El Valor catastral y sus implicaciones fiscales

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El Valor catastral y sus implicaciones fiscales
La regularización catastral entró en vigor de forma extraordinaria en 2013 y se extenderá hasta 2016 para conformar una imagen fiel de la situación de los inmuebles. Supondrá un
incremento del catastro y, por consiguiente, en más impuestos a pagar
En los últimos días el Catastro ha enviado a los propietarios de viviendas de más de 1.000 municipios una carta en la que les comunica la apertura de un expediente, que
conlleva el pago obligatorio de 60 euros, por no haber declarado alteraciones en la construcción que suponen ampliaciones del inmueble. Hasta 2016 más de tres millones de
hogares recibirán esta comunicación.
Esta regularización catastral, que entró en vigor de forma extraordinaria en 2013 y que se extenderá hasta 2016 para conformar una imagen fiel de la situación de los
inmuebles no ha hecho más que empezar… que redundará en un incremento del catastro y, por consiguiente, en más impuestos a pagar no es un secreto ya que subirá el valor
de la construcción, al detectar, más bien al buscar desesperadamente, más metros por los que poder forzar a tributar. Pero…
¿Qué es y para qué sirve el Valor Catastral?
Por valor catastral se entiende la cantidad que la administración fija para cada inmueble mediante una serie de criterios aprobados por los ayuntamientos en lo que se conoce
como ponencia de valores.
Más allá de conceptos y definiciones jurídicas lo importante de este valor es su repercusión en la economía del contribuyente, porque lo cierto es que cada vez que se pagan
impuestos relacionados con la vivienda aparece por algún lado este importe catastral. Tenga en cuenta que la determinación de su mayor o menor cuantía repercutirá en el
pago de, nada más ni nada menos, seis impuestos. Veámoslos:
El IRPF
Si se trata de su vivienda habitual, no tendrá que pagar por ella en la declaración de la renta, aunque sí deberá proporcionar información sobre el bien.
Si, en cambio, se trata de segundas viviendas o locales vacíos, no alquilados deberá pagar en función de su valor catastral: un 2% o bien un 1,1% para valores revisados
después del 1 de enero de 1994 (esto en el ejercicio 2014) o para los valores revisados y que hayan entrado en vigor en el período impositivo o en los diez períodos impositivos
anteriores (para el ejercicio 2015 y siguientes).
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI)
El valor catastral es un dato fundamental para determinar lo que nos toca pagar por el IBI, un tributo que afecta a todas las personas que tienen un inmueble, sea vivienda
habitual o no. Este impuesto municipal grava la propiedad, el usufructo, el derecho de superficie o la concesión administrativa de inmuebles.
La base imponible se determina en función del valor catastral, valor que puede modificarse, según sea el caso, tras imputar una serie de reducciones previstas legalmente y
que será objeto de la aplicación de un tipo impositivo que va del 0.4% al 1.10% en el caso de inmuebles urbanos y del 0.3% al 0.9% en el caso de inmuebles rústicos. Eso sí,
siempre y cuando no sea incrementado por el ayuntamiento correspondiente.
(Valor Catastral – Reducciones = Base liquidable x Tipo = Cuota a Pagar).
El impuesto municipal sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana
Es la, comúnmente conocida, como plusvalía municipal. La base imponible se calcula con el valor catastral, pero en este caso, el valor catastral del suelo, no de la vivienda.
Este impuesto grava el incremento de valor que se produce en el suelo desde la adquisición del inmueble hasta la fecha de su transmisión, bien porque se proceda a su venta o
bien porque se constituyan o se transmitan derechos reales establecidos sobre él
Impuesto sobre el Patrimonio (IP)
Este impuesto grava el patrimonio neto de la persona física. En cuanto a los inmuebles, se tienen en cuenta los siguientes tres valores: el valor catastral, el comprobado por
la administración a efectos de otros tributos o el valor de adquisición.
Si el valor catastral es superior a los otros dos valores, sería ese el que habría que tenerse en cuenta para determinar la base imponible del impuesto.
El Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados
Entre otros supuestos, el ITPAJD grava las transmisiones onerosas (es decir, en las que se paga un precio) de bienes inmuebles. Para calcular este impuesto, se toma como
referencia el valor del inmueble, pero no el catastral, sino el valor real o de mercado.
Este concepto de valor real es bastante indeterminado, por eso, en ocasiones se utiliza el valor mínimo de referencia de la comunidad autónoma. Para entenderlo mejor, hay
que tener en cuenta que el ITPAJD es un impuesto cedido al ámbito autonómico y calculado por un sistema en el que la consignación del valor catastral y de la antigüedad del
inmueble se utiliza como un valor de referencia.
El Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones
A diferencia del ITP este impuesto se ocupa de la transmisión de inmuebles, a título lucrativo (sin contraprestación ni pago de un precio) y al igual que con el impuesto sobre
transmisiones, los bienes se deben valorar por el valor real o de mercado.
Este concepto de valor real es bastante indeterminado, por eso, en ocasiones se utiliza el valor mínimo de referencia de la comunidad autónoma basado, como se ha dicho
anteriormente en valores catastrales y de antigüedad.
Son seis impuestos, sí, seis tributos que sin duda alguna, inciden de forma directa en la capacidad recaudatoria del Estado. Sin ir más lejos, téngase en cuenta que el IBI es el
único impuesto cuya recaudación ha crecido exponencialmente durante la crisis y que representa más del 45% de todos los ingresos que obtienen los ayuntamientos.
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