1-1 INTRODUCCI ÓN: EL ENCÉFALO HUMANO El encéfalo

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1-1 INTRODUCCI ÓN:
EL ENCÉFALO HUMANO
El encéfalo humano constituye la estructura más compleja de protoplasma existente en la
Tierra, o quizás incluso en nuestra galaxia. Producto de la herencia y el ambiente,
funcionando durante decenas de millones de años, este conjunto celular de más de kilo y
medio tiene todavía un potencial desconocido; ¡y, sin embargo, qué historia de logros y
qué increíble promesa para el futuro! Ningún otro grupo de células ha sido capaz de
enviar seres humanos a la Luna, de crear la Declaración de los Derechos Humanos, la
ingeniería genética, de producir una sonata de Mozart o un paisaje de Turner. En nuestro
intento por comprender el cerebro no podemos esperar respuestas sencillas a nuestras
preguntas.
¿Cuál es el logro más importante de este órgano que es tan pequeño que cabe en nuestras
manos? Quizás sea la capacidad para formarse un concepto de un universo de diez mil
millones de años-luz de una parte a otra, o un mundo microcósmico que queda fuera del
alcance de nuestros sentid os; en otras palabras, modelar mundos completamente
independientes de la realidad que podemos ver, oír, sentir y oler.
Un logro importante tiene que ver con la capacidad de nuestro encéfalo para adaptarse a
la
diversidad
cultural:
¡con cambios químicos y estructurales mensurables! Nuestros encéfalos incrementan
literalmente las ramificaciones de las células nerviosas en respuesta al entrenamiento y al
aprendizaje, con independencia de nuestra edad. Y, a la inversa, nuestro encéfalo está
aprendiendo a remodelar el ambiente en el que vivimos, obteniendo beneficios o
sufriendo las consecuencias.
El encéfalo y sus obras son únicos para cada persona.
Casi todos los órganos del cuerpo son potencialmente trasplantables. Sin embargo, y a
pesar del trasplante, la «persona» es la misma. El trasplante del encéfalo equivaldría al
trasplante de la persona. No obstante, el encéfalo no realiza todas sus funciones solo sino
que es una parte de una unidad global: el cuerpo humano. El encéfalo depende del trabajo
conjunto del corazón, hígado, riñones, pulmones y del sistema inmunitario.
Coloree la Tierra (A), en el extremo superior izquierdo de la lámina, y su título «mundo
externo».
El mundo externo (A), representado por el globo terráqueo, constituye el mundo de
nuestra realidad externa experimentado a través de los órganos de los sentidos que
informan a nuestro encéfalo. A su vez la actividad de nuestro encéfalo construye el
mundo interno. Es la constante interacción entre los sucesos de ambos mundos la que
determina nuestra supervivencia. Los conceptos e ideas elaborados en el mundo interno
del encéfalo se traducen en las realidades del mundo externo, y es dentro de los
hemisferios
cerebrales
donde
dicha
actividad
tiene
lugar.
Coloree los lóbulos de cada hemisferio cerebral (B a E), así como los títulos relacionados
y las representaciones de actividad.
En esta lámina se puede observar la superficie dorsolateral externa de un hemisferio
cerebral. Los hemisferios se subdividen en lóbulos, estando cada uno de ellos
caracterizado por el desarrollo de capacidades funcionales especiales. La planificación
del futuro, representada aquí por la exploración del espacio, es obra de los lóbulos
frontales
(B).
Los grandes músicos han creado conciertos que son oídos y apreciados a través de los
lóbulos temporales (C). Los lóbulos occipitales (D) son responsables de las capacidades
visuales necesarias para construir las grandes creaciones arquitectónicas del mundo. La
lógica de las matemáticas, que representa quizás lo más abstracto de las funciones
neurales,
depende,
en
parte,
de
los
lóbulos
parietales
(E).
En la siguiente lámina, se puede observar la estructura externa del encéfalo sin
diseccionar, que le servirá como referencia para su orientación.
1-2 INTRODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA DEL ENCEFALO I
Esta lámina se centra en algunos aspectos estructurales y funcionales relevantes, que
forman parte del cerebro anterior, sirve como introducción adicional al encéfalo y
describe algunas de las principales áreas del cerebro posterior.
En la Unidad 5 se puede encontrar una descripción más detallada. Las estructuras de esta
ilustración, que aparecieron ya en la lámina anterior (1-1), mantienen los mismos
subíndices y debe colorearlos de la misma manera.
Reserve los colores utilizados para B, C, D y E en la lámina anterior y úselos aquí para
las mismas estructuras. Coloree los títulos A a D y las estructuras relacionadas. Se
recomienda utilizar diferentes matices del mismo color para aquellas estructuras que
tienen el mismo sub índice pero distintos exponentes. Las cisuras A y G Y el surco (F) se
han ampliado de tamaño para poder colorearse.
Los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo están separados por una profunda
hendidura denominada cisura longitudinal (A). Otras importantes hendiduras (cisuras o
surcos) dividen a los hemisferios en lóbulos. Esas hendiduras son el surco central (F;
llamado también cisura de Rolando) y la cisura lateral (G; llamada también cisura de
Silvio). La cisura central discurre desde la parte superior (vértex) del hemisferio en
sentido descendente hasta un punto situado a medio camino entre los polos frontales y
occipitales de cada hemisferio. La cisura lateral discurre hacia atrás en un ligero sentido
ascendente, de modo que parece una profunda estría situada entre lo s lóbulos parietales y
temporales.
La parte del hemisferio situada por delante del surco central es el lóbulo frontal (B).
Representa aproximadamente un tercio de la superficie hemisférica. Una gran parte del
lóbulo frontal se encarga de la planificación, predicción y programación de las
necesidades del individuo. La parte inferior del lóbulo frontal, principalmente la situada
en el hemisferio izquierdo, está especializada en la articulación del habla (área del habla,
B1). Una estrecha banda del lóbulo frontal ubicada frente a la cisura central (área motora,
B2) se encarga de controlar los movimientos del cuerpo. Una lesión que afecte a esta área
puede causar parálisis contralateral.
La zona del hemisferio situada por debajo de la cisura lateral es el lóbulo temporal (C),
cuya parte superior se relaciona con el sentido de la audición. La lesión de esta zona
cerebral puede provocar una disminución de la audición o una sordera. La zona interna
del lóbulo temporal juega un importante papel en el procesamiento de la memoria. La
mayor parte del lóbulo temporal restante puede estar implicado en la integración de
múltiples funciones sensoriales tales como la audición, visión y tacto. La parte del
hemisferio situada por detrás del surco central es el lóbulo parietal (E), cuyos límites
precisos son
difíciles de establecer. Los impulsos nerviosos relacionados con las sensaciones de dolor,
temperatura, tacto y presión acceden a una porción del lóbulo parietal situada
posteriormente a la cisura central (área somatosensorial primaria, El). Algunos
investigadores han demostrado que las alteraciones estructurales localizadas en las zonas
inferiores del lóbulo parietal están asociadas con trastornos de la lectura. La estimulación
de varias partes de este lóbulo en pacientes conscientes produce sensaciones gustativas.
El lóbulo occipital (D) se localiza por detrás de los lóbulos parietal y temporal, separado
de los mismos en la ilustración por una línea vertical punteada dibujada entre una cisura
(por encima) y una incisura (por debajo). Una línea punteada procedente del extremo de
la cisura lateral completa la separación entre los lóbulos temporal y parietal. La
información visual se procesa en los lóbulos occipitales; la lesión en esta zona produce
una ceguera parcial o total. Los mecanismos cerebrales de la visión constituyen uno de
los aspectos más intensamente estudiados en neurociencia.
Coloree los títulos H, I Y J y las estructuras relacionadas.
La parte inferior del cerebro posterior, el bulbo raquídeo (médula oblonga ) (J), tiene una
solución de continuidad en la
médula espinal. Esta región de 2,5 cm de longitud controla funciones vitales tales como
la respiración y la tasa cardíaca, Justo por encima del bulbo se encuentra el puente
(protuberancia) (H), que actúa como una estación de relevo entre los hemisferios
cerebrales y el cerebelo (I). El cerebelo puede identificarse claramente por debajo de los
hemisferios cerebrales, pero tiene unos surcos superficiales mucho más marcados. Está
implicado en la coordinación muscular y el equilibrio de acciones tales como escribir y
caminar.
1-3 INTRODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA DEL ENCÉFALO II
La introducción al encéfalo continúa con esta perspectiva «diseccionada» del encéfalo y
la parte superior de la médula espinal. En las dos láminas anteriores, se le ha informado
acerca de la ubicación de los hemisferios cerebrales. Aquí puede observarlos en relación
al resto del encéfalo. De nuevo, las estructuras de esta ilustración que se han descrito
previamente reciben los mismos subíndices y debe colorearlas como lo hizo
anteriormente.
Reserve los colores utilizados para B, C, D, E, H, 1 Y J en la lámina anterior y úselos
aquí para las mismas estructuras. Coloree los títulos B a F y las estructuras relacionadas
en las dos ilustraciones superiores.
Los hemisferios cerebrales constan de cinco lóbulos, cuatro de los cuales ya ha coloreado
en una visión lateral del encéfalo. En esta lámina puede observar estos lóbulos tal y como
los vería desde la superficie interior (medial) del hemisferio derecho. En este caso, el
hemisferio izquierdo ha sido completamente retirado para permitir dicha visión.
Moviéndonos desde la parte frontal, puede observar las superficies mediales de los
lóbulos frontal (B), parietal (E) y occipital (D) que cubren la superficie lateral o externa.
Esta perspectiva también muestra la zona inferior del lóbulo temporal (C) así como el
lóbulo límbico (A; límbico, del latín «borde, orla») organizado alrededor de la conjunción
entre los hemisferios cerebrales y el troncoencéfalo. Algunas de las funciones de los
lóbulos frontal, temporal, parietal y occipital se han descrito ya en las láminas 1-1 y 1-2.
El lóbulo límbico está implicado en los aspectos sexuales y emocionales de la conducta y
en el procesamiento de la memoria.
Por debajo de la superficie de los hemisferios existen grandes masas de fibras (no se
muestran) que conducen impulsos en todas direcciones y grandes grupos de células que
aglutinan cuerpos celulares situados en la base de cada hemisferio: son los ganglios basa
les (F). Su principal papel parece estar relacionado con la programación y ejecución del
movimiento (actividad motora). Las enfermedades que afectan a los ganglios basales se
manifiestan en forma de temblor y movimientos incontrolados.
Coloree los títulos G a L y las estructuras relacionadas.
El diencéfalo (parcialmente oculto en la base cóncava de los hemisferios) está
conformado en su mayor parte por el tálamo (G), hipotálamo (K; hipo, «por debajo de»),
y glándula pineal (L). El tálamo funciona como una estación de relevo sensorial para los
hemisferios cerebrales. Las vías nerviosas que procesan las sensaciones de todas las
modalidades sensoriales excepto el olfato, pasan por el tálamo antes de llegar a los
hemisferios. El hipotálamo, pese a su pequeño tamaño (apenas mayor que cuatro
guisantes), se encarga de una gran cantidad de funciones. Controla el sistema nervioso
autónomo, que estimula la contracción de las fibras musculares y las secreciones
Glandulares de los órganos internos; regula el apetito, la sed y la temperatura y controla
la liberación de las hormonas de la hipófisis y, por lo tanto, de muchas de las glándulas
endocrinas del cuerpo. La pequeña glándula pineal, localizada detrás del tálamo, se
asemeja funcionalmente a un reloj biológico, regulando los ritmos corporales y la
actividad sexual.
Coloree los títulos M a N, así como las estructuras relacionadas.
La región superior del troncoencéfalo es el cerebro medio (mesencéfalo) (M), que
controla en parte los patrones automáticos (reflejos) asociados con los sistemas visual y
auditivo. Sus zonas más profundas están implicadas en el control de otros importantes
patrones motores. La región inferior del troncoencéfalo forma parte del cerebro posterior
e incluye el bulbo raquídeo (J) y la protuberancia (H, puente), presentados en la lámina 12. El cerebelo (1) es también parte del cerebro posterior y su función se ha descrito
también en la lámina 1-2.
La médula espinal (N) está unida al bulbo raquídeo en la base del cráneo, cubierta por el
canal neura! o columna vertebral. Incluye tanto vías ascendentes (generalmente
relacionadas con las sensaciones) como vías descendentes (generalmente relacionadas
con el movimiento), que conducen impulsos nerviosos hacia y desde el encéfalo. Siendo
la región más primitiva del sistema nervioso humano, la médula espinal recibe
información sensorial desde todas las partes del cuerpo (excepto la cara) y envía órdenes
para realizar actividades motoras.
1-4 ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO
Es importante conocer que los hemisferios cerebrales, a pesar de que contienen
importantes estructuras, no conforman todo el sistema nervioso humano. En esta lámina,
como orientación, introducimos el esquema completo del sistema nervioso: central,
periférico y vegetativo (autónomo).
Coloree las estructuras A a C, empleando colores que contrasten entre los tres sistemas.
El sistema nervioso humano se divide en sistema nervioso central y sistema nervioso
periférico. El encéfalo (Al), ubicado en la bóveda craneal, y la médula espinal (A2),
encerrada en la columna vertebral, constituyen el sistema nervioso central o SNC. No
sólo se encuentran centralmente localizados, sino que también constituyen los centros de
las funciones neurales. El encéfalo será tratado en la Unidad 5. Los principales
componentes o áreas del encéfalo se han presentado ya en la lámina anterior. Los
hemisferios cerebrales representan las mayores estructuras del encéfalo, pero constituyen
solamente una parte. Los hemisferios dependen de otras estructuras del sistema nervioso
para recibir información, transmitirla y modificar sus órdenes.
La unión del encéfalo con la médula espinal tiene lugar a nivel del agujero occipital
(véase lámina 6-2), un gran orificio (foramen) existente en la base del cráneo. La médula
espinal se describe en la Unidad 4. Las vías que pasan por la médula espinal y el encéfalo
se incluyen también en esa unidad.
El sistema nervioso periférico o SNP, consta de nervios craneales (Bl) y nervios espinales
(B2), y sus componentes se localiza n fueran del SNC. De los 12 pares de nervios
craneales (se muestran sólo tres ejemplos), todos, excepto los dos primeros nacen en el
troncoencéfalo. Los nervios craneales están relacionadas con la Ínervación de la cabeza y
se tratarán en la Unidad 6.
Los 31 pares de nervios espinales (de los cuales sólo se muestran unos pocos) parten de la
médula espinal y, al igual que los nervios craneales, están compuestos por prolongaciones
nerviosas que conducen impulsos nerviosos relacionados con sensaciones y/o
prolongaciones que conducen impulsos nerviosos motores. Los nervios espinales inervan
todo el cuerpo excepto las áreas de la cabeza, que se encuentran inervadas por los nervios
craneales. Se describirán en la Unidad 7. El sistema nervioso vegetativo, o SNV (C;
denominado también sistema nervioso autónomo o visceral), está relacionado con la
inervación motora (control nervioso) del músculo cardíaco, glándulas y musculatura lisa
de las vísceras, así como con la inervación sensorial de dichas vísceras. Las vísceras
incluyen los órganos de las cavidades torácica, abdominal y pélvica, algunas estructuras
de la cabeza y el cuello, junto a los vasos sanguíneos, glándulas sudoríparas, y músculos
piloerectores de la piel. Los componentes del SNV incluyen partes del encéfalo y de la
médula espinal, nervios cranea1es y espinales, así como sus propias estructuras
especializadas. En esta lámina se muestra una parte de la cadena de células nerviosas del
SNV localizadas en las cavidades torácicas, abdominales y pélvicas y conectadas con la
médula espinal a través de nervios espinales. El componente motor del SNV se tratará en
la Unidad 8. El componente sensorial del SNV se distribuye de un modo más difuso que
el componente motor y no puede distinguirse estructuralmente de los axones sensoriales
que parten hacia estructuras somáticas (músculo esqueléticas y piel). En el índice (SNV)
puede disponer de una completa lista de las láminas que abarcan tanto los componentes
sensoriales como los motores.
En resumen, las tres divisiones del sistema nervioso se encuentran en constante
interacción. Se presentan independientemente porque cada una de ellas muestra
características específicas.
“Material extraído del Libro EL CEREBRO HUMANO, Autores M. C. Diamond, A. B.
Scheibel y L. M. Elson. de la Editorial Ariel, S.A.
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