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MEDIO AMBIENTE
GASES DE EFECTO INVERNADERO (GEI)
Cuando las vacas
cambian el clima
Las emisiones de gases de efecto invernadero son responsables del calentamiento
global, y provienen en gran medida de las actividades agrícola-ganaderas.
Desde el INTA Castelar buscan concientizar sobre sus efectos.
E
l cambio climático es una de las
amenazas más fuertes que hoy
afecta al planeta, y según los
estudios realizados, la variación
en los patrones térmicos podría
incrementar la temperatura de la tierra entre
dos y tres grados centígrados.
En 1995 y por primera vez, alrededor de
2.500 científicos coincidieron en afirmar
que las emisiones de GEI (Gases de Efecto
Invernadero) originadas en las
actividades humanas eran
las responsables
del cambio climático. Por lo
tanto, la cuestión ya no es más
si los humanos
estamos alterando el
clima mundial, sino dónde, cuándo y en qué
medida lo estamos haciendo. Ahora se sabe
que, para prevenir la ocurrencia de cambios
catastróficos en el clima de la Tierra, hay que
reducir las emisiones de GEI.
Pero, ¿qué es un GEI? La atmósfera
terrestre está compuesta principalmente por
nitrógeno y oxígeno y contiene pequeñas
cantidades de hidrógeno, helio, argón, neón
y otros gases. Algunos de estos últimos, tales
como el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), son los principales gases de efecto
invernadero. Un GEI atrapa la radiación
infrarroja (calor) en la atmósfera, lo que
genera el calentamiento del planeta
y un fenómeno muy beneficioso: sin
él, la Tierra tendría una temperatura de 18°C menos y sería incapaz
de mantener la vida tal como las
conocemos.
Los GEI tienen diferente capacidad de
calentamiento, basada en su impacto radiactivo y su duración en la atmósfera. El gas de
referencia tomado como unidad es el CO2 y el
potencial de calentamiento global se expresa
en millones de toneladas de carbono equivalente (MTCE según siglas en inglés). El metano (CH4) tiene un potencial de calentamiento
21 veces mayor que el CO2 mientras que el
óxido de nitroso (N20) es 310 veces mayor.
En el marco de una visita al campo experimental que la División de Nutrición Animal
de la Asociación de Cooperativas Argentinas
(ACA), posee en General Gelly, Santa Fe, se
pudo conocer qué se está haciendo en el país
en materia de monitoreo de las emisiones.
Luego de que el Médico Veterinario Alejandro
Lis demostrara el funcionamiento y los resultados del sistema Ruter, fue el turno del Dr.
Guillermo Berra y su equipo de profesionales
del INTA Castelar abocados a la tarea de medir
los GEI. “Las actividades antropogénicas producen el aumento excesivo de la temperatura
y también incrementan los eventos extremos,
como las sequías e inundaciones en cantidad y
magnitud”, explicó Berra quien junto a la Ing.
Laura Finster, la Ing. Agr. Silvia Valtorta y el
Ing. en Producción Animal, Ricardo Bualo,
realizaron una serie de presentaciones y la
actualización del convenio de vinculación que
tiene el CICVyA (Centro de Investigación en
Ciencias Veterinarias y Agronómicas) INTA
Castelar y la División Nutrición Animal de
ACA que están determinando el efecto del
Ruter en las emisiones de GEI.
¿COMO INFLUYE
LA GANADERÍA?
Las actividades agrícolas y ganaderas
contribuyen directamente a la emisión de los
gases de efecto invernadero. Según el estudio
realizado por el INTA Castelar la mayor parte
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IMPACTO GANADERO
n Las actividades agropecuarias fueron
responsables del 41% de la emisión de
GEI. La mayor parte de estas son ocasionadas por la ganadería (35%) que,
después del sector energético, es la
actividad más emisora.
n En el sector ganadero, el óxido nitroso producido por el estiércol desde los
campos de pastoreo aporta cerca del
43% de las emisiones de gases medidas en carbono equivalente. El resto,
casi en su totalidad, es metano, producto de la fermentación entérica. En
ambos casos, cerca del 95% de las emisiones son ocasionadas por el ganado
bovino.
de estas emisiones es ocasionada por la ganadería que, después del sector energético, es la
actividad más comprometida, ya que aporta el
35 por ciento de GEI totales del país. “Conocer
esta influencia obliga a comprometernos más
en la defensa de nuestro planeta”, advirtieron
los especialistas.
Desde la actividad ganadera se produce
la emisión de metano y óxido nitroso como
consecuencia de la fermentación entérica y
las excreciones de los animales. La producción de metano es una actividad normal en el
proceso digestivo de los animales, en la que
los microorganismos presentes en el aparato
digestivo fermentan el alimento consumido
por el animal. Este proceso produce metano
como un subproducto, que puede ser exhalado o eructado por el animal. Entre las especies
ganaderas, los rumiantes son sus principales
emisores.
Por otra parte, el óxido nitroso se produce
naturalmente en los suelos. Varias actividades
agropecuarias agregan nitrógeno a los suelos,
incrementando así la cantidad de este elemento que está disponible para la nitrificación y
denitrificación y, por lo tanto, también la cantidad de óxido nitroso emitido.
Estas actividades actúan tanto en forma
directa como indirecta. “Las emisiones directas son las que corresponden al óxido nitroso
que se produce a partir del estiércol y la orina
de los animales, que no se utilizan como fertilizantes ni se tratan de ninguna manera, sino
que quedan depositados sobre las pasturas o
campos naturales”, explicaron. Por su parte,
las indirectas son las excretadas por los animales. “Mediante la volatilización, parte de
este nitrógeno entra a la atmósfera en forma
de amoníaco y óxidos de nitrógeno, luego
retorna a los suelos por deposición atmosférica, así aumenta la producción de óxido nitroso. Otra parte se pierde de los suelos a través
del escurrimiento superficial y la lixiviación,
uniéndose a los sistemas de aguas subterráneas y superficiales, y emite una proporción
de óxido nitroso”.
SACANDO CUENTAS
De acuerdo a las Comunicaciones
Nacionales de GEI, Guillermo Berra y Laura
Finster dejaron en claro la importante influencia de la ganadería en las emisiones de gases
de efecto invernadero a lo largo de los últimos
años. Según los datos presentados en 1997, las
emisiones de metano fueron de 98.678 toneladas, que eran 4,7% inferiores a las registradas
en el ’90 y 17,3% a las de 1994. Con respecto a
las emisiones de óxido nitroso, en 1997 fueron
de 833 toneladas, un 73% más que las registradas en 1990.
En el 97, las actividades agropecuarias
fueron responsables por la emisión de 31,4
MTCE de GEI, es decir, aproximadamente
el 41% del total del país. “En particular la
ganadería representa el 35% de aporte a las
emisiones totales de Argentina”, remarcó
Guillermo Berra.
Ante la necesidad de conocer fehacientemente el promedio de emisión por vaca, el
INTA Castelar desarrolló la manera de medir
Ing. en P.A. Ricardo Bualo, Ing. Laura Finster, Dr.
Guillermo Berra e Ing. Agr. Silvia Valtorta.
“Producir mAs
y mejor reduce
las emisiones”
E
n el programa de radio “Rincón
Tambero”, el Dr. Guillermo Berra
explicó que en el mundo y en la
Argentina, la producción de metano
de los bovinos, que si bien es un hecho
fisiológico, influye directamente en el
cambio climático. “La Argentina aún no
tiene la obligación de reducir sus emisiones, como si lo tiene que hacer Nueva
Zelandia, pero en algún momento nos
pedirán que lo hagamos”, aseguró. “Es
importante que esto se trate con total
seriedad y que el productor tome conciencia”.
la cantidad de metano que emite el animal e
implementó un sistema mediante el cual es
posible registrar los GEI a través de Internet,
“on line”, durante las 24 horas. Paralelamente
la Ing. Silvia Valtorta presentó los resultados
de una experiencia que el equipo que dirige
el Dr. Berra realizó en el INTA Castelar, en el
que las emisiones de Ruter emitieron un 13%
menos de metano entérico.
Ivonne Guevara
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