Capacidades y legitimaciones en el proceso civil

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SEccIÓv JURISPRUDENCiA
Capacidades y
legitimaciones en el
proceso civil
Lürena Cascante Redín
La intervención de las personas a un proceso está sometida a
ciertos requisitos con los que deben cumplir cada una de ellas.
Este es un estudio preliminar y con análisis de fallos, de la legit
imación procesal o en el proceso.
A la Corte Suprema de Justicia le compete el control
de la legalidad de las resoluciones de los juzgadores de
instancia. Este control lo ejerce a través de sus fallos, dic
tados como Tribunal de Casación.
En reiterados fallos de la Primera Sala de lo Civil y
Mercantil podemos ver que los Magistrados se han visto
en la necesidad de precisar dos conceptos de uso muy fre
cuente en el debate procesal: el de la ilegitimidad de per
sonerfa y el de falta de derecho del actor o ilegítimo con
tradictor. Es que los tribunales y jueces inferiores tienden,
en muchos casos, a considerarlos como sinónimos.’
Estos conceptos tienen vinculación directa con la in
tervención de las partes en el proceso civil, por lo que, pa
ra comprenderlos en su correcto alcance, haremos un bre
ve recorrido a través de los requisitos con los que deben
cumplir las personas que intervienen en un proceso y cu
ya falta u omisión puede influir en la validez del proceso
o en la eficacia del resultado procesal.
LA ILEGITIMIDAD DE PERSONERÍA
Según el artículo 355 del Código de Procedimiento
Civil, la legitimidad de personería es una solemnidad sus
tancial común a todos los juicios e instancias. En nuestro
ordenamiento jurídico no se la define, sin embargo la ley
establece que la falta de legitimación de personerfa (ilegi
timidad de personería) se produce por:
a) incapacidad legal; o
b) falta de poder, que será motivo de una excepción dila
toria (artículo 104 del Código de Procedimiento Civil).
LA FALTA DE DERECHO DEL ACTOR (AcTIvA)
o
ILE
GÍTIMO CONTRADICTOR (PASIVA)
Respecto de la falta de derecho del actor o ilegítimo
contradictor, el Código de Procedimiento Civil no con
templa una norma específica destinada al tema, no se la
señala como excepción, ni dilatoria (artículo 104 CPC), ni
perentoria (105 CPC) y tampoco como presupuesto o so
lemnidad sustancial para la validez del proceso (artículo
355 CPC).
Sin embargo, en varias normas, y en especial en aque
llas relativas a juicios especiales, encontramos referencia
al derecho del actor para ejercer la acción o presentar la
demanda correspondiente, y contra quién debe dirigirse
esa demanda en calidad de demandado.
Así por ejemplo, en el Código de Procedimiento Civil
en la Sección 14a. Del Juicio de Alimentos, el artículo
735 dice: “Propuesta la demanda de alimentos, el juez
concederá el término de cuatro días, para que se acrediten
el derecho del demandante y la cuantía de los bienes del
demandado...”, y el artículo 739 ibídem: “En los juicios
sobre alimentos legales, si la parte actora fuere la madre
de un menor de edad o de un demente que se halle bajo su
cuidado, podrá comparecer en juicio, por sí misma, cual
quiera que sea su edad, para demandar dichos alimentos
para su hijo, al padre de éste o a cualquiera otra persona
que tenga obligación de suministrarlos”.
En un proceso contencioso, generalmente la persona
que comparece físicamente al proceso es aquella a la que
se atribuye los efectos jurídicos del proceso. Pero es fre
cuente también que la persona que comparece físicamen
te al proceso no es aquella a quien se atribuye los efectos
jurídicos del proceso. Un ejemplo: el procurador judicial
comparece ajuicio y es él quien comparece físicamente al
proceso y realiza los actos procesales; pero los efectos ju
rídicos del proceso se atribuyen al mandante que otorgó la
procuración judicial. Por esto, en nuestro análisis hare
mos la distinción entre: 1.- la persona a quien se atribuyen
los efectos jurídicos del proceso; y 2.- la persona que
comparece físicamente al proceso y realiza los actos pro
cesales. Ahora bien, para que la intervención de estas per
sonas sea eficaz y surta los efectos jurídicos deseados por
ellas, deben cumplir con ciertos requisitos: la persona a
quien se atribuyen los efectos jurídicos debe tener capaci
dad para ser sujeto de derechos y legitimación en la cau
sa; mientras que la persona que comparece físicamente al
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Capacidades y legitimaciones en...
proceso y realiza los actos procesales debe tener capaci
dad procesal y legitimación procesal.
1.
DE LA PERSONA A LA QUE SE ATRIBUYE LOS
EFECTOS JURÍDICOS DEL PROCESO
Empezaremos por analizar los requisitos de quien, pe
se a no comparecer fisicamente o directamente al proce
so, es la persona a la que se atribuye los efectos jurídicos
del proceso: es decir quien se beneficia o perjudica con el
resultado procesal. Estos requisitos son la capacidad para
ser sujeto de derechos y la legitimación en la causa.
Capacidad para ser sujeto de derechos
La capacidad para ser sujeto de derechos existe cuan
do se presentan ciertas circunstancias intrínsecas a la per
sona. Estas circunstancias son el hecho del nacimiento,
cuando la persona es natural, según el artículo 60 del Có
digo Civil que establece “El nacimiento de una persona
fija el principio de su existencia legal, desde que es sepa
rada completamente de su madre”; y el reconocimiento,
otorgándole personería, cuando la persona es jurídica.
El autor ecuatoriano Alfonso Troya Cevallos opina:
“La capacidad de comparecer en juicio tienen (sic) todas
las personas naturales y jurídicas por el hecho de existir”
(Troya Cevallos: 297). Se podría vincular las circunstan
cias requeridas para ser sujeto de derechos con las reque
ridas para ser parte procesal, y así estar vinculada por los
efectos jurídicos del proceso. Sin embargo, pueden con
currir como partes ciertos patrimonios, a pesar de no te
ner la condición de sujetos de derechos: la herencia ya
cente o la masa de bienes de la quiebra o concurso.
Pero, ¿qué sucede si falta esta capacidad? Por ejem
plo, si comparece en juicio una persona en representación
de una persona fallecida, o en representación de una per
sona jurídica que no tiene personería jurídica.
La capacidad de quien se beneficia o perjudica de los
efectos jurídicos de un proceso es un presupuesto indis
pensable para su validez, por lo que su ausencia es causa
de nulidad insubsanable. Igual sucede respecto de la au
sencia de dicha capacidad en la persona contra quien se
inicia un proceso, por ejemplo si se demanda a una perso
na fallecida o que nunca existió.
Sin embargo, obsérvese que la ley establece la presun
ción de existencia de esta capacidad pero, por tratarse de
una presunción simple, admite prueba en contrario.
La resolución del juez que rechaza la demanda por au
sencia de esta capacidad tendrá el carácter de interlocuto
ria o inhibitoria, la misma que no produce efectos de co
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sa juzgada.
En cuanto a las alternativas que tiene la contraparte
para oponerse en un proceso que padece de un defecto por
falta de capacidad, tenemos las siguientes:
a. la oposición de excepción de ilegitimidad de personería;
b. la reclamación de existencia de ilegitimidad de perso
nería a través de los recursos;
c. la presentación de incidentes;
d. la acción de nulidad de sentencia (artículo 303, nume
ral 2)
La doctrina moderna establece que la ilegitimidad de
personería se produce únicamente cuando falta el vinculo
que justifique la legítima intervención de un representan-
a.
te legal o de un procurador. Sin embargo, en nuestro or
denamiento legal y en virtud de la norma recogida en el
artículo 104 del Código de Procedimiento Civil, la ilegi
timidad de personería se produce, no sólo por falta de po
der, sino también cuando quien comparece lo hace sin ca
pacidad legal.
Esta es, entonces, una primera aproximación al con
cepto de ilegitimidad de personería.
b. Legitimación en la causa
La legitimación en la causa, al contrario de la capacidad,
no es parte de la naturaleza íntima de la persona a quien
se atribuye los efectos jurídicos del proceso. Es más bien
un requisito extrínseco a ella y consiste en la necesidad
de que entre esta persona y el objeto del proceso concre
to exista algún vínculo que “legitime” la intervención de
tal sujeto, permitiendo que la sentencia dictada dentro de
un proceso surta plenos efectos.
Esta vinculación que deben tener las partes con el ob
jeto del proceso (o con la relación jurídica sustantiva que
sobre éste recae) habilita a una de ellas para asumir la po
sición de actor y coloca a la otra en la necesidad de sopor
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tar la carga de ser demandado.
El autor ecuatoriano Cruz afirma que son las leyes
sustantivas y adjetivas las que exigen que en el proceso
comparezca a contradecir la parte que reúna ciertas carac
terísticas y represente los derechos que invoca. Cita como
ejemplo el siguiente: “es legítimo contradictor en la ac
ción o en la excepción, cuando de los asuntos de una su
cesión indivisa se trate, todo herederos de la persona di
funta, sin cuya presencia no puede discutírselos válida
mente”. (Cruz Bahamonde : 130) El caso expuesto por
Cruz es un típico caso de litisconsorcio necesario, en el
que se requiere necesariamente la comparecencia de va
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rias personas, sea como actores o como demandados.
La falta de legitimación en la causa puede afectar tan
to al actor como al demandado: en el primer caso es acti
va y en el segundo, pasiva.
Pero, ¿qué sucede si falta la legitimación en la causa?
La legitimación en la causa no es presupuesto de la vali
dez del proceso, sin embargo lo es de la sentencia de fon
do o de mérito, por lo que su falta impide al juzgador pro
nunciar sentencia de fondo. La resolución del juez que re
chaza la demanda por falta de legitimación en la causa
tendrá el carácter de interlocutoria o inhibitoria, por lo
tanto no produce efectos de cosa juzgada, lo cual permite
que, una vez subsanado el defecto, pueda plantearse la ac
ción nuevamente.
5 En cuanto a las alternativas que tiene
la contraparte para oponerse a un proceso en que existe
falta de legitimación en la causa éstas son:
a. excepción de falta de derecho del actor (activa) o ex
cepción de ilegítimo contradictor (pasiva)
b. opciones a través de los recursos
Obsérvese que la falta de legitimación en la causa no
es presupuesto de la acción de nulidad de sentencia.
2.
DE LA PERSONA QUE COMPARECE DIRECTA
MENTE AL PROCESO Y REALIZA LOS ACTOS
PROCESALES
La persona que comparece directamente al proceso,
puede al mismo tiempo ser a la que se atribuya los efec
Capacidades y legitimaciones en...
tos jurídicos del proceso. Pero puede suceder también
que sean personas diferentes: una, la que físicamente
comparece al proceso y otra, la que se atribuya los efec
tos jurídicos.
El sujeto que físicamente comparece al proceso debe
reunir dos requisitos: capacidad procesal y legitimación
procesal.
a. La capacidad procesal
Consiste en la aptitud que debe tener la persona que
comparece al proceso por sí mismo y que existe cuando
se presentan ciertas circunstancias intrínsecas al mismo.
Esas circunstancias son haber cumplido 18 años, cuando
es persona natural, y tener representante legal cuando es
persona jurídica. Pese a que todas las personas -por el he
cho de su existencia- tienen capacidad jurídica no todas
pueden intervenir personal, directa e independientemente
en un proceso.
Esta capacidad procesal para comparecer en un proce
so por sí mismo se suele denominar en la doctrina legiti
matio ad processum, término que mira a la capacidad ju
rídica, a la capacidad procesal y a la debida representa
ción. A esta última nos referiremos en el siguiente punto.
“La capacidad de comparecer en juicio la tienen to
das las personas naturales jurídicas por el hecho de exis
tir; pero no pueden ejercer por sí mismas ese derecho
aquellas que la ley las ha declarado incapaces (...) distín
guese la capacidad de goce de la capacidad de ejercicio,
por la primera la persona es apta para adquirir derechos,
lo cual es propia de todas (...), por las segundas podemos
ejercer los derechos que nos pertenecen por nosotros mis
mos, sin necesidad de representación ni de autorización
de otra persona” (Troya: 297).
El artículo 34 del Código de Procedimiento Civil se
ñala los casos de quienes no pueden comparecer por sí
mismos a juicio como actores ni como demandados: 1.- el
menor de edad; 2.- quienes se hallen bajo tutela o curadu
ría; y 3.- las personas jurídicas.
Por regla general, carecen de capacidad de ejercicio
los menores de edad y las personas jurídicas; sin embar
go, hay otras incapacidades que se establecen en virtud de
otras razones que no son la minoría de edad o la falta de
representación legal; como la demencia o la sordomudez,
cuando el sordomudo no puede darse a entender por escri
to; el alcohólico, el disipador, el drogadicto.
Todas las personas, pese a carecer de capacidad pro
cesal, pueden ser partes en un proceso; sin embargo, no
pueden hacerlo por sí mismos.
¿Qué sucede si quien comparece carece de capacidad
procesal ?
Así, por ejemplo, si demanda un menor de edad, o
quien se encuentra en estado de interdicción declarada
por el juez. La capacidad procesal de quien comparece di
rectamente a un proceso es un presupuesto indispensable
para la validez del mismo, por lo que su ausencia es cau
sa de nulidad, pero a diferencia de la capacidad para ser
sujeto de derechos, esta capacidad es perfectamente sub
sanable mediante la posterior ratificación del representa
. Sin embargo, el no hacerlo acarrearía la nulidad del
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do
proceso.
En cuanto a las alternativas que tiene la contraparte
para oponerse en un proceso que padece de un defecto por
falta de capacidad procesal de quien comparece física
mente al proceso, éstas son las siguientes:
155
Dentro del Proceso:
a. la oposición de la excepción de ilegitimidad de perso
nería : “En el derecho procesal la incapacidad (de ejer
cicio) de cualquier grado que sea trae consigo la impo
sibilidad legal de comparecer en juicio; la comparecen
cia de un incapaz ocasiona la falta de personería y en
consecuencia la nulidad procesal. La capacidad proce
sal es, pues, la idea paralela a la que en campo mera
mente civil tenemos del pleno ejercicio de los derechos
civiles” (Troya: 298). Cabe destacar que el artículo 109
del Código de Procedimiento Civil, señala que la ilegi
timidad de personería procede por incapacidad legal, el
uso de este concepto “incapacidad legal”, creemos que
debe entenderse como “la aptitud legal para adquirir de
rechos y ejercitarlos”, por ello, si falta la capacidad pro
cesal, cabe la excepción de ilegitimidad de personería.
b. mediante un incidente
Terminado el proceso:
c. a través de la acción de nulidad de sentencia, según el
artículo 303, inciso segundo.
b. Legitimación procesal
Este requisito es indispensable para quien interviene
directamente en el proceso en representación de otra per
sona, que es a quien se atribuyen los efectos jurídicos del
proceso. Existe desde que se presenta un vínculo entre la
persona que interviene directamente en el proceso y rea
liza los actos procesales y la persona a quien se atribuyen
los efectos jurídicos del proceso. Este vínculo se denomi
na “representación”.
La representación es una figura jurídica por la cual,
como decían los romanos “absentis alicujons presens
imago”, se tiene presente la imagen de la persona ausen
te.
Por ello, la intervención del representante de la parte
debe ser rodeada de los requisitos formales establecidos
por la ley y contener, sine qua non, la expresión de su de
signación y la descripción de sus facultades para que ejer
za la representación en el proceso. Esto se traduce en una
operación procesal especial que constituye el vínculo y
que se denomina legitimación de personería o legitimatio
7
ad processum.
Por regla general, la representación opera respecto de
las personas incapaces. Así, el artículo 34 del Código de
Procedimiento Civil señala quiénes no pueden compare
cer personalmente a juicio como actores ni como deman
dados (el menor de edad, quienes se encuentran bajo tutela o curaduría y las personas jurídicas). Sin embargo, es
te mismo artículo establece que pueden comparecer a jui
cio por medio de una tercera persona, el representante le
gal, que comparece físicamente al proceso y realiza los
actos procesales, pero cuyos efectos no le son atribuibles
sino al representado.
En efecto, como lo dice Cruz Bahamonde, los proble
mas que en proceso se presentan por la incapacidad de las
personas que intervienen en los juicios, se resuelven me
diante la institución de la representación (Cruz Bahamon
de: 157).
Sin embargo, no sólo los incapaces pueden compare
cer a juicio a través de una tercera persona: en efecto, la
“representación” es una figura que opera también en otros
casos. Este vínculo puede nacer de la ley, del discerni
miento del juez o de la voluntad de las partes.
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Capacidades y legitimaciones en...
Veamos cuáles son algunas formas de representación:
Los menores de edad.- Son representantes legales de
los menores de edad conjuntamente el padre y la madre
que ejerzan la patria potestad. Esta representación nace
de la ley y se prueba acreditando la paternidad o mater
nidad del menor de edad, y opera tanto si el menor es
actor como si es demandado (Art. 28 CC).
A falta de ambos padres, la representación de los meno
res corresponderá al tutor o curador que le haya sido de
signado. Si tampoco existe, el juez deberá designarle un
curador ad litem, tanto si es actor como demandado.
Existen casos expresamente sefialados en la ley en lo
cuales, pese a la incapacidad de los menores, pueden
comparecer por sí mismos al proceso, sin necesidad de
un representante legal.
Los que han sido declarados interdictos. Es represen
tante legal de estas personas para intervenir en un pro
ceso el curador ad litem, designado por el juez.
El ausente o la persona cuyo paradero se ignora. Son re
presentantes legales de estas personas para intervenir en
el proceso, el curador ad litern, designado por el juez.
Las personas jurídicas. Son representantes legales de
las personas jurídicas aquellas designadas en el contra
to o estatuto que las rige. Art. 589 CC.
El Estado.- Es representante legal del Estado y demás
entidades públicas que carecen de personería jurídica,
.
8
el Procurador General del Estado
La persona que tiene capacidad procesal, pero que no
quiere o no puede comparecer directamente a un proce
so, puede mediante un acto unilateral designar un pro
curador judicial. La procuración judicial es un acto yo
luntario. Según el artículo 44 del Código de Procedi
miento Civil en concordancia con el artículo 49 de la
Ley de Federación de Abogados, disponen que la pro
curación judicial sólo podrá otorgarse a quien ostente la
calidad profesional de abogado. Estas mismas disposi
ciones establecen que la procuración judicial se otorgue
mediante escritura pública.
La agencia oficiosa. Conforme al artículo 371 del Có
digo de Procedimiento Civil, cualquier persona, sin ne
cesidad de poder, puede promover demanda a nombre
de otra persona que esté ausente o impedida de hacerlo,
con el fin de evitar que sufra algún perjuicio. Sin em
bargo, la condición para que esta comparecencia sea
válida es que legitime su personería o presente la apro
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bación de aquel por quien gestionó.
Pluralidad de actores o demandados. El artículo 56 del
Código de Procedimiento Civil ha previsto que ante la
concurrencia plural de personas en la parte actora con
un mismo derecho, o en la parte demandada, cuyos de
rechos de excepción no sean diversos ni contrapuestos,
el juez por economía procesal dispone que uno de los
actores o los demandados sirva de procurador, para
contar con él en el juicio.’°
En todos los casos de representación, sea que el víncu
lo nace de la ley, del discernimiento del juez o de la vo
luntad de las partes, el efecto principal es que las con
secuencias jurídicas del proceso recaen sobre el repre
sentado y no sobre el representante: “el representante
es el que realiza el acto jurídico y, por lo mismo es de
su persona de quien emana el acto de voluntad; que los
efectos jurídicos del acto se producen con respecto al
representado; los actos del representante son como si
fueran realizados por el representado y obligan a éste en
toda forma de derecho, efecto que se produce siempre
que el representante actúe dentro de los términos de su
encargo” (Cruz Bahamonde: 159).
En todos los casos en que no existe o no se acredite el
vínculo en virtud del cual el representante actúa en repre
sentación del representado, estamos ante una indebida re
presentación y por lo tanto en un caso de ilegitimidad de
personería o falta de legitimatio ad processum. Pero tam
bién, en aquellos casos en que existe el vínculo, pero éste
no ha sido otorgado conforme a la ley (es decir existe un
defecto en dicho vínculo) la representación no surte efec
tos y por lo tanto también procede la excepción de ilegi
timidad de personería o falta de legitimatio ad proces
suin.” La capacidad procesal de quien comparece directa
mente a un proceso es un presupuesto indispensable para
la validez del mismo, por lo que su ausencia originaría su
nulidad. Pero, a diferencia de la capacidad para ser sujeto
de derecho, esta capacidad es perfectamente subsanable
mediante la posterior ratificación del representado. Sin
embargo, el no hacerlo acarrea la nulidad del proceso.
La legitimación procesal de quien comparece en re
presentación de un tercero es un presupuesto indispensa
ble para de la validez del proceso, por lo que su omisión
es causa de nulidad. Pero al igual que la capacidad proce
sal, subsanable, pero si el representante legal o el procu
rador no legitiman su intervención en el proceso, pueden
incurrir en la causal 3 del artículo 355 del Código de Pro
cedimiento Civil. “Si se trata de falta de personería, la ex
cepción es meramente dilatoria y su resolución se daría
mediante una providencia interlocutoria” (p. 321 Troya).
La intervención de las personas en un proceso está,
como hemos visto, sometida a ciertos requisitos con los
que deben cumplir cada una de ellas, requisitos que se
ubican, cada uno de ellos, en un área específica del dere
cho. Lo que hemos querido hacer en esta breve introduc
ción, es empezar a trazar un camino en el estudio de la le
gitirnatio ad processurn (legitimación procesal o en el
proceso) y de la legitimatio ad caussain (legitimación en
la causa) que si bien no son conceptos nuevos, pues ca
da uno corresponde a lo que conocemos como ilegitimi
dad de personería y falta de derecho del actor cuando es
activa e ilegítimo contradictor cuando es pasiva- la doc
trina moderna los ha desarrollado desde nuevas perspec
tivas. Hay que relievar el trabajo que a este respecto está
llevando a cabo la Corte Suprema de Justicia, pues en sus
fallos se denota cada vez más claridad conceptual, lo cual
colabora al desarrollo del Derecho.
Este trabajo de ninguna manera pretende agotar el te
ma: cada uno de los temas tratados merece especial estu
dio. Nos referimos en especial a la legititnatio ad caus
sam, que sin duda es un tema de gran trascendencia.
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Capacidades y legitimaciones en...
NOTAS
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1. Ha dicho la Corte Suprema: “Por lo tanto, la conclusión a la que llegan los Minis
tros de la Segunda Sala de la Corte Superior de Loja de que existe ilegitimidad de
personería por cuanto la accionante no ha comparecido con su cónyuge, carece de
fundamento legal, ya que ella está actuando por sus propios derechos y no en repre
sentación de su marido o de la sociedad conyugal.- El Tribunal de instancia ha con
fundido lamentablemente lo que es la ilegitimidad de personería con lo que es la
falta de legftimo contradictor, o falta de legitimación en la causa (legitimatio ad
causam)”, de la Resolución de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil N° 372-99,
dictada dentro del juicio N° 820-94 y publicada en el Registro Oficial N° 257 de 18
de agosto de 1999.
“La demandada al proponer la excepción de falta de personería dice que lo hace por
no haberse demandado a su cónyuge en razón de que el inmueble (objeto de este
controvertido) pertenece a la sociedad conyugal. Como quedó indicado, en nuestro
país no se han desarrollado los conceptos de falta de legitimación ad processum y
de falta de legitimación ad caussam; y es muy común que al amparo de la excep
ción ‘falta de personería’, se introduzcan indistintamente una u otra de las excep
ciones indicadas; este error aparece en la especie nítidamente cuando la accionada
en su contestación a la demanda plantea la acción de falta de personerfa pero se re
fiere a la necesidad de vincular a su marido a la parte demandada por tratarse de una
reclamación que afecta un bien social”, de la Resolución de la Primera Sala de lo
Civil y Mercantil N° 405-99, dictada dentro del juicio 31-96, publicada en el Re
gistro Oficial No. 273 de 9 de septiembre de 1999.
2. Al respecto, la Corte Suprema ha sostenido lo siguiente: “La sentencia, por lo ge
neral decide el fondo o mérito del asunto o asuntos de la controversia; pero hay ca
sos en que al juez no le es posible dictar sentencia de mérito o fondo, porque el pro
ceso está viciado de nulidad insanable por omisión de los presupuestos procesales
de la acción, o porque se han omitido presupuestos de la demanda... entonces dicta
sentencia inhibitoria que es aquella en que el juez se abstiene de decidir sobre el
mérito del conflicto planteado. Ordinariamente, la sentencia de mérito o de fondo
definitiva produce autoridad de cosa juzgada material, como acto jurídico decisorio
definitivo, la sentencia tiene efectos obligatorios tanto frente al órgano jurisdiccio
nal que lo ha dictado, el cual no puede revocarla, como frente a todos los demás ór
ganos junsdiccionales que están prohibidos de conocer y resolver el mismo asun
to; la sentencia tiene también efecto obligatorio frente a las partes, que no pueden
ya acudir ante un órgano jurisdiccional, cualquiera que sea su competencia, para
obtener una nueva sentencia. La sentencia inhibitoria, en cambio, es meramente
formal y si bien pone fin al juicio en que se dicta, deja a salvo el derecho del inte
resado de replantear la cuestión en otro proceso posterior, porque como no hay en
ella decisión de fondo, ni positiva ni negativa, no produce autoridad de cosa juzga
da”, de la Resolución de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil N° 146-2000 dic
tada dentro del juicio N° 100-99 aun no publicada en el Registro Oficial a la fecha
de la publicación de este artículo.
3. Sobre la legitimación en la causa o legitimatio ad caussam, se ha dicho: “es preci
so distinguir lo que es la ilegitimidad de personería de lo que es la falta de legítimo
contradictor, o falta de legitimación en la causa (legitimatio ad causam), que con
siste en que el actor debe ser la persona que pretende ser el titular del derecho sus
tancial discutido, y el demandado el llamado por la ley a contradecir u oponerse a
la demanda, pues es frente a ellos que la ley permite que el juez declare, en senten
cia de mérito, si existe o no la relación jurídica sustancial objeto de la demanda,
sentencia que los obliga y produce cosa juzgada sustancial”, de la Resolución de la
Primera Sala de lo Civil y Mercantil N° 5 16-99 dictada dentro del juicio N°159-98.
4. “Por otra parte, la legitimación en la causa o legitimatio ad causam ‘Determina no
sólo quienes deben obrar en el proceso con derecho a obtener sentencia de fondo,
sino, además, quienes deben estar presentes para que sea posible esa decisión de
fondo. Se habla de necesarios contradictores, para indicar que en ciertos procesos
es indispensable que concurran determinadas personas (como litisconsortes necesa
rios), bien sea como demandantes o como demandados, para que la decisión sobre
las peticiones de la demanda sea posible”, de la Resolución de la Primera Sala de
lo Civil y Mercantil N° 372-99 dictada dentro del juicio N° 820-94 y que recoge el
criterio del autor colombiano Hernando Devis Echandía; esta resolución está publi
cada en el Registro Oficial N° 257 de 18 de Agosto de 1999.
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Capacidades y legitimaciones en...
NOTAS
“Cuando en un contrato una de las partes está integrada por varias personas, la re
lación sujeto y objeto debe establecerse entre cada una de ellas y el objeto que vie
ne a ser la relación sustancial, la no concurrencia de una persona acarrea la falta de
legitimación ad caussam; y es que hay casos en que la presencia en el proceso de
todos los sujetos vinculados a un contrato (relación sustancial) se hace indispensa
ble a fin de que la relación jurídica procesal quede completa y sea posible decidir
sobre el fondo de ella; si los sujetos son dos o más, pero forman un solo sujeto, es
tamos en presencia de un litis consorcio necesario y su comparencia es indispensa
ble”, de la Resolución de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil N° 118-99 dicta
da dentro del juicio 100-96 y publicada en el Registro Oficial N° 160 del 31 de mar
zode 1999.
5. Sobre el tema, ha dicho la Corte Suprema: “de otra parte, la sentencia dictada en el
primer proceso únicamente produjo efecto de cosa juzgada formal pero no sustan
cial porque la demanda que propuso MCQ era inepta para prosperar, y así efectiva
mente ocurrió porque, siendo un caso de litis consorcio necesario, ella debía accio
nar conjuntamente con MEQ por las dos las únicas y universales herederas de sus
padres... es decir, no hubo la completa integración del litis consorcio y al no haber
existido en la parte actora la legitimatio ad caussam’, la sentencia dictada se limi
tó a rechazar la acción por no proceder en la forma propuesta, sin entrar a resolver
sobre el objeto del controvertido, por lo que tuvo el carácter de inhibitoria, que no
impide el que se vuelva a plantear la acción una vez que se haya integrado adecua
damente el litis consorcio necesario, como ocurren en la presente causa”, de la Re
solución de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil N° 187-99, dictada dentro del
juicio N° 3 3-94, publicada en el Registro Oficial N° 208 de 09 de junio de 1999.
6. “Cuando existe ilegitimidad de personería, generalmente cabe ratificación de la
parte, con lo cual se convalidan los actos realizados por la persona que carecía de
capacidad para comparecer ajuicio (Arts. 368 a 371 CPC), de la Resolución de la
Primera Sala de lo Civil y Mercantil N° 372-99, dictada dentro del juicio N° 82094 y publicada en el Registro Oficial N° 257 de 18 de agosto de 1999”.
7. “El escrito de sustitución de poder, en mérito del cual deduce el recurso de casación
el doctor EB, no está reconocido ante el juez de la causa... Por esta razón no cum
ple con el requisito de forma exigido por el inciso segundo de la Ley de Federación
de Abogados y, consiguientemente, no tiene validez. Siendo así, el doctor EB no os
tentaba legitimación activa, legitimatio ad processum, para interponer el recurso de
casación como manda el artículo 4 de la Ley de la materia”, de la Resolución N°
170-99, dictada dentro del juicio N° 757-95 y publicada en el Registro Oficial N°
208 de 09 de junio de 1999.
8. “La representación extrajudicial del Estado la ejerce el Presidente de la República,
sin embargo, la representación judicial, y por mandato judicial (...actual artículo
216) la ejerce exclusivamente el Procurador General del Estado. La Ley Orgánica
del Ministerio Público, también vigente a la fecha de presentación de la demanda,
en su artículo 11 literal a), establece que al Procurador General le corresponde re
presentar judicialmente al Estado. Los Ministerios de Estado son órganos integran
tes de la Función Ejecutiva, carecen de personalidad jurídica única, distinta de la
personalidad de la Administración Pública Central y por ello, no están comprendi
dos, como erróneamente afirma el recurrente, dentro de las instituciones del Esta
do, regidas por leyes especiales que serán representadas en juicio por sus represen
tantes legales y en cuyos casos el Procurador general interviene para vigilar las ac
tuaciones procesales sin que su intervención sea obligatoria”, de la Resolución de
la Primera Sala de 1 Civil y Mercantil N° 181-2000, dictada dentro del juicio 26199 y aún no publicada en el Registro Oficial.
“En el presente caso las partes procesales son: a) como actor el Instituto Técnico
Superior IPP, institución fiscal, que forma parte de las entidades del gobierno cen
tral, y que carece de personería jurídica, por lo tanto para comparecer a juicio debe
ser representada por el señor Procurador General del Estado o su delegado... según
lo disponen los artículos 216 de la Constitución Politica de la República y 3 de la
Ley Orgánica de la Procuraduría General del Estado. Por lo tanto y en el caso que
nos ocupa, los únicos legitimados para interponer válidamente el recurso de casa
ción eran el Procurador General del Estado o su delegado y de ninguna manera la
rectora del Instituto Técnico Superior.., pues dicha institución carece de personali
dad jurídica propia, sino que es parte integrante de la Administración Pública Cen
Capacidades y legitimaciones en...
tral por ser parte del Ministerio de Educación y Cultura, ya que la representació
n
oficial del establecimiento que le confiere el artículo 95 del Reglamento
a la Ley de
Educación no implica de modo alguno la representación judicial respecto
de la cual
las disposiciones normativas de carácter jerárquicamente superior que han
sido se
ñaladas le asignan al señor Procurador General del Estado, dicha representación”;
de la resolución N° 204-2000 dictada dentro del juicio N° 110-2000, aun no publi
cada en el Registro Oficial. Igual criterio sostuvo esa Sala en Resolución N° 1772000, dictada dentro del juicio N° 92-2000, aun no publicada en el Registro Oficial.
9. Este criterio ha mantenido la Primera Sala de lo Civil y Mercantil en su fallo dicta
do dentro del juicio N° 604-95 y publicado en el Registro Oficial N° 39 de 2 de oc
tubre de 1998.
10. A criterio de la Primera Sala de la Corte Suprema de Justicia, éste es un caso de
“verdadera representación legal de cumplimiento obligatorio e inexcusable y que
priva a los demás del derecho a intervenir o a ser tomados en cuenta... Cierto es que
el procurador común se lo designa dentro del juicio; para el efecto, el juez concede
un término, a fin de que los litis consortes, señalen la persona que se desempeñará
como procurador común, y si no lo hicieren, será el propio juez el que designe a la
persona que debe servir de procurador y con él se contará en juicio; y cuando falle
ce uno de los litis consortes. es necesario proceder a una nueva designación de pro
curador común”, de la Resolución N° 459-99, dictada dentro del juicio 166-99 pu
y
blicada en el Registro Oficial N° 332 de 03 de diciembre de 1999.
11. Al respecto, la Corte ha dicho: “la recurrente al no ser abogada no puede ejercer la
procuración judicial de ninguna de las partes en un proceso, por lo que en la espe
cie no estaba legitimada para interponer ni el recurso de casación ni el de hecho, y
el tribunal que ha procedido conforme a derecho al negar la concesión del recurso
de casación”, de la Resolución de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil N° 45999, dictada dentro del juicio N° 166-99 y publicada en el Registro Oficial N° 332
de 03 de diciembre de 1999.
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