Universidad del País Vasco

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Ana lriarte
Universidad del País Vasco
En esta segunda intervención, vamos a ocuparnos de algunas diosas romanas atendiendo especialmente a la relación de la feminidad con el culto, es decir, con los ritos a
través de los cuales los antiguos trataban de congraciarse con sus dioses.
Tanto en Grecia, como en Roma, los ritos femeninos se articulan con arreglo a diversas clasificaciones: libres o esclavas, esposas legítimas o prostitutas, esposas que se
han casado sólo una vez, plebeyas, etc. Una diferenciación especialmente importante es
la que distingue a las esposas de las vírgenes, cosa lógica, si tenemos en cuenta que el
matrimonio y la maternidad eran considerados como los elementos determinantes en la
existencia femenina
Entre los cultos matronales destacan, por ejemplo, las Matronalia del primero de
marzo, en honor deJuno, o las Matralia del 1 1 de iunio, en honor de Mater Matuta. Fiesta, esta última en la que sólo participaban las casadas en primeras nupcias. Existen, no
obstante, cultos femeninos que reúnen diversas condiciones sociales: las Nonas Caprotilibres y sirvientas sacrificaban a Juno, la
n la que matronas y cortesanas celebra, a la que asistían conjuntamente las mae la que volveremos a ocuparnos más tarde.
Como es sabido, el culto romano es muy complejo y varía en las diversas épocas
de esta civilización. Por otra parte, los cultos femeninos no fueron los que más interesaron
resentar un listado exhaustivo de los ritos
remos nuestra atención a dos diosas reás sobresalientes: Ceres, diosa relacionada
fertilidad y Vesta, encarnación de la pureza virginal.
Para conocer la figura romana de Ceres, se impone ante todo considerar las caentificarse plenamente: Deméter, una de las
la que el mito presenta a veces como heruna divinidad compleja, a la que, a prioItura, la fecundidad y el amor maternal y
S atributos son las espigas de trigo y la hoz, Deméter es la diosa de la tierra cultiva-
'
giosa y mítica a la vez, es muy distinta de la de Tierra concebida como elemento cosmogónico. En honor de Deméter se celebran las Tesmoforias, rito de fertilidad celebrado exmente por las matronas griegas, que mas tarde comentaremos.
El culto de Deméter la relaciona con el ciclo de la vegetación y, como madre, con
ne o' Core. Asi, el Himno Homérico a Deméter la presenta como una diosa poderosa y de aspecto impresionante, que deja 10s campos estériles, por la tristeza que le
causa la desaparición de Perséfone, cuando ésta es raptada por Hades mientras recogia
flores despreocupadamente en una pradera -o sea, en un lugar considerado por la tradición griega como especialmente inquietante. Cuando Deméter logra encontrar a su hija,
ésta no puede regresar con ella porque ha aceptado, sin sospecharlo, la hospitalidad de
Hades; pero la angustiada madre consigue convencer al dios de 10s infiernos para que
Perséfone Dase tan s610 un tercio del año en el Hades -~eriodoaue corresponde con Iu
fundadora de 10s Misterios de
cultura a 10s mortales:
Te llama Zeus tonante,
os dioses. Prometió que te daria las honras que quisieras entre 10s dioses inrnortales. Acce-
cumplirá y lo confirmb con una señal de su cabeza. Asi que ven, hija rnia,
sigas constantemente irritada, fuera ya de lugar, contra el Cronión amon
rrones, sino haz crecer en seguida el fruto que da la vida a 10s hombres.
Asi habló. Y no desobedeció la bien coronada Dernéter. Enseguida hizo su
labrantios de glebas fecundas. La ancha tierra se cargó toda de frondas y flores. Y ella se
puso en marcha y enseñó a 10s reyes que dictan sentencias, a Triptólerno,
el cerernonial
de 10s ritos y les reveló 10s hermosos misterios, misterios venerables que no es posible en
modo alguno transgredir, ni averiguar, ni divulgar, pues una gran veneración por las diosa
contiene la voz. iFeliz aquel de entre 10s hombres que sobre la tierra viven que llegó a co
templarlos! Mas el no iniciado en 10s ritos, el que de ellos no participa, nunca tendra un de
+i-3semejante, al menos una vez muerto, baio la sombria tiniebla.
[...I
Antes de centrarnos en las caracteristicas de 10s Misterios de Eleusis, debemos ten
en cuenta que, en el mundo clásico, 10s cultos mistéricos siempre representaron una ac
vidad religiosa marginal con respecto al culto cívico. Dichos cultos se oponen claramente
a la llamada .religión cívica*. Y es que la finalidad de .la religión cívica consiste en mantener constantemente la buena relación de los dioses con la comunidad. Con dicho obie
tivo, la ciudad griega confía muchas tareas religiosas a personas que no pertenecen al
cuerpo sacerdotal. Así, arcontes, políticos y militares se responsabilizan directamente de
los asuntos divinos, ofreciendo o realizando personalmente sacrificios, seleccionando las
víctimas sacrificiales, ocupándose de gestionar el tesoro de los dioses, etc. En definitiva,
la ciudad griega convierte las prácticas religiosas en el deber de todos los ciudadanos y
convierte de forma rotativa a los hombres políticos en responsables de los asuntos divinos.
De esta manera, la polis practica la piedad para con los dioses al mismo tiempo que r e
fuerza la cohesión de su cuerpo cívico.
En cuanto a Roma, se puede detectar la misma correlación entre vida política y vida
religiosa, en el hecho de que casi todos los sacerdocios eran ocupados por hombres activos
en política, y de que la principal responsabilidad de las decisiones en cuestiones religiosas
recayera en los magistrados, no en los sacerdotes. En Roma los grandes sacerdocios eran
considerados distinciones sociales más que cargos religiosos, aunque estos sacerdocios implicaban, por supuesto, deberes cultuales que requerían conocimientos especiales. Una dife
rencia a señalar entre la religión cívica griega y la romana era que, mientras en la primera
la participación del pueblo fue siempre esencial, en la religión pública romana, el pueblo
podía estar casi ausente a partir del momento en que los ritos se convirtieron en parte de la
rutina de sus privilegiados oficiantes. Aún así, la finalidad de la religión pública romana
"como la de la griega- no deja de concernir a la comunidad en su coniunto.
Los cultos mistéricos, por su parte, en lugar de perseguir el contacto positivo entre
una comunidad y las divinidades que la presiden, están relacionados con la experiencia
de la revelación sobrenatural y con la promesa de una inmortalidad. Los misterios -al igual
que las propuestas de las sectas- privilegian la búsqueda de un contacto personal con la
divinidad. En otras palabras, el término mysterion designa los ritos que se oponían al culto
público por su carácter secreto. Pero dicho término remite también a la idea más amplia
de un retorno a las fuentes de la vida que.permita renacer. Es decir, se supone que los iniciados en los misterios acceden a una nueva fase de la existencia social -tal y como en
nuestra tradición ocurre con el bautismo o el matrimonio-, pero también creen conectar
n los poderes sobrenaturales que rigen la existencia y, sobre todo, obtienen la promesa
vida meior tras la muerte.
a mayoría de los misterios incluyen la representación simbólica de esta experienn un ser divino. Estas representaciones permiten garantizar que la experiencia del ini,
dock, es .similag a la dd.&s.
Y asi ocu~retambién en el caso de I
b.~emvación
de-la vi&. el wpto de Perséfone por Hades, la búsqueda y el
las dos diosas y la misión de Triptólemo, que consistwel.1 recmref el-m u d o en.uncarro- de serpientes aladas sembrando granos de trigo.
&mente
dbeb ¿e b . W e , 4: reencukntm $e
tes fuentes cristianas.
Pero, como he dicho anteriormente, además de los Misterios de Eleusis, Deméter
preside la fiesta de las Tesmoforia-S,un culto exclusivamente femenino que duraba tres días,
durante los cuales k s pmticipantes no podían lavarse ni mantener relaciones sexuales. Las
esposas castas de Atenas se reunían en k, colina llamada Pnix, pero las Tesrnoforias son
unas fiestas muy arcaicas y se celebraban en todo el mundo griego.
voy a guardar. silencio sobre el particular; sólo mencionaré lo que un sagrado respeto perrnite contar de este tema. ta hilas de Dánao fueron las que trajeron consigo esos ritos de Egip
to y fa enseñar0n.a las muiefes pelasgas; pero posteriormente, cuando toda la población del
ciiios que habían sido urrojados a unos aguieros, llamados mégara, junto con
en
forma de serpientes y foloc. Cuando las serpientes que vivían en dichos agujeros habían
devo~adotales manjmes, algunas ¿e las mujeres, previamente purificadas, bajaban a los
rnégura,.haciendo ruido para ahuyentar a las serpientes, y recogían los huesos y la carne
de los lechoncittos. Estos restos eran colocados en un altar y mezclados con granos de
trigo y de maíz. El segundo día las muieres ayunaban sentadas.en el suelo, en barracas
construidas con ramas, imitando la desolada actitud de Deméter ante la' pérdida de su
fuera financiada por los maridos más ricos, siendo ésta la única participación maxuliuña
permitida en ella, ya que las propias mujeres asumían las funciones socerdotales requerías para su celebración.
Pues bien, con este repaso de las características principales del culto de DennIéb*
os abordar algunos aspectos de su <versión* romana: la misteriosa GresEl nombre de ~Ceres*procede de la raíz ker-, acre cimiento^. Ceres presíde era Sel crecimiento de los cereales. Los ritos de Ceres están presentes durante t&
$
sa aparezca en fuentes muy antiguas de los pueblos itálicos, presenf0in a
recia, a las que se concedió la ciudadanía romana.
ización de Ceres se revekin en ki CEEI mes de agosto ( s a m < r n n i m n m
res. Desgraciadamente m dveinnnas
elebraciones, pero parece que ambas
conmemoraba d mptk,
como ocurría en las Tesmoforias, y tenían un carácter secreto, al
esclavos. En los Misterios de Ceres, por d con-
-
.
..
ente a la norma que se lo prohibía. De ag
ln
ia
manera, esta fiesta reproduce aun
n comportamientos masculinos.
Estos aspectos de inversión y secretismo que componen la fiesta femenina de la
Bono Dea no son, sin embargo, una rareza, sino que señalan las características del papel
otorgado a la mujer por la religión romana. Como bien señala el artículo publicado por
John Scheid, en el primer volumen de la Historia de las mujeres editada por George Duby
y Michelle Perrot, la mujer romana está en gran parte relegada a los aspectos más marginales de la vida religiosa. A las romanas se las ve especialmente activas en cultos ¡#mportados -como ocurre en el caso de la DeméterCeres-, o en cultos nocturnos, celebrados en secreto -como acabamos de ver en la fiesta de la Bono Dea.
Puede que, como se suele afirmar habitualmente, en Roma la actividad religiosa
odemos olvidar el papel central que la fee la actividad indispensable de las sacertoda con la griega Hestia, diosa virhogares privados. Pero, en territorio
doméstico al comunitario: el templo de
sta, en el que arde incesantemente el fuego sagrado, representa el hogar de la ciudad.
A pesar del paralelismo existente entre Vesta y Hestia, que empieza en sus propios
mbres, el carácter arcaico de la diosa romana es innegable. De él da cuenta, según
ado fuera el asno, animal eminentemenigen indo-europeo. Ovidio explica, me
entre este animal y Vesta se debió a un
los dioses por Cibeles:
aron la noche en vela con vino abundante: los unos deambulaban despreocupadamente
n los brazos y golpeaban tres veces el
tranquilamente cogió un sueiío plácido, tal
rba. Mas el roiizo guardián de los iardines
lado a otro llevaba sus pies vagabundos.
ra una ninfa o sabia que era Vesta, pero
una sucia esperanza y prob6.a acercárI corazón brincándole. Por casualidad el
bia hecho el viaje a orillas de un río de
elesponto, cuando el asno rebuznó con
r la ronca voz; todo el grupo acudió VO-
de que su templo se encontrara en el Foro romano desde tiempos inmemoriales. De la curiosa forma redonda de este'templo se han dado muchas explicaciones. Ovidio la interpreta, por ejemplo, formulando una identificación entre Vesta y la tierra:
... la estructura del templo que todavía existe se dice que era la de antes, y cabe probar la
razón de esta estructura. Vesta es igual que la tierra: las dos tienen por debajo un fuego vi(Ovidio, Fastos, VI,
265-269)
En el fuego eterno de Vesta los romanos veían algo así como la garantía de su propio poder. Dicho fuego está ligado al propio destino de Roma, como indica, entre otras
muchas fuentes, el que Horacio (Oda 111, 30,8) considerara que la gloria de Roma iba a
rar mientras suba al Capitolio el pontífice acompañado de la Vestal silenciosa..
El fuego sacro de Vesta se renueva al inicio de cada año, es decir, el primero de marzo,
or accidente, este fuego se apagaba, debía ser encendido de forma ritual, frotando dos
trozos de madera de un determinado árbol: Pero, en principio el fuego sagrado no debía apagarse nunca, su mantenimiento y vigilancia era la principal función de las vírgenes vestales,
sacerdotisas que disfrutaban de un estatus muy especial en-lasociedad romana.
Desde el siglo VI a.c. las vestales eran seis doncellas, entre las cuales una cumplía
la función de mayor autoridad, se trataba de la <granvirgen vestal., la virgo maxima. En
la época monárquica, las vestales eran reclutadas por el monarca y en la República lo
eran por el pontífice máximo. Esta selección se hacía entre las niñas de edades comrendidas entre los seis y los diez años y las elegidas permanecían con
le Vesta a lo largo de treinta años, tras los cuales volvían a la vida laic
Durante este largo periodo las vestales vivían en una enorme man
antuario de Vesta, y estaban obligadas a observar estrictas reglas de castidad, de ausxidad tanto en el aspecto como en el comportamiento. Como bien explica Ovidio, la puieza de las vestales era considerada como la representación de la pureza de Vesta, o sea,
de la pureza del fuego sagrado del hogar ~úblicoy de r n J n hogar vri\lc~do.
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2Preguntas por qué la diosa es atendida por sacerdotisas que son doncellas? También a este
to encontraré las causas. Dicen que Juno y Ceres nacieron de Ops por la semilla de Soturno;
ra fue Vesta. Dos se casaron y ambas tuvieron partos, según se cuenta; una'de las tres se r e
soportar a un esposo. i Q ~ de
é extraño hay si una virgen s.e contenta con una asistenta virclama para sus ritos manos castas? Por Vesta no debes entender otra cosa que la llama viva,
e de la llama no nace ser alguno. Con razón es virgen quien no da de sí semilla alguna ni
a, y gusta tener compañeras vírgenes.
(Ovidio, Fastos, 283 - 2953
Es conocido el siniestro castigo que recibía aquella vestal que dejaba de observar
que se le imponía: se la enterraba viva en una cavidad construida junto a 1'0s
la ciudad, en la que se depositaban una lámpara y algunos alimentos. En cuanmbre con el que había perpetrado la falta, se le azotaba hasta la muerte. Pero
rible amenaza que pesaba sobre las sacerdotiias de Vesta no .es precisamente e!
e una vida de absoluto someti.miento.
ceremonia en ¡a que las vestales eran seleccionadas -literalmente, *cogidas.,
a semejante a los ritos matrimoniales. El sacerdote recibía a la niña de manos
y éste transmitía al gran pontífice el poder de pater familias. Así, las vestales
res solteras con un estatus similar al de las esposas. En este sentido, es curioso
nte todo el periodo de su servicio se tocaran con el gorro rojo y el peinado de
s que distinguía a las muieres casadas.
vestales tenían, en e f ~ t o un
, estatus muy especial en la sociedad romana y sus prique disfrutaban de un grado de libertad superior al del resto de las mujeres.
ilegios son de señalar el que, cuando salían a la calle, fueran precedidas por
les iba despeiando el camino, cosa sólo permitida a otros miembros del
1, a los magistrados, y a los ilustres. Además, las vestales podían desplazaren carruaje de dos ruedas, signo del estatus elevado de determinados hombres.
s ocupaban también un lugar en el podio imperial durante las representaciones
juegos.' Asimismo, es significativo que los derechos de las vírgenes de Vesta se
S mujeres de la propia familia imperial, quienes aparecen a menudo en las rno
stales. Pero, quizás el aspecto más importante de la libertad de estas sacerurídico, ya que,
prestar testimonio ante la justicia y dispner libremente
r sus bienes, así como de redactar testamento, mientras el resto de los rnu
formalmente, debían contar con el p t e r familias.
ho, la principal función de las vestales consistía en vigilar el fuego
ica. Cada día estas doncellas invocaban a los dioses, oraban por
e odian
tenían la obligación y el derecho de tostar y triturar esta harina ritual, que se esparcía sobre
los animales de todos los sacrificios públicos romanos. Pero, además, las sacerdotisas de
Vesta detentan el poder de participar activamente en el sacrificio, mediante palabras y
Así, las vestales realizaban fünciones religiosas prohibidas a las muieres, quienes
intervenir en la preparación de las sustancias sagradas empleadas en el sacri-
no
ficio, ni intervenir en el sacrificio. Es cierto que, estas vírgenes no eran las únicas que disfrutaban de este gran privilegio religioso. También la esposa del flamen de Júpiter, podía
sacrificar en determinadas ocasiones. Pero estos casos constituían verdaderas excepciones
a la regla general de que la muier debía mantenerse aiena al sacrificio, que era el acto
central, tanto de la religión romana como de la griega.
En otras palabras, la figura de las vestales reviste una gran ambigüedad sexual. Por
En resumen -y para concluir
b
social de la Muier en el mundo clásico, si tenemos en cuenta que, contrariamente a nuestras propias concepciones, los antiguos nunca establecieron una separación radical entre
la práctica religiosa y la viAn rívirn
1
Biblioarafía esencial
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