Eddy Merckx Napoleón del ciclismo Si la Historia Universal entre 1796 y 1815 se engalanó con las epopeyas de Napoleón I en su época más brillante, el Tour de Francia y el ciclismo en general, se jerarquizaron al máximo con la presencia del belga ‘Eddy’ Merckx, en el primer quinquenio de la década del 70, principalmente. Nació Merckx el domingo 17 de junio de 1945 en Meensel Kiezzegem, Bélgica. Su padre deseaba que fuese abogado, mientras su madre, Jenny, instructor de educación física. El pentacampeón recuerda textualmente lo que algún día le dijera: “ Eddy, estás a punto de cometer una bestialidad, trata de no ver únicamente el lado buenos de las cosas que te ofrece el ciclismo. Se que mañana -mayo 1º. de 1962- correrás en Hal y te pido que durante la carrera pienses en nuestra conversación, y a tu regreso decidimos”. Ganar o perder -según el acuerdo madre e hijo- definiría el futuro de Merckx, por esos días próximo a cumplir 17 años. Ese día, fecha universal del trabajo, ‘Eddy’ ganó con ventaja superior a los cinco minutos y obtuvo 850 francos belgas como premio. Al momento de triunfar estaba con su padre. Él y su madre decidieron apoyarlo en su anhelo de ser ciclista. A partir de ese entonces comenzó la crónica del más calificado pedalista de todos los tiempos, la cual se prolongó, activamente, por lapso exacto de 16 años y 18 días. En esos tres lustros ningún título de importancia en Europa y el mundo en general le fue negado. Triunfó una y otra vez, categóricamente, casi con insolencia, como para testimoniar que sus éxitos jamás fueron fruto del azar, antes por el contrario, a consecuencia de su disciplina deportiva, casi con ribetes de religiosidad. Un místico del entrenamiento diario. 'Eddy' se entrena un 30% más de lo que yo solía entrenarme” reconoció su ilustre antecesor, el francés Jacques Anquetil. “Me gusta el ciclismo y por eso lo practico mucho”, anotaría por su parte el belga. El legendario Eddy Merckx a la cabeza del grupo, encarando la montaña Su nombre quedó inscrito en pruebas como la marca mundial de la hora, la de gran fondo en carretera para aficionados y profesionales, las Vueltas a Bélgica, Suiza y España, el Giro de Italia y el Tour de Francia, además de todas las competencias ‘clásicas’ del exigente calendario europeo. En 1964, cuando hombres como Anquetil, Bahamontes, Jiménez, Alting, Darrigade, Jansen, etc. eran aún noticia en todas las jornadas, pese a estar en el ocaso de su disciplina deportiva, ‘Eddy’ Merckx irrumpió de manera contundente y como aficionado ganó la carrera de fondo en carretera. Ese mismo año -valga la acotaciónnació en España el posteriormente gran ídolo mundial del ciclismo, Miguel Induráin. En el campo profesional, al cual se vinculó el 29 de abril de 1965, Eduardo Luis Merckx, más popular como ‘Eddy’, hizo un estreno fantástico. Ganó la clásica MilánSan Remo, la más antigua de Italia, pues data de 1907, sobre trazado de 280 kms. Ese éxito de comienzos de 1966 lo catapultó a la popularidad. Paradójicamente sería esta prueba, diez años más adelante, en 1976, el escenario adecuado para el último gran triunfo, a nivel europeo, del estelar rutero belga. Merckx ganó siete veces, no consecutivas, esta prueba, registro aún vigente. Para 1967 consolidó su prestigio: amén de ganar la Flecha Wallonne, famosa desde 1936 en Bélgica y el Gand-Wevelgem, alcanzó un título envidiable: campeón mundial de ruta profesional. Y como epílogo de ese año, contrajo matrimonio el cinco de diciembre con Claudia Acou, hija de su compatriota y entrenador de ciclismo aficionado, LucienAcou. A diferencia de Anquetil, Hinault e Induráin, el belga triunfó primero en el Giro que en el Tour. Merckx, el domingo 8 de junio de 1974, se consagró como el primer pedalista no italiano- pentacampeón del Giro, igualando así las hazañas de Alfredo Binda y Fausto Coppi (41 y 21 años atrás, respectivamente). En el Giro del pentacampeonato para Merckx, estuvieron hasta el final los colombianos Martín ‘Cochise’ Rodríguez y Rafael Antonio Niño, en el primer año como profesional de este último. Paralelo con los triunfos del Giro, llegaron para Merckx los galardones del Tour de Francia. Después de ser campeón en 1969. 70, 71 y 72 dejó de competir en 1973 (ganó Luis Ocaña) y regresó en forma devastadora para 1975. Con 30 años de edad ganó en línea el Tour de Francia, el campeonato mundial de gran fondo en carretera y el Giro de Italia, triple hazaña que luego emuló el irlandés Stephen Roche en 1987, caso único hasta el momento. Como rúbrica del año 75, Merckx, ganó la Vuelta a Suiza. Hay dos datos que vale la pena recordar: Para ser quíntuple campeón del Tour, el belga debió pedalear 20.007 kilómetros, además de dejar un registro muy pero muy difícil de equiparar: siempre ganó en París, la etapa final de los Tours en que se consagró campeón. Y al ganar su primer Tour, en 1969, aventajó al segundo, Roger Pingeon, campeón en el 67, por 17 minutos y 54 segundos, la ventaja más holgada desde ese entonces hasta nuestros días. De momento, 35 años. La marca de la hora tampoco fue esquiva a Merckx. El 25 de octubre de 1972, en el velódromo de Ciudad de México, dejó en 60 minutos un registro de 49,431 kms. En la meta lo esperó su técnico Jacques Anquetil para el abrazo de felicitación. “Nunca más lo intentaré...” aseveró el astro belga. Doce años más tarde, el 19 de enero de 1984, en el mismo escenario, el italiano Francesco Moser superó la mítica barrera de los 50 kms. Fijó 50,809. Ese guarismo estuvo vigente por nueve años, hasta ser superada por el británico Graeme Obree. En sus épocas de éxito manifestó: “Me retiraré cuando esto me resulte demasiado difícil”. Y esa fecha llegó. El anuncio lo hizo en Bruselas el 19 de mayo de 1978. Dolorosamente expresó en rueda de prensa: Después de tres días de entrenamiento intensivo me siento vacío. Tengo problemas de salud desde comienzos del año, tras sufrir una gastritis aguda y problemas del intestivo”. Fue el crepúsculo de una figura quizás jamás susceptible de superar. Su dominio lo ejerció sobre todos los terrenos: en las pistas de los velódromos, en las Clásicas, en las Vueltas, en los Campeonatos, en los tramos contra el reloj, en la montaña. Merckx ha estado en Colombia en tres ocasiones: en Bogotá, en 1977, de paso para los Campeonatos Mundiales de San Cristóbal (Venezuela) ya en el ocaso de su carrera; en Medellín, en 1982, con motivo del Caracol de Pista, donde tuvo ocasión de conocer al mejor nadador de todos los tiempos, el norteamericano Mark Spitz y en 1995, en territorio boyacense, escenario de los Mundiales de pista y ruta.