cátedra de bioquímica general y bucal

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BIOQUÍMICA DEL BIOFILM GINGIVOPERIODONTAL Y LA RESPUESTA
INFLAMATORIA
ENFERMEDADES ASOCIADAS A PLACA:
CARIOLOGIA Y PERIODONTOLOGIA
CÁTEDRA DE BIOQUÍMICA GENERAL Y
BUCAL- FOUBA
2013
Dirección Nacional del Derecho de Autor
Expediente Nº 832373
Cátedra de Bioquímica General y Bucal –FOUBA-
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INTRODUCCIÓN
El periodonto está compuesto por la gíngiva, cemento, ligamento periodontal y hueso
alveolar. En condiciones fisiológicas, para poder mantener su integridad anatómica, estos tejidos se
encuentran en constante remodelación. En el movimiento fisiológico de los dientes hay ruptura del
ligamento periodontal y activación de la resorción ósea a través de los osteoclastos en el frente de
avance. Este proceso está acompañado por la estimulación de la formación de la matriz por
osteoblastos y fibroblastos del ligamento en el otro lado del diente. Al final del ciclo, hay
reconstitución del ligamento periodontal y del hueso alveolar.
En la enfermedad periodontal y en las lesiones periapicales, la invasión bacteriana induce
una respuesta inflamatoria que conduce a un progresivo daño del ligamento periodontal y
destrucción del hueso alveolar. La patogenia de la enfermedad se atribuye no sólo a la destrucción
mediada (directa o indirectamente) por bacterias sino también a un defecto en la reparación de
tejido. Esto implica que las células responsables de la formación y reparación de hueso y tejido
conectivo también son afectadas por la invasión bacteriana.
Entre la encía y la superficie dentaria existe un espacio virtual colonizado por bacterias. Una
vez que la enfermedad se instala, el surco se profundiza para formar una bolsa, que deviene en un
verdadero reservorio de bacterias que desarrollan un ecosistema difícil de eliminar, ya que es
inaccesible a las medidas de higiene habituales. El pasaje del estado de salud al de enfermedad
está ligado a cambios en la naturaleza y/o cantidad de bacterias presentes en la bolsa periodontal,
las bacterias Gram negativas aumentan del 15 al 50%, a su vez el número total de bacterias se
multiplica por un factor de 100 a 105. Estos microorganismos liberan componentes antigénicos
(LPS, arabinomananos, fimbrias, etc.) que penetran en los tejidos periodontales y provocan su
destrucción facilitando la entrada también de las bacterias.
Cuando se acumula placa supragingival marginal se produce una reacción inflamatoria
(debido a la existencia de biofilm no compatible con salud), se modifican las relaciones anatómicas
entre el margen gingival y la superficie dentaria y el resultado es un nuevo ambiente ecológico
(bolsa periodontal), poco o nada sujeto a la actividad de limpieza homeostática de la saliva y con
acceso al exudado gingival. En la formación de la placa dental interviene una serie de
microorganismos que con su presencia, sus productos metabólicos y sus toxinas, participan en la
respuesta del huésped a la colonización realizada por estos organismos, pudiendo producir
gingivitis y en algunos casos periodontitis.
El conocimiento de los efectos causados por los productos bacterianos y la respuesta
inmune, junto con el papel que juegan las enzimas encontradas en el medio infectado, pueden
ayudar a explicar los procesos bioquímicos que participan en la patogénesis de la enfermedad
periodontal.
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Figura 1: Secuencia de eventos en la enfermedad periodontal
METABOLISMO EN LA PLACA SUBGINGIVAL
En el medio ambiente de la placa subgingival los hidratos de carbono son escasos, al
contrario de lo que sucede en el biofilm supragingival; por lo tanto, la glucosa no va a ser la fuente
primaria de energía. Los microorganismos presentes tendrán que extraer la energía de otros
componentes orgánicos presentes en abundancia.
Todas las fuentes disponibles para los microorganismos localizados subgingivalmente
aportan nutrientes de naturaleza nitrogenada que van a ser usados tanto para el crecimiento de la
bacteria como para la provisión de energía, requerimiento principal de todo ser vivo.
Por lo tanto, el metabolismo del la placa subgingival se basa fundamentalmente en la
obtención de energía a partir de compuestos nitrogenados, ya que los aportes nutricionales
provienen del fluído crevicular, descamación celular, metabolismo interbacteriano, del propio tejido
alterado por proteasas y no de la dieta, generándose un medio alcalino. Por el contrario, las
bacterias del biofilm supragingival obtienen la energía a partir de hidratos de carbono, dando
lugar generalmente a una producción de ácido, con un rápido y progresivo decrecimiento del pH
del biofilm.
Cabe aclarar que esta distinción entre metabolismo nitrogenado y de carbohidratos según la
placa se refiere sólo a la fuente primara de energía. La provisión de nitrógeno siempre es necesaria
para el crecimiento de las bacterias, por ello habrá metabolismo nitrogenado siempre en cualquier
tipo de placa.
Por lo tanto si bien mencionamos el metabolismo de carbohidratos en el biofilm
supragingival, este también presenta metabolismo nitrogenado. Así por ejemplo, en los estudios de
Stephan sobre el biofilm supragingival se ha observado que los cambios de pH se verifican en los
dos sentidos. Después de una comida carbohidratada o de un enjuague de la boca con glucosa
disminuye el pH, mientras que el aumento posterior tiene lugar con lentitud, mediado por los
efectos combinados de los componentes salivales y el biofilm, ó rápidamente si ésta se enjuaga
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con urea al 1%. Es decir, el pH del biofilm en un determinado momento es el efecto neto de la
producción ácida y básica del metabolismo bacteriano.
En este nicho ecológico, bolsa periodontal, los nutrientes disponibles para las bacterias van
a ser endógenos ya que provienen principalmente del fluido gingival y de los tejidos
gingivoperiodontales afectados.
El fluido gingival en condiciones de salud es un trasudado de fluido intersticial del tejido
gingival, ultrafiltrado del plasma, debido a la existencia de un gradiente osmótico, con menor
cantidad de proteínas que el plasma. En cambio, en las patologías gingivoperiodontales se produce
una reacción inflamatoria con aumento de la permeabilidad vascular; pasaje de proteínas de alto
peso molecular (entre ellas albúmina, que produce edema) de la sangre al tejido, y este líquido se
transforma en un verdadero exudado inflamatorio. El aumento en la tasa de flujo, actúa como un
mecanismo de defensa mecánico y químico a través de los factores antimicrobianos.
El fluido gingival encontrado en la bolsa periodontal tiene una alta concentración de urea (60
mmol/L) que es desdoblada por la ureasa del biofilm en NH4+ y bicarbonato.
ureasa
urea
+ H2O
CO2 + 2 NH3
Ésta puede ser metabolizada por las bacterias del biofilm para liberar amoníaco y neutralizar
los ácidos producidos en la fermentación de los carbohidratos. En numerosos estudios se ha
demostrado que existe una correlación inversa entre la capacidad ureolítica del biofilm y la
cariogénica. Pacientes con enfermedad renal exhiben elevadas concentraciones de urea en saliva
con baja incidencia de caries, a pesar de tener algunos una alta ingesta de azúcares.
Además, el fluido gingival posee una mezcla compleja de sustancias derivadas del plasma,
leucocitos, células estructurales del periodonto y, por lo tanto, es rico en proteínas.
Otras fuentes de nutrientes son las proteínas presentes en la matriz de la biopelícula, los
productos metabólicos de los microorganismos y componentes nitrogenados de los tejidos del
hospedero y de la descamación del epitelio de unión.
La saliva, que aporta urea y glucoproteínas, es una fuente poco importante de nutrientes ya
que la entrada de saliva al surco se ve dificultada por el flujo de salida del líquido gingival.
Las vías metabólicas utilizadas para extraer energía de estos compuestos orgánicos
son diferentes a las descriptas para el biofilm supragingival.
Algunas bacterias presentes en el biofilm subgingival poseen el sistema de la arginina
deaminasa que actúa como fuente de energía en condiciones anaeróbicas. La arginina, y los
péptidos ricos en ella, actúan como sustrato de la arginina deaminasa, produciendo ATP y bases
(NH3) y por lo tanto un marcado aumento del pH.
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arginina
citrulina + NH3
citrulina + Pi
carbamil ~ P
+ ornitina
carbamil ~ P + ADP
ATP + CO2
+ NH3
arginina + Pi + ADP
ornitina + 2 NH3 + ATP + CO2
Cabe destacar que la reacción descripta también puede actuar como fuente de ornitina que
puede ser subsiguientemente decarboxilada:
decarboxilasa
ornitina
+
H+
putrescina + CO2
Las decarboxilasas bacterianas tienen un pH óptimo entre 4,5- 6,0. Son enzimas
inducibles de modo que son sintetizadas solamente cuando están presentes sus sustratos y el pH
del medio es bajo. Esto sugiere que estas reacciones constituyen un mecanismo natural de
neutralización por el cual cuando el valor de pH cae, la actividad decarboxilasa aumenta
produciendo aminas que tienden a restaurar el pH a su valor inicial.
El efecto neto es la pérdida del grupo carboxilo y la remoción de un H+ de manera que el pH
del medio tiende a aumentar. La presencia de putrescina se correlaciona clínicamente con la
presencia de halitosis en la enfermedad periodontal.
Los aminoácidos libres también podrán ser fermentados bajo condiciones anaeróbicas para
generar energía en una serie de reacciones conocidas como Reacciones de Stickland. Este fue
uno de los descubrimientos más importantes asociados con la fermentación microbiana, en el año
1934.
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Figura 2: Reacciones de Stickland
Generalmente, estas reacciones producen tanto ácidos orgánicos como amoníaco, por lo
cual no tienen un marcado efecto sobre el pH de la biopelícula. Permite que todos los aminoácidos
provenientes de las proteínas puedan ser degradados a cadenas hidrocarbonadas y ser así
utilizadas como fuente de energía. Es una fermentación de pares de aminoácidos, donde uno actúa
como dador de electrones, sufriendo una oxidación, en tanto que el otro actúa como aceptor,
sufriendo una reducción y dando como producto final un ácido orgánico (acetato). Algunos
aminoácidos actúan sólo como aceptores y otros como dadores de electrones. Sólo el triptofano y
la tirosina pueden desempeñar ambas funciones.
A la vez, los microorganismos, al igual que los del biofilm supragingival, necesitan sintetizar
proteínas para su crecimiento y supervivencia. Se conocen distintas reacciones por las cuales los
microorganismos utilizan los grupos amino, generando aminoácidos:
1) Aminaciones reductivas:
NADH + H+
NAD+
α- cetoácido + NH3
α- aminoácido + H2O
Ejemplos de estas reacciones son:
NADH + H+
NAD+
α-cetoglutarato + NH3
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L- glutamato + H2O
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NADH + H+
NAD+
piruvato + NH3
L- alanina + H2O
2) Síntesis de glutamina:
ATP
ADP + P
L- glutamato + NH3
L-glutamina
Subsiguientes reacciones de transaminación proveen de otros aminoácidos necesarios para
la biosíntesis proteica. La glutamina sirve como un dador de grupos amino en numerosas
reacciones biosintéticas.
Es importante notar que los metabolismos de carbohidratos y aminoácidos están
íntimamente relacionados: el piruvato utilizado en reacciones de aminación puede provenir de la
degradación oxidativa de la glucosa.
Por lo tanto, la placa subgingival va a presentar un pH alcalino debido a varios factores:
1. En la sucesión bacteriana, los metabolitos ácidos como el ácido láctico generado por los
lactobacilos son metabolizados por las bacterias del género Veillonella, impidiendo el
descenso del pH.
2. La disponibilidad de sustratos que contienen arginina y que, como hemos visto, se
metabolizan produciendo amoníaco.
3. Las reacciones de desaminación producen ácidos cetónicos que disminuyen el pH. Sin
embargo, la decarboxilación genera aminas que tienden a hacerlo aumentar.
4. Las aminaciones para la síntesis de aminoácidos a partir de α-cetoácidos (ej: ácido pirúvico
y αcetoglutárico) eliminan del biofilm tanto un metabolito ácido como uno básico.
En resumen, en la placa subgingival presente en la bolsa, los sustratos nitrogenados
provenientes del fluido gingival y de tejidos gingivoperiodontales dañados representan la fuente
primaria de energía. Consecuencia de este metabolismo nitrogenado es el aumento del pH que
conlleva a la precipitación espontánea de las sales de calcio. El calcio y el fosfato pueden precipitar
como fosfato de calcio amorfo, el que lentamente madura y puede dar lugar a la formación de HA y
cálculos dentales, mineralizándose la misma placa. La composición de los cálculos es heterogénea,
con diferentes formas de fosfatos cálcicos y con bacterias fosilizadas. La integridad del esmalte no
se ve afectada, pero la forma irregular de los cálculos facilita la colonización bacteriana, lo que
favorece la formación de bolsas gingivales con aumento del riesgo de enfermedad periodontal.
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BIOQUIMICA DE LA INFLAMACION EN LA ENFERMEDAD PERIODONTAL
La inflamación es la respuesta de los tejidos al estímulo de una noxa, ya sea mecánica,
química o infecciosa. En el caso de la enfermedad periodontal la noxa está representada por el
microorganismo y sus productos tóxicos. Es una reacción local de protección a la injuria o
destrucción tisular, que sirve para destruir y/o diluír el agente agresor y el tejido injuriado. La
inflamación, ya sea aguda o crónica, depende de la regulación humoral, de la respuesta celular y
de las moléculas que median este proceso. Eventos característicos de la inflamación en mamíferos
son la fenestración de los microvasos, filtración de los elementos sanguíneos en los espacios
intersticiales y migración de leucocitos polimorfonucleares (PMN) y monocitos. A nivel
macroscópico los signos clínicos son: eritema, edema, hiperalgesia y dolor. Durante esta respuesta
compleja, mediadores químicos como la histamina, 5-OH triptamina, factores quimiotácticos (como
el ácido 12-OH araquidónico), bradiquinina, prostaglandinas, se liberan localmente. Células
fagocíticas migran al área y puede haber ruptura de membranas lisosomales con liberación de
enzimas líticas y destrucción tisular. Por esto la inflamación suele describirse como un arma de
doble filo que brinda protección y media la destrucción del tejido del huésped. La enfermedad
periodontal es una enfermedad de sitios caracterizada por una inflamación crónica automantenida
que conlleva a la pérdida de hueso alveolar.
La inflamación es una alteración de los tejidos asociada a cambios en la permeabilidad
vascular y vasodilatación, con infiltración de leucocitos en el tejido afectado que resultan en los
cambios clínicos arriba mencionados. La inflamación progresa desde inmediata a aguda y
finalmente crónica, estando todos los estadios controlados por los leucocitos. Los leucocitos
residentes transmiten información y se inicia la primera etapa de inflamación inmediata. Esta es
seguida en pocos minutos por un periodo de inflamación aguda (por unas horas) caracterizado por
la llegada de neutrófilos de la sangre al área afectada. Si el problema no es resuelto se llega a la
inflamación crónica dominado por la migración de linfocitos y macrófagos.
Una vez que los leucocitos ingresan al tejido conectivo, se dirigen al sitio de la injuria,
asumiendo una forma asimétrica o polarizada, en lugar de su forma redondeada presente en la
circulación. Esto se lleva a cabo gracias a la quimiotaxis, que depende de la habilidad de los
leucocitos para sensar gradientes químicos y migrar en la dirección de la mayor concentración. Los
fagotitos sensan un número limitado de quimiotaxinas para las cuales tienen receptores.
Los neutrófilos y los monocitos/macrófagos son las únicas células eficientes para
fagocitosis, proceso por el cual se ingiere una partícula patógena, quedando delimitada en una
estructura membranosa, el fagosoma.
El patógeno, una vez ingerido, debe ser destruido. Para ello, los fagocitos poseen dos
mecanismos: oxidativo y no oxidativo. El mecanismo oxidativo requiere la presencia de oxígeno y
un potencial de óxido-reducción determinado. Estas dos variables suelen ser subóptimas en la
gíngiva. Los neutrófilos no requieren oxígeno para su metabolismo energético, por lo que pueden
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vivir en condiciones anaeróbicas. Es por eso que poseen mecanismos de destrucción no
oxidativos.
Los mecanismos no oxidativos requieren la fusión del fagosoma-lisosoma para formar el
fagolisosoma, con la secreción de los componentes lisosomales dentro del mismo. En menos de 30
segundos luego de la fagocitosis, los neutrófilos secretan gránulos específicos dentro del
fagolisosoma, que contienen lisozima y lactoferrina. La lisozima es una enzima con actividad
bactericida y la lactoferrina bacteriostática. Luego, los neutrófilos secretan gránulos azurófilos que
contienen péptidos antimicrobianos llamados α-defensinas, elastasas, proteinasas, catepsina G y
lisozima. Estos mecanismos no oxidativos suelen ser importantes en la enfermedad periodontal
debido a la existencia de condiciones anaeróbicas en el medio subgingival.
A nivel tisular, con presencia de oxígeno, los fagocitos hacen uso de los mecanismos
oxidativos de destrucción, a través de compuestos tóxicos como especies reactivas del oxígeno,
entre ellas el anión superóxido (O2- ) a través de la NADPH oxidasa. El anión superóxido contribuye
a la formación del peróxido de hidrógeno (H2O2) capaz de atravesar membranas. Dentro de la
célula blanco, el H2O2 se reduce a radical hidroxilo, que produce daño en el ADN. El H2O2 es
sustrato para la mieloperoxidasa que cataliza la formación de ácido hipocloroso. Este es la forma
acídica de la sal hipoclorito de sodio, usada en endodoncia por ser antimicrobiana. Cuando las
células fagocíticas se destruyen vuelcan al medio extracelular su batería de enzimas y especies
reactivas del oxígeno que dañará al tejido del hospedador.
Mecanismos patogénicos relacionados con la actuación de las bacterias
Las bacterias pueden contribuir a la enfermedad periodontal a través de la lesión directa de
los tejidos del huésped mediante toxinas, enzimas, productos metabólicos o especies reactivas del
oxígeno. También pueden actuar indirectamente activando respuestas mediadas por el huésped,
lo que lleva a producir autolesiones. Asimismo, las múltiples interacciones entre las especies
bacterianas de la región periodontal pueden afectar la composición de la microbiota local a través
de la activación o inhibición del crecimiento de bacterias tanto patógenas específicas como no
patógenas.
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TOXICIDAD DIRECTA
a) Endotoxinas:
Son sustancias situadas en la superficie de las bacterias que van a ejercer un efecto directo
sobre la célula huésped sin necesidad de desprenderse de la bacteria que las porta. Son complejos
de lipoproteínas y polisacáridos (LPS). Las bacterias gramnegativas, preponderantes en las bolsas
durante la enfermedad periodontal, poseen elevadas cantidades de LPS en sus paredes celulares.
Cuando la bacteria muere, se liberan los LPS; aunque también pueden liberarse a partir de
vesículas de las células viables. Entre los efectos de esta toxina, la destrucción del hueso alveolar
es la más problemática debido a su irreversibilidad.
Cuando se inyectan en la dermis, producen una rápida respuesta inflamatoria; el
componente proteico es tóxico, mientras que los polisacáridos estimulan la producción de
anticuerpos. Por lo tanto una previa sensibilización del tejido aumenta la respuesta a una segunda
aplicación de la endotoxina e incrementa la capacidad de los neutrófilos para fagocitar
microorganismos. Sin embargo, esta hiperactividad puede dañar el tejido debido a la liberación de
enzimas lisosomales y colagenasas por parte de los glóbulos blancos lisados. De esta forma, las
proteínas tisulares son modificadas,
volviéndose antigénicas y llevando posteriormente a
reacciones antígeno-anticuerpo, migraciones de linfocitos T y B, liberación de enzimas lisosomales
y más modificación de proteínas tisulares. De esta forma se establece un círculo vicioso de
inflamación crónica persistente:
- Las endotoxinas son capaces de unirse a la superficie de células componentes del sistema
inmune, como los PMN y los macrófagos. La posterior inclusión de las endotoxinas provoca
el que éstas células liberen sus enzimas lisosómicas extracelularmente, lo que daña los
tejidos locales y genera diversos péptidos que son vasoactivos y quimiotácticos para los
PMN. Mediante este mecanismo las endotoxinas son capaces de amplificar la reacción
inflamatoria.
- Las endotoxinas también pueden activar el sistema de complemento a través de un
mecanismo indirecto, con la consecuente generación de mediadores inflamatorios derivados
de aquel.
- Aunque las endotoxinas son potentes agentes inflamatorios y juegan un papel importante
en la inflamación
que aparece en la enfermedad periodontal, también tiene efectos
citotóxicos directo en las células del periodonto, debido al componente proteico.
- Se ha descrito que las endotoxinas son capaces de provocar resorción ósea in vitro. Las
endotoxinas procedentes de Bacteroides Gingivalis son diez veces más potentes que las de
Actinobacillus actinomycetemcomitans (Aa) o las de Capnocitophaga ochracea. Parece
claro que el mecanismo encargado del proceso de resorción ósea puede variar entre
diferentes endotoxinas, ya que la indometacina, que es un inhibidor de la síntesis de
prostaglandinas, inhibe el proceso resortivo de Actinobacillus pero no el de otras especies
investigadas.
Las funciones de las endotoxinas se pueden resumir en el siguiente cuadro:
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✓ Unión a PMN y macrófagos. Leucopenia.
✓ Activación del sistema de complemento.
FUNCIONES
✓ Efecto citotóxico directo sobre la célula huésped.
✓ Aumento de la resorción ósea.
b) Exotoxinas:
Las exotoxinas son proteínas liberadas por organismos vivos al medio que las rodea, donde
pueden dañar a los tejidos, actuando como potentes venenos tisulares. Algunas exotoxinas tienen
una especial afinidad por ciertos tipos celulares. Por ejemplo las neurotoxinas, tales como la toxina
botulínica o la tetánica, tienen afinidad por el tejido nervioso.
La leucotoxina producida por Aa es la mejor definida y parece tener una correlación directa con la
enfermedad periodontal, tiene afinidad por los leucocitos PMN, comprometiendo los mecanismos
defensivos en el surco gingival.
Las epiteliotoxinas, producidas por B. gingivalis, B. intermedius y Aa, actúan sobre las células
epiteliales, favoreciendo el ataque microbiano.
c) Enzimas:
Las bacterias de la placa producen enzimas hidrolíticas que pueden destruir tejido
conectivo. Las enzimas bacterianas que contribuyen al proceso patológico incluyen: colagenasas,
proteasas, elastasa, hialuronidasa, condroitín sulfatasa, fosfatasa alcalina y ácida y .
A su vez, la respuesta inflamatoria desencadena la liberación de una serie de enzimas por
parte del huésped. Gran parte de ellas pertenecen a la familia de las metaloproteinasas de la
matriz (MMP). Este grupo de 23 enzimas se clasifican en colagenasas, gelatinasas, etc. Son
miembros de una familia de enzimas que requieren Zn en su sito activo para su actividad catalítica.
Las MMPs están estructuralmente relacionadas, aunque genéticamente son diferentes. Las MMPs
son un grupo de enzimas que, en forma concertada, degradan parte de las proteínas de la matriz
extracelular durante la organogénesis, crecimiento y normal recambio tisular. Están involucradas en
procesos fisiológicos como desarrollo tisular, remodelamiento y cicatrización. La actividad de la
MMPs está controlada por el balance entre expresión y síntesis y sus inhibidores endógenos. La
expresión y la actividad de las MMPs en los tejidos sanos son normalmente bajas, pero están
incrementadas en ciertas condiciones patológicas y al no ser suficientes los inhibidores para frenar
su acción se produce la destrucción tisular durante la reacción inflamatoria.
Las células que pueden ser inducidas para expresar distintos tipos de MMPs, incluida la
colagenasa, son los PMN, células epiteliales, fibroblastos, células endoteliales, monocitos/
macrófagos y células plasmáticas.
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La membrana basal entre el epitelio sacular y el tejido conectivo subyacente supone una
barrera, quizás la más importante frente a la invasión del tejido conectivo por parte de las bacterias
patógenas. Los principales componentes de la membrana basal son colágeno tipo IV, laminina,
proteoglucanos ricos en heparán sulfato y fibronectina. Existen dos etapas fundamentales en la
invasión del tejido conectivo. La primera está relacionada con la adhesión de las bacterias a la
membrana basal, fenómeno que físicamente se contrarresta mediante el flujo de fluido crevicular y
la segunda lo está con la degradación de la membrana basal.
Las bacterias relacionadas con la enfermedad periodontal, especialmente Porphyromonas
gingivalis, que invaden el tejido, tienen mayor capacidad de unión y de degradación de la
membrana basal, que las bacterias no periodontopáticas. Usando anticuerpos monoclonales frente
a colágeno tipo IV, se ha visto que es frecuente encontrar roturas en la membrana basal del epitelio
gingival en la enfermedad periodontal.
El tejido conectivo está compuesto principalmente por colágeno tipo I. Los colágenos tipo III
y IV se encuentran en menor cantidad en la encía y ligamentos periodontales. El colágeno
intersticial tipo I y III en su forma nativa son resistentes a la acción de enzimas proteolíticas
inespecíficas. A diferencia de los tipos de colágeno intersticial, el colágeno tipo IV de la membrana
basal tiene varios segmentos no helicoidales que interrumpen la triple hélice de la molécula, por lo
que es más susceptible a la acción de enzimas proteolíticas no específicas, como tripsina y
elastasa.
La proteasa bacteriana similar a la tripsina puede producir varios efectos que
indirectamente interfieren en la respuesta del huésped y en el proceso de remodelación tisular.
Estos efectos incluyen la destrucción de la superficie celular y de las proteínas adhesivas, como
fibronectina y laminina, la activación del sistema de complemento y la degradación de las
inmunoglobulinas.
Las hialuronidasas favorecen la difusión microbiana al despolimerizar el ácido hialurónico,
permitiendo la migración apical del epitelio de unión a lo largo de las superficies radiculares. Las
condroitín-sulfatasas atacan el condroitín sulfato B presente en tejido conectivo, las fosfatasas
ácida y alcalina producen resorción ósea con pérdida de hueso alveolar y la fosfolipasa A es
precursora de prostaglandinas.
La degradación del colágeno es una característica central de la destrucción del tejido
periodontal. La colagenasa es la mayor responsable y la mejor estudiada. La actividad de la
colagenasa está aumentada en el fluido crevicular gingival y se correlaciona con la severidad de la
enfermedad periodontal. Su origen puede ser bacteriano y humano, siendo éste último la principal
fuente. Tanto Porphyromonas gingivalis como Aa producen colagenasa. Debido a que las bacterias
están siempre presentes en la enfermedad periodontal, sería lógico asumir que la colagenasa
aumentada en la enfermedad periodontal proviene de la fuente microbiana. Sin embargo, en los
extractos de tejidos y de fluido gingival se encuentra un patrón de fragmentos de colágeno típicos
de la colagenasa humana y no bacteriana. Las colagenasas de los mamíferos clivan al colágeno en
un solo locus, resultando en la formación de dos fragmentos diferentes. En cambio, las
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colagenasas bacterianas atacan al colágeno en múltiples sitios, produciendo numerosos
fragmentos peptídicos pequeños.
d) Componentes de bajo peso molecular:
Tanto las bacterias grampositivas como las gramnegativas elaboran diversos productos
tóxicos que también tienen capacidad para lesionar los tejidos del hospedero.
Por lo tanto, en el extracto acuoso de la placa están presentes diversos productos finales
del metabolismo bacteriano, como: el amoníaco, el indol, el ácido sulfhídrico, los ácidos grasos
(principalmente butírico y propiónico) y las poliaminas (putrescina, cadaverina y espermidina), que
pueden contribuir al inicio y progreso de la enfermedad periodontal.
✓ amoníaco
✓ indol
PRODUCTOS
✓ ácido sulfhídrico
METABOLICOS
✓ ácidos grasos de cadena corta (AGCC): propiónico, butírico.
✓ poliaminas: putrescina, cadaverina.
Muchos de estos agentes son difusibles y liposolubles y por lo tanto pueden penetrar
fácilmente el epitelio crevicular. En modelos experimentales, producen una respuesta inflamatoria y
daño celular. Sin embargo, antes de que un agente inflamatorio pueda ser positivamente implicado
entre los agentes responsables de la enfermedad, debe demostrarse que tiene efectos tóxicos a las
concentraciones encontradas en la placa de los enfermos.
Una sustancia que cubre estos requisitos es el amonio. Las células pueden tolerar largas
cantidades de amonio cuando es administrado lentamente, debido a los mecanismos de
detoxificación que lo convierten en urea, glutamina o asparagina. Sin embargo, cuando en la placa
periodontal la concentración total de amonio y el pH son altos, el amonio se disocia en hidrógeno y
especies liposolubles no cargadas:
Pared
celular
RNH3+
H+ + RNH2
RNH2 + H+
RNH3+
Como el hidrógeno atraviesa lentamente las membranas lipofílicas, el gradiente de pH entre
la placa y los fluidos tisulares permite que el amoníaco entre rápidamente a las células,
sobrepasando la capacidad buffer de las mismas, causando un incremento del pH intracelular y
daño. Se ha demostrado que el pH y el volumen de los fluidos gingivales aumentan con el
incremento de la severidad de la enfermedad periodontal.
Las aminas, ácidos orgánicos y otros componentes también pueden entrar a la célula de
una manera similar.
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Los AGCC, principalmente propiónico, butírico, isobutírico, isovalérico y succínico, pueden
detectarse en el fluido gingival de bolsas periodontales y su concentración se correlaciona con la
severidad de la enfermedad periodontal. Los AGCC inducen importantes efectos biológicos en la
colonización bacteriana, en la ecología y en las funciones de las células eucariotas. El butírico
inhibe la proliferación celular en la fase G1 e induce diferenciaciones morfológicas en varias líneas
celulares. El butírico y el propiónico inhiben in vitro la proliferación de fibroblastos gingivales
humanos. In vitro los AGCC a concentraciones similares a las encontradas en las bolsas
periodontales inhiben la quimiotaxis de los PMN, así como la degranulación de los mismos. El
succinato disminuye la capacidad fagocítica de los PMN cuando son expuestos a dicho ácido.
Como
ya
mencionáramos,
la
composición
de
la
microbiota
periodontal
influye
significativamente en la toxicidad relativa de estos productos finales in vivo, ya que algunos de ellos
pueden ser captados por algunas especies y degradados más tarde, y otros pueden ser
acumulados alcanzando niveles tóxicos para otras especies. Cambios locales en el pH debido al
metabolismo bacteriano, o en el potencial redox pueden también afectar la supervivencia de ciertas
especies de la población bacteriana y el tejido circundante.
Por último como se ha visto, los factores bacterianos influyen en la respuesta del huésped,
afectando las reacciones inmunitarias celular y humoral. La combinación de los efectos bacterianos
directos sobre los tejidos periodontales y las acciones bacterianas indirectas sobre las defensas del
huésped determinan el modo de reacción del tejido periodontal a los periodontopatógenos.
TOXICIDAD INDIRECTA: PARTICIPACIÓN DEL SISTEMA INMUNE EN LA ETIOPATOGENIA
DE LA ENFERMEDAD PERIODONTAL
Aunque muchas bacterias son capaces de agredir en forma directa los tejidos del
hospedero, la mayoría de los estudios han sugerido que los tejidos conectivos, tanto duros como
blandos, son destruidos principalmente por mecanismos de autodegradación.
Si la inflamación crónica se prolonga, se llega a una adaptación conocida como respuesta
inmune específica que requiere de linfocitos B y linfocitos T.
Mediadores químicos de la inflamación
- Histamina y serotonina
- Prostaglandinas
- Leucotrienos
- Quininas
- Citoquinas
- Especies reactivas del oxígeno
Son sustancias solubles, generados por células del huésped (mediadores endógenos).
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El mediador químico más importante es la histamina, la cual, junto con la serotonina,
produce vasodilatación, aumento de la permeabilidad capilar y contracción del músculo liso no
vascularizado. La liberación de histamina es inducida por anafilotoxinas, que son componentes del
complemento. Estos mediadores participan en la fase aguda de la inflamación.
Los efectos vasculares tardíos son mediados por prostaglandinas (PG) y leucotrienos,
metabolitos derivados del ácido araquidónico.
La bradiquinina, derivada de las quininas, también provoca vasodilatación, aumento de la
permeabilidad y contracción del músculo liso.
Citoquinas
Tanto la activación de los macrófagos por los linfocitos como la capacidad de los linfocitos T
de cooperar con los B en la producción de inmunoglobulinas dependen de mediadores solubles
sintetizados por las células. Estos factores solubles producidos por linfocitos que actúan sobre
diversos tipos de células se denominaron interleuquinas. Las interleuquinas se nombran con un
número precedido por la sigla IL. Para otras citoquinas se usa aún el nombre relacionado con su
acción principal, como por ejemplo el factor de necrosis tumoral (TNF).
Las linfoquinas no sólo son importantes en la regulación de la actividad de células
directamente comprometidas con la respuesta inmune, sino también en la reacción inflamatoria y
en las interacciones del sistema inmune con células no pertenecientes a él.
Las citoquinas más activas en la respuesta inflamatoria son la IL-1 y el TNF.
Los macrófagos producen una pequeña cantidad de interleuquina I (IL-1), pero pueden ser
estimulados por diversos compuestos para producir cantidades mayores. Entre estos se encuentra
el LPS de B. Gingivalis.
La IL-1 induce a las células T cooperadoras a producir y liberar IL-2, la cual, junto con un
antígeno específico, activa a las células T para producir linfoquinas o para que sean directamente
citotóxicas. La IL-1 parece jugar un papel importante en la patogénesis de la periodontitis al
incrementar la actividad del sistema inmune y estimular a los fibroblastos para producir colagenasa
y liberar prostaglandinas. La actividad de la IL-1 está aumentada en el fluido obtenido de áreas de
epitelio gingival inflamado.
La IL-6 es producida por linfocitos, fibroblastos y monocitos. Su liberación es estimulada por
las endotoxinas bacterianas (LPS) e IL-1.
El TNFα
α es similar a la IL-1. Cuando se asocia e ésta se produce liberación de aminas
vasoactivas, que aumentan la permeabilidad de los vasos y conducen al edema tisular.
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Otras acciones atribuidas a las interleuquinas:
Diferenciación de precursores de osteoclastos
IL-6
IL-8
↑ de citoquinas que participan en la resorción ósea
Potente factor quimiotáctico
Liberación de anión superóxido
TNFα
Liberación de histamina, serotonina y PG
↑ permeabilidad de los vasos
Especies reactivas del oxígeno o radicales libres
La etapa final de la cadena respiratoria es la reducción de oxígeno por la cesión de cuatro
electrones 2(O2-). El problema de la convergencia simultánea de cuatro electrones a este punto
terminal es de gran importancia, pues si la reducción del oxígeno no es completa, se forman
productos tóxicos, con acción deletérea sobre moléculas constituyentes de las células.
Desde un punto de vista fisicoquímico, se identifica como radical libre (RL) a toda molécula
que posea uno o más electrones impares (desapareados) girando en las órbitas externas. Esta
condición le confiere una reactividad química muy alta, puesto que el electrón impar o solitario
“busca una pareja” para salir de esa situación inestable. Para ello le sustrae un electrón a una
molécula vecina, es decir, la oxida, alterando su estructura y convirtiéndola a su vez en otro RL.
Los RL del oxígeno se producen como consecuencia de reducciones univalentes
secuenciales del oxígeno molecular, asociados a distintos procesos bioquímicos, que ocurren,
prácticamente, en todos los compartimientos celulares. Es decir, son subproductos de diversas
reacciones celulares.
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Todos los seres vivos, se trate de un insecto o de un mamífero, disponen, con escasas
variantes de sistemas de defensa llamados sustancias o agentes antioxidantes (AOX). La
neutralización de los RL, ya sea impidiendo su formación fuera de los niveles aceptables para la
vida celular o reaccionando químicamente con ellos para transformarlos en moléculas inocuas, es
uno de los prerrequisitos de la vida aeróbica que se caracteriza por una permanente formación de
RL, balanceada por una actividad similar de AOX.
La sensibilidad de los tejidos al O2 es variable y depende del efecto estudiado. Las lesiones
pulmonares, cerebrales y retinianas son más precoces y severas que las ocasionadas a hematíes,
células hepáticas, renales y miocárdicas. Las células del epitelio periodontal también son muy
susceptibles a la acción deletérea de los RL.
Del oxígeno molecular u O2 se derivan tres RL que son:
➭ el anión superóxido (O2-),
➭ el peróxido de hidrógeno (H2O2) y
➭ el radical hidroxilo (OH.).
Cuando la molécula de O2 adquiere 1 e-, aparece el O2.-, que es el más abundante, pero no el
más reactivo. Espontáneamente, en presencia de algún metal o enzima específica, adquiere otro ey 2 H+, y se transforma en H2O2. Estrictamente el H2O2 no constituye, de por sí, un RL, pero por su
capacidad de generar OH. (el más citotóxico de estas especies activas), se lo incluye dentro de
este género de moléculas.
¿Dónde y cuándo se forman?:
- En reacciones redox que involucran oxígeno, y que ocurren como parte del metabolismo celular
normal (fundamentalmente en las cadenas de transporte de electrones en la mitocondria).
- En los polimorfonucleares y macrófagos en función fagocítica, como parte de las reacciones
inflamatorias.
- Ocasionalmente como respuesta a la exposición a radiaciones ionizantes,
UV, polución
ambiental, cigarrillo, hiperoxia, ejercicio excesivo e isquemia.
- En menor grado, también se generan en procesos como el metabolismo del ácido araquidónico, la
síntesis de hormonas de la corteza suprarrenal y ciclos enzimáticos catalíticos.
¿Cómo actúan?
Actúan modificando, debido a su alta reactividad, desde moléculas pequeñas, biomoléculas
libres (vitaminas, aminoácidos, lípidos, etc.), hasta macromoléculas (proteínas, ácidos nucleicos) y
estructuras supramoleculares (membranas celulares, lipoproteínas circulantes).
Cada RL formado puede iniciar una serie de reacciones en cadena, que continúan hasta
que los RL son removidos por los sistemas antioxidantes.
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El OH.- es extremadamente reactivo, su vida útil es de millonésimas de segundo, e
interacciona en forma instantánea con la molécula más próxima, oxidándola y, por ende, alterando
su estructura.
Cualquier molécula que se encuentre en la vecindad inmediata del OH.- se verá, de esta
manera, afectada, y se transformará, a su vez, en un RL desatando una reacción en cadena. La
más frecuente, denominada lipoperoxidación, se caracteriza por ser una reacción autocatalítica
que altera las moléculas de ácidos grasos poliinsaturados, principales componentes de las
membranas celulares.
El OH. es probablemente el compuesto más deletéreo por su indiscriminada reactividad
frente a cualquier componente celular. Por ejemplo, puede hidroxilar las bases púricas y
pirimidínicas del DNA provocando mutaciones, también iniciar la lipoperoxidación. Cuando los PMN
fagocitan, liberan O2.- y H2O2 al fagosoma, por acción de la superóxido sintetasa asociada a la
membrana. El material fagocitado es expuesto a un flujo de RL, que destruyen no sólo a bacterias,
virus, protozoarios o células tumorales sino también al propio PMN, inmolado en el curso de su
acción protectora.
¿Cómo se defiende el organismo?
Se defiende con los llamados agentes antioxidantes (AOX) que mantienen en muy bajos
niveles las concentraciones en estado estacionario de O2- anión superóxido (10-11 M), H2O2 peróxido
de hidrógeno (10-7 M) y OH. radical hidroxilo (10-18 M). En forma sintética, se puede decir que estos
sistemas de defensa están constituídos por:
a.- enzimas, como la superóxido dismutasa, la catalasa y la glutatión peroxidasa y
b.- atrapadores de radicales libres, como glutatión, β-caroteno, ácido úrico, α-tocoferol,
ácido ascórbico y coenzima Q.
Algunos AOX son sintetizados por la célula, tal es el caso de las enzimas antioxidantes.
Otros AOX, los no enzimáticos, pueden o no sintetizarse en las células o pueden ingresar al
organismo a través de los alimentos. Una vez incorporados a la circulación son distribuidos en las
células y se depositan principalmente en sus membranas, blancos preferidos por los RL,
protegiéndolas del proceso de oxidación.
¿Qué es el estrés oxidativo?
El estrés oxidativo puede entenderse como una situación en la que se observa un aumento
en la velocidad de generación de especies oxidantes o una disminución en la actividad de los
sistemas de defensa, resultando en un aumento sostenido de las concentraciones en el estado
estacionario, de especies de oxígeno activo. En situaciones de estrés oxidativo, se manifiestan los
efectos tóxicos de los RL del oxígeno, produciéndose primero un daño celular reversible, que
puede desencadenar un daño irreversible e, incluso, muerte celular si el estrés oxidativo persiste.
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Existen numerosas evidencias que sugieren la participación de los RL del oxígeno en
muchas y muy diversas enfermedades: arterioesclerosis, cáncer, cataratas, artritis, Parkinson,
Alzheimer, inflamaciones en general, etc.
El interés en el esclarecimiento del rol de estas especies en patología y toxicología, crece
día a día.
Papel de los RL en la enfermedad periodontal
Los RL producidos durante el metabolismo normal son esenciales para varios procesos
celulares y, a bajas concentraciones, estimulan el crecimiento de los fibroblastos y células
epiteliales.
En la enfermedad periodontal inflamatoria, las células fagocíticas liberan RL que son
importantes como microbicidas, pero pueden ser tóxicos para las células y la matriz en la zona
inflamada. Hay una explosión respiratoria en los PMN del huésped, que se caracteriza por un
aumento del consumo de oxígeno, con aumento de RL. Por otro lado, los LPS estimulan la
producción de O2- por parte de los fibroblastos gingivales. Este aumento de la concentración de RL
en la bolsa periodontal es contrarrestado, en un primer momento, por un aumento del fluido
crevicular que aporta AOX. Cuando esto no es suficiente se produce una situación de estrés
oxidativo debido al aumento en la producción de RL.
Todo esto se debe tener en cuenta al establecer una “terapia antioxidante” en
enfermedades inflamatorias, ya que se debe mantener un balance entre RL/AOX. Para ello es
necesario profundizar el estudio para encontrar AOX y dosis adecuadas para cada tipo celular,
respetando los niveles óptimos de RL para una función celular normal.
RESORCIÓN ÓSEA EN LA ENFERMEDAD PERIODONTAL
Los macrófagos participan en la destrucción del hueso alveolar que va asociada a la
periodontitis. En modelos experimentales de periodontitis los macrófagos aparecen invariablemente
asociados a los osteoclastos en los lugares de resorción activa. Se han propuesto diversos
mecanismos mediante los cuales los macrófagos pueden producir resorción ósea. La teoría más
factible es la que sugiere que los macrófagos, estimulados por endotoxinas bacterianas (entre ellas
el LPS de las bacterias Gram-negativas), secretan factores tales como prostaglandinas e IL-1, que
pueden afectar o influir indirectamente en la pérdida de hueso modulando las funciones biológicas
de otras poblaciones celulares presentes en el periodonto.
Existen dos vías de activación de los osteoclastos por los LPS presentes en la bolsa
periodontal. Una, indirecta, a través de la liberación de citoquinas proinflamatorias por las células
presentes en el sitio de la infección; estas citoquinas actúan sobre los osteoblastos y los linfocitos
Th1 e inducen la expresión de RANK-L en su superficie: la interacción entre RANK-L (ligando de
RANK) y RANK (receptor activador de NF-kB), situado en la superficie de los preosteoclastos y de
los osteoclastos inactivos induce la diferenciación y activación de los osteoclastos. La segunda vía,
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consecuencia de la acción directa de los LPS sobre los osteoblastos, osteoclastos y preoseoclastos, y es totalmente independiente de las citoquinas proinflamatorias y amplifica la vía
precedente.
El receptor de los LPS implicados en la enfermedad periodontal están constituídos por dos
proteínas: CD14, glucoproteína libre o de membrana sobre la que se fija el LPS, y TLR4 (Toll-like
receptor 4), proteína transmembrana que, bajo su forma dimérica, se asocia a CD14 y asegura la
transducción del mensaje. In vivo, la LBP (LPS binding protein) se fija a los LPS y potencia su
acción; en presencia de LBP, la sensibilidad de los receptores a LPS se incrementa fuertemente
Vía indirecta
Osteoblastos
Fibroblastos
Linfocitos
Macrófagos
LPS
Vía directa
LPS
Citoquinas pro-inflamatorias
Osteoblastos
LT Th1
RANK-L
TNFα
RANK
IL-1
Osteoclastos
inactivos
Osteoclastos
activos
Figura 2: Vías directa e indirecta de activación de los osteoclastos por los LPS.
Vía indirecta de activación de osteoclastos
- Una vez estimulados por los LPS, los fibroblastos, los macrófagos, los osteoblastos y los
linfocitos T CD4+ (LT4) secretan un pool de citoquinas proinflamatorias (IL 1, PGE2 y TNFα. En los
osteoblastos, los fibroblastos y los macrófagos, la interacción de los LPS con sus receptores
CD14/TLR4 produce una secreción directa de citoquinas. En los LT4 la secreción es indirecta, ya
que se necesita la intervención de una célula presentadora del antígeno (CPA).
La reacción de esta primera línea de defensa de los LPS corresponde, entonces, a una secreción
masiva de citoquinas proinflamatorias, asegurada principalmente por los macrófagos y constituye el
primer paso de una cascada de eventos que conducen a la resorción ósea.
- En presencia de M-CSF (macrófago-colony stimulating factor), las citoquinas
proinflamatorias inducen la síntesis de RANK-L por los osteoblastos y linfocitos T en su superficie,
amplificando la secreción de MCSF.
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- La interacción por contacto celular entre RANK-L,
situado sobre los osteoblastos y
linfocitos Th1, y RANK, situados sobre los preosteoclastos, inducen la diferenciación de estos
últimos en osteoclastos inactivos. La regulación de la interacción RANK-L/RANK depende de la
modulación de la expresión de RANK-L y RANK sobre los osteoblastos y preosteoclastos
respectivamente, y de un sistema de competición. En efecto, los osteoblastos sintetizan una
proteína, la osteoprotegerina (OPG), que se fija específicamente sobre RANK-L
e inhibe
competitivamente la interacción RANK-L/RANK.
- Los osteoblastos juegan, entonces, un papel central sintetizando MCSF y RANK-L, ambos
necesarios para la activación de los osteoclastos, y OPG, que permite la inhibición de esta
activación.
Los preosteoclastos se pueden diferenciar también en osteoclastos inactivos por la vía de TNFα, a
través de la interacción entre TNFα y su receptor presente en la superficie de los preosteoclastos.
Esta vía es totalmente independiente de la RANK-L/RANK, y no se inhibe por OPG.
EL MCSF sintetizado por los osteoblastos en respuesta a IL-1, IL-6 o TNFα, es indispensable para
la diferenciación de los preosteoclastos. Paradójicamente su presencia en cantidades importantes
inhibe la diferenciación de los osteoclastos y favorece la de los macrófagos. Por lo tanto, la
concentración de MCSF en el medio es un factor crucial.
- Finalmente la activación de osteoclastos inactivos en osteoclastos activos se da a través
de dos interacciones independientes: RANK-L (situados sobre los osteoblastos y LT) y RANK
(sobre preosteoclastos inactivos) y IL-1 y su receptor en los osteoclastos.
Vía directa de activación de osteoclastos por LPS
Los LPS pueden actuar directamente sobre algunas células en ciertas etapas de la vía
indirecta y provocar la activación de los osteoclastos independientemente de las citoquinas
proinflamatorias. Por ejemplo, la activación de los receptores de LPS de los osteoblastos induce la
expresión de RANK-L, lo que permite la diferenciación de los preosteoclastos por la vía RANKL/RANK.
REGULACION DE LA RESORCIÓN ÓSEA
La resorción ósea por la vía indirecta es un proceso ligado a un fenómeno inflamatorio,
inducido por la presencia de LPS. Pero la existencia de la vía directa, independiente de la
inflamación, permite explicar porqué una disminución de la síntesis de citoquinas proinflamatorias
no logra disminuir la severidad de la destrucción ósea.
La interacción RANK-L/RANK por contacto celular directo entre un osteoblasto o linfocito
(que posee RANK-L en su superficie) con un osteoclasto o precursor, tiene un rol esencial en la
activación de la destrucción ósea. En efecto, la expresión de RANK-L, en presencia de MCSF, es
suficiente para una diferenciación completa de los preosteoclastos en osteoclastos activos. Una vez
activados por las citoquinas o por los LPS, los osteoblastos o los linfocitos Th1 permiten el pasaje
de cada etapa a la siguiente.
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La osteoprotegerina ( OPG ) en su unión a RANK-L es un inhibidor competitivo y factor
clave en la regulación de la activación de los osteoclastos. El balance RANK-L/RANK/OPG orienta
hacia la activación o la represión de la resorción. Esta proteína reguladora es secretada por varios
tipos celulares y mayoritariamente por los osteoblastos que, sintetizando al mismo tiempo RANK-L,
tiene un rol central en el control de la regulación de la resorción ósea.
Los linfocitos T también juegan un papel importante en la regulación, a través de la síntesis
de citoquinas antiinflamatorias como IL-4 o IL-10 por los LTh2. La IL-4 inhibe la diferenciación de
linfocito T CD4 (LT4) al fenotipo Th1, la síntesis de PGE2 por los macrófagos y fibroblastos y la
síntesis de RANK-L inducida por las citoquinas proinflamatorias.
CONTROL DE LA INFLAMACION EN LA ENFERMEDAD PERIODONTAL
Cuando se inicia un proceso inflamatorio, el objetivo de la respuesta es lograr
inmediatamente la homeostasis a través de la rápida eliminación del agresor, esto no puede ocurrir
mientras los neutrófilos permanezcan en el área lesionada.
Anti-inflamación no es lo mismo que resolución. Los agentes anti-inflamatorios pueden
bloquear o inhibir los mediadores exógenos o endógenos pro inflamatorios. Los inhibidores de la
ciclooxigenasa COX, como el ibuprofeno, son efectivos anti inflamatorios, ya que bloquean la
producción de PGE2. Para que un compuesto sea pro resolución debe existir alguna célula blanco
con un receptor, por lo que es un proceso activo en donde las células son estimuladas para
responder, lo que es muy diferente a bloquear una vía.
Mediadores endógenos lipídicos de la inflamación:
El ácido araquidónico (ω-6) surge de la ruptura de las membranas celulares mediante la
acción de la fosfolipasa A2 y se transforma en sustrato de dos grandes grupos enzimáticos: COX-1
y COX-2 y lipooxigenasas. Los productos son potentes mediadores proinflamatorios. Más adelante
durante la respuesta inflamatoria, cuando estos productos están en alta concentración en las
células hay un proceso de entrecruzamiento de la actividad de la lipooxigenasa conocido como
biosíntesis transcelular ó interacción célula:célula (lipooxigenasa:lipooxigenasa). El producto
resultante son moléculas de araquidonato sustituidas en dos sitios, llamadas lipoxinas.
Estas lipoxinas tienen distintos receptores y funciones pleomórficas, según el tipo celular.
Son productos endógenos destinados a resolver la inflamación. Por ejemplo, se unen a los
neutrófilos, inhibiendo la quimiotaxis, la generación de superóxido y la secreción de moléculas
proinflamatorias y proteolíticas como PGE2. Los neutrófilos rápidamente progresan a la apoptosis y
son fagocitados por los monocitos, sin secreción de interleuquinas, TNF-α u otras moléculas
proinflamatorias. En los pacientes con periodontitis se detecta lipoxina A4, aunque en
concentraciones insuficientes como para producir efecto clínico.
Los ácidos grasos ω-3 de la dieta, utilizando las mismas vías metabólicas, son sustrato para
la síntesis de una clase de moléculas denominadas resolvinas y docosatrienos. Estas moléculas se
unen a receptores en las células inflamatorias con el objeto de promover la resolución de la
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inflamación. Esta es la vía que utilizan los ácidos grasos ω-3 de la dieta para su actividad antiinflamatoria sistémica que provee protección para enfermedades cardiovasculares y otras de origen
inflamatorio. El término resolvinas se utilizó en un primer momento para referirse a mediadores
endógenos con propiedades anti-inflamatorias. Las acciones conocidas son reducción del tráfico de
neutrófilos y regulación de la producción de citoquinas y especies reactivas del oxígeno.
Conclusiones
La destrucción del hueso alveolar es la resultante de un complejo sistema
de activación de los osteoclastos, en el cual interviene un mecanismo indirecto a
través de citoquinas inflamatorias pero también una acción directa de los LPS
sobre los distintos actores de este proceso. Otros productos bacterianos como
lipoproteínas, péptidoglicanos, ácido lipoteicoico o lipo-arabinomanano pueden
inducir la resorción ósea por mecanismos similares a los del LPS, pero sobre
receptores TLR2/CD14 y no TLR4/CD14. Lipoxinas, resolvinas y docosatrienos,
generados a partir de ácidos grasos ω-6 y ω-3 uniéndose a receptores en las
células inflamatorias promueven la resolución de la inflamación. El desbalance
entre ambos mecanismos conlleva a la destrucción del hueso alveolar.
La mejor comprensión de estos mecanismos deberá conducir a poder
desacoplar las interacciones osteoinmunológicas, pero permitiendo que el
sistema inmunológico pueda luchar contra la infección sin producir destrucción
ósea asociada.
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