CAUSAS DEL ENFRIAMIENTO Causas del enfriamiento “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mat. 24:12) En Mateo capítulo 24, Jesús advirtió de varios momentos difíciles que sobrevendrían a su generación (Mat. 24:34). Se acercaba una gran tribulación (Mat. 24:9, 21, 29) y la destrucción de Jerusalén y del Templo (Mat. 24:2, 15-20) cuando el judaísmo se vendría abajo. Semejante tribulación de gran angustia, de enorme presión y de grandes dificultades, sería insoportable para varios de los discípulos que flaquearían. Muchos sucumbirían a la presión y se alejarían de Dios al enfriarse su amor y dedicación a Él (Mat. 24:10-12). Cristo dijo: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mat. 24:9-13). Considere lo anterior, y note los factores que Jesús mencionó como catalizadores de la apostasía. Estos mismos factores, son las causas del enfriamiento y de la apostasía en la actualidad. Persecución. La persecución religiosa tiene como fin el que uno abandone sus convicciones. “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Tim. 3:12). Vamos a ser perseguidos, y debemos prepararnos para ello, “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese” (1 Ped. 4:12). Impopularidad. Muchos son arrastrados por la tentación de seguir a la mayoría y agradar a los hombres. “No seguirás a los muchos para hacer mal” (Ex. 23:2). “Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas” (Prov. 1:10). Desaliento. Es doloroso y desalentador el saber de hermanos que se apartan de la fe. Así también podemos desalentar a otros con nuestras acciones. Por lo tanto, debemos estimularnos los unos a los otros al amor y a las buenas obras. “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (Heb. 3:12-13). “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Heb. 10:24-25). División. A la vez que la división algunas veces será necesaria (Mat. 10:34-37; 1 Cor. 11:19), nuestra meta debe ser “la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Ef. 4:3). La unidad del Espíritu conduce al crecimiento del cuerpo de Cristo (Ef. 4:4-6, 15-16). Falsa doctrina. Jesús advirtió que los falsos profetas pueden llevar tras de sí a muchos hacia el error. La falsa doctrina no es algo que deba ser ignorado o tolerado (2 Jn. 9-11). Tolerar a los falsos pone en peligro nuestra propia fidelidad a la verdad (Gal. 2:4-5). Los *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com 1 CAUSAS DEL ENFRIAMIENTO falsos maestros deben ser señalados (marcados) y evitados (Rom. 16:17-18) rehusando su compañerismo (Tit. 3:10-11). Pecado. Jesús condenó el pecado, el cual es una transgresión de la ley de Dios (1 Jn. 3:4), una injusticia (1 Jn. 5:17). El engaño del pecado endurece el corazón, y el hombre endurecido es responsable delante de Dios (Heb. 3:13). Jesús dijo: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mat. 24:13). Esto es verdad para nosotros hoy. Si somos fieles hasta la muerte, seremos recompensados por Dios (Apoc. 2:10) quien “es galardonador de los que le buscan” (Heb. 11:6). No debemos permitir que nada nos aparte “de la sincera fidelidad a Cristo” (2 Cor. 11:3). *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com 2