mundo, y que es tan universal como la
dominación del capital y la esclavitud asalariada" (tomo I, pág. 514).
[2] Mensaje a la Tricontinental, en Ernesto Che Guevara, Obra Revolucionaria, ediciones ERA, pagina
642.En este mismo sentido Che suele parafrasear al "Apóstol" de la revolución cubana José Martí
"Todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre."
[3] Ibídem página 648
[4] Ver Guerra de Guerrillas: Un método, En Obra Revolucionaria, ediciones ERA, página 560
[5] Ibídem página 562
[6] En Táctica y Estrategia para la revolución en Latinoamérica se puede encontrar que Guevara
señala la importancia que tiene las posiciones de avanzada -en ese caso Cuba- en el marco
geoestratégico, pero que estas deben tener la proyección de hacer avanzar la revolución mundial, es
decir cumplir el rol de vanguardia, de guiar a los demás sectores atrasados en los procesos
revolucionarios, subvertir las condiciones subjetivas. Ver Obras Escogidas Ernesto Che Guevara,
Tomo II, Ciencias Sociales La Habana paginas 466-479.
[7] Tales esferas (como superación de la dicotomía estructura-superestructura) están relacionadas
unas de otras en diferentes niveles, en un proceso único y dinámico del cumplimiento de las tareas
políticas, económicas, ideológicas del socialismo.
[8] En Mensaje a la Tricontinental (documento emanado desde la selva boliviana, a poco tiempo de
la posterior muerte del Che), Ernesto señala un ejemplo de cómo se puede materializar la
coordinación revolucionaria, allí indica que esta puede tomar la forma de una Junta de Coordinación.
Más adelante tal tesis la llevaran adelante organizaciones revolucionarias del Cono Sur de América
Latina, en una efímera coordinación internacionalista, la denominado Junta Coordinadora
Revolucionaria (JCR)
[9] El mismo Che señala, "No podemos decir cuándo va a durar esta lucha. Son luchas muy largas, o
procesos a veces muy lentos, de sacrificios muy grandes, pero que van acumulando, en formas
geométricas, las fuerzas del pueblo". En Obras Escogidas Tomo II, Solidaridad con Vietnam del Sur,
pagina 482.
[10] Este planteamiento es parte de la polémica de Guevara que sostiene a mediados de los sesenta
con la Republica Popular China y la Unión Soviética, que es materializada en el año 64 en un discurso
durante un seminario económico en Argel. Obras Escogidas, Tomo II, Ernesto Che Guevara paginas
543-554.
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[11] En Ginebra, Obras Escogidas, Tomo II, página 491
[12] Para las polémicas teóricas se puede revisar El gran debate, editorial Ocean Sur, en el que Che,
Mandel, Bettelheim entre otros dan una discusión en cuanto al carácter de la transición socialista.
Respecto al punto de vista de la política internacional es interesante la crítica que hace Guevara, ya
que en el Informe de un viaje a los países socialistas (véase en Obra Revolucionaria, paginas 319332) se podría presenciar una contradicción con las críticas planteadas más adelante, en tal informe
el Che se muestra muy conforme con el trato de los países socialistas, la clave está en que en
Discurso en Argel y en el mensaje a la Tricontinental, da una extensa crítica de que no basta con ser
solidarios económicamente con Cuba, sino que 1) de fijar precios favorables para todos los países
atrasados y que están en píe de lucha, 2) que en materia militar es insólito que se venda al mismo o
igual precio que los demás capitales burgueses 3) como señalábamos mas arriba no se trata de
desear éxito sino de correr la misma suerte y 4) por último que hay que dar una comprensión
universal de las luchas de los demás pueblos, por ejemplo en África, el caso de Vietnam y
anteriormente de Corea del Norte, es decir la solidaridad no pasa solo por Cuba.
[13] El Che Guevara escribe sobre este tema de forma profunda -no extensa necesariamente- en el
artículo Cuba ¿excepción histórica o vanguardia de la lucha anticolonialista?, revisar en Obra
Revolucionaria, ediciones ERA, paginas 515-527.
[14] En Táctica y Estrategia para la revolución en Latinoamérica como en el mensaje a la
Tricontinental, Che señala en diversos pasajes las nulas posibilidades de que triunfe una revolución
socialista sin el uso de la lucha armada, incluso es enfático en señalar que mediante la lucha pacífica
"a lo más se lograría la captura formal de la superestructura burguesa" (página 468 Obras Escogidas
Tomo II). La historia de la lucha de clases en América latina especialmente se ha encargado de darle
la razón
[15] Mensaje a la Tricontinental, Ibídem, pagina 650.
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