N.º 397 ABRIL 2016 SERVICIO DE PASTORAL MISIONERA AÑO XCIV Servicio de Pastoral Misionera SUMARIO 3 PRESENTACIÓN de la CAMPAÑA Lema, cartel, objetivos 4 PRESENTACIÓN de la CAMPAÑA Con pasión y compasión Anastasio Gil, Director Nacional de OMP 6 MENSAJE DEL PAPA 10 LA VOZ DE LOS OBISPOS Entrevista a Mons. Francisco Pérez, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela Rafael Santos En su Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, Francisco nos recuerda que “la Iglesia es la casa de la misericordia y la «tierra» donde la vocación germina, crece y da fruto”. Pág. 6 12 REFLEXIÓN PASTORAL “Te mira con pasión” Alonso Morata, Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Seminarios Para Mons. Francisco Pérez González es inolvidable la experiencia de comprobar la alegría por las muchas vocaciones que surgen en tierras de misión. 14 DESDE LAS DIÓCESIS Una huella imborrable 16 DESTINO DE LAS AYUDAS Para que su marcha no se detenga 18 TESTIMONIOS Con rostro propio Félix Peciña Pág. 10 20 LITURGIA Guion litúrgico para la eucaristía Ramón Navarro, Director del Secretariado de Liturgia de la Diócesis de Cartagena Vivir por un tiempo la realidad de la misión deja una huella imborrable en todos los seminaristas que dan este paso. Un cambio de perspectiva que marca su vida. 22 VIGILIA DE ORACIÓN Las miradas de Jesús Ramón Navarro 24 COOPERACIÓN ECONÓMICA Pág. 14 26 PONTIFICIA UNIÓN MISIONAL Una pedagogía misionera EDITA: Obras Misionales Pontificias - DIRECTOR NACIONAL: Anastasio Gil García DIRECTOR: Rafael Santos Barba - DISEÑO: Antonio Aunés Hernández IMPRIME: Gráficas Dehon - Depósito Legal: M. 3790-1958 Dirección y Administración: Fray Juan Gil, 5; 28002 Madrid - Tel.: 91 590 27 80 [email protected] - [email protected] - http://www.omp.es - http://www.vocacionesnativas.es Ayuda a las VOCACIONES NATIVAS Banco Popular Español - IBAN ES25 0075 0204 9506 0006 0866 www.facebook.com/OMPEspana twitter.com/OMP_ES . LEMA . “TE MIRA... Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva del Señor. Conversión y vocación –dos caras de una sola moneda– se implican mutuamente a lo largo de la vida del discípulo misionero. La mirada de Jesús, con toda su fuerza de amor, genera una actividad misionera, de servicio, de entrega. . ... CON PASIÓN” Pasión capaz de vencer la indiferencia y el individualismo. Dejemos que la mirada de Jesús recorra nuestras calles y nos devuelva la alegría, la esperanza, el gozo de la vida: “Nada en Él es falto de compasión” (MV 8). CARTEL . . . JORNADA. Domingo del Buen Pastor, día para que nuestras Iglesias asuman el compromiso de ser seno materno para las vocaciones, como don del Espíritu Santo. Jornada de oración y cuidado solícito para el discernimiento, la maduración y el reconocimiento público de cada vocación. VOCACIONES. Dos rostros reflejan la alegría de haber sido llamados para compartir el amor de Dios con los otros hermanos, en el seno de la comunidad cristiana. Esta, la comunidad, es el hogar y la familia en que nace la vocación, porque toda ella es con-vocación. UNIVERSALIDAD. Nadie es llamado exclusivamente para una región, un grupo o un movimiento eclesial, sino al servicio de la Iglesia y del mundo. “Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos” (EG 130). Disponibilidad para servir a la Iglesia donde ella lo necesite (cf. Hch 13,1-4). OBJETIVOS . . . . Orar al Dueño de la mies para que siga enviando muchos obreros a su Iglesia. Suscitar en los jóvenes disposiciones adecuadas para escuchar la llamada de Dios y disponibilidad para cumplir su voluntad. Promover entre los fieles una eficaz colaboración con la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, que atiende las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada en los territorios de misión. Obtener fondos y ayudas económicas para el sostenimiento y la formación de estas vocaciones, a través de la financiación de “becas de estudio” y de “estipendios de misa” para formadores y profesores. 3 Por Anastasio Gil, Director de OMP en España L a Conferencia Episcopal ha acordado que, a partir de 2016, la Jornada de Vocaciones Nativas, que sostiene la Obra de San Pedro Apóstol, se celebre en España el IV Domingo de Pascua, coincidiendo con la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Desde hace 53 años, este domingo, llamado “del Buen Pastor”, la Iglesia universal intensificaba su oración por el nacimiento, crecimiento y maduración de las vocaciones de especial consagración. A la vez, desde los ámbitos territoriales de la misión llegaban noticias de las numerosas vocaciones que Dios suscitaba, como manifestación explícita de que la Palabra sembrada por los misioneros y misioneras –con empeño paciente y perseverante, a veces hasta el martirio– estaba dando su fruto. Por la convergencia de objetivos, era lógico que estas dos Jornadas coincidieran en el mismo domingo. LA VOCACIÓN, DON DE LA MISERICORDIA DE DIOS Jesús, al sentir compasión por la multitud de quienes le seguían como ovejas sin pastor, pide a los apóstoles que rueguen “al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9,38). De aquella mirada compasiva de amor brotaba la invitación a los discípulos a la oración por las vocaciones y al compromiso de salir al encuentro de las ovejas perdidas de Israel. Los había llamado para estar con Él y para anunciar la llegada del Reino. Es Dios quien toma la iniciativa en el envío a la misión, como un acto de su miseri- 4 cordia, pero pide una oración perseverante y confiada por las vocaciones; oración que no se puede separar de la necesidad de ayudarlas en el proceso de su formación, al servicio de la Iglesia universal. El descenso de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada La vocación en nuestras Iglesias contrasta con el número creciente de jóvenes en es un don de Dios, las comunidades cristianas de reciente implantación. La vocación es que Él distribuye un don de Dios, que Él distribuye conforme a su misericordia y beconforme a su nevolencia. Su nacimiento no se ajusta a planteamientos estadístimisericordia cos o de previsiones sociológicas. Las vocaciones son fruto del amor y benevolencia. del Señor y de la generosa respuesta de los llamados, en el seno de una comunidad eclesial y familiar donde sea propicia la escucha y la respuesta. Los Hechos de los Apóstoles desvelan cómo brotaban las vocaciones en circunstancias providenciales, incluso dolorosas (cf. 8,1-4). VOCACIONES NATIVAS Y VOCACIONES AD GENTES Las numerosas vocaciones en los territorios de misión son un claro indicador de cómo estas nacen cuando las comunidades cristianas tienen vibración de fe y compromiso evangelizador. Su origen está en el dinamismo de la actividad misionera. En estas comunidades pequeñas y pobres siguen apareciendo jóvenes cuya mirada se ha cruzado con la de Jesús; chicos y chicas que han sentido con Él la com-pasión por su pueblo. Son vocaciones surgidas como respuesta a la labor de los misioneros y misioneras, y abiertas al gozo de trabajar en comunión con los sacerdotes y obispos locales, en el convencimiento de que “la causa común del Reino de Dios asocia íntimamente una y otra milicia de los mensajeros evangélicos para una colaboración siempre necesaria e indudablemente fructuosa” (Pablo VI, Mensaje para el DOMUND 1973). Jesús sigue mirando con pasión a aquellos a quienes quiere asociar a su actividad misionera, de servicio, de entrega. Destaca, por su radicalidad, “la vocación especial de los misioneros ad vitam”, que “conserva toda su validez: representa el paradigma del compromiso misionero de la Iglesia, que siempre necesita donaciones radicales y totales, impulsos nuevos y valientes” (RM 66). Es la hora de descubrir cómo en ámbitos aparentemente inhóspitos Dios hace brotar estas muestras de amor y de ternura para con su pueblo. Es el momento de los testigos que muestran el rostro de Dios misericordia Es el tiempo, asimismo, de cooperar económicamente para garantizar una sólida formación entre los llamados. Hay que atender con urgencia y solicitud a los sectores específicos de las vocaciones nacientes en la Iglesia universal, pero, de manera particular, en los territorios de misión. Por una parte, está el sostenimiento de los formadores y profesores de noviciados y seminarios, de quienes depende la maduración y discernimiento de esas vocaciones y que, desgraciadamente, carecen de recursos para dedicar su vida a esta tarea de formación. Ellos, con humildad, están dispuestos a ofrecer la misa por las intenciones de los donantes que, con sus limosnas, les ayudan a un justo sostenimiento. Por otra parte, en estos ámbitos de misión Dios suscita también monasterios de vida contemplativa, de mujeres y varones; monasterios que carecen de medios para su sostenimiento. Desde aquí se les puede echar una mano, para que cada una de estas vocaciones pueda crecer y desarrollarse, como el grano de mostaza. 5 Queridos hermanos y hermanas: Cómo desearía que, a lo largo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, todos los bautizados pudieran experimentar el gozo de pertenecer a la Iglesia. Ojalá puedan redescubrir que la vocación cristiana, así como las vocaciones particulares, nacen en el seno del Pueblo de Dios y son dones de la divina misericordia. La Iglesia es la casa de la misericordia y la “tierra” donde la vocación germina, crece y da fruto. Por eso, invito a todos los fieles, con ocasión de esta 53.ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, a contemplar la comunidad apostólica y a agradecer la mediación de la comunidad en su propio camino vocacional. En la Bula de convocatoria del Jubileo Extraordinario de la Misericordia recordaba las palabras de san Beda el Venerable referentes a la «Conversión y vocación de san Mateo: miserando atque elivocación son como las gendo (Misericordiae vultus, 8). La acción midos caras de una sola sericordiosa del Señor perdona nuestros pecamoneda y se implican dos y nos abre a la vida nueva que se conmutuamente a lo creta en la llamada al seguimiento y a la milargo de la vida del sión. Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús. Converdiscípulo misionero». sión y vocación son como las dos caras de una sola moneda y se implican mutuamente a lo largo de la vida del discípulo misionero. El beato Pablo VI, en su exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, describió los pasos del proceso evangelizador. Uno de ellos es la adhesión a la comunidad cristiana (cf. n. 23), esa comunidad de la cual el discípulo del Señor ha recibido el testimonio de la fe y el anuncio explícito de la misericordia del Señor. Esta incorporación comunitaria incluye toda la riqueza de la vida eclesial, especialmente los sacramentos. La Iglesia no es solo el lugar donde se cree, sino también verdadero objeto de nuestra fe; por eso decimos en el credo: “Creo en la Iglesia”. La llamada de Dios se realiza por medio de la mediación comunitaria. Dios nos llama a pertenecer a la Iglesia y, después de madurar en su seno, nos concede una vocación específica. El camino vocacional se 6 hace al lado de otros hermanos y hermanas que el Señor nos regala: es una con-vocación. El dinamismo eclesial de la vocación es un antídoto contra el veneno de la indiferencia y el individualismo. Establece esa comunión en la cual la indiferencia ha sido vencida por «La acción el amor, porque nos exige salir de nosotros mismos, poniendo nuestra vida al servimisericordiosa del Señor cio del designio de Dios y asumiendo la situación histórica de su pueblo santo. perdona nuestros En esta Jornada, dedicada a la oración por las vocaciones, deseo invitar a todos los fieles a asumir su responsabilidad en el cuidado y el discernimiento vopecados y nos abre a la cacional. Cuando los apóstoles buscaban uno que ocupase el puesto de Judas Isvida nueva que se cariote, san Pedro convocó a ciento veinte hermanos (Hch 1,15); para elegir a los concreta en la llamada Siete, convocaron el pleno de los discípulos (Hch 6,2). San Pablo da a Tito criteal seguimiento y rios específicos para seleccionar a los presbíteros (Tit 1,5-9). También hoy la coa la misión». munidad cristiana está siempre presente en el surgimiento, formación y perseverancia de las vocaciones (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 107). La vocación nace en la Iglesia... La vocación nace en la Iglesia. Desde el nacimiento de una vocación es necesario un adecuado “sentido” de Iglesia. Nadie es llamado exclusivamente para una región, ni para un grupo o movimiento eclesial, sino al servicio de la Iglesia y del mundo. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos (ibíd., 130). Respondiendo a la llamada de Dios, el joven ve cómo se amplía el horizonte eclesial, puede considerar los diferentes carismas y vocaciones, y alcanzar así un discernimiento más objetivo. La comunidad se convierte de este modo en el hogar y la familia en la que nace la vocación. El candidato contempla agradecido esta mediación comunitaria como un elemento irrenunciable para su futuro. Aprende a conocer y a amar a otros hermanos y hermanas que recorren diversos caminos; y estos vínculos fortalecen en todos la comunión. ... crece en la Iglesia... La vocación crece en la Iglesia. Durante el proceso formativo, los candidatos a las distintas vocaciones necesitan conocer mejor la comunidad eclesial, superando las percepciones limitadas que todos tenemos al principio. Para ello, es oportuno realizar experiencias apostólicas junto a otros miembros de la comunidad, por ejemplo: comunicar el mensaje evan- «El dinamismo eclesial de la vocación es un antídoto contra el veneno de la indiferencia y el individualismo». gélico junto a un buen catequista; experimentar la evangelización de las periferias con una comunidad religiosa; descubrir y apreciar el tesoro de la contemplación compartiendo la vida de clausura; conocer mejor la misión ad gentes por el contacto con los misioneros; profundizar en la experiencia de la pastoral en la parroquia y en la diócesis con los sacerdotes diocesanos. Para quienes ya están en formación, la comunidad cristiana permanece siempre como el ámbito educativo fundamental, ante la cual experimentan gratitud. ... y está sostenida por la Iglesia La vocación está sostenida por la Iglesia. Después del compromiso definitivo, el camino vocacional en la Iglesia no termina, continúa en la disponibilidad para el servicio, en la perseverancia y en la formación permanente. Quien ha consagrado su vida al Señor está dispuesto a servir a la Iglesia donde esta le necesite. La misión de Pablo y Bernabé es un ejemplo de esta disponibilidad eclesial. Enviados por el Espíritu Santo desde la comunidad de Antioquía a una misión (Hch 13,1-4), volvieron a la comunidad y compartieron lo que el Señor había realizado por medio de ellos (Hch 14,27). Los misioneros están acompañados y sostenidos por la comunidad cristiana, que continúa siendo para ellos un referente vital, como la patria visible que da seguridad a quienes peregrinan hacia la vida eterna. Entre los agentes pastorales tienen una importancia especial los sacerdotes. A través de su ministerio se hace presente la palabra de Jesús, que ha declarado: Yo soy la puerta de las ovejas... Yo soy el buen pastor (Jn 10,7.11). El cuidado pastoral de las vocaciones es una parte fundamental de su ministerio pastoral. Los sacerdotes acompañan a quienes están en busca de la propia vocación y a los que ya han entregado su vida al servicio de Dios y de la comunidad. Todos los fieles están llamados a tomar conciencia del dinamismo eclesial de la vocación, para que las comunidades de fe lleguen a ser, a ejemplo de la Virgen María, seno materno que acoge el don del Espíritu Santo (cf. Lc 1,35-38). La maternidad de la Iglesia se expresa a través de la oración perseverante por las vocaciones, de su acción educativa y del acompañamiento que brinda a quienes perciben la llamada de Dios. También lo hace a través de una cuidadosa selección de los candidatos al ministerio ordenado y a la vida consagrada. Fi- 8 nalmente, es madre de las vocaciones al sostener continuamente a aquellos que han consagrado su vida al servicio de los demás. Pidamos al Señor que conceda a quienes han emprendido un camino vocacional una profunda adhesión a la Iglesia; y que el Espíritu Santo refuerce en los Pastores y en todos los fieles la comunión eclesial, el discernimiento y la paternidad y maternidad espirituales: Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del Pueblo santo de Dios. Un juego de miradas Al comienzo del anterior Mensaje (29-11-2015), el Papa se refería a la vocación de san Mateo. De su homilía en Cuba en la fiesta del apóstol y evangelista (21-9-2015), recuperamos algunos fragmentos, muy relevantes para esta Jornada. En su Evangelio, [san Mateo] nos cuenta cómo fue el encuentro que marcó su vida; él nos introduce en un "juego de miradas" que es capaz de transformar la historia. Un día, como otro cualquiera, mientras estaba sentado en la mesa de recaudación de los impuestos, Jesús pasaba, lo vio, se acercó y le dijo: "«Sígueme». Y él, «La mirada de Jesús levantándose, genera una actividad lo siguió". misionera, de servicio, Jesús lo mide entrega. Su mirada ró. Qué fuerza transforma nuestras de amor tuvo miradas; su corazón, la mirada de Jenuestro corazón». sús para movilizar a Mateo como lo hizo; qué fuerza han de haber tenido esos ojos para levantarlo. [...] Lo miró con ojos de misericordia; lo miró como nadie lo había mirado antes. Y esa mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio una esperanza, una nueva vida [...]. Es nuestra historia personal; al igual que muchos otros, cada uno de nosotros puede decir: yo también soy un pecador en el que Jesús puso su mirada. [...] Después de mirarlo con misericordia, el Señor le dijo a Mateo: "Sígueme". Y Mateo se levantó y lo siguió. Después de la mirada, la palabra. Tras el amor, la misión. [...] La mirada de Jesús genera una actividad misionera, de servicio, de entrega. [...] Su mirada transforma nuestras miradas, su corazón transforma nuestro corazón. [...] Dejémonos mirar por el Señor en la oración, en la eucaristía, en la confesión, en nuestros hermanos, especialmente en aquellos que se sienten dejados, más solos. Y aprendamos a mirar como Él nos mira. 9 D. Francisco Pérez González, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela “Una vocación nace en el encuentro gozoso con Jesucristo” E l arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Francisco Pérez González, vivió diversas Jornadas de Vocaciones Nativas como director nacional de Obras Misionales Pontificias (2001-2011). Es miembro de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias y buen conocedor del mundo del seminario. Se celebran simultáneamente las Jornadas de Oración por las Vocaciones y de Vocaciones Nativas. ¿Cómo se conjugan y refuerzan ambas entre sí? Me parece una buena idea, puesto que una vocación nace en el encuentro gozoso con Jesucristo que se realiza en la experiencia íntima de la oración. Orar es dejarse amar por Dios, y entonces, si somos humildes y responsables, Él nos manifestará su voluntad. Es lo que decimos en el padrenuestro: “Hágase tu voluntad...”. No hay vocación auténtica si no se fragua en el designio que Dios tiene sobre nosotros. 10 ¿Qué le sugiere a usted, personalmente, el lema “Te mira con pasión”? Dios nos quiere mucho más de lo que nosotros nos queremos a nosotros mismos. Y lo ha demostrado en la cruz. Ya lo había dicho a sus discípulos: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Cuando una madre mira a su hijo, no lo mira indiferentemente: lo mira con pasión de entrega. Tanto lo ama que “lo comería a besos”. Es decir, que lo quiere hacer tan suyo que da la vida por él. Pasión viene de padecer, y padecer por amor es la entrega total por la persona amada. Com-pasión es padecer con el otro, por el otro. Jesús “mira con pasión” a quienes llama, tanto entre nosotros, como en la gran geografía misionera. ¿Cómo se descubre esta mirada en la propia vida? ¿Cómo ayudar a otros a descubrirla? Todos debemos ser misioneros, puesto que llevamos los signos vivos del amor de Dios: somos su imagen, sus criaturas, sus preferidos. Y esto no nos lo podemos reservar y guardar para nodia. A Dios no le agradan las ofrendas que le sotros. Si así lo hiciéramos, seríamos unos podamos presentar. Si le amamos de verdad, desdichados y el corazón se quedaría totalantes que nada, saber si estamos en armonía y mente seco. La felicidad y el gozo no estasintonía con los hermanos. Es el sacrificio que rían. Del corazón debe surgir como agua vimás le agrada. Por ello, este año ha de ser un va lo que hemos experimentado en la Fuente que es Jesucristo. Llevamos, como en un cántaro, esta agua viva para saciar la sed de nuestros prójimos. El misionero mira a Cristo cara a cara, se siente mirado por Él y refleja esa mirada en los demás. Pensemos en la mirada de la beata Madre Teresa de Calcuta. Simplemente ver sus ojos y su forma de mirar a un niño enfermo o a un pobre moribundo nos evocaba la mirada de Cristo. Eso es ser misionero. El papa Francisco dijo en Cuba que “la mirada de Jesús genera una actividad misionera”. ¿Puede explicarnos esta afirmación? Cuando Jesús dice: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”, tiene una fuerza transformadora. La acción misionera es transformante. Basta dar un vaso de agua al sediento, que tiene recompensa eterna «Ver crecer a la Iglesia en los y el céntuplo en este mundo. Y Jesucristo no engaña. lugares de misión es impresionante». Cuántas veces me ha ocurrido que he dado a los pobres tiempo de restauración personal, familiar, un dinero y después me ha venido un donaeclesial y social. Un tiempo de conversión. tivo con el doble. La acción misionera es creer a pies juntillas el Evangelio. Quien miFinalmente, ¿cómo ha influido su expera cara a cara a Cristo y realiza su propuesriencia en la Dirección Nacional de Obras ta siempre será feliz. El joven rico retiró la Misionales Pontificias en su modo de conmirada a Cristo, frunció el ceño y se marchó templar las vocaciones nativas de los terrientristecido. “Si quieres ser perfecto, anda, torios de misión? vende tus bienes, da el dinero a los pobres... Fueron años muy intensos, pero muy gozoy luego ven y sígueme”, le dice Jesús. Es sos. Desde OMP se ve la universalidad de la más, a pesar de todo, Jesús lo miró Iglesia de forma especial. Contactar con los con ojos de cariño, pero el joven no era para mí un estímulo y alicien«Llevamos, como quiso porque no se fio de Cristo, reti- temisioneros en mi vida cristiana y sacerdotal. Nunca olvidaré los encuentros que realizábamos en Rosu mirada. No quiso ser misionero. en un cántaro, ró¿Qué ma –en la Asamblea General de OMP–, vienmatiz “especial” da el Año Judo directores de tantos lugares del mundo, bilar de la Misericordia a esta Jornaagua viva para da de Vocaciones Nativas de 2016? comprobando la alegría de tantas vocaciones tierras de misión. Donde hace unos años Creo que de nuevo el padrenuestro saciar la sed de nos puede ayudar: “Perdona nuestras en eran tres misioneros, ahora son tres o más diócesis. Ver crecer a la Iglesia en los lugares de como también nosotros perdonuestros prójimos». ofensas, misión es impresionante. Por ello, doy muchas namos a los que nos ofenden”. Acergracias por haber podido estar gozando de la carnos a Dios implica perdonar primeacción de Dios en la misión ad gentes. ro a quien me haya ofendido o pedir perdón a quien he ofendido. Son los juegos del auténRafael Santos tico amor. No hay amor si no hay misericor- 11 H ay algo de misterioso en la mirada. Ella nos pone, sin palabras, en contacto con los hermanos y transmite el sentimiento hacia el otro: ternura, cariño, deseo, desprecio, ira, enfado... Recordar las miradas de Jesús y el intercambio con los discípulos en Jn 1,35-42 es toda una lectura del interior de los protagonistas. El primero, el Bautista, que dirige a Jesús una mirada de confianza y alegría: “Este es el Cordero de Dios”, asumiendo su papel en la historia de la salvación. Los discípulos se acercan entre admirados y perplejos. Jesús los mira y les pregunta: “¿Qué buscáis?”. “Rabí, ¿dónde vives?”. Y se quedan todo el día con Él, contemplando. Esa mirada lleva implícita una llamada a la conversión y a la misión. Así lo señala el papa Francisco en su Mensaje para esta Jornada: "La acción misericordiosa del Señor perdona nuestros pecados y nos abre a la vida nueva que se concreta en la llamada al seguimiento y a la misión. Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús. Conversión y vocación son como las dos caras de una sola moneda y se implican mutuamente a lo largo de la vida del discípulo misionero". Esa mirada de Jesús supone comprensión, disposición a la amistad, a la acogida, al perdón hacia quienes se le acercan. El desenlace del cuadro nos presenta una forma nueva de vivir: seguir a Jesús. Solo quien ha sentido en su corazón la mirada penetrante y llena de vida de Jesús se atreve a dejar todo e ir tras Él. ¿Quién no se ha sentido tocado por la mirada Solo quien ha confiada de un niño? Hay miradas que sanan y miradas que dejan frío y desconcertasentido en su corazón do. Son estas últimas miradas llenas de malos deseos: ira, enfado, maldad..., vacío inla mirada penetrante terior; miradas que, lejos de construir, destruyen; que no llevan a la conversión, pory llena de vida que el corazón, lleno de orgullo y autocomplacencia, no necesita, al menos eso cree, de Jesús se de nadie... ¿Para qué mirar a Dios, si él mismo es dios? atreve a dejar todo Dios nos mira con pasión, para construir nuestra vida en la seguridad de su amor. Amor que cambia la debilidad en fuerza, la inseguridad en valentía, la resignación en ese ir tras Él. peranza; amor compasivo y misericordioso porque viene de un Dios Padre que “nos ama tanto que no puede vivir sin nosotros”. Nuestra fe se vive en comunidad; allí nace la llamada y es punto de referencia para nuestro crecimiento personal y reflejo de la luz que Dios quiere transmitir a los hombres a través de la comunidad creyente. Somos el lenguaje con el que quiere el Padre comunicarse con los hombres de cada tiempo: "Dios nos llama a pertenecer a la Iglesia y, después de madurar en su seno, nos concede una vocación específica. El camino vocacional se hace al lado de otros hermanos y hermanas que el Señor nos regala: es una con-vocación". 12 Hemos de tomar conciencia de que no caminamos solos; hemos de comunicar, ayudar, responder: es una invitación a realizar la misión de servicio en la Iglesia para el mundo. Superar la creencia de que la vocación es patrimonio de personas “especialmente consagradas”. La llamada fundante es la que se realiza en el bautismo; cada uno tiene una miDios nos mira con sión importante; la diversidad de llamadas y respuestas prefigura al Cristo total con pasión, para construir funciones y ministerios. El Papa nos dice que los hermanos que caminan a nuestro nuestra vida en lado son un regalo de Dios: la seguridad de su amor; amor compasivo y misericordioso. "Respondiendo a la llamada de Dios, el joven ve cómo se amplía el horizonte eclesial, puede considerar los diferentes carismas y vocaciones y alcanzar así un discernimiento más objetivo. La comunidad se convierte de este modo en el hogar y la familia en la que nace la vocación. El candidato contempla agradecido esta mediación comunitaria como un elemento irrenunciable para su futuro. Aprende a conocer y a amar a otros hermanos y hermanas que recorren diversos caminos; y estos vínculos fortalecen en todos la comunión". ¡Cuánta necesidad hay en la Iglesia de descubrir y cultivar la complementariedad de las vocaciones! Es sorprendente el “proselitismo miope”, la visión restringida de la llamada, el afán competitivo por “fichar”... La fluidez y generosidad en el acompañamiento de los jóvenes que sienten una inquietud de llamada al servicio (sea en la vocación al ministerio, a la vida religiosa o al compromiso laical) es más atractiva que el interés desorbitado por traerlo a nuestro terreno. Lo cual no implica abandono y falta de comunicación del propio carisma, sino ayudar a contemplar los diversos carismas para lograr un discernimiento más objetivo. Mirada con pasión y mirada compasiva: para comprender al hombre de hoy, para sembrar misericordia ante las dificultades de los jóvenes, condicionados por el ambiente, lo política y socialmente correcto, las modas y los modos de vida que brotan en su grupo de coetáneos, el abandono de principios que den consistencia. Da la impresión de que la generación actual es algo gelatinosa, casi líquida, porque, al menos en apariencia, presenta poca solidez. Pero es necesario aprender su lenguaje, los signos significativos, los elementos con valor comunicativo para ellos. Puede que necesitemos cambiar los signos que usamos por otros que signifiquen lo que queremos comunicarle. Compasión también es ayudarles a reforzar su personalidad de manera “cariñosa y comprensiva”, sin deseos de manipulación alguna, llevados por la “pasión” que Dios muestra por cada uno de los hombres. Mirada compasiva, mirada que sintoniza con cada tiempo e invita a ser trasmisor del regalo de la Palabra de salvación recibida. Nuestra tarea está en no tergiversarla y en hacerla actual, no solo con la repetición, sino también con el tono de vida. ¡Ojalá la pasión en el amor nos mueva a compasión! Compasión en la misión ad gentes. Sentido universal de la misión, apasionada y compasiva, con la fuerza de la pasión y el amor compasivo que sana: “Miserando atque eligendo”. Mateo se sorprende, al verse elegido inesperadamente, porque el amor de Dios es imprevisible y con su misericordia prepara el camino para la respuesta afirmativa. Alonso Morata Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Seminarios 13 E studio 5.º de Teología, y el último verano, junto con cuatro compañeros y acompañados de nuestro rector, he disfrutado de una experiencia misionera en la prelatura de Moyobamba (Perú), confiada a nuestra diócesis. Esta actividad, propuesta anualmente por el seminario, pretende formar en el futuro sacerdote un verdadero corazón de pastor, que necesariamente ha de estar abierto a la misión. Nuestro objetivo era compartir la fe en la celebración de una misión popular en un pueblecito. Se organizaron numerosos actos de anuncio explícito del Evangelio, litúrgicos, formativos, lúdicos... Como ocurre en tantas ocasiones, recibimos mucho más de lo que pudimos ofrecerles. Su fe sencilla y sincera y su sed de Dios nos animaron a vivir con mayor coherencia nuestra formación: para llevar a Dios a los hombres, el sacerdote ha de ser un hombre de Dios. Hemos gozado de una verdadera experiencia de Iglesia, donde, en medio de diferencias culturales, la fe común supera todo obstáculo. LUIS ARAÚJO PULIDO 14 S oy seminarista de la diócesis de Ourense y actualmente curso 5.º de Estudios Eclesiásticos. El del año pasado ha sido un verano diferente. He tenido la gracia de poder vivir una experiencia misionera, junto con mi compañero José Manuel Heras Prado y el Delegado de Misiones, en la misión diocesana de Santa María Madre en Jipijapa (Manabí, Ecuador). En mi caso, la Providencia se sirvió de la amistad con uno de los misioneros, que hace unos años había sido mi párroco, para sacarme de la comodidad y ponerme en camino. La ilusión y las ganas de anunciar a Cristo no faltaron ya desde el comienzo, pero, una vez en el continente americano, pronto me di cuenta de que el gran evangelizado estaba siendo yo. Únicamente experimentándola puede un seminarista darse cuenta de lo grande y rica que es la Iglesia. Ahora, ya de nuevo en las ocupaciones diarias, solo puedo decir que la misión ha marcado un antes y un después en mi vida. CARLOS ARCE CASTRO C uando llegamos, la gente de las parroquias suele preguntarnos: "Y un diácono, ¿para qué sirve?". Claro, somos "clérigos en proceso"... Siempre respondo lo mismo: "¡Para servirte! ¡Para servir a la Iglesia y a los demás!". En Asturias, nuestro arzobispo, don Jesús Sanz Montes, ha querido significarlo de una manera muy especial: sirviendo a la Iglesia misionera. Todos los que vamos siendo ordenados diáconos somos enviados a una experiencia de misión en la diócesis de N'Dali, en Bembèrèkè (Benín), adonde nuestra archi- diócesis ha enviado sacerdotes desde hace 30 años, para ayudarles y animarles pastoralmente. La acogida con alegría de todas las personas, el testimonio ilusionante de la fe que compartimos, es uno de los gozos más profundos que traje de allí. Los catequistas, que literalmente lo abandonan todo para iniciar su formación y así atender significativamente al pueblo santo, marcaron mi vida. Gracias, Bembèrèkè. SERGIO ANDRÉS SANTA RENDÓN 15 L as ayudas que canaliza la Obra de San Pedro Apóstol hacen posible que no se interrumpa el camino vocacional de muchas personas, al permitir que los correspondientes centros formativos de los territorios de misión puedan desarrollar su actividad con menos dificultades. He aquí algunos ejemplos de ello. El obispo de Warangal, India, Mons. Udumala Bala Showreddy, ha escrito a la Dirección Nacional de OMP en España para agradecer el envío de 8.434,61 para el manteni miento de los seminaristas mayores del centro San Francisco Javier, y de otros 7.405,21 pa ra los seminaristas menores de la diócesis. El rector del citado seminario mayor, P. Thomas Kiran Yetukuri, resume así su satisfacción y gratitud: Nuestro Seminario Mayor San Francisco Javier, con la gracia de Dios y la generosa cooperación espiritual de muchas personas de buen corazón, puede cumplir su misión en el contexto de vida de la India, y de la cultura telugu, en particular. Todo el aprendizaje se ve como una reflexión para encarnar el mensaje cristiano de la salvación dentro de la realidad de nuestro pueblo. La formación integral está ayudando a los seminaristas a convertirse en una nueva manera de ser Iglesia, afrontando el reto de abrirse "a nuevos y sorprendentes modos de presentar hoy en Asia el rostro de Jesús" (EAs 20). Pedimos fervientemente que toda la preparación en el seminario sea un esfuerzo para crecer en la conformación con la persona de Jesucristo, cuya presencia buscamos reconocer en los acontecimientos cotidianos de nuestras vidas y de las de nuestros hermanos y hermanas, especialmente los jóvenes y los pobres. Gracias a la Obra de San Pedro Apóstol por su ayuda. 16 ... Y este es el testimonio de Joseph Chintu-Kurusapally, seminarista de tercer año de estudios filosóficos en ese mismo centro de formación: Queridos benefactores: estoy feliz de ser parte de esta familia de San Francisco Javier y de poder escribir que he experimentado un cambio en mi estilo de vida, actitud, modos de pensar y de abordar las cosas, así como en mis capacidades mentales y físicas. Tomo parte activa en todas las actividades académicas y extracurriculares. Estos estudios filosóficos me han ayudado a razonar y a hacer cosas con creatividad. Cada mes tenemos un domingo de apostolado parroquial. Puedo interactuar libremente con la gente, enseñar el catecismo, canciones... También me he formado espiritualmente, y he crecido en confianza. Diría que, en comparación con los años previos, he podido encontrar un "mejor yo". Les estoy muy agradecido por su amor. Gracias por su ayuda y sacrificios por mi formación. Les prometo responder a las esperanzas que han puesto en mí. «Gracias por su ayuda y sacrificios por mi formación. Les prometo responder a las esperanzas que han puesto en mí». O tro ejemplo más. Jean Isidore Nkondog, rector del Gran Seminario Propedéutico Don Bosco de Bonépoupa, en la diócesis de Edea, Camerún, agradece a OMP España la ayuda recibida en forma de estipendios de misa. Este tipo de aportaciones se destinan a que «Estamos muy profesores y formadores de seminarios en la micontentos por la sión ofrezcan la eucaristía por intenciones de ayuda a nuestro los donantes, y ayudan a aliviar las necesidades básicas de esos sacerdotes, a menudo sin seminario. Oramos unos ingresos regulares mínimos. Estas son las por los colaboradores palabras del rector Nkondog. de esta Obra Pontificia». Quiero mostrarles nuestra gratitud por los estipendios de misa que nos ha asignado la Obra de San Pedro Apóstol, a través de la Nunciatura Apostólica en Camerún. Hemos distribuido la suma recibida entre cinco formadores de nuestro centro, cada uno de los cuales ha celebrado cerca de veinte misas. Estamos muy contentos por esta ayuda a nuestro seminario, que no tiene medios para sostener a estos profesores que se dedican diariamente a la formación de los candidatos al sacerdocio ministerial. Oramos por los colaboradores de esta Obra Pontificia y, de hecho, hemos instituido una misa mensual por nuestros benefactores, a la que asociamos a todos los que dan de lo suyo para socorrer a la Iglesia en todo el mundo. 17 El sacerdote de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño Félix Peciña nos relata aquí su experiencia como rector del seminario de Puyo. Este vicariato apostólico, que comprende unos 30.000 km2 de la Amazonía ecuatoriana, está habitado por unos 70.000 indígenas de diversas etnias, lenguas y culturas, distribuidos en pequeñas comunidades junto a los ríos. Puyo, la capital, fue fundada por el padre Valladares, dominico, hace 117 años. En la actualidad el obispo vicario apostólico es el también español monseñor Rafael Cob. El testimonio del P. Peciña nos ayuda a conocer de primera mano la realidad de un seminario en la misión: su funcionamiento, sus vicisitudes y el buen fruto que, por la gracia de Dios, va recogiéndose. D edicar a la misión algunos años de mi sacerdocio diocesano fue mi idea desde siempre. Por el seminario pasaban los obispos misioneros a su vuelta del Concilio Vaticano II. Las academias misioneras alimentaban en nosotros, los seminaristas, estos deseos. Una vez sacerdote, la verdad es que no se presentaba la ocasión de hacer realidad aquellos ideales misioneros. Pero llegó la ocasión. Monseñor Frumencio Escudero Arenas, compañero de es- 18 tudios en la Facultad de Teología del Norte de España de Burgos, fue nombrado obispo vicario apostólico de Puyo. Yo viajé a Ecuador a su consagración. A él se le pidió, por parte de la Nunciatura, que trabajara por las vocaciones nativas y que erigiera un seminario propio. Así lo hizo, con ayuda de Obras Misionales Pontificias, otras instituciones de la Iglesia y la colaboración de su familia y amistades. Fue inaugurado en noviembre de 1996. En 1997 me pidió que le prestara mi experiencia como formador del Seminario Diocesano de Logroño para su nuevo Seminario Misionero Santa María la Mayor. Y con el consentimiento de mi obispo, don Ramón Búa Otero, me fui para Ecuador, ya “como obrero de la tarde a la viña del Señor”. El contrato de servicio a la misión de Puyo era por tres años, que se prorrogaron hasta doce. El seminario se había erigido en Quito. En Puyo era impensable dar a los seminaristas una formación académica adecuada. La Universidad Católica de Quito, con su Facultad de Estudios Eclesiásticos, garantizaba la formación académica. En el seminario-residencia recibirían los seminaristas las otras formaciones –espiritual, humano-comunitaria y pastoral– en un clima propio. Colaborábamos en la parroquia del barrio; a menudo recibíamos la visita del obispo y de los misioneros del vicariato; se ofrecían charlas de formación y se cultivaba la vida espiritual con la liturgia, retiros y otros actos de piedad. La convivencia y el estudio personal, y el deporte con los jóvenes del barrio y los seminaristas de otras casas religiosas, constituían los ingredientes para una vida agradable y formativa. La pastoral específica misionera se alimentaba de numerosas visitas y estancias en la misión. Se iba a Puyo con frecuencia. Las experiencias misioneras más fuertes en el vicariato se vivían en las vacaciones de verano, Semana Santa y en el descanso intersemestral de febrero. Monseñor se encargaba de asignarles lugares de la misión para su estancia en poblados del interior de la selva. A la salida, se evaluaba el trabajo desarrollado. ¡Daba gusto participar de su satisfacción por sus correrías apostólicas! También se presentaron algunas dificultades. Era doloroso para todos, y en especial para mí, tener que decidir la salida de algún seminarista; o el abandono de algunos de ellos, al ver que no era su camino el sacerdocio, a pesar de verlos valiosos. La psicología y ritmos distintos de la cultura indígena y lati- noamericana no eran coincidentes, a veces, con los nuestros de Europa. Económicamente siempre nos fue bien. La Divina Providencia no abandonó a los suyos. Llegué a preocuparme en el año 2000. El Gobierno decretó un “feriado bancario”, a causa de las fuertes devaluaciones semanales de la moneda propia. A este “feriado bancario” siguió lo que llamamos “corralito” y la adopción del dólar americano como moneda nacional en curso. Pero nunca nos faltó lo necesario para que el seminario cumpliera sus fines. La ayudas nos venían de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, Adveniat (Alemania), Ayuda a la Iglesia Necesitada, Fondo Nueva Evangelización (de la Conferencia Episcopal Española, para la ayuda a Iglesias hermanas) y donativos de particulares. Digo la verdad: mi fe en la Divina Providencia se arraigó y acrecentó. Todos los días pedíamos al Señor que bendijera a nuestros bienhechores, e inculqué en los seminaristas el sentido de la gratitud. Allá quedaron unos cuantos sacerdotes nativos, tan necesarios para la evangelización, de tal manera que la Iglesia misionera tenga rostro propio. Ahora ya, en la tercera edad en la que me encuentro y en mi diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, solo me resta dar gracias al Dueño de la mies por lo bueno que fue para la misión y para mí. Dios sea bendito y su Santísima Madre. FÉLIX PECIÑA HERVÍAS 19 Monición de entrada Hermanos: celebramos hoy el cuarto domingo de Pascua. Jesús resucitado se presenta hoy como el Buen Pastor que conduce el rebaño a los pastos de vida eterna. La imagen nos ayuda a vivir la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas, que celebramos conjuntamente bajo el lema “Te mira con pasión”. En el Año de la Misericordia, tenemos muy presente esa mirada de Cristo, que es capaz de cambiar la vida de quien la acoge. Orando hoy intensamente por las vocaciones de especial consagración y también por las vocaciones nativas de los países de misión, celebremos esta eucaristía, verdadero pasto y torrente de agua viva al que el Señor, Buen Pastor, nos conduce. Monición a las lecturas “Los discípulos quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo”: esta es la actitud ante las primeras persecuciones (1.ª lectura). Respondemos con el Salmo 99, sintiéndonos su pueblo y ovejas de su rebaño, pues el Cordero manso y humilde es nuestro pastor (2.ª lectura y Evangelio). Sugerencias para la homilía La imagen del buen pastor era de sobra conocida, pues los antiguos profetas de Israel la habían usado en su predicación. Los salmos también utilizan esta imagen. Jesús la emplea para expresar una especial relación con sus discípulos y con aquellos que le escuchan y le siguen. Él siente compasión de la gente, al ver que se encuentran cansados y abatidos como ovejas sin pastor. Por eso, les habla del Reino de Dios, y les alimenta con unos pocos panes y peces que les reparte. Meditar estas palabras de Jesús supone, en primer lugar, situarnos ante Él como Señor. ¿Cómo vamos a confiar en la Providencia, como Jesús nos pide, si no le sentimos cercano? Y solo podemos sentirle cercano confiando en Él. En este contexto, celebramos la Jornada de Oración por las Vocaciones y de Vocaciones Nativas, bajo el lema “Te mira con pasión”. Al rezar por estas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, hacemos presente esa mirada de Dios que es misericordia, que elige y que capacita. Como dice el Papa 20 Como afirma el Papa en su Mensaje, "toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús". en su Mensaje para esta Jornada: “La acción misericordiosa del Señor perdona nuestros pecados y nos abre a la vida nueva que se concreta en la llamada al seguimiento y a la misión. Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús. Conversión y vocación son como las dos caras de una sola moneda y se implican mutuamente a lo largo de la vida del discípulo misionero”. La Iglesia tiene un papel fundamental en la génesis y el desarrollo de las vocaciones: en ella nacen y crecen, y son sostenidas por ella. Nuestra responsabilidad, como nos recuerda esta Jornada, es muy grande, también hacia las que nacen en territorios de misión. Oración de los fieles Nuestra vida es conocer, amar y servir al Señor, y en Él a los hermanos. Esa es la auténtica vocación del cristiano, que nos llena de paz y que se concreta luego en las demás vocaciones. Animados por la fe en Cristo resucitado, oremos para ser dignos de la llamada que Dios nos ha hecho: Por la Iglesia de Cristo, para que, sintiéndose discípula fiel del Señor resucitado, sepa escuchar con docilidad su Palabra de vida. Oremos. Por el Santo Padre el papa Francisco, a quien el Señor ha puesto al frente de su grey, para que viva su ministerio con la ayuda de nuestra plegaria y así nos confirme en la fe que hemos recibido. Oremos. Por todos los cristianos, para que reconozcamos cada uno nuestra propia vocación a la fe y, por la oración y el testimonio, puedan surgir en nuestras comunidades nuevas vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa. Oremos. Por los jóvenes a quienes el Señor llama a una vida de especial consagración, para que respondan prontamente y sin miedo, ayudados por nuestro testimonio, para colaborar en la edificación del Reino y en la santificación de la humanidad. Oremos. Por las Iglesias en territorios de misión, para que sepan transmitir la mirada compasiva de Jesús a los jóvenes y surjan abundantes vocaciones que consoliden las comunidades cristianas. Oremos. Por nuestra comunidad (parroquial), para que, mirando al Señor resucitado, que ofrece su vida por nosotros, pueda dar abundantes frutos de bondad, amor y servicio gozoso. Oremos. Padre santo, que te sirves de nosotros para reunir a la humanidad, dispersa por el pecado: haz que no dejemos de reconocer tu voz, especialmente en medio de las dificultades que encontremos en el camino. Por Cristo, nuestro Señor. Amén. Ramón Navarro Gómez. Director del Secretariado de Liturgia de la Diócesis de Cartagena 21 Ambientación previa Se coloca en un sitio visible un cartel con el logotipo del Año de la Misericordia, y un crucifijo grande, adornado con cirios y flores, en un lugar preferente en el presbiterio. Introducción Mientras se canta, se entra procesionalmente con el evangeliario, que se coloca en el ambón. El sacerdote que preside da comienzo a la celebración y saluda. MONICIÓN. Queridos hermanos: el domingo del Buen Pastor la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas. En su Mensaje para esta Jornada, el Papa nos recuerda que las vocaciones tienen su origen en la misericordia divina, y que nacen y se gestan en el seno del Pueblo de Dios y son sostenidas por él. Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús. Vamos a contemplar esas miradas del Señor, que muestran el amor y la misericordia de Dios hacia personas concretas, y que producen en estas un cambio también concreto de vida que las capacita para la misión; y vamos a pedirle a Él que siga hoy mirando con pasión a quienes llama a seguirle en una vocación determinada dentro de su Iglesia. ORACIÓN. Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu: concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna, despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización, y sostengan a las vocaciones con su ayuda espiritual y económica. Por Jesucristo, nuestro Señor. Proclamación de la Palabra de Dios Primera mirada: el joven rico MONICIÓN. Jesús nos mira, y lo hace con amor. No porque nosotros lo merezcamos, sino precisamente para hacer posible, por medio de su seguimiento, una vida nueva en nosotros. PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO. Mc 10,17-22. Silencio. Canto apropiado. Segunda mirada: Zaqueo MONICIÓN. La mirada a Zaqueo es una mirada que, buscada y aceptada, cambia radicalmente la vida de la persona, la pone en camino. No solo perdona los pecados, sino que la hace participar de la vida misma de Dios, que es amor. PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO. Lc 19,1-10. Silencio. Canto apropiado. 22 Tercera mirada: Pedro Pidamos al Señor que siga mirando con pasión a quienes llama a seguirle en una vocación concreta dentro de su Iglesia. MONICIÓN. La última lectura nos pone en medio mismo de la Pasión del Señor. Jesús nos mira con pasión porque su mirada está llena de misericordia y porque, en el momento culminante, ha dado su vida por nosotros. En el camino de la vocación muchas veces tropezamos y caemos, dudamos y miramos atrás. ¿Qué hacer entonces? Escuchemos. PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO. Lc 22,54-62. Silencio. Canto apropiado. Seguidamente puede dejarse un espacio para la plegaria espontánea de los fieles, que se concluye oportunamente con el padrenuestro. Exposición del Santísimo y tiempo de adoración MONICIÓN. Hermanos: escuchando y meditando la Palabra de Dios, hemos descubierto la fuerza de la mirada de Jesús. Ahora, en la adoración del Santísimo, nos vamos a dejar mirar por Él y le vamos a seguir pidiendo por nosotros, por todos los que Él ha pensado en llamar al sacerdocio o a la vida consagrada aquí y en los territorios de misión, y por quienes ya están discerniendo esa vocación en los seminarios, en los conventos y monasterios, en las casas de religiosos y religiosas. El logotipo del Año de la Misericordia nos muestra cómo la mirada de Jesús y la del hombre que lleva a hombros, la oveja perdida, se funden y se hacen una sola. Que este momento de adoración sea así para nosotros. Con un canto eucarístico, se entra procesionalmente llevando la custodia con el Santísimo Sacramento, que se coloca en el altar. Tras un tiempo prolongado de adoración, en el que pueden intercalarse cantos, se da la bendición con el Santísimo y se hace la reserva. Conclusión MONICIÓN. Hermanos: hemos compartido un tiempo muy hermoso de oración por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, a lo largo y ancho de la Tierra; tanto por aquellas que están en camino, como por las que aún están a la espera de una respuesta a Jesús, que les llama y les mira con pasión. Pero ¿de qué manera mira hoy Jesús? ¿No es a través de la Iglesia, de nosotros? Acojamos la invitación del Papa y tomemos conciencia de nuestra misión de acoger, acompañar y sostener las vocaciones. Seamos, de alguna manera, los ojos de Jesús, con los que Él siga mirando con misericordia y con pasión. Ramón Navarro Gómez Director del Secretariado de Liturgia de la Diócesis de Cartagena 23 SAN PEDRO APÓSTOL APORTACIÓN ECONÓMICA DE LAS DIÓCESIS A Los donativos para la Obra de San Pedro Apóstol se reciben en las parroquias y comunidades cristianas, y llegan, a través de las Direcciones Diocesanas, hasta la Dirección Nacional de OMP. Desde allí, este dinero se envía, por medio de las Nunciaturas Apostólicas de los países correspondientes, a los destinatarios que indica a España la Secretaría General de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol en Roma. Aparecen aquí, desglosadas por diócesis, las contribuciones realizadas en 2015 en el conjunto de España. Estas proceden, en buena medida, de la colecta de la Jornada de Vocaciones Nativas de 2015. También, del esfuerzo económico continuado que realizan muchas personas e instituciones, con objeto de financiar "Becas de estudio" para quienes se preparan a la vida sacerdotal o consagrada en los territorios de misión. Otras aportaciones provienen de herencias y legados de personas que dejan sus bienes para ayudar a sostener los seminarios y noviciados de las misiones. 24 Recaudaciones ejercicio 2015 DIÓCESIS ANDALUCÍA Almería ..............................9.064,82 Cádiz-Ceuta ................. 949,87 Córdoba ....................... 44.561,20 Granada ..........................23.160,44 Guadix-Baza .................... 199,46 Huelva ............................... 313,61 Jaén ................................. 15.209,75 Jerez .................................. 2.119,36 Málaga-Melilla .......... 37.956,60 Sevilla ............................ 14.397,58 ARAGÓN Barbastro-Monzón ....... 6.985,40 Huesca .......................... 5.226,18 Jaca ................................ 2.532,78 Tarazona ......................... 415,20 Teruel-Albarracín ....... 7.338,48 Zaragoza ................... 59.772,32 ASTURIAS Oviedo .......................... 24.799,47 BALEARES Ibiza ..................................... 69,74 Mallorca ....................... 4.850,17 Menorca .......................... 946,08 CANARIAS Canarias ...................... 12.387,79 Tenerife ...................... 10.633,42 Euros CASTILLA-LEÓN Astorga ............................. 2.138,31 Ávila .................................... 7.100,80 Burgos ............................11.393,00 Ciudad Rodrigo ......... 8.855,27 León ..................................19.675,70 Osma-Soria .......................702,22 Palencia ........................... 4.294,25 Salamanca ....................16.716,16 Segovia ........................... 22.939,38 Valladolid ...................... 15.323,54 Zamora ............................. 7.465,69 CATALUÑA Barcelona ......................13.206,53 Girona ................................ 6.673,50 Lleida .....................................859,16 S. Feliu de Llobregat .........425,99 Solsona .......................... 13.360,15 Tarragona ...................... 16.992,35 Terrassa .............................. 564,84 Tortosa .............................. 3.074,50 Urgel ................................... 4.706,78 Vic ....................................... 5.459,02 EUSKADI Bilbao ............................... 96.669,98 San Sebastián......... 179.931,08 Vitoria ...............................22.276,32 EXTREMADURA CANTABRIA Santander .................. 15.946,16 Mérida-Badajoz .......... 8.578,19 Coria-Cáceres ............48.712,78 Plasencia ......................... 1.138,16 CASTILLA-LA MANCHA GALICIA Albacete ...................... 10.864,87 Ciudad Real.................. 33.096,52 Cuenca ........................ 8.886,99 Sigüenza-Guadalajara... 41.574,73 Toledo ........................... 25.352,02 Lugo .................................... 7.952,82 Mondoñedo-Ferrol ......4.746,64 Ourense .......................... 51.533,98 S. de Compostela ..... 146.843,80 Tui-Vigo ............................. 8.320,60 MADRID Alcalá de Henares ........ 5.678,57 Getafe ...................................... 3.231,99 Madrid ................................. 131.011,26 Arz. Castrense ...................... 91,48 MURCIA Cartagena-Murcia .......... 13.408,30 NAVARRA Pamplona-Tudela ...........46.858,58 LA RIOJA Calahorra-Logroño ..........21.702,74 VALENCIA Orihuela-Alicante ...........22.712,00 Segorbe-Castellón .......... 7.670,42 Valencia .............................. 173.980,56 DIRECCIÓN NACIONAL ................................................... 533.792,86 TOTAL GENERAL ............................................. 2.138.381,26 VOCACIONES NATIVAS por continentes DISTRIBUCIÓN DE LAS AYUDAS DE ESPAÑA De entre las solicitudes de ayuda aprobadas por la Asamblea General de las OMP celebrada en Roma del 1 al 6 de junio de 2015, la Secretaría General de la Obra de San Pedro Apóstol asignó a España la siguiente distribución de las cantidades que había puesto a disposición del Santo Padre para velar por las vocaciones nativas. Dichas cantidades proceden de la cooperación económica de los fieles durante el ejercicio de 2014, deducido un pequeño porcentaje de gastos de administración y de animación misionera para promover la colaboración ante estas necesidades. ÁFRICA Con estos donativos se ayuda a que muchos candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa puedan perseverar y prepararse adecuadamente para servir a sus jóvenes Iglesias. También, a que sea posible mantener o construir seminarios y casas en las que puedan formarse. ASIA ANGOLA ............ 114.689,29 LIBERIA................... 7.110,90 INDIA ............................ 416.858,39 BENÍN .................... 74.639,85 MADAGASCAR ....140.223,41 INDONESIA ............... 96.600,46 BURKINAFASO.....40.464,87 MOZAMBIQUE ....53.749,22 TOTAL ............ 513.458,85 E BURUNDI ............ 55.562,54 NIGERIA ............. 398.170,15 CAMERÚN ....... 177.189,85 R. CENTROAF. ........93.820,10 CHAD ..................... 10.964,85 R. CONGO ............. 38.517,85 C. DE MARFIL .......30.699,85 R. D. CONGO .......432.205,54 GUATEMALA ............ 18.775,68 GABÓN ....................7.639,85 SENEGAL ............. 6.689,85 NICARAGUA ............. 15.092,83 GHANA ................. 74.072,23 SUDÁN .................... 7.054,69 GUINEA ................. 20.089,85 UGANDA ............ 158.885,44 TRINIDAD Y TOB.........2.217,94 KENIA .................... 49.170,11 TOTAL ...... 1.991.610,29 E TOTAL ............ 173.060,92 E AMÉRICA COLOMBIA ................ 38.408,36 ECUADOR .................. 82.444,49 PARAGUAY ............... 10.556,65 PERÚ ............................... 5.564,97 TOTAL GENERAL........................... 2.678.130,06 E 25 n el pasado Illuminare, en esta misma página se recordaba que el primer objetivo de la Pontificia Unión Misional es ser una suerte de escuela de formación para los responsables de la animación misionera. El segundo propósito que persigue enlaza con el anterior: desarrollar en este itinerario formativo una pedagogía “que nos habitúe a pensar y a actuar como partes, como células, como hijos y hermanos de esta comunidad eclesial” (Pablo VI, carta apostólica Graves et increscentes, 18, publicada con motivo del 50.º aniversario de esta Obra). Por eso, para seguir conociendo mejor qué es la PUM –en este año en que celebramos su centenario–, conviene profundizar en los principios que sustentan la “pedagogía” de tal “escuela”. Antes que nada, hay que constatar que, en general, los fieles saben poco de las cuestiones referidas a la misión o muestran por ellas una indiferencia que, extrañamente, se ha- E ce compatible con la generosidad. La causa hay que buscarla en el desconocimiento del problema misionero. Esto es lo que hace tan necesario trabajar para que el Pueblo de Dios desarrolle un espíritu universalista y una sensibilidad profunda y comprometida respecto a la cooperación misionera. Esta labor debe llevarse a cabo de manera suave y continuada, “transversal”, para dotar de dinamismo misionero a toda la vida cristiana. En este sentido, es significativo que la PUM, a diferencia de las otras tres Obras Misionales Pontificias, no tenga una Jornada específica, sino que busque “empapar” en todo tiempo la tierra de nuestras comunidades cristianas y ayudarles a captar que todas sus celebraciones y acciones poseen una dimensión de solidaridad evangélica que se extiende al mundo entero. La gran clave pedagógica de la PUM la ofrece el beato Pablo VI: se trata de motivar a los fieles de tal modo que cale en ellos “el sentido social del bautismo” (GI 22); esto nos ayudará a vivir de forma efectiva como una “Iglesia en salida”, llena de dinamismo misionero, según insiste el papa Francisco. Los obispos son, en última –y primera– instancia, los responsables de cómo aplicar este principio a la realidad concreta de las Iglesias locales, para que toda la diócesis se haga misionera (cf. AG 38). Ángel Sagarmínaga, primer director nacional de OMP en España (1926-1968), resaltaba tres ideas esenciales en la animación misionera: catolicidad (universalismo cristiano), penetración (impregnar todo de espíritu misionero) y pensar en términos de “nosotros” (frente a la esterilidad de encerrarse en el “yo”). Quizá este pueda ser un buen resumen del “estilo educativo” de la PUM a la hora de ofrecer al Pueblo de Dios sus diversos materiales, cursos, publicaciones y servicios informativos y formativos. Secretariado de la Pontificia Unión Misional 26