CONCLUSIONES FORO 5, VICIOS DE LA DECLARACIÓN DE VOLUNTAD: ERROR Y DOLO. ERROR: El error es el consentimiento equívoco o inexacto de la realidad, el cual consiste en creer cierto lo que es falso o falso lo que es cierto. El error puede referirse a las calidades o composiciones físicas de la cosa; a las calidades o funcionalidad de la cosa o a LA IDENTIDAD DE LA PERSONA DEL CONTRATANTE, en aquellos contratos que se celebren en atención a las cualidades del sujeto; llamados contratos intuito personae como la donación entre vivos, el contrato de servicios profesionales, mandato, agencia, distribución, la constitución por medio de contrato de usufructo, uso, habitación. (Error obstativo)1 Marcel Planiol / Georges Ripert en su Obra Derecho Civil, afirman que “Para ser plenamente eficaz la voluntad debe ser libre y consciente. Cesa de ser libre si el consentimiento de una de las partes se obtuvo por violencia. Deja de ser consciente si esta voluntad se emitió por error; cuando el error es fortuito, se le deja el nombre de ERROR; cuando es el resultado de un ENGAÑO, se dice que hay DOLO”. La equivocación debe ser espontánea (no inducida) excusable (debida a una circunstancia que la justifica) y debe haber constituido el motivo determinante de la contratación En el caso planteado, que no es ficción sino sucede a diario a nivel nacional, de las preguntas formuladas se deduce que el análisis debe centrarse en el contrato de servicios profesionales, aunque son elementos que contribuyen, es irrelevante establecer cuál es el defecto que adolece la escritura por la cual el Registro General de la Propiedad lo ha suspendido. Igualmente, carece de relevancia el actuar de los otros profesionales. Discriminado los elementos irrelevantes, cabe preguntarse: ¿será que el cliente consintió por error? ¿Se dan en su conducta los requisitos de ser una equivocación espontánea, excusable y determinante de la contratación? En principio, dado a los comentarios de las personas de la comunidad es posible que el cliente estuviera espontáneamente errado en cuanto a la calidad profesional de “Y”; en principio pudo ser excusable pues era conocido por todos como “profesional”, sin serlo y aceptado, por tal razón el cliente contrató con “Y”, la calidad de “Y” fue determinante de la contratación. Sin embargo, desaparecen estos requisitos al analizar la conducta del supuesto profesional: “omite aclarar, indicar o hacerle ver al cliente que no era notario a pesar que todos así lo conocían; por orgullo o vanidad”. Lo cual ya no interesa. 1 AGUILAR GUERRA VLADIMIR, “El Negocio Jurídico”, pág. 129. DOLO: es, al tenor del artículo 1261 del Código Civil, toda sugestión o artificio que se emplee para inducir a error a otro o mantener en él a una de las partes. Según la doctrina citada por el autor, también se incluye como elemento del dolo la astucia, el engaño, la maniobra o maquinación para inducir a error. Puede ser una conducta activa o pasiva y recaer sobre el motivo determinante del negocio. Ejemplo 1: (dejando de lado las implicaciones de otro orden) Dos personas estudian las fincas en el Registro General de la Propiedad, determinan cuáles no están inmovilizadas, cuáles no están hipotecadas ante banco (pues las hipotecadas ante banco se necesita su autorización para volver a hipotecar, lo cual torna más difícil el engaño) falsifican documentos tanto testimonios como documentos de identidad para aparecer frente a las personas como propietarios de cierto bien inmueble. Adoptan el nombre del propietario y otorgan compraventa del inmueble. Aquí hay un engaño, una maquinación que parte del estudio de la finca y la elaboración de los documentos para inducir a error al comprador. Si la conducta de los supuestos propietarios incluye también el escaneo de documentos para que a la vista de cualquiera parezcan legítimos, es astucia2. En este ejemplo, hay toda una conducta activa con objeto de inducir a error al posible comprador y mantenerlo en él. Y por tanto, el negocio es anublable. Ejemplo 2. Una persona que tiene algunos conocimientos de derecho, ha sido procurador de abogados y ha acompañado a algunos a celebrar matrimonios, empieza a difundir en la comunidad que él puede “hacer matrimonios”; le expone a un amigo que sí es abogado y notario que por necesidad y siendo que muchas personas le piden que “les haga trabajos”, le solicita le firme y le selle esos trabajos, el graduado acepta (es irrelevante la conducta del graduado en lo siguiente). Entonces esta persona adopta el nombre del graduado, firma los documentos pero usa el sello del graduado porque al momento que las personas investiguen establecerán que sí es graduado y colegiado activo. Sin serlo. Aquí también hay conducta activa, maquinación y astucia para inducir a error a las personas que contraten con él. Por consiguiente, hay dolo de su parte y el contrato de servicios profesionales, es anublable. En el caso planteado en el foro, debe preguntarse: ¿hubo conducta activa de “Y”? ¿hubo maquinación, engaño o astucia? ¿Cuál es ese engaño? 2 . Por ello, esta conducta también se tipifica como estafa porque para que ésta se tifipifique debe haber “ardid o engaño”. “Y” al callar, al evitar decirle al cliente que no es abogado y notario, que si bien así lo conocen en la comunidad, él no lo es y que por lo tanto carece de aptitud para autorizar instrumentos públicos; está efectuando una conducta pasiva, una omisión dolosa, ya que no informa al cliente de dicha circunstancia, lo que la induce a error. Si el cliente hubiera conocido esa circunstancia, no hubiera celebrado el contrato de servicios profesionales. O podría haber aceptado, en cuyo caso ya no podría alegar dolo porque ya estaba enterada y aún así aceptó. En el caso entonces, hay RETICENCIA (omisión dolosa) y no error, porque, si bien los dos consisten en una falsa apreciación de la realidad; en el error, la equivocación es espontánea, sin que nadie la induzca; mientras que hay dolo cuando una de las partes valiéndose de algún artificio, engaño, sugestión, astucia o maniobra hace incurrir en error o mantiene en él a la otra parte ya sea en forma activa o pasiva, omisión dolosa o reticencia. (Artículo 1261 y 1263 Código Civil). Ejemplo de reticencia, (omisión dolosa) cuando una persona está vendiendo su vehículo porque ya le causa muchos problemas; sin embargo, omite declarar al comprador esta circunstancia y que ese es el verdadero motivo por el que lo vende. Al contrario, lo endereza, lo pinta y lo hace parecer atractivo. En el juicio de anulabilidad del caso planteado u otro similar podrían alegarse cualquiera de los dos vicios, pero deberán argumentarse adecuadamente y probarse; y ya quedará en el juez establecer cuál de los dos vicios se produjeron en base a la argumentación y a las pruebas rendidas. El riesgo es que, si se hace una argumentación sobre ERROR y se prueba DOLO, la demanda será declarada sin lugar. Lo mismo sucede si se alega DOLO y prueba RETICENCIA. Cualquiera que sea el caso, se puede perder la posibilidad de demandar por la verdadero vicio al haberse perdido tiempo discutiendo uno diferente.