Vista a la fabrica de Cometa Gracias a la amabilidad con la que siempre ha tratado el personal de Cometa a la afición, he tenido el privilegio de conocer, tal como lo han hecho otros aficionados (Bustinduy, JRDC, Tesla, etc…) cómo se fabrica una carabina, y…me ha sorprendido. Fui a recoger una Cometa Fusion, para ponerla a prueba y contar a los aficionados en este patio de vecinas que es Internet, mis primeras impresiones, abalado únicamente por los cuatro años que llevo disparando con ella en diferentes competiciones, con bastante buena suerte, tanto de Field Target, Hunting, como Muy Larga Distancia, incluido un Mundial de FT. Así pues, mi sorpresa fue cuando me presenté en la fábrica y fui atendido como siempre con una sonrisa por parte de Patxi, y Rosi (esa voz tan dulce que algunos ya conocéis si habéis llamado a la fábrica). Enseguida me atendió Jorge, el Jefe de Taller, acompañándome a la planta de producción donde ya coincidí con su Gerente, Guillermo, el cual con la chaquetilla llena de manchas de aceites, se movía de un puesto de producción a otro comprobando in situ la calidad de los acabados de los diferentes componentes. Así que tras cuatro comentarios sobre el cómo y por qué de la Fusion, (sobre todo derivado de las aportaciones de los aficionados), Jorge me hizo un tour por las diferentes secciones de la producción. ¿Cömo se fabrica un cañón amartillado en frío?. Debido a que ese día la producción de cañones estaba parada, fui tomando notas y fotografías de las explicaciones. Partimos de una barra maciza de hierro, de un diámetro “X”. En este caso, en una taladradora especial, en el que se introducen cuatro barras, (pintadas en rojo). Las brocas de casi un metro de longitud son muy especiales, pues por dentro llevan un orificio por el que pasa la taladrina (aceite para enfriar). En esta máquina lo que da vueltas son las barras metálicas (los futuros cañones), quedando estáticas las brocas. Gracias a la taladrina, la viruta va saliendo al exterior a través de los canales externos de la broca, quedando la viruta depositada en una bandeja exterior. Esta viruta está tan pulida, que la puedes coger y en tus manos y apretarla sin cortarte lo más mínimo. Casi parece una esponja de las de fregar cazuelas, yo diría incluso que hasta es más fina. Según me explica Jorge, el acabado interior del cañón es extremadamente pulido, por eso la viruta tiene esa peculiaridad, de no ser así la calidad del posterior amartillado en frío del cañón no sería igual de bueno. Los futuros cañones, una vez taladrados se llevan a la famosa martilladora. Esta es una máquina de unos 4 metros de largo y varias toneladas de peso, con una estructura muy parecida a un torno de mecanizado. Las barras taladradas se meten una a una (en color rojo), donde se encuentran 4 cabezas de martillos que de forma alterna, y a una velocidad de aproximadamente 3-4 mil vueltas por minuto, el futuro cañón recibe por fuera miles de golpes en un minuto para que, con el “macho del calibre deseado y con las estrías grabadas en él”, quede su interior estampado con la forma de las estrías, quedando además reducido el diámetro exterior del cañón en varios milímetros. Aquí en la foto vemos la barra en color rojo, y por otro lado el “macho”, el cual sólo está estriado en unos 15 cm, y el empujador que va introduciendo la barra para ser golpeada en toda su longitud con el “macho” dentro. Este “macho” gira libremente dentro del cañón según está siendo golpeado, siendo este movimiento libre el que da el giro a las estrías dentro del cañón. Para ver un poco mejor las cabezas de los martillos Jorge quitó la tapa de protección exterior: Foto final del cañón amartillado, se puede apreciar la diferencia de diámetro exterior entre la zona que está amartillado y la que no. Con esta máquina se podría fabricar cualquier tipo de cañón, calibre, etc, etc….ha hecho millones de cañones, y sigue casi como el primer día. De ahí el cañón pasa a otra sección de pulido, limpieza, pavonado, ensamblado con el puerto de carga, etc… Este es el gran misterio de un amartillado en frío. Posteriormente, pasamos al grabado del número del arma, el cual se hace en unos poquitos segundos con una máquina especial… Grabado del número de serie del arma que me iban a entregar. Por otro lado, pude ver a unos cuantos operarios fabricando pistones, barras de carga, etc…me recordaban a Xaloc, Quintá, y algunos otros foreros, auténticos artesanos con un torno y una fesadora. Seguimos viendo otra parte curiosa como el montaje del sello, pistón, cañón, etc, de forma habilidosa por los diferentes operarios…. De ahí, y con la Fusion ya totalmente montada, pasamos al área de pruebas. Estoy seguro que más de uno disfrutaría….munición Cometa, JSB, H&N, etc, todas dispuestas para probarse las armas antes de ser empaquetadas. Las pruebas se hacen disparándose a través de dos Croni, uno puesto delante del otro. Todas y cada una de las armas son probadas y revisadas antes del empaquetado. En esa sección volví a disfrutar y a quedar sorprendido. Tanto Gillermo como Jorge me hicieron una curiosa prueba de cómo el difusor de aire de la Fusion apagaba la llama de un mechero cuando se disparaba el arma. Muestra evidente de cómo el aire sale despedido por los orificios de éste. Este difusor lo encontréis en armas “mileuristas”, pero también en este arma. Hicimos 10 disparos con la Fusion del 5,5 , dando una velocidad de 204-205 m/seg con los JSB, con una variación máxima de 1 m/seg…impresionante. Probamos también otras cuantas mas según iban viniendo de la sección de montaje. Algunas del 4,5 con munición de aleación ultra ligera, daban velocidades impresionantes, tales como 360 m/seg….una burrada, aunque lo normal con municiones estándar daban los 280 m/seg. Todo para conseguir un arma tan espectacular como asequible como la Fusion..: Antes de irme, pregunté a Gillermo sobre el canal delantero de la culata Fusion, el cual estaba hecho en la Fenix, para que al quebrar el cañón, las alzas entraran en él y así pudiera amartillarse del todo. Me contestó que la idea es tener una culata versátil y que si algún aficionado le quiere poner a su Fenix, la culata de la Fusion, lo haga sin problemas, al igual que los diferentes cañones, cualquier cañón de cualquier calibre vale para cualquier modelo de las Fenix o las Fusion. Es decir, puedes tener 6 carabinas distintas con sólo cambiar el cañón. También le pregunté por el “cañón fijo” y la PCP made in Euskadi… la respuesta fue una sonrisa y una mirada al suelo, como el que algo calla…muy, muy mosqueante, pero me parece que el tema va para muy largo. Por otro lado, he independientemente de la FUSION, me tropecé con algo que no me esperaba, las pistolas Indian, de Cometa, no me acordaba de ellas. Me sorprendieron su robustez, hechas como se hacían antes las cosas…para toda la vida. Disparé algunos tiros con ella, y me gustó….de hecho, me gustó mas que la Whebley Tempest que tengo. Creo que ya tengo excusa para pasarme otro buen rato haciendo una comparativa entre estas dos armas dentro de no mucho. Articulo publicado por Sanjon, miembro de la AFTE