Magia y mitología en las leyendas fundacionales GREGORIO A. GÓMEZ DOMINGO Para estimar las cosas estas deben ser conocidas bajo todos los aspectos. El pasado se basa no sólo en el relato histórico, sino también en la magia de las tradiciones y leyendas. Es cierto que lo histórico es indiscutible porque se basa en documentos escritos y hallazgos arqueológicos, pero las leyendas –el tema que ahora vamos a tratar– son entrañables, pues pertenecen a la entraña: nacieron de unos hechos que se fueron trasmitiendo de generación en generación como enseñanza y recreación. Aunque no podamos darles plena veracidad, y aunque sepamos que fueron desfiguradas con añadidos que a veces eran bellos y otras veces falsos. Para dar inicio a nuestro relato sobre las leyendas fundacionales en la Comunidad de Teruel tenemos que empezar por hablar del propio Teruel, ciudad que tiene en su origen el más antiguo de los mitos legendarios. En la Historia aparece por primera vez cuando el historiador romano Tito Livio trata sobre las diferencias que mantiene Turba contra los saguntinos. No se habla de la fundación de Teruel hasta que en los años de 1800 surgen los historiadores turolenses y nos dicen que a nuestra ciudad la fundó nada menos que Hércules... Para mí fue una gran sorpresa porque no conocía dato alguno sobre tal noticia. Estrabón critica a los poetas modernos griegos que cuentan fábulas y cita las manzanas de las Hespérides, que son el motivo de la duodécima hazaña de Hércules. A Hércules le pide su hermano un ramo de manzanas de oro y Hércules emprende el camino a Hesperia, sigue el rumbo hacia el Hesper, el lucero de la tarde; baja por el río Erídano y encuentra a las Ninfas en su desembocadura, les pregunta por Hesperia y el Jardín de las Hespérides. Ellas le dicen que al otro lado está Hesperia, pero lo del Jardín es un secreto del dios Nereo. Se va en busca del dios de los mares que no le quiere informar, lo prende del cuello y al verse en peligro, lo lleva a la desembocadura del río al que dicen se llamaría luego “Río de los Tyrios”. Hércules subirá al alto y luego bajará para entrar al Jardín por detrás del Dragón que lo Hércules robando las manzanas de oro del Jardín de las guarda y que unos poHespérides. Detalle del mosaico romano de Los Doce etas dicen tiene cien Trabajos de Liria (Valencia) realizado en piedra caliza en la cabezas y otros se conprimera mitad del siglo III. 80 Comunidad de Teruel forman con diez. Hércules matará al dragón y tomará los frutos. Hércules prosigue su camino. Debemos suponer que llegando a la unión Guadalaviar-Alfambra pregunta a los habitantes que le dicen la ruta que debe seguir y se lleva las manzanas de oro, que acaso eran naranjas. Pero su padre Júpiter le obliga a volver y dejarlas donde estaban. Ya tenemos a Hércules otra vez por el río de los Tyrios, aguas arriba; ya se reencuentran con sus amigos, ya deja las manzanas... Y entonces debió de ser, al decir de los poetas, cuando se dispuso a recorrer Hesperia y alzó las Columnas y el Faro de La Coruña, y, por supuesto, cuando habría Teruel se vislumbra sobre los cañaverales en la unión del Guadalaviar con el Alfambra, fundado a Teruel. Si tenemos en nacimiento popular del Turia. cuenta que los romanos representaban a Hércules como un toro y como una estrella a Hesperia, por eso en nuestro escudo está Hércules en busca de Hesperia. Agua Otra curiosa leyenda que tiene relación con el agua, es la que hace referencia a la fuente de Cella, de la que se dice es el mayor pozo artesiano de Europa. Ya en los tiempos del Cid Campeador, se nombraba a Cella como “Çelfa la del canal”, pues en fecha que pudo ser cuando el Emirato, se construyó el conducto de piedra que le surtía de agua del Guadalaviar. Con el deterioro que acarrea el tiempo y con el aumento de población, cuando Alfonso I la concedió a los Templarios parece que era tal la necesidad que nació en todos el afán por conseguir un manantial. Aunque las versiones son variadas, a mí todavía me contaba cierto anciano del pueblo, recreando una vieja leyenda, que como ni los Templarios ni los vecinos más instruidos del pueblo podían solucionar esta carencia de agua, optaron por recurrir al auxilio de los Santos, fijando su atención en San Clemente, que tenía su Santuario al salir del pueblo. Le hicieron unas rogativas, y contaba que cuando acabaron los rezos, un tremendo rayo cayó del cielo, allí al lado de la Ermita, cuando más admirados que asustados, al ver que abrió un ancho pozo que poco a poco se iba llenando con el agua que del centro le brotaba. De la Historia 81 Y saliendo de Cella nos vamos a quedar en esa zona que se conoce como Los Llanos, en Concud y Caudé, donde nació una leyenda que se ha quedado en historia. Es curioso que ahora haya quien busca cadáveres de los que murieron en la pasada guerra, ya sea luchando o congelados, podamos recordar que al otro lado hay un lugar al que nuestros antepasados dieron por nombre “El Barranco de las Calaveras”, porque aparecían, ya fosilizadas, osamentas que decían ser de los muertos en una dura batalla que allí había tenido lugar. El hecho se remonta al año 196 a.C., cuando el Pretor de los romanos Quinto Minucio Termo se enfrentó contra los turolenses, o turbitanos –como se les llamaba Cella. El pozo artesiano evoca el misterio del entonces–; dura fue la lucha, a conagua. secuencia de la cual resultó capturado nuestro caudillo Budar, que con Besásides dirigía nuestras tropas. Lo crucificaron allí mismo, mientras, agonizando, incitaba a luchar contra los romanos, que mejor armados, ganaron la batalla. Pero podemos calificar de pírrica aquella “concutio”, que dio a Concud su nombre, porque fueron 12.000 los caídos de ambos campos. El Barranco de las Calaveras, en Concud, motivo de discusiones paleontológicas en el siglo XVIII. 82 Comunidad de Teruel Por eso nuestros ancestros, pensando que allí habían sido enterrados, se creían orgullosos al visitar lo que nombraban como un glorioso santuario de nuestra Historia, hasta que ya funcionando el Instituto de Enseñanza Media, demostraron que el Barranco de Las Calaveras era un yacimiento con fósiles del Mioceno. Así pues, se fue la leyenda, pero sigue la Historia y crece nuestra cultura.