,3 Bruselas, 5 de marzo de 2003 20* /D &RPLVLyQ DERUGD OD FRH[LVWHQFLD GH FXOWLYRVPRGLILFDGRVJHQpWLFDPHQWH\RWURVWLSRVGH FXOWLYRV (QHOGtDGHKR\OD&RPLVLyQ(XURSHD PDQWXYR XQ GHEDWH SROtWLFR VREUHOD FRH[LVWHQFLD GH FXOWLYRV PRGLILFDGRV JHQpWLFDPHQWH FRQYHQFLRQDOHV \ HFROyJLFRV /RV &RPLVDULRV H[DPLQDURQ HO FRQFHSWR GH FRH[LVWHQFLD ORV WUDEDMRV SUHSDUDWRULRV HIHFWXDGRV KDVWD HO PRPHQWR ODV SRVLEOHV PHGLGDV GH JHVWLyQ DJUtFROD OD YLDELOLGDG GH HVWDEOHFHU ]RQDV OLEUHV GH RUJDQLVPRV PRGLILFDGRV JHQpWLFDPHQWH \ OD FXHVWLyQ GH OD UHVSRQVDELOLGDG HQ FDVR GH SUHVHQFLD DFFLGHQWDO GH 20* /D &RPLVLyQ WDPELpQ GHEDWLy ODV RSFLRQHV \ PHGLGDV QRUPDWLYDV TXH GHEHQ DGRSWDUVH D HVFDOD QDFLRQDO \ FRPXQLWDULD /D &RPLVLyQ FRQVWDWy TXH OD FRH[LVWHQFLD HVWi UHODFLRQDGD FRQ ODV FRQVHFXHQFLDVHFRQyPLFDVGHULYDGDVGHODSUHVHQFLDDFFLGHQWDOGHFXOWLYRV PRGLILFDGRV JHQpWLFDPHQWH HQ FXOWLYRV QR PRGLILFDGRV JHQpWLFDPHQWH (O SUREOHPDWLHQHVXRULJHQHQHOSULQFLSLRVHJ~QHOFXDOORVDJULFXOWRUHVGHEHQ SRGHUHOHJLUOLEUHPHQWHHO WLSR GH DJULFXOWXUD TXH GHVHDQ SUDFWLFDU \D VHDQ FXOWLYRVPRGLILFDGRVJHQpWLFDPHQWHFRQYHQFLRQDOHVRHFROyJLFRV(QOD8( QRGHEHUtDH[FOXLUVHQLQJ~QWLSRGHDJULFXOWXUD(OGHEDWHGHKR\VHUYLUiGH EDVHSDUDXQDPHVDUHGRQGDVREUHODFRH[LVWHQFLDTXHVHFHOHEUDUiHOGH DEULOGH\HQHOWUDQVFXUVRGHODFXDOODVSDUWHVLQWHUHVDGDVWHQGUiQOD RSRUWXQLGDG GH H[SUHVDU VXV SXQWRV GH YLVWD /D &RPLVLyQ SUHVHQWDUi GHVSXpVUiSLGDPHQWHXQDVGLUHFWULFHVVREUHFyPRDERUGDUHOSUREOHPDGHOD FRH[LVWHQFLD Franz Fischler, Comisario de agricultura, desarrollo rural y pesca manifestó al respecto que «la coexistencia plantea cuestiones que hay que abordar. Es importante definir claramente las normas y el marco jurídico, tanto a escala nacional como comunitaria. No nos confundamos: la coexistencia está relacionada con cuestiones económicas y jurídicas, no con los riesgos o la seguridad de los alimentos, porque solamente pueden cultivarse en la UE los organismos modificados genéticamente autorizados. La aplicación de las medidas de coexistencia no es una novedad. Ya en la agricultura convencional, los productores de semillas, por ejemplo, tienen mucha experiencia en aplicar prácticas de gestión agrícola para garantizar el cumplimiento de las normas en materia de pureza de las semillas. La próxima etapa consistirá en discutir ampliamente las diversas opciones con los Estados miembros y las partes interesadas. Posteriormente, la Comisión presentará rápidamente sus directrices en la materia.». ¢4XpHVODFRH[LVWHQFLD" El cultivo de OMG autorizados en la UE también tendrá consecuencias en la producción agrícola. En particular, plantea la cuestión de cómo gestionar la mezcla accidental de cultivos modificados genéticamente y cultivos no modificados genéticamente, imputable a las impurezas de las semillas, a la polinización cruzada, a las plantas accidentales (rebrotes procedentes fundamentalmente de cultivos anteriores), a las prácticas de transporte y almacenamiento de cosechas, así como las posibles consecuencias económicas. La capacidad del sector agrícola de garantizar el principio de libre de elección de los consumidores depende de su capacidad para mantener sistemas de producción separados. El ejemplo más frecuentemente citado de pérdida de renta debida a la mezcla accidental es el de los agricultores convencionales y ecológicos que tienen que vender su cosecha a un precio inferior a causa de la presencia accidental de organismos modificados genéticamente por encima del límite autorizado. El ejemplo opuesto sería el de una especialidad de cultivo modificado genéticamente cuyo valor puede depreciarse debido a la mezcla accidental con cultivos no modificados genéticamente. (MHPSORVGHPHGLGDVGHJHVWLyQDJUtFRODSRVLEOHV distancias de separación entre parcelas; zonas tampón; barreras para el polen; control de las plantas accidentales (rebrotes); rotación de cultivos y calendarios de plantación durante diversos períodos de floración; - medidas de vigilancia durante el cultivo, la cosecha, el almacenamiento, el transporte y la transformación. - /DFXHVWLyQGHODV]RQDVOLEUHVGH20* La Comisión considera que entre agricultores, o entre agricultores y la industria, es posible alcanzar acuerdos a escala local de forma voluntaria para garantizar la ausencia de cultivos modificados genéticamente en áreas específicas. Ya existen ejemplos de este tipo de acuerdos para cultivos que exigen normas de pureza muy elevadas o medidas de separación, como la colza oleaginosa con un alto contenido de ácido erúcico. Sin embargo, en general, hay que excluir cualquier prohibición de cultivos modificados genéticamente en los Estados miembros, puesto que la protección de intereses puramente económicos no puede invocarse como justificación jurídicamente válida para imponer limitaciones tan severas a las libertades fundamentales. Además, el establecimiento de zonas libres de OMG contra la voluntad de algunos agricultores va contra el principio mismo de la coexistencia. 5HVSRQVDELOLGDG Se ha suscitado la cuestión relativa a la necesidad de regular a escala comunitaria la posibilidad de ofrecer una indemnización por la pérdida económica en caso de mezcla accidental genética. Conforme al principio de subsidiariedad, la Comisión considera que el primer paso debe consistir en determinar si las leyes nacionales existentes no ofrecen ya posibilidades suficientes y equivalentes en esta materia. Otra cuestión que se plantea es cómo establecer un nexo de causalidad entre la acción y el daño. 2 6ROXFLRQHVDGDSWDGDVDFDGDFXOWLYR Cualquier planteamiento tendente a abordar el problema de la coexistencia debe tener en cuenta las diferencias existentes entre cultivos y variedades de cultivos en cuanto a su potencial de propagación a los terrenos colindantes. Un estudio del Centro común de investigación y un informe reciente sobre la coexistencia elaborado por un grupo de expertos daneses confirmó que la probabilidad de mezcla accidental, así como las medidas para reducirla, varía mucho en función del cultivo. El estudio danés también sugiere que, a condición de admitir un porcentaje de OMG limitado (10%) y un umbral general de tolerancia del 1% para la presencia accidental de cultivos modificados genéticamente en cultivos no modificados genéticamente, la coexistencia puede estar garantizada en la mayor parte de los cultivos en Dinamarca (remolacha, maíz, patatas, cebada, trigo, avena, triticale, centeno, altramuz, habas y guisantes). En el caso de algunos cultivos, convendría modificar las prácticas agrícolas actuales, mientras que en otros casos las dificultades vinculadas a la coexistencia son prácticamente inexistentes en las condiciones indicadas. Sin embargo, para la colza oleaginosa y para la producción de semillas de determinadas especies, la coexistencia puede ser más problemática y exigir una nueva evaluación antes de elaborar las directrices. En la elección de medidas eficaces y rentables tendentes a garantizar la coexistencia de distintos sistemas de producción será determinante tener presente las diferencias y peculiaridades a escala local. Para algunos cultivos, principalmente la colza oleaginosa, las medidas para garantizar la coexistencia podrían implicar cambios importantes en las prácticas agrícolas. 3