Por el Derecho Humano al Agua - Fundación Nueva Cultura del Agua

Anuncio
POR EL DERECHO HUMANO AL AGUA
María Giménez y Andrés Pedreño
Universidad de Murcia
Fundación Nueva Cultura del Agua
El trabajo asambleario y de movilización colectiva promovido por el 15M en los barrios
de la ciudad de Murcia enseguida detectó el tremendo impacto sobre las condiciones de
vida de las familias populares de la actual crisis del trabajo (desempleo de masas) y de
las protecciones sociales (privatizaciones y recortes).
Un síntoma especialmente dramático fue el testimonio de numerosos/as vecinos/as que
denunciaban cómo AGUAS DE MURCIA les estaba cortando el suministro de agua
potable
por
impago
de
dos
facturas
acumuladas
(véase
http://www.youtube.com/watch?v=Oa0b3UeQTFQ). AGUAS DE MURCIA considera que el
“impago de un número de dos recibos consecutivos implica que el usuario se da de baja
del servicio” y esta presunta voluntariedad del usuario a darse de baja es lo que
“autorizaría el corte del suministro”. Esto supone una vulneración del derecho humano
al agua.
En el año 2005 más de cien científicos de diversos países de la Unión Europea firmaron
una Declaración por una nueva cultura del agua en la que manifiestan la necesidad de
establecer tres categorías jerarquizadas sobre los valores y usos del agua. Distinguen así
entre Agua-Economía, dirigida a satisfacer las necesidades de agua para el desarrollo
productivo; el Agua-Ciudadanía, dirigida a disfrutar de los servicios de abastecimiento
de agua potable y saneamiento en conexión con los derechos sociales de la ciudadanía;
y finalmente el Agua-Derecho Humano, primera en orden de prioridad. Esta categoría
se corresponde con el derecho humano al agua, que se define a nivel internacional como
“el derecho a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para uso personal y doméstico que según la Organización Mundial de la Salud serían
cubiertos con al menos 30-40 litros diarios por habitante.
El lema de “agua para todos” abanderado durante años por la clase dirigente murciana
en realidad se refería al Agua-Economía, y tenía por tanto un destino más selectivo,
pues no era para todos, sino para aquellos que lo requerían para el desarrollo de los
nuevos regadíos y sobre todo para el desarrollo inmobiliario y de resorts (apuesta que
hoy sabemos nos ha llevado a la ruina).
Que el agua sea realmente para todos interpela al Agua-Derecho Humano. Hoy en
Murcia sabemos que el Derecho Humano al Agua no es para todos, y ello implica una
vulneración del derecho internacional que fija el criterio de agua para todos en función
de que todas las personas tengan garantizado un suministro mínimo sin ningún tipo de
discriminación, garantizando que las personas que viven en una situación de mayor
vulnerabilidad puedan acceder al agua en igualdad de condiciones.
La actual crisis está teniendo un tremendo impacto sobre las condiciones de vida de las
familias por la doble pinza del desempleo de masas y los recortes de las protecciones
sociales. Junto con los desahucios y otros traumas sociales, un síntoma especialmente
dramático de esta crisis lo conforman aquellas familias a las que AGUAS DE MURCIA
les está cortando el suministro de agua potable por impago de dos facturas acumuladas.
1
AGUAS DE MURCIA considera que el “impago de un número de dos recibos
consecutivos implica que el usuario se da de baja del servicio” y esta presunta
voluntariedad del usuario a darse de baja es lo que “autorizaría el corte del suministro”.
Pero esto es manifiestamente falso pues las familias más golpeadas por la crisis están
viviendo situaciones intolerables de vulnerabilidad existencial y el impago de la factura
del agua se debe a estas situaciones límite de pobreza. Pueden ser miles las familias
afectadas por esta práctica de AGUAS DE MURCIA de sancionar sus dificultades
cerrándoles el grifo. Dado que el Ayuntamiento de Murcia es quien conoce la dimensión
del drama y tiene los datos del número de familias que están afectadas por esta práctica
de AGUAS DE MURCIA, y amparándonos en nuestro derecho a la información
pública, hemos remitido una instancia al Alcalde solicitando tales datos, sin que por
ahora hayamos obtenido respuesta alguna. Hemos de decirlo con claridad: AGUAS DE
MURCIA, con estas prácticas que penalizan a las clases populares y agravan los efectos
de la crisis sobre estos estratos de la población, CONTRAVIENE EL DERECHO
HUMANO AL AGUA, reconocido por la ONU el 28 de julio de 2010. Ese día, la
Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución histórica (64/292) que
reconoce el derecho humano al agua potable y el saneamiento como “esencial para el
pleno disfrute del derecho a la vida y de todos los derechos humanos.
¿Qué implica esto para los Estados y las administraciones públicas? Según la
prestigiosa investigadora Maude Barlow “hay tres obligaciones que se les imponen a los
estados con el reconocimiento de un derecho humano. La primera es la obligación de
respetar, según la cual el estado debe abstenerse de cualquier acción o política que
interfiera con el disfrute del derecho humano. En el caso del agua, esto significaría, por
ejemplo, que los servicios esenciales de agua no se le deben negar a nadie debido a su
incapacidad de pago. La segunda es la obligación de proteger, según la cual el estado
está obligado a impedir que terceros interfieran en el disfrute del derecho humano. Esto
significaría, por ejemplo, proteger a las comunidades locales de la contaminación y la
explotación no equitativa del agua por parte de corporaciones o gobiernos. La tercera es
la obligación de cumplir, según la cual se le exige al estado adoptar medidas
adicionales que permitan al ejercicio de ese derecho. Esto significa, por ejemplo,
ampliar los servicios públicos de agua e invertir en la infraestructura hídrica.
Es evidente que el derecho al agua no puede ni debe traducirse, desde el punto de vista
jurídico, en un derecho a una cantidad ilimitada de agua, ni exige que el agua se
suministre de forma gratuita en todos los casos. La disponibilidad de agua está limitada
por la situación de los recursos y la necesidad de preservar los ecosistemas naturales,
pero también por factores económicos que aconsejan la recuperación del coste del
servicio, estableciendo estructuras tarifarias por tramos de consumo. Sin embargo,
cuando las personas no puedan pagar el agua necesaria para satisfacer sus necesidades
básicas –por razones de pobreza, de urgencia o circunstanciales– es responsabilidad de
los Ayuntamientos suministrar ese agua necesaria para satisfacer dichas necesidades a
través de subvenciones o como un derecho incondicional, por ejemplo, el Ayuntamiento
de San Pedro del Pinatar tiene una bonificación para pensionistas y familias con bajos
recursos del 90% en la tarifa, aplicado en la cuota de abono trimestral y en el consumo
mínimo hasta 20 m3.
2
En este sentido, es de justicia que el Ayuntamiento de Murcia siga la misma línea que
otros Consistorios españoles, e introduzca en el Reglamento del Servicio Municipal de
Abastecimiento de Agua Potable, el reconocimiento del abastecimiento básico gratuito
en el volumen recomendado por la ONU y la OMS. Para evitar posibles fraudes, la
gratuidad en el servicio estaría condicionada a la previa comprobación por Servicios
Sociales de la falta de recursos económicos para atender al pago de las necesidades
básicas. Asimismo, el Ayuntamiento debería incorporar una tarifa social para tramos
mayores de consumo, cumpliendo así con el requisito de “asequible” que se desprende
del concepto de derecho humano al agua.
3
Descargar